Harry! On Ice
Sinopsis: Harry falla una vez más y comienza a pensar en renunciar a su carrera. Las cosas cambian repentinamente después de que un vìdeo sobre unos de sus entrenamientos se filtrara por toda la web. [Universo Alterno, traducción autorizada.]
Disclaimer: Harry Potter y sus complejos personajes no me pertenecen. Todo es propiedad de J. K. Rowling y los derechos cinematográficos para Warner. Yuri! on Ice tampoco me pertenece, las alabanzas son para el estudio de MAPPA, dirigido por Sayo Yamamoto y Mitsurō Kubo. Y la historia presente abajo no es mía, sino de la talentosa partofforever, quién muy amablemente aceptó mi petición de traducción. Su versión original se encuentra (en inglés) aquí en Fanfiction y en AO3.
Y ésta traducción la encontrarán únicamente aquí y en mi perfil de AO3 también.
No he autorizado (ni autorizaré) a que alguien más publique mis trabajos en ningún otro sitio fuera de los mencionados.
¡Dile NO al plagio!
Notas de Autora (partofforever): "El único punto de esta historia es haber encontrado una excusa para no estudiar. La historia tiene muy poco o nulo sentido (y mucho menos para alguien que no ha visto Yuri! on Ice todavía)
Espero que mi profesor de Farmacología le guste , porque es la única tarea que seré capaz de mostrarle mañana."
Notas de Traductora: Me topé con esta preciosura hace poco y voilá! Lo iba a publicar originalmente ayer, pero ya saben, cosas de la vida ;3
Espero sus impresiones. ¿Tendremos más de esto en el futuro? No lo sé aún con seguridad, pero estaré al tanto de todo, como siempre.
Ay, definitivamente amo este fandom. Y el de YOI también.
—No, esto nunca va a funcionar. —Se dijo Harry, oculto en un vestuario vacío después de lo que probablemente había sido su último intento para hacerse con el Grand Prix de esta temporada. —No tengo esperanzas.
Su madre estaba tratando de conseguir comunicarse con él por teléfono, pero no tenía corazón para hablar con ella en este momento. Ella le estaba animando y apoyando en todo lo posible... Y aún así, la había decepcionado... de nuevo.
Las lágrimas empezaron a correrle por todo su rostro, y la idea de volver a casa y ver a todos sus amigos y vecinos, le golpeaba terriblemente. ¿Ahora con qué cara podría mirarles a los ojos? Todos ellos habían pensado que haría algo grandioso, estaba destinado a ello, pero a pesar de haber estado patinando durante años, nada parecía funcionar. Se destacaba mejor y mostraba todo su potencial durante los entrenamientos que estando en presencia del público... Aunque, ¿qué tipo de excusa era esa, de todos modos? Honestamente, todo el asunto del patinaje era para que la gente lo viera...
Alguien entró en la habitación y Harry trató de ocultar su miserable rostro en una toalla. Aunque de manera obvia, su intento fue inútil, ya que el intruso se acercó directamente hacia él:
— ¿Para qué te molestas en intentarlo? —Un chico de pelo rubio le preguntó burlonamente, mirándolo con altivez, a pesar de que era menor que él y no muy alto. —Uno debería saber cuándo rendirse. —Agregó, caminando hacia su armario en busca de su bolsa de entrenamiento. Se fue a los pocos segundos, dejando que el mal humor de Harry aumentara.
¿Qué acaso no era éste, Malfoy? Había oído hablar de él con anterioridad: era el patinador más talentoso (y probablemente), el Junior más codiciado que ha habido en los últimos años... Cada entrenador se peleaba por él, todos los reporteros soñaban con entrevistarlo... pero Malfoy era vigilado constantemente por su madre, que era bailarina profesional, y de entrenador tenía a su propio padre. No era de extrañar que él creció para ser el patinador más prometedor después de Tom Riddle.
Riddle... En ocasiones Harry se preguntaba qué era lo que le faltaba y por qué no lograba alcanzar el mismo nivel que su ídolo. Tom Riddle había sido el único por el cuál se interesó en el patinaje en primer lugar, pero desde que era capaz de verlo cada cierto tiempo durante los eventos deportivos, su admiración se había transformado en algo más profundo e incómodo. Harry jamás llegaría a estar a su nivel.
—Tal vez no estaba destinado a ello. —Le dijo a su reflejo, pero éste ni estuvo a favor ni en contra del comentario.
