Celo


Se removió inquieto entre sus sabanas. El calor húmedo del día de Japón era insoportable. En las noches sin la presencia del astro rey, y el regulador de la calefacción encendida, el dormir y descansar era más tolerable.

Sin embargo Shirota se removió por décima vez en esos cinco minutos. La calor era otro tema. el motivo de que a pesar de ser media noche y aun se encontraba despierto, y tenía clases al día siguiente. Era sencillamente por los maullidos de un par de gatos-seguramente en el balcón vecino- que no lo dejaban dormir.

Volvió a girarse mirando en el suelo donde la canasta de su gato estaba totalmente vacía, reparando recién en el hecho que Kuro no estaba en la habitación. Se sentó en la cama y miro a su alrededor, y obviamente el Servamp no se encontraba en el cuarto. Frunció el ceño, probablemente había salido por una botana de media noche.

Algo molesto Mahiru se levanto haciendo el menor ruido posible, casi como un ladrón, y se asomo por su puerta. Miro ambos direcciones del pasillo y ni señal del gato perezoso.

Descalzo, fue a dirección del living y ahí encontró la TV encendida y un juego en pausa.

-¿Despierto?

Shirota se llevo las manos a la boca y reprimió el grito. ¿Que tenía su Servamp de estar siempre asustándole por la espalda?. Giro el rostro fulminándolo con la mirada. Rápidamente sus ojos viajaron a lo que el más alto tenía en sus manos.

-Kuro, ¿Qué haces con ese bote de ramen a esta hora?

El Servamp alzo los hombros con desinterés e ignoro a su eve para ir a su lugar de ocio.

-Tenía hambre.

-¿Has visto la hora? Es muy tarde para comer eso.

En vista de que el chico no le prestó nada de atención. Mahiru fue a su lado con grandes pisadas. Molesto, le quito el bote de ramen antes que lo abriera y se giro en dirección a la cocina. Al volver, su Servamp estaba tirado en el suelo con la vista puesta en la televisión mientras movía los controles, y a su lado un paquete de galletas.

El castaño cerró los ojos sintiéndose cansado. A veces no sabía dónde y cómo es que Kuro escondía comida de él. Tal vez simplemente lo tenía en su chaqueta. Debería empezar a registrársela también, si quiere que su Servamp cambie esa deplorable dieta a base de comida chatarra.

Fue a dirección del sillón y se sentó mirando al peli-azul.

-Deberías dormir.

-Lo mismo digo. Tienes cambiado tus horarios de sueño porque te la pasas desvelado. La noche es para descansar.

Kuro estiro la mano agarrando una cookie, llevándosela a la boca y masticándola sin ganas.

-Le estas dando clases de sueño a un vampiro, MahiMahi.

-¡C-Cállate! Es lo normal.

Y se mordió la lengua al ver que el Servamp lo miraba como si hubiera dicho una estupidez. Lo normal no se aplicaría en Kuro. Es un vampiro; es inmortal y además, representa la pereza.

Mahiru soltó un suspiro y miro el techo. El silencio que se formó-opacado por el leve sonido de los dedos de Kuro sobre su juego- le permitió escuchar aquello que le impedía dormir. Los gatos del vecino de nuevo maullaba, y tal parece ahora peleaban por los ruidosos que eran.

El castaño bajo la mirada y la poso sobre pereza. Kuro ni se inmutaba, ni por su presencia, y mucho menos por los gatos. Entonces volvió a atacarle esa duda.

-Kuro.

Escucho un pequeño gemido indicándole que su Servamp le escuchaba.

-Kuro, tu...

Y de pronto el nerviosismo lo invadió. No estaba del todo seguro de preguntar aquello. O más bien, tenía la duda y quería saciarla, pero le daba vergüenza preguntar. ¿Y qué tal si quedaba como un tonto por preguntar eso?¿Y si su Servamp se reía en su cara? él pasaría el bochorno de su vida.

-¿Mahiru?

El nombrado simplemente llevo sus piernas a su pecho, y escondió el rostro. No quería ver a su Servamp. Mucho menos si iba a preguntar algo tan vergonzoso.

