Soledad

"-Muchas gracias.

-¿Por qué?

-Por todo.

-Gracias a ti. – dijo él antes de voltearse y marcharse."

Horas mas tarde, Marinette como ya era costumbre, estaba escondida entre las cobijas de su cama, enterrando la cara en la almohada y maldiciendo por lo bajo, mientras la pequeña kwami de mariquita sobrevolaba a su alrededor.

Tikki observaba a su compañera de batallas, y no podía evitar sentirse culpable por lo desdichada que ésta se sentía. Ella había visto aquel día en el armario el rostro de Adrien bajo el manto de Chat Noir, y si bien entendía que no podía revelar esa información, de la misma forma que Plagg no lo haría, sentía que si Marinette se enteraba de quien era Chat, muchos de sus problemas se solucionarían.

-Marinette, sabes que no es un gran problema, llegaste de todas formas y nadie salió herido. Chat llego antes y pudo contener la situación mientras te trasformabas, no paso más de un minuto antes de que reaccionaras.

-Ese no es el punto Tikki.

La chica contestaba con la voz quebrada, en una mescla entre amarga tristeza, rabia y frustración; de cara a su almohada para no llamar la atención de sus padres.

-Me perdí en el tiempo y el espacio, me quede pasmada antes de llegar a la puerta, me puse en peligro a mí misma y a todos los alumnos y profesores que evacuaban el lugar – hizo una pausa - y lo puse en peligro a él.

-¿De quién estamos hablando en este momento? – pregunto la kwami sentándose en la cama, a la altura del rostro de su portadora mientras esta se daba la vuelta para mirarla.

-Eso en realidad da igual, los puse en peligro a ambos. Dejé que Adrien vaya él solo a ayudar a evacuar, siendo que eso lo debí hacer yo y además deje a Chat combatir solo – un escalofrió recorrió su cuerpo – yo estaba ahí Tikki, el akumatizado era un hombre que quería vengarse de uno de los trabajadores del hotel, yo estaba ahí y deje que Chat hiciera mi trabajo… y lo puse en peligro.

-¿Estas más molesta por no haber sido al 100% eficiente como superhéroe o por estar considerando haberle fallado a uno de ellos?

-No lo sé.

-¿Puedes ahora aceptar y confirmarme en voz alta que sientes algo por Chat?

Marinette cerró los ojos y apretó las rodillas contra su pecho en posición fetal.

-Marinette, te lo he preguntado ya varias veces y siempre me evitas o me contestas ambigüedades – siguió la pequeña al no recibir respuesta -. Tú sabes que yo siempre te apoyaré y no te juzgaré. Confía en mí.

-Sí, estoy comenzando a sentir algo por Chat – dijo al fin sin soltar su cuerpo aun tenso bajo las cobijas – pero eso ahora es irrelevante. Siempre me he considerado poco digna para ser Ladybug, a pesar de que siempre me has apoyado.

Tikki respondió sonriendo comprensiva.

-Siempre me has dicho que crea en mí, pero siempre me ha costado ordenar mis prioridades en cuanto a mi vida personal y a mis deberes de héroe. Siempre Adrien ha estado en un puesto alto en cuanto a cómo tomo mis decisiones y hoy eso fue, no solo un desacierto como lo ha sido otras veces, sino un error grave que pudo terminar muy mal – sacó finalmente la cabeza completamente fuera de la cama miró el techo -. Me niego a poner además de todo a Chat como parte de esta ecuación.

-Pero Marinette…

-No Tikki, – interrumpió – lo quiero, no tengo duda de eso. Por alguna razón cada vez que pienso en Adrien últimamente, se me viene a la mente la mirada de Chat y hasta este día no me había dado cuenta; que proyecto en Adrien mucho de lo que siento por Chat. Pero me niego, me reúso a poner sobre mi deber de proteger a la gente mis sentimientos por ninguno de los dos.

