13: Idiotas

.

.

.

—Cómo amaneciste? —preguntó Nick.

—Algo... —frunció la frente intentando sentarse—. Drogada.

—Soñaste algo en particular? —interrogó el pelirrojo intrigado por el comentario de hace algunos segundos.

Judy suspiró pensativa —Si.

—De qué se trataba? Dijiste que lo habías soñado de nuevo, solías tener el mismo sueño?

—No precisamente —respondió rascándose la cabeza—. Al principio si.

—Al principio de qué?

Judy agarró una bocanada de aire para poder responder, tomó la mano de Nick y la llevó detrás de su cabeza —Sientes eso? —preguntó mientras pasaba los dedos de Nick sobre la corteza de su cuero cabelludo.

Nick arrugó su frente confundido —Se siente algo...

—Raro verdad?

Nick asintió.

—Fue un accidente de auto hace como... —intentaba recordar, agachó su cabeza en un intento fallido de poder hacerlo, nunca le había costado tanto recordar un acontecimiento, a decir verdad era algo que no se olvidaba, un accidente de auto tan aparatoso no se olvida.

—Judy?

—No recuerdo cuando...

—No recuerdas haberte accidentado?

—No, no recuerdo hace cuanto fue.

—Nunca dijiste que tuviste un accidente.

—No pensé que fuera relevante.

—Lo es si eso fue lo que causo tu tumor Judy —interrumpió Finnick en el umbral de la puerta.

—Tumor? —Nick lucia aún más confundido y preocupado—. A qué te refieres?

—Judy creo que lo mas sensato es que te comuniques con tu familia lo más pronto posible, no lo crees?

—Ella va a estar bien —el miedo lo estaba invadiendo.

—Nick, esto es mas serio de lo que crees.

Judy miró a Finnick, ambos estaban en la misma sintonia —Hablaste con mi doctor —aseguró.

—Judy —la llamó Nick angustiado.

—Está bien, Nick, no... —no pudo terminar la frase, bajó la cabeza con cierta conmoción.

—Todo estará bien, Judy, no te preocupes —Nick sostuvo sus manos.

—No, no es así —afirmó la rubia.

—No seas pesimista, por favor.

—Nick —le habló su hermano—. Para.

—No estas tan grave, por Dios, ustedes a veces exageran —vio a su hermano.

—Basta Nick! —lo reprendió Judy—. No tienes idea de lo serio que es, en verdad.

—Nick.. está muriendo,

—No, claro que no —se negó el chico.

—Nick...

—Sigues con eso —la interrumpió el pelirrojo—. Es imposible, mírala, está bien, no está débil, no tiene aspecto de moribunda.

—No precisamente tiene que tenerlo Nick.

—No, están exagerando...

—Para Nick! —gritó Judy—. Por favor detente, lo haces muy difícil.

—Cómo puede ser que vayas a morir? no...

—Está bien —lo volvió a interrumpir—. No me asusta, ya lidié con esto, ya estoy a la idea.

—Judy no —Nick tenía una mezcla de conmoción y miedo—. No puede ser cierto —miró a su hermano, no puede estar pasando, no...

—No lo hagas mas difícil, Nick —añadió la rubia.

Nick la abrazó con suma fuerza, sin dudas tenía miedo de perderle, sentía una enorme tristeza pero no le permitía llorar, no quería derramar lágrimas, no sabía si era por orgullo o porque el sentimiento era tan grande que se lo impedía.

—No puede estar pasando esto, no ahora, no a ti... no después de...

—Lo sé —respondió el abrazo del joven, lo sintió reconfortante para ella, tenerle cerca le hacía bien.

Finnick se llevó las manos por el cabello, no creía la escena que veía, había vivido muchas parecidas a lo largo de su carrera, ha dado decenas de noticias en donde el paciente había perdido la batalla y ver las caras de los familiares era desgarrador, pero sin duda todas esas vivencias no podían compararse a ver a su hermano abrazando a su novia desahuciada, veía la expresión de Nick, sumamente triste y de dolor, estaría bien si lloraba frente a él, esta vez no iba a burlarse, pero su hermano no lo hizo, eso hizo la escena mas deprimente aun.

