Asadfaskfahksldgfadgshlj se suponía que esta historia no iba a temer escenas complicadas de escribir hasta el final! Pero al parecer no fue así… Lamento mucho la demora, me he esforzado bastante en hacer bien este cap, así que espero lo disfruten hasta el final y sorry si a partir de la mitad empiezo a jugar con sus emociones (aunque esa era la idea jeje ;) No puedo spoilearlos, pero espero les guste :D
Cambié mi imagen :D, esa será la que use a partir de ahora en esta y en futuras historias mías.
- ¿Puedo confiar en ti? -
Capítulo 3
POV NORMAL
-Hey, ¿por qué almuerzas con nosotras? - preguntó Amu mirando a cierto peliazul comiendo en la misma mesa que ella y sus amigas.
-¿Y por qué no? –respondió mientras se le acercaba un poco - Lo que sea, con tal de pasar un poco más de tiempo contigo gatita. -le guiñó un ojo.
-¡Deja de llamarme así! –le reclamó, mientras lo apartaba y le pedía que la dejara comer en paz. Los dos siguieron así: ella reclamándole y él riendo de las expresiones que ella hacía, se notaba que disfrutaba molestarla para ver sus reacciones.
Las dos amigas de la pelirrosa observaban la escena en silencio mientras comían, ya se habían acostumbrado a la actitud de ambos y aunque Amu siempre les decía que Ikuto no le agradaba y que no confiaba en él, ellas no veían nada malo en el chico. Al contrario, amaban shippear a su amiga con el guapísimo peliazul de ojos azules, y no podían esperar a ver a ambos saliendo, pero ella siempre se negaba en darle una oportunidad.
- Miki, a Amu chan en serio le gusta hacerse la difícil. -le comentó Ran a su hermana mientras seguían observando al par.
-¿Y qué esperabas de ella? –le respondió Miki. Ambas sabían que su amiga era muy obstinada, cambiar su opinión sobre el chico no iba a pasar de la noche a la mañana.
-¡Tiene al chico más guapo de la escuela interesado en ella y no aprovecha! ¡No la entiendo!–dijo mientras veían como Amu le gritaba a Ikuto, él tomó con sus palillos un pedazo de pollo de su almuerzo y se lo metió en la boca a Amu, el rostro de la pelirrosa se volvió rojo al instante, mientras él comenzaba a reír y ella volvía a gritarle– Aunque es obvio que terminarán juntos.
-Sí, no hay duda en eso –respondió Miki - Hey Ran ¿quieres apostar? –preguntó de repente.
-¿Cuánto tiempo demorarán en estar juntos? -respondió su hermana con una sonrisa en su rostro, leyéndole la mente. La atención de ambas volvió hacia la pareja.
-Vamos, Amu – le sonrió el peliazul - ¿no quieres pasar esta tarde conmigo?
-Olvídalo-le respondió al instante- ya tengo planes para esta tarde.
-Mmmm ¿qué tipo de planes?
-Nada que te importe.
-Que fría… Supongo que eso significa que tendré que secuestrarte –le dirigió una sonrisa.
Amu desvió la mirada no queriendo prestarle más atención, cuando en eso escuchó la voz de sus amigas.
-Yo les doy un mes.
-Dos semanas.
-¡Chicas! -llamó su atención Amu-¡¿Están apostando?! ¡Ya hablamos de esto! Y Ran... ¿2 semanas? ¿Es en serio?
-Ehh interesante -se le acercó el peliazul- ¿crees que pueda conquistar tu corazón en 2 semanas, gatita?
-¡Te dije que dejaras de llamarme así! -la pelirrosa volvió a gritarle.
-Ran, entiendo que hablamos de Ikuto-le dijo Miki- pero sigue siendo Amu chan, no creo que ceda TAN rápido.
-Oh Miki, Miki, te olvidas que no solo depende de ellos dos- dijo Ran mientras le lanzaba una sonrisa sombría a su hermana
-Oh, ya veo. –una sonrisa malévola también apareció en su rostro.
-Eh… chicas, ¿qué les sucede?- dijo la pelirrosa con un mal presentimiento
- ¿Puedo confiar en ti? -
Esa misma tarde, en el parque…
-Ehh ¡¿cómo que ya no van a venir?! -le reclamaba Amu a su amiga por el celular- ¡Habíamos planeado esto desde hace dos semanas!
-Lo sentimos Amu-chan, tuvimos un percance a último minuto. –le respondió Ran tratando de sonar lo más apenada posible. La actuación nunca fue su fuerte.
-2 helados por favor –se escuchó a Miki decir en el fondo.
-¡¿Están comprando helados?! -reclamó la pelirrosa.
-Ehhh ¿Helados? ¿Qué? No sé de que hablas Amu chan. –rió su amiga, mientras tapaba el celular con su mano para que Amu no escuchara -Miki el mío de fresa– le susurró a su hermana.
Amu soltó un suspiro, nunca iba a entender a sus amigas.
-Bueno ni modo, regresaré a casa entonces, ya iremos otro día.
-¡No, no, no, no! –insitió Ran rápido - ¡Habías querido ir a ese lugar desde hace tiempo! Nos sentiremos mal si no vas...
¿Querían que vaya sola? Si sus amigas no querían ir con ella a ese lugar lo hubiesen dicho desde un principio. No era como el lugar más cool del mundo, pero simplemente le había gustado la idea de ir a verlo.
