Disclaimer: Los personajes de la serie no me pertenecen, como a nadie en FF.
El cansancio de no saber por que su compañera de escuela se empeñaba en recalcar que no eran amigas había llegado a su límite. Dos años habían pasado ya. ¿No había sido suficiente?
—No entiendo en qué te afecta tanto —le reclamó la latina durante el almuerzo.
—Le dijiste al vicerrector que me habías ayudado en la obra porque era tu amiga. No lo eres y no quiero que andes por ahí de mentirosa.
—Jade… —quiso decir su novio, pero se detuvo tras una mirada amenazadora.
—No he hecho más que demostrarte que lo soy desde que llegué a esta escuela.
—Te equivocas —le respondió Jade, sin siquiera regresar a verla—. Yo no soy amiga de cualquier persona. Somos conocidas —concluyó llevándose unas papas fritas a la boca y siguió ignorándola.
Eso era quizá lo que más le molestaba. Jade de verdad actuaba como si le importase un pepino todo, como si estuviera convencida de esa realidad y no hubiese posibilidad de que las cosas cambien.
—¿Entonces por qué vienes a mí cada vez que tienes un problema? —le preguntó Tori—. No veo que vayas con Cat, Robbie o Andre.
—Porque prefiero no incomodar a mis amigos con mis problemas. Además, tú siempre estés dispuesta a arrastrarte por los demás. Eso no nos convierte en nada especial.
"¡¿Arrastrarme?!", pensó la latina fúrica.
—¡Está bien, Jade! ¿Sabes qué? Tienes razón, tan solo somos conocidas que se odian. ¿Feliz?
Dicho esto se levantó tomando su bolso y salió en dirección a los casilleros para recoger sus libros y esperar como idiota en la puerta del aula.
Jade ni siquiera se preocupó en tomarse en serio ese enfado. Pero el resto de chicos no tenía la misma actitud.
—Deberías disculparte —le mencionó Beck a su novia.
—¿Por qué? ¿Acaso mentí?
—Vamos Jade, todos aquí sabemos que la consideras tu amiga y solo quieres molestarla —le dijo Andre.
—Están equivocados.
—¿Podrías por favor disculparte? —le pidió Beck.
—No me veas con esa cara de cachorro a medio morir. Vega no es amiga mía y no voy a disculparme.
—Okey.
—Exacto.
—Bueno, cambiando de tema —dijo el moreno—. ¿Recuerdas que querías que te llevara a la tienda gótica en la tarde?
—Claro que sí, hoy es el lanzamiento de… —le respondió ella cortándose al ver una mueca conocida—. No, ni se te ocurra Beck.
—Lo siento, pero me ocupé.
—¡No!
El chico se alzó de hombros e intentó continuar con su comida.
—¿Quieres que me disculpe? —le preguntó ella lanzando la suya al plato—. Perfecto, voy.
Se levantó de la mesa y con paso enfurecido fue a buscarla al edificio.
Dio un vistazo al pasillo y no la encontró, así que aceleró su caminar hasta el baño, tampoco estaba allí.
—¡¿Dónde demonios se metió?!
Apenas terminó esta frase una canción conocida comenzó a sonar a lo lejos. La música salía de una de las aulas vacías al fondo del pasillo.
Debía ser ella. No era para nada extraño que el edificio quedase completamente vacío a la hora de almuerzo.
—Odio a Beck —se dijo a si misma antes de encaminarse hacía el salón. Se acercó a la puerta con cuidado y metió apenas la cabeza dentro de la oscuridad del lugar.
—¿Vega? —preguntó encendiendo la luz un segundo después.
—¡Aj!, ¿qué quieres? —respondió la latina levantándose del piso donde se había acomodado.
—¿Qué haces aquí… tan sola? —le preguntó Jade tratando de ser amable.
—Espero a que abran la clase de música. La pregunta es ¿qué haces tú aquí?
—Beck quiere que te pida una disculpa.
—Aw, que tierno. No necesitas hacerlo. Ya me quedó claro como son las cosas entre nosotras.
—Las cosas siempre han sido muy claras, Vega —contestó la gótica enfrentándola—. Tú y yo no somos amigas. Lo máximo que podemos ser es conocidas, compañeras de clase, dos chicas atractivas que probablemente algún día se tirarán los perros; quizá hasta cojamos, pero eso será todo. No te ilusiones con cosas que no van a suceder.
Tori entonces la miró incrédula. ¿Esas eran sus disculpas?
Qué más podía esperar de ella. Ya debería saber que su no amiga le saldría con algo así.
—Solo te digo la verdad —añadió Jade.
A lo que la latina respondió respirando fuertemente y sonrió de lado mientras negaba mirando al piso. Tori realmente había llegado al límite máximo y, con un acto súbito, se acercó a ella con violencia, le tapó la boca con su mano izquierda y la presionó contra la pared, tomándola completamente por sorpresa.
—La verdad, ¿eh? —le dijo mirándola directamente a los ojos—. No eres mi amiga, pero ¿quieres coger conmigo?
La otra chica estaba más que impactada por la reacción de su compañera que no supo qué contestar. Su cuerpo completamente congelado ante la pregunta que le hacían.
