Mi mejor manera de agradecer a quienes no pude, fue dar un capítulo en general más largo de los que suelo hacer... y fanservice ecchi muy leve solo por que sí, pero disfrútenlo mientras puedan que no va haber más después.
Espero sepan perdonar la absurda tardanza y de nuevo muchas gracias por el apoyo recibido.
Capítulo-. Lo que me conecta a ti
Momentos atrás...
Estaban en el salón de clases, con el maestro ausente. Sin embargo, a pesar de no estar éste, no es como tuvieran libre el periodo. Es obligatorio que haya disciplina en el salón lo mismo si vigila o no desde afuera alguien y, por ahora, ninguno quiso romper esa norma. No del todo por lo menos, aunque prácticamente todos están en sus sitios, los más holgazanes charlan o sacan sus consolas de juegos portátiles, uno incluso duerme, dejando olvidado eso de hacer adelanto de otras tareas o repasar los apuntes de la clase anterior.
Yuzu Kurosaki aprovecha bien su tiempo, el portaminas en la mano el cual delicadamente movía trazando las respuestas a preguntas sobre temas históricos. Ella en suma concentrada en sus deberes, para así tenerlos listos en la clase siguiente y no acumular. A Karin no le va tan bien, pero ella tiene su excusa, a pesar de que no se la diría a nadie. La cosa es que no es nada fácil concentrarse con tanto fantasma alrededor. Tiene pronto que hacer una visita a lo de Urahara y así deshacerse del problema utilizando esos locos productos que obtiene gratis. En un inicio le costó asimilar que el loco tendero ya no estaba, pero en un principio nunca fue cercana a él así que no se estaba devastada ni nada parecido, incluso Yuzu lo sintió más que ella al punto de estar por llorar, debido a que sí concurrió más seguido a aquella pequeña tienda.
Karin solo se sintió melancólica días después. Sin embargo, Ururu y Jinta seguían ahí bajo el cargo de aquel alto y fornido sujeto llamado Tessai. Continuaban los tres la venta de dulces y artículos varios que tuvieran que ver con el otro mundo. A ella le seguían dando todo de a gratis, ni siquiera insistiendo le querían aceptar dinero, tal y como el tendero lo hacía gracias a ser hermana de Ichigo.
—¡Yuzu! —ese gritó desconcentró a la susodicha de hora de estudio.
—¿Eh? —levantó la cabeza y buscó con la mirada.
—¿Q-qué...?
—Buenos días, ¡tía Karin, tía Yuzu! —una vocecita suave y animada, que Karin solo presta atención cuando el fantasma se oculta y señala la ventana.
—¡¿Eh?! —Yuzu se levanta de la silla, yendo apoyar manos en el marco de la ventana ante la atención de muchos otros alumnos de los cuales varios le preguntan qué le sucede, en qué pueden ayudarla y aprovechar para admirar su belleza dulce.
—¿O-onii-chan? —susurra la chica, sin escucharlos, concentrada de la imagen que trae su vida de años atrás. Es como ver a su hermano de pequeño, más que como tiene recuerdos. La imagen de ese niño se parece más a las que hay en fotografías tomadas por su padre y madre.
No sabe qué fuerza la impulsa, probablemente la curiosidad, pero sale sin decir palabra alguna oyendo tras de sí a su hermana decir su nombre en grito.
Desde hace poco fue debidamente explicada de la Sociedad de Almas, y la llena la preocupación de qué podría haber pasado para que su hermano acabara en ese estado. Ella no confiaba plenamente en aquellos que lo único, que habían hecho hasta el momento, era involucrar a su hermano al punto en que arriesgó su vida muchas veces.
Si de los shinigami dependiera, quizá su hermano habría sufrido el mismo destino que Urahara.
…
Le tomó mucho tiempo a Kazui encontrar su casa, antes halló la escuela Mashiba. Hubiera querido ir con sus tías, en cuanto las vio a través de la ventana, al acercarse picado de la curiosidad, viendo las distintas aulas y percatarse en que estaban ellas ahí. Mas recordó que la escuela era muy importante y hacerlas salir sería malo de su parte, por lo que siguió su camino no sin antes saludarlas a ambas cuando pasó saltando en uno de los postes de luz cercanos. Les quiso preguntar si le indicaban donde quedaba la clínica, porque no tenía la misma vista por los techos que por las calles y se había perdido un poco. ¿Por qué no corría? Sería más lento ir por el suelo como persona normal, aparte que con Ichika estaban en un reto para mostrar su destreza como shinigamis. Dicho reto consistía en que ambos no utilizaran el piso, la mayoría de los shinigami se movían por el cielo al ir al mundo humano ¿no?, había aportado la niña pelirroja.
Cuando finalmente halló la clínica, buscó la habitación de su tía Yuzu para entrar por ahí. Le gustaba ese cuarto porque siempre pasaban cosas interesantes, como esa vez que apareció un agujero en la pared y un pegote extraño con ojitos… ¡que desapareció cuando lo tocó! Después conoció ahí a Ichika, lo cual también fue divertido. Ella puso una cara tan chistosa cuando le dijo que él era un shinigami.
Tras el encuentro con su padre, tuvo que arreglárselas para no tocar el suelo andando por la mesa y pisando la cama un poco después de saludarle. Por alguna razón, su papá estaba bastante pálido cuando lo llamó como siempre. Se preguntó también, ¿por qué dormía en el cuarto de su tía? Entonces se acordó de que, según ella, antes esa fue habitación de su papá.
¿Entonces ambos se cambiaron de cuarto otra vez? Se lo preguntó, diciéndole si estaba bien ya que la cama era muy pequeña para él y mamá a la vez, comparada a la que tenían en casa. Por su lado, Kazui pensó que podría usar el armario para dormir ya que cabía en ese lugar.