-Pero Ran... no tiene gracia ir sola –le contestó.
En eso su celular desapareció de su mano. ¿Eh?
-Descuiden no estará sola- una voz habló de repente y no era necesario ser un genio para saber de quien se trataba- estará muy bien acompañada.
Amu volteó y sus ojos se ensancharon al observar a Tsukiyomi Ikuto a su lado, con el celular de ella en la mano. ¡Pero ¿qué?!
-¡¿T-Tsukuyomi?! ¡¿De dónde saliste?!
-Te dije que te secuestraría esta tarde, gatita -le guiñó el ojo.
-¡¿Qué?! ¡Pero…
-Ah muy bien–se escuchó a Ran decir desde el celular, y no podía sonar más contenta - te dejaremos a Amu chan a ti entonces.
Los ojos de la pelirrosa se ensancharon. ¡Esto debía de ser una broma!
Amu le quitó el celular a Ikuto.
-¡Chicas esperen! ¡Yo no...
-¡Diviértanseee!
La llamada terminó.
Seguido de un incómodo silencio en el que un aura depresiva comenzaba a rodear a la pelirrosa.
Algo me dice que todo esto fue planeado...
-¿Qué sucede Amu? ¿No estás feliz de verme?
La pelirrosa fulminó al peliazul con la mirada. ¡No! ¡No estoy para nada contenta! Desde el primer día que llegó a la escuela, ella le había dejado en claro que no quería nada que ver con él, pero él simplemente se le seguía acercando. Además, no ayudaba el hecho de que sus llamadas "amigas" estén más del lado del peliazul que de su lado.
-En serio, ¿qué quieres de mí Tsukiyomi? –preguntó irritada. ¡¿Por qué no simplemente la dejaba en paz?!
-Solo estar cerca tuyo. –le sonrió, y sus ojos azules se encontraron con los de ella, ella desvió la mirada. ¿Por qué tenía que ser taannn guap… Esto quiero decir, si no tuviese belleza suprahumana (palabras de Ran, no de ella) quizá sus amigas no insistirían tanto en emparejarla con él
- Y bien ¿nos vamos? –preguntó él.
-No acepté en ir contigo. –le recordó.
-Podrías hacerlo ahora. Así, no irás sola al lugar que querías.
Mmm… la verdad era que sí había estado esperando esta salida con ansias, quería ir a ese lugar, pero no sola. Y nada aseguraba que sus amigas no volverían a hacer lo mismo si insistía en ir otro día con ellas. Así que… no haría daño darle una oportunidad, ¿verdad?
-Mas vale que no intentes nada raro –dijo sin verlo a los ojos y comenzando a caminar.
-No prometo nada – Ikuto comenzó a caminar a su lado. -¿Y cuál es el lugar al que querías ir?
-Es un lago con cisnes que han abierto al público.
-Mm un escenario algo romántico ¿no crees?
-¡No iba a ir contigo! –gritó la pelirrosa- Además estoy yendo solo por los cisnes. –quiso dejar en claro.
-¿Nunca has visto uno?
-No, solo los he visto en las películas.
-Ya veo, ¿y no te gustaría verlos más tarde?
-¿Más tarde? –preguntó no entendiendo. ¿Para que ir más tarde si podía ir ahora, acabar con esto, separarse de él y de allí torturar a sus amigas al día siguiente por haberla abandonado?
-Los lagos se aprecian mejor de noche–respondió él.
-Mmmm –ella miró su celular- pero son las 4 aún falta mucho para...
-Confía en mí –le sonrió.
- ¿Puedo confiar en ti? -
-¿Por qué tengo que pasar el resto de la tarde contigo? -dijo la pelirrosa mientras comía su helado de chocolate. Ikuto también estaba comiendo uno del mismo sabor.
-Créeme valdrá la pena cuando lo veas.
Ambos estaban sentados en la banca de un parque, haciendo tiempo.
-Más vale que no me estés engañando.
-¿Me crees capaz? –preguntó con tono inocente.
-Te creo capaz de cualquier cosa –dijo frunciendo el ceño- después de todo tú... –ella se quedó en silencio unos segundos, para después desviar la mirada.
Él se acercó a su rostro de repente.
-Después de todo te robé tu primer beso ¿verdad?
Su rostro se tornó rojo
-¡Cállate! –le gritó, e ignorándolo, volvió a concentrarse en comer su helado de chocolate.
-Además, no deberías enojarte tanto por eso, tú sabes que te gustó.
Sin previo aviso el peliazul la tomó de la barbilla, y colocó sus labios sobre los de la pelirrosa. Los ojos de la ella se ensancharon, lo siguiente que Ikuto supo era que Amu lo apartaba con fuerza y lanzaba su helado sobre su cabello.
- Te dije que no volvieras a hacer ESO –era la primera vez que escuchaba la voz de ella en un tono tan frío y furioso.
-Amu... Tranqui-
-¡Te parece divertido ¿verdad?!Crees que no es algo por lo que debería molestarme. Después de todo, para ti y para muchas chicas debe ser algo normal, ¿no? –hubo un pequeño silencio. Los ojos furiosos de la pelirrosa se encontraron con los de él, sus manos cerradas en puño. - ¡Pues para mí sí es importante!- Amu trataba de aguantar las lágrimas de la cólera- ¡Yo no voy a dejar que te diviertas conmigo o que te burles de mí entiendes! ¡No me importa quien seas! ¡Aún si fueses el presidente o el hombre más peligroso del planeta, no tienes derecho a jugar conmigo ni de meterte en mi vida! ¡Y menos cuando no sabes nada sobre mí! ¡Fui una estúpida por venir aquí contigo!
