Yendo a la boca del zorro. Parte 2
Naruto estaba sentado en los hombros del gigante de Cocytus, viendo a su alrededor de manera muy curiosa.
Cuando salieron del cuarto y caminaron todos juntos al hacer ese tour, Naruto pudo mirar los habitantes de Nazarick.
Veía entre seres que no son humanos con forma humanoide, como esos hombres lagartos o hasta inclusive otras sirvientas.
Lo que vio igual en todos es que muchos de ellos, por no decir que la mayoría, se arrodillaron ante su presencia. Quizás los hombres lagartos miraban confundidos ante el niño, pero igualmente se arrodillaban como los siervos que son.
- ¿Por qué hacen eso? – pregunto Naruto al gigante de armadura.
- Eres. Importante. Para. La. Tumba. De. Nazarick., Un. Ser. Poderoso – cuando dijo eso, la mirada de Naruto bajo un poco.
- ¿Y-Yo…importante? – se preguntó en voz baja. Nadie lo pudo escuchar, con la excepción de Mare que lo miraba muy confundido. No era por sus palabras, sino la voz y el significado que solo su Lord entendía.
En un momento, después de subir varios pisos, llegaron al 6 piso piso.
Durante el trayecto, Naruto se cansó al subir por los muchos escalones, por eso que Cocytus estaba siendo de caballo para su Lord.
Para los más cercanos del guerrero de hielo, era un sueño teniendo al hijo de su amo y señor de la tumba en sus hombros. Aunque no era hijo de sangre pero no se iba a quejarse.
Mare puso una sonrisa al llegar al gran coliseo de la Tumba. Este era un piso de que, si los invasores llegaban muy lejos iban a enfrentarse a los guerreros más fuertes de la Nazarick.
Pero para los estándares normalmente humanos. Si por suerte o milagro ganaban, iban a ser premiados enfrentándose a los dos hermanos del coliseo, ante el público de la gente de la Tumba, viendo el enfrentamiento épico entre los invasores y los guardianes.
O simplemente esperando una carnicería.
- ¿Q-Qué es eso? – pregunto Naruto señalando al cielo, viendo estrellas – No sabía que las noches eran tan hermosas.
- No. Son. Estrellas – contesto Cocytus – Son. Minerales. Qué. Brillan.
Naruto aún seguía mirando de forma bastante fascinada ante la vista.
Pero eso fue detenido por un gemido dolor.
- ¡Naruto-sama, estás bien! – grito Albedo, al ver como su lord se sujetaba su estómago.
- N-No es nad… - sus ojos se alzaron y cayéndose de los hombros de Cocytus, que este lo sujeto antes de que cayese del suelo.
- ¿¡Que dem…?! – Yuri grito, viendo una especie de energía roja rodeando a Naruto.
Para después escuchar un desgarrador grito de dolor por parte de su amo, que aún estaba siendo sujetado por Cocytus, sujetándose del su estómago.
- ¡Piso. Nueve. Ya! – grito Cocytus desesperado, sintiendo una magia poderosa saliendo de su Lord.
¿Qué era lo que pasaba? ¿acaso esa energía que dijo Demiurge estaba relacionado?
Hiruzen y oros 4 Anbus de capas negras y de máscaras de distintos animales aterrizaron en el conjunto de apartamentos donde vivía Naruto.
Hiruzen tenía una mirada sería y, con un movimiento de dedos, los Anbus saltaron a los alrededores para vigilar que nada iba a salir mal y proteger a su Kage si pasaba algo malo.
Hiruzen tocó la puerta donde estaban los sobrevivientes, justamente al lado de la vivienda de Naruto.
El que le abrió fue esa niña con ropa de hombre, se le notaba que estaba mejor ya que su ropa fue reparada por las costuras que vio.
- ¡Hokage-sama! – la niña se dio una reverencia ante la mirada dura y analítica del anciano.
Pero…no hallaba ninguna mentira, pero se preparaba para lo peor.
- ¿Puedo entrar?