—¿Es eso? ¿No quieres ser mi amiga porque me tienes ganas?
La respiración de su contraparte comenzaba a dificultarse por el bloqueo en su boca, pero no hizo nada por cambiar su posición.
—Dime Jade, ¿a Beck le excita que pienses en mí de esa forma? —La gótica siguió sin inmutarse—. ¿Lo haces mientras estás con él?
Tori entonces pudo distinguir la intriga que le estaba provocando. Algo de verdad había en sus conclusiones que no dejaban a Jade responder como usualmente lo haría en una situación así.
La morena se tomó un par de segundos en decidir si su siguiente movida comprobaría sus sospechas y fue subiendo su mano libre por el blanco vientre de su compañera, obligándola a cerrar los ojos.
¿Debía dudar de haber acertado?
Para nada. Qué fácil se le estaba haciendo manejar a la indomable Jade West. Qué sensación tan placentera ser, por primera vez, la que tenía el poder.
Sin detenerse fue bajando su toque hasta llegar al borde de su falda negra e insertó un dedo entre su piel y la tela. Lo dejó allí, inmóvil por unos segundos, hasta ver que Jade abría sus azules ojos y le devolvía nuevamente la mirada.
Los de Tori se mantuvieron fijos observando profundo de aquellos que no sabían que pasaría después. Quitó su dedo de esa posición y continuó tocándola por sobre la tela plisada, deslizándose por su pierna, acariciando su muslo hasta colarse directamente en su centro.
—No puedo verlas, pero estoy segura de que tus bragas son negras —le mencionó pasando la yema de su dedo por el filo de las mismas—, son cortas, vaya. ¿Quién diría que la enigmática Jade West no dejaría nada a la imaginación?
Entonces hizo a un lado la tela del frente y sintió esa blanca piel directamente con el dorso de su mano.
—Beck de seguro se divierte mucho de tenerte así… tan… desnuda —le susurró esto último y le sonrió.
Ante la mirada todavía desorientada de su compañera, Tori comenzó a subir y bajar sus dígitos provocando que Jade incremente notablemente su respiración. Su boca todavía cubierta por su mano presionándola suavemente contra la pared.
—Jade… wow. ¿Te mojas así solo pensando en mí? —le dijo Tori al inmiscuirse entre sus pliegues—. Awww, que dulce.
La gótica por un segundo sintió tanto enojo al sentirse burlada que encontró una pizca de fuerza para quejarse, pero Tori aprovechó el momento para profundizar sus caricias y penetrarla apenas con la punta de su anular, volviendo a sonreír cuando vio la reacción de esa chica que se dedicaba a hacerle la vida imposible.
—Aparentemente, por dentro, no eres tan fría como te muestras al mundo —le dijo sin detener el movimiento circular en su suave entrada.
Los ojos de Jade ya no querían enfrentarse a la latina. Se sentía vencida e impotente, así que los cerró con fuerza intentando no mostrar más vulnerabilidad.
Tori entonces creyó que la tortura había sido suficiente y fue sacando de a poco su mano de entre las faldas de Jade.
Sin quitarle la vista de encima se hizo un paso hacia atrás y procedió a acercar su mano derecha hasta la altura de su pecho. Sus dedos húmedos brillaban de manera singular.
—Me pregunto a qué sabes —mencionó mirándolos por un segundo. Jade, en ese momento, no pudo evitar ponerle nuevamente toda la atención posible—. Tendré que probarte para descubrirlo, ¿no crees?
Ante la sorpresa de la pálida chica —quien no había puesto protesta alguna hasta ese instante—, volvió a sonreír y abrió los labios, llevándose el dedo medio a la boca con toda la delicadeza que pudo. Lo introdujo hasta la mitad y lo succionó suavemente hasta llegar a la punta. Jade no supo qué más hacer que tragar pesadamente mientras la miraba.
—Tan delicado —declaró Tori regresando su mano a un lado de su cuerpo—. Debe ser porque eres vegetariana.
Y así como la había acorralado en un principio, se separó de ella soltándola por completo. Tomó sus cosas del pupitre donde las había dejado al llegar y se dirigió a la puerta, volteando solo para decirle:
—No necesito ser tu amiga, Jade. No te preocupes por la disculpa. Con esto me basta.
Jade simplemente no supo qué responderle y la miró partir cerrando la puerta detrás de ella.
Nota:
Hey a todos ustedes. Antes que nada, gracias aquellos que me dejaron un review en el oneshot de la semana pasada. No saben cómo aprecio sus palabras.
Muchos me pidieron que lo continúe y seguramente lo haré. Ya vino a mí la idea de un segundo capítulo. Pero hasta mientras, voy a publicar este corto fic diario.
No va a tener muchos capítulos, supongo que unos… ¿siete?
Veamos en donde termina, pero por el momento es un fic super corto y, al ser diario, tampoco tendrá una cantidad muy grande de palabras en cada capítulo (que ando a full con trabajo), pero quería volver a escribir y esta es la excusa perfecta.
Gracias por pasarse por aquí y espero que les guste.
Saludos a todos.
PD. La canción a la que le dedico el título se llama Crush de Yuna y Usher.