-Amu, yo solo…
-¡CÁLLATE! ¡NO QUIERO NADA QUE VER CONTIGO ENTIENDE! ¡DÉJAME EN PAZ! –le gritó con todas sus fuerzas- ¡ODIO A LA GENTE COMO TÚ! ¡NO QUIERO VOLVER A VERTE! –lo miró directo a los ojos con rabia- ¡OJALÁ TE ATRAPEN Y TE PUDRAS EN LA CÁRCEL, ASÍ NO VUELVO A VER TU ESTÚPIDO ROSTRO NUNCA MÁS EN MI VIDA!
Amu no esperó más y salió corriendo del lugar, el peliazul no tuvo tiempo para reaccionar mientras Amu desaparecía de su vista a lo lejos. Cada una de sus palabras había sido como puñaladas atravesándolo. Lentamente quitó el cono de helado de su cabello, mientras recostaba su frente sobre una de sus manos.
... Soy un idiota
- ¿Puedo confiar en ti? -
La pelirrosa seguía corriendo con todas sus fuerzas sin importarle la dirección mientras unas lágrimas rebeldes comenzaban a caer por sus mejillas. ¡Odiaba a ese sujeto! ¡Lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba! ¡Solamente queriendo jugar con ella! Se sentía tan tonta por pensar que no intentaría nada.
Amu se detuvo cerca de un árbol, secando sus lágrimas. No valía la pena derramar lágrimas por algo así. Había visto como los ojos del chico comenzaron a reflejar arrepentimiento y dolor mientras ella le gritaba, pero poco le importaba, se lo merecía, ¡se merecía eso y mucho más! No iba a perdonarlo… Lo único que quería ahora era que el chico desapareciese de su vida, que la dejase en paz.
-Hey preciosa –se escuchó una voz desconocida.
Amu volteó y vio a dos hombres sonriéndole. Había estado tan perdida en sus pensamientos que ni siquiera los había notado. ¿En qué momento se le acercaron? Y ahora que se daba cuenta… no reconocía este lugar. ¿En dónde se había metido?
-¿Qué pasó, por qué lloras? –preguntó uno, mientras acortaba la distancia entre ellos- ¿Tu novio terminó contigo o algo así?
El otro hombre apareció a su otro lado y la rodeó con su brazo por encima de sus hombros.
-Debió ser un idiota, pero no te preocupes, nosotros podemos ayudarte a olvidarlo.
-Déjenme- dijo Amu mientras los miraba con furia y apartaba el brazo de sus hombros - no estoy de humor.
Solo quería estar sola. No estaba con ganas ni fuerzas para lidiar con nadie en ese momento. Sin decir más, comenzó a caminar lejos de ellos, pero uno de los hombros la tomó de la muñeca.
-Hey no seas así de fría.
-¡Suéltame! –le gritó tratando de soltar su agarre, pero él solo sujetó su muñeca con más fuerza.
-Solo queremos divertirnos un rato.
El hombre comenzó a acercarse a su rostro y Amu entró en pánico.
-¡Que me sueltes! –Gritó cerrando su otra mano en puño, y golpeando al sujeto en la cara. El hombre la liberó de inmediato, quejándose del dolor y llevando sus manos a su rostro. Al levantar la mirada sus ojos resplandecían con ira. Oh no...
-¡Maldita!
Los ojos de Amu se llenaron de miedo, ya estaba oscureciendo, no había nadie más alrededor, y no necesitaba pensarlo dos veces para saber que estaba en problemas y que debía correr. Pero antes de que pudiese reaccionar, el otro hombre apareció detrás suyo y rodeó su brazo alrededor de su cuello con fuerza, inmovilizándola, la pelirrosa soltó un gemido mientras trataba de soltarse sin éxito alguno, le era difícil respirar, y no podía encontrar su voz para gritar y pedir ayuda.
¿Por qué terminaba en líos como estos? El recuerdo de unos ojos azules apareció en su mente, la máscara de Black Lynx rodeando esos ojos zafiros mientras su mirada se encontraba con la de ella por unos segundos, dándole la tranquilidad de que ya estaba segura, de que ya todo estaba bien. Era extraño como su mente sacaba esos recuerdos ahora, aún sabiendo que la realidad era totalmente diferente. Esos ojos no volverían a mirarla de esa manera… no después de lo que había pasado esa tarde. No después de la forma en la que ella le gritó, la forma en la que lo trató, él no vendría a ayudarla. No vendría…
-Maldita… -comenzó a acercarse el hombre al que ella había golpeado antes- ¿Te crees muy fuerte?, ¿verdad? –sus ojos la miraron con furia, mientras los de ella se llenaban de pánico. Amu vio como él alzaba su puño con toda la intención de golpearla, mientras ella cerraba los ojos, asustada, rogando que alguien viniera a ayudarla…
Pero no fue así…
El cuerpo de Amu se retorció de dolor al sentir como el puño del hombre la golpeaba en el estómago, mientras su boca soltaba un gran quejido de dolor, su cuerpo queriendo caer al suelo, pero sin poder hacerlo por el agarre del otro sujeto.
