CAP. 80.- UNA NUEVA SE ABRE

Querida hija.

Si estás leyendo esto, es porque tuve razón. Sabes cuánto me gusta tener razón.

¿Sabes qué? En realidad no me sorprende. Siempre supe que lo lograrías.

Pero, lastimosamente, si estás leyendo esto, también significa que yo no fui capaz de pasar esa dura prueba. No fui capaz de quedarme a tu lado hasta el final, y por eso quiero disculparme. Lamento no haber sido capaz de decirte tanto, pero esa es la razón de esta carta.

Cuando eras una niña, antes de obtener tu Cutie Mark, te llevé a tierra. Te cargué en mis brazos todo el camino desde Cloudsdale hasta el suelo. Fuimos a un estanque en las afueras del bosque Everfree. Recuerdo que me preguntabas cada cinco minutos si habíamos llegado.

En esa época, los lotos estaban floreciendo. Tú te quejaste porque dijiste que te había llevado todo ese camino para ver flores y dijiste que eso era algo que solo Fluttershy disfrutaba hacer ¿Recuerdas qué fue lo que te dije en respuesta? Yo jamás lo olvidaré.

"Dashie, te traje aquí porque quiero que recuerdes lo que estoy a punto de decirte. La flor de loto es conocida por su belleza. Pero no es eso lo que la hace especial. Los lotos resurgen del fango, florecen intactos y hermosos después de la lluvia. Recuerda, cuando la vida te ponga dificultades, combátelos con rostro en alto, no dejes que te intimiden y resurge como un loto, volviendo a la superficie hermosa y fuerte"

¿Recuerdas que hiciste justo después? Te elevaste y volaste sobre el estanque, tomaste un loto blanco y volviste a mí con este en tus pequeños cascos. Me dijiste: "Prometo que siempre seré un loto"

Desde entonces, nunca dejaste que nada ni nadie te derribe. Siempre combatiste todo con frente en alto y siempre resurgiste de las dificultades más fuerte y más hermosa.

Sé que mantuviste tu promesa. Sé que seguiste siendo un loto. Eres tan hermosa y fuerte como uno.

No sé cómo esté todo en el momento que lo leas, no sé quiénes estarán o no contigo. Pero si tienes esto en tus cascos, entonces agradezco que tu madre cumplió su promesa. Y, por favor, no te enojes con ella. Yo le pedí que no te dijera nada sobre esta carta hasta que todo terminara.

Lamento mucho no estar allí. Lamento mucho no estar presente. No podré ver a mi nieta crecer. No podré ir donde Bronce Tulip para asegurarle que tiene todo nuestro apoyo. No podré volver a decirle a tu madre que la amo.

Pero, sobre todo, lamento no poder verte amar...

Lamento no poder estar allí para acorralar y espantar al corcel que no te merezca. Lamento no estar allí para tener la "charla" con el que se quede. Lamento no estar allí para ofrecerte consejo sobre qué hacer cuando tengas dudas. Lamento no estar allí para alegrarme cuando te proponga matrimonio. Lamento no poder estar allí para entregarte en el altar y escuchar sus votos cuando unan sus vidas y se vuelvan uno.

Lo lamento...

Pero, Dashie, por favor, no cierres tu corazón.

Cuando llegue el indicado, recíbelo. Cuando se disculpe sinceramente porque te hizo llorar, perdónalo. Cuando muestre sus fallas y errores, acéptalo como es. Nadie es perfecto, hija. No podrás evadir las decepciones por siempre. Pero las imperfecciones de cada quien son lo que los hace únicos. Las diferencias te hacen especial.

Y cuando tengan desacuerdos se darán cuenta de lo mucho que se necesitan. De lo bien que se complementan. De que no pueden vivir sin el otro. O de que tal vez sí pueden, pero no quieren hacerlo.

Créeme, yo ya lo viví. Y esa es la razón por la que siempre amé a tu madre.

Cuando llegue el indicado, el correcto, espero que recuerdes todo lo que te enseñé.

Si alguno te lastima y te deja o tú lo dejas, no te preocupes, no te merecía.

Eso solo significa que estás un paso más cerca (y a un corcel menos) de encontrar al indicado.

Y cuando lo encuentres, estaré muy feliz.

No importa si morí. En cuanto me recuerdes, siempre estaré contigo. Siempre estaré allí, en cuanto tú me tengas presente.

