Fairy Tail y sus personajes no me pertenecen.
Perfecto para ti
Dos
Las luces de la habitación se encendieron y la persona frente a ellos parecía realmente sorprendida de verlos allí, luego su expresión pasó a ser de pánico. No supo como habían encontrado su nueva dirección en aquel barrio de los suburbios, no es como si le hubiera hablado a alguien de la casa donde había "escapado" desde ayer, pero Gray estaba sentado en la mesa principal de la sala con un vaso frente a él al cual miraba atentamente, una botella de vodka recién abierta en la mano y un habano en la otra. Había varios papeles esparcidos por la habitación y no tenía que ser un genio para pensar que seguramente el resto de la casa había sido registrada en su ausencia. Natsu Dragneel se encontraba un poco más allá cruzado de brazos apoyado en la pared con manchas de humedad mirando la escena con una expresión que no supo descifrar, Jorge dirigía miradas rápidas a ambos pero mantuvo su postura cuando sintió los ojos grises sobre él. Sabía porque estaban allí, claro que lo sabía pero era mejor hacerse el tonto, ¿verdad?
—Señor.. Que honor tenerlo aquí. No sabía que me buscaba… ¡Ey Natsu, hombre tanto tiempo! ¿Tu también por aquí? ¡Pensé que seguías en Italia! Eso me dijeron los muchachos ¿No nos veíamos desde hace…
—Desde lo de tu madre. —Interrumpe con voz ronca. — Aunque he mantenido el contacto con ella. —Agrega divertido.
—Tu hijo de perra, creí que eso…
—¡Joder, hermano! Es que tu madre si que es caliente. —Sus palabras fueron acompañadas por un movimiento de manos que marcaban exageradas curvas femeninas.
—Cierra tu puta boca. —Se arrepintió apenas lanzó esas palabras, sus manos se cerraron en puños y mordió el interior de su mejilla.
—Tranquilo bro, la puta será ella que me sigue llamando o le habré dado algo que le gusto demasiado. —Y el movimiento de su pelvis mientras dejaba escapar un fingido gemido solo volvió el ambiente más tenso.
—¿Fuego? —Preguntó Gray terminando con aquella estúpida pelea. El hombre asintió buscando con cierta desesperación en el bolsillo hasta dar con el mechero. Se acercó dejando el encendedor en la mesa de madera cerca del vaso y con un gesto Gray lo invitó a sentarse a su lado, en la única silla que quedaba de pie en la sala. Jorge obedeció, no es como si tuviera más opción. Entonces todo se volvió oscuro para él. Su cabeza había sonado con fuerza contra la mesa y unas gotas de sangre empezaban a correr.
—Mierda. —Se quejó Natsu. Y lo tiró hacia atrás jalando de su cabello rubio. —Te juro que no quería matarlo, estaba obedeciéndote.
—Esta vivo. —Respondió Fullbuster encogiéndose de hombros. Luego le hizo un gesto con la mano para que se encargue de lo siguiente que era atar las manos, pies y cuerpo de Jorge a la silla. Natsu volcó un poco del contenido del vodka por todo el pecho y Gray asintió, conforme.
Pasaron unos minutos antes de que Jorge volviera a tomar conciencia. Minutos en lo que la habitación estuvo sumergida en un frío silencio, el sonido de la noche afuera era lo único que llenaba el ambiente y aquello tensaba a Natsu.
—¿Qué demonios? ¿Qué esta pasando?
—¿No es esto asombroso, Jorge? Un milagro, has sobrevivo a semejante golpe. —Natsu dijo fingiendo alegría, Gray se limitó a hacer una mueca. —Seré breve porque realmente me estoy cagando y he mirado en tu baño, no tienes papel higiénico, podría haber usado la cortina ya sabes pero quiero ser un buen invitado después de todo…
—Natsu. —Interrumpió Gray.
—Oh claro, bueno. A lo importante… Las cosas no salieron del todo bien esta noche. Y nos preguntábamos, que tal vez, tu Jorge querido, sabrías algo del por qué las cosas no salieron del todo bien…
—No.. No sé… —Jorge miraba con desespero a los hombres, y empezó a olfatear a su alrededor dándose cuenta que estaba bañado en alcohol. —¿Qué…carajo… Natsu, hombre, amigo, no he hecho nada, no tengo idea de que están hablando.
