Disclaimer: Los personajes de Miraculous Ladybug no me pertenecen.

Advertencias: Puede contener OoC's en los personajes, What if..?

Aclaraciones:

—lalala — dialogo.

¨lalala¨ pensamientos

Lalala narración.

Lalala recuerdos

Género: Fantasía – Amistad - Romance

.

.

.

La chica nueva

¨Deja que el mundo te sorprenda¨

Nelson Mochilero

.

.

.

Cuando Marinette llegó a la ciudad de parís se sentía rara, extrañaba a sus amigos y se sentía sola, pero amaba ver tan feliz a su padre. Desde que él era joven se sentía como pez fuera del agua en china, pero la habían dado una beca para estudiar gastronomía allá y no pudo desaprovecharla, poco tiempo después conoció a Sabine, una joven que trabajaba en el negocio familiar después de clases. El tiempo que pasaba conversando con ella era oro así que no dudó en terminar allí su carrera y no tan pronto le pidió matrimonio. Juntos pusieron una panadería que combinaba la cocina de parís con la de china, fueron muy conocidos por sus peculiares bocadillos. Cuando tuvieron a Marinette fueron aún más felices, y eran constantemente visitados por la madre de él. Cuando Marinette cumplió sus 15 años decidieron que ya era hora de que él volviera a su casa, así que prepararon todo para mudarse a la ciudad del amor, donde ya tenían una casa, pero acondicionar una panadería era tardado, de poco a poco fueron enviando sus cosas, su hija no era muy feliz, un cambio así de grande era obvio que le afectaría, pero era lo suficientemente madura como para aceptarlo y seguir.

Fue inscrita en la escuela que estaba cercana de la nueva casa, donde justo estaba la carrera de la que quería vivir por el resto de su vida: diseñadora de moda. Desde pequeña se había distinguido con lindos diseños en cuadernos para sus muñecas, le había pedido a su mama que la enseñara a coser, al principio solo cosía la tela y luego le amarraba un listón, su madre la veía aplaudir ante su gran hazaña y era cautivada. Cuando cumplió 9 años le enseñó a hacer patrones de ropa, así ella podía seguir con su pasatiempo. Sabine le compraba metros de diferentes telas, para que escogiera como haría su próxima prenda. A los 12 años ya era una experta en la costura a máquina y vestía sus propios diseños. Así que, no solo sería difícil transportar lo de la panadería, también las cosas de costura de Marinette.

El primer día de clases conoció a su enemiga natural: Chloé Bourgeois.

Fue víctima de burlas por parte de la rubia al notar su peculiar acento, y su ropa que era clásica, ya que a Marinette le gustaba mucho la cultura antigua de su tierra natal. Pero no todo fue tan malo, pues conoció a Alya. Pronto se hicieron amigas y, por supuesto, se volvió a reencontrar con Nathaniel. Alya acercó a todos para que le dieran una oportunidad a Marinette, quien pronto aprendió bien el francés, tanto que Chloé ya no podía burlarse de ella, pero aun había rastros de su acento.

A la vista de Nathaniel, Marinette era una chica de buen corazón, algo tímida pero hábil e inteligente, durante sus primeros días ella se juntaba mucho con él, llegándole a enseñar el cuaderno de diseños que siempre cargaba y Nath no podía evitar pensar que eran perfectos, cada medida, detalle y costura era hecho especialmente para la prenda en cuestión. Si ella tuviera más confianza en sí misma, estaría diseñando para muchas personas desde esa corta edad. También se dio cuenta de que la ropa de Marinette no era normal, no encontraba ninguna tienda que la vendiera, así que dedujo que ella misma la confeccionaba.

También observó que la chica era demasiado pesimista, su autoestima era muy baja y si a eso le sumaba que cuando no estaba con nadie se veía muy triste… No quería pensar en dejarla sola, él había pasado ya por eso y no quería que ella sufriera.

Desde que Nathaniel se convirtió en el héroe de Paris su personalidad tímida había quedado en segundo plano, ahora era más confiado y un poco más abierto, llegando a juntarse más con los de su salón y gracias a eso había podido entablar una amistad tan fácilmente con Marinette.

Nath se sentía muy bien después de haber convivido con ella en la escuela, al regresar a su casa no pudo evitar dibujarla, era como si la inspiración que tanto había estado buscando por fin se decidiera a aparecer, satisfecho con sus dibujos cerró su libreta, decidió que ya era hora de hacer sus labores.

