El último capítulo de esta mini-historia, gracias por todos sus reviews y les agradezco a todos por leer esta historia de esta humilde escritora. Les agradezco de corazón TwT Y sin má que decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 3.
Sus cumpleaños.
Félix Agreste, heredero de la fortuna Agreste y vice-presidente de la compañía de moda de su padre. Había dejado su carrera de modelo hacía muchos años para dedicarse a los negocios de la compañía, su padre seguía siendo el presidente aunque iba a buscar un sucesor en el futuro, no forzosamente su hijo, cosa que agradeció Félix en silencio sabiendo lo que significaba. No, no era que Félix no se creyese capaz de ser el presidente, lo era, era un genio en los negocios y tenía un ojo y gusto tan bueno como su padre, pero no quería quedarse a vivir en una oficina como su padre por el bien de la compañía. No, la compañía no era su vida. Él ya tenía una vida fuera de aquellas paredes.
Marcando el reloj las seis en punto se levantó de su silla y tomó su saco que era parte de su traje gris oscuro, Félix había cambiado en esos años, su cabello era un poco más corto y peinado hacia atrás dándole un aire serio y maduro, aunque a la vez, se veían algunos mechones ir al frente y eso lo hacía ver también más juvenil, aparte de la estatura su físico se era más fornido y los hombros más anchos. Toda mujer que lo veía se enamoraba de él casi al instante, aunque cuando lo conocían se daban cuenta de su error. Salió de su elegante oficina siendo despedido por la secretaria, este igual se despidió con un gesto de mano y salió de allí en dirección a su hogar. Al llegar estacionó su auto en la cochera y bajó con un regalo en cada brazo. Ya no vivía en la mansión Agreste, ese lugar le traía recuerdos en su mayoría llenos de soledad, por lo que había optado por vivir en un barrio tranquilo, una casa un tanto grande y con jardín incluido. Apenas se paró en la entrada cuando la puerta se abre y Bridgette le recibe con una sonrisa.
-Bienvenido Félix.- él sonríe levemente y entra, Bridgette había cambiado un poco en ese tiempo, sus rasgos eran un poco más finos, eso la hacía ver hermosa y conservaba esa dulzura que siempre le caracterizaba, tenía el cabello suelto, se lo había cortado hasta quedar un poco encima de los hombros, y ese día tenía puesto un sencillo vestido melocotón con un estampado de flores en la falda y un suéter color rosa haciéndola ver tan hermosa. Nadie creería que ya superaba los treinta.- ¿Te fue bien hoy?
-Sí…un poco pesado, los inversionistas quieren poner sus condiciones pero no tienen ese libre albedrío sino ponen de su parte.- Bridgette tomó uno de los regalos y Félix aprovechó para aflojarse la corbata al tener su mano libre.
-Ya veo…que problema.- dio la vuelta para dejar el regalo en la sala cuando siente como Félix se pega a ella y la abraza.- ¡Fé-Félix! ¿Q-Qué haces?
-Mmm, my lady, quiero jugar un poco.- enterró su nariz en su cuello, olía tan bien, ese dulce aroma a vainilla que tanto le gustaba.
-Félix…no podemos…
-Tenemos tiempo.
-N-No es eso…
-Entonces qué…- entonces puede ver asomándose por el sofá una cabecita de cabellos oscuros con un pequeño mechón sobresaliendo y unos ojos de un azul parecido a los suyos.
-Papi ¿a qué vas a jugar con mami?- preguntó la pequeña niña aun escondida en el sofá. Félix se aclara la garganta y algo sonrojado se separa de su esposa.
-Pues…- Bridgette es la que responde.
-A las cosquillas Felicia, ¿quieres jugar?
-¡Sí quiero!- la pequeña de cuatro años salió de su escondite, era como ver a una versión miniatura de Bridgette pero con aquel azul de los ojos de Félix. La pequeña se acercó y Félix la cargó dejándose abrazar por su pequeña hija.
-¿Fuiste buena niña hoy?
-Sí y no.- Félix arqueó la ceja y Bridgette sonríe esperando a que le cuente la pequeña su día.- Me fue bien en la escuela, leí un cuento entero yo solita pero Joseph es un tonto, se cree que sabe leer y se inventa cosas. Me hizo enojar hoy.- Félix sonríe un poco divertido por el relato sobre el hijo de su amigo Allan y suspira.