—¡Claro que tienes idea! —Natsu sacó su arma para más desesperación de Jorge y se entretuvo un rato colocando el silenciador. —Mira, te ayudaré para que veas que soy buen hermano, te ayudaré a recordar, hoy llegaría una gran cantidad de droga, mucha, joder, ¡toneladas! Pero alguien abrió el pico a gente a la cual no tendría que haber abierto el pico, y yo… Y obviamente el señor Fullbuster, pero especialmente yo, creo que tienes algo que ver, querido Jorsh.
—Te juro que no… Diablos Natsu, no, no he hecho nada. —Jorge exclamó casi en lágrimas.
—Bien, lo intente. No digas que no lo intente. —Dijo golpeando el hombro de Jorge amistosamente. — ¿Lo has escuchado, Gray? Dice que no sabe.
Gray miró fijamente a Jorge mientras encendía el habano y le daba una buena calada.
—Hai viaggiato in Colombia?
Hubo un silencio. Natsu puso sus ojos en blanco. —Responde, idiota. ¿Has viajado a Colombia?
—No señor.
Gray dio otra calada levantándose de la silla, se paró frente a Jorge y le pidió que abriera la boca, en ella colocó el habano pidiéndole que no lo deje caer, su cuerpo estaba bañado en alcohol.
—Sigue. —Ordenó con voz autoritaria buscando sobre la mesa el arma a la cual Dragneel le había colocado el silenciador.
—¡Segundo intento! —Celebró Natsu. —Deberías estar feliz, demonios, eres como un privilegiado o algo así, el Don realmente quiere saber quien fue el que hablo asi que hoy tenemos un poco más de paciencia y bueno, ¿harás esto más fácil? Porque te recuerdo que me estoy cagando entonces no es tan fácil para mí, nada fácil a decir verdad, llegaremos a Navidad si sigo esperando y me haré en mis pantalones, ¡no! Mejor, me haré sobre ti. Asi que habla de una vez. —Jorge balbucea algo, mirando con terror el habano en su boca. No puedo permitir que se caiga. —¿Qué?! No te entiendo nada, bro. Es como si tuvieras una polla en la boca. —Ríe. Se detiene con cara seria. —Es gracioso, ¿por qué no te ríes? Oh claro. —Dice finalmente. —El habano.. Permiso. —Se lo saca entre los dientes.
—Nat…Natsu, bro, amigo, te juro que no, te juro que no sé.
—¿Pero sabes quién? —Natsu nota la duda en los ojos de Jorge. —Bien, si sabes. ¿Quién? —Jorge no responde. Natsu tensa la mandíbula y con violencia vuelve a poner el habano entre los dientes del otro.
Gray quién ha estado observando la escena se acerca, tranquilo pasa una mano por sus cabellos negros peinándolos hacia atrás, su paciencia se acaba, no estaba de buen humor. No después de que fue interrumpido a mitad de la madrugada y tuvo que abandonar el cabaret. — ¿Quién? —Pregunta, imitando a Natsu. —Me haces perder tiempo… —Puede formular la oración con su básico español pero sin poder evitar su acento cantarino. Gray levanta el arma y apunta a su frente. —¿Quién? —Jorge comienza a moverse desesperado, la sangre de su frente comienza a mezclarse con lágrimas. Gray se enoja ante aquella imagen. ¡Los hombres de Cosa Nostra no son débiles! Baja en un movimiento rápido el arma disparando en la rodilla, Jorge ahoga un grito para no dejar caer el habano y sus lágrimas salen con más fuerza.
—Esta es la parte donde digo… Te lo dije, bro. —Natsu se encoge de hombros. Se acerca y saca el habano.
La noche se les hace larga, demasiado, Dragneel tiene su camisa blanca bañada en sangre, tuvo que cortar tres dedos de la mano derecha de Jorge para que el maldito hablara, para que dijera un puto nombre, y como estaba demasiado cabreado termino por romperle la quijada, no, no lo había matado… No dio el golpe final, pero los chicos iban a encargarse de él, o eso había ordenado Gray y Natsu no iba a desobedecer a Gray.
Cuando salieron de la casa Natsu intentaba limpiar sus manos con un trapo que vaya a saber Dios de donde lo había sacado, Gray había encendido un cigarro y tendió la cajita hacia el pelirrosado en invitación.
