Antes que nada, esto es bastante OoC.

My Little Pony no me pertenece, hago esto sin fines de lucro.


Sweetie cerró la puerta de su cuarto con fuerza, se aferró a la primera pared que tuvo a su alcance y trato de digerir nuevamente lo que acaba de presenciar. Es difícil para cualquiera ser testigo de un crimen, más cuando se trata de alguien querido quien lo comete.

Y aunque la comparación no era exactamente precisa, las circunstancias para ella no tenían precedentes y por lo tanto, punto de comparación. Aunque si podía decirse que Sweetie Belle acaba de entender a la perfección aquel dicho sobre "estar en el lugar equivocado en el momento equivocado".

Su cabeza le daba vueltas, seria todo más sencillo si no hubiera ido a visitar a su hermana, si solo se hubiera quedado en casa ese día. Que mala suerte tenia, cada vez que decidía hacer algo relacionado con sus sentimientos, la vida parecía ordenar todo a su alrededor para que ella desistiera, como si le advirtiera que no se metiera en el curso de las cosas.

Se quedó mirando fijamente su cama, intentando calmarse, estaba en casa de sus padres, en su cuarto, ahí estaba segura. Recapitulo todo lo acontecido.

Era sábado, en la tarde, había ido a casa de Rarity para encontrarse con ella y su novio, Spike, como solía hacer hace algún tiempo. Había entrado con la llave que tenía desde siempre, el auto de su hermana estaba en el portón pero no había nadie en la sala, supuso que su hermana estaría en su cuarto, probablemente durmiendo o alguna otra cosa, no era raro así que con confianza subió a buscarla. En el pasillo hubo algunos ruidos extraños, Sweetie Belle indago en lo que podía estar pasando pero no se detuvo mucho a pensarlo, lamento aquello enseguida, pues al asomarse al cuarto de su hermana pudo ver la procedencia de aquel sonido.

Su hermana estaba en su cama sí, pero no exactamente durmiendo... El gemido de sorpresa que Sweetie hizo no se alcanzó a escuchar gracias a que se tapó la boca y huyo rápidamente de ahí, el hecho de haber presenciado a su hermana de aquella forma había sido por si solo perturbador. El problema era que no era con su novio. Estaba acostándose con otro sujeto ¡Engañando a su novio!

Esto no debería ser tan trascendente, excepto por el significante hecho de que ¡ella estaba enamorada del novio de su hermana!

Era una historia curiosa, Sweetie se paró a pensar un momento en la ironía, todo este tiempo ocultando sus sentimientos, intentando sobrellevar el hecho o superarlo, había sido en vano, no es normal que te guste tu cuñado, no es sano, y lo peor es que no solo le "gustaba", estaba completamente perdida por él.

¿Cómo es que nos enamoramos?

Aunque más bien la pregunta sería ¿en qué momento sabemos que amamos a alguien? ¿Cuándo es que dejamos de ver a una persona como solo otro individuo en el mundo, como otro amigo? ¿En qué instante se transforma en el punto central de nuestros pensamientos y comenzamos a sentir cada segundo la necesidad de tenerlo en nuestra vida?

Sweetie Belle no sabía, no entendía si había sido solo un segundo, una mirada, un gesto, un aroma o algún ruido. Tal vez era simplemente un problema en su cabeza, demasiadas historias románticas sobre el amor a primera vista. Esa educación infantil sobre encontrar al príncipe de sus sueños y enseguida estar segura de que con él se casaría para vivir feliz por siempre.

Eso sí que era predisposición, pues ¿Quién no quiere ser feliz por siempre? Tal vez era esa promesa insensata la verdadera culpable, pensar que por conocer a una persona nuestra felicidad está asegurada es ingenuo, pero a veces las ideas se quedan bastante clavadas en nuestra mente, en especial cuando son tan esperanzadoras y vienen de la niñez.

Aunque en su caso, tampoco era de las chicas que se creían eso de cualquiera, y andaban por ahí probando a cada sujeto para averiguar si funcionaba o no como príncipe. De hecho, eso casi nunca le pasaba a ella, su padre y varios libros, poetas y artistas adecuados le habían puesto un modelo bastante difícil para encontrar al hombre de sus sueños. Así que ¿Cuál era la diferencia con este tipo?