- ¡Por supuesto, Hokage-sama! – la niña entró y Hiruzen la siguió.
Al entrar, pudo ver cómo la adolecente estaba reparando la franela de Demiurge. Mientas que este tenía una franela blanca sin mangas.
- Buenas Hokage-sama – saludo de forma respetuosa el hombre - ¿Quieres algo por esta inesperada visita?
Hiruzen, aún con su sonrisa, podía escuchar una leve voz de sarcasmo, o por lo menos sus instintos le decían eso.
La adolescente fue a la cocina a preparar algo, mientras que el hombre estaba leyendo un libro y la niña pintando el suelo.
Para Hiruzen, estos 5 minutos de silencio fueron mortales, además de que sentía que el hombre lo estaba analizando pero no podía confirmarlo.
- ¿Sabes que salir del bosque de la muerte es un milagro de por sí? – pregunto Hiruzen para romper el hielo mortal.
- Es la primera vez que escucho eso ¿acaso es una defensa natural? – pregunto el hombre.
Hiruzen negó con la cabeza – Son para los exámenes chunins o entrenamiento muy avanzado para los Anbus.
- ¿Qué son los Anbus? – pregunto la niña, mirándolo, aparentemente termino un extraño símbolo con marcas raras.
- Los Anbus son…ninjas profesionales además de ser mis guardias personales en situaciones específicas.
- ¿Qué tanto? – pregunto la adolescente igualmente curiosa, dejando el té en la mesa y Demiurge lo agarraba y lo tomaba un sorbo.
- Bueno, principalmente por salir de mi torre y esas cosas. Aunque no llevó ninguno encima para no incomodarlos – mintió Hiruzen, analizando a los tres aún con esa sonrisa.
- Ya veo – Por un leve instante, Hiruzen pudo ver cómo los ojos del hombre se iluminaban, pero debió de ser su imaginación - ¿Té?
- Arigatou – agradeció Hiruzen y tomaba el té con mucha preocupación. Pero al tomar un sorbo y no sintió ninguna clase de veneno. Simplemente era un té normal.
- ¿Por qué viniste a nuestro humilde hogar, Hokage-sama? – pregunto el hombre con curiosidad.
- Solo quería hablar con vosotros y darle un saludo más formal a nuestra aldea – Hiruzen intentaba analizar cada palabra y movimiento de todos en la habitación, pero pareciera que era más personas normales que otra cosa.
Analizaba eso en su mente mientras tomaba otro sorbo.
- O intentando encontrar a Naruto en está pocilga – Hiruzen casi se atraganta con el té al escuchar esas palabras del hombres.
- Lo siento, pero no sé de qué me hablas – Hiruzen hablaba de la forma más formal posible para no ser descubierto por estás personas – Además ¿Quién es ese tal Naruto? Posiblemente sea un don nadie o alguien muerto – "¿Qué es está sensación?" pregunto un poco preocupado al sentir cómo el aire se congelaba de golpe al decir esas palabras.
Hiruzen vio ante su vista-pero sin mover sus ojos-cómo la niña lo miraba de una forma muy salvaje y la adolescente, por alguna extraña razón, se miraba las uñas.
- Un bueno para nada…ya veo – el hombre se levantó de su asiento, mirándolo de forma penetrante aún con esos lentes puestos – Entonces Naruto-sama es simplemente es un sinvergüenza.
"¿De dónde conoció a está gente?" se preguntó Hiruzen al mirar a esta gente de forma más analítica.
Se levantó para encararlos, pero al hacer eso, la adolescente corto en dos en mueble que estaba sentado.
Con solo sus uñas.
Hiruzen se posiciono para combatir. Ahora estaba seguro que no eran gente civil, quizás algún espía de otra aldea con faceta de civil…
Pero no se podía moverse.
"¿Qu-Qué?" se preguntó, es como si un Nara lo estuviese sujetándolo. Bajo sus ojos y pudo ver, aunque muy complicado, que el dibujo que hizo la niña salían unas cuerdas rojas y que lo sujetaban a su sombra.