Pasaron varias otras cosas, entre ellas que ¡Ishida-san había venido a visitarlos! Pero él tenía que salir a buscar a Ichika, así que se fue y ellos decidieron hacerle compañía porque lo siguieron. Uryuu-san le compró galletitas en el lugar donde sabía que mamá trabajaba, el dueño le había dicho que se parecía bastante a ella y Kazui estuvo muy feliz. Lastimosamente su mamá no estaba ahí, por lo cual se preguntó si los adultos a su lado le ayudarían a buscarla si les preguntaba por ella. Sin embargo, él acabó sucio a causa de una tubería descompuesta y lo llevaron a casa.
El niño tenía la ilusión de que su mamá estuviera ahí, ya había pasado bastante sin ella y la extrañaba.
—Falta Oka-san —dice Kazui con un mohín, mirando a su padre a los ojos cuando este explica que se bañará. El niño no quiere bañarse solo los dos, incluso si solo es una ducha, sino también con mamá.
Ichigo se cuestiona a quién habría adoptado de madre el niño, mas lo deja sin decir. Anda a saber si decía algo como Tatsuki o Rukia y tenía a su padre jodiéndole con el tema una vez retornara al mundo correspondiente. Como sea, Ishida tampoco interroga al respecto.
—¿No podemos esperar para bañarnos con Oka-san? —Kazui idea, sonriendo.
—Solo somos nosotros aquí y estás bastante sucio, debes bañarte ya —dice Ichigo para que no insista más.
—Entonces, ¿Uryuu-san puede bañarse con nosotros?
—No —sin expresión le contestan los dos adultos al unísono.
—¡Eh! —Kazui abre su boca, reflejando tristeza en la mirada.
Antes que nada, Ichigo se acuclilla y lo levanta. Lo cargará hasta el baño, porque tiene que apurar las cosas y así evitar el drama.
—Ishida, tú busca ropa en mi habitación y no toques nada aparte de eso.
—No pensaba hacerlo —reclama, después pensando ¿Kurosaki de verdad guarda su ropa de niño en su habitación? Porque claramente, no ocupará la mismo talle que Kazui.
"¡KUROSAKI IDIOTA!" Piensa Ishida con rabia, tras buscar en todo el armario y no haber hallado nada. ¿Debería guardar las prendas otra vez en su sitio?
—¡EH, ISHIDA! ¿TE PUEDES APURAR? —detrás de su voz se escuchan risas—. ¡Kazui, deja de correr!
Como sea, lo único que hace es doblar, aunque sea un poco, dejando todo en el escritorio… en una maldita pila que se tambalea y que al menor movimiento podría caerse.
¿Qué clase de venganza era esa? Una en dos partes.
…
Yuzu al fin se detuvo, mermada de fuerzas, tomando aliento varias veces hasta recuperarse. A su lado, más relajada, venía su hermana quien le preguntó sobre su actuar. La menor de las Kurosaki nunca se comporta así. Ella no contestó, solo se dio carrera otra vez y comenzó a pensar en donde podría estar el pequeño al cual creía su hermano en versión miniatura.
—¡Espera, Yuzu!
Entonces, vio como luz la respuesta. Si su hermanito las reconoció, seguramente a su casa también la reconocería ¿cierto?
—¿Qué planeas hacer? Al menos dime eso —pide, ahora hombro con hombro.
Yuzu boquea su respuesta, diciéndole solamente que quiere asegurarse de que el niño esté bien.
—¿Tú piensas que podría ser Ichi-nii? —después de lo que pasó con Kon, la pelinegro no duda mucho de la idea de su hermana. Después de todo, Yuzu es la más observadora cuando se trata de Ichigo.
Entonces, finalmente llegan a la clínica.
…
Como Ishida se tardaba mucho a llevar la ropa, el mismo Ichigo fue a su habitación a buscarla. Casi le sale humo de las orejas al ver esa Torre inclinada de Pisa hecha de ropas, mas para su fortuna el pequeño que lo tenía de padre adoptivo le hizo caso esta vez y no la tocó. Pudo evitarse un inminente derrumbe.
Recién se dio cuenta de que seguramente Ishida estaría buscando ropa en otro lado, ya que era obvio que él no guardaba su ropa de niño allá, pero él tenía que controlar a Kazui ahí mismo. El pequeño era bastante revoltoso a pesar de su cara de no romper un plato.
Le gritó que no tocara nada de la habitación a la que fue, a excepción de lo que buscaba. No obtuvo respuesta.
Ishida se sintió avergonzado de ingresar a una habitación femenina sin permiso, mas se dijo que era por una buena causa.
Por simple lógica, se abstuvo al ver la pila de ropa más femenina y puso sus manos sobre las prendas oscuras, que asumió eran de la hermana de pelo negro. Sin embargo, la mayoría de ropas ya no eran lo suficientemente pequeñas ni masculinas, así que optó por revisar más abajo y justo ahí encontró un par de shorts grises, junto a una camiseta azul celeste con mangas largas y una capucha. Ambas cosas eran de talles menores, que tal vez le quedarían algo holgados a Kazui, pero lo suficiente pequeñas como para que no pasara a través.
Tal vez estuvo muy concentrado en la tarea, como fuera por alguna razón no notó a alguien más entrar hasta que estuvo fuera y él delante de la puerta de la habitación de Ichigo.