Probablemente ninguna, probablemente era cuestión temporal. Solo habían intercambiado unas palabras, su hermana Rarity siempre era quien captaba toda la atención de los hombres que están en el mismo cuarto con ella, así que tampoco había sido una larga conversación, solo una presentación, un amistoso beso de saludo y luego media hora de escuchar la explicación de su relación amistosa con Rarity.

Sweetie trato de recordar mejor. ¿Había sido desde ese entonces? No. No estaba segura, pues Spike pronto se volvió tan frecuente en su casa que era imposible determinar en cuál de esas ocasiones específicamente había sucedido. Solo sabía que un mes después ya no le quedaba duda, ese chico amable y atento, algo ingenuo pero divertido y honesto. De ese se había enamorado.

Ojala no hubiera sido así. Ojala no lo hubiera aceptado. Qué curioso es el destino a veces, parece dispuesto a darnos un golpe en la nariz el día que decidimos ser invencibles, solo para demostrarnos que no es así, mientras nos desangramos en su presencia.

Aquel día estaba feliz, ella había decidido que esa nueva sensación en su vida, que esa cosquilla en la panza antes de verlo, esa repentina nausea al hablarle, esos nervios al cruzar miradas, eso, era amor.

No le quedaba ya ninguna duda. Y para alguien como ella, tan apegada a sus emociones, aquello era algo bueno. Sweetie soñaba con ser interprete musical, le encantaba escribir poesía y canciones, y como decían los sabios "No hay mayor inspiración que el amar a alguien con pasión". Actualmente en la escuela de arte algunos profesores le habían dicho que tenía una voz fantástica, pero últimamente inclusive su composición y escritura habían mejorado increíblemente.

Estaba tanto entusiasmada como ansiosa por lo que podría pasar.

Ese día había llegado a la nueva casa de Rarity temprano, sabía que Spike siempre iba al medio día en sábado, que comía con ellas y luego hacia alguna otra actividad con Rarity, salían con amigos o simplemente charlaban en la sala. A veces invitaban a Sweetie Belle y ella adoraba esos días, pasar el tiempo con su hermana y alguien tan agradable como Spike era de lo más revitalizante en su vida.

Lamentablemente cuando aceptamos nuestros sentimientos los hacemos visibles a los demás y el hecho es que nuestro corazón no será indiferente a los sucesos a nuestro alrededor.

̶ Sweetie ya me voy. Deje comida en la cocina, por favor la calientas con cuidado.

Cuando Rarity le dijo eso de forma tan esquiva supo que algo estaba mal, su hermana salía con su novio entre semana, el fin era siempre para Spike y ella o sus amigas.

̶ ¿En sábado? ¿No va a venir Spike?

La pregunta directa tenía la vaga intención de declarar su interés en el chico, Rarity hizo un gesto algo extraño, como si hubiera olvidado algo.

̶ No, saldremos… no te lo había dicho ¿verdad hermanita? ̶ Rarity se portó muy extraña, fue como si tratara de ser indiferente pero a medio camino se diera cuenta que no podía ocultar la importancia de lo que estaba por decir. ̶ Spike y yo somos novios.

̶ ¡¿Qué?!

̶ Me lo pidió esta semana. Lo siento por no haberte dicho antes.

NO podía ser. ¿Novios? Era ridículo.

̶ ¿Que no tienes novio ya?

̶ Termine con él desde hace un mes. ̶ Una leve sonrisa se asomó en el rostro de su hermana. ̶ debo admitir que Spike supo cómo conquistarme… ¿Sweetie Estas bien?

Era imposible ocultar su tristeza. Pero… Creía que Spike al menos sentía algo más que amistad por ella, era tan amable con ambas…

Rarity tampoco era ninguna tonta, era obvio que algo como tener un nuevo novio, y que este sea el mismo que cada fin de semana la visitaba a ella y su hermana, no era para pasar desapercibido, había estado evitando decirle a su pequeña hermana porque tenía miedo de su reacción. Pudiera ser solo su imaginación, pero ella también parecía mirar a su nuevo novio con ojos de afecto de vez en cuando, y no quería descubrir la verdad al respecto.

La mente trabaja de forma curiosa, para evitar la pena a alguien más, la mejor vía es fingir ignorancia. Rarity era experta en esto.