- Una trampa tan sencilla que es increíble que una basura cómo tú no lo identificase – dijo la niña, pero no tenía esa voz infantil sino se escuchaba más bien como la voz de una cazadora.
- ¿Qué quieren? – pregunto seriamente, haciéndose que no escucho esas palabras.
- ¿Qué hace tan especial a Naruto?
- Naruto es un Jinchuriki – los ojos de Hiruzen se abrieron, las palabras se salieron solas y sin pensar "¿acaso…" fijo su mirada a la taza que está en el suelo rota, viendo el líquido "Pero…¿Cómo?" era imposible que tuviese algo, él lo mismo lo comprobó y no sabía nada anormal.
- Y sin resistirse. Se nota que "Líder" solo lo tiene en política. Y dudo completamente que su piel sirva para hacer un pergamino decente – se burló la adolescente, haciendo que Hiruzen apretase su mandíbula.
- Supongo que solo eres una basura humana que solo ve a nuestro Lord cómo un arma que se pueda tirarse al no serle más de utilidad – dijo el hombre, preparándose para matarlo – Después me ocupare de tus asquerosos Anbus.
- Error – el hombre alzo su ceja curioso.
- ¿En qué me equivoco?
- Naruto me ve cómo su Ojji-san (abuelo) y yo lo veo cómo mi nieto – Hiruzen podía sentir cómo el hombre tenía una mirada fría encima.
La niña bufo molesta – Así que todo lo que dijiste acerca de Naruto-sama eran mentiras.
- Exacto. Vine solo para ver si eran un peligro para la aldea y averiguar si tenían secuestrado a Naruto por ser el Jinchuriki del Kyubi.
- ¿Qué es un Kyubi? – pregunto la adolescente, poniéndose al lado del hombre y cruzando los brazos al frente de su pecho.
- El Kyubi es un demonio que nos atacó hace 5 años atrás. El Too-san de Naruto sacrifico su vida para sellarlo. Su último deseo era que lo vieran cómo un héroe.
- ¡Qué gran trabajo hicieron estos salvajes! – dijo con sarcasmo venenoso la "Niña".
- ¿Quién es… - fue detenido por una voz en su mente - ¿Qué pasa? – pregunto, poniendo su mano en su oreja derecha.
- ¡Tenemos un problema, es Naruto y está exponiendo una energía roja! – grito alarmada Mare, haciendo que Demiurge apreté su mandíbula.
- ¿Demiurge-san? – pregunto preocupada Aura.
Hiruzen vio cómo el hombre llamado Demiurge se acercaba lentamente a él. Cuando estaba cara a cara, Demiurge se quitó los lentes, haciéndose ver que no eran ojos humanos, sino diamantes – Tienes suerte que tengas una relación con nuestro Lord – agarro su cabeza y lo apretaba fuertemente. Si no fuese lo que sea que lo controlaban para hablar, gritaría de dolor ¿Dónde estaban sus Anbus en todo este tiempo? – Así que te daré esto cómo una advertencia. Haz algo estúpido y no me importa si tendré encima el odio de mi Lord – Demiurge se acercó al odio del anciano – Te arrancare la piel y le haré comértela con bichos venenosos. Y solo estaría calentando – Demiurge se alejó.
La niña pisoteó el suelo con su pie y, sea lo que sea que lo sujetaba, lo soltó – Lo comprendo – dijo entre dientes el anciano.
- No juegues con tú suerte, insecto – escupió la adolescente.
- No haré nada si me prometen que me traerán a Naruto de vuelta a la aldea, para ver que se encuentre bien – Demiurge se alejó de Hiruzen.
- …Quizás, pero no intentes nada ante nuestro Lord y no digas nada acerca de esta conversación - el anciano asintió ante las palabras de Demiurge – Ahora lárgate antes que tenga que matar a esos Anbus por ser entrometidos – Hiruzen, aun manteniendo la mirada encima de los tres, se retiro lentamente del apartamento.