- ¡¿Pues qué tan fuerte te crees ahora?! –el hombre la cacheteó con tanta fuerza que podría haberla tirado al piso si el otro hombre no la estuviese sujetando, los ojos de la chica llenándose de lágrimas, a las justas podía mantenerse en pie – ¡NO ERES MÁS QUE BASURA! - volvió a cachetearla, mientras ella soltaba otro quejido del dolor. Podía sentir sus mejillas entumecidas por el golpe, pero a pesar de ello, el hombre le dio otra cachetada, y otra, y otra, y otra, disfrutando su dolor y su miedo mientras veía como lágrimas comenzaban a caer por las mejillas de la chica.
"¡Para, por favor para!" quería gritar ella, pero lo único que salía de su boca eran gemidos, mientras veía al hombre enfrente suyo aterrorizada, quería pedir ayuda, quería que alguien la ayudara, pero no había nadie allí para ella, nadie iba a venir, sus lágrimas no paraban de caer.
El hombre frente a ella volvió a cerrar su mano en puño, esta vez dispuesto a golpearla en la cara como ella lo había hecho.
Una silueta apareció deteniendo el puño del agresor con su mano, los ojos de todos se ensancharon al notar su repentina presencia, y de una patada el chico tiró al hombre al piso, haciendo que soltara un quejido de dolor. Volteándose alzó su puño y golpeó en la cara al hombre que sujetaba a Amu, haciendo que este cayera hacia atrás inconsciente, soltándola. La pelirrosa cayó al suelo de golpe, mientras tomaba aire y llevaba sus manos a su abdomen que era la zona que más le dolía por el golpe del hombre.
Al alzar la mirada, se encontró con un chico dándole la espalda.
-Ikuto… -su voz quebrándose al pronunciar su nombre.
El chico volteó, Amu volvió a encontrarse con esos ojos azules, pero esta vez eran distintos… no solo porque esta vez no estaban siendo rodeados por una máscara de color negro, sino porque esta vez reflejaban una furia incontrolable.
El peliazul observó los ojos de Amu llenos de lágrimas y no pudo evitar soltar un gruñido, mientras salvajemente y a gran velocidad cogía del cuello al hombre que la había golpeado, y lo levantaba del suelo apretando con fuerza su cuello. El hombre a las justas pudo abrir los ojos tratando de comprender lo que estaba pasando, mientras comenzaba a sentir como cada vez llegaba menos aire a sus pulmones, por instinto llevó sus manos a su cuello, tratando desesperadamente de liberarse.
-¡MERECES ESTAR MUERTO! -la voz asesina y llena de ira del peliazul sobresaltó a la pelirrosa, mientras veía la expresión horrorizada del hombre. Ikuto apretó aún con más fuerza el cuello del desgraciado.
Amu observó horrorizada la escena, viendo como el rostro del hombre se tornaba rojo, cada vez siéndole más difícil respirar, mientras trataba de soltarse con todas sus fuerzas, para que el oxígeno pueda llegar a sus pulmones. La pelirrosa se paró lo más rápido que pudo a pesar del dolor, y caminó hacia el peliazul, tomándolo del brazo. Sus ojos dorados se encontraron con los de él.
-Ikuto –suplicó- No eres un asesino, no lo hagas… solo vámonos
Black Lynx había robado muchas cosas, sí, pero nunca le había quitado la vida a alguien. Amu odiaba a ese hombre con todas sus fuerzas, sí, pero aún así nunca le desearía la muerte a nadie, y no dejaría que el peliazul se convirtiera en un asesino.
Pasaron unos segundos mientras los dos miraban directo a los ojos del otro, Amu vio como la furia de sus ojos azules lentamente se calmaba. Ikuto soltó al hombre, dejándolo caer al suelo mientras este tomaba grandes bocanadas de aire, inhalando todo el aire posible, no parecía tener fuerzas de levantarse después del intento de estrangulación del chico.
Verlo arrastrarse de forma tan patética hacía recorrer la furia por las venas del peliazul, eso no era ni lo mínimo que se merecía por haberla golpeado, merecía mucho más. Tenía que pagar por cada una de sus lágrimas.
La sensación de una mano sobre su hombro lo sacó de sus pensamientos, sus ojos se encontraron con los ojos color miel de ella, su mirada llena de preocupación. Ikuto había visto como ese hombre la bofeteó antes de que él interviniera y evitara el siguiente golpe, pero no sabía que había pasado antes de ello, por la forma en la que Amu mantenía una mano sobre su abdomen, le daba el presentimiento de que la había golpeado más que eso, y una sensación de cólera mezclado con culpa recorrió su cuerpo ante el hecho de no haber llegado antes e impedido esas agresiones.
Los ojos de Amu seguían mirándolo con preocupación, el peliazul desvió la mirada y sin decir nada, ambos empezaron a caminar alejándose. Pasando al lado del hombre que la había sujetado del cuello, ahora inconsciente en el suelo, la pelirrosa lo observó durante unos segundos, felizmente no parecía que fuese a despertar pronto. Los ojos del hombre se abrieron de repente, y la pelirrosa sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, una mano cogió su tobillo antes de que pudiese dar un paso más y jaló su pierna haciendo que ella cayera al suelo mientras él aprovechaba en levantarse.