—Finnick —lo llamó Judy—. Puedes conseguir mi teléfono para llamar a mis padres.

—Yo puedo traerlo —accedió Nick—. Vuelvo enseguida —besó su frente.

Ambos hermanos abandonaron la habitación, sin decirse palabra alguna mientras caminaban por el pasillo, Finnick veía la expresión de Nick.

—Escucha Nick, está bien llorar...

—No... —interrumpió su hermano—. No quiero que eso sea lo último que ella vea en mi —continuó caminando—. Si ella ya vivió su etapa de negación y lágrimas anticipadamente, creo que lo correcto sería estar con ella en su etapa final con una sonrisa, llenarla de felicidad lo más que se pueda para que pueda irse serena y feliz.

—Entiendo.

Ambos llegan a la sala de espera donde los esperaban los padres, se pusieron al tanto y Nick regresó de nuevo a la habitación de Judy para entregar el móvil, la dejó a solas en la habitación, pero miraba por el cristal cómo ella hablaba sin parar a través del auricular, una que otra lágrima salía de sus ojos, después de interminables minutos al fin vio que paró de hablar y puso el celular sobre la mesilla de alimentos.

Nick se dispuso a volver a entrar con ella, el semblante no era nada alentador.

—Todo bien?

—Quieren verme.

—Es lógico, supongo.

—Esto va a ser duro de verdad —comentó—. Una cosa es afrontarlo yo sola y otra es afrontarlo con toda la familia, sé que voy a …

—Judy —Nick se acercó a tomar su mano.

—No quiero romperles el corazón o que sufran por mi.

—Eres su hija, claro que les dolerá...

—No quiero que sufran esta carga...

—No —la interrumpió—. No eres una carga, eres su hija, te aman y no eres una mala persona, estarán orgullosos de lo que has logrado.

—No sabré como decirles como es que llegué hasta aquí contigo.

—Ssshh —puso su dedo sobre sus labios—. No entremos en detalles si quieres, hasta donde sabemos, hemos sido novios todo este tiempo.

—Si, supongo que es lo mejor por ahora...

—Quieres que pidamos el traslado a mi casa?

—No, creo que es hora de regresar.

—Judy me parece mas conveniente si estás en mi casa, ahí estarán mi padre y Finnick atendiéndote por si vuelve a pasar otro incidente.

—No quiero causar mas molestias.

—Por favor Judy, no te opongas, hazlo por mi —le pidió.

Judy sintió una punzada y solo asintió con la cabeza, abrazó a su amado soltando un par de lágrimas.

—No llores mas, tesoro —la tomó con ambas manos—. No voy a dejarte sola.

—Lo sé —sonrió ligeramente.

Judy tuvo que volver a hacer la llamada a sus padres para poder proporcionarles la dirección de la casa de los Wilde, los Wilde condicionaron una de las habitaciones para que Judy pudiera instalarse, Nick la tenia demasiado cuidada, no le permitía levantarse y si tenía que moverse de una habitación a otra la llevaba en silla de ruedas. Los doctores no sabían con exactitud cuanto tiempo es el que le quedaba a la chica, podrían ser días, semanas, o tal vez horas, el momento del desenlace podría llegar de un momento a otro, mientras tanto Nick lo usaba al máximo, cada minuto que podía pasar con Judy era bien aprovechado.

Los padres de Judy podrían llegar en cualquier momento, Nick había preparado una bandeja de desayuno para Judy, entro a la habitación y no la encontró ahí, su móvil se encontraba en la mesa de noche, Nick buscó como loco entre las habitaciones.

—Judy! —la llamaba desesperado.

—Que ocurre? —salió Finnick de su habitación.

—No encuentro a Judy.

—Te refieres a que no está? O se fue?

—Yo que sé! No esta en ningún lado.

Ambos corrieron entre los pasillos, de habitación en habitación pero Judy no estaba dentro de la casa, Nick estaba por llamar a emergencias hasta que a través de la ventana de la cocina vio a Judy, sentada en el borde de la piscina, bloqueó su móvil y salio rápidamente.

