Ichimatsu no es especial.
El no logra sentirse así.
El odia a todo el mundo. Prefiere mil veces un gato que estar cerca de una persona real.
Pero con sus preciosos ojos azules la situación es diferente.
"—Sus ojos. Ellos si que sabían hablar."
Gracias a su determinación de querer apoyarlo, siempre esta allí. Encuentra la manera de recitarle palabras de apoyo, sonreír como con nadie lo hace, mantenerse a su lado. Porque realmente le gusta Karamatsu.
"—Y no me iré. No si tu te quedas aquí."
Ichimatsu realmente se esfuerza. Y mucho.
Ah comenzado a comportarse, a dialogar, a peinarse frente al espejo.
No por el. Si no para que Karamatsu lo mire. Lo mire y le guste.
"—Por qué para mi eres perfecto. Aunque el resto del mundo no lo crea así."
Si, la verdad es que puede ser una historia de amor juvenil muy bonita.
Pero no es así.
"—Pero cariño, estas buscando amor en unos ojos que ni siquiera te miran."
Es cierto.
Ichimatsu no es especial.
Karamatsu tampoco lo ve así.
A pesar de sus esfuerzos, a pesar de sus luchas, Karamatsu no lo mira a el.
Cuando esta allí para apoyarle y no dejarlo solo, el lo cambia por un par de ojos mucho mas bonitos que los suyos; una persona mucho más popular y agradable que un simple joven con olor a gato.
Y ya esta cansado de ser una opción del monton.
¿Cuánto tiempo puede perdurar sin marchitarse un amor no correspondido?
¿Hasta que tanto debes aguantar para resignarte?
Pues ese tanto, para Ichimatsu, es este día.
Con un suspiro, se seca los ojos irritados y se levanta del suelo, dejando sus últimas lágrimas marchitarse en el suelo.
—¿Te sientes mejor?- Susurra su único hermano mientras lo toma de la mano.
—Si... Vamonos Choromatsu.- Sonríe con la poca fuerza que tiene.
Si. Tal vez resignarse es lo mejor.
Y no es lindo. Pero esta bien.
...
Basado en algunas cosas...
Tenía que desahogarme con algo, y esta es la única manera que encuentro.