̶ No te preocupes querida, no siempre saldremos solos, puedes venir con nosotros en otra ocasión. No todo cambiara.

Pero eso no era para nada reconfortante. Sweetie se sintió mal, pero hizo lo mejor que pudo para fingir una sonrisa convincente y despedir a su hermana.

En cuanto salió se desplomo en el sillón. Qué tontería acababa de pasar. Era obvio que a Spike le gustaba Rarity, no ella. Su hermana era la mujer más hermosa del mundo, ¿cómo pudo haber pensado que se fijaría en ella?

Que tonta había sido en ese entonces, recordó la leve sensación de ira que se formó en su corazón, como un flash que se asomaba a su mente, detestando a su hermana, odiando el siempre ser la menos bonita, la pequeña, siempre el segundo lugar.

Pero no era culpa de ella, Spike tal vez no era tan especial como ella creía, pues se había fijado en la misma chica que la mitad de la ciudad, y sin embargo, era la primera vez que ella había sentido algo por uno de los amigos de Rarity, siempre eran atractivos, pero jamás había habido uno como Spike

Sweetie volvió al presente, ocho meses después de aquel día habían pasado, desde que se hermana había tenido al mejor novio que ella pudiese pedir, ocho meses evitando verlo, pues amar en secreto a tu cuñado no es lo más recomendable del mundo para declarar.

Solo habían pasado ocho meses para que su hermana se aburriera, para que decidiera que ella es demasiado para un solo hombre, por más maravilloso que este fuera. Esta vez el rencor no era leve, era absoluto, ella se moría por ese chico y su hermana lo engañaba como si nada.

En la vida es normal no tener lo que se desea, es común que otras personas tengan lo que a nosotros nos hace falta, pero la rabia que se siente al saber cómo estas personas menosprecian lo que tienen, es de las más fieras. El doble cuando al hacerlo no solo la lastimaba a ella, sino también a él, que también era una persona.

Una leve sonrisa sarcástica se asomó por su boca al recordar la primera vez que acepto esos sentimientos, justo el día de hoy nuevamente había decidido hablar con Spike, no para confesar sus sentimientos, sino para ser su amiga, quería tener la oportunidad de estar en su vida, aunque fuera solo como su cuñada. Era su último recurso, ya no soportaba evadirlo a él y su hermana. Antes de su relación los tres se llevaban tan bien… Las emociones tan grandes como lo que ella sentía no se pueden ocultar por mucho tiempo, habían comenzado a enfermar a Sweetie, y por eso ese día iba a visitar a su hermana, esperaría a Spike y charlaría con él, como en los viejos tiempos, tal vez ella no era la mejor ocultando las cosas, pero estaba segura de que el peliverde no tenía idea de sus sentimientos, seguía siendo igual de amable y atento con ella cada que la veía, no sabía que al hacer eso, solo provocaba las emociones de ella. Estaba dispuesta a aguantar eso, a estar cerca de él de un modo u otro, quien sabe, tal vez con el tiempo podría ser una buena amiga para él.

Claro, eso sí a su hermana no le hubiera dado un ataque de hormonas y se hubiera acostado con un extraño de la nada.

No era la primera vez que Rarity hacia eso, no quería juzgar a su hermana, la amaba, pero no era exactamente la persona más "fiel" del mundo. Los novios de Rarity solían ser unos tontos altos y atractivos que se la pasaban comprándole regalos, a muchos no les importaba que los días que no veían a Rarity ella saliera con otros 4 sujetos, no sabía porque, a su hermana le gustaba demasiado la atención masculina o tal vez solo era sexo. En realidad no le importaba averiguarlo, hacía mucho que había llegado a la conclusión de que cada quien tiene un determinado modo de querer, algunos son fieles y otros no.

Sin embargo, con Spike parecía ser diferente, las costumbres de su hermana habían cambiado desde que lo conoció, Sweetie pensaba que gracias a él ella cambiaria, o al menos, se quedaría con el peliverde, aunque ese pensamiento le doliera.

Bueno, eso era antes, ahora no le quedaba duda, su hermana no merecía a ese hombre, tal vez Rarity podría tener novios a los que no les importara ser o que les sean fiel, y de esa forma estaban contentos, pero ella conocía a Spike sabía que sus emociones eran honestas y únicas, y estaba bastante segura de que ella era la única capaz de apreciarlo.

