John y Sherlock se miraban, uno sentado frente al otro, sin apartar la vista y pestañando muy poco
Habían entrado a la casa del doctor quien se había sentado en un sillón individual, sin prestar atención a su invitado, el cual sin saber muy bien que hacer se sentó en el sofá de tres cuerpos que había en frente
Pasaron los minutos sin que ninguno abriera la boca y Sherlock comenzaba a desesperarse. El no solía desesperarse o ponerse nervioso (no era capaz de sentir nada, en general) pero, como siempre, lo que tenía que ver con John siempre era una excepción
Paseó la mirada por la sala, notando que a pesar de ser un lugar pequeño, estaba bien organizado, aparentando ser más amplio. No había rastro alguno de las cosas que tenían en Baker Street, probablemente John se había desecho de todo cuando se sintió preparado para dejarlo atrás. Sintió una punzada de tristeza atravesarle el pecho, era verdad, John había rehecho su vida y estaba feliz, él no tenía nada que hacer ahí.
—Lo siento— murmuró, sacando a John de sus pensamientos, lo miró con el ceño fruncido, esperando a que prosiguiera— Por aparecer de repente, cuando ya tienes rearmada tu vida. Entiendo que estés molesto conmigo por "morir" pero…
—No estoy molesto contigo porque hayas "muerto" —Recalcó la última palabra, como si la estuviera escupiendo— Estoy molesto contigo porque no fuiste capaz de decirme que o lo estabas, ni una señal, ni un mensaje, nada
—Intente comunicarme contigo, hace unos meses, Mycroft vino y tu rechazaste su propuesta. No podíamos decirte que estaba vivo, lo más probable es que te estuvieran observando, esperando a que hicieras un movimiento en falso que les confirmara que yo estaba vivo. No podías saberlo
Se quedaron en silencio nuevamente, John no sabía que hacer o decir, no quería tocar el tema de la relación que tenían, no podía dejarse llevar por el regreso de Sherlock. Se encontraba en una relación, y esa misma noche le había pedido matrimonio, no escuchó la respuesta, pero si esta fue un sí, no podía dejar todo solo porque el volvió
No podía, pero una parte de él, lo quería, lo quería tan intensamente que estaba a punto de lanzarse sobre él, y esta vez no era para golpearlo
— ¿Qué pasó con las cosas del 221B? —Escuchó que preguntaba Sherlock, ignorante del remolino de pensamientos y sensaciones que se instalaba en el
— Siguen ahí, al menos que la señora Hudson haya decidido volver a rentar el apartamento
— Espero qué no, voy a necesitar donde vivir— Suspiró y se levantó para caminar a la puerta— Será mejor que me vaya — John lo siguió y le abrió la puerta
— ¿Tienes donde quedarte?
— Buscaré algo— Le sonrió tristemente— John, si sirve de algo, te extrañé mucho. Adiós— Dicho eso se fue, y algo en esa despedida le decía que no se verían en un tiempo
Así fue, habían pasado unas dos semanas y no se habían cruzado, algo normal, considerando que Sherlock pensaba volver a vivir en Baker Street y la casa donde él vivía quedaba a una distancia bastante considerable de esta. A pesar de que una parte de él estaba molesta, por el hecho de que regresó solo para volver a desaparecer, la otra parte, una muy escondidita dentro de él, se aliviaba, sin Sherlock cerca, la mayor parte del tiempo podía mantener alejadas las dudas de su cabeza.
Al día siguiente de la reaparición de Sherlock, John fue a casa de Mary, para volver a hacerle la propuesta, y esta obviamente, dijo que sí. Decidieron que querían casarse lo antes posible, así que comenzaron a organizarlo todo enseguida, bueno en realidad, Mary comenzó a hacerlo, preguntándole de vez en cuando algunas cosas a John, aunque terminaba tomando ella todas las decisiones igualmente
Pero había algo que no podía dejar para que Mary se hiciera cargo: Su parte de la lista de invitado, la cual hasta el momento solo tenía dos nombres. Harriet Watson y James Sholto aunque, sinceramente, dudaba de la asistencia de ambos. En los últimos 2 años, John se había alejado de mucha gente y no se había dado el trabajo de hacer nuevos amigos, así que no tenía a nadie a quien invitar. Finalmente decidió que era mejor anotar a gente de los que no supiera nada desde hace 2 años que aguantar a una mujer a punto de casarse regañándolo por ser un antisocial.
De esa manera la lista se fue haciendo un poco más larga, con nombres como Gregory Lestrade, Martha Hudson e incluso Mycroft Holmes, pero en ella no estaba el nombre del otro Holmes, y esto se lo recalcó Mary, cuando revisó la lista
— ¿En serio no eres capaz de invitar al que fue tu amigo por años, pero invitas a su hermano, con el cual ni siquiera te llevas bien?
— Exacto, no creo que sea del gusto de Sherlock una boda, además no lo veo desde que apareció
— ¿Y crees que sea del gusto de su hermano? Hay mucha gente aquí que no ves desde hace dos años— John la ignoró completamente— Hay algo más por lo cual no le quieres invitar ¿Verdad? — Nuevamente fue ignorada. Suspiró profundamente, John podía ser muy cabezota cuando se lo proponía— Bueno, como quieras, pero creo que sería lindo que lo invitaras, no arreglarán nunca nada si se evitan todo el tiempo
—No nos evitamos, simplemente no nos hemos cruzado
—Pero tampoco lo han intentado— Silencio por parte de John— Si tu no quieres invitarlo, lo pondré en mi lista, pero viene si o si
Ese fue el fin de la conversación
¡Miren este cuarto capítulo después de meses!
En realidad no se si alguien lee esto, más que una amiga que me pidió que actualizara. De todos modos seguiré escribiéndolo.
Como siempre, cualquier tomatazo, duda, comentario, etc. por un review o un PM, siempre respondo, y se los agradecería mucho
Ciao