Con mucho esfuerzo he llegado hasta aquí. Espero que disfruten mucho de es
Disclaimer: Miraculous es propiedad de Thomas Astruc y Vampire Kinght de Matsuri Hino
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VAMPIRE KNIGHT
DÉCIMA NOCHE
VISITA FAMILIAR
—Adrien…
Max tocó a la puerta de la habitación de su líder de dormitorio, pero no obtuvo respuesta. Sabía a la perfección que estaba pensando en algo, desconocía el qué, pero en su razonamiento lo mejor era dejarle .
No era una sorpresa que de vez en cuando el de sangre pura quisiera tomarse días para pensar y meditar sobre los asuntos del mundo vampírico (sobre todo sus responsabilidades en este), aunque estaba seguro que esta vez estaba aturdido por algo que había pasado la noche anterior. Conocía las consecuencias de hurgar en dichos sucesos; dejarlo pasar era lo mejor.
—Joven Max, ¿aún está despierto?
Una joven de la servidumbre estaba llegando junto a él con una pila enorme de libros. Antes de atenderla, observó la hora del reloj de pared: cerca de las 6:00 am, lo que significaba que el sol no tardaría mucho en salir.
—Traemos su pedido, ¿los dejo en su habitación?
—Si, lamento la molestia —se acercó—. Tomaré de una vez esta revista.
—Claro. Por cierto, ¿el joven Agreste está…?
—¿Es para el líder de dormitorio?
—Si —mostró una bandeja con un documento y una pluma—, un invitado con cita ha enviado una solicitud. Es urgente.
—Adrien está ocupado ahora, así que lo firmaré en su lugar como vicepresidente.
—¿Qué? No puede ser, cómo es que puede él puede venir personalmente…
—No estoy mintiendo, ¿quiere llamar para asegurarse?
No respondió, simplemente salió corriendo a las habitaciones de sus compañeros que ya dormían que se quejaban por lo enérgico del moreno para ser de mañana.
—¡El abuelo viene esta noche!
Terminó entrando a la habitación de Nino, donde justo también se encontraba Kim. Poco a poco los demás fueron entrando mientras bostezaban, usando sus pijamas.
—¿Estás seguro? —Kim secaba su cabello.
—Claro. Un negociador experimentado en el mundo exterior, al punto de que no hay aspecto imaginable del comercio que no esté envuelto con la empresa Pelletier. En el mundo nocturno, es una fuerza que deber ser tomada en cuenta: Viktor Pelletier —se paró junto a la ventana, todos debían escucharlo—. En el consejo de los antiguos, sigue siendo uno de los vampiros de mayor importancia.
—Recuerda que el consejo de ancianos es la entidad más alta de comando en nuestro mundo—Chloé interrumpió—. Sin embargo, no nos gobiernan.
—L-lo sé…
No quería que la visita de un hombre mayor perturbara la pequeña paz de su dormitorio, el oasis que Adrien había formado para jóvenes que buscaban un cambio en el mundo de la oscuridad. Pero a pesar de ello, sus realidades eran otras y debían atender a los mandatos de los que estaban por sobre ellos aún si eso iba contra los ideales de cada uno.
Así pues, se solicitó la suspensión de clases para que cada uno de los alumnos arreglara el sitio y se acicalara para recibir a un miembro importante de la élite de los vampiros.
—Si incluso tú tienes que mostrar respeto y venir a darle la bienvenida, debe ser un terrible abuelo —se burló Alix de su mejor amigo.
—Es un excéntrico diez veces más poderoso que nosotros, es por eso que todos estamos aquí reunidos.
—No quiero admitirlo —habló Lila—, pero...
—También tengo miedo —interrumpió Bourgeois—. Aunque comparando a Adrien, ¿me pregunto qué sujeto es el más escalofriante?
—Eso se verá —aseguró Nino.
—¡Adrien! —exclamó nervioso desde el segundo piso el otro moreno—. No tienes que venir personalmente ya que sólo viene a decirme algunas cosas.
—No he visto a Viktor desde hace un largo tiempo, sólo quiero darle la bienvenida. ¿Puedo?
El rubio bajó las escaleras contra la voluntad de su compañero que estaba sumamente nervioso por el encuentro de su líder y su abuelo.