Sin pensarlo dos veces, Amu pateó sus piernas, quitándole estabilidad y tirándolo al suelo. Libre de su agarre, la pelirrosa se levantó con rapidez, pero sus ojos se ensancharon al ver al otro hombre corriendo directo hacia ella con una navaja en su mano. Todo pasó demasiado rápido, Amu sintió que alguien la apartaba del camino, y lo siguiente que sabía era que la navaja del hombre iba directo hacia Ikuto, seguido de unas gotas de sangre derramándose en el suelo.
-¡IKUTO! –gritó, su voz horrorizada al ver la sangre.
El rostro del peliazul hizo un gesto de dolor, no había alcanzado a esquivar a tiempo la navaja y el arma había abierto una herida a su costado. Ikuto golpeó al hombre para ganar tiempo e ignorando el dolor de la herida, alzó a Amu entre sus brazos, sin darle tiempo para reaccionar, y comenzó a correr, sacándola del peligro. Los hombres persiguiéndolos por detrás. Con gran agilidad Ikuto la dejó al lado de unos arbustos y saltando hacia un árbol, lo usó de impulso para cambiar de dirección sin dejar de correr, y enfrentar a sus perseguidores.
Amu veía horrorizada como el peliazul esquivaba los intentos del hombre por acuchillarlo junto con los golpes y patadas de su compañero, la herida al lado de Ikuto seguía sangrando y a pesar de ello, él aguantaba el dolor e insistía en luchar solo contra esos 2 hombres.
La pelirrosa sentía su cuerpo temblar mientras observaba la pelea. Ikuto había terminado lastimado por su culpa. ¡Todo por su culpa! Si tan solo no hubiese sido tan descuidada, tan impulsiva… no hubiese provocado la furia de esos hombres, y él no hubiese terminado envuelto en todo esto. ¿Por qué todo terminó así? Ikuto no tenía nada que ver en este problema, él no tenía por qué ayudarla, no después de la forma en la que lo había tratado esta tarde, y a pesar de todo ello, él había venido. Había venido, había terminado herido tratando de protegerla y a pesar del dolor seguía peleando para mantenerla a salvo. No tenía por qué hacerlo y aún así él insistía en arriesgar su vida para ayudarla. Las lágrimas no paraban de caer de sus ojos mientras observaba la pelea. Y lo peor era que ella ni siquiera podía hacer algo para ayudar, no podía hacer nada más que observar a lo lejos como él arriesgaba su vida por ella.
Uno de los sujetos apareció por detrás y rodeó su brazo alrededor del cuello del peliazul, inmovilizándolo, mientras Amu veía horrorizada como el otro hombre con la navaja se dirigía hacia él corriendo a toda velocidad. Sus ojos se llenaron de pánico, mientras sentía su corazón casi detenerse ante la imagen.
-¡IKUTOOOOOOOO!- gritó con todas sus fuerzas, su voz rompiéndose, mientras sus lágrimas caían sin parar de sus ojos.
Apoyándose hacia atrás sobre el hombre que lo sujetaba, el peliazul alzó sus dos piernas doblándolas en el aire, y extendiéndolas con fuerza, pateó en la cara al hombre que venía con la navaja, haciendo que cayera y rodara unos metros hacia atrás inconsciente, al mismo tiempo que la navaja terminaba clavándose en el suelo a unos metros de él. De un movimiento, Ikuto cogió del brazo al hombre detrás suyo, y alzándolo lo hizo rodar sobre su hombro, haciendo que cayera con fuerza enfrente de él, y adolorido en el suelo lo noqueó en la cabeza asegurándose de dejarlo inconsciente.
El peliazul observó a los dos hombres desmayados en el suelo, mientras recuperaba el aliento, la herida de su costado ardiendo de dolor, pero pudiendo ser soportada, después de todo había tenido heridas aún más graves, pasaron unos segundos antes de que lentamente volteara hacia la pelirrosa, sus ojos azules se cruzaron con los de ella justo como esa noche en la que él le salvó la vida por primera vez.
-¿Estás bien?
Las palabras resonaron en la oscuridad de la noche, los ojos de Amu comenzaron a llenarse de lágrimas, mientras observaba al chico seguir preocupándose por ella.
-¿Que… si estoy bien? – susurró tratando de procesar esas palabras sin poder creerlas, las lágrimas caían cada vez con más fuerza de sus ojos – ¡¿QUE SI ESTOY BIEN?! – la pelirrosa gritó con fuerza, su voz quebrándose mientras sus ojos reflejaban una emoción que Ikuto no podía entender. - ¡¿Cómo… ¡¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que te dije esta tarde?! –las lágrimas seguían cayendo de los ojos de la chica sin parar. Ikuto no pudo evitar sentirse mal al recordar los sucesos de esa tarde, la había salvado de esos hombres, pero eso no cambiaba nada, ella seguía odiándolo y no quería nada que ver con él… -¡¿Cómo puedes decir eso después de que quedaste herido por mi culpa?! – sollozó mientras lo cogía de la camisa con sus manos y lo miraba con lágrimas en los ojos -¡¿Cómo puedes preguntar eso después que te traté de la peor manera posible?!
-Amu…
-¡CASI MUERES POR MI CULPA! –gritó con fuerza mientras su voz se rompía con cada palabra.
