JA JA, Hola que tal aquí Michael Night, se que soy un desastre en cuanto a publicación de capítulos, pero aquí está un nuevo capitulo.
¿QUÉ SOY UN QUE?
Era todo tranquilo y pacífico, nunca en mi vida había experimentado una sensación tan gloriosa y placentera, creo que es lo mejor que he experimentado en mi vida… un segundo ¿vida?...es cierto, yo ya no tengo vida, estoy muerto, todo por culpa de ese extraño sujeto llamado Verethragna, aunque me dijeron que es un dios, pero yo que sé, todo fue tan extraño, tan mágico, tan sobrenatural, tan…real, aunque todo parecía un sueño, pero no, todo sucedió de verdad y yo viví y experimenté cosas mágicas, creo que nunca sabré ¿cómo es el mundo de verdad?, pero bueno que más da, debido a que ahora estoy muerto, bien sólo debo relajarme y dejar que todo fluya y descansar en paz, aunque lo único que lamento es que todo pasó en mi cumpleaños y creo que fue el mejor que tuve, con mi familia, una festejo genial, un pastel creo que es uno de los pocos que disfruté realmente, creo que debería dejar de atormentarme con cosas sin sentido y descansar en paz y ya no tener remordimiento, bueno adiós y hasta siempre.
– ¿No te parece que ya has descansado suficiente? –se escuchó una voz en el lugar.
– ¿Cómo? –susurró el chico.
–Sí sigues así de flojo no creo que llegues muy lejos en tu vida –insistía la voz.
La voz que se escuchaba era algo lejana, pero algo clara y parecía estar acercándose, pues se podían escuchar pasos en el lugar.
–Ok, ¿qué sucede? –se preguntaba Issei para sí mismo.
–Vamos deja de estar perdiendo el tiempo y despierta de una buena vez –decía la voz que se escuchó más cerca, y ahora Issei se pudo dar cuenta de que era la voz de una mujer, aunque algo extraña.
– ¿Eh? ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? –preguntó Issei confundido.
–Oye déjate de bromas y levántate de una buena vez –decía la mujer que al parecer estaba de pie junto a Issei y se sentaba cerca de él.
–Creo que estoy desvariando en todo esto, creo que es por todo el daño que recibí contra ese sujeto Verethragna –decía Issei despreocupadamente.
–Bu, eres aburrido, con esa actitud que tienes nunca conseguirás novia –decía la voz de la mujer.
Issei solamente la ignoró y se quedó inmóvil sin inmutarse.
– {Vamos chico déjate de juegos y abre los ojos de una buena vez} –se escuchó una voz en el lugar cosa que hizo reaccionar a Issei.
–Un segundo –exclamó Issei levantándose de golpe.
Issei que hasta el momento había permanecido acostado en el suelo con los ojos y sin moverse, pues creía que ya no podía moverse o que todo estaba terminado.
–Ddraig y una mujer –dijo Issei señalando a los presentes.
–Vamos, vamos no te alteres nadie te hará daño –dijo la mujer con expresión relajada.
– {Cierto después de todo en el lugar donde estamos nadie puede molestarnos} –dijo el dragón apaciblemente.
– ¿Qué? –exclamó el chico mirando a su alrededor.
Era una especie de espacio blanco e infinito, donde no había nada y nadie, solo ellos tres: Issei, el dragón rojo llamado Ddraig y la mujer frente a ellos, todo era calma, paz, tranquilidad, sin ruidos, un silencio delicioso, el cual hacía que el mismo ambiente se sintiera más paz.
– ¿Dónde estamos? –preguntó Issei extrañado, pero sin temor.
–Nos encontramos en el vacío –dijo la mujer sonriente.
–Por cierto ¿Quién es usted? –preguntó Issei de forma respetable y formal.
–Vaya que formal eres –dijo la mujer riendo –Mi nombre es Pandora, soy la mujer que concede todo y además soy tu madre –dijo Pandora con energía.
