Y con esto llegamos al final de Becoming Free. Gracias por el apoyo y seguir la historia. Realmente disfruté escribiendo este fic.


"Lo atemporal en ti es consciente de la eternidad de la vida. Y sabe que el ayer no es más que la memoria de hoy y el mañana es el sueño de hoy." Gibran, El Profeta.


Capítulo 29. Mañana.

2021.

La pequeña pelirroja esperaba en su cama, como todas las noches, por una historia antes de dormir.

- Había una vez un chico de ciudad. Un chico completamente normal. Pero este chico también era especial.

- ¿Especial cómo, mamá?

- Él quería proteger a los demás, incluso cuando a veces él mismo necesitaba protección, y el resto del mundo creía que no tenía la fuerza suficiente.

- ¿Y qué sucedió con él?

- Su mejor amigo se marchó a la guerra.

- ¿Cómo papá?

- Si, como papá – su madre sonrió. – Entonces este chico se volvió también un guerrero. Cuando su amigo estuvo en problemas, fue a buscarle y lo salvó. Y juntos, ellos pelearon contra los malos.

- ¿Ganaron?

- A veces ganaron, a veces perdieron. Lo más importante, nunca dejaron de pelear.

- ¿Pero entonces los malos todavía andan por ahí?

- Tal vez – asintió su madre – pero como te dije, lo importante es que este guerrero encontró en su camino a cada vez más y más amigos que, como él, estaban listos para enfrentar a los malvados. Y cada vez que algo amenaza al mundo, ellos todavía están listos para protegerlo.

La niña sonrió y dio un bran bostezo. Sus párpados se volvían pesados y sus ojos azules iban cerrándose.

- ¿También ahora papá está protegiendo al mundo? ¿Por eso no llega todavía?

- Así es, cariño.

- ¿Cuándo podré ir a la escuela como Tony?

- Cuando crezcas un poco más.

- Eso no es… - bostezo – justo.

Ginny dio un beso a su hija.


2028.

Las muchachas observaron pasar al chico alto y rubio junto a ellas. Se veía como un príncipe, guapo, sonriente, caminando con seguridad por el aeropuerto.

A su lado iba una niña pelirroja que no tendría más de doce años, y que miraba ansiosa para todos lados.

- No los veo por ningún lado – dijo ella - ¿tal vez no pudieron venir, Tony?

- Tranquila, Sarah… - Tony miró su reloj. – tal vez es mi error. Antes de salir de Massachusetts les dije que llegaríamos para las 11. Falta todavía media hora.

- ¡Tony! – reclamó ella, frunciendo el ceño.

- No pasa nada. Llamaré a mamá.

- La gente te está mirando otra vez, Tony.

Él suspiró. Era normal, incluso en Ilvermorny. La gente lo miraba en las calles por su gran parecido con su padre, que delataba enseguida su relación con el Capitán América. En el colegio, las Aves de Trueno se enorgullecían de tenerlo en su casa tanto como los Pudwudgies se enorgullecían de tener a Sarah.

- Hola mamá, mira, resulta que me equivoqué en la hora y… - hubo una pausa mientras escuchó a su madre hablar - ¿En la Puerta 5? Vale, vamos para allá.

Sarah suspiró aliviada. Había acabado su primer año, y antes de viajar a Massachusetts para asistir al colegio, siempre había permanecido cerca de casa, de la escuela local y el complejo de los Vengadores. Cuando iban a visitar a los abuelos, siempre usaban la Red Flu – mucho más rápida y práctica, así que los viajes en avión y lejos de su familia no estaban a la orden.

Distinguieron la cabellera roja de su madre mucho antes de alcanzar la puerta.

- ¡Mamá, papá!

Ginny abrazó a su hija y luego a su hijo mayor.

- ¿Cómo ha estado el colegio? – preguntó Steve.

- ¡Ha sido increíble! – dijo Sarah, sonriendo. - ¡Y el profesor Clayton de DCAO es genial!

Steve sonrió de vuelta y miró a su hijo.

- Ha estado bien – dijo Anthony, encogiéndose de hombros y caminando hasta el auto.

Ginny y Steve intercambiaron una mirada preocupados. Ya se esperaban algo así.

- Ha estado así por semanas. Debe ser porque peleó con su novia, esa Charlotte.

- ¿En serio? – preguntó Ginny, aunque sabía que el enojo de Anthony probablemente no tenía que ver solamente con eso.

Anthony había estado bastante silencioso desde que le dijeron que tendrían que mudarse a Inglaterra, a ocupar los puestos que habían quedado vacantes en S.H.I.E.L.D. y que urgían de su atención. Para él, que tenía una vida hecha llena de amigos en Ilvermorny y en Nueva York, mudarse a Londres y cambiarse de escuela a Hogwarts no representaba la mayor de sus alegrías.

- Era una insoportable, de todos modos.

- Hablaré con él después – dijo Steve, apretando la mano de Ginny, y después la soltó para subir las maletas de los chicos e ir también hacia el auto.

- ¿Tienen algo que hacer hoy? – preguntó Anthony, en el camino a casa.

- Nicole nos invitó a Jules y a mí a una fiesta en su casa esta noche.

- Bueno, si quieres ir… - dijo Steve - esta noche Natasha y Charlie vienen a cenar.

Anthony suspiró. Sabía lo difícil que era a veces para sus padres hacerse de tiempo para estar juntos como una familia común y corriente.

- Oh, de acuerdo. Bueno, no es que sea una fiesta demasiado importante después de todo. – y el tío Charlie siempre tenía asombrosas historias de Rumania.