Durante una semana Chloé se ausentó de la escuela, había muchos rumores, pero solo Alix y Sabrina sabían la verdad. Nath se preocupó por Sabrina, quien se empezó a quedar sola, usaba sombreros todos los días y al salir corría a la limosina que Chloé enviaba todos los días a recogerla.

Nathaniel estaba preocupado por ambas chicas, Trixx le había comentado que podía empezar a poco a poco hacerlas amigas, estaba segura de que Marinette era una chica de buen corazón, podía sentirlo y creía fielmente en que aceptaría a Sabrina fácilmente.

Podría parecer una locura, pero él también creía que era buena idea. Debía pensar en un plan para acercarlas.

Chloé seguía sin asistir, y Nath sintió que ya era momento.

Vio que Marinette se quedó sola y sigilosamente se acercó a ella.

—Hola, Mari. —Saludó al sentarse enseguida, ella se sobresaltó y luego se volteó para regresar el saludo.

—Hola, Nath. ¿Qué tienes ahí? —Preguntó curiosa al ver que traía una nueva carpeta de dibujos.

—Estoy haciendo unos bocetos, pero no soy lo suficientemente bueno escogiendo la ropa para una chica. —Admitió avergonzado.

—Oh, vaya. Yo puedo ayudarte con eso…— Después tomó su cuaderno y vio el boceto, era una chica delgada y aparentemente pelirroja. —Bueno, puedes ponerle esto…—Dibujó un vestido y lo pintó de amarillo, con estilo sencillo, pero le lucía muy bien al boceto. — ¿Qué te parece?

—¡Wow! Se ve muy bien, y si le agregamos el fondo de un atardecer…—Dibujó rápidamente con sus lápices de colores.

—¡Si! Es precioso el dibujo…— Pero faltaba terminar de dibujar el estilo de cabello, pero Marinette se dio cuenta de que no podía dibujarlo largo, ya que su amigo había pintado el fondo y solo quedaba un espacio en blanco.

Comenzó a hacer unas líneas de color anaranjado, en un estilo corto y medio ondulado, Nath se dio cuenta de qué quería hacer y con un color rojo le dibujo lo siguiente, pero con el efecto de que el viento lo estuviera moviendo, como habían hecho con el vestido.

Al ser una chica pelirroja, Marinette pensó que era buena idea agregarle pecas, Nathaniel terminó de darle unos detalles al dibujo y ambos quedaron satisfechos, se voltearon a ver y sonrieron por su gran trabajo.

—¡Que lindo dibujo! —Dijo Rose asomándose a verlo, causando un leve sonrojo en el par de artistas.

—Si, lo es. —Afirmó Juleka.

—Dibujaron muy linda a Sabrina. —Rose hizo el comentario en un tono fuerte, haciendo que la aludida volteara y se acercara a ver por curiosidad.

Sabrina caminó lentamente, como gatito asustado, hacia ellos, estar lejos de Chloé la ponía triste y nerviosa, pero en esos momentos ella debía estar con su amigo que hace mucho no veía, aunque eso significara estar sola.

Marinette, que casi no convivía con Sabrina por ser amiga de Chloé, la vio y supo que ella estaba perdida, al no tener a su mejor amiga a su lado, le sonrió para darle confianza y levantó el dibujo, para que no tuviera que acercarse si no quería, no la iba a obligar, pero entendía mejor que nadie su situación y estado de ánimo.

Poco a poco, el rostro de Sabrina fue cubriéndose de rubor y les mostró una genuina sonrisa.

Aunque realmente no hubieran planeado dibujarla, Marinette pensó que eso era un buen momento para su compañera.

—¿Te gusta? —Preguntó la chica a Sabrina.

—Si, es muy bonito…—Susurró en respuesta.

—Si quieres… puedo hacerte el vestido. —Le ofreció con pena, pues no había confeccionado para alguien mas que no fuera su familia o amigos muy cercanos.

Sabrina levantó la cabeza sorprendida, pues ella sabía que había estado mal haberse burlado de su acento, pero allí estaba esa chica nueva tratando de hacerla sentir mejor, antes de que pudiera hablar o pensar bien las cosas, ya estaba asintiendo con la cabeza. A Marinette le brillaron los ojos, y se paró bruscamente de su lugar, asustando de paso a los ahí presentes, para sacar su cinta de medir de su bolsita y acercarse a ella, entusiasmada iba a empezar a medirla pero vio su cara de susto y se sonrojó.