Yuzu Kurosaki le miró sorprendida, después poniendo sus ojos en la ropa que cargaba. Sin embargo, por alguna razón fuera de su comprensión, ella sonrió y le dijo que guardaría esas cosas ella misma y, en su confusión total por no saber cómo justificarse si acaso lo llamaba sinvergüenza, ella le quitó la ropa de las manos. Cuando al fin hizo sinapsis, la dulce Kurosaki se metió a la habitación de Ichigo sin llamar, se escuchó un rápido '¡¿Yuzu qué haces aquí?!' y un 'Buenos días, tía Yuzu' antes de que la puerta se cerrara, pero Ishida se quedó como idiota parado y totalmente avergonzado de esa idiotez de no haber hecho absolutamente nada para impedir que alguien más descubriera al niño y es que, hace poco, fue más consciente de que existía una razón monumental por la cual era importante que no fuera descubierta la identidad del niño de pelo naranja.
Lástima que ahora estuviera en más peligro Kazui y todo porque Ishida no se pudo defender con algo. ¡Ni que ella le hubiera tachado de allanador de hogares, por favor!
"No… la próxima vez no…"
—Ishida-san, ¿qué? —la próxima vez se presentó. El quincy levantó la mirada, encontrándose a la otra hermana. Ella se corta en preguntar qué hace ahí, por no parecer grosera en su comportamiento. Bueno, eso lo será él en todo caso. ¿Cómo entra alguien a una casa sin pedir permiso y sin haber nadie en ella? Eso mismo piensa el quincy, tratando de formular una rápida coartada para no arruinarlo otra vez.
Su mente brillante no trabajaba bien cuando le dio lo primero en ocurrírsele.
—Tu hermano está cambiándose de ropa —es aceptable ¿no? Creíble. No tiene hermanos, mas duda de que las hermanas menores tengan permiso de entrar en la habitación, de su hermano mayor, si está de ese modo. Debe ir contra las reglas normales de una familia hacerlo.
¿No? ¿¡No!?
Sí… Pero no.
Sería apropiado, si tan solo ella le hubiera creído o si dijera que se acaba de duchar. No es como si Yuzu también rechace entrar cuando su hermano está en calzoncillos, aunque esto no es algo que Karin dice en voz alta. Ni para qué incomodarle más, aunque Ishida ya ha notado eso de ingresar al cuarto de Ichigo sin llamar.
Sin ser convencida, la pelinegro volvió a tomar el pomo hasta que él la imitó, pero tomando su palma, en lugar del objeto, para quitarla de la puerta cerrada. Cuando ella le devuelve la mirada y le frunce el ceño, él la suelte repentinamente y se disculpa. Eso de comportarse así, interponiéndose a que alguien entre en una habitación de su propia casa, va contra los buenos modales.
Pero cuando ella quiere volver a tomar el pomo, a Ishida no le importan nada los modales. Se interpone entre la puerta y con su cuerpo cubre todo lo posible desde la cerradura.
Oh, Kanae debe estar llorando por comportarte tan duro como tu padre de joven, Uryuu.
Karin solo se enfurece.
—Ishida-san, muévete —no desea empezar a usar la fuerza para retirarlo por sus propios medios, aun sabiendo de que él debe poseer más que ella. Malditos poderes espirituales—. ¡Solo quiero ver al bebé! —es por poquito un ruego.
—N-no, ¿be bé? —repite.
Ella agranda los ojos. Tal parece que no quiso decir eso.
No es tan infante el niño como para tratarlo de tal.
—E-Eh —se siente invadida. Suspira, no mostrarse tan blanda, aunque lo está siendo al llamar cariñosamente bebé al niño—. ¿Cuántos años tiene?
—Bueno, nos dijo que tenía cuatro —e hizo tres dedos. ¿Cuánto tendrá en realidad?
—¿Por qué se parece tanto a Orihime? —increpa de golpe. Su pregunta completa no es solo esa, sino en conjunto: ¿Por qué se parece a ella e Ichigo a la vez?
Oh, no. Ishida no esperó que justo ella fuera quien lo viera e interrogara al respecto primero. Sí. Él tiene la información aclarada. Más o menos. En realidad, no lo comparó antes porque al verlo junto a Kurosaki, fue su semejanza más cercana ¿cómo pensaría en Orihime? Además, la actitud del niño era normal para alguien de su edad. Ser dulce, extrovertido e hiperactivo es típico en ciertos niños, no propio de la esencia e alguien. Pero mientras estuvieron en la tienda, al decir el dueño que "el niño se parecía a su empleada, Orihime-chan" el pequeño acertó al comentario, aclamando en que se trataba de su madre. Eso daba un motivo más profundo a su personalidad tan entusiasta para su edad, además que, fijándose bien, los rasgos del rostro eran exactamente los mismos que los de la chica de cabello castaño anaranjado. Sus ojos grandes y expresivos, por ejemplo, y su frente amplia, aunque de color tuviera un naranja más igual al de Kurosaki.
Sin duda, todo era tan irreal, pero la teoría más clara por alguna razón parecía ser que el pequeño es realmente hijo de Kurosaki… e Inoue era su madre.
¿Cómo? ¡Que no le pregunten! ¡No lo sabe! De hecho, se cree hasta estúpido por ver como un hecho la teoría. Mas para el mundo en el que vive, no ve improbable dentro de poco exista algo tan sacado del género ciencia ficción como los viajes en el tiempo. Ya fuera responsable la Sociedad de Almas o los científicos humanos.
"Ishida hacía muy bien el trabajo de portero", piensa Karin.
No tenía tiempo que perder, pero ¿cómo hará para deshacerse de él?
Tomó la primera idea que le vino a la mente, la cual es una de las ideas más tontas y locas que ha tenido en su vida, pero siendo la menos peligrosa. O eso espera.
A diferencia de los demás, éste particular amigo de su hermano se nota más decente que Mizuiro y mucho más que Keigo. En efecto, lo dice en el sentido de que no luce como un pervertido, incluso caballeroso es.
Usa el plan que quizás es peor que la idea de Ishida.
Tiró de la mano que Uryuu le sostenía, la atrapó en la suya y se la llevó a uno de sus pechos.