Steve sacudió la cabeza y sonrió.

- Excelente, ya que traerán a alguien.

- ¿A quién? – preguntó Sarah.

- A su hija, Ileana. – dijo Ginny, soltando la noticia.

- ¿QUÉ? – exclamaron a la vez Anthony y Sarah. Ginny rió.

- Acaban de adoptarla en Arges. Natasha no nos dijo mucho, excepto que tiene ocho años y es algo tímida. Así que sean amables, ¿de acuerdo?

- ¿Cuándo no lo somos? – apuntó Anthony, arqueando una ceja.

- ¡Genial! – dijo Sarah, sonriente.

También a Anthony le parecía una noticia excelente, aunque inesperada. La tía Natasha siempre había sido su favorita, y aunque nunca lo decía por la forma en que a veces veía a Ethan y a Sarah, a él le parecía que le gustaría tener hijos también.

Cuando llegaron, Sarah saltó a la cocina buscando el pudín de fresa en el refrigerador y narrándole de vuelta a su madre todo sobre su selección, aunque ya les hubiera contado todo aquello por teléfono más de una vez. Steve subió las maletas a los dormitorios de los chicos y se detuvo en la puerta de Anthony, que estaba mirando hacia afuera por la ventana.

- Sé que la idea de ir y comenzar todo de nuevo te molesta, Anthony. Es normal – dijo él, acercándose hacia donde estaba parado su hijo. – Pero Londres no tiene por qué ser malo. Has hablado con tu primo, ¿verdad? Estoy seguro de que Hugo te ha contado de Hogwarts, y parece ser un lugar tan bueno como Ilvermorny.

- Lo sé.

- Y si es por tus amigos, todavía seguirán en contacto. Y conocerás nuevas personas. – Steve sonrió – Gracias a Dios te pareces a tu madre, nunca has tenido ningún problema para hablar con la gente y hacer amigos.

Anthony rió.

- Como si tú tuvieras problemas con algo de eso.

- ¿Hay algo más que te molesta? – preguntó Steve.

- El tío Tony y Peter dijeron que tal vez podría comenzar el entrenamiento este verano…

Steve suspiró y negó con la cabeza.

- Entiendo que quieras unirte a los Vengadores, - habiendo crecido entre ellos, Ginny y él se estaban preparando para una declaración así de su hijo desde hace años – pero sin importar lo que Tony y Peter digan, tú aún necesitas nuestro permiso – dijo Steve, arqueando una ceja – y lo siento, pero no habrán ningún entrenamiento extra hasta que acabes el colegio.

Aguafiestas, pensó Anthony.

- Pero de todas maneras…

- De todas maneras, tienes que tomar los exámenes de magia ordinaria en una semana, o eso me recordó tu madre esta mañana.

Anthony bufó. Los exámenes eran pan comido.

- Anthony, habrá un momento correcto cuando puedas unirte a S.H.I.E.L.D., si es que sigues queriendo lo mismo en unos años. Pero tú tienes un gran poder – le recordó una vez más – y si de verdad quieres ser un Vengador un día, primero debes aprender a utilizarlo.

El chico suspiró. Después de todo su padre tenía razón, simplemente la espera parecía algo eterno.

- De acuerdo.

- Por otro lado, he estado hablando con tu madre, y tengo algo para ti.

Extendió las llaves del auto, y los ojos de Anthony brillaron.

- ¿Es en serio? ¡Genial! ¡Gracias papá!

Steve simplemente rió. Después de todo, con quince años, su hijo todavía era un chico. Pero mientras lo dejaba en su habitación e iba a unirse a sus dos mujeres favoritas que reían por alguna otra cosa abajo, pensó que no resultaba tan difícil como había imaginado años atrás, cuando tenía que lidiar con el mismo Peter Parker de dieciséis años.

- ¿En serio? – al oírlo bajando las escaleras, Sarah asomó la cabeza y preguntó – Papá, ¿es cierto no sabías bailar cuando conociste a mamá?

Steve miró a Ginny.

- Traidora.

- Bueno, en tu defensa, aprendías rápido.

Steve sonrió y la abrazó poniendo sus brazos alrededor de su cintura.

- En mi defensa, estaba esperando por la pareja perfecta.

- ¿Y entonces encontraste a mamá? – preguntó Sarah, a quien esa historia le parecía muy romántica.

Steve rememoró el día en que vio a Ginny por primera vez, cuando se acercó a la mujer que lloraba en el pasillo, y el "¿Se encuentra bien, señorita?" y el impulso que lo había hecho volver a tocar su puerta minutos después. Su pareja de baile perfecta, apareciendo en el momento más inesperado en el lugar más inesperado, aunque entonces él aún no lo sabía.

- Si, Sarah. Entonces encontré a tu mamá.

Fin.


Anthony Rogers se graduó en Hogwarts como orgulloso Gryffindor, y regresó Estados Unidos, eventualmente uniéndose a la rama norteamericana de S.H.I.E.L.D.

Sarah Rogers, Ravenclaw, decidió seguir la carrera de Medicina y se convirtió en una pionera de la medicina mágica y muggle combinadas. Eventualmente, contrajo matrimonio con Ethan Stark, que siguió los pasos de su padre como brillante ingeniero e inventor.

Ileana Weasley se convirtió en una de las primeras y únicas muggles en alcanzar fama como magizoologista.

En el año 2050, Thor regresó a la Tierra.

Steve y Ginny Rogers siguieron trabajando para S.H.I.E.L.D. durante varias décadas, y volvieron a responder el llamado de los Vengadores cada vez que el mundo los necesitó.