—Lo siento, me emocioné. —Le dijo. —¿Puedo empezar con las medidas? —Preguntó a una distancia segura.

—Si, no te preocupes. —Contestó tímida.

Todos en el salón se enteraron de que la nueva le iba a confeccionar un vestido a Sabrina, Alya estaba muy emocionada por su nueva mejor amiga, aunque aun le tenía rencor al dúo por haberla molestado los primeros días, pero una idea pasó por su mente, pero aun no era tiempo para planteársela.

Durante 3 días, Mari trabajó arduamente en el vestido para Sabrina, gracias a Nath, sabía el porqué de que Sabrina fuera así de insegura y triste, así que puso todo su empeño para que ella fuera feliz, junto con el vestido, elaboró un sombrero, para que pudiera lucirlo en conjunto, pero mas que nada porque entendía el trauma que Sabrina estaba teniendo con su cabello.

Al día siguiente, llegó con una caja grande, que tenía su firma personal en la tapa, y se la puso a Sabrina en el banco. Todos estaban a la espera de que llegara la pelirroja y poder ver el vestido, al llegar, Sabrina se quedó parada en la puerta al ver el paquete en su mesa, se acercó con ansias y mientras destapaba la caja, todos se acercaron, inclusive Marinette y Alya que estaba grabando el momento, quitó el fino papel que cubría el vestido y todos se sorprendieron.

—Es igual al dibujo…—Susurró Juleka.

Sabrina lo sacó para sobreponérselo y se dio cuenta de que llegaba a la misma altura que en el dibujo.

—Es hermoso. —Dijo con los ojos llorosos, Marinette se asustó de verla llorando, pero Alya la tranquilizó rápido. —Muchas gracias. —Le dijo a Marinette con una sonrisa radiante.

—Eso no es todo. —Le dijo Mari con una sonrisa y le extendió una bolsa de regalo.

—¿Qué es eso? —Preguntó Sabrina mientras tomaba la bolsa y la abría.

—He visto que usas sombreros, así que hice uno para que pudieras usarlo con el vestido…—Le dijo ruborizada, no le iba a explicar el motivo real.

Sabrina sacó el sombrero y fue aun mas feliz, sin darse cuenta, la abrazó como agradecimiento.

—Bien, es hora de ir a su lugar. —Dijo Ms. Bustier, quien había visto todo, y se alegró de que alguien le devolviera un poco de alegría a su alumna.

Durante la clase Sabrina se la pasó de lo mejor, hasta había participado, cosa que nunca hacía. Durante el receso todas las chicas se acercaron a conversar con ella, incluida Marinette.

Nathaniel las observó y sonrió, se sentía satisfecho de haber hecho aquello, aunque había salido mejor de lo planeado, pues ahora Sabrina se juntaba con todas las del salón, hasta idearon una sesión de fotos para que modelara su vestido nuevo. Al siguiente día, llegó con el vestido y el sombrero puestos, sonrojada vio como todas corrían a hablar con ella.

—¡Te queda fenomenal! —Gritó Alya, quien había traído su cámara para poder capturar bien el momento.

—¡Te ves tan linda! —Le dijo Rose, con pose soñadora.

—Definitivamente, ese vestido fue hecho para ti. —Le dijo Alix con los brazos cruzados.

—Voltea hacia allá. —Le indicó Alya, se colocó detrás de ella y con el ángulo que hacía, su cara quedaba media cubierta por el sombrero, dejando ver solo sus labios y parte de la mejilla. El rojo de su cabello contrastaba con el amarillo girasol del conjunto. —Bien, esa foto fue perfecta.

La hicieron posar un poco mas, hasta que ya fue hora de entrar al saló. El semblante de Sabrina cambió drásticamente y se podía ver mucho mas relajada.

A la salida, Nath estaba por irse a casa cuando vio a Marinette ayudando a un hombre de mayor edad que había caído, rápidamente, se acercó a ellos para ver si los podía auxiliar.

—Vaya, eres una jovencita de gran corazón. —Le dijo el pequeño hombre a Marinette.

—Hice lo que cualquiera hubiera hecho. —Dijo ella, rascándose la cabeza, fue entonces cuando se dio cuenta de que su caja con panecillos se había esparcido por el suelo, suspiró con cansancio y se dispuso a recogerlo.