Pero eso era demasiado egoísta, además, ella no era así, no podía enfrentar a su hermana, que tipo de hermana seria si llegara y le dijera que le traspasara a su novio, no tenía sentido. Así como algunas personas se sienten superiores a otras por su inteligencia, Sweetie creía que su hermana no tenía la capacidad de sentir amor real como ella, tal vez era tonto, quizá solo era una excusa para restarle importancia al hecho de que quería arrebatarle el novio.

Se sentó en su computadora y comenzó a distraerse con sus redes sociales, necesitaba reanalizar la situación. Luego de unos veinte minutos no pudo más, necesitaba hacer algo al respecto.

̶ Un momento.

Se puso a pensar en algo, estaba culpando a su hermana de engañar a Spike, pero ni siquiera estaba del todo segura de sí aun andaban. Tal vez ese era solo el nuevo novio de Rarity, después de todo, tenía un par de semanas que no veía a ninguno de los dos.

Una rápida entrada al perfil electrónico de ambos aclararía las dudas, Rarity no ponía su situación sentimental pero siempre publicaba alguna cosa cuando salía o entraba en una relación. No había nada fuera de lo normal, luego al de Spike, la relación con Rarity estaba ahí, y también un par de fotos de la semana de ellos juntos con el título "El amor de mi vida".

Fue desagradable leer eso, sintió repugnancia por su hermana, ¿cómo podía ser tan promiscua?

Tenía que hacer algo, tenía que decirle a Spike de un modo u otro.

¿Pero cómo? Que tonta era, como podía hacer aquello, ¿porque había tenido que descubrir todo? ¿Cómo pretendía ir tras Spike luego de decirle que su hermana lo engaño?

Tampoco podía quedarse de brazos cruzados, Spike estaba siendo engañado, no merecía eso. Tal vez podía hablar con Rarity, hacerla confesar todo.

Descarto eso enseguida, si Sweetie le contara que lo sabe solo le pediría que guarde el secreto, y peor aún, de esa forma no podría decirle a Spike sin quedar mal con su hermana.

Entonces solo quedaba decirle a Spike, pero hacerlo de frente pondría al peliverde a dudar, probablemente encararía a Rarity y entonces ella quedaría como la delatora sin lugar a dudas, por otro lado si su hermana negaba todo y ella no tenía pruebas todo sería aún peor.

Le quedaba solo otra opción, hacer que Spike lo descubriera por sí solo. Que de algún modo atrapara a Rarity.

Poner un escenario estaba fuera de rango, tendría que saber más y para ello se vería obligada a preguntar a Rarity. NO, era mejor darle un indicio a Spike para que el mismo investigara. ¡Una nota anónima! Si, esa era la mejor opción, de esa forma plantaría la duda y al mismo tiempo estaría protegida.

Tenía suerte, la razón por la que quería hablar con Spike y dejar de evitarlo era porque en unos días estaba obligada a verlo, en la fiesta de una amiga de ellos, ese día le daría la nota, en la fiesta sería fácil.

Se acostó con ese pensamiento en mente y una extraña sensación mixta entre culpa, enojo, pena y alegría.


Él lo sabía.

¿Qué más daba que ahora se lo dijeran? Eso no cambiaría nada, si él lo sabía, si sucedía era porque al menos alguien más lo sabía. Una leve sonrisa, de esas con las que uno se compadece de la estupidez de uno mismo, una sonrisa de resignación. ¿Importaba? No.

"Ella te engaña" Esas eran las cortas palabras escritas en el pequeño retazo de servilleta que había sido introducido en su bolsillo en algún momento de la fiesta de anoche. Spike intento vagamente imaginar quien podría haber sido.

Esos pensamientos pronto fueron abandonados, la mañana por su ventana lo llevo a reflexionar de nuevo sobre su actual situación. Y por enésima vez se preguntó cómo es que había llegado ahí.