Pandora a pesar de ser una deidad, tenía la apariencia de una jovencita de unos 13 ó 14 años, con un vestido blanco con escote muy sugerente, de cabello purpura claro, atado con dos coletas a los lados con cintas blancas en forma de moño, que llegan hasta el suelo, con arete en forma de esferas moradas y con mangas desde la altura del escote hasta sus manos y con brillo labial rosa claro.
–No es cierto –se apresuró a decir Issei.
– ¿Qué dijiste? –exclamó la mujer al verse interrumpida.
–Que no es cierto –cosa que dejó expectante a la mujer.
–Ah, no y ¿por qué no puedo ser tu madre? –replicó Pandora inquisitiva.
–Porque mi verdadera madre es Yuuki Hyoudou, no usted –contestó Issei amablemente.
–Vaya niño, ¿no tienes la menor idea de lo que eres cierto? –dijo Pandora decepcionada.
–Sí, soy un niño de 10 años, que murió –dijo con un poco de tristeza.
Pero un ruido con estruendoso sonó en el lugar, era la risa del dragón que parecía estar divirtiéndose por lo que estaba pasando.
– {Eres todo un caso chico, tú no estás muerto, solo estás inconsciente} –decía el dragón entre risas.
–Pero usted me dijo que al usar su poder yo iba a morir –replicó Issei seguro de lo que decía.
–Escucha –intervino Pandora amablemente –recuerdas haber peleado y si recuerdas bien derrotaste o mejor dicho mataste a Verethragna –explicaba con animosidad.
–Espere, ¿yo maté a alguien? –Gritó asustado –no puede ser, significa que soy un asesino, soy una de esas personas malas, que no tiene perdón –decía con tristeza y desesperación.
–Vaya niño –dijo Pandora suspirando –No tienes de que preocuparte –cosa que obtuvo la atención de Issei.
–Pero mate a una persona –comenzó a decir.
– {Te equivocas} –dijo Ddraig con seriedad – {Tú nunca mataste a una persona}
–Pero –el chico quería replicar.
–Si tú hubieras matado a una persona los desastres que viviste nunca habría pasado, pues una persona común y corriente nunca podría hacer lo que Verethragna hizo, o dime ¿conoces a alguien que pueda hacer lo que Verethragna hizo? –cuestionó Pandora.
–No, nunca había visto a alguien que hiciera eso –respondió el chico –Entonces ¿quién era Verethragna? –preguntó Issei que se confundía a cada minuto.
– {Verethragna es un dios} –contestó el dragón.
– ¿Un dios? –Dijo el chico –Pero ¿no se supone que los dioses están en el cielo?
– {Eso es lo que los humanos piensan, pero en realidad los dioses vienen a la tierra cuando les da la gana y con ello provocan desastres en tu mundo} –volvió a responder el dragón celestial.
–Correcto –secundó Pandora –los dioses son los que provocan los grandes desastres naturales, es cierto que la naturaleza tiene sus fenómenos, pero cuando los dioses vienen a la tierra son los que dan problemas.
–Sí lo que dicen es cierto, entonces alguien debe hacer algo –dijo el chico alarmado.
– {Cierto y ese alguien eres tú} –dijo el dragón sonriendo, cosa que dejó sin palabras y con cara de no entender nada.
–Verás Issei –dijo Pandora –Solo hay un grupo especial de seres que son los únicos capaces de frenar a los dioses…los campione –dijo Pandora levantado las manos emocionada.
– ¿Campione? –Dijo Issei intrigado – ¿Y qué es eso?
–Es el ritual que Epimeteo y yo dejamos. La sagrada y oscura celebración del nacimiento del hijo bastardo de un tonto y una hechicera. La técnica secreta de usurpación que únicamente funciona sacrificando a un dios. Y contigo todas las condiciones se han reunido, es un mandato del cielo…Sí -dijo Pandora emocionada.
– {Parece que sigues sin entender ¿cierto chico?–añadió el sekiryuutei, pero Issei lo miró sin entender y con cara de what?
–En palabras simples, tuviste éxito en el ataque simultáneo para matar un dios. Al gran Verethragna, que nunca en su existencia había perdido una sola batalla –explicó Pandora.