—Estás loca? —la reprendió—. Te busqué como loco por la casa.

Judy volteó a verlo —Solo estaba aburrida de estar adentro, necesito que me dé el sol de vez en cuando.

—Podrías desmayarte de nuevo y estando aquí en la piscina si caes inconsciente puedes ahogarte, si eso pasara no te habría encontrado jamas.

—Estoy bien, no soy tan frágil como me veo.

—No tientes a la mala suerte, Judy.

Judy suspiro y estiro su brazo a Nick —Ven, siéntate conmigo, quiero contemplar esta mañana contigo.

—Mejor te llevo adentro.

—No soy una niña pequeña —musitó.

Nick optó por sentarse a su lado, no quería discutir con ella, esta vez le cedería la victoria del día.

—Así es como quiero recordarte —sonrió Judy mirando las ondas en el agua.

—A si? Como un galanazo?

—Si, claro y como un total sumiso —rió.

—Abusas de la situación —sonrió el pelirrojo—. Pero supongo que tratándose de ti, podría dejar que me usaras como un juguete.

—Un juguete sexual? —se volteó a verlo con una sonrisa coqueta.

—Lo que tu quieras, tesoro —la rodeó por la cintura para traerla a él.

Judy se recargó en su hombro —Ojala así fueran todos los días.

—Si —miraba hacia el horizonte—. Daría lo que fuera porque así sucediera todos los días.

Judy levantó su cabeza para verle a los ojos, Nick la miró, ambos se contemplaron algunos segundos, la sonrisa en la rubia no daba a cabida a la tristeza, estaba feliz, auténticamente feliz —Gracias por este verano.

Nick besó su frente tiernamente —Lo sé, fue el mejor de tu vida —se jactó.

Judy le dio un golpe en el estomago —Tonto.

—Sabes que me amas.

—Quisieras —Judy lo alejó con una risa.

—Ya —la jaló hacia el nuevamente—. Mejor dime más sobre ese accidente.

—No creo que haya mucho que decir —se acomodó el cabello detrás de la oreja—. Un idiota que seguramente iba ebrio se estrelló contra nosotras.

—Nosotras?

—SI, una amiga y yo, ella también venía ebria cuando chocamos.

—Eso la convierte en una idiota, no?

—No fue su culpa, el auto se había pasado la luz roja y se impactó con nosotras.

—Odio al sujeto que te causó esto entonces.

—Supongo —alzó los hombros—. No tiene importancia, creo que algún día recibirá su merecido, sino es que ya pagó por ello.

—No entiendo como es que estas tan tranquila al respecto...

—No quiero hablar de esto Nick, mira... —suspiró—. No quiero que el odio, la rabia y el porque la vida es injusta, o que Dios permita este tipo de cosas cuando hay asesinos o violadores alrededor del mundo se apodere de mi, no quiero que todos esos sentimientos sean lo último que experimente, ya lo sufrí, lloré todo lo que tenía que llorar en su momento, ya me enojé con la vida, conmigo, con el idiota que nos chocó, ahora solo quiero sentir alegría, estar bien, feliz, poder sentir el placer —sonrió bajando su mirada—. Y bien sabes qué tipo de placer.

Nick desvió su mirada un tanto apenado, sonrió ligeramente, entendía el punto, quería disfrutar la vida, cosa que las personas sanas no hacen.

—Los padres de Judy están aquí —anunció Finnick desde la terraza.

Ambos jóvenes voltearon y se pusieron de pie.

—Es irónico como tienes que estar desahuciado para poder vivir de verdad.

—Lo sé —afirmó la rubia—. Pero que podemos hacer? Así somos.

Nick volvió a mirar al horizonte, no tenía la mirada fija en algo a decir verdad solo estaba hundido entre sus pensamientos, sintió el calor de los labios de la rubia rozando sus mejillas, se giró para verla y la tomó con ambas manos, sintió un escalofrío por todo el cuerpo, como esa sensación de cuando das tu primer beso, su cuerpo se lleno de electricidad al sentir los labios de ella, no podía dejarla ir, con ella descubrió una parte de él que ni siquiera conocía: la parte que no era un idiota.

Continuara...