Su novia Rarity, la chica de sus sueños, por decir poco, la mujer a la que estaba seguro de amar por sobre todas las cosas. Por la que había hecho tantas cosas, por la que había suspirado por incontables noches antes de siquiera pensar en que la posibilidad de tener una relación con ella fuese levemente factible. Esa chica, que no importaba lo que le digieran de ella, él la seguía amando. Ella, ella lo engañaba. Que curiosa es la vida que parece atentar contra aquellos que son más nobles. "No" Spike negó con la cabeza, eso era mentira, él estaba ahí porque lo aceptaba. Porque no tenía el valor de enfrentarla a ella.

¿Podían culparlo? Luego de tanto cortejo, de tantos sentimientos, inclusive de tanto tiempo. ¿Era realmente su culpa el perdonarla? Simplemente no quería tirar a la basura todo lo que habían pasado. Nadie lo entendería, estaba haciendo un gran sacrificio.

Salió de su habitación, era algo tarde para desayunar, la fiesta había terminado ya noche, su roomie Twilight probablemente se había quedado con su novio. Se sirvió un poco de cereal mientras intentaba distraerse de sus pensamientos. Luego volvió a pensar en la nota. Esta vez su mente se puso a trabajar en descifrar quien se la había dado. ¿Qué desagradable persona querría hacerle ver la miseria de su posición?

Miro el reloj. Doce del día, Su mente se concentró mientras el primer sorbo de leche fría y hojuelas de maíz tocaban su paladar. ¿A quién vio en la fiesta de anoche?

El cumpleaños de su amiga Rainbow. Si, una fecha importante, en especial porque había sido seleccionada para el equipo de su país en las próximas olimpiadas, eso sumado a que parecía que este año por fin terminaría su carrera profesional. Fue en esa gran casa de su amiga Fluttershy. Ella también era amiga de Rarity, pero apenas le hablaba a Spike. No podía haber sido ella, a menos que quisiera hacer algo en contra de su amiga, pero eso no tenía sentido. Ya que era verdad, y por lo tanto, era más con la intención de informarlo a él y no de afectar a su relación.

En la fiesta estaban Rarity y él, Rainbow lo había invitado a él y Fluttershy a Rarity. Spike había pasado por ella y su hermana, Sweetie Belle en su auto y llegaron a la fiesta sin mucho que decir. Rarity estuvo con él hasta que llegaron la mayoría de los invitados… pero ella no podía haber sido, obviamente. ¿Quién más estaba? El chico que le gustaba a Rainbow, Soarin, que parecía tan despreocupado siempre, Spike no sabía bien a que se dedicaba, solo que era algo relacionado a los deportes. Jamás en su vida habían hablado más allá de un "hola", quedaba totalmente descartado.

También estaba el hermano de Fluttershy, cuyo nombre no recordaba, se pasó toda la noche fastidiando a Rainbow de una manera u otra, él y otro sujeto que no conocía no dejaron ni un momento a solas a Dash, tampoco podía haber sido ella.

Applejack y sus hermanos también habían asistido, bueno, eso era más complicado. Applejack era la mujer más madura que conocía, además de ser siempre muy directa y sin pelos en la lengua por decirlo de algún modo. Ella no le diría algo como eso a través de una pequeña notita. Aunque también estaba el hecho de que… era su ex.

Spike había tenido realmente una vida amorosa pequeña en su vida. Desde que conoció a Rarity hacía ya unos 2 años no había dejado de fijarse en ella jamás. Antes, solo estuvo ese pequeño lapso de tiempo cuando salió con Applejack por unos meses. Había sido una relación curiosa, la chica rubia era otra persona cuando se trataba de él. Su primera novia oficial y su primer beso. Pero las cosas son difíciles cuando estas convencido que el amor de tu vida es otra persona. Ambos terminaron esa relación por las buenas, pero siguieron siendo buenos amigos y aunque Spike no sentía que fuera así, todos se la pasaban diciendo que la rubia aun sentía algo por él (en especial Rarity). Pero en todo caso, se había pasado la noche platicando con él cuando estaba solo y bailando con sus amigas. Dudaba mucho que ella hubiera dejado la nota, además, conocía bien su letra, y la de la servilleta no le parecía de su estilo en lo más mínimo.

La lista se hacía más pequeña. En la fiesta había mucha gente, pero que él conociera y lo conocieran. Quedaban la amiga desastrosa de Rainbow y sus amigos, la hermana de Applejack, la de Rarity, el novio de Twilight y… amigos de amigos. Nadie cercano.

