¡Hey, hey, hey! Soy yo viniendo con una alocada idea para este jarogüindo (?) Sí, es una fiesta de halloween en el gimnasio de Karasuno.Sí, probablemnte eso está muy visto pero los clásicos nunca pasan de moda además esto es un KuroTsukki que se pondrá rico conforme pase la historia. Bien quería hacer un porn without plot (Español=Porno sin historia ALV) pero de la nada ¡BAM! Ya llevo dieciséis hojas y a penas voy como a dos tercios de la historia si no es que menos.

En fin, espero que les guste este clásico con toques que solo esta sexy y adorable pareja puede tener.

Por cierto, si me da tiempo subo un TsukkiKuroo que tengo en mente y otro KuroTsukki AU de Batman aparte de varios que tengo en mente.

¡Gracias por leer! Y si les gusta,pueden dejar un comentario o un favorito para saber si voy bien o le cambio antes de que sea demasiado tarde.

¿Que cómo había terminado ahí?


Fácil.

Tiene a Kuroo de novio.

¿Y eso qué tiene que ver?

Todo.

Estar justo en esa terrible situación era culpa de su imbécil novio y Bokuto-san, hasta Akaashi-san tenía que ver. Y pensar que ese circo inició hacía una semana mientras se encontraba visitando Tokio en la casa de su pareja junto a un gritón Bokuto y Akaashi, el cual se encontraba en la cocina con Kuroo preparando de comer para los cuatro.

— Oi, Tsukki ¿De qué te vestirás este año?—Preguntó el de cabellos alborotados mientras salía del kotatsu y se sentaba, tratando de pelar una mandarina sin éxito. Tsukishima simplemente hizo un mohín y decidió voltearse mientras acomodaba su almohada y abrazaba un poco más a su dinosaurio de peluche que Kuroo se ganó en su cita con él horas antes.

— ¡Tsukkiiii!—Exclamó nuevamente el de ojos dorados, decidiendo que mover la pierna del rubio bajo el kotatsu era la mejor idea para captar su atención— ¡Dime de que te disfrazarás! ¡Soy tu senpai, lo exijo!—Y así pasó moviendo su pierna hasta que la paciencia del rubio llegó a su límite. Tsukishima pateó levemente al ex Fukurodani antes de sentarse como fiera recién despertada y contestar.

— No me disfrazo el día de brujas porque es para niños estúpidos y molestos que solo desean engordar y picarse sus muelas, como si no tener autoestima al vestirse tan ridículamente no fuera suficiente—Tras esto, otra patada ligera fue dada en el abdomen de Bokuto y el cuerpo del rubio volvió a recostarse para descansar con la calefacción que había en el lugar.

Un minuto de silencio por fin reinó en la habitación. Solo los sonidos de la tele que no veían y de los platos y utensilios que los azabaches usaban en la cocina eran los que sonaban. Algo tan perfecto duró hasta que Bokuto decidió hacer una ruidosa exclamación y mirar al rubio insistentemente con tal expresión de sorpresa en su rostro.

— ¿¡Cómo que no te disfrazarás!? ¡Es imposible! —Tsukishima solo enterró su cabeza en su dinosaurio de peluche, contando internamente hasta el mil en inglés y de regreso; siendo que ya iba por la segunda vuelta que Kuroo y Akaashi por fin aparecieron con la tarta de fresa casera que el ex Nekoma insistió tanto en prepararle a su lindo novio mientras que Akaashi traía el té caliente junto con las tazas para poder degustar además de palomitas para la película.

—Bro, cállate. Me lo vas a asustar—Tras dejar la tarta y los platos en la mesita del kotatsu, se metió dentro de este a abrazar a su novio, llenándole de besos pequeños mientras le acariciaba el cabello con cariño—Vamos, fresita. Es hora de comer—Kuroo bien sabía que su preparatoriano novio detestaba ser llamado de esa manera en público pero tras un duro año saliendo con él, por fin pudo hacer que cediera a ser cariñoso –un poco al menos- frente a Bokuto y Akaashi ya que, venga, casi siempre los veían ya que Bokuto y él eran roomies, el próximo año Akaashi se les uniría y finalmente el pequeño cuervito que apenas pasaría a tercero de preparatoria ese año.