– {En otras palabras, has dejado de ser humano y te has convertido en algo más} –decía el dragón con orgullo.
–Entonces… ¿maté…a un dios? –Exclamó el chico sentándose de golpe, pues era algo que nunca había escuchado en la vida –Si lo que dicen es cierto, ¿qué se supone que soy ahora? –cuestionó el chico que no salían de su asombro.
Pero de pronto el lugar donde estaba comenzaba a desvanecerse poco a poco y con ello el dragón y Pandora se perdían en un resplandor.
–Un segundo ¿qué sucede? –preguntó el chico asustando.
–Nada, sólo que estás despertando –contestó Pandora.
–Pero, si ya no soy un humano, ¿qué soy? –gritó perdiéndolos de vista.
–Eres un asesino de dioses, rey de reyes, un gobernante supremo…un CAMPIONE –decía Pandora mientras su voz se perdía en el vacío.
De pronto Issei despertó de golpe sobre una cama de hospital, eran alrededor de la de la mañana, Issei se sentó en la cama, porque había tenido, o parecía, un sueño, pero muy real donde le habían dicho que él había hecho cosas sorprendentes.
Toc, toc, toc
Se escuchó el ruido que indicaba que alguien había tocado la puerta.
Toc, toc, toc.
Se volvió a escuchar el sonido.
–A…adelante –dijo Issei con algo de miedo, porque no entendía dónde estaba y qué estaba pasando.
Issej pensó que podría tratarse de alguna enfermera o de algún doctor que estaban haciendo sus rondas verificando que todo estuviera en orden, pero quienes eran en realidad eran otras personas.
–Veo que te has recuperado –dijo un hombre anciano vestido con ropas de turista.
–Me alegra que ya estés bien –dijo otro anciano vestido con ropa formal y cabello blanco arreglado en forma de trenza.
–Los recuerdo –decía el chico recordándolos –Ustedes son los señores que pelearon contra Verethragna.
–Muy bien nos recuerdas Issei Hyoudou –dijo el anciano vestido de turista –y como nos recuerdas, recordarás nuestros nombres.
– ¿Eh?, bueno –comenzó a balbucear Issei, pues no podía recordar los nombres de los hombres y la mujer que había conocido.
–Veo que no los recuerdas –dijo el anciano turista entre risas –era de esperar con tantas cosas que sucedido.
–Odín-sama –dijo la mujer que no le parecía el burlarse del chico.
– ¿Odín? –murmuró Issei.
–Sí, yo soy Odín el padre de todo, el rey de Asgard y todo el mundo nórdico –dijo Odín tocándose la larga barba blanca que portaba.
–Cierto y yo soy Ra, señor del Sol y luz, padre y señor de los grandes tierras y desiertos de Egipto –se presentó el otro anciano que vestía su traje formal.
–Y esta escandalosa mujer es Rossweisse –dijo Odín señalando a la mujer.
–Odín-sama, no me diga así –dijo molesta.
–Este ¿Quiénes son ustedes realmente? –preguntó Issei que seguía muy confuso tratando de asimilar lo que sucedía en su vida.
Los tres interlocutores del chico se quedaron callados y miraron al chico y respondieron.
–Un dios –dijo Ra con autoridad.
–Soy un dios –dijo Odín con seriedad.
–Soy una valquiria al servicio de Odín-sama un dios –dijo Rossweisse desviando la mirada hacia otro lado apenada.
–Y yo un niño, una persona –dijo Issei temeroso.
–No exactamente –se apresuró a decir Odín.
–Entonces ¿qué soy yo? –comenzó a decir Issei cabizbajo.
–Un campione –dijo Ra de tajo.
– ¿Qué soy un qué? –dijo Issei rompiendo en llanto, porque su mentalidad no alcanzaba a comprender lo que sucedía.
Rossweisse se conmovió y sin pensarlo dos veces abrazó a Issei y comenzó a llorar junto con él, y no comprendía como un niño, un niño que apenas comenzaba a vivir, que cargar con un peso tan exagerado en sus hombros.