Al salir, uno de los Anbus de mascara de Conejo aterrizo al lado suyo - ¿Son un peligro?
Hiruzen miro al Anbu por unos segundos, analizando sus opciones.
Odiaba hacer esto, pero… - Solo charlamos. Aparentemente el hombre era un antiguo ninja que tuvo confrontaciones con Minato durante la Guerra.
- ¿No sería una amenaza? – pregunto el Anbu un tanto nervioso.
Si alguien pudo luchar, y sobre todo sobrevivir, ante Minato era alguien de cuidado.
- No, además me juro que no haría nada en contraproducente ante Konoha con la condición que no le molestemos a él o las pequeñas – Hiruzen sabía que mentir ante sus Anbus pueda ser contraproducente, pero si esos tres pudieron no solamente retenerlo sino también pudieron matarlo de una manera tan sencilla y luego irse de la aldea.
Aunque odiase esto, pero tenía que seguir loas ordenes que le dio ese tal Demiurge.
Por ahora.
Después de que sintiese que Hiruzen y sus Anbus se fuesen, puso su mano derecha a la cabeza - Abre el portal.
- Hai – se escuchó la voz de Sebas.
Al instante de dar esa orden, un portal negro se abrió y los tres entraron enseguida.
Al pasar el portal, Sebas indico con la cabeza que le siguiesen.
Después de la carrera que les tomo pocos segundos. Llegaron al cuarto donde estaba Naruto. Al abrir la puerta, vieron que Naruto, sujetándose en la parte de su estómago, había esa sustancia rojiza que le indico Mare.
- ¡Naruto-sama! – grito preocupada Aura, yendo al lado de su lord.
Demiurge veía que todos estaban aquí, quizás el invitado nuevo que vio era una especie de espectro, ya que no tenía piernas para poder caminar y siempre volaba cómo un espectro, tiene una calavera en vez de carne o piel, demostrando que era un No-Muerto. Llevaba una capa de color negro que tapaba su cuerpo entero con la excepción de la cabeza.
- ¿Algo? – pregunto Demiurge, aunque sabía que ese tan Kyubi quizás fuese el responsable de está acción.
- Hai, Demiurge-sama – el ser esquelético apunto a Naruto – Naruto-sama está teniendo una especie de ruptura con un ser de gran poder.
- Kyubi.
- ¿¡Qué?! – grito sorprendida Albedo, mirando al demonio.
- ¿Ese es el nombre de la entidad? – Demiurge asintió las palabras del espectro – Pues no tenemos mucho tiempo. Si ese tal Kyubi rompe esa barrera, la mente de Naruto-sama se romperá, matándolo y dándole el poder de controlar su cuerpo.
- ¡¿C-Cómo lo detenemos?! – grito Mare horrorizada.
- Hay que meterse en su mente. No tenemos mucho tiempo.
- Yo voy – se presentó de inmediato Demiurge para esta tarea.
- ¡No me quedare en brazos cruzados mientras veo a nuestro Lord sufrir! – grito Albedo, posicionando al lado de Demiurge.
- Yo. También – dijo Cocytus, pero fue detenido por el ser esquelético.
- Mis disculpas Cocytus-sama, pero dos deben de venir conmigo. Además, si ese ser se sale de su cuerpo y todos están dentro de su mente, podría matarnos junto con el Lord.
- ¡Bien! – grito Aura, sacando su látigo de su dimensión de bolsillo, para después estirarlo con furia - ¡Si esa cosa sale, voy a hacer que lave con su lengua el baño de mis mascotas con su lengua!
- Hazlo – el ser esquelético asintió ante la orden de Demiurge, alzando su mano esquelética hacia los dos y el otro a Naruto.
Para los dos, todo se puso negro.
Demiurge abrió los ojos y lo único que pudo mirar era un techo de metal con tuberías, además de sentir el piso mojado.
Al levantarse, pudo ver que el suelo estaba inundado por agua, quizás con 20 centímetro de agua, y a su alrededor pareciera que estaban en una zona metálica oxidada rojiza. Además, los tubos estaban divididos en dos colores; uno en azul y otro en rojo.