El rubio pasó de mover su rostro contra el dinosaurio hacia el pecho de su novio, tomándole de la playera para ayudarse a recargarse por completo en él, haciéndole a entender claramente el mensaje al azabache de abrazarlo aún más y cerrar su chaqueta con él dentro de ella. El momento perfecto que Kuroo tanto había soñado siendo arruinado por el imbécil que tiene como segundo mejor amigo.

— ¡Oh, bro! ¡No sabía que Tsukki tenía sentimientos! —Akaashi quiso callarlo pero fue muy tarde, Bokuto ya había abierto la boca—Derretiste el hielo del corazón de la hermosa dami—Pero no pudo terminar por el libro que fue a parar a su cara, cortesía del de lentes que ahora estaba sentado con Kuroo a su lado cortando los trozos de tarta para los cuatro.

—Debes de admitir que te lo merecías—Sí, probablemente Bokuto sabía que lo que decía Akaashi acerca de merecerse ese salvaje golpe en su adorable cara era verdad aunque hay niveles y ni siquiera Konoha enojado lograba darle tan fuerte en la cara ¿Pero con qué clase de salvaje salía Kuroo?

En fin, el universitario decidió hacer un puchero mientras dejaba que su novio le sobara el golpe en su cara y le diera un par de besos en la mejilla para curarlo; bueno, probablemente ser salvajemente golpeado por un dinosaurio enojado no era tan malo ¿Qué hay de malo en que Akaashi le mime y le "regañe" con cariño por andar de bocaza?

Nada. No hay. No existe.

—Pero retomando lo que dijo Kou…—Se atrevió a decir Kuroo mientras tomaba un poco del té que Akaashi preparó, honestamente prefería el café negro y amargo o dulce, dependiendo su ánimo, pero no se levantaría a poner agua nuevamente estando tan calientito y cómodo con su novio recargado en su pecho comiendo de su tarta con su peluche abrazado como la tierna e inocente criatura que no era, sin mencionar que sería descortés para el esfuerzo del capitán de Fukurodani así que solo se limitó a suspirar y tomar el té sin prestarle mucha atención al sabor.

—Escuché de Yaku-san que le dijo Lev-kun que escuchó de Inuoka-kun y Kenma-kun—Ante la mención del último, Akaashi tuvo que frenar un poco su monólogo y gruñir disimuladamente ya que no le agradaba en lo absoluto pero al ser el maldito vice capitán de Nekoma, debía de tener una relación cordial con él—Que Hinata-kun les envió un mensaje invitándoles a la fiesta que harán los de Karasuno en su gimnasio la siguiente semana.

Como si estuvieran sincronizados, tanto Bokuto como Kuroo escupieron sus bebidas en la mesa, el último casi ahogándose por el acto, mirando de reojo a su novio que ahora miraba con fastidio al colocador de Fukurodani, el cual le sonreía con cierta malicia…Quizá se la estaba pagando por la vez en que Tsukishima le dijo a Bokuto que el dildo que encontró en la habitación de Akaashi en realidad era una regla para saber cuánto le medía la boca. Por una semana Bokuto trató de "medirse" el interior de su boca como Tsukishima le dijo hasta que el colocador le descubrió, jurando al rubio que se las pagaría.

Sí, ese Akaashi era de temer cuando quería.

— ¿¡Por qué no nos dijiste, Tsukiiiiiii!? —El rubio dejó su tarta con hastio en la mesa del kotatsu para dirigir una mirada a su superior y a su novio, que se cargaba esa mirada de perrito traicionado por su dueño.

—Porque ni siquiera iba a ir ¿Para qué invitarlos si yo no iré?

— ¡Imposible!

— ¡En lo absoluto! —Exclamaron Bokuto y Kuroo, mirando al rubio como si les hubieran dicho que la velocidad no era la derivada de la aceleración, en el caso de Kuroo…Con Bokuto como si le dijeran que Akaashi no era el chico más lindo del mundo.

—Hasta estábamos planeando como irnos disfrazados los cuatro, Tsukishima-kun—Agregó Akaashi con un tono de inocencia que solo logró agitar más a Bokuto, haciéndolo lloriquear y balbucear entre baba y mocos que iban a ser perfectos sus disfraces como bros y novios y que si Tsukki hacía eso porque no lo quería o porque le daba vergüenza o quizá por feo; claramente, esa reacción era planeada por el sonriente Akaashi que se terminaba de cobrar lo del vibrador.

