¡Hola!

Si, soy yo. No, no morí. Si, tardé un año entero en publicar y lo lamento muchísimo.
De verdad estuve todo este año tratando de escribir, quise publicarlo antes que termine el 2019, y de hecho empecé a escribir, pero llegué a un punto en donde ya no sabía cómo seguir. Y eso me pasó tantas veces que no vale la pena contarlo.

Pero ajá, lo importante es que aquí está (?) es bastante largo, el más largo de todo el fic.

Agradezco infinitamente la paciencia que me han tenido todo este tiempo, realmente espero que este capítulo, el último, les guste también.

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V


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Deathberry una vez más

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Capítulo 26: El final que mereces.

Ichigo volvió a casa pensando en todo lo que había ocurrido, demasiado molesto, demasiado dolido, demasiado cansado. Ahora ya no entendía qué era real y qué no en su vida, se sentía en una mentira constante, no sabía a dónde huir y refugiarse. Cuando llegó a casa ignoró a sus hermanas que lo veían preocupado, debía verse como la mierda, y también a su padre, aunque él no intentó hacer nada. Solo lo observó igual que lo hizo Rukia. De la misma maldita manera.

Estaba harto. Harto de que lo vean como si tuvieran lástima, como si le hicieran un favor, como si pudieran decidir libremente por él. Habían arruinado su vida intentándolo, pero ya no más.
Entró a su habitación dispuesto a tirarse en su cama y dormir, pero antes de siquiera acomodarse escuchó la puerta abrirse.

-Ahora no- dijo a quién sea que estuviera tras su espalda, aunque tenía la sospecha.

-Sé que debes estar cansado, pero tenemos que hablar- pocas veces escuchaba tanta seriedad.

-¿Hablar de qué? ¿De cómo jugaron con mi vida como si fuera un estúpido muñeco?

-No es así, Ichigo. Ahora estás enojado, tu mente está nublada.

-¿¡Nublada!? ¡No intentes saber cómo me siento!

-¡Sé cómo te sientes porque te conozco, soy tu padre!

-¡Y eso no te impidió mentirme!- volteó a ver a Isshin. Ichigo estaba tan cegado que no podía notar lo agobiado que él estaba, o incluso como había estado Rukia.

-No es así hijo, no-

-Lo hiciste. Todos lo hicieron. ¿Hay alguien que realmente no me haya mentido sobre esto?

-No es algo que realmente hayamos querido hacer, no podíamos decirte todo eso y esperar que vivieras tranquilo de nuevo. Ni siquiera era seguro que nos creyeras, además…

-Además- interrumpió y sonrió irónico- Es algo que yo decidí, ¿no? Eso es aún peor.

-Ichigo- Isshin se sentía demasiado culpable por todo lo que su hijo estaba pasando, pero entendía que no podía reaccionar de otra forma.

-Vete papá- se sentó en su cama y apoyó su cabeza en las palmas de sus manos- No quiero, ni necesito, hablar de esto.

Isshin lo observó en silencio. Su hijo estaba destruido, le gustaría poder quitarle todo ese dolor, casi que se arrepentía de haber permitido llegar hasta esos extremos, pero sabía que esto pasaría. Era algo que él y Rukia habían previsto.

-¿Dónde está?- preguntó. Se había olvidado de ella y la culpa lo carcomió. Si había alguien que estaba al nivel de destrucción de Ichigo, o incluso más, era su querida tercera hija.

-No lo sé, ni me interesa. Por su culpa es que todo esto está así.

-¿Qué le dijiste, Ichigo?

Él no respondió. No sabía qué decir, realmente. Le había dicho demasiadas cosas a Rukia como para recordar con claridad y ahora, un poco más calmado, podía retroceder y ver su rostro. Pero era mentira, todo lo que habían construido era un engaño, él no le importaba a Rukia, solo era su misión y nada más.

Isshin suspiró lentamente y se masajeó el puente de la nariz. Nada bueno podía salir de un Ichigo cabreado.

-Te lo dije, ¿no? Que tuvieras cuidado sobre cómo hablabas con ella. Comprendo que te cueste entenderlo ahora, pero Rukia-chan no merece que la trates así.

-¿Y ella tiene el derecho a tratarme como quiera?- dijo sin levantar mucho la voz- Tú de verdad estás de su lado.

-No es cuestión de estar de lado de alguien. Solo lo digo porque sé lo que ella ha estado pasando, y también sé cómo pueden afectarles tus palabras aunque no lo demuestre.

No contestó, e Isshin tampoco lo esperó. Le dijo que si quería hablar, él estaría y luego salió de la habitación. Ichigo no quiso pensar, solo quería dormir y si era posible, volver a olvidarlo todo.

Inclusive a Rukia.

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Rukia no volvió a la residencia Kurosaki, e Ichigo agradeció eso. Su padre no intentó hablar con él de nuevo, pero la que sí lo hizo fue Karin, pero supo evitarla con maestría. El camino a clases le pareció más largo de lo usual, y también más silencioso, pero decidió no pensar demasiado en eso.

Al llegar supo que sus amigos ya sabían lo que había pasado. O al menos se dieron cuenta. Inoue parecía no saber cómo acercarse a él, tal vez a darle ánimos o al menos ser un apoyo, Chad asintió. Sabía que si quería hablar, él prestaría su oído. Y luego estaba Ishida. Él no lo veía con lástima, ni buscando ser un consuelo, él lo veía como si estuviese cometiendo un error. La relación que ambos tenían nunca fue la mejor, era cierto, pero al menos podían dirigirse la palabra aunque sea para discutir tonterías, pero esa vez parecía que Ishida estaba enojado con él. Entonces Ichigo se frustró aún peor, ¿por qué el enojado era él?

Les dijo a Inoue y Chad que estaba bien, que hablaría luego con ellos. No los había ignorado, pero tampoco les había hablado como siempre lo hacía y ambos se dieron cuenta. Inoue se aguantó las lágrimas y asintió, esperando que llegara ese momento.