Totalmente el resultado opuesto al pensado, obtuvo. El amigo de su hermano se petrificó.
Situaciones desesperadas, medidas desesperadas, volvió a pensar ella. Quería acelerar el proceso, así que tuvo que presionar la mano masculina y por lo tanto que ésta le estrujara el pecho tocado.
Ahora sí que el efecto fue instantáneo.
—¡AAAAAAAAAAAAAAH! —el color sube el rostro de Ishida como la lava de un volcán en erupción mientras ponía cara de escándalo total, retrayendo su mano y alejándose. De modo torpe, la sorpresa hace confundir sus pies al retroceder y cae de espaldas.
Con vergüenza, aprovechó al caído en batalla que estaba sosteniéndose la mano, desde la muñeca, como si hubiera tocado algo venenoso en lugar del pecho de una chica.
¿Qué será de él cuando deba tener intimidad con una novia a futuro?
Que la suerte te acompañe, Ishida.
Una tuvo vía libre e ingresó, Karin notó dos cosas muy singulares incluso para la vida que llevaba su hermano desde el tema de ser shinigami.
1: Había algo parecido a esa torre italiana, pero hecha de ropa encima del escritorio y una muda de ropa en el suelo frente a Yuzu la cual hacía todo menos alzarla, cosa totalmente despreciable en alguien como su hermanita menor.
2: Detrás de las piernas de su hermano, había alguien.
—¡Tía Karin! —fue un murmullo entre un grito y risa tonta de Ichigo para evitar que lo dijera.
Entre el movimiento, ese alguien huyó del escudo humano solo para alzar la mano y saludarle.
Era un niño sonriente de grandes ojos felices, el cual estaba desnudo.
—¡ESPERA, ESPERA! —Ichigo velozmente recogió la toalla de la cama y la tiró sobre Kazui cubriéndole desde la cabeza hacia abajo. No lo quería repitiendo otra vez que adoptó a sus hermanas como tías.
—Hace cosquillitas —se rió la vocecita dulzona, alzando las manos que no lograban salir de la toalla debido al tamaño, lo que lo hacía ver como una especie de Gásper, el amigable fantasma o un disfraz de mala calidad del mismo.
Sin embargo, el intento de Ichigo resultó fracaso. Aunque Karin apenas logró captar el rostro debido al rápido movimiento, Yuzu sí lo hizo y esta vez, gracias a tener más claridad por la cercanía en comparación, comprobó al menos una de sus sospechas.
—Es igualito a Onii-chan —susurró.
Al ver la reacción de Yuzu, Karin estaba todo menos dispuesta a que su hermano escondiera al pequeño así que se acercó viendo cómo él tapaba la boca del infante, el cual pretendía llamar 'tía' a Yuzu y a ella -y sí, Ichigo le tapaba los labios con la mano sobre la toalla.
—Ichi-nii, quítale la toalla de encima —la de cabello azabache reprendió a falta de su gemela para hacerlo. Yuzu aún estaba en shock, con las manos cubriendo su boca sonriente y un sonrojo que no se le iba.
Estaba en una especie de coma por exceso de lindura.
Karin comenzó a forcejear, ya que su hermano no la tomaba en cuenta.
—¡B-BASTA! —era mucha la tenacidad teniendo en cuenta el normal comportamiento con sus hermanas. Así, usando el brazo para mantenerla alejada y que no intentara más forcejear con él. Su otro brazo todavía poseía suficiente fuerza para sostener desde la cintura, bajo la axila, al pequeño cubierto hasta la cabeza.
La verdad Karin no le interesaba mucho ver al niño, simplemente que fuera liberado para que no muriera a falta de oxígeno el pobrecito.
—¡Ichi-nii, lo vas ahogar!
—No puedo-o… r-respirar —sollozó el pequeño bajo la toalla, apoyando las palabras.
Justo ahí se da cuenta.
—¡P-perdón! —dice el pelinaranjo, agachándose rápidamente para dejar el cuerpo en el suelo mientras intercala maldiciones con disculpas y pedidos mentales de que esté bien en niño con semejanza física a él.
Entonces, reparan en otra figura presente en la habitación y ninguno la notó hasta entonces.
Kazui, que era todo lágrimas, se detuvo al ver la otra familiar figura y no sin razón. Se trataba de su muy preciada madre quien hacía acto de presencia, por lo cual sonrió al instante como si todo el temor que tenía minutos atrás se hubiera evaporado. Ignorando todo lo demás, se fue desnudo corriendo a ella.
Sin previo aviso la lámpara cayó del techo, unos centímetros cerca de sus pies -haciendo que debiera detenerse de su encuentro con su madre- y seguidamente un cuerpo que rompió el vidrio antes intacto. La singular aparición fue producto de Ichika Abarai, una nueva amiga suya a la que Kazui estuvo feliz de volver a ver demostrándolo al gritar su nombre.
—¡Ichika-chan!
—¿¡Qué!? ¡¿Otro más?! —Ichigo elevó la mirada al cielo, después bajando la cabeza con resignación de su suerte.
Al menos, según su aspecto, la niña no se inventará que él es su padre. Es un gran alivio eso.
Ichika mira alrededor, ¿acaso interrumpió una reunión familiar? Como fuera, esperaba no llegar lo suficientemente tarde.
—Otou-san, ella es Ichika-chan ¿la recuerdas? —Ichigo no le contestó que jamás en la vida la había visto, ya que estaba más desconcertado de otra cosa y era el ser llamado así delante de sus hermanas y Orihime.
¿¡Qué pensarían ellas de esto!? Por respuesta a Ichigo, pues, las chicas quedaron atónitas.
Por supuesto, la pelirroja shinigami no por el mismo motivo que las demás.