— ¡Y creí que mi rayito de luna me contaba todo! —Ahora Tsukishima, no conforme con los lloriqueos del as del volleyball universitario, aguantaba a su propio novio reclamándole el no tenerle confianza, alegando que la distancia sí los separaba y demás estupideces que lograron colmarle la paciencia tras unos cinco minutos.

El de lentes azotó su mano contra la mesa, provocando un sobresalto en los mayores que salían de su autocompasión y dolor para escuchar al pobre rubio que comenzaba a tener el ojo saltándole por el nerviosismo acumulado en menos de media hora.

—Bien, iremos al estúpido convivio o lo que sea en mi escuela pero cállense de una puta vez que me hartan—Tras unos segundos de tensión, el par de universitarios comenzó a celebrar y como de rayo fueron al estudio que compartían para sacar la libreta donde anotaban todas sus ideas para que los cuatro fueran vestidos coordinados en Halloween.

Tsukishima solo recostó su cabeza en el kotatsu y comenzó a recordar todas las cosas malas que había hecho en su vida desde que nació para saber si el karma era justo o le cobraba intereses por las veces en que había sido un desgraciado.

Y así, tras una larga noche donde discutieron disfraces hasta la madrugada, llegaron a un disfraz en conjunto por fin y después de eso, la semana para el líder de bloqueos de Karasuno se le fue entre los dedos sin poder hacer nada. Trató fuertemente de enfermarse, lastimarse, golpearse o inventarse algo para no ir y hacer el ridículo pero no pudo (Primordialmente porque Akiteru lo cachó varias veces en sus intentos de fuga de su casa o de hipocondría) además, quisiera o no, ya no era el mismo mocoso maldito que se burlaba de todos y se subestimaba; había cambiado y para bien o para mal, la mayor causa eran los tres tontos que en ese instante estaban en el tren bala de Tokio a Sendai. No podía, ni quería, defraudarlos aunque fuera algo tan ridículo.

El de lentes guardó en su mochila su disfraz junto al maquillaje que usaría y se encaminó directamente al gimnasio donde se haría la dichosa fiesta. Chasqueó la lengua un par de veces, maldijo otras tres veces y por fin siguió su camino, solo por esos tres tokiotas que habían cambiado su vida desde hace un año.

Al llegar al gimnasio quiso regresar a su casa e inventarse algo como amibiasis o chorro, quizá el vómito sonaba idóneo pero su gritona cuñada que ayudaba con la decoración exterior le tuvo que ver, anunciando a todo el equipo que "su lindo cuñadito gruñón" había llegado.

Kei quería que la tierra se lo tragara en ese instante y lo escupiera en un país lejano, como México, donde iniciaría una nueva vida siendo taquero en algún barrio de mala muerte, cambiando su nombre a "El Brayán" y teniendo de nuevo novio a un tipo que apodarían "El negro". Sí, ese plan de vida no tenía fallas; por lástima, la tierra no se lo tragó si no el prominente pecho de Saeko que le abrazaba con euforia.

— ¡Cuñadito! ¿Por qué no estás disfrazado? — Un pequeño golpecito en su frente le rompió los nervios que se guardaba y le hizo tener un tic en el ojo por segunda vez en la semana—Eres muy chiquito para ser tan amar-

— ¡Saeko! —Akiteru llegó a abrazar a su novia con nerviosismo, inventándole que el entrenador le llamaba para hacer alguna cosa ya que desde que vio a su hermanito llegar, pudo notar su aura de odio irradiar a todo lo que tenía vida a un kilómetro a la redonda—K-Kei—Akiteru trató de decir algo pero la mirada aterradora del menor le hizo balbucear y querer ser un poste.

—Nunca espero nada de ti y aun así logras decepcionarme, "cu-ña-di-to" —El rostro del Tsukishima mayor era de pavor en su estado más puro. Sí, Kei podría ser menor pero el pánico que le causaba cuando se enojaba era tanto como el de ir en un carro con Saeko al volante.

De esa manera, Kei entró al gimnasio para ver en qué podía ayudar. Realmente no quería hacer nada más que sentarse en la tarima y esperar a que la noche acabara para largarse a su casa a dormir pero si no se ofrecía a hacer algo, después le mandarían a recoger todo y él no movería ni un dedo si ese fuera el caso además, entre más rápido hiciera algo, más rápido podría fingir sentirse mal e ir a casa.

