Los personajes son creados por la escritora Kyōko Mizuki, uno de los seudónimos de Keiko Nagita, y la mangaka Yumiko Igarashi, seudónimo de Yumiko Fijii, publicado en Japón por Kōdansha Ltd. desde 1975 a 1979.

El camino hasta la mansión de Mac Gregor se hizo corto para la pareja, veían a todos lados temiendo que alguien los siguiera pero por la visto todo estaba saliendo de maravilla, el empleado encargado de vigilar la puerta les abrió sonriente la pareja era más que apreciada por todo en aquel lugar, el anciano al percatarse que eren ellos corrió a recibirles alarmado, prácticamente se acababan de marchar algo debía andar mal, no pudo más que sonreír al ver que Albert traia una maleta y un bolso a cuesta.

-¿Por lo visto la respuesta es si? enseguida mando a avisarle a mi abogado para que tramite todo.

-Espere señor pare su carreta que va muy deprisa, la rubia se ponía los brazos en la cadera en jarra, la expresión de felicidad de anciano se desvaneció y el rubio reía al verlo.

-No es eso, Elroy se le adelanto, mejor le explicamos adentro si aun esta en pie la oferta de venirnos a vivir con usted, la rubia entraba con la cara descompuesta después de nombrar a esa mujer.

-¿Cómo es eso? Mac Gregor estaba asombrado, según su amigo el tramite no tenia tanto tiempo de haberse iniciado.

-Primero instálense en sus habitaciones y descansen, yo voy a ver que puedo averiguar que es lo que esta pasando.

-Pues la policía estaba buscando a Candy, cuando llegamos al departamento nos encontramos con sorpresa, por poco nos cachan, esto es algo serio señor Mac Gregor.

-Ya te dije que me digas tío o solo William muchacho, el anciano movía la mano y se retiraba para hacer algunas llamadas, mientra ellos subía las pocas pertenencia que lograron sacar del departamento.

Ambos subieron para desempacar, no tardaron mucho porque Albert apenas tenia cinco camisas buenas que utilizaba en ocasiones especiales como ir a la iglesia o pasear los fines de semana con su amada Candy y un par de pantalones adicionales al que llevaba puesto, ella apenas tenia dos abrigos, cuatro vestidos de diario, sus uniformes dos pares de botines, lo más importante su amado cofre de tesoros, al verlo lo abrazo para luego colocarlo sobre la cama y salir corriendo para abrazar a su novio.

-Eres el mejor novio del mundo, dijo al verlos y lanzarse en sus brazos , él la levanto y le dio vueltas feliz de estar juntos, las risas se escucharon en toda la mansión, desde la sala Mac Gregor los escucho y suspiro con la esperanza de que decidieran quedarse, desde hace tanto tiempo no se escuchaban risas en su casa que aquello le alegraba el alma.

-Eres una escandalosa amor, le dijo el rubio al colocarla en el suelo, ello reía y se aferraba a él pues se había mareado con tanta vuelta.

-Lo siento es que me hiciste muy feliz, empacaste mi cofre , gracias, poniéndose en puntillas le daba un beso en los labios.

-Cambien traje las pijamas pero las metí en mi bolso luego te doy la tuya, necesitamos solucionar esto lo antes posible, aun me parece insólito que esa mujer loca es capaz de hacer.

-Así es ella Albert, siempre queriendo controlar todo y a todos ¿por qué ensañarse conmigo si ya no formo parte de su familia y no llevo su apellido?

-Eso es lo que debemos averiguar, todo es muy extraño, esperemos que el señor Mac Gregor logre averiguar algo.

Al bajar buscaron por todas partes a Mac Gregor hasta que el ama de llaves les indico que el señor les esperaba en su despacho, allí lo encontraron hablando por teléfono, al verlo les guiño el ojo y les hizo señas para que se sentaran mientras el terminaba de hablar, al parecer eran buenas noticias, tardo unos minutos junto al teléfono escuchando sin decir nada.

-Muchas gracias, averigua en cuanto tiempo puedo enviar a mi abogado para registrarla como propia, esto sera pan comido amigo, no sabes como te agradezco la ayuda, sabes que siempre estoy para apoyarte si es necesario.

-¿Qué fue todo eso? pregunto la rubia curiosa.

-El agradecimiento de un padre hija, Elroy Andrew utilizo todas sus influencias para que el tramite de repudiarte se hiciera en tiempo récord, así que... pronto serás toda una Mac Gregor, por ahora tendrás que permanecer escondida.

-¿Pero por qué? ¿Mi trabajo? no puedo faltar al hospital me van a botar, ella se levantaba de su asiento molesta.

-Es eso o ir a el convento de las hermanas de la caridad hasta que yo pueda legalizar tu adopción Candy.

-No entiendo señor Mac Gregor ¿Qué es exactamente lo que esta sucediendo?

-Es William o tío ¿Cuantas veces lo voy a repetir? y ese es otro asunto muchacho, esta mujer realmente se esta ensañando, alego que Candy llevaba una vida disoluta, que vivía con un hombre y tenia un novio en New york y no sé cuantas Barbaridades más, ¿Quien es ese sujeto hija? pensé que ustedes dos eran pareja.

