Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.

Después de ver que el niño abría los ojitos, Albert se retiraba dejando solas a las mujeres y los niños, aquellas palabras le golpearon fuerte, la culpa lo estaba matando, ¿alguien? debí ser yo.

-Si alguien le hubiera tendido una mano a Mary ahora estaría viva, si alguien nos hubiera ayudado a ambas, no estaríamos ahora en esta situación, Si alguien le hubiera tendido una mano, Si alguien le hubiera tendido una mano, aquellas palabras se repetían como un eco en su cabeza una y otra vez atormentándolo, el tampoco la había pasado bien en aquel internado pero nada se podía compara con lo que le había sucedido a ellas, precisamente de no ser por que su tío le tendió una mano cuando escapo de aquel lugar que parecía más una cárcel que un colegio, él seria un vagabundo.

La azafata aprovecho al ver que no estaban ni las mujeres ni aquellos niños para acercarse con la escusa de ofrecerle algo de tomar, ella quería propiciar un acercamiento más intimo con él, se había enamorado perdidamente de aquel hombre que risueño, que la trataba con respeto y siempre era amable, la atracción que sentía por él cambio el día que por accidente entro a la pequeña habitación del jet y lo vio totalmente desnudo, aún podía verlo esa imagen al cerrar los ojos, por las noches al dormir siempre lo soñaba como lo había visto pero en sus sueños el le sonreía y la invitaba a entrar en su cama para hacer el amor, siempre era el mismo sueño pero en todos se amaban de manera distinta, el final siempre era igual ella despertaba agitada, excitada y sintiendo su cuerpo caliente, la voz de su jefe la saco de su ensoñación.

-Lleva algo de comer y beber a mi familia, al llegar a tierra se te asignara otro cargo, ella sacudía su cabeza, no deba crédito a lo que estaba escuchando.

-¿Pero por qué? su voz apenas se escuchaba, ella estaba apunto de romper en llanto.

-Ya te lo había advertido, te dije cuando aquel incidente meses atrás que ocuparas tu lugar, retrasas mi partida ocasionando un problema innecesario, vienes sin tu uniforme y te atreves a ver mal a MI familia ¿Qué rayos estas pensando?

-Perdón ¿pero de que problema me esta hablando? la cabeza de la chica estaba hecha un remolino, sus ideas estaban revueltas, no sabia de que le estaba hablando el hombre que estaba frente a ella, ese hombre no era su jefe, era alguien que se le parecía, esa sonrisa dulce y esa amabilidad que lo caracterizaban había desaparecido totalmente.

-¿Te atreves a pedirme explicaciones? el negaba con la cabeza.

-No, No, es que quiero entender que sucede, ella trataba de enmendar su error.

- Jefe de seguridad tenia razón, si no quieres verte perjudicada laboralmente, acepta las cosas sin hacer una estupidez, no se por qué te haz fijado en mi, pero saca esos pensamientos de tu cabeza, yo soy tu jefe y tu una empleada, nuestra relación es netamente laboral, el día que irrumpiste en mi habitación y me viste desnudo debí despedirte.

-Pero yo no... la mirada fría de aquel hombre no la conocía, sintió un estremecimiento de dolor al ver como la observaba.

-Con su permiso, voy a llevar lo que ordeno, conteniendo sus lagrimas fue al área de servicio, nunca imagino que le sucediera algo así ¿qué problema había causado? ¿esas mujeres eran su familia? ¿desde cuando su jefe tenia familia, solo se le conocía al tío?

-Maldición, esto no puede estar pasándome a mi, era imposible contener la rabia y el dolor, como pudo se armo de valor y fue charola en mano a llevar los alimentos y las bebida a los niños y esas dos mujeres, ya las odiaba sin conocer tan siquiera sus nombres, paso cerca de él haciendo acopio de todas sus fuerzas para no verle, al tocar la puerta trato de hacer su mejor cara.

-Adelante, la voz de una de las mujeres le dio el pase.