–Eres Issei Hyoudou un niño de 10 años, que es amado por su familia, ese eres tú –contestó la valquiria llorando tratando de consolarlo.
Ambos lloraron durante un tiempo y al parecer la noche también estaba de luto, pues poco después comenzó a llover, acompañando las lágrimas del chico.
–Parece que te has calmado un poco –dijo Ra, tranquilo viendo que Issei se había calmado y dejado de llorar, pero con fuerte sentimiento – ¿Te encuentras mejor?
–Un poco –dijo Issei aun decaído y suspirando.
–Sabemos que aún eres un crío, pero debes entender que tu mundo ha cambiado por completo –decía Odín serio mientras acariciaba su barba.
La valquiria se molestó con su amo por la poca sensibilidad al tratar a un niño que se encontraba perdido y muy deprimido, pues en las últimas horas había sufrido un shock de sucesos y emociones que son demasiados para un niño pequeño.
–No sé por qué te molestas tarde o temprano tendrá que afrontar las consecuencias de su nueva condición –decía Odín inconforme con su asistente.
–Pero Odín-sama, es solo un niño, no puede –pero fue interrumpida.
–Él no es únicamente un niño, es un campione, así que deja de ser paranoica y entra en razón –decía el anciano interrumpiendo a su asistente.
Y con ello una fuerte discusión entre ambos, pues Rossweisse dejó a Issei y se plantó frente a su señor defiendo la sensibilidad y sentimientos del niño.
Por su parte Ra dejó de lado la discusión y se sentó en un sillón a un lado de cama de Issei y tratando de sonar paternal inició un diálogo con Issei.
–Dime chico ¿cómo te encuentras? –preguntó Ra dulcemente.
–Bien, eso creo –contestó Issei sollozando un poco.
–Qué bueno que ya te sientas bien, pero ¿qué te preocupa? Y ¿por qué lloras? –preguntaba Ra con amabilidad.
–Mi mamá, mi papá, mis abuelitos, no sé dónde están, me siento solo –decía con lágrimas en los ojos.
–Oh, vamos chico, no te pongas triste –decía Ra sentándose en la cama junto con él pasando uno de sus brazos por la espalda del chico abrazándolo –ellos están bien, bueno algo lastimados, pero bien –decía sonando calmadamente.
– ¿En…en serio? –preguntó Issei con miedo.
–Claro, si me prometes escuchar lo que tenemos que decirte te llevaré con ellos –dijo Ra con amabilidad.
Al escuchar esas palabras, Issei miró con sus ojos llorosos e insistió ver a su familia, Ra accedió, pero le hizo prometerle que escucharía lo que le dirían, pues era de suma importancia.
–Lo haré, escucharé lo que me digan, pero por favor se lo suplico, lléveme con mis papás y mis abuelitos, por favor, por lo que más quiera –decía Issei sollozando.
–Muy bien, pero deja de llorar –decía Ra consolando al niño –no querrás que tu familia note que has estado llorando.
Issei asintió y dejó de llorar y siguiendo a Ra salieron de la habitación y caminaron por el extenso pasillo hasta el final, doblaron hacia la derecha y continuaron caminando hasta que llegaron a la habitación 613, donde Ra abrió la puerta e Issei pudo ver a su querida familia, sus padres y sus abuelos estaban ahí, pudo ver a su madre y su abuela postradas en cama con aparatos conectados indicando su estado, además su padre que estaba con vendas y gasas en sus brazos y rostro y su abuelo sentados los dos en sillones junto a sus esposas, pero el sueño había vencido a sus parpados y se quedaron dormidos.
Issei quiso correr hacia ellos, pero Ra le indicó que debía despertarlos, pues aunque estaban algo lastimados, pero estaban bien, sin lesiones graves y muy cansados, por lo cual era mejor dejarlos descansar, aunque Issei quería estar junto a ellos e insistió en ir con ellos.
–Bueno te dejaremos ir con ellos –decía Ra, a lo cual Issei se emocionó –pero recuerda que tenemos un trato –le recordó Ra.