-Mari, estoy muy orgullosa de ti – dijo acariciando la mejilla de la chica – has crecido mucho y has madurado mucho más de lo que te puedes dar cuenta. No seas tan dura contigo misma, has hecho siempre un excelente trabajo como heroína.

-No soy dura, soy realista. Quiero ser la mejor Ladybug que pueda para la cuidad y para ti.

-Ya lo eres Marinette.

-Gracias, pero prometo ser mejor.

Cerró los ojos, frente a la mirada compasiva de la pequeña catarina.

-En cuanto vea a Chat le pediré que no nos veamos más tras las batallas – hizo una pausa – y en cuento a Adrien; a él lo seguiré viendo a diario en el colegio pero de ahora en adelante no dejaré que él sea el punto central en mi vida. Ni él, ni Chat, ni la confusión sentimental por la que estoy pasando… y que siento que me ahoga- finalizo relajando los músculos de su cuerpo.

Tikki sentía un gran nudo en la garganta, las ganas de gritarle la verdad a la cara a su compañera eran más abrumadoras que cualquier otro sentimiento hubiera invadido su pequeño cuerpo, pero sabía que no podía, era la regla más grande y más sagrada para los kwami.

-Marinette…

-Todo está bien Tikki – dijo en voz tranquila, volteando a mirar a su pequeña amiga y regalándole una caricia en la cabeza.

El pequeño gato, que hasta ese momento se encontraba hecho un ovillo a los pies de la cama fue a entregarle apoyo a la chica y se acurrucó junto a la almohada.

-Buenas noches Chat – dijo ella acariciando al gatito -. Buenas noches Tikki.

-Buenas noches Marinette.


-Se lo diré, ya está decidido.

Adrien llevaba horas tirado en su cama mirando el blanco techo, mientras escuchaba el sonido que emitía Plagg al comer el pastel que le había enviado Marinette.

-No puedes decírselo, ya hemos hablado de esto – acotó a pequeña criatura con la boca llena – que tu sepas la verdad ya es malo.

-Pero se enterará eventualmente, prefiero que sea por mis labios a que se entere sola – dijo el rubio en tono de reclamo.

-Mira, tú nunca me haces caso – dijo casi en frustración – mi deber cumplo con decirte que está prohibido, que no puedes hacerlo y si algo sale mal después de que se lo digas, mi deber será decirte "te lo dije". Ahora duerme.

-No puedo aun, tendría que estar preparando la sesión de fotos de mañana. Casi no saludé a mi padre hoy cuando llegó.

-Por lo mismo deberías estar dormido ya. Buenas noches.

El pequeño kwami se paró y levitó hacia el interruptor para apagar las luces, dejando sumido en la oscuridad al joven que aun debatía internamente que hacer.

Al día siguiente Adrien no pudo casi despertar para la sesión de fotos, solo la idea de poder pasar el día con su padre lo motivo para vestirse y bajar a desayunar.

En cuanto llego al primer piso notó algo extraño, no había nadie en el recibidor. Por lo general cuando había sesión fotográfica su casa amanecía llena de gente, entre los fotógrafos, coreógrafos, personas de maquillaje, vestuario e iluminación, además de que Nathalie siempre estaba al teléfono, revoloteando entre la gente para tener todo listo para salir a la locación escogida. Pero hoy no había nadie.

Se adentró entre las habitaciones y no encontró alma alguna, se precipito al despacho de su padre y lo encontró vacío. Tomó el teléfono y marcó el número de Nathali.

-¿Si? – la voz de la mujer al otro lado del teléfono salió casi inmediatamente.

-Buenos días Nathali ¿Dónde estás? ¿Estas con mi padre?

-Sí, tuvimos que cancelar la sesión, tu padre tuvo que salir a hacer unos trámites para publicar unos artículos nuevos. La sesión será re agendada.

-¿Por qué no me avisaron? Los he estado buscando.

