¡Hey, hey, hey! En esta ocasión os traigo un fic de una de mis parejas favoritas de boku no hero (anime sobre el que nunca he escrito, por cierto) ya que vi que no había apenas fics y bueno :') ¡Espero que os guste! Y si tenéis cualquier sugerencia y tal, ya sabéis ~ Enjoy!
Recuerdo que el anime ni los personajes son míos, sino de Kohei Horikoshi.
—Tampoco ha sido para tanto, Momo...
—¿Cómo que no? ¡Pero si casi he tenido que obligarte a que jugaras con ellos!
—Simplemente me apetecía estar tranquilo, ¿qué hay de malo?
—¡Siempre igual! En serio, empiezo a pensar que tienes un problema.
Ese día los chicos de clase habían decidido reunirse aprovechando que era fiesta para poder pasar un buen rato y divertirse todos juntos. No todo el mundo había acudido, ya fuese por tener otros planes o simplemente querer disfrutar del domingo a solas, pero sí que se juntaron bastantes.
En un momento, Kirishima propuso jugar al fútbol aunque sin utilizar sus quirks, a lo que casi todos se unieron, con excepción de Momo y Tokoyami, que prefirieron quedarse mirando; aunque Todoroki también habría permanecido ahí sentado de no ser por las miradas asesinas que Momo le dedicaba al ver que apenas había prestado atención a la propuesta del pelirrojo.
—No veo qué hay de malo en permanecer quieto tranquilamente mientras los demás juegan o hacen lo que quieren, la verdad.
La joven hizo una mueca con los labios ante ese comentario y prefirió marcharse del salón de su casa, donde había tenido lugar la pequeña discusión. Como sus padres no estaban, había aprovechado para poder estar un rato a solas con Todoroki, aunque su actitud necesitaba un escarmiento.
Un buen escarmiento. Y ella sabía de uno buenísimo.
Había transcurrido un rato desde que el joven se había quedado solo en el salón. Esperaba que ella volviese, aunque estaba empezando a pensar que se había enfadado de verdad. Se levantó del sofá, dispuesto a ir a buscarla cuando la vio nada más darse la vuelta, aunque tardó unos segundos en reaccionar, debido a que pensaba que aquello no podía ser posible.
Momo con el pelo suelto.
Sin pantalones.
Con una camisa blanca, casualmente suya, entreabierta.
En resumen; aquella imagen no dejaba demasiado a la imaginación. No era necesario recurrir a ella, al menos no en gran medida.
—Pero... ¿qué? ¿Momo? —Se sintió como un idiota, pero ninguna otra palabra o frase coherente fue capaz de salir de sus labios. Caminó hacia ella, la cual estaba apoyada sobre el marco de la puerta.
—No sé qué hacer, Shouto... –dijo ella, con un tono de voz ligeramente... ¿provocativo? No, definitivamente no podía estar pasando aquello. Algo le había sentado mal, probablemente el jugar al fútbol.
—¿A qué te refieres?
—Bueno... –fue ella quien terminó de acortar la distancia entre ambos, mientras jugueteaba con el tirante de su sujetador. De encaje. Curiosamente a juego con sus braguitas.— Es que no sé si echarme un poco antes de la cena o darme una ducha... ¿Tú qué me recomiendas?
La joven se mordió el labio inferior, mientras que dejaba el tirante y comenzaba a juguetear con el borde de la camisa, provocando que el joven pudiese ver a la perfección su escote. Y provocando también que sintiese unas ganas irrefrenables de besarla y no soltarla en lo que quedaba de día.
—Quizás estarías mejor si te dieras una ducha... —sugirió, mientras llevaba sus manos hacia las caderas de ella, acariciándolas por encima de la tela— si quieres hasta puedo acompañarte.
—¿De verdad? —Momo esbozó una sonrisa; una sonrisa que había visto en muy contadas ocasiones y que sin embargo, le encantaba. Era una sonrisa pícara, que le atraía. Cuando ella sonreía así, él se quedaba momentáneamente desubicado. Tras eso, se puso de puntillas y pasó las manos por los hombros del contrario, acariciándolos para luego agarrar suavemente su camiseta y tirar de ella, haciendo que el joven se inclinase. Él fue a hacer que sus labios se encontraran, pero antes de que eso pudiera suceder, se encontró con un dedo de ella sobre éstos, mientras que la propia Momo tenía una mueca en el rostro, con una ceja alzada. —¿No has dicho que preferías quedarte quieto y tranquilito? Pues quédate ahí mientras yo me ducho, disfrutando de tu tranquilidad.
Y sin dar posibilidad a Todoroki para protestar, Momo salió del salón, sintiéndose poderosa. Estaba segura de que la próxima vez el chico se lo pensaría dos veces antes de decir cosas como esa.