—No es que no puedas…
Las palabras ya no fluyeron, pues un fuerte crujido se escuchaba desde el otro lado de la enorme puerta de aquella mansión que fungía como dormitorios. Aquella entrada fue abierta de par en par por aire caliente, prácticamente vapor que ocultó la figura del anciano que iba entrando sin decir una sola palabra.
—Tan bueno como siempre.
—Señor Agreste —El anciano se acercó al líder—. Como se esperaba, los sangre pura son diferentes de los nobles. Incluso si todo su cuerpo estuviese cubierto de sangre, no estaría contaminado —tomó su mano, en una aparente intención de besarla—. Así como la misma fragancia de las flores, está desbordante de juventud, fuerza y belleza. Espero seriamente que algún día comparta su incomparable sangre conmi…
—¡Adrien!
Nino y Chloé separaron al instante a ambos, pues desde su posición observaron los colmillos del anciano que celosamente buscaban atravesar la piel de uno de los vampiros más poderosos gracias a la herencia de su sangre.
—Lo siento mucho, pero espero que entiendas —la rubia abrazó a su amigo un tanto temblorosa.
—Tu broma ha ido demasiado lejos —se atrevió a decir el chico que hoy no llevaba sus audífonos, sujetando al de la tercera edad de la muñeca.
—Con que la hija de los Bourgeois y el hijo de los Bellamy, ¿no es verdad?
Kim tuvo que acercarse a su amor no correspondido para alejarla del ojiverde, mientras que el de lentes intentaba hacer lo mismo con su otro compañero.
—¡Sabes que tomar sangre de un sangre pura es el tabú más grande de los vampiros! Yo… —a pesar de su discurso, la mirada desafiante le hizo temblar.
El de mayor rango abofeteó a Nino, sacándolo del trance para reprenderlo por no haberse mantenido calmado ante la situación que se le presentaba.
—Ja, estoy agradecido por tan animada bienvenida pero sólo vine a visitar a mi adorable nieto, así que no hay necesidad de que todos sean tan cautelosos.
—Viktor, creo que para todos verte saludable es lo más importante. Ya que todo comenzó desde el día en que no acepté que fueses mi guardián… Ya sabes, no quería ser corrompido.
—Es por su presencia que pude dejar aquí a mi nieto, en la Academia Francoise Dupon, sin tener que preocuparme —su tono se comprendía como burla—. Mi señor.
Tras besar, sin aparente intención malvada, la mano del pura sangre y haciendo su debida reverencia, se retiró a hablar con su nieto de un par de asuntos que llamó familiares. Así cada miembro de la corte vampírica pudo retirarse a sus aposentos.
. . .
—Chloé, ¿cuánto tiempo pretendes estar parada ahí?
Adrien estaba recostado en el sillón de su estudio leyendo algunas cartas que le habían llegado con respecto a asuntos de la élite. Por su parte, la que era una prima lejana, llevaba cerca de una hora parada fuera de dicha habitación, encontrando valor para tocar y pedir un minuto del valioso tiempo de aquel con quien compartía algunos rasgos.
—Lo siento, es sólo que no he recibido ninguna llamada de atención —aseguró acercándose de a poco.
—¿Quieres que te regañe? Que chica tan extraña.
—Adrien, eres una persona gentil. Tu sólo querías ayudar a Max con su abuelo, ¿no es así?
—Pero al final terminó de esa manera.
Dudosa, avanzó donde se encontraba su líder. Recogió algunas de las notas tiradas, recibiendo un suave "gracias" que le hizo sonrojar de golpe. Colocándose sobre él, apretó con fuerza sus uñas contra su fino cuello dejando caer en la mejilla del muchacho unas gotas gruesas de sangre.
—Si, aunque sea un poco de mi sangre, puede servirte de alimento… Adrien, tómala —se rostro reflejaba preocupación—. Te noto triste desde hace unos días, quiero ser de ayuda.
—Es suficiente Chloé —le acarició con fuerza la mejilla, después se limpió la sangre—. No tienes por qué preocuparte. Estoy bien.
—De acuerdo.