Trató de concentrarse en clase, pero demasiadas cosas rondaban por su cabeza y el día se le hizo eterno. Cuando era hora de irse a casa, Ishida lo llamó y se reunieron en el mismo lugar que la última vez que habían discutido.

-¿Qué quieres?

-No te hagas el estúpido, Kurosaki.

La tensión era palpable, aunque Ishida parecía imperturbable, era obvio que en realidad quería golpear a Ichigo.

-Tú y todos los demás… No puedo creer que hayan podido ocultarme todo esto por tanto tiempo.

-No intentes hacernos sentir culpable, Kurosaki. Hicimos lo que teníamos que hacer.

-A base de mentiras.

-Llámalo como quieras, pero esto no era algo que podíamos decirlo sin más.

Ichigo estaba cada vez más frustrado, se acercó al Quincy y lo tomó por el cuello de su camisa.

-¿Me estás diciendo que el final justifica los medios?- apretó un poco más el agarre- Tú y Rukia siempre parecían tener secretitos, ¿era por esto, no? Buscaban cómo controlar mi vida sin tener que- antes de poder terminar, Ishida se soltó del agarre con un puñetazo.

-Deja de autocompadecerte, idiota- se acomodó la camisa y los lentes- Considerando lo estúpido que puedes llegar a ser, estoy seguro que tú le dijiste muchas cosas a Kuchiki.

Ichigo se sobó la mejilla lastimada, intentó golpear a Ishida también, pero él lo esquivó.

-¿Te crees el ombligo del mundo? ¿El único capaz de sufrir? No me hagas reír, Kurosaki. No eres el único que tuvo que sacrificar algo.

-¿De qué mierda estás hablando?

-Kuchiki fue demasiado indulgente contigo. ¿Tienes idea de todo lo que tuvo que soportar en esta misión?

-Si aceptó esta misión fue porque podía hacerlo, ¿no? Ya lo hizo, lo cumplió.

-No estás entendiendo nada.

-¡Y qué demonios quieres que entienda!- exclamó y golpeó la pared- Pedí que me borraran la memoria, ¿no? Si yo lo decidí, entonces es porque ya no quería nada más de ese mundo, lo hice porque era lo mejor. No entiendo por qué tienen que seguir jugando con mi mente así.

-Oh, claro que si decidiste que te borraran los recuerdos de ser un shinigami. Pero fue por la amenaza del enemigo, solo por eso. Esa vez también lastimaste a Kuchiki.

-Cállate.

-No, el que debería callarse eres tú. Cada vez que abres tu maldita boca es para decir estupideces que lastiman a los demás- bufó molesto y decidió que ya no valía la pena seguir hablando con él- Mira Kurosaki, si Kuchiki está aquí, no es porque ella así lo haya deseado. Pero también creo que es la única que valía la pena para hacer todo esto, aunque eso la haya dejado aún más marcada. No tienes el derecho a romperla de nuevo, y si alguien debería perder la memoria ahora, tiene que ser ella.

Uryu se alejó con la cara en alto y la espalda recta. Le había dicho lo que tenía que decirle y no se arrepentía de eso, ahora quedaba en Ichigo pensar en eso o no.

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De regreso a casa, Ichigo intentó ignorar todo lo que le había dicho su amigo, pero era difícil. No podía sacarse de la cabeza lo último que le dijo antes de irse. Intentó no analizar sus palabras, ya tenía mucho con todo lo que ya estaba sintiendo.

-Así que el inútil volvió a ser el Rey- escuchó detrás suyo, con una voz burlona que se le hacía conocida.

-Tú- dijo al voltear. Ichigo lo miró confundido, antes lo había visto como cualquier humano normal, pero ahora tenía partes de una calavera en su rostro. Además que tenía ropa diferente y un hueco en el estómago.

-Oh, parece que en realidad no eres tú mismo aun- Grimmjow levantó una ceja.

-No sé a qué te refieres, pero si solo viniste a molestar, será mejor que te vayas.

-¡Ja! Como si realmente fuera a irme porque tú lo dices- de pronto, Grimmjow frunce el ceño y mira hacia los lados- ¿Dónde está la reina?

Ichigo también frunció el ceño, pero no contestó.

-Oh, así que la cagaste con ella- sonrió.

-Cállate, no sabes nada.

-Debí habérmela llevado cuando tuve la oportunidad, aparentemente no puedes con ella- señaló su mejilla- Y parece que alguien ya te lo dijo.

Decidido a ignorarlo, Ichigo se dio la vuelta y retomó el camino a casa, pero pudo escuchar a Grimmjow reír, entendiendo que había dicho más de lo que pudo haberlo hecho con palabras.

El arrancar se alejó aun riendo. Había ido ahí porque sintió, desde Hueco Mundo, el enorme reiatsu de Ichigo y pensó que por fin podría tener la pelea que tanto había esperado, pero al final no encontró lo que fue a buscar. Sí, podía notar que él ya era capaz de usar su reiatsu, pero todavía era el idiota desmemoriado, e incluso así, para Grimmjow no valía la pena. Cuando llegó a la casa del sombrero loco no se sorprendió ver ahí a Rukia, y ella tampoco parecía sorprendida de verlo ahí.

-Aquí estabas, chibi-chan, ¿juegas a las escondidas?

-Cállate, imagino a lo que viniste, pero no se va a cumplir, así que vete- se cruzó de brazos, mirándolo seria.

-Lo mismo me dijo tu novio, pero no quiero irme. Parece que llegué en el momento indicado.

-No puedo creer que ya lo viste- murmuró y se pasó la mano por la cara- ¿Qué no tienes algo más que hacer?

-¿Por qué no estabas con él?- preguntó ignorándola deliberadamente- Creí que ahora estarían pegados como chicle, al igual que antes.

-Nosotros no, ugh, eso no interesa ahora. Si estoy o no cerca de él no importa, si solo viniste a molestar, voy a patearte el trasero hasta que vuelvas a Hueco Mundo.

-Inténtalo si puedes, reina, me encantaría verte hacerlo.