Él pudo escuchar un ligero gemido y vio que a su lado estaba Albedo, levantándose del suelo inundado.
- ¿Dónde estamos? – pregunto Albedo.
- En la mente de nuestro Lord – cómo si fuese un espectro, apareció de la nada, cómo si lo escupiese el aire.
- ¿Viste algo similar en tus juegos? – pregunto Demiurge, pero su guía lo negó.
- He visto de todo. Zonas de batallas interminables, luchando por el control total de zonas, hasta zonas tan pacificas en un mundo perfecto pero inexistente en nuestra realidad – explico el ser – Pero es la primera vez que veo algo parecido – movió su cabeza para ver el lugar que lo rodeaba – Aunque pueda ser en parte por ser la mente de un niño humano. Sería la primera vez que me meto en uno.
- Y dudo que sea así – rechazo esa idea Demiurge. En las incursiones en la que el estratega de Nazarick salía, veía niños o cachorros humanoides y dudaba que tenía este tipo de paisaje mental.
Pero de nuevo, no era experto en humanos.
Los tres escucharon el grito de dolor y pena de su Lord, además de sentir un instinto asesino de gran magnitud.
Quizás eso sea solo una mota de polvo ante el verdadero instinto asesino de los Señores Supremos, pero su preocupación era de su pequeño Lord.
Los tres corrieron hacia donde procedía ese grito, además de la ayuda de su guía, que los guiaba cada vez que los caminos se separaban para tomar otro y y no ir a un callejón sin salida.
Llegaron a una gran entrada y vieron que el techo pareciera que no tuviese un límite, solo mostrando un agujero sin fondo, una gran reja que podía contener a un dragón, pero lo que había dentro era un Kitsune de gran tamaño, mirando a su Lord en posición fetal siendo rodeado por esa esencia rojiza.
Solo estaban Demiurge y Albedo en está habitación, ya que si entraba su guía y moría, perderían la conexión. Ellos podrían encontrar otro, ya que este tipo de No-Muertos lo tenía en gran números que simplemente los botaba por ahí en campos de batalla cómo mero entrenamiento. Pero este era un caso especial y lo tendrían de cuidar muy bien si este tal Kyubi se enterase de su existencia y de su poder.
Antes de que el gran Kitsune aplastase a su Lord, y así matarlo y poder controlar su cuerpo.
Pero antes de que pudiese aplastarlo cómo un insecto, Albedo se posiciono debajo de la garra y con una sola mano lo sujeto, para después en la otra darle un poderoso golpe que hizo que Kyubi gruñese de dolor.
- ¿¡Quién eres maldita perra?! - grito enfurecido el Kyubi.
- ¡Su mente – los dos se voltearon para ver a su guía, con la mano extendida y emitiendo una leve luz negra – está siendo manipulada, cómo Shalltear-sama!
Los dos se miraron, entendiendo lo que su guía quiere decir.
El ser estaba bajo la influencia de un ser tercero pero no lo estaba manipulando ¿eso significaba que el Kyubi era un ser un poco menos violento?
Los dos miraron al ser cuadrúpedo, siendo visto de manera cabreada ante este ser.
- ¿Quién le dará los golpes en las partes bajas? – pregunto Albedo con una sonrisa maniática.
- ¿En serió quieres jugar a este juego? – agarró a Naruto y, moviéndose a gran velocidad, se lo devolvió al ser esquelético para después regresar – Primero ¡Por qué haces esto! – grito.
Sabía que esto es una tontería, pero sus Amos siempre debían de reunir información ante un nuevo decubrimiento y averiguar si dicho ser o persona era un enemigo o podría serles útil.
Y este caso era uno de esos, ya que no podía saber si lo mataba podría perjudicar a su Lord de alguna manera negativa.
