Supongo que un "hola chicos, ¿qué hay? " no serán suficientes, ¿verdad?
No se preocupen, yo también me odio y aborrezco por haber estado, hemmm, ¿cuánto? Ha sí, ¡cuatro puñeteros meses!, ¡cuatro meses sin publicar nada!
No saben cuan decepcionado estoy de mí mismo, y todo lo que puedo hacer para compensar a cualquiera que sea la persona que me haya estado esperando para leer el capítulo 6, es dejarlo ahorita mismo, y prometer que, de aquí a un par de semanas más, tendré otro capítulo. Sin más...
SWORD ART ONLINE y sus personajes no me pertenece, créditos correspondientes a Reki Kawahara. La trama de la historia, y algunos de sus personajes, sí me pertenecen.
CAPÍTULO VI
He estado pensando, últimamente, en lo complicada que ha sido mi vida desde mis 15 años. En el momento en que una llega a la adolescencia se supone que cosas emocionante pasen, ¿no? Pues bien, ese fue mi caso, en el momento en que descubrí las maravillas del mundo virtual he estado, a veces, como en un especie de limbo, atrapada entre dos lugares a la vez, pasando, una, y otra, y otra, y otra vez de un lado al otro, entre el mundo real y el mundo virtual, y lo hice con tanta frecuencia que llegados a cierto punto, ya me era muy difícil, por no decir angustiante, reconocer la verdadera diferencia entre uno y otro mundo.
Pero no todo era tan malo, ya que desde que comencé esta alucinante experiencia alguien siempre estuvo a mi lado, sosteniendo mi mano, alguien me estuvo siempre diciendo cuando debía de disfrutar al estar en el mundo virtual, y cuando debía de tomarme las cosas en serio una vez llegados al mundo real, lo cual siempre me dio cierta seguridad. Pero, justo ahora, ese alguien está…..
-Bien, creo que tenemos una decisión que tomar, chicos, ¿qué opinan?
El susurro que salió de la boca de mi amiga Asada Shino logró sacarme de este estado de estupor, regresándome de mis cavilaciones de regreso a esta importante conversación, en la que se supone debemos debatir que debemos de hacer a continuación.
-¿Y que se supone que debemos decidir, he? –mi pelirrojo compañero no podía quedarse sin decir lo que pensaba –no hay nada que decidir, simplemente actuar para ayudar a nuestro amigo, sin importar las consecuencias, ¿cierto, Asuna-san?
Hace unos minutos, Kikuoka nos dejó a solas en esta habitación para discutir si aceptaríamos o no la misión de investigar que salió mal en el sueño pre-diseñado en el que Kirito-kun perdió la memoria, para así poder recuperarla, y mis amigos han empezado a dar sus opiniones, pero yo solo me puedo quedar aquí, pensando, pensando en lo injusta que ha sido la vida conmigo otra vez, otra vez mis sueños se ven truncados, bajo amenaza de no poder cumplirse, y si… y si, ¿y si Kirito-kun no logra recuperar sus memorias jamás? No, yo no puedo aceptar eso, tengo que hacer algo, algo…
Mi mente me traiciona constantemente, esta sensación de dejavú que me molesta todo el tiempo es tan irritante, me molesta, me molesta mucho que algo como esto vuelva a pasar, que mi felicidad y la de él se nos escape y...
-Asuna – siento que alguien me está tocando el hombro, al parecer sin darme cuenta bajé la mirada y se me tensaron los músculos, hasta estaba apretando los puños -Asuna, ¿estás bien? -cuando volteé, ahí estaba Rika con cara de circunstancia, y también los demás me veían mas bien preocupados, en serio detesto tener que preocuparles con mis problemas.
-No te preocupes, Asuna, encontraremos a ese idiota muy pronto, y estará como nuevo. -me pareció ver una sonrisita burlesca en el rostro usualmente frío de Shino; esa sonrisa me gusta mucho.
-Y cuando lo hagamos -Ryu, como siempre, alzando el puño -le daremos una buena golpiza para que aprenda a no preocuparte de nuevo... de eso me encargo yo. -finalizó con mucha energía y positivismo, tanto que hasta yo estoy contagiada.
Suspiré levemente, e hice mi mejor esfuerzo para sonreír -Mmm, supongo que no hay nada mas que discutir, chicos, lo haremos.
-SIIIIII! -exclamaron al unisono todos los demás. Ya lo entendí, mientras los tenga a ellos, ni Kirito ni yo tendremos que preocuparnos; gracias, chicos.
-Hey!, cuatro-ojos-san! aquí ya terminamos, ven.
...
la hora llegó, estamos listos, o al menos, eso pensé.
-¿Por qué eres tan infantil Ryu? -esos eran los reproches de Rika, que al parecer ya no podía aguantar las payasadas de el pelirrojo -nos dijeron que no podemos tener contacto con el exterior hasta acabar con todo esto, ¿recuerdas?
-Per..pero-pero, mis amigos tienen que saber que...
-A la única que quieres llamar es a esa novia imaginaria tuya, ¿no es cierto?
-Ali-chan es real!
-Ya basta, chicos -decidí intervenir antes que Shino y su resaltadísima vena lo hiciera -¿todo listo, Kikuoka?
Junto a cuatro camillas que se pueden desplegar de forma horizontal estaba ese tipo, que ya nos esperaba.