-Lo siento, salimos muy temprano y no te quise despertar. Pero aprovecha, tienes el día libre.

-Ok – suspiro – que tengan éxito.

-…Te compensaré – dijo la mujer casi en un susurro.

-Está bien – contestó el comprensivo – gracias.

Luego de colgar el teléfono subió las escaleras. Pensó en pasar por algo para desayunar pero sentía que las piernas se movían solas hacia su habitación.

Plagg ya estaba desayunando cuando Adrien regresó a tirarse sobre la cama.

-No hay sesión de fotos hoy – avisó en voz de resignación.

-Bien, será día de flojera entonces.

-Nop, saldremos de todas formas – dijo levantándose bruscamente – Plagg, las garras.


Vestir el manto del gato negro siempre lo hacía sentir mejor, no importa lo que ocurriera, siempre que podía correr por la cuidad en el traje de Chat hacia que se pudiera sentir libre. El hecho de saltar de edificio en edificio y sentir que podía tocar el cielo si quería era un sentimiento único.

De repente algo lo detuvo, ese familiar sonido a pánico al que comenzaba a acostumbrarse.

Viró a la derecha rápidamente y notó que los gritos venían del zoológico. Su mente estaba tan acostumbrada a reaccionar al pánico de la gente que instantáneamente se acercó a ver qué pasaba. Pero no pudo encontrar un akumatizado o algo que llamara la atención, más solo el lugar deshabitado luego de que las personas salieran.

Poco tardó en encontrar el problema. Cuatro encargados del zoo se encontraban tratando inútilmente de regresar una cría de elefante a su jaula, mientras la madre de éste chillaba desde dentro del área designada y golpeaba fervientemente los barrotes intentando llegar hasta su pequeño.

-¿Qué ha pasado? ¿Puedo ayudar en algo? – preguntó el chico mientras se acercaba a los encargados, que armados con sogas trataban inútilmente de mover a la asustada cría de elefante.

-Aah, que bueno es tenerte aquí Chat Noir – contestó un hombre de robusta contextura -. Estamos tratando de devolver a este pequeño con su madre, estuvo enfermo y lo aislamos, pero ahora no comprende que tratamos de entrarlo a su área.

-Entiendo – dijo el chico mientras se acercaba cautelosamente al pequeño -¿Por qué no tratan de acercarlo con comida?

-Ya lo intentamos y no hubo caso – contesto otro hombre perdiendo la paciencia y tirando más fuerte de la soga que tenía en las manos -. Además no podemos entrar al área con ella tan enfadada, es peligroso.

-¿Cuántos hombres se necesitan para reunir un niño con su madre? – contestó divertida una chica en traje catarina acercándose desde atrás – y suelte eso, le está haciendo daño.

-Ladybug – exclamo el chico en traje de gato – ¿Qué haces aquí?

-Te buscaba a ti, ayudemos a estas personas, quisiera hablar contigo.

-Claro – contestó el casi en desconcierto. Tendría la oportunidad de decirle la verdad la Ladybug más pronto de lo que él creía.

-Vamos a ver - dijo la chica acercándose cuidadosamente a la cría de elefante.

-Cuidado señorita – dijo el encargado.

-Tranquilos, solo está asustado – contesto acercándose cautelosa- ¿verdad pequeño?

-Yo entrare a la jaula de la madre para contenerla – dijo el chico de negro sin tardanza.

Chat entro a la sección de los elefantes, y con comida para la madre pusiera atención en él logró quitarla de los barrotes, solo para que esta lo golpeara con la trompa y lo lanzara por los aires, haciéndolo aterrizar en un montón de paja que tenían dispuesta para que los animales pasen la noche.

-Siempre sacas la peor parte verdad – dijo la chica ofreciendo su mano para que el chico pudiera ponerse de pie, mientras posaba la mirada en el pequeño que ya había entrado al área y se reunía con su madre.