-Yo también me enojé un poco hoy. Así que estamos iguales princesa.- le dio un beso en la frente y ella se ríe dándole un beso en la mejilla a su padre. La deja en el suelo y ella ve los regalos.
-Son grandes.
-Felicia no son para ti. Son para…- pero antes de que Bridgette dijera algo su hija le contesta.
-Ya sé, como quiera yo ya sé que quiero para mi cumpleaños y eso no se da en caja.
-Si es sobre la mascota…- Féliz se quita el saco y su hija niega con la cabeza.
-Nop, es otra cosa.- ambos padres se miraron interrogantes antes de que la niña se fuera riendo. Félix se sienta en el sofá y Bridgette le abraza por detrás.
-Tranquilo. Ya estás en casa.- Félix asiente levemente, toma la mano de su esposa y la besa.
-Felicidades.
-¿Eh? ¿Por qué me felicitas?
-Porque el día de hoy nos diste a ti y a mí la más grande de las dichas. Es como nuestro otro cumpleaños. Y te adoro por eso. Gracias Brid.- ella sonríe y revuelve un poco su cabello quitando ese peinado perfecto y guiando su cabeza hacia atrás.
-Felicidades también Félix.- ella lo besa en aquella posición y Félix pone su mano en la cabeza de su esposa para profundizar un poco más el beso, al final ella muerde y lame su labio inferior y se separa de él un poco.- Esta noche te daré tu regalo.
-Y esperaré con ansias my lady…- en ese momento del bolsillo del saco sale un molesto Plagg.
-¿No pueden ser más cursis? En serio, me van a hacer vomitar.
-Sino te vomitas con el olor de tu queso nada más lo hará.- le dijo Félix haciendo enojar un poco a su kwami. Hasta que Tikki entra a la sala.
-Tranquilo Plagg, no te debes enojar.
-Galletita, solo míralos, tan cursis.
-Son esposos y se quieren. No pueden evitar amarse.
-Al menos deberían poner un aviso antes de ponerse así.- se quejó el pequeño kwami y Bridgette se ríe entre dientes.
-Está bien, te avisaremos cuando queramos privacidad.
-¡Gracias! Una mujer sensata.
-Plagg…- el tono de Félix le advertía que no debía seguir hablando cuando escuchan ruido afuera. Bridgette se separa de Félix.
-Ya llegaron, recíbelos.- Félix asiente y se levanta del cómodo sofá. La puerta se abre y dos niños rubios de 11 años entran a la casa.
-"Feliz cumpleaños Max" Muah, muah.- se burlaba uno y el otro estaba un poco sonrojado y molesto.
-¡Ya cállate! Solo fue un tonto beso en la mejilla.
-Pero te gustó que Sophie te lo diera.- el otro hermano se sonrojó.
-Alex eres un…
-Bienvenidos.- Félix mira a sus hijos que parecen sorprendidos de verle.
-Papá, estás aquí creímos que te habías ido de viaje.- dijo uno de los gemelos, éste vestía unos jeans, tenis, y una camiseta negra con un estampado de huella de gato verde, su cabello estaba peinado de lado en un corte juvenil, era quien estaba molestando a su hermano.
-Mi viaje a Berlín será hasta mañana, no iba a perderme su cumpleaños este año.
-Pensamos que era hoy.- le dijo el otro que parecía casi una copia de él de joven, con una camisa blanca y un saco negro, aunque igual que su hermano vestía unos jeans y tenis, pero su cabello en definitiva se parecía a como él antes lo tenía. Pero aunque muy parecidos era obvio que eran tan diferentes también.
-La última vez estuve fuera, no quise dejarlos esta vez.- se acerca y pone sus manos en sus cabezas.- Feliz cumpleaños, Maximilian y Alexander.- ambos hermanos sonríen y entonces escuchan la risa de Bridgette que tenía en sus manos un pastel de chocolate con fresas encimas.
-Felicidades mis amores. ¿Quieren pedir un deseo?- acerca el pastel que tenía ya unas cuantas velas encima, ambos gemelos las soplan y pronto todos se sientan a comer un poco de pastel, a excepción de Félix que bebía su usual café negro mientras sus hijos hablaban de su día y como sus compañeros los habían celebrado. Recordó cuando nacieron, tan pequeños, tan frágiles y cuando abrieron sus ojos para verle y notó ese azul tan brillante de su Bridgette en ellos, por primera vez no pudo esconder las lágrimas frente a quien se había convertido en su mujer. Decisión de la que nunca se ha arrepentido.
