Carrera 25:
El final y el principio

—Bien, todo listo — dijo Cisco colocando lo que parecía ser un simple colgante alrededor del cuello de Rarity. — Todo lo que tienes que hacer es usar tu magia para activarlo y luego gritar pero sin forzar tu garganta, la bocina en miniatura hará el resto.

—¿Es así de sencillo? — Dijo Rarity admirando el bello diamante que combinaba con el resto de su traje. — ¡Vaya! Pues me alegro que sea así de sencillo, te lo agradezco mucho.

—Cuando quieras, cuando quieras, una vez lo armas la primera las otras es pan comido — aseguró el joven científico sonriéndole. — Ahora sí creo que nos libramos de pendientes aquí, ¿o alguien más quiere necesita un poco de ciencia de los laboratorios S.T.A.R.? Aprovechen porque la oferta expira en los próximos cinco minutos, cuatro, tres…

—Estamos bien Cisco, gracias — dijo Twilight mirando hacia atrás y todas las modificaciones que le hicieron al Cutie Mapa para poder seguirle el rastro a Rainbow.

—Sí viejos, ya hicieron más que suficiente con ayudarnos a vencer a mi yo maligno — dijo Rainbow sonriéndole a Barry. — Gracias por todo, de veras, de no ser por ti creo que no lo hubiera logrado, o al menos sin más muertes. Te debo una grande viejo amigo.

—Estamos a mano, después de todo fue gracias a ti pude reponerme del todo de lo que me hicieron Zoom y Reverse Flash — dijo Barry abrazando a Rainbow. — Te lo agradezco.

Rainbow se sonrojó ante el sorpresivo gesto de Barry pero se lo devolvió con entusiasmo. Iris los vio de reojo pero decidió dejarlos ser, después de todo sabía bien que entre ambos existía una conexión que tal vez nunca llegaría a comprender. Por su parte Caitlin y Cisco seguían despidiéndose amigablemente de las amigas que hicieron durante su estadía hasta que al final era hora que el equipo Flash regresara a Star City. Cisco se colocó sus gafas especiales y tras soltar una última risita acerca de cómo se veían de cómicos los ponis, abrió una última brecha entre los dos mundos y todos comenzaron a desvanecerse.

—Oye Dash, si aparece un tercer villano súper veloz, ¿cuento contigo? — Sonrió Barry.

—¿Bromeas? ¡No me lo perdería por nada del mundo! ¡Hasta pronto Barry!

Entonces el equipo Flash se desvaneció por completo dejando solas a las chicas y a Blue Blood, que luego de todo lo que había pasado había pasado la noche en el Palacio.

—Bien, eso fue interesante — dijo el príncipe con calma. — Ahora si me disculpan creo que lo mejor será volver a Canterlot. Como siempre un gusto Princesa Sparkle.

Y comenzó a dirigirse a la puerta mientras las otras lo despedían tímidamente sin saber a ciencia cierta de cómo actuar con él cerca. Las únicas que actuaba con naturalidad eran por supuesto Rarity y Rainbow Dash, que con todo lo que había pasado ya eran buenos amigos.

—Bien, ahora que todo terminó os veremos más tarde Blue Blood — dijo Rarity de muy buen humor. — Trata de no meterte en demasiados problemas antes que llegue, ¿está bien?

—Dime una cosa, ¿a quién es a quien sigo teniendo que salvar a pesar que hice lo imposible para enseñarle a defenderse sola? — Preguntó fríamente Blood. — En fin, hasta más tarde… Canario. Ansío ver esa maquinita en acción.

—Yo también Blue Blood, yo también — dijo Rarity guiñándole un ojo.

Entonces la Flecha disparó al aire cubriendo la estancia de humo azul. Dash por supuesto se puso a batir sus alas para disipar el humo, y obviamente cuando la estancia quedó limpia no había ni rastro de la Flecha. Bueno, no había que hacer escándalo al respecto.

—Pero caramelo, ¿cómo es que tú terminaste siendo el Canario? Digo, no te veo a ti como una vengadora enmascarada igual a Blue Blood — dijo Applejack levantando la ceja.

—¿Qué puedo decirte querida? — Se rio Rarity. — Lo único predecible de la vida es que es impredecible.

—Totalmente de acuerdo — dijo Twilight echándole un vistazo a sus alas con media sonrisa. — Pero de todos modos, ¿no te parece peligroso Rarity?