-Pero así es más divertido – contesto sonriente, tratando de quitarse los trozos de paja que cubrían su traje y su pelo - ¿todo está bien?

-Si, ven, quiero hablarte.


-¿Segura que todo está bien? – dijo él mientras se rascaba la cabeza en intentos inútiles de quitar los últimos pedazos de paja.

-Si – dijo ella sentándose en la parte de atrás de la azotea del edificio, diferente a otras veces donde solían sentarse en la orilla y colgar las piernas de él, ahora apoyó la espalda en una de las delgadas paredes que formaban la entrada a la escalera de servicio. – tengo algo importante que decirte.

-La verdad, también yo… también quiero decirte algo importante Ladybug.

-¿Sí? – contestó ella, mirándolo por primera vez desde que subieron al techo.

-Si- dijo aun rascándose la cabeza, pero al notar la mirada de la chica puso sus manos al costado lleno de nerviosismo.

-Jah, ven aquí, déjame limpiarte un poco primero – se rio la chica - no puedo tomarte en serio viéndote asi.

Ella se estiro hacia él, tirando de los pequeños trocitos de paja que poblaban el cabello rubio del chico.

-Gracias – contestó el bajando la cabeza.

-No es nada – sonrió - ven acá que no alcanzo el otro lado.

En un rápido movimiento Ladybug tomo la cabeza de Chat y lo dejo caer suavemente en su regazo, usando una de sus piernas flexionadas para apoyar la espalda de él y poder con ambas manos acceder a su cabello.

-Así si puedo limpiarte – dijo mientras suavemente pasaba los dedos por el cabello rubio del chico en un acto casi instintivo.

Chat no pudo hacer más que cerrar los ojos, dejándose envolver por los brazos de la chica y por sus manos que le ofrecían una dulce caricia mientras pasaba los dedos por su cabello.

No estaba seguro de cuánto tiempo estuvo solo ahí, quieto y siendo invadido por un sentimiento calido y reconfortante, hasta que se dio cuenta que las manos de Ladybug estaban quietas sobre su piel y lentamente se estaban tensando.

Abrió los ojos y vio directamente los ojos azules de la chica clavados en él, en una expresión indescifrable. Y por un momento olvido quien era, donde estaba y lo que había estado preparando para decir. Todo cuanto poblaba su mente se había ido y solo estaba ella, ahí con las manos puestas en su cabeza y espalda, rodeándolo con los brazos, ahí estaban sus ojos, plantados en él, ahí estaba ella.

Y de repente ya no estaba, apartó la mirada, retiró las manos y se puso de pie dejándolo sentado en el suelo solo en un movimiento brusco.

-¿Ladybug? – dijo en un tono interrogante.

-Me voy – dijo cortante sacando su yoyo para comenzar a moverlo.

-Pero, espera – dijo poniéndose de pie de un salto - quiero hablarte

-No, ahora no – dijo inexpresiva mientras enganchaba su yoyo en un poste de luz para marcharse.

-Pero

-Dije que no, si me quedo, me arrepentiré – hizo una pausa y tensó los hombros - lo siento.

Sin voltear a verlo Ladybug se dejó caer del edificio, dejando a un Chat completamente perplejo y solo.

A.


Notas del autor:

Bueno, tras una desaparición de meses debo reconocer que hasta pensé en la idea de no regresar y no terminar mi historia. Con la salida de la segunda temporada me siento casi fuera de lugar, pero creo que es un compromiso adquirido con ustedes y conmigo misma.

La historia ya esta terminada y voy a terminar de subirla durante la semana, quise que este lista antes de regresar para no volver a quedarme en un parón.

Luego de que me mudé todo ha sido un poco más difícil, pero no es escusa para desaparecer y no regresar.

P.D siempre tengan en cuenta que esta historia comenzó a crecer en mi cabeza antes de que termine la primera temporada; de hecho Volpina aun no existía, por tanto cualquier similitud a situaciones que se den en la segunda temporada es mera coincidencia.