Rukia iba a hacerlo, no tenía su gigai puesto ya que había quedado en la casa de los Kurosaki, así que podía usar libremente su espada si quería, pero escuchó un sonido en particular desde su teléfono, uno que había dejado especialmente para una persona.

-Sí, Comandante- le hizo un gesto a Grimmjow y salió de la casa.

-Me halaga que siempre sepas que soy yo- rió- Bien Kuchiki, he estado viendo con los capitanes la situación de Kurosaki Ichigo. Todo esto ha pasado más rápido de lo planeado, pero al menos no nos tomó desapercibidos.

-Urahara ya me ha contado el plan, pero Comandante, ¿no le parece que es demasiado injusto para él?

-Entiendo lo que quieres decir, Kuchiki. Pero supongo que Urahara ya te ha dicho que es más injusto hacer que viva una vida que no le pertenece.

-Ahora él tiene otra vida, con o sin recuerdos, el Ichigo de ahora no está preparado para volver a ser shinigami.

-Supongo que han pasado cosas entre ambos- concedió y Rukia cerró los ojos- Estoy seguro que debes estar muy lastimada ahora, y de verdad lamento mucho eso, pero queremos hacer las cosas bien esta vez. Lo único que puedo prometerte es que antes que nada, hablaré con él. Si él decide que desea permanecer así como está ahora, entonces así será, pero no antes de darle opciones.

Rukia dejó escapar todo el aire que tenía guardado muy despacio, cubrió sus ojos con la mano y asintió para sí misma.

-Se lo agradezco, Comandante- murmuró.

-No es necesario. Bien, ahora que ya está decidido, hablaré con Urahara e Isshin, mañana a más tardar estaré ahí. Te mantendré avisada.

-Entendido.

La llamada terminó y Rukia suspiró. Un poco más calmada, entró de nuevo a la casa, tenía cosas que hablar con Urahara.

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Al otro día, Isshin fue a despertar a Ichigo sin sus usuales patadas. Le dijo que estuviera preparado para después del desayuno, que tenía que llevarlo a un lugar. Él estaba dispuesto a ignorarlo de nuevo, pero la seriedad con la que le hablaba era inusual, así que lo obedeció.

Pasó por el cuarto de sus hermanas para ir al baño y terminar de alistarse, pero decidió detenerse justo ahí al ver que la puerta había quedad entreabierta. En la cama improvisada que estaba en medio de las de sus hermanas estaba el gigai de Rukia. Ella no había ido a buscarlo y sus hermanas no querían moverlo por miedo a maltratarlo, así que lo dejaron así. Era extraño ver su cuerpo ahí, parecía dormida, pero sabía que ahí dentro no había. Era un simple cascarón vacío, como en realidad lo era la misma Rukia.

Ya en el baño, vio que su mejilla, aunque roja aún, no estaba tan hinchada como pensó que estaría. Su padre le había dado una bolsa de hielo y una pomada, no le había preguntado qué había ocurrido, pero supuso que él ya lo intuía.

Cuando estuvo listo, subió al auto con su padre y se fueron en silencio al lugar, que en realidad era nada más ni nada menos que la tienda de Urahara.

-¿Qué hacemos aquí?

-Ya lo sabrás.

Bajaron del auto e Isshin los dirigió hacia el patio. Lo primero que vio fue a Rukia, estaba bastante alejada y miraba al frente con aparente seriedad. Después vio que no solo estaba ella, también estaba Urahara con el gato, Tessai, Ururu, Jinta, y también Grimmjow. De reojo vio a sus amigos también, Inoue parecía algo nerviosa, mientras que Chad e Ishida totalmente serios.

-Me alegro que al fin llegaras- detrás suyo apareció un hombre con un sombrero extraño, un parche en el ojo derecho y un haori blanco.

-¿Quién…- murmuró sorprendido, no lo había escuchado llegar y podía sentir un enorme poder emanando de él.

-Mi nombre es Kyoraku Syunsui- sonrió- Y soy el Comandante General del Gotei 13.

-Comandante General.

-Te he llamado porque es momento que decidas, Kurosaki Ichigo.

-¿Decidir sobre qué?

-Tu vida.

Ichigo abrió los ojos sorprendido, miró a su padre buscando encontrar algún rastro de que todo eso era una broma, pero no fue así.

-Tendrás que elegir de nuevo, hijo.

-¿Qué es lo que tengo que decidir exactamente? ¿Y por qué están todos ellos aquí?

-Están aquí porque es importante saber qué es lo que decides, muchacho- con un dedo hizo señas a Rukia para que se acercara. Ella dudó pero caminó con la frente en alto hasta donde estaba el Capitán- La misión que Kuchiki tuvo fue ordenada por mí.

Ichigo no pudo evitar mirar a Rukia, quien se había puesto a un lado de Kyoraku. Ella no lo miraba, pero parecía inalterable, eso era algo que detestaba de ella. Ichigo le mostraba todo aunque no lo quisiera, pero nunca podía adivinar lo que ella pensaba.

-Ella ya te lo ha dicho, tú decidiste eliminar tus recuerdos por el bien de la sociedad de almas, del mundo humano y también de Hueco Mundo. En ese entonces no teníamos muchas opciones, era eso o que vivieras infelizmente sin poder utilizar de nuevo tus poderes ni vivir la vida que realmente querías.

Ichigo iba a interrumpir, ¿cómo sabía cómo quería vivir su vida? Pero Rukia lo miró por primera vez, y con una advertencia en los ojos. Maldijo por ser tan obvio ante ella.

-La misión de Kuchiki era únicamente observar si había algún cambio en ti. Ella fue mandada aquí porque yo así lo decidí, creyendo que era lo mejor para el éxito de la misión, misión que ella solo conocía una parte- explicó, tratando de aclarar los malos pensamientos- Todo este tiempo, desde que fue borrada tu memoria, hemos estado trabajando para poder revertirlo.

-¿Revertirlo cómo?

-Urahara ha creado algunos artefactos. El primero ya ha sido utilizado, fue lo que Kuchiki usó para convertirte en shinigami. Para que me entiendas mejor, para borrar tu memoria y ocultar tus poderes se han creado dos capsulas. Debido a tu enorme poder, esa capsula se debilitaba con mayor rapidez, y para evitar que tu cuerpo perezca se le encomendó a Kuchiki que lo utilizara cuando lo viera necesario.