Irritada, salió de aquel sitio sólo para encontrarse con el que era todo músculo, el muchacho que de más jóvenes se le había declarado y ella continuaba rechazando pues sabía que Alix era su prometida. Aunque, siendo sincera, eso era lo de menos ya que él o le interesaba en lo absoluto.
—¿Qué haces aquí?
—Nada.
—¿Nada? Ya sé que vienes a intentar consolarme, pero… Yo ya sabía que él rechazaría mi sangre —se sentía tonta al buscar refugio en los brazos de Kim—. Es un deseo muy profundo, uno que sólo se ha cumplido una vez, cuando vino por primera vez al Instituto. Fue la última vez… Pero ahora sólo se alimenta de Alix, pero yo…
—Puede ser verdad, que vampiros como nosotros terminamos formando un vínculo con aquellos con quienes les compartimos nuestra sangre, aquellos de nuestra misma especie, con ellos terminamos desarrollando sentimientos que nos llevan a no estar satisfechos.
—Incluso cuando lo amo tanto, entiendo que a los ojos de Adrien son sólo una tonta que no entiende su forma de pensar.
. . .
—Pareces disfrutar de la confianza de Adrien —la conversación familiar se llevaba a cabo en los jardines del terreno—. Sigue con él y mantén los ojos en sus movimientos. Sabes que te dejo quedarte por esa razón.
—Abuelo, creo que aún no comprendes que no haré nada que lastime a mi amigo —el anciano le vio de forma horrible—. P-por favor no me mires así.
—No, el que no entiendes eres tú. En este estrecho mundo de la escuela, la amistad construida en las bases de la hipocresía…
—¡Nuestra escuela es un lugar pacífico!
Marinette había llegado al sitio, motivada por la suspensión de clases de sus compañeros nocturnos (y también otros asuntos). Eran sus verdaderos sentimientos los que hablaban sin pensar, lo que dejó asustado a Max por algo que su abuelo quisiera hacerle a una humana como ella.
—E-eso es en parte gracias a las contribuciones del grupo Pelletier, el director Dupain dijo eso… Es el abuelo del joven Max, ¿verdad? —ahora se daba cuenta de su error al intervenir de manera tan irrespetuosa.
—Cuestiono al director en eso. ¿Es verdad que un caza vampiros activo vino recientemente a la escuela?
—Sobre ese tema es que el director desea hablar con él —el prefecto pelirrojo también aparecía en escena—. Es por lo que desea que lo lleve con él a la brevedad.
—Sigue adelante, lo encontraré yo mismo.
El aprendiz de cazador ignoró sus palabras y le siguió como escolta.
—¡Yo también iré Nath!
—Espera Marinette —la de coletas fue sujetada por el vicepresidente del dormitorio vampiro—. ¿Podrías decirme si algo sucedió ente Adrien y tú?
—Nada —mentira—. ¿Por qué preguntas?
—Bueno, es sólo que no suele confirme sus preocupaciones, por lo que pensé que tal vez tu sabrías algo del asunto y por ende podrías decirme.
—Realmente no sé nada sobre él.
—¿Pero no fuiste tú quien era cercana a Adrien anteriormente? Probablemente conozcas un lado de él que nosotros desconocemos.
Fugazmente, los recuerdos de su infancia tardía regresaban a su mente. El día en que fue salvada por el varón rubio, los siguientes en que sólo sonreía al verle, aquellos en que lo esperaba para darle un abrazo caluroso a su visita en la casa Dupain. Navidades en que el árbol tenía por lo menos un regalo que provenía de él.
Un Adrien mucho más joven, radiante y feliz al estar también a su lado. Tal vez pequeño de edad y de estatura, pero capaz e independiente como pocos. Aquel que le generaba seguridad y alejaba todos los miedos que su pequeña mente pudiese generar.
—N-no lo creo…
Continuará…
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¡Muchísimas gracias por seguir mis proyectos aún! No saben cuánto los amo ;w;)/ Espero no tardar demasiado en traer la continuación xd Este capítulo (siendo sincera), no lo había escrito simplemente porque se me hacía aburrido y casi de relleno excepto por la última parte :v Pero meh, salió decente que es lo importante.
Los leo en otro de mis fics :3 ¡Cuídense y tengan un excelente día!
Siguiente capítulo: Decima primera noche, Memorias en la nieve – Parte I