Issei recordó que lo había prometido, el hablar con ellos sobre cosas sobre las que él desearía que solo fueran mentiras. Pero algo dentro de sí mismo le hacía decir que todo era real, así que no sabía que pensar, por lo cual dejó a su familia descansar y regresó a su habitación donde Issei había despertado, y notó como la extraña discusión de la valquiria y del dios había terminado de forma algo pacífica.
–Oiga señor ¿qué es un campione?, porque una mujer llamada Pandora me dijo que yo era un campione, pero no tengo la menor idea de lo que es –preguntó Issei al dios egipcio.
–Veo que ya conociste a Pandora, vaya esa mujer siempre tan enérgica, pero nunca explica bien las cosas –comentó Odín riendo levemente.
–Odín-sama –dijo Rossweisse con tono molesto propinándole un severo pellizco al dios que se quejó, pero ignoró a su asistente.
–Bueno no es muy complicado –comenzó a decir Ra –un campione es el título dado a las personas que mataron a un dios, los magos los llaman Rey, también Asesino de dioses, Rey Malvado, Rey Demonio, Gobernante Supremo, entre otros. Cuando un mortal mata a un dios hereje, se toman a sí mismos las autoridades del dios hereje, convirtiéndose en algo más que humano, un rey demonio, un gobernante supremo, un Campione. Por lo general, un Campione sólo adquirirá una autoridad del dios que mata, que está influida por la personalidad, la compatibilidad, y la habilidad del mismo. La Autoridad luego se ajusta para adaptarse a la propia naturaleza del Campione. A causa de sus autoridades divinas, automáticamente se designan como los gobernantes de su país natal. En esa zona, entre lo sobrenatural, su palabra es ley. Sólo otro Campione puede oponerse a ellos. Son llamados los hijos ilegítimos de Epimeteo, "porque sólo alguien, como Epimeteo, que actúa sin pensar en las consecuencias se enfrentaría a un dios Hereje en vez de huir".
–Creo que no entiendo –exclamó Issei muy confundido.
–Es simple, digamos que cuando derrotas a un dios adquieres superpoderes –resumió Ra de forma sencilla.
–Entonces ¿tengo superpoderes? –se cuestionó Issei mirándose las manos.
–Correcto, y como cada dios tiene poderes de un elemento diferente, pues hay gran variedad de poderes –explicaba Ra con palabras sencillas para que el chico las entendiera.
–Oiga señor, porque dijo que era hijo de… ¿Cómo se llama? –preguntó Issei tratando de recordar –de ese como se llame, si yo tengo un papá y una mamá.
–Epimeteo –dijo Odín –se denomina que los campiones son hijos de Epimeteo, porque sólo ellos –decía señalando a Issei –son los únicos idiotas que se oponen a los dioses y en algunos casos como el tuyo, vencen a los dioses
–Pero eso que tiene que ver con que un campione sea un rey –insistía el chico.
–En su momento te encontrarás con personas que te verán de forma diferente, pues como sabes el mundo se rige por poder y categoría, y tú chico al derrotar a Verethragna te has subido al escalón máximo que cualquier humano puede alcanzar y como tu poder va más allá de lo que tú piensas, no pueden enfrentarse a ti, ya que tu poder no tiene rival solo los dioses –explicó Odín.
–Te lo ponemos de esta manera, en una escalera de 10 peldaños o escalones, tú te encuentras en el número nueve, casi en la cima, cosa que solo otras siete personas han logrado –decía Ra al notar el interés del chico.
– ¿Siete? – dijo Issei sorprendido.
–Correcto en este mucho existían 7 campiones, ahora 8 contigo, que al igual tú derrotaron algunos dioses y con ello tiene poderes como tú, claro que por ahora casi nadie sabe lo que hiciste, por lo cual aún se piensa y cree que aún existen 7 campiones –comentó Ra aclarando la duda del chico.
–Pero ¿qué es exactamente un campione? –volvió a preguntar Issei.
–Ya te lo he dicho –mencionó Ra.