Por suerte, ya casi no faltaba nada por hacer más que arreglar unas cosas técnicas en el audio (a lo que se ofreció porque era eso o cargar sillas), adornar un par de cosas y dejar soltar globos con pequeñas sábanas blancas para dar el efecto de fantasmas en el techo del gimnasio.

El rubio miró la hora en su celular, checando que eran ya las nueve de la noche y el gimnasio se cerraría a las dos de la mañana. Cinco horas era poco comparado a lo que soportaba a diario siendo compañero de Hinata y Yachi-san, los cuales se la pasaban comadreando en varias clases y usándolo de gurú de diversos temas hasta consejero fiel y profesor. Era un verdadero dolor en el trasero escucharlos hablar en los descansos de que si Kageyama esto, que si Yamaguchi lo otro, que si uno era mejor novio que el otro o que si alguno de los dos el próximo año sería capitán pero, prefería mil veces eso a escuchar un "¿Y cómo te va con Kuroo-san?", ahí las posibilidades de escapatoria eran casi nulas.

El rubio fue a dejar las mochilas de todos en la sala del club junto a su mejor amigo, encontrándose ahí la incómoda escena de Sugawara-san ajustándole un… ¿Corsé? Al antiguo capitán de Karasuno con ayuda de Asahi-san, Nishinoya-san y Tanaka-san.

En definitiva esa noche le contaría a Rexy –su peluche de T Rex- acerca de ese trauma que no borraría en un buen tiempo de su mente.

— ¡Tsukishima, Yamaguchi, ayuden! —Exclamó el antiguo vice capitán mientras ponía su pie en la espalda de Daichi-san y jalaba los cordones de la prenda como si en eso le fuera la vida— ¡Con calma, Daichi! ¡Solo un poco más y listo!

— ¡S-S-Suga! —Balbuceó Asahi con miedo al ver el rostro demacrado y azul de su amigo—Y-ya no respira.

— ¡Boberías! Solo un pequeño ajuste y…—Entonces tras un fuerte jalón se escuchó la tela romperse finalmente tras ser estirada hasta que no pudo soportar más—Oh, mierda—Tanaka y Nishinoya al instante comenzaron a reírse como hienas chifladas por la cara de su antiguo capitán y el terror de Asahi al ver a Suga con el cordón en su mano.

Tsukishima en silencio salió de la sala del club, tratando de desligarse de la escena digna de circo que comenzaba a desenvolverse en la habitación, viendo a Ennoshita (vestido de oficial de policía) ir corriendo a ella para imponer orden por el griterío que se escuchaba hasta el gimnasio.

[De: Tetsu]

"*Mi adorable guanina, llegamos como en una media hora más o menos al lugar.

Te ama, tu citosina"

El mensaje solo logró teñir de rojo las mejillas del rubio y dibujarle una leve sonrisa por lo nerd que sonó el mensaje…Nerd y tierno tal como Kuroo era con él. Tsukishima guardó su celular con ánimos, esperando que ya fueran las nueve y media para poder disfrutar de la fiesta con ese estúpido gato que le tomaría de la mano y le haría bailar algún ritmo estúpido como excusa para besarlo al final de la canción para que se creyera alguna estrella de película de mediados del siglo pasado.

Resignado, entró al gimnasio para ver si encontraba algo en qué gastar el tiempo hasta que Kuroo y compañía llegaran al gimnasio con él. Pensó en ir a la computadora para ser el DJ pero justo en frente estaban el dúo raro con unas túnicas que le sacaron una insana carcajada ya que Kageyama la traía al revés y Hinata no lograba abrocharse las sandalias estilo griegas desde que él fue a la sala del club a dejar las mochilas.

— ¿De qué se supone que están disfrazados, tontos? —Preguntó con malicia el bloqueador de Karasuno al par de segundo que trataba con todo su ser fingir que estaban bien vestidos.

—Tsk, de un tal Juancho y-

— ¡Es Jacinto, Bakageyama! ¡Jacinto y Apolo! —Exclamó Hinata tras ponerse victoriosamente de pie por haber por fin anudado sus sandalias.

En realidad el disfraz dejó a Tsukishima sorprendido porque realmente creía que ambos eran un par de estúpidos sin noción de personajes griegos pero ver a Hinata con su túnica blanca, un carcaj y un arco haciendo referencia al dios del sol le hizo sentirse un poco mejor ya que significaba que las asesorías no eran a lo estúpido; en cambio Kageyama…Bueno, traía una túnica, mal puesta pero túnica a final de cuentas.