Hubo un pequeño silencio, las lágrimas no paraban de caer de sus ojos, mientras sollozaba y sus manos temblaban sosteniendo la camisa de él, como si tuviese miedo de que en cualquier momento fuese a desaparecer –Todo esto fue mi culpa… Tienes todo derecho a odiarme…
Ikuto la rodeó con sus brazos, abrazándola, mientras ella seguía aferrándose a su camisa con lágrimas en los ojos.
- No te odio –susurró mientras la chica seguía temblando entre sus brazos.
-… ¿Qué?
-No te odio-repitió las palabras, mientras ella trataba de procesarlas.
-P-Pero…Te tiré mi helado en la cabeza.
-No importa
-Te dije cosas horribles…
-No importa –él comenzó a acariciar su cabello, tratando de calmarla
-S-Saliste herido por mi culpa.
-No fue tu culpa, y tampoco importa. –Amu seguía aferrándose a su camisa con fuerza. -He tenido heridas peores, esta sanará
-P-Pero…
- Shh, no llores. – Ikuto la soltó lentamente, y comenzó a secar sus lágrimas– Lamento no haber llegado antes y evitado que ese hombre te agrediera.
Ella agachó la mirada
-¿Cómo… ¿Cómo puedes seguir preocupándote por mí?
Él la tomó del mentón y la obligó a mirarlo, sus ojos azules encontrándose con los de ella.
-Lo hago, porque me importas.
Amu sintió algo cálido ante esas palabras, y sin pensarlo rodeó al chico con sus brazos, devolviendo el abrazo de antes. Él la miró sorprendido por unos segundos, pero pronto una sonrisa comenzó a formarse en su rostro.
- Eres un imán para los problemas, ¿sabes?-comentó él, y ella no pudo evitar soltar una pequeña risa ante eso.
- ¿Puedo confiar en ti? -
Tras haber logrado enviar oficiales al lugar donde se encontraban los hombres inconscientes, con la excusa de haber visto unos sujetos peligrosos armando una pelea y dando sus características, Amu e Ikuto lograron atenderse en una posta médica cercana, inventándose algunas excusas que decentemente pudiesen explicar los moretones y el corte. Amu se sintió más tranquila al ver al peliazul vendado y escuchar que su herida no era tan profunda como se creía.
Cuando salieron del establecimiento, las calles estaban completamente a oscuras, ella soltó un suspiro mientras sacaba su celular para ver la hora: 8:14 p.m. Amu dirigió la mirada hacia el suelo, consciente de la presencia del peliazul a su lado y del silencio que se estaba comenzando a crear entre ellos, habían pasado tantas cosas que aún eran difíciles de procesar.
- Lamento lo de esta tarde- Ikuto rompió el silencio, ella levantó la mirada hacia él, encontrándolo con la mirada agachada, sus palabras realmente sonaban sinceras- No debí haberte besado sin tu permiso, no volverá a pasar –él alzó la mirada y sus ojos se encontraron con los de ella por unos segundos antes de volver a desviar la mirada– Tampoco tienes que considerarme tu primer beso, eso solo lo decides tú, con la persona que desees y de la manera que lo desees. – la brisa del viento soplaba lentamente mientras Amu observaba al chico- Quizá no me creas… pero quería que supieses que no te veo como a un juego. Todo este tiempo no he podido sacarme a esa chica de la cabeza... -una pequeña sonrisa comenzó a formarse en su rostro mientras recordaba el momento- La chica que me acompañó por los ductos de ventilación, riendo junto a mí, sin importarle que yo era un criminal… -la forma en la que él sonreía ahora no era como las otras veces en las que él la molestaba o bromeaba con ella, no, era una sonrisa totalmente diferente y genuina, Amu no pudo evitar desear que él sonriera más de esa manera- Era la primera vez que disfrutaba tanto estar con alguien que... -sus ojos comenzaron a reflejar soledad y tristeza- realmente no quería que eso terminara... -sus palabras hicieron eco en la oscuridad de la noche, mientras la pelirrosa se preguntaba cómo sería la vida del ladrón.
Otro silencio comenzó a crearse entre los dos.
-... Te creo -susurró ella, e Ikuto no pudo evitar sentir esperanza ante esas palabras -Yo también quería disculparme, me excedí con mis palabras esta tarde, estaba enojada y dije cosas sin pensar. -Hubo un pequeño silencio antes de que la pelirrosa alzara la mirada, encontrándose con los ojos de él -¿Aún quieres... ir a ver los cisnes conmigo?
- ¿Puedo confiar en ti? -
El sonido de los búhos hacía eco en la inmensidad de la noche mientras un pequeño bote remaba despacio recorriendo el lago, la luna resplandecía en lo alto y su reflejo era visible en las aguas oscuras.
La pelirrosa observaba el paisaje recostándose en el extremo del bote mientras el peliazul remaba en silencio. A pesar de que al inicio ella no estaba de acuerdo con que él remara por su herida, él le había insistido que no había ningún problema. No sabía como describirlo, lo había sentido también esa noche de la fiesta, estaban los dos solos y prácticamente seguían sin saber mucho el uno del otro, pero aún así todo se sentía tranquilo, agradable y reconfortante en compañía del otro.
-¿Sabes? –la voz de la pelirrosa hizo que el chico alzara la mirada - no eres una mala persona Ikuto –sus ojos se encontraron con los de ella por unos segundos.
-Supongo que puedo considerar eso como que no me odias por completo –susurró.
-Mmm... Es difícil odiarte cuando has arriesgado tu vida para salvarme 3 veces.