¡Definitivamente, él no ha visto episodios de seres o películas sobre viajes en el tiempo y las consecuencias negativas!, es lo que piensa Ichika cuando oye que Kazui ha llamado papá a Ichigo. Hasta ella, que es shinigami, le consta que ese desliz puede ser mortal no solamente para el mismo niño. Mortal, así como en todos los sentidos. ¿Quién sabe incluso si podrá existir en la Sociedad de Almas? Nemuri le detalló todo, ¡sin dibujos!, lo cual no fue entendible a totalidad para ambos, pero le quedó lo suficientemente claro a la hija de Renji y Rukia.
A diferencia de sus padres, los de Kazui no tienen una relación aún. El decirles que tienen un hijo de la nada sin que ellos tengan sentimientos podría ocasionar que se odiaran. Aunque, si los mira bien y recuerda que su mamá le habló sobre ambos mayores ahí presentes, no los ve capaz de odiarse. Según tiene entendido, son demasiado amigos y cercanos. No obstante, mejor no arriesgar su futuro o el de su pequeño amigo humano.
¿Cómo decirle que no llame a sus padres por lo que son, que les diga por sus nombres? Si alude a Orihime como mamá, probablemente esté frito. Tendrá que hacer el intento de callarlo, después verá cómo le explica que no debe decirles 'papá' y 'mamá'.
Al notar que Kazui vuelve a ver a Orihime y quiere llamarla, Ichika le grita temblorosamente que se vista.
Yuzu reacciona, levantando entre disculpas la ropa y diciéndole que venga con ella. Su sobrino -el cual ella no sabe que es- felizmente se deja.
"¿Esa ropa es mía?", se pregunta Karin. Bueno, en todo caso bien se la puede dejar al niño.
—¿Cuál es tu nombre?
—¡Soy Kazui Ku!-
—¡TENEMOS QUE BUSCAR A NEMU-CHAN, KAZUI! —Ichika interrumpe, acercándose muy rápido a él tanto que ya están frente a frente y le toma la mano, señalándole la ventana. Al verle la sonrisa de emoción y que asiente, lo suelta y ella corre primero, dando un salto sobre la cama, paso previo a saltar.
Muy tarde. Renji y Rukia cubren la entrada y ella se ve sin escapatoria.
Las primeras palabras de Ichigo para con la niña son contundentes.
—Tus pies afuera de mi cama —pronuncia.
De mala gana, Ichika se dejó caer de trasero sobre la colcha en el borde de la cama, alzando los pies fuera de esta mientras los balanceaba de arriba-abajo y ponía las manos a cada lado.
—¡No era eso a lo que me refería! —dijo apretando el puño. Lo que quiso decir es que toda entera saliera de su cama.
…
Unos momentos más tarde, así se encontraban las cosas:
como era costumbre Karin y Yuzu fueron excluidas del asunto y dentro de la habitación, Ichika y Kazui estaban inflando cachetes sentados en el piso rodeado de Ichigo, Renji y Rukia quienes los observaban con impaciencia. Ishida tenía la boca hecha una línea, Orihime estaba algo ansiosa y Chad solamente miraba.
La shinigami pelirroja le había susurrado a Kazui que no hablara y para su alivio el niño aceptó. Creyó que era un juego, pero por ahora eso bastaba para no hacer más metidas de pata.
—Lo preguntaré otra vez —Rukia cierra los ojos, aspirando para ganar paciencia—. ¿Quiénes son y qué están haciendo aquí? Yuki Kuranosuke y Shino Madarame son los encargados, y los únicos refuerzos que se han enviado recientemente somos Renji y yo, por lo que no pueden decirnos que los enviaron de la Sociedad de almas —sin olvidar que parecen demasiado menores para ser shinigami. Es raro que niños de esa edad puedan llegar a serlo, se enterarían del hecho fuera de lo común, ser así.
—¿Acaso son hijos de algún noble? —preguntó Renji.
—Ichika-chan lo es —Kazui había dejado de juntar aire para responder.
—¡KAZUI! —lo recriminó su amiga mayor.
—Perdón —vuelve a inflar los cachetes, no sabiendo que no es por eso que su amiga le gritó.
En serio que en el Sereitei deberían regular las puertas Senkaimon de los clanes, de ser así, pensaron el par de viejos amigos. Quizás el capitán Hitsugaya podría tomarse la libertad, parecía ser el único que no le tenía comprensión a los nobles.
—No es sorprendente que sea shinigami tan joven, entonces —murmura Rukia.
—Gracias —Ichika se jacta, aunque por dentro está algo sonrojada por el halago.
—Pero Kazui es shinigami y se ve más joven que ella —comenta Ichigo.
—¡Silencio! —dicen Rukia e Ichika a la vez, algo molestas de repente.
Renji se pone algo nervioso. El parecido es tremendo, pero tal vez sea de mala educación o haga sentir mal a Rukia al dar la suposición que le ronda la mente. No sería agradable para ella saber que tenía una tercera hermana, que también fue abandonada y criada por nobles entre mentiras que duraron años.
Cuando tengan más privacidad, le dirá.
Ishida se siente rodeado de ciegos, lo cual es irónico si es el que menos ve ahí entre todos. Bien, si no tuviera las gafas no lo haría. Y, bueno, Chad con el pelo cubriéndole los ojos por lo menos tiene una excusa, aunque puede que también él lo note y no diga nada.
Es conveniente que saquen conclusiones erróneas por el bienestar de los niños. Si no habrá leído bastante sobre paradojas y roturas de espacio tiempo.
—¿Y ustedes por qué están aquí? —Ichigo inquiere a Rukia y Renji. Duda que simplemente les llamaran para reemplazar a los actuales shinigamis estacionados en la ciudad.
Deciden dejar de lado lo que tenga que ver con los niños.