-¿A caso esa mujer esta loco? Albert palidecía al escuchar tanto disparate, por instinto se levanto y abrazo de manera protectora a su novia, no era justo que la difamaran de esa manera cuando ella era una mujer recta y nunca había dado motivos de que hablar.

-Eso mismo quiero saber yo, el anciano solo observaba como él la protegía y ella se aferraba a él.

-Ella es mio prometida y no es novia de nadie, al único que conoce en New York es a un actor que estudio con ella y los chicos Conwell en el internado en Londres, la maldad de esta mujer no tiene limites.

-El poder del dinero hijo ¿Ves ? espero que ahora acepte mi propuesta, tu como Albert Mac Gregor , tendrás mucha influencia y podrás defenderte de esa mujer si yo llegara a faltar y ella como mi hija, seras tan influyente como él, y la verdad no hay otro camino, o aceptas ser mi hija o te arriesgas a que esa mujer te persiga y te meta aun convento, ella solo sollozaba sobre el pecho de Albert, no podía entender por qué la odiaban tanto.

-Aceptamos, dijo Albert sin pensarlo más, aquello era más de lo que su buen carácter podía soportar.

-Es la decisión más acertada hijo, Mac Gregor estaba complacido y feliz de que por fin entraran en razón.

-Pero si acepta ser un Mac Gregor no podremos casarnos, la voz de Candy se quebraba al decir aquello.

-No te preocupes hija, eso ya esta más que arreglado, resulta que mi primo tenia un hijo, el chico era un poco descarriado, antes de que iniciara la guerra el muy tonto se unió al ejercito, no por hacer nada heroico o por defender sus ideales, fue por escapar al compromiso que su padre había acordado con una mujer, la rubia abría los ojos asustada.

-¿Entonces Albert tendría que casarse con otra mujer? enseguida su llanto se hizo más copioso.

-No hija, deja que termine de contarte, resulta que la chica estaba enamorada de otro hombre y en lugar de hablar con sus padres se entrego a él al saberse comprometida, de esa entrega resulto embarazada, por supuesto mi primo enseguida anulo el compromiso, pero su hijo no se entero, cuando lograron localizarlo ya había estallado la guerra y no pudieron evitar que fuera al frente, oficialmente fue declarado perdido en acción, después de buscar logramos encontrar a uno de sus compañeros, él murió tratando de salvar a su mejor amigo, el cuerpo no pudo ser recuperado, este chico nos entrego un anillo que era de él, después de todo William era solo un chico que quería labrase un futuro por su propia mano.

-Pero esto no sería justo Se.. William, su sobrino no merece esto, su primo tampoco, Albert no entendía aquella locura.

-Créeme Albert que mi primo estará más que feliz que tu tomes el lugar de su hijo, bien pudieras ser tu, no recuerdas tu pasado, ademas le estarías haciendo un gran favor, su mujer perdió la cordura, y pues en parte me temo que fue por mi culpa.

-¿Cómo qué por su culpa? preguntaba la rubia y el anciano respiraba profundamente antes de sentarse abatido.

-Resulta que le envíe una fotografía de ustedes dos, quería que ellos te conocieran Candy, que los conocieran a los dos, su mujer al ver a Albert lo confundió con su hijo y le dio una crisis nerviosa, la tuvo que internar en un sanatorio.

-¿Ella se encuentra bien? Mac Gregor negaba con la cabeza.

-Esta muy enferma, el medico no le da muchas esperanza, Albert la idea de todo esto es de mi primo, yo le comente tu historia y le dije si me fuera posible adoptaría a Candy, y a él se le ocurrió que tu podrías pasar por su hijo y que en recompensa serias su heredero, ellos solo tuvieron un hijo, y pues ya no tiene a quien heredarle sus vienes, solo quiere que su mujer viva sus últimos días en paz, con todo esto que esta sucediendo no solo se beneficia él si ustedes también.

-¿Podrías por favor pensar en esto como una posibilidad? tendrías dos meses para pensarlo, el clima de Escocia no es favorable para la salud de Melina y se nos ocurrió que seria bueno que se vinieran después de todos somos los últimos Mac Gregor en linea directa y nuestro Clan se unirá a otro por no tener herederos, el anciano se levantaba de hombros.

-¿Eso le afectaría mucho a usted? Albert preguntaba porque estaba preocupado por él y por que si su Candy era una Mac Geregor aquello podía llegar a afectarla a ella también, las cosas estaban bastante complicadas en ese punto.

-Moralmente si, económicamente no, cuando era joven vi como mi tío casi inicia una guerra contra mi padre por dinero, gracias a Dios mi primo y yo eramos muy unidos y acordamos establecer algunas inversiones juntos, hacernos de un patrimonio al margen del Clan y nos fue bien, tenemos una buena fortuna aparte de lo que nos corresponde por derecho, cuando nosotros no estemos ustedes podrán decidir si mantenerse sujetos al el Clan o separase de el, eso era algo que habíamos acordado hace mucho tiempo no íbamos a permitir que se repitiera la historia de William, lamentablemente ella no lo sabia, la ultima frase escapo de los labios de Mac Gregor sin querer.

CONTINUARÁ...