—No, pasó esta vez, señor.
Gray se encoge de hombros y guarda la caja de cigarros en el bolsillo interno de su blazer. Da una calada larga a su cigarro y deja ir el humo junto a un gran suspiro que intenta pasar disimulado.
— ¿Le preocupa algo? —La voz de Natsu se vuelve a hacer presente. A Natsu le había sorprendido cuando su jefe le pidió que ahora en adelante le hablara en español para poder acostumbrarse al idioma, que quería manejarlo de la mejor manera posible pero obediente como era tampoco cuestiono y se limitó a hacer caso.
—Debemos ir hotel. Querer… Quiero, —corrigió. — Arreglar esto, si Silver se entera. —Gray sacudió su cabeza, no andaba con ánimos para lidiar con su padre, no ahora. —Deber solucionar esto pronto.
—Gray, se supone que esto ya está casi solucionado, ¿no? —Natsu fregaba con intensidad el trapo contra su pecho intentando limpiar un poco la sangre de su camisa sin éxito alguno. — La droga en vez de llegar por aire llegará por el puerto y solo debemos conseguir un nuevo sujeto que este ahí con el vehículo para llevarlo a los galpones en Madrid. Conseguiré a ese bastardo apenas lleguemos al hotel, deja de preocuparte.
Fullbuster no dijo nada, solo hizo un pequeño movimiento de cabeza con el cigarrillo entre sus labios, había perdido dinero con el maldito bastardo de Jorge, y ahora tenía que solucionar su puto problema con el nombre que le habían dado: Porla.
A Gray le sonaba demasiado aquel nombre, pero no recordaba exactamente de donde, esperaba que el muy desgraciado que había arruinado su noche disfrutara del poco tiempo que le quedaba para respirar.
La muchachita de ojos verdes gritó entusiasmada mientras ponía la llave en la puerta y entraba al departamento que compartía con Juvia. Juvia le hizo un gesto con la mano para que bajara el volumen, ellas no vivían solas en el edificio, las paredes eran delgadas y no sería la primera vez que al regresar del trabajo por la madrugada las "retaran" por ser un poquito escandalosas.
— ¿Me estás diciendo que te invito a una cita? O sea, ¿cómo cita REAL?
—Supongo. —Respondió Juvia mordiendo su labio inferior en un intento de ocultar su propia gran felicidad. —Nunca he tenido una cita, yo no sé… No sé.
— ¡Pero vas a tenerla! Que lindo, Juv. Todo esto es tan romántico. Maldita perra desgraciada, ¡tu suerte!
—Claro, soy una suertuda, por eso mi vida es tan gloriosa. —Juvia alzó una ceja y se dejó caer cansada sobre el sillón. El único en todo el departamento. —Solo, no quiero ilusionarme… Él esta noche simplemente se fue, su móvil sonó y de un momento a otro estaba diciéndome que debía irse, ¿lo habré asustado? Tal vez se arrepintió, tal vez no quiere la porquería de cita, ¿quién iba a querer una cita conmigo?! —Su entrecejo se frunció a la vez que sus ojos azules perdían aquel brillo alegre que tenía segundos atrás.
Meredy imitó el gesto de su amiga y se cruzó de brazos. —¿De qué demonios estas hablando? —Se dejó caer a un lado de Juvia. — ¡Juv tu eres una linda chica! Cualquier hombre querría tener una cita contigo, ¿qué… qué mierdas estas diciendo? ¡Ese idiota se muere por tener una cita contigo!
— ¿Debería esperar qué el me llame? Tal vez, no sé… ¿Debería llamarlo?
— ¿Qué?! ¡No, no, no, no! ¡Tu no llamas a nadie!
—Pero hace un segundo tu me estabas diciendo que… —Juvia lucía confundida, Meredy refunfuñó algunas palabras por lo bajo.
—No tienes que llamarlo tú, tienes que esperar que él llame, así funcionan las reglas.
— ¿Qué reglas? —Pregunta divertida. Meredy parece preguntárselo por un segundo.
— ¿Las reglas del cortejo? —Dice con un poco de duda su amiga. La sonora carcajada de Juvia se escucha por toda la sala.
— ¡Estamos en el 2016, Mere! Y Gray no me esta cortejando, has sido testigo de como nos conocimos, no creo que el sujeto quiera hacerme su novia o algo por el estilo, él solo esta de paseo por España y quiere un poco de compañía.