—Sobre eso… —Rukia empieza sacando una libreta del pecho de su kimono, para maravilla de Ichika quien se prenda al verla dibujar y explicar el tema a la vez, incluso Kazui aplaude.
—¿Tú nunca vas a cambiar eso, no? O mejorar un poco esos feos dibujos —dice Ichigo, viéndola con los ojos torcidos.
Renji es quien pone los ojos en blanco al ver cómo se queja el estudiante, de último año, luego de que le impacta una libreta en la cara al estudiante. ¿Para qué hace comentarios así si no quiere ser golpeado?
Orihime, sentada en la cama, también concentraba su atención en los niños. En especial, sentía mucha curiosidad por el pequeño que había llamado papá a Ichigo.
"Se parecen mucho."
Kazui se percató de su mirada, desinflando las mejillas le sonrió y por primera vez después de mucho tiempo Orihime sintió calidez. Le quiso sonreír de vuelta, pero apenas hizo un amago de sonrisa. El niño abrió los ojos sorprendido de eso, sin dejar de verla.
—Los hollow acumulados hace un rato, creo que es obvio a quienes seguían —dijo Ichigo, sin dejar de ver a los niños.
En efecto, no había nadie que no pensara que los responsables eran el pequeño par.
—¿Nosotros? —Kazui dijo confundido.
—Los hollow van detrás de presas con alto nivel de reiatsu y hace uno momentos estaban detrás de Ichika-chan —aportó Ishida.
—¡Ey, no es mi culpa! —respondió esta, mirándole con molestia.
—No dije que fuera tu culpa, sino que tú y Kazui-chan fueron responsables de que vinieran hasta acá.
—¿E-es mi culpa? —preguntó el niño, torciendo los labios con dolor.
Orihime se inquietó, mas al verlo sollozar.
—Y-yo no dije que —se quiso retractar su amigo, pero sin previo aviso ya había empezado con las lágrimas el niño.
—E-es m-mi…
—¿En serio está llorando por eso? —se preguntó en confusión Renji, Ichika miraba igual de confundida y algo amilanada. No estaba acostumbrada a gente llorando, sobre todo niños de su edad. La mayoría de gente que conocía eran adultos y viejos, no precisamente con cara de indefensos.
Rukia los veía hastiada. Ya había dicho ella que los humanos hacían escándalo de nada, y no lo decía por Kazui sino por cómo reaccionó Ichigo.
—¡Mira lo que haces, Ishida! —el pelinaranjo reprendió al quincy, fastidiado. Más por no saber cómo consolar a su hijo. ¿Alzarlo y dejarse abrazar? No era lo suyo. Probó pidiéndole calmarse, tratando de no fruncir el ceño. No le obedecía.
Tocada por la situación, fue Orihime quien fue directo donde él y se acuclilló bajo la mirada atenta de sus amigos y la niña pelirroja. Puso la mano sobre la cabeza de Kazui, haciendo que éste le mirara y ella le sonrió.
—Está bien, no es culpa tuya —le dijo.
Kazui automáticamente paró el llanto, en realidad nadie salvo padre e hija Abarai se sorprendieron de ver luego cómo sonreía. Los demás habían visto bastante y eran conscientes del efecto que tenía Orihime en las personas.
No obstante, podía decirse que Ichigo era quien se notaba más aliviado. Hacía tiempo que no había visto sonreír así a Inoue, de manera tan natural y hasta feliz. No pareciera que lo hubiera hecho actuado, realmente estaba alegre miraba al niño. Antes de que pudiera sonreír a esto, una serie de aullidos resonaron a las afueras.
—Debe ser la distorsión de la cual les hablé —Rukia dijo, al revisar su teléfono especial vio que habían demasiados puntos rojos parpadeando.
En serio que los hollow estaban por manadas, básicamente. Parecían manejarse con la facilidad de un arrancar, dado que no era regular que salieran a cada rato a tal número.
—Sigo sin entender por qué la Sociedad de Almas no ordena cerrarla —comentó Chad.
—¿Y perder la oportunidad de investigar algo único en su clase? —bufó Renji, sonriendo sarcástico.
—Bueno, no está directamente afectando a los humanos, aunque la realidad podría ser otra dada la cantidad de hollows que están saliendo ahora mismo —Rukia explicó.
—Es tal como se manejaría Kurotsuchi —comentó con hastío Ishida. Aquel hombre en realidad no le importaba nada que fueran sus investigaciones.
—La versión oficial sería que está investigando algo más peligroso que eso, pero no podrá si se cierra esa cosa. Aparentemente es un puente de un solo camino.
—¿Los hollows solo vienen de allá hacia aquí, pero no hay quien pueden entrar y pasar al otro lado? —Orihime alzó la mirada, preocupada. ¿A dónde exactamente llevaría esa distorsión?
—Exacto, no parece que haya manera de cruzar y… —Renji tembló de repente, sudando frío por alguna razón—. ¡¿Q-qué está haciendo ella?!
Al mismo tiempo, Orihime vio debajo de su mano donde la cabeza de su hijo ya no estaba. Prácticamente, tenía la mano en el aire. Se paró de repente, mirando a todos lados hasta que siguió la mirada de su amiga y Renji, y vio por la ventana. Los demás la imitaron.
—¡Ustedes hablan mucho! ¡Así que nos vamos a vencer a esos feos hollows nosotros! ¿¡Verdad Kazui!? —comentó Ichika dando una mirada engreída y sonrió hacia Kazui quien asintió con fuerzas.
—¡Ya volvemos, Otou-san, Oka-san! —dijo, siguiéndola por los aires.
—Ustedes dos… ¡VUELVAN ACÁ AHORA! —gritaron Renji e Ichigo, totalmente alarmados.
Las chicas quedan a sus espaldas, mudas.