Para concluir, quiero decirte algo que tu abuelo me dijo una vez:

"El pasado se acepta, no se lamenta. El presente se vive, no se discute. El futuro se espera, no se planea"

Acepta tu pasado, vive tu presente, espera tu futuro. Sé feliz. Sé libre. Sé Rainbow Dash. Sé mi Estrella.

Te amo, Dashie. Te amo, mi bello loto. Te amo...

Mi Estrella.

Con amor,

Tu padre.


La hermosa ciudad de Canterlot jamás había estado tan viva. Desde la altura de la suite del Palacio, la ciudad estaba iluminada con luces de colores decorando el tejado de las casas y las paredes de los edificios. Los ponies habían alargado Corazones Cálidos solo por el fin de la guerra. El Fuego seguía encendido.

Era la mejor época para que hubiera terminado. El invierno más cálido de la historia.

Los soldados que habían vuelto de batalla habían sido recibidos con algarabía y música en la ciudad capital, felicitándolos por su trabajo increíble. Muchos los bañaron de confeti y flores, y las Mane 6 (habían terminado por aceptar el apodo) y Celestia habían recibido una hermosa corona de flores tejida por potrancas de la ciudad. A pesar de estar heridos o cansados saludaron a la multitud que de pronto parecía mucho menos derrotada que cuando se fueron. Había sido una ocasión que nunca iban a olvidar.

De eso ya hacía un mes. La mayoría de los soldados habían vuelto a sus ciudades natales.

El viento sopaba fuerte allá arriba. Dash todavía se estaba acostumbrando a su melena larga, que a veces le pesaba demasiado. Había pensado volver a cortarla, pero al final decidió que no. Era bueno tenerla de vuelta, con una era nueva para ella y toda Equestria.

Además, a Soarin parecía gustarle.

Le costaba adaptarse a su nueva apariencia. Verse en el espejo y no ver su ojo surcado por una cicatriz rosada le era una situación extraña. Y su oreja completa al peinarse. Ni su cicatriz en la clavícula cuando se duchaba.

Era extraño.

La puerta se abrió detrás de ella. Volteó para ver a Soarin salir de su suite con una alforja amarrada a su lomo, cerrando la puerta con una pata trasera. Todavía caminaba con cierto cojeo por el dolor de la herida vendada en su costado, pero ya podía ir con más facilidad. La puñalada lo había dejado en cama por unos días.

Dash, en una ocasión, le había dado de comer sopa en la boca. Había sido muy divertido invertir los roles por una vez.

Él ya sabía de la carta. Dash no paraba de llorar después de leer esas hermosas palabras que su padre le había dejado antes de su muerte. Era como haberlo tenido de vuelta por unos minutos, por lo que la había leído una y otra vez antes de volar a toda velocidad a la suite de Soarin para compartirla con él.

Le había dejado quedarse esa noche con él.

Y la noche siguiente. Y la siguiente a esa.

Soarin le sonrió y caminó hasta ella, uniéndosele en mirar la ciudad por el balcón. Dash se relajó al sentirlo a su lado. Él lograba ese efecto en todos quienes lo rodeaban: irradiaba la paz de un recién nacido. Era una de las cosas que más le gustaban de él. Con su carácter explosivo y la personalidad tranquila de él, Soarin podía calmarla hasta en los momentos más difíciles.

"¿En qué piensas?" Soarin enterró su hocico en su coronilla. Dash rio cuando inhaló profundamente. Seguía usando el shampoo de vainilla, porque el aroma le encantaba, y también a Soarin, al parecer.

Alzó la cabeza y le plantó un beso en los labios

"En nosotros. En todo lo que se viene"

Soarin se iba con ella a Ponyville. Habían encontrado una casa pequeña en la que cabían ambos sin problema. Aunque había otro motivo…

Los Wonderbolts se habían vuelto a formar. Lastimosamente, Sun Chaser y Silver Lining habían fallecido en la guerra, pero incuso sin ellos Celestia había decidido volver a formarlos. A los caídos se les había rendido homenaje en los cuarteles de los Wonderbolts, en Cloudsdale, al erguirles estatuas frente a la entrada principal.

Soarin le habló por horas de ambos. Les tenía mucho cariño, y estaba muy triste de que se hubieran ido.

Pero la cuestión es que todos los demás volvían a su antiguo empleo, y Soarin no era la excepción. Lo había restituido en su puesto de Segundo al Mando, con Spitfire nuevamente de Capitana, y ahora debía buscar un hogar en la zona. Por suerte, Cloudsdale y Ponyville estaban a un corto vuelo de distancia, así que él se iba con Dash a Ponyville.