— ¡Yo soy Apolo, dios del sol y Kageyama es Jacinto! Jacinto y Apolo eran novios, por eso nos vestimos así—Agregó Hinata con total emoción antes de mirar a su novio sonrojarse y mover su túnica por sentir ese sentimiento de ahogo (totalmente justificado ya que estaba al revés la estúpida túnica).

—Además Oikawa-san e Iwaizumi-san se vestirán de romanos y los griegos son enemigos de los romanos—Dijo Kageyama como si con su disfraz le declarara la guerra al par de universitarios que llegarían en cualquier momento a la fiesta.

Todo sería ternura y diversión en esa pareja de estúpidos que ahora se tomaban de la mano y se sonreían con bobería de no ser por un aburrido Tsukishima que debía matar tiempo.

— ¿Y sí saben que al final del mito Jacinto muere por los celos de Céfiro con un disco que Apolo lanzó clavado en sus sienes? —La cara de Kageyama era un poema y la de Hinata se había quedado pálida por olvidar en qué terminaba el mito ya que no terminó de ponerle atención a Yachi cuando se lo explicó.

— ¡Hinata estúpido! ¿¡Cómo que me matarás!? —Hinata negó al instante ese hecho, mirando con molestia al burlón rubio que comenzaba a irse porque su buena acción del día había terminado en ese instante. Ahora el de cabellos naranjas debía decirle a su novio que lo que dijo Amarguíshima era pura mentira y que se moviera la túnica, quizá ponérsela mal lo había hecho escuchar cosas raras.

Las luces de colores se encendieron mientras que las del gimnasio se apagaban y las máquinas de humo comenzaban a funcionar, dando la ilusión de ser una casa embrujada, que de embrujada solo tenía el hecho de que varios de ahí eran estúpidos por razones desconocidas.

— ¡Tsukishima-senpai, lo siento! —Exclamó el chico de primero que se había golpeado contra el pecho del rubio tras correr de su compañero que ahora se golpeaba contra su espalda.

—Hey, Komori el punto de las atrapadas es que—Pero el de cabellos rojizos calló como si hubiera visto a un muerto. Tsukishima chasqueó la lengua con molestia para después empujarlos de su pecho.

Al ser de segundo, era inevitable que nuevos niños de primero se unieran al club pero no contaba con que los cinco que se unieron fueran una real molestia. Quizá Komori y Hanabi eran los más tranquilos de los cinco, después le seguían Morikawa y Kobayashi, siendo solo un par de estúpidos con energía sobrante y al final, un mocoso que se creía a su par solo por jugar bien, Hikaru era el nombre del bastardo que daba sonrisas burlescas y contestaciones irónicas a sus compañeros.

Por suerte, solo estaban Komori y el hiperactivo Morikawa vestidos de cuervos frente a él, con una cara de terror por haberse chocado de todos con el senpai al que más le tenían miedo.

—Hoy seré un dios misericordioso y lo dejaré pasar pero si me vuelven a chocar juro que de mi cuenta corre que ninguno de sus remates vuelva a tocar el piso si yo soy su bloqueador—El pelirrojo y el de cabellos grisáceos asintieron al instante, corriendo como si fueran rayos al otro lado del gimnasio para no volver a molestar a su senpai el resto de la noche.

Tsukishima, por su parte, sonrió ya que había aterrorizado a los de primero y molestado al dúo raro seguidamente, como en un combo de los videojuegos.

—Que malo eres, Tsukki—El rubio volteó hacia el chico que le llamaba—Mira que aterrorizar a los de primero incluso en la fiesta…

—No me digas que no fue divertido ver sus caras compungidas—Yamaguchi tuvo que asentir y reír al recordar las caras de sus kohais espantados.

—Bueno, eso es cierto, Tsukki—Ambos comenzaron a reír con malicia por la broma hasta que una pequeña chica rubia con vestido azul, lazo negro y un mandil blanco apareció junto al de pecas.

— ¿De qué se ríen, Yamaguchi-kun? —Preguntó la rubia a su novio que al instante paró de reír y se sonrojó.

—Na-Nada, Yachi-chan—Contestó el pecoso, dando de reojo una mirada a su amigo para que no se le ocurriera decir que se burlaban de los de primero.

— ¿En serio Alicia? —La pregunta de Tsukishima desvió el tema, dando un suave alivio a Yamaguchi.