Este ser comenzó a reírse – No sé quiénes son, insectos, pero gracias a esas palabritas que dijo ese ser de armadura gigante, dio el empujoncito que necesitaba para romper el sello sin llamar a esos dos ¡seré libre – se lanzó hacia la reja, rompiéndolo y liberándolo – y matare a todo ser que se cruce en mi camino y ese gaki será el primero de mi lista! – alzo su cabeza hacia el cielo y se formó una pequeña bola negra que aumentaba de tamaño hasta llegar el tamaño de una casa pequeña. Cuando se terminó su creación, volvió a ser pequeña y el Kyubi se la trago - ¡Mueran humanos inmundos! – y lo escupió, dirigiéndose a los dos a gran velocidad, recuperando el tamaño antes de ser pequeña.
El Kyubi tenía una sonrisa zorruna ante lo que veía, acercándose hacia los dos humanos que se metieron en su camino. No sabía cómo se metieron en la mente de su prisión, pero le daba igual. Igualmente morirían igual cómo ese niño llorón.
Hasta que abrió los ojos de incredulidad.
La Biju dama fue detenida y después ser alzada por esa mujer, haciendo retroceder al Kyubi de precaución. Nadie lo detuvo y lo máximo que hicieron para "Detener" su ataque era desviándolo por completo.
Pero no parándolo con una sola mano, cómo si lo que sujetaba era una pelota.
- Voy a hacer que el Kitsune sea el más obediente del mundo, para que seas la cama más cómoda y la montura más hermosa que le mundo haya visto – comentó Albedo con una sonrisa maternal, viendo a su pequeño Lord montando en este gran Kitsune siendo el terror absoluto de cualquier humano que le viese mala – Pero primero – puso una sonrisa psicópata - ¡Hay que domesticarte! – lanzó la Biju dama hacia el Kitsue, que este a duras penas lo esquivo, ya que la velocidad que la mujer lanzó era mucho más veloz del que lanzó el Kyubi.
Pero antes de reaccionar, Demiurge estaba encima de su cabeza " ¿Cómo " no pudo seguir pensando por el potente golpe que lo mando hacia la pared.
O eso creía.
En el final de su trayectoria estaba Albedo, que cuando chocó contra la pared, lo agarró de sus colas y lo azoto en el suelo.
Luego a la pared.
Nuevamente al suelo.
Pared.
Suelo.
Pared.
Suelo.
Pared.
Y lo lanzó hacia Demiurge que salto y estaba encima de su hocico.
- Quisiera seguir jugando contigo, pero tengo una ajustada agenda – abrió con un solo pie la boca, aún si intentaba cerrarla con todas sus fuerzas.
Después hizo un giró imposible hacia atrás y metió su mano en la boca.
Y antes de que se estrellase en la otra pared, Demiurge saltó sujetando un cuervo con los ojos rojos con 3 aspas.
- Curioso. Si fuese en otras circunstancias te abría investigado a fondo – con un simple apretón, "Mato" al cuervo y desapareciendo cómo si fuese una especie de ilusión.
Demiurge giró su cabeza hacia el ser esquelético, y este asintió, demostrando que el control había sido eliminado "Por lo menos no lo tendríamos que matarlo. No sé que tipo de consecuencias podría pasar ante nuestro Lord si falleciese"
Demiurge podía escuchar cómo el Kyubi gruñía, mientras se levantaba poco a poco - ¿Dónde estoy? – pregunto, pero en vez de una voz masculina, era más bien femenina.
- ¿Es su verdadero sexo o hubo algo que se rompió? – se preguntó en voz alta, no esperando una respuesta.
- ¿Qué siento en mi – no pudo continuar, ya que Albedo, que sujetaba sus colas, lo lanzo hacia donde estaba originalmente, cayendo en la inconsciencia al chocar con su cabeza hacia la pared.
- ¿Era necesario? – hablo entre dientes Demiurge ante la acción tan infantil que hizo Albedo.
- ¡Intento matar a nuestro Lord, se merece todos los castigos que se me ocurran!
Demiurge suspiro ante el arrebato de la Succubus – Ya no es una amenaza…por el momento – Demiurge miró hacia el guía – Enciérrala. Después quiero hablar con ella.