–Bueno sí, pero ¿para qué sirve un campione? –dijo Issei confundiendo a los presentes.
Ra, Odín y Rossweisse se quedaron callados, pues no supieron que responder a dicha cuestión, pues al parecer nadie nunca se había planteado dicha interrogante, tal parecía que este niño, tenía mucho que ofrecer a pesar de su corta edad.
–Creo que alguna vez has escuchado que en los grandes imperios y ejércitos han tenido guerreros excepcionales y los mejores, que servían de guía para los soldados, de inspiración para otros –comenzó a decir Ra obteniendo la atención del chico –a estos guerreros se les dio el título de campeón, que era una referencia de todo gran reino y que en muchas ocasiones eran los únicos capaces de hacer frente a peligros que otros o nunca podrían vencer y creo que los campione son
– ¿guerreros? –preguntó Issei.
–Así es –contestó Ra.
–Además creo que los dioses como siempre son conflictivos y al tener adversarios tan diferentes a ellos mismos y capaces de derrotarlos, que crea una emoción que incita tanto a dioses como a campiones que lo orilla buscarse siempre en batalla y obtener poder –añadió Odín serio.
–Pero yo no quiero pelear, no quiero hacer lo que dicen –se apresuró a decir Issei asustado.
–No se trata de que quiera o no, ahora es tu destino –respondió Odín serio –tal vez tu no desees pelear o no querías este destino, pero cuando derrotaste a Verethragna tomaste ese destino sin tu consentimiento, así que tarde o temprano otros dioses y otros campiones intentarán pelear contigo y derrotarte
Issei solo agachó la cabeza derrotado y deprimido.
–Desearía no tener que hacer las cosas que dice, lo que daría por no ser esto que dicen que soy –decía Issei enojado.
–Pero lo eres, así que acéptalo de una vez –dijo Odín serio ante la mirada molesta de su asistente.
–Creo que puedo ayudarte en ese pequeño aspecto chico –dijo Ra atrayendo la atención de todos.
– ¿Puede quitarme esta maldición? –dijo Issei con algo de ilusión.
–No –cosa que desanimó al chico –pero puedo darte esto.
Ra extendió la mano derecha y en su palma de su mano comenzó a crearse una esfera de luz que fue tomando forma de un medallón de unos 7cm que fue tomando forma y se volvió sólido y cayó en la palma de Ra y se lo entregó a Issei que lo observó con curiosidad, pues nunca en su vida había visto.
– ¿Qué? –trató de decir
–Ese es el Ojo de Uthja, el ojo protector y benevolente –comenzó a explicar Ra –es cierto que no puede dejar de ser lo que eres con solo desearlo, pero con el ojo de Uthja puedo ofrecerte protección
–No entiendo –insistió el chico.
–No es difícil –continuó Ra –Desde el instante que portes el ojo de Uthja te investirá de una protección especial que disfrazará y ocultará tu presencia y poder de campione y solo mostrará aura de un ser humano, pero ten en cuenta de que esta protección solo será temporal
– ¿Se acabará? –preguntó Issei.
–No –contestó Ra –el poder del Ojo de Uthja nunca se terminará, pero es temporal en cuanto apariencias, ya que no pasará mucho antes de que algún ser entre el mundo se dé cuenta de quién eres y lo que eres y tus intentos por ocultarte ya no servirá para nada
–En pocas palabras –añadió Odín –el Ojo de Uthja será efectivo mientras las entidades o seres del universo no conozcan tu cara y sepan que eres un campione, el ojo de Uthja será una especie de camuflaje, pero ese camuflaje ya no servirá cuando los seres descubran que eres campione
–Entonces ¿solo debo esconderme y no usar los poderes? –preguntó Issei interesado.
–En resumen eso es cierto –respondió Ra, cosa que emocionó a Issei –pero no creas que con solo esconder lo que eres será suficiente, ya que tu vida con este nuevo cambio se verá envuelta en situaciones que irán más allá de tu imaginación
Este comentario preocupó un poco a Issei, pues él deseaba que todo lo que se había comentado fuera solamente un sueño y una broma, pero ya no estaba seguro de lo que sucedía en su vida, así que solo se colocó el collar con el Ojo de Uthja y al instante un tenue brillo rodeó a Issei ocultando su aura de campione por la de un simple ser humano.
