Esto es un regalo para Jesse, espero te guste (tal vez lo continúe).
Esto es un Pliroy, por si las moscas.
Disclaimer: Yuri! on Ice no me pertenece, si así fuera Yurio siempre ganaría.
Esto es guerra.-
La tarde caía lenta, parecía que el día no quería acabar jamás y eso molestaba a Yuri. Él lo único que deseaba era que la noche cayera pronto, así nadie le buscaría y podría estar a solas con sus pensamientos confusos y poner algo de orden en el caos que era su cabeza en esos momentos.
Las calles se hacían interminables mientras caminaba sin rumbo fijo, solo por hacerlo. Su mente estaba muy lejos, perdida en los acontecimientos de hacía una horas.
Eran las 13:32 cuando arribó al aeropuerto, solo. Lo hizo así para evitar a la prensa y fans molestas que no le dejaban llegar a su hotel tranquilo, no es que no le prestara atención a sus fans, pero odiaba ser molestado luego de haber estado sentado horas en un avión. Lo que no esperaba era escuchar una conversación en el hall del hotel (el que misteriosamente estaba desierto), por alguna treta del destino J.J estaba en el mismo hotel y, al parecer, no venía solo.
— ¡Es que no te entiendo, J.J! ¿Antes te quejabas de que no quería acompañarte y ahora te enojas porque vine a darte una sorpresa?
Yuri quedó de piedra un momento, una chica de cabello corto y negro estaba allí, se veía exaltada y parecía que en cualquier momento saltaría sobre la yugular del "King".
— ¡Yo soy quien no entiende! ¿Por qué estás aquí? Creí que estabas harta de mí, lo diré textual: "vamos a tomarnos un tiempo, ya no estoy segura de quererte".
La mujer, que Yuri supuso era la novia o algo así de J.J, se quedó en silencio por unos segundos mientras el pelinegro meneaba la cabeza en negación y Yuri se preguntaba qué diablos hacían discutiendo en el hall y porqué él no se iba de ahí.
—… sé que dije eso pero… yo estaba confundida, entiéndeme, te amo y… y sé que tú también me amas –todo esto lo dijo con un hilo de voz, al borde de las lágrimas. J.J se acercó y la tomó suavemente de los hombros antes de levantarle el rostro para mirarla directamente a los ojos, a Yuri se le encogió el corazón sin tener muy en claro el porqué.
—Tú querías un tiempo para pensar y reflexionar sobre nuestra relación, no lo entendí en su momento, pero accedí. Me dijiste que debíamos pensar si estar juntos era algo que ambos queríamos de verdad y que debíamos conocer gente, eso hice.
La chica tembló y unas cuantas lágrimas comenzaron a surcar su rostro, J.J las limpió con delicadeza.
—Eso hice y estoy seguro de que hiciste lo mismo. Tenía pensado hablar contigo después del Grand Prix Final pero por lo que veo esto no puede esperar. Tenías razón al decir que estábamos juntos por comodidad, te amé, pero hace mucho que ya no siento lo mismo por ti, ya no podemos estar juntos.
—Conociste a alguien más, ¿verdad? Y… te gusta.
—No solo me gusta, me enamoré.
— ¿Y… es más linda que yo?
—Lo siento, es un chico y es hermoso, en cuerpo y alma, él ha estado dos veces conmigo en el podio.
La chica abrió los ojos con incredulidad, Yuri, por su parte, hizo lo mismo, era imposible que…
— ¿Es… Yuri Plisetsky? –la voz le temblaba.
— Sí, es él.
El bolso que llevaba Yuri en su mano cayó con estrépito al suelo. Ambos miraron hacia donde se escuchó el ruido y vieron a Yuri allí, con los ojos abiertos como platos, la mandíbula desencajada y pálido. J.J intentó avanzar, no se suponía que el rubio se enterara de esa forma, pero Yuri, cual gatito asustado salió corriendo como alma que lleva el diablo del hotel, dejando tirados su bolso y maleta.
Ahora su mente no dejaba de reproducir la voz de J.J admitiendo que era él de quien estaba enamorado ¡y frente a su novia! O ex‑novia, al parecer. No sabía qué pensar ni cómo sentirse al respecto. El pelinegro era solo un odioso y lo dijo para librarse de la chica ¿no? Eso tenía sentido… pero aunque quisiera engañarse sabía que esa no era la respuesta correcta.
Con un suspiro prolongado decidió regresar al hotel esperando no encontrarse con el imbécil que le hizo pasar toda la tarde fuera cuando lo único que quería era descansar.
Una vez en el hotel un botones muy atento (y guapo) le dijo que su equipaje ya estaba en su habitación, Yuri solo asintió y se fue hacía allí lo más rápido posible.
Cerró la puerta aliviado, por fin podría estar tranquilo y tomar un baño largo para relajar sus músculos que ni cuenta se había dado que estaban tensos.
Mañana todo estaría bien…
—Nada, ¡nada está bien! Se suponía que Yuri-chan se enteraría de mi interés cuando también se enamorara de mí, o mínimo que le gustara, ahora todo se fue a la alcantarilla…
J.J daba vueltas en su habitación como un animal enjaulado, todo el plan "Conquista a Yuri-chan" estaba inutilizable luego del "encontronazo del hall" como decidió llamarlo. Al menos su ex se fue después de entender que ya no había nada que hacer por su relación.
Alguien había llamado a la puerta de su habitación pero no tenía ninguna gana de abrir, así que sólo ignoró hasta que escuchó una voz.
—Plisetsky, sé que estás ahí dentro pero no te culpo por ser un cobarde y no querer abrir, después de todo ha de ser traumante escuchar tanta tontería junta, ¿no? Seguro que ni te gustan los hombres o eres homofóbico, pero no importa, no te preocupes por eso, yo recuperaré a J.J, te lo aseguro. Bueno, solo quería decir eso. Adiós.
Yuri estaba ardiendo en furia, ¿él? ¿Cobarde? ¡JA! Ya vería la idiota esa. En dos pasos abrió la puerta y utilizó su mejor pose intimidatoria.
—Primero, cobarde cualquier otra persona menos yo. Segundo, nada puede traumarme a éstas alturas, estoy acostumbrado a escuchar idioteces que te harían quedar autista. Tercero, no te interesa si me gustan o no, y para ser claro no soy homofóbico, cada quien es libre de gustarle lo que quiera, así como a ti parece gustarte tu reflejo. Cuarto, buena suerte, la vas a necesitar, ya que por lo que vi, a J.J lo único que le importa de ti es tu recuerdo. Bien, adiós –dicho esto se escuchó un portazo que dejó con las palabras en la punta de la lengua a la chica que había ido a intimidar al enemigo y el tiro le salió por la culata.
Con pasos airados se alejó del lugar, eso era la guerra.
Espero te guste, lo más probable es que lo siga luego de terminar mis miles de certámenes por dar.
Y para todos los demás que se pasen por aquí... ¡Gracias por leer!
Besos
Allumi ;)