—Claro, por eso pierde miles de euros por pasar una noche de charla contigo en tu trabajo, es su manera de decirle al mundo que tiene un fetiche por la charla. Dios, eso es raro. ¿Y si el sujeto es asexual? ¿O es un asesino serial en busca de chicas inocentes? ¡Ay no! Ya no quiero que vayas a esa cita.
—No creo que sea asexual, Meredy, tampoco un asesino serial. —Rie suave. — Eso suena un poco extraño.
—Pero Gajeel dijo que es un mafioso. Tampoco es seguro Juv.
—Gajeel es mafioso, por si te olvidas.
— ¡Pero es diferente!
— ¿En qué mierda es diferente? Le mandaré un mensaje, le diré si nuestra cita sigue en pie e iré a pasar la tarde con él, estaré a las diez para el trabajo sana y salva. Te mantendré informada al respecto.
Meredy no parecía muy conforme pero Juvia de todas formas mandó el mensaje, la respuesta no llegó hasta el mediodía, Gray le pedía disculpas por haberse ido de forma un poco imprevista y confirmaba lo de su cita aquella tarde, Juvia se sorprendió así misma sonriéndole a la pantalla y aquello no podía ser una buena señal, definitivamente no era una buena señal. Tenía un par de horas para arreglarse, por qué sí, quería verse linda. Corrió al baño y se permitió cantar a todo pulmón en la ducha mientras deslizaba sus manos por su cabello mojado intentando lavarse el shampoo.
Cuando salió del baño envuelta en una toalla le dedicó una radiante sonrisa a su mejor amiga la cuál tan solo rodó los ojos en señal de disconformidad. Juvia buscó en lo profundo de su cajón ropa interior a juego, una bonita y delicada ropa de encaje que guardaba para momentos especiales… Lástima que nunca tenía momentos especiales, así que decidió que ese sería uno. Se preguntó cómo debía vestir, Gray no le había mencionado a donde iban a ir. Y las pocas veces que había visto al hombre siempre se veían tan formal, tan serio, vistiendo tan bien en aquellos trajes. Juvia no tenía ropa formal, al menos no algo que podría ponerse para estar a la altura de Gray. Intentando que aquello no la afectara se puso unos jean negros que ajustaban demasiado sus muslos y una blusa blanca con volados que si bien tenía escote no era revelador, se secó el pelo y dejó que sus ondas cayeran por debajo de sus hombros, le gustaba llevar el cabello suelto, en los pies se calzó unas sandalias negras con algo de tacón, y colocó un poco de maquillaje en su pálido rostro, aunque no era nada comparado con la cantidad que debía usar en el trabajo. Miró la hora en su móvil y se sorprendió de que ya fuera casi la hora. Guardó cosas necesarias en su bolso y antes de salir se despidió de Meredy con un sonoro beso en la mejilla, su amiga que estaba sentada viendo la televisión le gritó que la mantuviera informada para después agregar un "Buena suerte", Juvia le tiró un beso en el aire y le sonrió antes de cerrar la puerta del departamento.
A Juvia casi se le encoge el corazón al ver a Gray fuera de su edificio, apoyado en el auto cruzado de brazos mirando hacia el suelo, supuso que notó su presencia porque enseguida los ojos grises la observaban, contuvo el aliento al ver como aquellos finos labios se curvaban hacia arriba en una tentadora sonrisa.
—Hola. —Saludó tímidamente. Gray la miraba tan fijamente que no sabía si había parpadeado o no desde que cruzaron miradas.
—Hola. —Devolvió el saludo una gruesa voz. —Estas, estas hermosa.
—Oh… ¿Gracias? —Juvia se sintió un poco mal porque estaba segura que Gray simplemente lo decía por ser cortesía, viendo con detalles pudo notar el hombre vestía un traje, zapatos, ¡siempre tan formal! ¡Siempre luciendo con tanta elegancia! Ella no podía pararse a su lado y tener una cita. —Tu también te ves hermoso.
—¿Mn?
—Hermoso, yo, es decir… Te ves bien, elegante, tu traje. Oh dios, estoy siendo patética, ¿no?