—Oye, no es muy diferente a lo que hace Rainbow, y aunque no tenga poderes Blue Blood es un maestro increíblemente bueno y sé varios trucos que pueden ayudar en momentos de necesidad. Y con la maquinita de Cisco creo que estaré mejor que nunca.

Twilight suspiró.

—Sólo espero que no te metas en problemas serios con las otras Princesas.

—Al menos Candace y tú me apoyan — dijo Rarity encogiéndose de hombros. — Y a mí no me buscan ni con la mitad de ahínco con el que buscan a la Flecha.

—En eso tienes razón — dijo Twilight. Usualmente la sermonearía un poco más, le diría que no fuera tan irresponsable y que tuviera más cuidado de lo que hacía y quién sabe cuántas cosas más, pero también estaba consciente que los tiempos estaban cambiando y que eran otro tipo de héroes los que comenzaban a surgir en Equestria.

—¿Entonces creen que más gente como nosotros se termine uniendo para luchar contra el mal? — Bromeó Rainbow.

Pinkie Pie soltó una risita.

—¡Oh, eso sería genial! ¡Un grupo de súper amigos!

Rainbow negó enérgicamente con la cabeza.

—No, no, no, ¡definitivamente no! Ese nombre suena demasiado cursi. Yo pensaba más en una… ¿una qué?

Applejack hizo un face-hoof.

—¿Ni siquiera has pensado en un nombre? — Preguntó Applejack.

—Entonces, ¿me permites una sugerencia? — Dijo Rarity. — ¿Qué tal una liga? Una liga de la…

Service Perfection, la mucama en jefe de la familia Rich, estaba preocupada por su pequeña señora. Gracias a que sus padres estaban constantemente ocupados con el trabajo o sus clubes sociales, ella fue quien prácticamente crio a Diamond y era natural pensar que luego de la trágica muerte de los Rich fuera ella quien se encargara de Diamond.
Estaba feliz por el cambio para bien que hizo luego de su encuentro cercano con las Crusaders y todo parecía ir viento en popa para ella a partir de aquel momento… pero luego de la muerte de sus padres Diamond había cambiado. Estaba sola casi todo el tiempo, entrenando desesperadamente su cuerpo y mente con todo tipo de ejercicios dementes; y luego empezó a entrenar en combate, todo tipo de combate imaginable.

—¿Pequeña señora? — Preguntó Service.

Diamond acababa de terminar su sesión de entrenamiento y miraba por la ventana.

—¿Recuerdas lo que te dije, sobre cómo siento que me falta algo? Tengo la técnica, los métodos, ¡las herramientas personalizadas! Pero me falta un símbolo, algo que se meta en la mente de los criminales mucho más que la Flecha. Pero, ¿qué puedo utilizar?

La mucama no dijo nada y mejor abrió el armario de Diamond Tiara para desempolvar sus vestidos, cuando varios murciélagos escaparon al pasarles el plumero.
Perfection se apresuró a correr hacia su pequeña señora que sabía que le tenía un tremendo pánico a los murciélagos. Pero esta vez fue algo diferente, Diamond miraba a los murciélagos con interés no con su miedo de siempre. Entonces sonrió.

—Eso es.

—¿Pequeña señora?

—Eso es, ¿no lo ves Service? Murciélagos, el símbolo que necesitaba.

—¿Por qué?

—Porque les tengo miedo. Y ahora el bajo mundo compartirá mi miedo.

Spike estaba dando un paseo nocturno luego de las emociones del día. Flash, Dash, el Canario y la Flecha; era medio divertido, el mundo parecía haberse convertido en un verdadero cómic y eso le encantaba, aunque le hubiera gustado más protagonismo en la historia de por sí era emocionante.
Entonces, cuando estaba llegando a los límites de Ponyville, se dio media vuelta para regresar a casa cuando vio un meteorito estrellándose un poco más adelante. Eso era en pleno bosque Everfree, pero alguna fuerza desconocida llamaba a Spike. Con cuidado corrió a ver de qué trataba todo aquello, topándose con un enorme cráter y en el centro había una roca de color verde que brillaba con gran intensidad.

—¿Pero qué?

Y corrió hacia allá cuando comenzó a escuchar una voz moribunda que venía justo del lugar del impacto.

Ayúdame, ¡ayúdame por favor!

Spike corrió con toda la fuerza de sus pequeñas piernas, hasta que llegó a donde lo llamaban. Ante él se encontraba una extraña criatura como un pollo gigantesco pero con forma antropoide, justo como los habitantes del otro lado del espejo (Canterlot Hight). El pollo tosió sangre color azul y miró con cautela a los ojos de Spike.