- Hai, Demiurge-sama – el ser esquelético extendió su mano y la reja volvió, cómo si jamás se hubiese rota por el Kyubi.
- Creo que olvidaste la parte de "Nosotros" – dijo Albedo con una mirada molesta.
- Quiero hablar y proponerle una…paz entre nosotros. Después de ese lanzamiento dudo que quiera hablar contigo – Demiurge miro de mala manera a Albedo – No lo compliques más.
Bufo Albedo – De acuerdo. Pero si ella es una amenaza hacia nuestro Lord la convertiré en una Kitsune tan pervertida que palidecerá a cualquier zorra de las calles sucias.
Demiurge suspiro – Vámonos antes que nuestros compañeros se preocupen más de lo que ya están.
Todos se desaparecieron cómo si fuesen espectros, saliendo de la mente de su Lord.
También Naruto, que estaba despertando.
Demiurge abrió y todos pudieron verle con ojos esperanzadores y a las sirvientas arrodillas ante su Lord. Yuri ponía otro paño húmedo en su frente mientras que las otras sujetaban de la manera más suave a su Lord. De alguna manera ella esperaban que podía resistir un poco más si recibía un contacto amistoso.
No entenderá los sentimientos humanos.
- ¿Cuánto paso? – pregunto Albedo un poco mareada.
- ¿Acaso la boca de gorila no se trajo un reloj? – comentó graciosa, pero fue golpeada por Cocytus.
- Menos. De. Diez. Dos. Segundos – respondió, para después voltear su mirada hacia Naruto, que estaba gimiendo mientras abría los ojos.
Azules cómo un mar sin límites.
- ¿D-Dónde estoy? – preguntó Naruto con un poco de temor en su voz.
Pero al tener su vista un poco mejorada, pudo ver a los seres extraños que siempre lo cuidaban y lo respetaban.
- ¡Naruto-sama! – todos se arrodillaron ante su vista, mientras que Yuri le quitaba el paño y hacia lo mismo que sus compañeras y superiores.
Pero Naruto apartó la mirada un poco.
- ¿Soy…soy importante? – pregunto recordando las palabras de Cocytus – Ustedes…¿Por qué me salvaron?...sólo soy un monstruo – bajo la mirada, pero antes de pensar en sentimientos más oscuros, Albedo se levantó y tomo su mentón para subirlo para que viese a la mujer.
- Eres más importante que cualquier humano. Eres el niño humano más especial que ha caminado en Nazarick…en el mundo entero – Naruto abrió los ojos de la sorpresa.
- Jámas… - apartó ligeramente sus ojos de los de Albedo – Pero Sasuke es más importante que yo…sólo soy un don nadie.
- No. Es. Así – fue el turno Cocytus de levantarse – Tú. Provienes. De. Un. Linaje. Poderoso. Más. Poderoso. Que. Cualquier. Guerrero. Que. Ansiarán. Tener – Naruto miro a Cocytus con incredulidad.
- ¡A-Así es N-Naruto-sama, eres el ser más espectacular de todos!.
- ¡Y si alguien dice lo contrario eso significa que son unos imbéciles cómo una roca! – miro a los dos hermanos, levantándose y dándoles unas sonrisas amistosas. Por lo menos con Aura, ya que con Mare era, aunque genuina, nerviosa.
- Eres el ser más poderoso que pisara estás tierras – se levantó Demiurge, sujetándose un poco más sus lentes – Solo los Seres Supremos tienen derecho de agarrar el bastón de nuestro más antiguo y poderoso mu… - Demiurge se mordió su lengua.
Pero si quisiera soltar el pasado y entregarle toda su confianza y su ser entero a su nuevo Lord – Muertos Seres Supremos. Tú eres su descendiente de ellos. Seres más poderosos que trabajaron duro, derramando sangre y lágrimas para llegar lo que son…eran antes – Naruto miro asombrado a Demiurge.
"¿Acaso soy…" pensó, asomándose una pequeña sonrisa.
