Bridgette aún no se podía acostumbrar al comportamiento de Félix, más bien al cambio. Y a decir verdad no sabía a quién prefería más. Al frio que parecía no poseer sentimientos, o al empalagoso que rebosaba de sus sentimientos amorosos y que se lo encargaba de expresar a cada segundo, pero aun asi y a pesar de que son novios. La actitud de Félix aun cambia radicalmente cuando lleva su disfraz y para Bridgette es difícil acostumbrarse a eso.

Porque era raro que al minuto que te esté insultando (con cariño) luego te esté llenando tu casa con rosas para decirte lo cuanto que te ama.

O al revés.

Ahora mismo Bridgette se encontraba en su habitación cosiendo unos de sus diseños muy concentrada, sin reparar que el gatito la había visitado. Por lo tanto su presencia la asusto, ocasionando que con su maquina de coser se lastimara el dedo indice y saliera por el mismo una gota de sangre.

— ¿Estas bien? —Pregunto preocupado el gatito mirando el dedo lastimado.

—Sí, no te preocupes se curara con...

Pero antes de que Bridgette pudiera terminar, Chat ya había tomado su muñeca dirigiendo el dedo a su boca.

—Con saliva —Le dijo, mientras el dedo se acercaba más a la misma y Bridgette sentía que se iba a derretir al ver como el índice se dirigía hacia allí.

¡No iba a decir eso! ¡Una curita! ¡CURITA!

Se dijo Bridgette a sí misma, mientras sentía que el dedo tardaba un milenio en llegar a su destino. Sintiendo que su sangre hervía y su rostro por igual al sentir como el aliento del felino chocaba contra su dedo.

No obstante antes de que su dedo sea succionado, lamido o lo que sea que iba a hacer el minino con su índice. La transformación de Chat Noir desapareció, mostrando a Félix, quien inmediatamente al verse liberado de la misma detuvo completamente lo que estaba haciendo.

Entretanto Bridgette notaba el sonrojo que se había instalado en las mejillas de Félix, el cual sería imperceptible si no lo tuviera tan cerca, quien de pronto como de forma inesperada y brusca llevo el dedo a su boca.

A la boca de Bridgette, quien para incredulidad de la misma en ese momento se encontraba chupando su dedo que al darse cuenta lo retiro al instante, pero antes de que pudiera decirle algo a Félix, él fue el primero en hablar, mientras ella observaba su espalda, ya que él se encaminaba a unos de los sillones para sentarse.

—Dijiste que se curaba con saliva ¿Quien dijo que sería la mía? —Repuso sintiendo calor al pensar en lo que casi había hecho y sentándose cruzo las piernas, desviando la mirada a un costado sin dirigirla a Bridgette, quien parpadeo perpleja y levantando del asiento busco una curita envolviéndose el dedo.

Mientras miraba a Félix quien estaba muy avergonzado porque a pesar de que era bueno en ocultarlo, Bridgette estaba segura que detrás de esa mano que Félix coloco debajo de su nariz, dándole un porte pensativo. Habia un sonrojo. Entonces con ese pensamiento, esbozo una dulce sonrisa, mientras lo observaba, ya que aunque ella no se podía acostumbrar a las dos actitudes que presentaba su novio.

A él lo amaba.

Es por ese motivo que no le importaba sus cambios radicales de actitud, aunque fuera tan difícil acostumbrarse.