Ichigo miró a Rukia, entendiendo un poco la situación.

-Aún queda la capsula que resguarda tus recuerdos, que es la más fuerte- aclaró su garganta- Has hecho muchas cosas por nosotros, muchacho, te debemos mucho. Es por eso que no quiero que termines así, no cuando luchaste mucho para ser un shinigami. Uno de los mejores.

Podía sentir la calidez en las palabras del comandante, así como una pizca de orgullo nacer dentro de su pecho. Miró hacia sus amigos y a su padre que asintieron, de acuerdo con el Capitán. No pudo evitar voltear hacia Rukia, quien la veía con el orgullo bañado en sus ojos y que le hizo inflarse el pecho.

-Mi intención es que recuperes tu antigua vida, sin importar la amenaza de Ywach. La felicidad de nuestro salvador es importante, y por eso hemos estado trabajando tan duro en conseguir algo que impida su regreso y lo arruine todo una vez más.

-¿Pero?

-Pero… me han hecho entender que ya tienes una vida, pese a todo esto, y que puede estar la posibilidad de que en realidad no quieras ser shinigami ni perder todo lo que tienes ahora- puso una mano sobre el hombro de Rukia, quien dejó de mirar a Ichigo- Así que esta vez, te daré las opciones que no te dimos antes.

La tensión se podía cortar fácilmente, Ichigo se sintió presionado aunque no sabía exactamente cuáles eran las opciones.

-Urahara Kisuke por fin ha podido crear un artefacto capaz de absorber a Yhwach en cuanto aparezca, pero eso será en el momento donde exista la mayor felicidad. Puede ser ahora, o dentro de diez años, pero aparecerá. Ahora, Kurosaki Ichigo, queda en ti decidir qué quieres hacer. ¿Deseas recuperar la memoria y volver a ser un shinigami completo o prefieres volver a vivir la vida como un simple humano?

-¿Borrando de nuevo mis recuerdos?

-Si lo deseas, sí. Puedes vivir sabiendo que existimos, pero no se te permitirá usar tus poderes.

Ichigo no sabía qué decir, era demasiado repentino y no estaba seguro de qué era lo correcto. Volvió a mirar a Rukia, olvidando que en realidad estaba molesto con ella, tratando de buscar al menos una señal, pero ella seguía sin mirarlo. Eso le molestó de alguna forma, pensaba que en realidad a ella no le importaba lo que él decidiera.

-Es… es demasiado para decirlo sin más. Al menos, déjeme pensarlo un poco.

-Tomate el tiempo que necesites- concedió Kyoraku- Yo no puedo quedarme más tiempo, tengo un escuadrón que me necesita. Pero lo que sea que decidas, díselo a Urahara y él se encargará de todo.

Él asintió, todavía con la cabeza aún abarrota de pensamientos. Kyoraku se despidió de todos y se apartó con Rukia, Urahara e Isshin un momento antes de irse. Ichigo se acercó a sus amigos, recibiendo una palmada de parte de Chad y una sonrisa conciliadora de Inoue. Ishida lo miró a los ojos y suspiró, lo que sea que Ichigo decidiera, lo apoyaría.

Rukia sentía sus hombros muy cansados, demasiado estrés para tan poco tiempo. El Comandante le había ordenado esperar hasta que Ichigo tome una decisión antes de marchar de nuevo a la Sociedad de Almas y ella estaba demasiado agotada, quería que todo acabara y dormir al menos una semana.

-Hey Rukia-chan, espero que mi estúpido hijo no te haya dicho cosas tan feas- Isshin se acercó algo preocupado- Estoy seguro que no fue su intención.

-Era lo que pensamos que pasaría, Isshin-san. De alguna forma ya me lo esperaba- sonrió, pero no le llegó a los ojos- Lo entiendo perfectamente.

Isshin se sentía impotente, no quería que nada le pasara a sus hijos, y su tercera querida hija había estado pasando por demasiada cosas y él no había sido capaz de ayudar. Lentamente la abrazó y acarició su cabeza con gentileza, al menos quería mostrarle que podía contar con él cuando quisiera.
Rukia se sorprendió por el abrazo, pocas veces en su vida había sido envuelta en brazos tan amables y cálidos como los suyos. Cerró los ojos y se apoyó un poco en Isshin, no lo abrazó de nuevo, pero para él no hacía falta. Rukia estaba relajada en sus brazos y no se había apartado en ningún momento.

Desde el otro lado, Ichigo vio el abrazo entre ambos y quiso ser él quien la estuviera consolando. Entendía que Isshin trataba a Rukia como una hija más, pero se sintió molesto porque entre ellos habían pasado tantas cosas que no podía acercarse a ella con tanta facilidad. Dejó de observarlos y volteó hacia Inoue, aún le debía una respuesta, pero había pasado tantas cosas que se había olvidado. Pero ya estaba seguro de lo que tenía que decirle.

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Decidió despejar su mente dando un paseo, caminó sin rumbo hasta que llegó al lugar al que iba siempre que quería recordar a su mamá. Ahí se sentía con más calma para pensar las cosas, por lo que bajó por las escaleras y se recostó en el césped. Cerró los ojos un momento hasta que escuchó unos pasos, al principio pensó que era alguien que pasaba por ahí, pero se escuchaba demasiado cerca y cuando abrió los ojos, vio a Inoue que lo miraba preocupada.

-Ah, Kurosaki-kun, creí que te había pasado algo malo- suspiró aliviada- Te vi aquí tirado y me asusté.

-Tranquila Inoue, solo necesitaba pensar.

-Oh, lo siento. Mejor te dejo solo entonces- sonrió e hizo el ademán de irse, pero Ichigo se sentó y negó.

-No, está bien. Quédate- ella sonrió feliz y se sentó a su lado- De todas formas, quería hablar contigo.