-El señor les envía esto, camino hasta una pequeña mesita y coloco la bandeja sobre ella, la mujer más joven tenia al niño más pequeño en su regazo, el pequeño era idéntico a su jefe, aquello le impacto sobre manera ¿acaso ese era su hijo? el pequeño acariciaba los rizo de la joven y ella le se ríe con dulzura ¿cuantos anos tiene ese pequeño? ¿dos Tres? ¿los otros que edad tienen? ¿seis siete? imaginar a su jefe, si por quera suyo, en sus sueños lo era, con tres hijo, él tenia una mujer y tres hijos.

-Podría traernos más agua por favor, por unos segundos no pudo más que sostener que unos segundos la mirada de aquella mujer que la veía como si le escaneara hasta él alma.

-Por supuesto en un segundo les traigo algunas botellas, estaba aturdida tratando de asumir todo aquello, lo había perdido, lo perdió sin siquiera haber disfrutado de el sabor de sus labios o el roce de su piel ton solo por una vez, no supo como camino hasta el área de servicio y fue por el agua que le habían perdido, al regresar estaba aquella mujer en una de las butacas en sus brazos sostenía al pequeño y a un lado el chico con el cabello oscuro la abrazaba con fuerza.

-¿Requiere de alguna otra cosa? esas mujeres no tenían la culpa, él tenia familia, él nunca se le ilusiono, ni le dio motivos para que ella se enamorara había sido una tonta por ilusionarse con aquel hombre.

-No, muchísimas gracias podría decirle a mi hermano que por favor venga, necesito hablar con él, ella asentía.

-Enseguida señora.

-Rosse, dijo la mujer viendo a la chica con curiosidad, algo extraño estaba pasando, parecía que había llorado la pobre.

-Enseguida le aviso su hermano señora Rosse, un repentino brillo apareció en aquellos ojos oscuros.

-¿Sus hermanas? son sus hermanas pensó sintiéndose esperanzada mientras caminaba hasta la butaca en donde él se encontraba sentado viendo por la ventanilla.

-Disculpe señor, su hermanas le manda a decir que necesitan hablar con usted, la confusión se dibujo en la cara del rubio.

-Maldición, solo Rosse es mi hermana aquellas palabras se quedaron en el aire mientras el rubio se levantaba de su asiento y se encaminaba hacia donde estaba su hermana mayor.

Al entrar a la habitación pudo ver la imagen de aquella rubia con el pequeño de su hermana en los brazos sentada en una butaca, Stear la abrazaba y ella lo rodeaba con uno de sus brazos, tenia unos ojos verdes, tan verde como un par de esmeralda, su mirada estaba perdida en la nada, estaba parada justo en frente de ella y esta ni parpadeaba, la mano de Rosse sobre su brazo llamo su atención.

-Necesitamos hablar Albert, el se volteaba y asentía.

-Tienes que ayudarla, mira como esta, seguro algo le hicieron en ese lugar, allí... allí suceden cosas horribles Albert, Mary fue victima de esa gente, yo no pude ayudarla, tu no pudiste ayudarla pero si podernos ayudarla a ella en honor a nuestra hermana, ambos la observaban, la chica no se movía tan solo veía a la nada como perdida dentro de si misma, de repente gruesas lagrimas corrían por sus mejillas, estaba llorando en silencio hasta que el pequeño rubio secara su rostro con sus manitos haciéndola reaccionar con su tacto, ella sacudía la cabeza y bajaba su mirada hasta él tratando de sonreír.

-La ayudaremos Rosse, pero debemos justificar su presencia ante todos, tienes que tratar de que te cuente como llego a ese lugar, para ver la mejor manera de ayudarle, tranquila por favor, Rosse sonreía y con lentitud levantaba la mano hasta el cabello de su hermano y tomaba un mechón.

-Te pareces tanto a papá, tu cabello ahora es mucho más claro que antes, el la miraba con ternura, tomaba su mano y la besaba con suavidad.

-Tienes que conocer al tío William, es idéntico a papá, en las fotos no podrías decir quien es quien, eran como tu y Mary, idénticos en todo, las lagrimas escapaban de los ojos de su hermana.

CONTINUARÁ...