-Como lo dije un imán para los problemas –bromeó él.
-Hmph –ella desvió la mirada- Aún no puedo ver los cisnes –dijo impaciente.
-Es un lago grande ya los verás. Quizá el chocolate de mi cabello los atraiga –dijo refiriéndose al helado que ella le había lanzado en la cabeza antes.
-Ups lo siento.
-No te disculpes, me lo merecía. –contestó con sinceridad- Eso me pasa por molestar a cierta gatita cuando no debía.
-Puedo ser una gata fiera cuando quiero ¿sabes?
-Sí, lo noté. Mas vale que me cuide de tus garras.
Los dos rieron mientras Ikuto seguía remando y Amu observaba su reflejo en las aguas del lago.
-Hey… gracias… por salvarme –susurró ella - ¿Sabes? Antes de conocerte, creía que eras un ladrón vil y ambicioso como decían los rumores, pero la noche que me salvaste… descubrí que eras diferente a como la gente te describía. -él dejó de remar, solo concentrándose en la chica frente a él- La noche en la que escapamos de la mansión fue una completa locura, pero... fue divertida. -hubo una pequeña pausa mientras ella escogía sus siguientes palabras- Creí que lo mejor era mantener nuestras vidas separadas y actuar como si nada hubiese pasado -ella alzó la mirada, fijando sus ojos en él- pero tú no quisiste dejarlo allí... Estaba enojada contigo y no sabía si era buena idea confiar en ti, pero...a pesar de que siempre me estás molestando, también tengo buenos recuerdos contigo. -ella le dirigió una sonrisa- No es tan malo dejar que seas parte de mi vida después de todo.
El peliazul no podía apartar su mirada de la chica, y de la forma como ella le sonreía. A pesar de ser un criminal y de todo lo que había pasado, ella ya no iba a apartarlo.
-Me alegra -susurró el chico.
El sonido de un graznido llamó la atención de ella, al voltear vio a un cisne nadando cerca al bote, los ojos se le iluminaron.
-Hola pequeño ven - ella estiró su brazo queriendo alcanzarlo, pero el cisne solo la miró por unos segundos, para después ignorarla y seguir nadando.
-No va a venir porque lo llames-dijo él, golpeando un poco el orgullo de la chica- al menos que tengas comida.
-Pues no tengo, así que intenta acercar el bote hacia él.
-Se va a ir apenas nos acerquemos -aseguró él.
-Por favor...-pidió ella, mientras sus ojos lo miraban con súplica. El peliazul soltó un suspiro, mientras comenzaba a acercar lentamente el bote hacia el cisne con el menor ruido posible, dejándolo casi al costado del ave, el cual estaba distraído. Amu se apoyó en el costado del bote y alzando su mano, se estiró para tocarlo, solo le faltaba unos centímetros, ella se inclinó más hacia adelante, pero esto hizo que la canoa se ladeara hacia el lado en el que estaba ella, haciendo que se vaya hacia adelante, sus dedos rozaron la cabeza del cisne, mientras este rápidamente se zambullía, escapando de allí.
Un brazo la jaló hacia atrás, antes que ella cayera al agua, y lo siguiente que Amu supo fue estar recostada sobre el pecho de Ikuto mientras el bote se mecía un poco regresando a su posición original. Un pequeño sonrojo se formó en las mejillas de la pelirrosa mientras percibía el agradable olor de una colonia, los latidos del corazón del chico y la manera como sus brazos la tenían rodeada de manera segura. Podía sentir su corazón acelerarse mientras pensaba en lo cerca que estaban. El peliazul soltó un suspiro y dirigió su mirada hacia la chica que tenía recostada sobre su pecho.
-¿Estás bien? -preguntó.
-S-Sí -la chica reaccionó, y apoyando sus pequeñas manos sobre el pecho de él trató de levantarse, mientras él trataba de sentarse para hacer todo más sencillo -G-Gra... - fue en ese momento- cias...- en el que los dos se dieron cuenta de lo cerca que estaban del rostro del otro.
Ambos sintieron que el tiempo se detuvo mientras comenzaban a sumergirse en los ojos del otro. La pelirrosa estaba consciente de la forma como la brisa de la noche lentamente despeinaba el cabello del peliazul, podía sentir su colonia, el corazón de ella latir a mil por hora, y sentir estar perdiéndose en esos ojos azul zafiro mientras poco a poco la distancia entre sus rostros se comenzaba a acortar.
Solo unos centímetros separaban sus labios de los suyos, su corazón no dejaba de latir con fuerza de su pecho mientras observaba como se acercaba. Sabía lo que iba a pasar, podía apartarlo, pero… por alguna razón su cuerpo no se movía, solo podía pensar en esos ojos azules que se acercaban cada vez más a ella.
Los ojos de él comenzaron a cerrarse mientras lentamente él recostaba su cabeza sobre el hombro de ella.
-Prometí no hacerlo a menos que quieras -susurró.
La pelirrosa tenía la mirada perdida, confundida ante la escena, su corazón no dejaba de latir con fuerza, mientras se preguntaba el porqué no lo había apartado. Podía sentir el cabello del peliazul haciéndole cosquillas en su cuello, y una parte de ella se sorprendía de que no le incomodara el tenerlo tan cerca, los ojos del peliazul se ensancharon al sentir dedos acariciando su cabello, la sensación era agradable, realmente... quería permanecer al lado de esta chica.