El corazón de Inoue empezó a martillear fuertemente contra su pecho. No se había olvidado de su confesión y que él aún le debía respuesta. Se dijo que no debía ilusionarse, que se mantuviera con la mente abierta ante cualquier resolución.

-Han pasado tantas cosas estos días que apenas he tenido tiempo para respirar- Ichigo masajeó su cuello- Lamento que tuvieras que estar metida en todo esto.

-No, discúlpame tú por haber ocultado todo de ti. Queríamos que tu vida como un humano normal fuera tranquila.

-Lo entiendo. Ahora lo hago- suspiró- Apenas caigo en la idea de que no soy normal.

-Hiciste mucho por todos, Kurosaki-kun. Fuiste el mejor.

-Tú… ¿tú estuviste ahí desde el comienzo?

-No, bueno, no exactamente. Yo obtuve mis poderes poco antes de que Kuchiki-san se fuera a la Sociedad de Almas y la condenaran.

Ichigo la miró sorprendido y algo asustado.

-¡Ah! Pero tú la rescataste antes de que se cumpliera la condena. Luchaste contra todos los escuadrones para poder rescatarla.

-¿Yo la rescaté?

-Sí, Sado-san, Ishida-san y yo te acompañamos, pero el que terminó de hacerlo todo fuiste tú.

Ichigo miró sus manos, había logrado lo que tanto había querido días antes. Protegerla. Lo hizo siendo un shinigami. Cubrió sus ojos con ambas manos y suspiró lentamente, era demasiada información.

-Kurosaki-kun- llamó, no le gustaba verlo así, tan frágil y vulnerable- Tú eras feliz siendo un shinigami, la primera vez que perdiste tus poderes fue muy triste y buscaste desesperadamente recuperarlos. Incluso pediste ayuda a otras personas que al final no eran quienes decían ser, pero los recuperaste de nuevo. Kuchiki-san te los devolvió.

-¿Rukia?

-Sí. Ella y otros shinigamis ayudaron a que los recuperaras, y Kuchiki-san fue quien te los devolvió al final.

No importaba qué momento de la vida de Ichigo como shinigami tuvieran que contar, Rukia siempre estaba ahí. Y ambos lo entendían. Inoue no podía borrarla de su vida, y tampoco quería hacerlo, Ichigo es quien es gracias a ella.

-Kurosaki-kun, uhm, sé que esto es una decisión difícil y que han pasado demasiadas cosas en muy poco tiempo- suspiró y miró al río- Ishida-kun mencionó que tú y Kuchiki-san están distanciados.

-Sí, algo así- todo lo que le había dicho a Rukia aún se reproducía en su cabeza. Ni siquiera sabía cómo sentirse al respecto.

-Entiendo que estés molesto con ella, con todos nosotros- jugueteó con un mechón de su cabello- Te hemos ocultado una enorme verdad, pero fue porque creíste que era lo mejor. Ishida-kun, Sado-kun y yo no quisimos olvidar. Se lo debíamos al antiguo Kurosaki-kun y a Kuchiki-san.

-Mis hermanas y mi padre tampoco quisieron olvidar.

-Eso es porque quieren mucho a Kuchiki-san- sonrió- Karin-chan había mencionado que tampoco quería olvidar lo que era. Es una chica muy fuerte.

Ichigo asintió, algo culpable por evitar a su pequeña hermana desde que todo eso pasó.

-Lo que quiero decir es- volteó a mirarlo-, Kuchiki-san nunca nos ha contado su misión, pero teníamos la sospecha de qué podría ser, más que nada Ishida-kun. Ella solo intentaba protegernos, de que no te sintieras traicionado.

-Me ocultó demasiadas cosas, Inoue. Le pedí muchas veces que me lo dijera- su voz se escuchaba molesta y rota.

-No podía fallar en su misión, Kurosaki-kun.

-Sé que la misión es más importante, ya me lo ha dejado claro.

-No es así, no…

Orihime no supo cómo decirlo. Ella entendía que Rukia sufría mucho, pero no sabía cómo hacer que Ichigo también lo entendiera, no podía golpearlo para que reaccionara. No ella.

Estuvieron en silencio, escuchando la risa de los niños que se acercaban a jugar cerca del agua. Ichigo no quería hablar de Rukia, le dolía demasiado.

-Kurosaki-kun- llamó- ¿Recuerdas lo que te dije la última vez que estuvimos solos?

-Ah, Inoue yo- pero ella lo interrumpió.

-Sé que te dije que lo pensaras, pero creo que en realidad no tienes nada que pensar, ¿cierto?

Ichigo inhaló y volvió a esconder sus ojos tras su mano.

-Lo siento, no quería hacerte pensar algo que no era- la miró, y aunque se sentía mal por romper su corazón, también se sintió aliviado que por fin pudo decirlo- No quiero lastimarte.

-Lo sé, pero fui yo quien se confesó, no te sientas mal por eso- sonrió, tratando de ocultar su tristeza- Además, ¡yo sabía que no tenía oportunidad realmente!

-¿Eh?

-Antes e incluso ahora, siempre tuviste ojos para nadie más que Kuchiki-san y no te culpo. Ella es una persona maravillosa.

-¿Ella y yo…?

-No lo sé, nunca dijeron algo sobre eso. Pero no era necesario, se veían de una forma con la que nunca me viste a mí ni a nadie, siempre supieron entenderse a la perfección sin decir nada.

Ichigo no sabía nada de eso. No había pensado en su relación con Rukia antes de perder la memoria, pero si era como Inoue decía entonces ¿se había enamorado de Rukia por segunda vez?

Inoue sonrió. Sabía que él jamás podría estar con ella, no solamente porque no era Rukia, sino también porque él era demasiado amable como para lastimarla. Se levantó lentamente y sonrió.

-Aclarado el asunto, espero que podamos seguir siendo amigos.

-Claro que sí.

-¡Bien! Me alegro mucho- recogió sus cosas y se despidió- Decidas lo que decidas, Kurosaki-kun, estaremos a tu lado apoyándote.

-Gracias, Inoue.