—Bueno, Yachi-chan quería ser Alicia y pues yo quería disfrazarnos en pareja así que opté por ser el sombrero—La manager del equipo asintió mientras tomaba de la mano a su novio y comenzaban a decirse cosas cursis que a Tsukishima solo le asquearon y le recordaron a Kuroo.

Si él no era feliz, nadie lo era.

Y su mejor amigo no era la excepción así que solo acomodó sus gafas en su rostro antes de mover su pieza para hacer que el par de tortolitos dejara de ser tan dulce.

—Pero sí sabían que en realidad Alicia era la hija de unos amigos de Lewis Carroll ¿No? Y que el escritor estaba insanamente enamorado de la pequeña Alicia de nueve años y que escribió el cuento como una forma donde su romance podría ser bien visto—Una pequeña pausa fue suficiente para que los novios sonrieran con cierto nerviosismo por saber qué otras cosas dramáticas les diría Tsukishima—Además, cuentan las malas lenguas que Lewis abusaba de la pequeña Alicia cuando la cuidaba pero bueno, al menos sus disfraces son bonitos.

Yamaguchi pudo sentir como sus ilusiones infantiles se rompían con esas simples palabras y no solo eso, también sintió como su novia apretaba con fuerza su mano, coloreando su rostro de blanco por el terror de la historia que enfrascaba a la inocente niña que buscaba un conejo blanco.

— ¡Tsukki! —Le reclamó el de pecas sin soltar a su novia que estaba al borde de un paro cardiaco por ver la verdad de su disfraz.

—Feliz día de todos los santos, Yamaguchi—Una sonrisa bastó para dejar airoso su lugar donde ahora Yamaguchi trataba de convencer a su novia de que Tsukishima era así de pesado y que cuando bromeaba solían ser de cosas terroríficas.

Ya estaban todos los de su grado, un par de primero y su hermano en menos de media hora. Todo iba mejor que lo planeado para el rubio que comenzaba a buscar a su siguiente víctima.

— ¡Ángeles, reúnanse! —Exclamó Nishinoya vestido de traje y lentes, cosa que llamó la atención del de dieciséis años, acercándose al centro de la pista junto a Tanaka vestido igual que el líbero y Yamamoto… ¿Yamamoto? ¿Qué no él era de Nekoma?

— ¿Cuál es nuestra misión, Noya-san?

—Tenemos dos misiones, chicos—Respondió el más bajo a Tanaka mientras miraba a todos lados para ver si no había moros en la costa—La principal de todas, cuidar a Kiyoko-san.

— ¡SEEEH! —Exclamaron los "ángeles" restantes a su líder.

—Y la otra y de mayor riesgo—El par miró a Noya, el cual sacaba de su traje una botella de ron—Esta es orden directa de nuestra diosa y de Suga-san. Seremos los que pongan el alcohol en el ponche sin que nadie nos descubra.

— ¡Hecho! —El par de rematadores de tercero fueron donde Takeda y Ukai estaban ya que el ponche yacía a su lado, el par se inventó una pelea mientras avanzaban hacia la puerta, siendo obviamente seguidos por el par de profesores, dejando los recipientes de ponche libres para que Nishinoya sirviera las cantidades de ron marcadas en la botella sin ser detectado por nadie.

Tsukishima debía admitir que para ser tan bobos, que se les ocurriera un plan de ese estilo para filtrar alcohol era realmente una joya bien planeada ya que habían tomado en cuenta que todos irían a ver la pelea y que, Nishinoya al ser tan bajo y hábil, nadie lo notaría entre el humo y las luces que iluminaban la fiesta.

Aunque, lo que en realidad le conmocionó fue ver a Yamamoto ya que el tipo era de Nekoma…Eso solo significaba una cosa…Fue corriendo hacia la entrada de la escuela con cierto apuro ya que probablemente Kuroo estaba ahí esperándole con los brazos abiertos.


Bien,las notas son las siguientes.

*Guanina es una base nitrogenada del DNA/RNA que solo puede unirse con la citosina.

Apolo es el dios del sol griego y Jacinto era su amante, pueden buscar en internet el mito ¡Es precioso!

¿De qué creen que sea el disfraz de Tsukki y el gym 3? Auqnue creo que ya lo deben saber por la imagen xD

¿En serio creen que Kuroo esté ahí?

Por cierto, Lala ¡Muchas gracias por el apoyo! Es que ella lo leyó y me dijo su opinión así que ámenla.

¡Hasta la próxima!