.
— ¿Te gustaría tomarte una foto conmigo?
—No, no me refería a... —Pero ya era tarde, y Harry se encontraba ya de pie al lado de Riddle y de su entrenador, Xenophillius Lovegood y en menos de un parpadeo, el flash de la cámara relampagueó.
—No olvides etiquetarme en Instagram. —Añadió el campeón con una sonrisa y procedió a seguir su camino hacia la puerta con los Malfoy.
Harry se sintió sin esperanzas una vez más. Tom Riddle ni siquiera lo reconocía como otro participante.
..
Hermione y Ron, los mejores amigos de Harry, estaban mirando a la figura triste que patinaba sobre la pista de hielo. Había regresado a casa por primera vez en años y parecía que estaba casi seguro que era momento de abandonar su carrera. Hermione recordó la primera vez que Harry anunció su sueño sobre querer ser patinador: ambos tuvieron once años y observaron juntos el Campeonato Mundial. Había sido la primera vez que Tom Riddle se llevó la medalla de oro.
—Ron, la música... —dijo repentinamente Hermione, mirando el hielo.
— ¿Qué acaso no es...? —Ron parecía igualmente sorprendido.
Harry estaba patinando la coreografía ganadora de Riddle con una facilidad inesperada.
...
— ¡¿Harry?! —Alguien estaba tocando su puerta con furia. ¿Qué hora era? Le pareció como si sólo hubiese apoyado su cabeza sobre la almohada. —Harry, ¡¿qué se supone que esto significa?!
¿Acaso la que estaba en su puerta era... Minerva McGonagall? No, ella no era de despertarse tan temprano...
—Harry, ¿por qué hay un video tuyo patinando por todo Internet? —Bueno, aquella sí era Minerva McGonagall, después de todo. Nadie más le regañaría de algo igualmente estúpido. Su rutina, un video de él patinando... ¿por toda la web? ¿Para qué? ¿Para que la gente probablemente se riera por su intento fallido de saltar un cuádruple? Fue una caída memorable y excepcional, después de todo.
— ¿Harry? —Había llamado esta vez su madre, hablando con un tono mucho más suave. —Hay alguien que quiere verte en la sala, ¿podrías apurarte?
Pero ¿qué era lo que pasaba con todos ellos que no lo podían dejar dormir? Por algo había vuelto a casa, pero efectivamente no había sido para esto.
—Harry, no te arrepentirás, — ¿Esa era la voz de Hermione? ¿Por qué estaban todos ellos afuera de su puerta?
Su celular sonó de manera agresiva. Aun negándose a abrir los ojos, lo buscó a ciegas y supuso que era sólo un mensaje de texto. ¿Quién le escribiría a él un domingo por la mañana?
"Te vas a arrepentir, Potter."
Número equivocado, pensó estúpidamente y rodó en su cama, dándole la espalda a su puerta.
Pero su teléfono sonó de nuevo.
— ¿Y ahora qué? —Gruñó. Honestamente, era demasiado. Incluso él era capaz de perder los estribos y estaba a punto de hacerlo.
"Si quieres guerra, eso tendrás."
Pero ¿qué diablos? ¿Quién era la persona que le enviaba esos mensajes extraños?
La respuesta le llegó casi enseguida.
"Te escribe Draco Malfoy y a diferencia de ti, mi nombre sí será recordado."
¿Malfoy? ¿Aquél engreído de aquella vez en el vestidor? ¿Pero a qué se debía esto...?
Harry le echa un vistazo a la puerta con recelo. ¿Qué estaba pasando? Todas estas personas tratando de despertarlo, Malfoy amenazándolo por alguna razón...
Oyó un ruido fuera y se levantó apoyándose sobre su codo. Escuchó una voz que sin duda no podía reconocer ni darle un rostro: —Permítame.
La llave sonó al otro lado de la puerta, y después de un momento, se abrió la misma sin problemas, permitiendo también el acceso de un poco de luz.
Harry vio a su madre y a Hermione, incluso a Minerva McGonagall, que estaba detrás de ellas... Y justo al frente de ellas, en todo su esplendor, estaba un hombre alarmantemente familiar.
—Hola, —Tom Riddle le saludó con una divertida sonrisa. Harry repentinamente se arrepintió de haber empezado a dormir desnudo desde su decimosexto cumpleaños. —Estoy aquí para entrenarte.
¿Fin?