Se fue, dejándolo de nuevo solo, mientras que caminaba a su casa con una sonrisa, pero que al atravesar la puerta se inundó de lágrimas, sabía que pasaría, pero eso no lo hacía menos doloroso, así que decidió llorar todo lo que tenía que llorar y volver a estar bien al otro día, Ichigo la necesitaría firme a su lado junto a sus amigos.

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Tres días pasaron desde que el Comandante General fue al mundo humano. Tres días en los que Ichigo no ha vuelto a hablar con nadie sobre el tema, ni siquiera con su familia. Su padre ha respetado su silencio y sus hermanas, aunque al comienzo querían ayudarlo, decidieron que sea él quien decidiera solo.

Al finalizar el tercer día, Urahara le mandó un mensaje, así que decidió ir a la tienda, a pesar de que ahí había gente que prefería evitar.

-Vaya, vaya, así que el Rey nos ha honrado con su visita- se burló Grimmjow que estaba recostado en el suelo viendo la televisión.

-Cállate.

-¿Has decidido ya? Me aburre esperar.

-¿Por qué te interesa?

-Porque quiero pelear con el antiguo tú, pero si no vuelve será decepcionante.

-No me interesa pelear contigo, imbécil.

-No creí que serías tan cobarde.

-No soy un cobarde.

-¿Seguro? Por algo dudas en volver a ser el de antes- bostezó y apagó el televisor- Piensa rápido, idiota, ya me aburre tu estúpido mundo.

Grimmjow se fue dejando en Ichigo una sensación amarga.

-Gracias por venir, Kurosaki-san- Urahara entró al cuarto con Yoruichi a cuestas- Lamento llamarte tan tarde.

-Está bien- asintió- ¿Qué es lo que quieres?

-Creo que es importante que entiendas lo que he hecho para que todo esto resultara así. Le pedí a Ururu que nos traiga un poco de té para conversar tranquilos.

Urahara le explicó todo. Desde las primeras capsulas que hizo para resguardar sus poderes y memoria, hasta lo que ha hecho para recuperarlos. Y también habló de Kazui, dándole a entender que no lo usaría hasta llegado el momento.

-El Comandante ya te lo dijo, pero puedo usarlo ahora como en diez años. Solo cuando alcances la felicidad.

-¿La felicidad?

-Así es- tomó un sorbo del té- Yhwach fue muy específico.

-¿Seré feliz solo si tengo mis recuerdos de nuevo?

-Eso no es algo que yo pueda asegurarte, Kurosaki-san. Es algo que no depende de mí, sino de ti- acomodó su sombrero- Antes, con tus poderes, parecías feliz. Pero quien sabe, tal vez eres más feliz ahora.

Ichigo pensó en la vez que peleó como shinigami, la única vez que él recordaba. Se sintió tan libre, tan fuerte, tan…

-Es normal sentirse confundido- dijo Urahara, interrumpiendo sus pensamientos- No es mi intención presionarte, pero tienes que tener todas las cartas sobre la mesa para tomar la mejor decisión.

Asintió, mirando su taza de té en la mesa. Era demasiada información que no podía codificar.

-Hay algo más que tengo que decirte- Urahara sonrió- Es sobre Kuchiki-san. Imagino que a estas alturas, ya tus amigos y tu padre han hablado contigo, pero solo quiero aclararte una cosa. Kuchiki-san fue nuestro medio para poder llegar a donde estamos ahora, no quiero decir que la utilizamos a nuestro antojo porque eso es cruel y jamás fue nuestra intención, pero el Comandante General y yo sabíamos muy bien que ella era la mejor opción para esta misión. La única a la que se le podía confiar todo esto.

-Tú… ¿tú sabes si ella y yo…?

Urahara se abanicó, sin perder la sonrisa.

-Bueno Kurosaki-san, tú decidiste hacerte fuerte en primera instancia por ella, ya sabes, el poder del amor es más fuerte que el acero.

Ichigo supo que no era la primera vez que él le decía la misma frase.

-Su relación siempre fue especial, más que amigos, menos que amantes, es la perfecta descripción para ustedes dos.

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Se sentía tan saturado de información que inconscientemente se dirigió de nuevo al río. Sentía que ahí era único lugar donde podía estar tranquilo y pensar con claridad. Pero al llegar, se dio cuenta que no era el único que pensaba así.

Rukia estaba parada sobre el césped, mirando hacia el agua. No sabía si se había dado cuenta de su presencia o no, pero decidió bajar también. Lo hizo en silencio, al llegar se recostó a unos pocos metros de ella y cerró los ojos, sintiendo la anhelada tranquilidad.

Desde el momento en que él llegó, Rukia lo había sentido, aún no era bueno ocultando su reiatsu. No despegó la vista del río en ningún momento y ambos permanecieron en silencio. Poco o mucho, ninguno realmente lo supo, ambos encontraron tranquilidad en ese lugar.

-No sabía que te gustaba este lugar- dijo Ichigo por primera vez.

-Fue culpa tuya- respondió, decidió ser sincera esta vez, ya estaba demasiado cansada para seguir con una farsa que ya no existía- Siempre venías hasta aquí.

-¿Te lo conté?- preguntó, abriendo los ojos y sin mirarla- Antes de aquella vez, ¿te conté lo que pasó aquí?

-Lo sabía, pero esa fue la primera vez que me contaste la historia como tal.

Ichigo se sorprendió, creyó que Rukia ya sabía todo sobre él, al menos del antiguo Ichigo, pero en realidad fue en su situación actual que decidió confiarle semejante suceso.

-¿Entonces sabes por qué ya no siento ese vacío?

-Supongo que es porque te diste cuenta que no fue culpa tuya la muerte de tu madre.

No preguntó más. No necesitaba agregar más a su mente agotada. Volvieron a quedar en silencio, sintiendo la fresca brisa de la noche.

-¿Qué harás luego de esto?

No hubo necesidad de alargar la pregunta para entender a lo que se refería.

-Me iré. Estoy aquí por una orden, no se me permite estar lejos de mi escuadrón tanto tiempo.

-¿Así sin más?