-La intervención está a punto de empezar -empezó a decir, para variar, sonriendo -les tendremos... -de repente empieza a sudar, y creo que tartamudea -les, les administraremos un analgésico muy agresivo, les digo desde ahora, ya que no se podrán despertar de ninguna forma hasta que inhabilitemos el analgésico, o se pase sus efectos, jeje.
¡Y NOS LO DICES AHORA!
Era más que evidente la mueca de terror que de repente apareció en el rostro de Rika, Shino también se veía incómoda pero lo disimulaba. Debo admitir que el que estemos al cuidado, o mejor dicho, merced de esta gente me preocupa un poco, en especial por que creo que nadie sabe que estamos aquí, lo cual, ahora que lo pienso, es bastante sospechoso... pero ya que, ya estamos aquí y cada minuto perdido es malo, hay que actuar con lo que hay.
Haciendo acopio de nuestra voluntad, los 4 tomamos, uno al lado de cada una de las camillas, las batas que nos ofrecieron.
-Estas batas son especiales -nos comentó Kirigu-san, que era la única aparte de nosotros 5 en la habitación, por lo que sé, el resto de los trabajadores del lugar están en salas anexas a estas, al parecer para observar la situación -está equipada con micro sensores que se adhieren a la piel, para así poder tener una lectura confiable de sus signos vitales. Las chicas se lo pueden poner aquí, pero tú -señaló a Ryoutarou -te irás tras ese vestidor a ponértela, sin espiar -y señalando el bastidor, lo despidió.
-Oiga, me ofende -Ryou se empezó a hacer el digno mientras se iba -¡tengo novia! ¡soy fiel a Ali-chan, jamás le haría...! -se metió en el bastidor y ya no oímos sus quejas.
-Usted también, fuera -la científica le apuntó a Kikuoka -empezaremos con la intervención en este momento, solo personal técnico autorizado.
-ah... ahh, sí, sólo permítame un minuto más, hay algo que tengo que decir antes de empezar. -Kirigu-san asintió, y se dirigió al bastidor donde estaba Ryou, para darnos algo de privacidad. -Asuna-san me voltea a ver, le regreso la mirada, me fijo en sus ojos, puedo ver... me parece ver...¿arrepentimiento?
-¿Sí? -le pregunto, con la voz neutral.
El me observó con un rostro bastante serio, me clavo su mirada, profundamente, ese brillo que podía ver a través de sus lentes de pasta, definitivamente era de tristeza. Tras lo que pareció una eternidad, por fin Kikuoka hace un movimiento, suspirar.
-Ah,hhhhh, nada, -se da la vuelta, en dirección de la puerta -olvídalo. -Abrió la puerta, y desapareció en el largo pasillo, sin siquiera voltear, ¿es que tan orgulloso que no se puede ni disculpar sinceramente? Decidí no prestar atención a esto (al menos no por ahora), y concentrarme en nuestra misión.
Kirigu-san estaba regresando junto con Ryou, que trae cara de espanto –¿qué pasa, y esa cara? –fue la inocente pregunta de Shino, y al haberla hecho, vi a Kirigu-san sonreír y mostrarnos… no, no, no, no, no, no, no, NO!
-El sedante que les aplicaremos debe ser aplicado directamente al torrente sanguíneo, vía intravenosa –nos mostró la científica una jeringa ¡ENORME!, aún sonriendo. –tranquilos, no dolerá, mucho… mucho, si no se mueven claro.
Esto, es… -Kirito-kun –se me escapó decir –más te vale que esto valga la pena…
-Y más vale que halle una forma decente de pagarnos por esto –añadió, muy irritada Rika –yo, yo en serio detesto las inyecciones… ¡hmm! –se quejó, cerrando fuertemente los puños y sus ojos.
…
Una vez... recuerdo que una vez, en el viejo SAO, una vez Kirigaya Kazuto me hizo una promesa, una promesa que sé salió desde el fondo de su corazón, el me dijo con sentida reverencia:
"Mi vida te pertenece".
Esa fue la más bella promesa que alguien jamás me haya hecho en mi vida, y yo, para no ser menos, le hice una promesa igual de verdadera que la que él me hizo, le dije:
"te protegeré con mi vida".
Hasta la fecha, he visto como él, en múltiples ocasiones me ha corroborado la veracidad de sus palabras, dedicando su vida a la mía, y haciéndome feliz; supongo que ya es tiempo de que yo cumpla con mi parte del trato, ¿no?
Ahora mismo, mientras mis compañeros y yo, atados a estas camillas verticales, estamos empezando a sentir el potente efecto de esta anestesia que nos tendrá en estado suspensivo por muchas horas, y nos meterá en un mundo desconocido en el que sentiremos que estaremos por, no se, ¿un año?, algo así, no sé. Pero lo que sí sé, es que en este momento es que tengo esta promesa que nos hicimos más presente que nunca, la recordaré, y haré que él la recuerde...
Solo espera, Kirito-kun, te juro, que recuperaré tus recuerdos, ¡vamos, todos!
¡LINK START!
...
Es en las notas finales que quiero volver a disculparme por mi descomunal tardanza, y presentar la única defensa que tengo para justificar mi tardanza... la universidad... lo sé, una excusa ya muy usada por muchos, ¿no? ¿pero que quieren? Es cierto, la universidad, o mejor dicho, la carrera que estoy cursando, es muy demandante, y llevo meses con el time full.
Es todo lo que tengo que decir, su Señoría, miembros del jurado, y tomo como penitencia por mi crimen traer otro capítulo en 2, máximo 3 semanas, además de un par de sorpresas que tengo en mente... hasta pronto.