—¿Esta bien? —Llegó Nathaniel para preguntarle al hombre, tal vez necesitaría ir al hospital.

—Estoy en perfectas condiciones, esta señorita de aquí me acaba de salvar de ser atropellado. —Contestó con una sonrisa.

Marinette se levantó con la caja de panecillos y le dedicó una sonrisa amable.

—Ya le dije que no es para tanto. —Le contestó.

—Muchas gracias, señorita…—Dijo en forma de pregunta.

—Marinette, ese es mi nombre. —Le contestó sonriendo.

—Mucho gusto, yo soy Fu, tengo una clínica de acupuntura por si algún día necesitas de mis habilidades. —Le ofreció.

—Vaya, no había oído de ella. —Dijo Nathaniel sorprendido.

—Usted también es cordialmente invitado, joven…

—Nathaniel. —Le dijo extendiendo el brazo, dejando ver su miraculous en su forma de pulsera, cosa que el maestro Fu notó y, a propósito, le mostró el suyo, cosa que llamó la atención del chico.

—Eres un buen muchacho. —Dijo Fu empezando a caminar y con un cabeceo se despidió, y al pasar por al lado de Nathaniel, le susurró. —Cuida bien de Trixx, joven.

Esto hizo que Nathaniel volteara rápidamente para ver cómo le sonreía el señor y después siguió su camino.

—¿Pasa algo, Nath? —Preguntó Marinette viendo a su amigo con cara de susto.

—No, nada. —Contestó rápidamente. —¿Qué le pasó a tu caja?

Preguntó al verla abollada de un lado y con tierra, ella sonrió con pesar.

—La aventé al ver como casi atropellaban al señor Fu y todo se esparció. —Dijo encogiéndose de hombros.

—Vamos, te acompaño a tu casa. —Le dijo Nathaniel, imposible dejarla sola, luego pensaría qué hacer con el señor Fu.

—Gracias. —Le sonrió ella y cruzaron la calle.

Entraron a la panadería con una sonrisa, el padre de Marinette saludó a Nathaniel con entusiasmo y lo invitaron a comer.

Por otro lado, el maestro Fu llegaba a su casa con las compras de la semana.

—Maestro Fu, he detectado otra presencia. —Dijo Wazzy saliendo de su escondite.

—No solo tu. —Dijo él, dejando en la mesa las bolsas. —Hoy he conocido al portador de Trixx.

—¿Qué ha dicho? —Preguntó el Kwami sorprendido.

—Así como lo oyes, se cómo es el miraculous de Trixx porque conocí a uno de sus portadores, fue fácil reconocerlo, es un joven muy amable y se siente un poder muy fuerte de protección.

Le explicó a Wazzy mientras que guardaba la despensa.

—Pero él no fue el que me sorprendió. —Dijo sentándose en forma de loto, esperando a que Wazzy hiciera lo mismo frente a él. —Conocí a una futura portadora. —Reveló.

—¿Cómo es eso posible?

—Su sentido del bien y el mal está muy bien definido, valiente y dispuesta a proteger a los demás, así como el joven Nathaniel, la señorita Marinette tiene un poder interno demasiado fuerte, inclusive mas que el mismo zorro.

—¿Sospecha de quién podría presentarse ante ella?

—Tengo mis sospechas, pero aun no estoy seguro, me gustaría que de ser posible no se cumpla lo que siento…—Dijo antes de meditar.

¨Si ese kwami se presenta ante ella, será porque estaremos en un peligro inminente, esperemos que no se convierta en portadora por el momento.¨

.

.

.

Bien, hasta aquí el capítulo de hoy.

Yo sé que no tengo perdón de Dios, y me gustaría explicarles el motivo de mi ausencia.

Últimamente han pasado demasiadas cosas, me mudé, a un lugar muy peligroso, no tengo un buen ambiente laboral, mi abuelito falleció hace poco y tengo que hacerme cargo de los preparativos de mi boda; es muy complicado todo, he estado muy triste y hace poco me diagnosticaron depresión moderada y ansiedad grave, según mi psicóloga ya tengo rato con esto pero que hasta ahora se ha manifestado.

La verdad es muy frustrante, porque perdí las ganas de escribir, no lo disfruto como antes, muchas veces no quiero pararme de la cama y solo quiero estar acostada.

Les pido que me tengan paciencia, no pienso abandonar la historia y trataré de agregar lo nuevo que se ha visto en la serie.

Saludos!