-¿A qué te refieres?- Rukia lo miró sin entender.

-Parece tan fácil, vienes, cumples tu misión y te vas.

-¿Realmente me estás diciendo que esto es fácil?

-Así lo haces parecer.

-No es fácil, deberías entenderlo ahora, Ichigo.

-¿Qué es lo que quieres que entienda?- tanto Ichigo como Rukia estaban empezando a levantar la voz- Eso es lo que hiciste.

-Eres un idiota.

-¿Ah? ¿A quién demonios le estás diciendo idiota?- Ichigo se enderezó con rapidez.

-¡Al único idiota que está aquí!

-¡No me digas idiota, estúpida!

Ichigo ya se había levantado y acercado a Rukia.

-¿Qué parte de lo que hice es fácil, imbécil?

-Eh, no sé, ¿todo?

Rukia se sentía decepcionada, trataba de entender el punto de vista de Ichigo, pero estaba demasiado cansada física y mentalmente que ya no tenía fuerzas para eso.

-Perdiste la memoria, Ichigo- bajó su tono de voz, asustando un poco al chico- Dejaste que te la borraran, tuve que enterarme por mi hermano porque fuiste un estúpido incapaz de decírmelo por ti mismo, tuve que aceptar tu decisión porque creíamos que era lo mejor pese a todo. Conviví con eso por muchos meses y cuando creí que por fin podría estar bien con eso, me piden que haga esta misión en la que me usaron como títere para poder conseguir lo que se supone es la solución y tuve que volver a verte, sabiendo que no me conocías, que no eras el Ichigo que conocí, la intención no era que supieras de mí, al menos eso fue al comienzo, pero Urahara y el Comandante decidieron que sí y tuve que hacerte frente de nuevo, engañarte, mentirte, y te conozco Ichigo, sabía que esto terminaría así y lo entiendo, pero no digas que esto es fácil.

Se había desahogado, si Rukia no fuera Rukia, estaría llorando mientras decía todo eso, pero no lo haría. Todavía le quedaba un poco de orgullo. Ichigo, por otro lado, estaba sin habla, nunca la había así, parecía tan lastimada que le daba miedo de decir algo más que vuelva a lastimarla, entendiendo que en realidad ya lo había hecho.

-Yo… lo siento, no quise- un golpe en su estómago cortó su disculpa.

-No necesito que te disculpes, estúpido.

-P-pero- murmuró pese a dolor.

-Lo único que tienes que entender es que todo esto es para poder darte las opciones que no tuviste antes, para que tengas la posibilidad de elegir esta vez. Si no lo quieres, nada de esto tiene por qué volver a repetirse.

Ichigo se enderezó, primero sorprendido y luego serio. Parecía haber llegado a un punto decisivo.

-Conviérteme en shinigami.

-¿Qué?

-Por favor, necesito sentirme como uno.

Parecía tan seguro que Rukia decidió hacerlo, sacó el guante y se lo puso mientras se acercaba a él. En un rápido movimiento despegó su cuerpo del shinigami, dejándolo caer en el suelo.

Aunque se veía igual, Ichigo no se sentía así. De alguna forma, tenía un sentimiento algo confuso, no entendía si era bueno o malo, pero ahí estaba. Sentía el poder emanar por cada centímetro de su piel y la adrenalina se mezclaba con la ansiedad, miró sus manos y luego a Rukia.

-No sé qué hacer- confesó- ¿Qué es lo mejor?

-Eso es algo que yo no puedo decidir por ti, Ichigo- Rukia podía ver el desconcierto en sus ojos- Lo mejor es lo que te haga feliz.

-¿Y a ti? ¿Qué es lo que te hace feliz?

-Que tú lo seas.

-Eres demasiado buena.

-No lo soy, es puro egoísmo.

Ichigo quiso preguntarle acerca de ellos, quería saber, pero no pudo. Las palabras de Urahara volvieron a su mente, más que amigos menos que amantes, y entonces entendió que no había otra forma de describir su relación. Antes y ahora, estaba seguro que lo de ellos jamás podría encasillarse en una simple palabra para abarcarlo todo lo que significaba.

Se acercó sin vacilar y la abrazó, la apretó contra si, como si ella fuera la tabla de salvación que necesitaba. Y tal vez así era. Rukia siempre estaba extendiendo su mano cuando sentía que se ahogaba, cuando llovía demasiado y todo era tan gris y triste. Siempre ella.

Rukia correspondió el abrazo que casi le sabía a despedida. No sabía cuál era la respuesta que Ichigo había elegido, pero fuera cual fuera, ella lo apoyaría, como lo había hecho siempre.

Al día siguiente, la presencia del Comandante General fue solicitada.

Estaban todos reunidos en la tienda de Urahara. Ichigo decidió que tanto sus amigos como su familia estuvieran también, era una decisión muy importante.

-Muy bien, Kurosaki Ichigo, te escuchamos.

Él inspiró profundo y con vio a los ojos al Comandante, sin dejarse intimidar.

-No sé qué opción es la correcta, siento que cualquiera que elija lastimará a alguien- vio a sus amigos y hermanas-, pero hay una persona a la que quiero ver feliz. Sé que mi familia y mis amigos me apoyarán en lo que elija, así que ya lo decidí.

Rukia estaba lejos de Ichigo. Su corazón latía rápidamente, no quería estar ahí, pero se prometió que pasara lo que pasara, estaría ahí, con él.

-¿Estás seguro de tu elección?

-Si- asintió-, quiero recuperar mis poderes.

Kyoraku y Urahara sonrieron. Era la respuesta que estaban esperando, así que Urahara se acercó con su bastón y le pidió que se quedara quieto. Lentamente acercó su bastón a la frente, tratando de localizar el lugar exacto donde estaba la cápsula y cuando estuvo seguro la golpeó agregando un poco de reiatsu. Ichigo cayó al suelo inconsciente y la cápsula a su lado, que fue destruida por el mismo Urahara. Entonces Ichigo volvió a abrir los ojos.