-Wow…- Alexander sonrió al ver su regalo, una espada de esgrima y un casco protector.- Genial, ¡muchas gracias! Ganaré el próximo, torneo.- mientras que su otro hermano abrió su regalo y sonrió.
-Gracias papá, gracias mamá.- Maximilian tomó el telescopio que le habían dado.- Lo cuidaré mucho.
-Anda que lindo, puedes invitar a Sophie para ver las estrellas contigo.- el chico se sonrojó ligeramente y frunció el ceño.
-No digas tonterías…
-¿Hablan de Sophia?- preguntó Bridgette que ya recogía los platos.- ¿La próxima vez podría darles algo para que ella se lo entregue a sus padres? Hace tiempo no veo a Allegra y Claude.
-/Claro/- respondieron al mismo tiempo, pronto ambos hermanos se fueron a sus cuartos y Bridgette notó lo pensativo que estaba Félix.
-¿En qué piensas?- para sorpresa de ella la toma de la cintura y la sienta a lado suyo.
-Gracias por estar conmigo.- la abraza apoyando su cabeza contra la suya, Bridgette se ríe y corresponde a aquel abrazo.
-Gracias por siempre estar a mi lado chaton.- parecía que iban a besarse nuevamente pero Félix siente como alguien jala sus ropas y ve a su pequeña hija en pijama.
-¿Aún despierta princesa? ¿Qué pasa?- la toma y la sienta en sus rodillas.
-Les quiero decir lo que quiero para mi cumpleaños.
-Oh, ¿y qué es?- preguntó Bridgette.
-Esto.- en su mano tenía un papel doblado, cuando lo desdobló Félix ambos se sonrojaron al leer la palabra "Hermanita" en la hoja.- Quiero ser la hermana mayor.
-Pe-Pero Felicia, un bebe no se encarga así como así y…- Bridgette intentó hablar pero la lengua se le trababa.
-Plagg dice que si se puede, no me importa si es niño o niña.
-¿Plagg dijo eso?- preguntó Félix con un ligero tic en el ojo.
-Sip, y también me dijo que si se daban prisa en nueve meses ya estaría mi hermanito o hermanita en casa.
-Ah, ya veo… Brid, ve a dormir a Felicia, ya es tarde para ella, en un momento las alcanzo.
-Vamos mi amor. Te leeré un cuento.
-Yo lo quiero leer mami.
-Está bien, eres tan inteligente como tu padre.- Bridgette cargó a su hija.- Tikki vamos.- la pequeña kwami siguió a su portadora dejando solos a ambos gatos. Plagg apenas se asomó por la cocina pero cuando Félix lo volteó a ver pudo ver una clara aura oscura alrededor de él.
-Plagg…
-Fu-Fue una sugerencia. No lo tomes tan apecho. Además, tú tienes la culpa por no darle ese hámster a tu hija. Y no es como si no te gustara el proceso de hacer niños. Tú…
-Espero que el maestro encuentre pronto a tu nuevo portador, porque tus días están contados.- Plagg sintió un escalofrío y desde el pisos de arriba se escucharon los ruidos de Plagg escapando de Félix. Los gemelos se asomaron justo cuando su madre pasaba con su hermanita.
-/¿Otra vez Plagg?/- preguntaron a la vez y Bridgette asintió. Tikki suspiró y se tomó la cabeza.
-No importan los años que pasen, siempre será igual.- Bridgette se ríe a lo que dice su kwami, tenía razón, ambos eran gatos incorregibles, pero se querían, a su manera. Como sea, había sido un buen día. Y disfrutarían juntos de muchos cumpleaños juntos. Aunque ahora tal vez ya venía siendo hora de platicar si era buena idea traer al hámster o comenzar a practicar para traer al siguiente miembro de la familia. Bien, ya lo discutirían con más calma en la patrulla de esa noche y aprovechar ser Ladybug y Chat Noir mientras puedan. Después de todo pronto cederían sus lugares a dos nuevos portadores. Escuchan un ruido fuerte y se ríe.
-¡EL APIO NOOOOO! ¡SÁDICO!
-Mami, ¿qué hace papi con Plagg?
-Nada hija, solo dándole un regalo adelantado de cumpleaños.
….
Espero lo hayan disfrutado, dejen reviews, por favor no me tiren de golpes o tomatazos. Y seguiré escribiendo de esta pareja que todos queremos. Gracias por leerme y sin más, hasta la próxima! XD