Niño, acércate por favor…

Spike tragó saliva, su primer impulso fue correr pero en lugar de eso trató de concentrarse en el llamado de ayuda de esta criatura frente a él. Se acercó con cuidado.

—¿Estás bien?

Ya es muy tarde para mí amiguito, pero todavía puedes hacerme un último favor… dime, ¿cómo te llamas?

El dragón tragó saliva con cuidado.

—Spike, Spike el dragón.

Entonces la criatura acercó su ala moribunda hacia él, en donde sostenía un anillo de color verde que brillaba misteriosamente.

Spike el dragón, el Anillo te ha escogido… úsalo para defender nuestro universo.

—¿Pero qué?

Conviértete en uno de nosotros.

—¿Eh?

—Conviértete en un…

Entonces la criatura expiró.

—¡Espera! ¿Qué estabas tratando de decirme? — Gritó Spike sacudiendo a la criatura.

Pero no había respuesta.
Entonces Spike se dio cuenta que sin fijarse se había puesto el anillo.

—¿Y ahora qué?

Entonces se fijó que el anillo brillaba con esa extraña luz verde que rodeaba el meteorito, o bueno la nave en donde estaba la criatura alienígena.

—¿Será que este anillo era lo que brillaba?

Bueno, no, lo que brillaba era una extraña linterna como de minero que estaba detrás del asiento de la criatura. Igualmente sin entender muy bien el por qué de sus acciones, Spike tomó la lámpara (que tenía dentro una llamarada de energía pura color verde y era la fuente de toda la luz) y colocó dentro la garra en donde tenía puesto el anillo.
La luz entonces iluminó las palabras grabadas que Spike comenzó a leer:

—En el día más brillante, o en la noche más oscura la maldad nunca escapará a mi vista. Y que aquellos que adoran el poder del mal se cuiden de mi poder, ¡LA LUZ DE LINTERNA VERDE!

Scootaloo no sabía por qué aceptó seguir a ese extraño que se le presentó de la nada interrumpiendo su trabajo como vendedora de periódicos, ¿sería una especie de presentimiento?
Bueno igual ella era huérfana y aunque el orfanato no era un lugar para nada desagradable, la perspectiva de tener que regresar ahí siempre la deprimía un poco. Entonces la figura paró en la estación de trenes, que a pesar de la la se veía extrañamente vacía. ¿Qué demonios estaba pasando ahí?

Llegó un tren, pero como ninguno que Scoots hubiera visto antes: de color negro decorado con estrellas y los planetas del entero sistema solar. La puerta se abrió y a un gesto de la figura de negro, Scootaloo entró. El tren comenzó a moverse y ahí fue cuando la potrilla se dio cuenta que estaba sola. Y extrañamente no se sentía asustada, de hecho hasta esperaba con ansias qué le esperaba.

El tren arribó a una estación igualmente desconocida, en donde había un único pasillo decorado con estatuas de los siete pecados capitales y al final de éste, un anciano unicornio con un largo bigote blanco que le sonrió.

—Bienvenida Scootaloo.

—Este… un gusto, ¿Star Swirl?

—¿Qué? ¡No! — Se quejó el unicornio. — Él es el de la barba, mi rasgo significativo es el bigote. Mi nombre no es tan conocido pero aunque no lo creas he pasado los últimos trescientos años combatiendo el mal.

Scootaloo asintió.

—Ya veo, entonces ¿a qué viene todo esto? ¿Por qué me trajo a mí?

—Porque te he estado observando desde nacimiento y veo que tu corazón puro y valeroso es lo que necesito en un candidato para seguir con mi legado. Lo que yo te ofrezco Scootaloo es la fuerza, inteligencia, resistencia y la velocidad de los mismos dioses. Dime Scootaloo, ¿deseas convertirte en nuestra protectora?

La potrilla sonrió.

—¿Qué tengo que hacer?

—¡Di mi nombre y todo el poder será transferido a ti!

Las grandes letras aparecieron sobre el anciano unicornio y Scootaloo sonrió. ¿Sólo decir un nombre, no?

—De acuerdo, lo haré, ¡SHAZAM!


Helo aquí, el inicio de la Liga de la Justicia Poni, les dejo la idea para adopción si alguien la quiere porque yo pensaba llegar hasta aquí, la historia de The Dash. Gracias a todos por seguir las aventuras de Flash en Equestria y con el tiempo cambiar el foco de atención a Dash. Espero les haya gustado y:

Chao; nos leemos!