Se levantó tranquilamente y se miró, parecía buscar algo nuevo en él. Miró a su familia, su papá sonreía orgulloso, y sus hermanas lloraban aunque sonrientes también. Ishida y Chad sonrieron y asintieron e Inoue parecía feliz, aunque al igual que sus hermanas, no podía aguantar las lágrimas.

Por ultimo observó a Rukia, ella parecía sorprendida. Parecía no entender su decisión.

-Hey- murmuró.

Rukia dio un paso vacilante, luego otro, y otro hasta ir rápidamente a él. Ichigo creyó que correría a abrazarlo y se preparó para recibirla, pero fue él quien terminó recibiendo un fuerte golpe que lo hizo volar unos metros.

-¿¡Qué mierda te pasa, enana del demonio!?

-¡Me pasa que eres un imbécil!

-¿Esa es la forma de recibirme?

-¡Por supuesto! ¡Es la mejor forma de recibir a un idiota!

Los espectadores sonrieron ante la pelea, sintieron que por fin todo había vuelto a como tenía que ser en realidad, así que Urahara decidió invitarlos a tomar el té mientras Ichigo y Rukia seguían discutiendo.

-¡Ah! ¡Mierda Rukia, eso duele!

-¡Te lo mereces!

-Eso fue lo que me dijiste la vez que nos despedimos- murmuró Ichigo, sobándose el golpe de la cara.

-Aquella vez también lo merecías- dijo Rukia más tranquila.

-Creí que tendría un recibimiento más cálido, eres una bruta.

-Cállate idiota, no te lo ganaste.

Ichigo miró a Rukia y sonrió. Por fin podía recordar todo lo que habían pasado juntos, y estaba seguro que pasarían aún más cosas.

-¿Por qué sonríes, estúpido?

-Nada, es solo- suspiró, sin borrar la sonrisa-, estoy en casa, Rukia.

Ella se sorprendió y sonrió también.

-Si- hizo un gesto como abrazándose a sí misma- Bienvenido a casa, Ichigo.

-Si ya dejaron de coquetear, ahora sí te voy a reventar rey de pacotilla- Grimmjow interrumpió en su forma Arrancar.

-Yo no voy a ser quien muerda el suelo, ¡prepárate!

-¡No, esperen! ¡Mi patio!

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.

10 años después

-Tranquilízate, todo saldrá bien.

-Ya lo sé, pero estoy nerviosa.

-Será una ceremonia rápida, ya verás que terminará antes de lo que crees.

-¡Pero no es cualquier ceremonia!

-Quédate quieta, empezarás a sudar.

Rukia inhaló profundo, tratando de tranquilizarse, y así lo hacía hasta que escuchó que la llamaban.

-Es hora- murmuró Ichigo, a su lado- Demuéstrales que serás la mejor capitana.

Ella asintió y entró a la gran sala, por fin había llegado el día que sería oficialmente la capitana de decimotercer escuadrón. Ichigo la vio entrar con una sonrisa, sentía el pecho inflado de orgullo y acomodó su banda de teniente y entró, acomodándose a un costado.

La ceremonia fue como él lo predijo, rápida y todo había salido bien. El escuadrón 13 ya tenía una nueva capitana, junto con el nuevo teniente.

-Por fin, ya no podía con todo eso.

-Ni en nuestro casamiento estabas tan nerviosa.

-Cállate, esa vez eras tú quien sintió más nervios.

-Por causa de tu hermano, casi me corta el cuello cuando te besé.

-Exageras.

Rukia agradecía cada saludo que recibía con una sonrisa mientras Ichigo la veía divertido. El haori le quedaba grande, así que apenas podía ver sus manos. Al final, debido al calor, Rukia terminó recogiéndose su largo cabello en una colita, con ayuda de Ichigo para levantarla alto.

-¿Dónde está Daiki?

-Estaba jugando en el jardín con Renji.

-Es mejor ir a buscarlo, ya va a empezar la fiesta.

En el jardín, un pequeño niño de unos cinco años intentaba atrapar una de las mariposas que abundaban en el jardín de la mansión, estaba tan concentrado que no se dio cuenta que detrás suyo empezó a formarse una bolita negra cada vez más grande. Cuando se dio vuelta, una pequeña figura se puso frente a él y lo absorbió alzando una mano. Fue tan rápido que apenas pudo parpadear.

-Ohohoho, no deberías estar aquí tú solo, Daiki-chan- dijo Urahara detrás de él- ¿Dónde está tu niñera?

-Tío Renji se quedó dormido.

-Oh, eso no le va a gustar nada a tu madre.

-¿Quién es él?

Daiki Kurosaki vio a un niño un poco más grande que él, con el cabello naranja al igual que el suyo, solo que con ojos del mismo color. En cambio, Daiki los tenía igual que su madre.

-Él es Kazui, vino a cumplir una misión y ya la hizo, así que es hora de que vuelva a dormir.

-¿Duerme mucho como el tío Renji?

-Sí, algo así- sonrió.

Daiki observó a Kazui, quien le sonrió.

-¡Renji, despierta estúpido! ¡Deberías estar cuidando a mi hijo!

-¡Aquí estaba, lo juro, solo estaba descansando mis ojitos!

-¡Voy a golpearte hasta que no los vuelvas a abrir!

-Parece que ya volvieron tus papás, será mejor que lleve a Kazui a dormir.

-¿Cuándo despierte puedo jugar con él?

-Claro.

Denki sonrió y corrió hasta la casa, tratando de evitar la muerte de su tío.

Urahara sonrió. Supuso que Yhwach aparecería en ese momento, cuando la vida de Ichigo parecía estar en su mejor momento, y no se equivocó.

-Este es el final que realmente merecen- murmuró y se fue llevando consigo a Kazui.

Dejando que ese final sea solo el comienzo.

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Y este, señoras y señores, es el fin de este fic.

Mil gracias a todos los que siempre me dejan comentarios y a los que hasta el ultimo momento me pedían este capítulo, gracias a ustedes es que este fic llegó a donde lo hizo.

Sin más, espero que si vuelvo a escribir algo más de esta pareja, estén ahí para leerlo.

¡Adios!