–Me alegra poder ayudarte en algo, pero el poder que te protege no será gratis –mencionó Ra sacando al chico de sus pensamientos.
–Entonces ¿debo pagarle por esto? –decía sosteniendo el medallón.
–Así es, pero no será con dinero, sino que en su debido tiempo me regresarás el favor –contestó Ra tranquilo.
– ¿Favor? ¿Cómo? –cuestionó el chico.
–No te preocupes, por ahora no será necesario que regreses el favor, pero en cuando sea necesario yo mismo te pediré el favor a cambio del amuleto –contestó Ra con amabilidad.
Issei se quedó pensativo en lo que le había dicho el dios el sol, pues como si nada le había dado un amuleto, que decía podría ocultar su identidad, o al menos eso esperaba, pues Issei solo deseaba tener un vida tranquila sin problemas y preocupaciones y tal vez no ser tan viajero como sus padres y abuelos, pues desde que él recordaba siempre han estado viajando por todo el mundo, lo que se hacía preguntarse ¿qué tenía de malo el vivir en un lugar fijo con vecinos y todo? Y ahora esto, que según estas extrañas "personas", bueno si se les podía llamar personas, porque según recordaba estos sujetos habían hecho cosas increíbles, casi hasta se podría decir mágicas, pero eso era falso, ya que la magia no existe, sin embargo ellos se hacen llamar dioses y la mujer se hace llamar una guerrera al servicio de un dios.
– (¿Acaso me estaré volviendo loco?) –Pensaba issei –(o todo será un extraño sueño o peor aún una pesadilla tan extraña que siento que es real)
Estos pensamientos que invadían la mente del chico, debido a que era de esperarse, puesto que no era común que los acontecimientos ocurridos hace unas pocas horas, lograron sacar de balance y deformar la vida de una persona.
Esto dejó a Issei sumido en sus pensamientos y abstraído de la realidad.
–Bueno, será mejor dejar descansar al chico –comentó Odín –Parece que tiene muchas cosas que pensar y asimilar.
– ¿Pero no haremos nada más? –reclamó la valquiria que no le parecía correcto dejar las cosas así.
–Deja de preocuparte, después de todo fue su decisión, ante eso –decía Odín serio –no podemos hacer, es gracias a su libertad, un atributo que ha hecho grandes a los hombres.
–Odín-sama, dejar las cosas así no tiene sentido –decía la mujer.
–Si tanto te preocupa –reprochó Odín – ¿por qué no te quedas con el chico y lo cuidas?
Rossweisse se quedó muda de sorpresa, pues no esperaba que su amo le diera tal advertencia, así que sólo se quedó callada, pues su deber real era escoltar y proteger al padre de todo, lo cual hizo que sus ánimos se apagaran.
Ra viendo esto, creyó oportuno dejar en paz al chico, por ahora, pues algo les decía que como campione sus caminos se cruzarían de nuevo.
–Será mejor que no molestemos más al chico, lo mejor será dejar descansar al chico –dijo Ra sereno.
Ambos dioses y la valquiria se despidieron y le desearon buena suerte al chico, pues sabían, cosa que descubriría con el tiempo, que la vida de un campione siempre, siempre es invadida y accidentada por los dioses.
Poco tiempo después de irse los dioses, Issei se bajó de la cama y regresó de nuevo a la habitación donde estaba su familia, entró de forma sigilosa a la habitación y con lágrimas en sus ojos se alegró mucho de esto y con emoción se acostó junto a su madre en la cama y con la seguridad y calidez que sólo puede transmitir la familia, pronto se quedó dormido.
CONTINUARÁ
Sé que es un capítulo corto en relación al anterior, pero trate de hacerlo interesante.
Espero que haya sido de su agrado y acepto dudas, sugerencias, reproches etc.
Un saludo y buen día.
ATTE.
Michael Night
