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Primavera

Sasuke le había dicho que la quería.

Se lo dijo a través del gesto familiar que había llegado a su frente, cuando él se estaba marchando de la aldea después de la guerra.

Se lo dijo cuando volvió de aquél viaje de redención y él mismo pasaba casualmente fuera de su casa, encontrándose ambos en la puerta, muy temprano en la mañana. Sakura sonríe —quizá la extrañó.

El Uchiha se lo decía con los ojos, cada vez que iban de misión juntos y ella se quedaba atrás por alguna razón. Las miradas se encontraban; ambos hacían lo posible para que no se notase y que la situación no se tornara incómoda. Él disimulaba mejor que ella.

Cuando la buscaba en silencio y cuando lo hacía abiertamente.

Cuando no dejaba que nadie sanase sus heridas excepto Sakura.

—Es que a ti te conozco desde antes— decía.

"Amistad" pensaba la chica.

La misma que se presentaba cuando los tres iban a comer ramen. Naruto reía fuerte y pueril, Sasuke se mantenía serio y Sakura se alegraba de estar con sus amigos. Hablaban de los viejos tiempos, de Kakashi —quien ya no los podía acompañaba tan seguido—, de las misiones recientes, de la rivalidad amistosa de ambos chicos. El rubio ya iba por el cuarto tazón cuando empezó un monologo sobre su noviazgo con Hinata, de lo feliz que era.

—¡Deberías invitarla a salir, Teme!— Naruto se veía contento mientras arrasaba con lo que quedaba en su cuenco —no va a esperarte toda la vida, ¿o sí?

Los ojos azules se dirigieron al incómodo silencio provocado por sus palabras. El Uchiha le devolvía una ceja arqueada y más allá estaba…

—¡Sakura!— soltó una risilla culpable, sacudiéndose el cabello.

—Está bien— dijo la aludida con calma.

"Celos" pensó de regreso a casa, con la mano derecha sujetando su pecho.

El viento soplaba, cayendo sobre la aldea una lluvia de flores de cerezo. Sasuke la quería, pero no como ella esperaba. Comenzó a pensar que ya era tiempo de empezar a ver al Uchiha como lo que en realidad era: su amigo. Pero antes tenía que deshacerse de lo que su corazón cargaba, porque si no, no era un verdadero nuevo comenzar. Dobló en la esquina y ahí, enfrente de su casa estaba esperando la silueta azul oscuro. Dio un brinco por la sorpresa ¿habrá escuchado sus pensamientos?

Se acercó nerviosa por esta idea. ¿Y qué tal si de verdad la escuchó? Si así fuera, entonces también pudo saber cuando pensaba en él con… menos ropa. Ya cuando llegó hasta donde estaba el pelinegro, Sakura estaba ligeramente ruborizada.

—Sasuke, ¿ocurre algo?

—Solo pasaba— observó con quietud.

Tragó duro.

Estaban los dos solos en la calle. Los pétalos de cerezo bailaban suavemente en el aire y la ocasión iluminó a la chica. No solo era un buen momento, era EL momento.

—Sasuke, yo…

—Sobre lo que pasó en Ichiraku Ramen— interrumpió el Uchiha seguido de un suspiro —, Naruto es un idiota.

Entonces ella se acercó dos pasos y lo agarró de las muñecas, mirándolo con decisión.

—Tú me gustas.

El silencio que siguió fue acompañado por la mirada sostenida de ambos. La Haruno lo soltó cuando escuchó su nombre. Esa tarde de primavera, Sasuke había posado sus manos sobre las mejillas femeninas, sin dejar de mirarla. Y ella, estupefacta, se quedó quieta, en silencio, con el corazón saliéndosele del pecho. Vio cómo se acercaba, lento y un poco tímido; sintió la respiración del pelinegro acariciar sus labios.

Esa tarde de primavera se dio cuenta de que florecían más cosas que solo los cerezos.


Estaba pensando un día cualquiera, que Sasuke es más un hombre de acción que uno de palabras. Después me di cuenta de que no subía nada hace mucho y me bajó la nostalgia jajaja. Después de todo este tiempo, he comenzado a creer que es Sakura la que lleva los pantalones (y eso está muy bien)

Gracias por leer y mucho amor!