- Eres el ser más hermoso que ha pisado este pudo y nadie igualara si belleza natural – se levantó Shalltear, con una sonrisa mostrando un poco sus dientes – Y nadie dirá lo contrario, ni siquiera teniendo a ese tal Kyubi en tú interior.
Naruto abrió los ojos y comenzó a temblar levemente.
- ¿Naruto-sama? – pregunto un poco temerosa Albedo.
- Soy…¿Soy el Kyubi?
- No, Naruto-sama – negó rápidamente pero con calma Demiurge – Tú eres Naruto-sama y ese tal Kyubi es otro ser. Están separados por una barrera mental/espiritual. Los dos son seres completamente distintos.
Naruto bajó la mirada, son completamente asombrado ante las palabras directas y ciertas.
No eran…no eran mentira cómo Jiji cada vez que respondía que no sabía quienes eran sus padres.
Pero ellos…
¿Quizás…
- ¿Van…van a ser mi familia…no me abandonaran...cómo ellos?
Todos se acercaron, mientras que las sirvientas se levantaban y se alejaban un poco para después arrodillarse nuevamente.
- Claro que si – dijo Albedo con una sonrisa maternal y la más dulce. Mucho más que la de Jiji o la de Ayame.
- Te. Juro. Que. Nadie. Te. Lastimara. Siempre. Estaré. Unido. Cómo. Tú. Tío – se pudo escuchar cómo los gemelos se reían un poco en voz baja. Después de todo, Cocytus siempre quiso ser el tío de los hijos de los seres supremos.
- E-Estaré siempre contigo en tus juegos.
- ¡También haré que mis mascotas sean la montura perfecta para usted! – los gemelos de distintos sexos le dieron unas sonrisas cómo si fuesen sus hermanos mayores.
- Te mostrare y te haré el ser más guapo que el mundo haya visto y todas las mujeres caerán antes tus pies – Naruto se rió un poco de la declaración de Shalltear.
"Punto para mí, boca de gorila" pensó triunfadora la Vampira mientras veía a Albedo con una sonrisa victoriosa.
Todos miraron a Demiurge, que este se ajustaba y acomodaba su corbata.
"Quizás no sea el mejor esto de los sentimientos humanos" miro a Naruto, que lo miraba con una sonrisa y de forma un tanto tímida le extendió su mano "Pero si es por él…" – Estaré guiando en tú camino, Naruto-sama. Para que tomes decisiones correctas.
Todos sudaron una gota ante el discurso un tanto…Demiurge.
Pero a su lado apareció Sebas.
- También estaré a su lado, para que tomes decisiones correctas y no por alguien que tiene una sonrisa mortal – Demiurge se tensó levemente, haciendo que su ojo tuviese un notorio tic nervioso.
Naruto bostezo de manera muy tierna y Yuri se levantó – Creo que Naruto-sama necesitara descansar después de todo el incidente que surgió.
Todos asintieron y se marcharon uno por uno.
Solamente dejando a Demiurge siendo visto de una manera un tanto fija por Naruto.
- ¿Pasa algo?
- …¿Otoo-san? – Demiurge levantó una ceja.
No entendió por qué lo llamó así, pero…
- Que descanses – le dio una sonrisa amigable para después sonreír y que el sueño lo venza.
Cuando Demiurge iba a salir pudo mirar la cara de Albedo en el pequeño hueco de la puerta, que estaba abierta MUY poquito para ver su ojo.
Al salir, pudo ver cómo Albedo salía volando diciendo "¡También seré su Kaa-san!"
"Jamás entenderé los sentimientos humanos"
Giro su cabeza para ver a Sebas, que tenía una mirada un tanto dura – No lo llevaras a ese camino, Demiurge-san.
- Je – se ajustó su corbata – Tú tampoco lo llevaras a ese camino, Sebas-san.
Los dos se miraron de una manera un tanto competitiva, haciendo que todos lo viesen.
Algunos con risas.
Otros negando con la cabeza.
Pero lo importante sería lo siguiente.
Ellos eran su familia.
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