Claro, ¿cómo podía olvidarse de su mejor amiga y roomie? También había ido a la fiesta, y de hecho, fue por ella que lo invitaron. Twilight. Ella llego antes a la fiesta para ayudar a decorar. Su novio Flash llego poco después que ellos. Recordaba haber estado un rato con ellos. Luego los vio casi toda la fiesta platicando y luego la perdió de vista a ella.

Twilight era la única que podría haberlo hecho en realidad, la caligrafía era parecida, además de que ella podía imitar una letra diferente sin dificultad, era la única que tendría el valor y la sutileza para decirle algo así de ese modo.

Era su mejor amiga de toda la vida, conocía lo suficiente a Rarity como para haberlo notado, además de que contaba con la perspicacia suficiente para descifrarlo de algún modo sin siquiera haberlo visto.

Tenía que haber sido ella, podía haber deslizado la nota en su atuendo incluso antes de que él se lo pusiera, después de todo, viven juntos.

Spike corrió por el pequeño trozo de papel y lo examino esperando que la firma de su amiga estuviera en algún lado. Las palabras nuevamente retumbaron en su cabeza, era imposible ignorarlas.

De pronto una nueva idea surgió en su cabeza. Twilight no se lo diría de ese modo, no, se conocían demasiado bien. Ella sabría que lo lastimaría y no sería anónima.

¿Por qué tenía que pasarle esto? Diablos, podía haber sido cualquiera, Rarity siempre era tan… coqueta. Inclusive ayer, enfrente de todos sus amigos, bailaba con cualquiera que se acercara y lo provocaba con la mirada, tenía esa facilidad, ese don. Era irresistible, quien mejor para reconocerlo que él. Seductora, probablemente era la palabra, pero no era la que el utilizaría. Jamás. Para él era mucho más que eso, para él era la mujer más cautivadora que existía. ¿Qué importaba que otros la miraran? Era comprensible. Él no podía parar de hacerlo.

Pero el hecho de que ella lo disfrutara tanto, que ella lo buscara. Eso era diferente.

Las memorias viajaron un poco más al pasado, a hace poco más de dos meses. Un recuerdo doloroso. Cuando llevaban ya 6 meses de relación Spike era feliz. Le encantaba su vida como era. Salir de la escuela, ver a su novia brevemente, salir tres o cuatro veces por semana, convivir con su familia. Sentirse alguien importante en su vida. De ella, de la mujer de sus sueños. Era algo que solo podía describir como "perfecto".

Al menos hasta esa semana. Rarity siempre había sido como era, siempre atractiva, siempre extrovertida, fácil para hacer amigos y de llamar la atención. Spike lo sabía, obviamente sentía celos, pero una simple sonrisa de ella era suficiente para tranquilizarlo. Unas pocas palabras tan convincentes como "No te preocupes cariño, soy solo tuya" eran morfina suficiente para sus dudas. Diablos, sí que sabía cómo calmarlo.

El peliverde siempre había sido el tipo de novio atento, el que no descuida los detalles. Amaba a su novia, así que no era difícil. No hay limitantes en lo que se hace cuando se hace por amor. Spike jamás se ponía límite en cuanto a lo romántico. Para él, Rarity era su musa, su inspiración, su primer triunfo en la vida. Cualquiera diría que idealizaba demasiado a una persona, pero era imposible no hacerlo, y en el corazón, no caben las palabras ajenas.

Eso fue hasta que Rarity lo decepciono de verdad. Cuando la encontró en la cama con otro.

Cuesta definir lo que una persona promedio sentiría en una situación así, ver a su amada, su mujer, el amor de su vida, con alguien más. No hay niveles de dolor, no hay punto de referencia, pero Spike sintió como si alguien lo apuñalara con fuerza por la espalda.

El recuerdo le dolió de la misma manera incluso, recordaba haber cerrado los ojos, haber arrojado las cosas, haber gritado mucho. Recordaba la cara de Rarity, disculpándose, llorando, pidiendo que no la dejara. Recordaba sus pensamientos, sus ganas de retribución, su decepción, pasar de la ira a la tristeza y luego al miedo.