El graznido de un ave hizo que ambos alzaran la mirada hacia el sonido, a unos metros de ellos dos cisnes nadaban tranquilamente uno al lado del otro. Ambos se quedaron observando a los cisnes por unos segundos antes de volver a encontrarse con la mirada del otro. Fue cuando Amu recién se dio cuenta, que de alguna manera había terminado sentada sobre el regazo del peliazul.
-L-Lo siento-dijo rápidamente mientras se apartaba y volvía a sentarse donde estaba antes del incidente.
-… No te preocupes –susurró él, mientras desviaba la mirada.
Amu dirigió su mirada hacia donde él estaba viendo y observó como ahora el lago estaba rodeado de pequeñas luciérnagas que comenzaron a revolotear por los aires, iluminando el lugar. Haciendo ver el paisaje aún más hermoso de lo que ya era, una sonrisa se formó en el rostro de la pelirrosa.
Su mirada se dirigió hacia el chico a su lado por unos segundos, y no pudo evitar sentirse extraña al notar que por alguna razón... ella estaba mirando los labios de él.
- ¿Puedo confiar en ti? -
Yyyyy me demoré mucho en subir esto, sorry. Me ha quedado muuuuyyyy largo, quise partirlo en 2 caps, pero preferí dejarlo en uno solo. Este capítulo terminó diferente a lo que tenía planeado, iba a hacer otra de esas típicas escenas en las que están a punto de atacar a la protagonista y el chico viene a rescatarla antes de que le hagan daño etc etc (lo cual he escrito un montón), pero sentí que era muy típico y debía cambiarlo un poco para dejar el impacto. Creo que es la primera vez que he dejado que golpeen a Amu (?)… que yo recuerde, díganme que les pareció
Gracias a karakuritsukiyomi, hanako uchiha-haruno, Milenary, AI tsukiyomi y a andreeauchiha por sus reviews. Me alegra saber que les esté gustando la historia, trataré de actualizar más pronto esta vez.
Díganme que les pareció el cap :D onegai. Y gracias por tomarte el tiempo de leer mi historia.
¡AMUTO FOREVEEEERRRR!
Bien, esto es para las personas que han leído mi otro fic Black Lynx, creo que lo mejor mm… es explicarles las probables dudas que me imagino han tenido con mi regreso y al leer este fic. Gomen por responder recién u.u
1) ¿Tu fic Black Lynx tiene alguna relación con este? No, como ya lo habrán notado, son tramas distintas. Pero admito que tienen escenarios parecidos. Mmm considérenlo otra versión de Black Lynx más corta y que estoy 98% segura terminaré este año. Así que pueden haber escenas parecidas, pero siempre trataré de cambiarlo en algo para que no sea pura repetición y lo disfruten como cualquier otra nueva historia. Este fic nació como una historia alternativa de Black Lynx, al principio fue como una idea de ohh black lynx es muuuyyy larga algún día quizá haga una versión corta (lo cual estoy segura ya no haré porque soy demasiado lenta escribiendo ), y solo... no sé… tuve esta idea que me gustó mucho del final del primer cap en el que Ikuto besaba a Amu de la nada, y de allí de alguna manera comenzó a crearse una historia algo distinta u.u". Mi amiga incluso le dice Black Lynx #2 a esta historia jeje, sí le va el nombre jajaja.
- ¿Puedo confiar en ti? / Black Lynx #2 -
2) Si es una historia con una nueva trama, ¿por qué no le pusiste otro nombre al ladrón para no confundir a tus lectores? Consideré esto, pero me encanta como suena Black Lynx (es como puro misterio) y no se me ocurre un nombre original que lo supere o que no se relacione con otro fic amuto pasado. Hace años me leí un fic que se llamaba "El ladrón zafiro", me gustó la idea de crear un nombre que tenga la palabra zafiro, pero cada vez que pensaba en ello era demasiado parecido al título de este fic, y sería como estar copiando así que nop.
3)Han pasado 84 años y sigues sin actualizar Black Lynx (jaja ok no xD pero sí lo he tenido abandonado por bastante tiempo) ¿Vas a continuarlo? Estaba escribiéndoles un testamento con muchas explicaciones, pero eso lo dejaré mejor para cuando actualice la historia, para que no lo lean doble. Así que para ser más concisa, sí voy a actualizarla, lamento haberla dejado abandonada por tanto tiempo, después de haber vuelto ya más tranquila, voy a trabajar en el siguiente cap de esa historia, no sé cuando lo estaré subiendo, esos caps toman su tiempo, pero sí voy a actualizar la historia. Me alegró saber entre sus reviews que aún la recordaban y que no está tan olvidada como yo creía :D
4)Y nada, Amuto es una pareja que me encanta y es especial para mí, mi meta es compartirles cada una de la historias que tengo pendientes sobre esta pareja (tengo como otras 3 mas jeje, pero no las subiré hasta tener todo completo de ellas y avanzar Black Lynx), lamento no ser de esas autoras que actualizan rápido, pero trato de esforzarme y hacer que la espera valga la pena. Siéntanse libres de preguntarme por aquí algo de Black Lynx si desean, y les estaré respondiendo por PM o quizá conteste reviews en el prox cap, no estoy segura aun.
Y gracias por tomarte el tiempo de leer mis historias.
¡AMUTO FOREVEEEERRRR!