Gray no había entendido muy bien las palabras de Juvia, pero dedujo de alguna manera que todo había sido un intento de halago y las mejillas rojísimas de su invitada casi se lo confirmaban. Sonrió coqueto y apoyó su mano en el mentón de Juv para poder alzar un poco su rostro.
—Grazie…
—¡TU! —Se escuchó de repente, Juvia frunció su frente, ella conocía esa voz. Gray observó hacia arriba, donde una cabellera rosa se asomaba junto a unos brillantes verdes que parecían bastante amenazadores. —¡Si llegas a sobrepasarte con ella te juro que cortaré tus bolas y se las daré de comer a mi perro!
Tal vez amenazar a un mafioso no era una buena idea, tal vez favorecía que Gray no haya entendido gran parte de la oración o que la situación en sí le había hecho gracia sabiendo en primera instancia que la muchachita no hablaba en serio, o al menos eso quería creer.
—Oh por todos los cielos… —Juvia fulminó a Meredy con la mirada. Y una risita la hizo voltear. — Lo siento, eso… Ella por lo general es buena persona y no anda amenazando gente por ahí, ni siquiera tenemos perro.
Gray alzó ambas manos hacia la chica que seguía colgando con su cabeza hacia afuera. — Portaré bien… Muy bien.
—Más te vale, italiano, capisci.
Juvia quiso ocultar lo emocionada que realmente se sentía por subirse a un Ferrari FF, ¡pero a ella le encantaba la velocidad y no creyó nunca que podía tener esa posibilidad! Su sonrisa era radiante, tan grande que contagiaba a Gray que también sonreía tontamente.
— ¿Dónde iremos? —Preguntó la muchachita mirando por la ventanilla, las calles de Barcelona haciéndose paso. La gente paseaba, los niños corrían. Era una hermosa tarde.
— ¿Dónde tu querer? —Gray hizo una mueca, sabía que eso no había sonado bien.
— ¿Yo decido? —Gray asintió con una pequeña sonrisa en el rostro. — Pensé que tenías algo pensado.
—No. —Juvia no quiso que aquella simple palabra le afectara tanto como lo hizo. —Solo querer pasar más tiempo contigo.
Maldición, aquel hombre iba a terminar por volverla loca.
Gray se notó observando de por más a Juvia en aquel parque mientras la mujer intentaba tomar una flor de un árbol, ella lucía tan inocente, tan hermosa ante sus ojos que no entendía cómo es que alguien con tanto ángel podría haber terminado en aquel lugar donde se conocieron. Fullbuster no iba a engañarse, no sabía que demonios estaba haciendo, él no pretendía perder tiempo de esta manera pero el deseo y las ganas de pasar tiempo con Juvia eran cada vez más grandes, cada vez las podía ocultar menos, y ¡maldición! Era un poco molesto, pero a la vez encantador, porque ella estaba allí, luciendo hermosa, y Gray jamás había visto mujer más hermosa en su vida. Se acercó, Juvia lucía rendida a no poder alcanzar la flor que estaba en una rama justo encima de su cabeza, por más que estiraba su brazo ella no llegaba, no se dio cuenta de la cercanía de Gray hasta que tuvo que apoyar una mano en su pecho para no caer, sus ojos se encontraron con timidez, sin perder el contacto visual, Gray alzó su brazo, tomó la flor que de un tirón abandonó la rama, se la ofreció a la mujer frente a él, mejillas rosas, labios sonriendo, mirada brillante ante un atardecer que se ocultaba justo frente a ellos, en un parque escondido de Barcelona y en ese mismo momento, en aquel mismo lugar, jurando por Cosa Nostra él juro:
Juvia sería suya. Solamente de él.
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Continuará.
Hola! Mm no tengo mucho para decir hoy, creo. Oh, me gustaría que me digan que opinan de la personalidad de Natsu. Agradecer a Mou y a Sele por sus consejos a la hora de corregir el capítulo. Aunque no esta totalmente corregido, lamento si tiene algún error o algo, solo le di una leída rápida pero quería subir capítulo lo antes posible. Emmm
Quiero dedicar este capítulo a Chachos, ya te agradecí por mensaje privado pero bueno, otra vez gracias :) Espero que definitivamente ya estes mejor de tu gripe. Un beso enorme!
Como siempre, gracias por leer, por sus palabras, por sus mensajes, por los favoritos, y todo eso que ustedes saben (?)
Nos leemos pronto.
Sugar.