—¿A quién acaba de llamar papá y mamá? —rompió su silencio Rukia con las cejas alzadas.
—A Ichii-nii e Ishida-san —respondió una voz más atrás.
—No… No hagas ese tipo de bromas desagradables —se quejó el último, asqueado.
—¡¿Yuzu y Karin?! —Ichigo gritó atónito, viendo la puerta abierta donde estaban sus hermanas, una arrodillada en el suelo y la otra de pie—. ¡¿Estaban escuchando atrás de la puerta?!
—¿No lo sabías? —dijo Chad. Pensaba que solo quería disimular, porque con lo vigilados que están siempre…
—Yuzu es la del vaso en la oreja.
—¡Karin-chan!
Otra nueva escena desconcertó otra vez a todos y dejó de lado el pedido de explicación anterior: Orihime se acababa de lanzar por la ventana.
—¡INOUE/INOUE-SAN/ORIHIME-CHAN!
—¿Qué tiene en la cabeza esa mujer? —gritó Renji, viéndola irse corriendo con la mirada al cielo. Y también un poco sonrojado, había sido una linda vista cuando ella se asomó y sacó un pie por el marco, mostrando de paso una parte de las bragas.
Orihime seguía el camino de los menores.
—¿Qué tienes tú en la cabeza? —su amiga de años le criticó—. ¡Vamos a ayudarla a traerlos! —y Rukia quiso imitar el movimiento.
—En realidad, ustedes deberían ir con Yuki y esa chica —declaró Ichigo, haciendo a su amiga detenerse y presionar el puño. Tuvo ganas de golpearlo por recordarles eso.
De seguir esas órdenes, tenían que ir a una ubicación distinta. Pero como si leyeran su mente, los niños se dividieron también.
A regañadientes, decidieron hacer dos grupos y partieron.
—Debería acomodar esa pila de ropa que se acaba de caer —suspiró Yuzu, retirando su mirada de la ventana por la cual todos habían salido.
—No lo hagas —le recomendó Karin.
…
Al llegar al punto de altura donde los hollows se acumulaban como moscas en un lado más rural de la ciudad, Kazui no tuvo que hacer mucho esfuerzo para vencer a los seres a pesar de su tamaño, el de él y los oponentes. Incluso se veía divertido mientras clavaba su espada en las máscaras, volviendo a polvo a cada hollow que se le atravesaba.
No estaba muy sorprendido del resultado, sin embargo se acababa de cansar un poco. No estaba todavía muy acostumbrado a usar su espada, así que bajó al piso una vez creyó terminar. La calma ni siquiera duró, ya esta vez lo que se abrió en el cielo terminó siendo mucho más grande de lo esperado.
Miró sorprendido cómo un ser que nunca antes había visto, después dos más que buscaron esquivar las manos blancas del cuerpo negro.
Los dos últimos parecían algo humanos, aunque uno de ellos más a un escarabajo el cual hizo una divertida voltereta al agarrar a una niña para después caer con torpeza. Al menos la niña no se llevó la peor parte, porque cayó arriba del primero.
Kazui se acercó, mirándoles atentamente. La niña tenía el pelo verde y una extraña raya sobre la nariz. Ella se levantó, sacudiendo la cabeza y entonces se dio cuenta de que no estaba sola ahí.
—¿I-Itsugo?
Kazui ladeó la cabeza.
Al principio estaba confundido preguntándose, ¿quién es la niña de su tamaño quien tiene una máscara como esas que utilizan algunos tipos de hollow? Mas luego vio el aspecto y a su memoria vino el nombre de uno de los Arrancar, habitantes de otro mundo -¿Mundo Agujero? ¿Hoyo Mundo?- de quienes su mamá le contó historias y con datos agregados por su papá también.
—¿Nell? —preguntó. Su nombre era fácil de decir por ser corto.
—¿Q-qué te pasó, Itsugo? Estás tan pequeño como Nell —comenzó a llorar en voz alta—. ¡ITSUGO! —se tiró encima suyo, haciéndoles caer a los dos al suelo, ella apretándose a su pecho mientras lloraba buscando una explicación al tamaño de su amigo.
"Tal vez Nell estaba pesada y por su culpa de dejarse cargar en caballito Ichigo terminó así", hizo su hipótesis en la que pensaba que fue un aplaste con efecto tardío, así que mejor decidió alejarse y se hizo una bolita con las manos cubriendo cada ojo, llorando la desgracia de que Ichigo no pudiera tener su tamaño normal.
Extraños paralelismos irónicos se presentaban, según el lado serio de ver las cosas de Pesche.
Ante la tristeza de Nell, Kazui buscó calmarla.
—N-no llores, Nell...
Pero al escuchar que hablaba como ella, entendible pero no tanto para los adultos, simplemente sollozó más fuerte de que Ichigo no fuera adulto ni en la voz.
Kazui agrandó los ojos con dolor al empeorarle el humor a la niña. Se sintió fatal de hacerla llorar más en vez de tranquilizarla, así que le ganó el llanto también.
—No, Nell —la consoló Pesche poniendo una mano en su máscara con cariño— ¡no hay de qué preocuparse! Mira, mira ¡Ichigo está allá! —le señaló al horizonte.
Tanto Kazui como Nell miraron a donde indicaba, ambos con ojos lagrimeando y mocos en la nariz.
—Ese... ¡ese no es Itsugo! —dijo la pequeña volviendo a sollozar.
Arriba, Ishida y Chad se hacían cargo de la situación.
—Claro que lo es, lo conocimos en el desierto del Hueco Mundo, fuimos con él a Las Noches ¿no te acuerdas, Nell?
La pequeña arrancar y ex Espada paró el llanto y frunció el ceño, dubitativa.