Miedo, de que todo acabara de esa manera, de que después de tanto, después de tantas primeras experiencias, de tantos planes, de tantas promesas. Todo se iba al carajo tan rápido.

¿Pero que podía hacer él? ¿Qué había hecho él? ¿Porque había sucedido? Rarity no paraba de llorar, esa imagen, Spike no lo aguantaba, no podía. La amaba, a pesar de todo. Eso es lo que sabía con certeza, que importaba una decepción, nadie es perfecto, y no era un ser ideal lo que Spike amaba, debía darse cuenta de ello, él la amaba a ella, sin importar nada.

Fue como un sueño para él, no recordaba cómo, solo sabía que de repente ella estaba en sus brazos, prometiendo que no volvería a pasar, maldiciéndose a sí misma.

Spike se rio ante el recuerdo, quien lo diría. No conocía al tipo, debía ser un amigo de ella, alguno de los muchos que tenía. Y ahora… a pesar de todo, de lo difícil que fue superarlo, o más bien, sin siquiera haberlo superado. Volvía a pasar.

Él ya lo sabía en cierta forma, sabía que ella era así, que a pesar de lo mucho que la amara, de lo bien que la tratara, ella no cambiaría.

Quería olvidar eso, quería creer en ella, en él mismo y su capacidad de ser amado. Pero era ingenuo, las personas así han vivido bajo cierta atención y no todas están dispuestas a dejarlo.

Rarity era innegablemente atractiva, de un cuerpo escultural y popularmente reconocido como estético. Para él no era diferente, no importaba lo que estuviera pensando antes de verla, un simple beso, una caricia y lo tenía a sus pies como si nada. Le encantaban esos momentos, a pesar de que después recordara la realidad y se detestara por ser incapaz de hacer algo al respecto.

Esa nota, significaba demasiado, quería decir que sus dudas eran reales, que su desconfianza estaba fundamentada, que nunca debió creer en ella… Pero no la dejaría, jamás, no podía permitírselo, tal vez ella recapacitaría, con el tiempo, volvería a ser como antes.

Cuanta inocencia, que agradable era mentirse.

Por un leve momento se acordó de Sweetie Belle, su hermana. Que solía ser su amiga, habían estudiado en la preparatoria juntos aunque jamás se habían hablado hasta que Rarity lo llevo a su casa. Pero ahora la chica estudiaba música, era una gran cantante, decían que tenía un futuro prometedor y antes lo invitaba a sus presentaciones, claro, siempre con Rarity, tal vez podría hablar con ella al respecto…

Su mente volvió al presente. Ahora que lo pensaba Rarity no se había ido de la fiesta con Sweetie Belle como le había dicho, se había despedido de ellas pero cuando él se iba la vio en el estacionamiento, o al menos le dio esa idea.

Era domingo, el día que normalmente la veía aunque sea en la mañana, miro el reloj nuevamente y leyó una vez más el mensaje.

"Ella te engaña"

Una extraña adrenalina lo estaba poseyendo, una emoción diferente, le recordó a la ira que sintió la primera vez, pero ahora dirigida de otra forma, no se sentía herido, por alguna razón sentía que tenía lo que se merecía, por haber creído que era capaz de cambiar a las personas, que era capaz de vivir en un cuento de hadas, eso es lo que le pasaba por haber sido un imbécil. Ya no podía seguir ciento el estúpido, no podía vivir como el imbécil al que le ponen el cuerno, quería demostrarse, demostrarles a todos que era más que eso. Se vistió con prisa y arrojo el papel al inodoro. Iría a ver a su novia. Tal vez la encontraría con alguien, casi deseaba hacerlo, deseaba poder liberar el dolor con aquel idiota.

Pero ese ímpetu no duraría mucho, pues en el fondo sabía que no importaba lo mucho que ella lo engañara, le dolería más perderla. Spike titubeo al entrar en su fiel sedan verde. Pero no se detendría, no debía pensarlo, tenía que confrontarla.


Si, Rarity es una perra.

En fin, tengo algo masomenos escrito de este Spikebelle. Iba a ser un one-shot pero tendra otro estilo.

Tengo la intencion de poner varias historias, por capitulo, es decir, alomejor el proximo capitulo no continua esta trama, sino que se va a otros personajes, y asi sucesivamente.

Gracias por leer.