XXXII

Lesión

Victor Nikiforov nunca hubiera imaginado los golpes de cabeza que se llevaría al tomar una decisión tan radical como ser entrenador, quizás por un momento podría entender a Yakov y su humor, realmente no era fácil tratar con las personas, más cuando eran jóvenes e inseguros como Yuuri Katsuki.

Había tenido el tonto sueño de que ser el entrenador de Yuuri sería un cuento rosa, ambos triunfarían juntos y conquistarían el oro, no estaba decepcionado del desempeño de Yuuri, pese a que este no tenía un talento especial o un físico despampanante ese chico había logrado seducirlo con sus gráciles movimientos y su inocencia.

Yuuri Katsuki era un tímido y reservado joven japonés, pero Victor sabía que tras esa apariencia estaba un joven encantador y seductor que le había robado el aliento, pero no era esa la cualidad más importante a resaltar, más bien era su rebeldía, quien hubiera pensado que este chico poseyera una personalidad tan rebelde e imponente, se preguntaba si el le había dado tantos dolores de cabeza a Yakov, quizás debía pedir consejo, no no podía, el había tomado esta decisión pero lidiar con Yuuri no era sencillo. Estaba seguro de que si su cabello no disimulara tan bien las canas se le notarían rápidamente que todo era culpa de Yuuri Katsuki, porque él le había dicho a Yuuri que no incluyera muchos saltos al final, que no practicara saltos en la práctica antes de la competencia, que descansara para el día siguiente de la competencia o se olvidara momentáneamente de los cuádruples cuando aun no lo dominaba a la perfección, ante todas sus sugerencias Yuuri había hecho oídos sordos y había traído como resultados: preocupación y ansiedad por haber fallado los saltos y en el peor de los casos un buen golpe al rostro con un tabique desviado, al menos le había gustado la osada idea de ir a turistear.

Un salto fallido y un suspiro cansado se escuchó al fondo de la pista. Victor pudo ver como Yuuri se levantaba luego de haber caído practicando el flip cuádruple, detuvo la música y busco una toalla limpia.

- Yuuri es suficiente por hoy, volvamos a casa.

- Aun puedo practicar Victor, una vez más - dijo Yuuri limpiándose el sudor con el dorso de la mano. Aqui comenzaba el episodio de rebeldía de Yuuri, Victor no estaba para lidiar con esto ahora.

- Yuuri sal de la pista - pidió esta vez borrando la suave sonrisa que solía adornar su rostro.

- Solo una vez más.

- Ahora - aquello lo dijo serio y demandante que hizo estremecer a Yuuri. Si bien Victor no quería actuar como un gruñón y ser un viejo cascarrabias como Yakov entendía que debía imponerse para que Yuuri lo escuchara.

Al japonés no le quedó más opción que deslizarse a la salida, le entregó la toalla y el agua para que se hidratara, el japonés casi cae sobre él.

- Lo siento, tropecé.

- Estas cansado, ¿lo ves? - dijo esperando que lo entendiera. El japonés asintió algo ausente - Ven, te ayudo a quitarte los patines - lo guió al banco pudo notar cierta duda en los ojos de Yuuri.

- Yo puedo solo, estaré bien - dijo Yuuri deteniendo las manos de Victor antes de que desataran las agujetas.

- Mi querido Yuuri... ¿Por qué será que no te creo? - dijo con una sonrisa juguetona, el tiempo conociendo a Yuuri le daba la habilidad para ver muy bien a través de él, aunque el chico era siempre un misterio y siempre le sorprendía de maneras inesperadas.

- Victor yo... - Victor ignoró cualquier intento de Yuuri por detenerlo le quitó el patín derecho luego de haber cubierto las cuchillas con los protectores - Esto no es nada... - dijo en un extraño tono de pánico cuando quitó los calcetines y entonces pudo ver las ampollas y la sangre en los pies lastimados.

- Yuuri sabes que esto no está bien - dijo Victor muy serio tocando con suavidad el pie de Yuuri, este tenía la mirada gacha como si supiera que era lo que se venía. Victor examinó su pie y entonces pudo ver una marca azulina cerca de su tobillo, eso podría ser...

- ¡Auch! - Yuuri se llevó rápidamente la mano a su boca esperando callar el alarido de dolor.

- Esto no se ve bien, es una torcedura.

- Lo siento.

- Mi querido Yuuri, entiendo que te esfuerces más que nadie pero si te lesionas ¿qué haré contigo cerdito? - Yuuri no se atrevía a mirarlo a los ojos, Victor estaba enojado pensó cuando lo sintió alejarse buscando terminar de recoger todas sus cosas, Yuuri aprovechó a colocarse los calcetines y colocarse los zapatos deportivos, estaba a punto de tomar su mochila cuando Victor le impidió levantarse del banco - Nada de caminar así como estás - señaló con la mirada su pie lastimado.

- Pero... - Yuuri se quedó estupefacto al ver como Victor se agachaba y le daba la espalda - ¿Victor qué haces?

- Sube. Te llevo a casa.

- ¡No, no, no! no puedes hacer eso! - los colores se le habían subido al rostro.

- No puedes caminar en esas condiciones, sube - luego un par de minutos de negación por parte del japonés terminó cediendo, posó sus manos sobre los hombros de Victor y este afirmó su agarre en las piernas del japonés quien no podía evitar que su corazón latiera como loco, estaba seguro de Victor lo sentiría por más que tratara de disimularlo, su rostro se encontró con la suave cabellera del ruso que solo pudo hacerle pensar en lo bien que olía.

- Esto es vergonzoso - dijo a mitad de camino sin atreverse a levantar su rostro pese que había poca gente transitando a esa hora.

- Es tu castigo.

- ¿Un castigo? - preguntó totalmente consternado.

- Yuuri siempre hace caso omiso de mis instrucciones - dijo con un tono juguetón.

- Eso... yo... ¡Victor! - el ruso tenía una mano muy cerca de su trasero y no había dudado en hacer uso del poder que eso le proporcionaba pellizcando una de sus nalgas.

- El trasero de Yuuri es muy suave.


NOTAS: Estoy segura de que Yuuri le saca canas verdes a Victor xD espero que les haya gustado el capitulo ;D Nos leemos en el siguiente.

Bonus:

Yuuri ya estamos en casa – dijo Victor tratando de bajarlo.

No quiero bajar.

¿Yuuri? - Victor sintió las manos de Yuuri alrededor de su cuello.

Quiero quedarme así siempre con Victor.