—¿Itsugo perdió peso? —(¿Y se tiñó el pelo? ¿Y ahora usa gafas?, eran otras interrogantes.)
—¿Otou-san está a dieta? —preguntó Kazui.
—Un momento… ¿Q-qué a-acabas de decir? —el arrancar morado tartamudeó.
—¿Si tou-chan está a dieta?
Pesche agrandó los ojos al procesar claramente lo que dijo el pequeño de cabello naranja, el cual lucía extremadamente similar a uno de los shinigami que visitaron Las Noches hace poco más de año y medio.
Jadeó.
—¡¿I-Ichigo hizo una dieta para perder peso e igualar mi figura?! —dijo Pesche entrecerrando ojos. Primero se robaba una cosa parecida a la suya -entiéndase, su espada- y luego iba por más, hasta buscar imitar su escultural cuerpo. Ese sujeto no tiene vergüenza, pensó.
—¡Ichigo, eres un copión envidioso! —le gritó alzando el puño… y después saltó abajo, muerto de miedo, para no recibir el impacto de una flecha, la cual se clavó en otro hollow a sus espaldas.
—¡TE DIJE QUE NO SOY ÉL! —le gritó el quincy de vuelta, cabreado con aquel arrancar del cual no creyó tener que volver a escuchar noticias.
—Ese no era Itsugo —dijo Nell poniendo los ojos en blanco. A veces su hermano era algo tonto.
—No es mi culpa que tenga el mismo nombre, Nell —dijo Pesche sollozando falsamente.
—¡QUE MI NOMBRE ES URYUU! —reclamó el susodicho, queriendo dejar de ayudar ahí arriba y lanzar una lluvia de flechas al arrancar impertinente. Debía calmarse, porque eso tal vez le bajara la tensión, pero no resolvería mucho.
—Ah, es cierto, ya recordé ¡eres Uryuu! —Pesche dijo. Expectante, miró hacia ambos lados, como buscando a otra persona—. Pero, ¿y dónde está Ishida? ¡WAAAGH!
El aludido no pudo contenerse y ahora Pesche gritaba a un elevado y agudo tono, demasiado agudo y elevado, mientras agitaba piernas y brazos para que no le impactara en el cuerpo el ataque recibido.
—Ishida no… —a Chad le resbalaban gotas de la sien. No podía creer que su amigo tan poca paciencia tuviera. Bueno, por lo menos ese fue un solo tiro.
De doscientas flechas.
El arrancar morado y blanco continuó bailando, hasta que recordó que traía consigo un arma para poder usar de defensa.
—¡Ah-ja-ja! ¿qué estoy haciendo? —alzó la mano dispuesta a llevarla a su ingle—. ¡Puedo desviarlos con mi genial y brillante cosa-!
El mismo Ishida apareció en el suelo, unos diez metros los dividían, pero era distancia suficiente para darle un tiro mortal de quererlo.
Le apuntaba con su arco a la máscara.
—Hay. Niños. Presente —dijo el quincy entre dientes, mientras el brillo azul aumentaba en el centro de su Ginrei Kojaku.
—Q-qué maneras de mantener el rating de edad, tiene esta gente —tembló Pesche, alzando ambas manos en rendición.
En otra parte, Nell y Kazui conversaban.
—Mi papá se llama Itsigo —le dijo Kazui, de la nada y sin una razón en particular.
Nótese que no le sale pronunciar 'Ichigo' y a su vez cree que ella dice 'Ichugo'.
—¿Tu papá se llama Itsugo? —Nell se asombra de que el papá de 'Itsugo' se llame igual a él: o sea, Nell entiende que dijo 'Ichigo', pero ella no puede pronunciarlo. Tampoco entiende qué es un papá, ella cree que la familia solo se conforma de amigos o hermanos.
—No, no, ¡es Itsigo! ¡Itsigo! —surca los labios Kazui, corrigiendo.
Hasta ahora Kazui sabe que lo dice mal, pero que Nell lo dice mal doble no (o sea, no sabe que ella intenta decir Ichigo; y cree que hablan de nombres distintos (¿Ichugo?), aparte que le parece chistoso ese nombre.
—Por eso Nell dice Itsugo —Nell no ve necesidad de pronunciarlo como él lo dice, solo le quiere aclarar que ella lo ha dicho así.
—Así, It-sigo —le indica.
—No, Nell dice Itsugo.
—Mira, es It-si-go.
—Nell lo sabe, Itsugo —ella todavía piensa que habla con Ichigo, por supuesto.
—Itsugo no…
—Sí, It-su-go.
—I-shigo —Kazui se esfuerza por que ella lo diga bien, en lo mínimo.
—¡Mhm! I… shi… go —Nell repitió, para que él al fin se le calme el entusiasmo.
Parece una conversación de bebés, pensaron ya libres de hollows Chad e Ishida, más cerca de los infantes para tener un ojo sobre ellos. Pesche sonreía embobado, ¡qué gran hermano era al conseguirle a Nell amigos de su edad! O que parecieran de su edad.
—¡Chúpate esa Dondochakka, tú solo tienes manchas! —se jactó el arrancar, recibiendo una mirada desaprobatoria de Ishida que gruñó '¡Lenguaje!'—. Ah, cierto ¿y dónde está él?
—¿Quién? —preguntó Chad.
—¡Ichigo! —dijeron ambos pequeños a la vez, por fin entendiéndose entre sí y dándose a entender con más claridad y dejando atónitos, con las mandíbulas desencajadas, además, a los tres mayores. No obstante, antes de que se les pasara, Kazui y Nell negaron con pena de sí mismos.
Rieron inocentemente y dijeron al unísono: —Je, je. ¡No, así no es!
"¡PERO SI LO ACABAN DE DECIR BIEN!", gritaron mentalmente el trío conformado por fullbringer, quincy y arrancar.