Iba a ser diferente, vivir juntos, pero estaba segura de que sería bueno para ambos.

"No será muy diferente" Soarin aseguró, sonriéndole "Y aunque lo fuera, creo que podemos con ello ¿tú no?"

"Por supuesto que lo creo" Dash sonrió "Será divertido"

Y tal vez sería una práctica. Para el futuro, tal vez.

"¡Eh, tortolitos!" ambos se giraron para ver a una muy alegre (pero bueno ¿Cuándo no estaba alegre?) Pinkie Pie subir las escaleras a brinquitos. Llevaba una alforja llena de su equipaje personal "¡Lamento interrumpir! Pero Twilight me mandó a verlas. Tal vez querrán apresurarse, o nos va a dejar el tren"

"Vamos en un minuto, Pinkie"

Pinkie le sonrió a Dash "¡Okie Dokie Lokie!" se volteó y empezó a brincar escaleras abajo "¡Pero apresúrense! ¡Porque seguro la próxima viene Twi, y ya saben cómo se pone cuando la retrasan! Y Applejack dijo que nos recibiría en su granja con una buena cena al estilo Apple y no quiero perdérmelo…"

Pinkie desapareció por las escaleras.

Soarin rio "Me alegra que tengas tan buenas amigas, Dashie"

"No sé si me acostumbraré a su efusividad" Dash soltó una risita "Pero sí, son buenas chicas"

Soarin se giró a Dash y la besó. Dash respingó de sorpresa, pero se unió al beso con gusto, moviendo sus labios contra los de él. Saboreando.

"Déjame prometerte algo" dijo Soarin cuando se separaron. Dash estaba como en una nube, casi incapaz de concentrarse "Te prometo que haré lo posible por estar a tu lado siempre que lo necesites. Te prometo que cumpliré con mi voto y siempre le agradeceré a las estrellas haberte conocido, mi hermosa estrella"

Sí, ahora él también le decía "estrella", de vez en cuando.

Dash sintió el rostro arder. Soarin le dio un beso en la frente.

"Vamos, o perderemos el tren"

Mientras ambos bajaban las escaleras (tenían que tomar varios descansos por la herida de Soarin), Dash se sumió en sus pensamientos nuevamente, lo cual no pasó desapercibido por Soarin.

"¿En qué piensas ahora?"

Dash sonrió, mirando hacia las planicies frente a Canterlot.

Y a la distancia, apenas reconocible, Ponyville.

"En que, antes, estaba encerrada en el pasado. Vivía ahí y me tenía atrapada. Pero ahora miro hacia atrás y solo veo experiencias. Ahora el futuro es todo lo que veo. Es brillante, tan brillante ¡Y estoy lista para perseguirlo!"


NOTA DE AUTORA:

Y ha terminado. Hemos llegado al final de esta historia, ¿y de qué manera íbamos a terminar si no con nuestros queridos protagonistas?

Ha sido un viaje loco, largo, lleno de emociones. Una de las experiencias más hermosas de mi vida, y me duele que haya llegado a su fin. Pero todo debe hacerlo, y creo que no lo hice tan mal aquí.

Gracias a todos ustedes, los que leen esto, lo han leído y lo leerán en el futuro, que se aguantaron la escritura de novata de los primeros capítulos y fueron viendo el progreso que he hecho a lo largo de estos dos años. Gracias por opinar, criticar y apoyarme en cada momento en el que quise tirar la toalla,en cada respiro que tuve que tomar de la historia. Gracias por todo.

Gracias a Winterebel, que en su momento me empujó al fanfiction.

Gracias a mi queridísima amiga, a quién llamaremos A, por escucharme parlotear sobre Heridas del Pasado, sufrir con ustedes pero antes de tiempo, pues conocía todo lo que iba a suceder, y escucharme hablarle sobre mis headcanons, mis planes, y por decirme "Ay we, te mamaste" cada vez que le contaba algo malo que iba a suceder (la frase "Eres una maldita, pobres de tus lectores" seguido aparecía también) ¡Gracias por todo eso, mi A!

Reviews:

halsenbert:

¡Muchas gracias!

.

¡Ah, pero no crean que han visto el final de mí! Todavía tengo muchos planes para ustedes ¡así que estén atentos!

¡Hasta la próxima historia!

-Midday Giggle