-Kuro. Cuando los gatos maúllan tanto en esta época. ¿No sientes nada?

Ya está. Ya lo había hecho. Había preguntado aquello que llevaba atormentándolo todo el día, y sintió que sus mejillas ardían.

Escucho un suspiro y la música del juego poniéndose en marcha, que Kuro había pausado para escucharlo.

-Claro que me dan ganas de algo. De hablarte.

Mahiru abrió mas los ojos, pero se negó a levantar el rostro y mirarlo.

-Y decirte que hagas algo. Son molestos.

Termino el Servamp y el Eve frunció el ceño.

-¿Y por qué habría yo de hacer algo?

-No sé, siempre sabes que hacer. A veces los maullidos son molestos y no me dejan dormir. Interrumpen mis siestas.

Y Shirota comprendió que su Servamp no entendió para donde iba dirigida su pregunta.

-Kuro, yo no me refería si te molestaban los maullidos. Yo quiero saber si...si sientes algo especial en ellos.

-Molestia.

Y el castaño chisto y levanto el rostro molesto, arto del desinterés del otro.

-¡Kuro, ¿¡Tú entras en celo!?

Tiro finalmente la pregunta y kuro lo miro totalmente aturdido.

Se miraron unos eternos segundos hasta que el calor en las mejillas del Eve se extendió por todo el rostro y volvió a su escondite-refugio, entre sus piernas.

Paso un minuto y se escuchaba solo el tic-tac del reloj de pared. Pareciera que hasta los gatos del vecino habían dejado su escándalo por la pregunta de Shirota.

Kuro se rasco la mejilla izquierda, bastante incómodo y un tenue sonrojo. Se sentó dándole la espalda al menor.

-No puedo creerlo. ¿Por eso has estado todo el día en las nubes?

Mahiru no dijo nada. Sentía que ni tragar bien podía. Incluso una terrible calor producto de su vergüenza se extendía rápidamente por su cuerpo. Y su corazón latía escandalosamente rápido.

-No tengo interés de aparearme con animales.

El Eve se encogió mas en su lugar, consumiéndose lentamente por el bochorno. ¿Como Kuro podía decir eso sin una pisca de vergüenza?. Oh, pero él aun no ha visto el rostro de su Servamp. Mahiru levanto un poco su mirada-solo un poco mostrando sus ojos- y solo encontró al peli-azul dándole la espalda. Que ciertamente agradeció, pues simplemente se moriría allí mismo de la calor que tenia.

-Así que no, MahiMahi. Solo poseo mi linda y tierna apariencia de gatito.

Y Shirota no sabía si soltar un suspiro por al fin sacarse esa espinita, o porque su Servamp le habló tan calmadamente que logro tranquilizarlo.

Se llevo una mano al rostro tratando que su sonrojo bajara.

Así que si era verdad que su Servamp no tenía una inclinación sexual por ese ámbito dudoso. Debió haberlo tomando más en cuenta y simplemente no darle tantas vueltas como lo hizo. Hasta ahora reparaba que aquello sonaba estúpido.

Al final todo había sido un bochorno total, para ambos. Porque sabía que, a pesar de estar dándole la espalda, Kuro estaba igual de avergonzado que él. El simple hecho de no estar jugando y teniendo unas grandes y negras letras de Game Over en la televisión, lo delataba.

Soltó una pequeña risita sintiéndose cansado. El sueño comenzó a invadirlo de pronto. Se acomodo en el sillón mientras su Servamp volvió a su juego.

-Entonces no tengo que preocuparme por castrarte Kuro.

Soltó a broma y el Servamp se atraganto con la galletica.

-.

-.

Dejo la manilla del PS en el suelo al ver que el paquete de galletas estaba vacío. Miro el reloj y ya eran las dos de la madrugada. Se levanto tentado por ir por el tazón de ramen que su Eve le quito, pero al girarse vio que este estaba dormido en el sillón.

Un escaso y tenue rayo de luna -que se filtraba por las cortinas- le daba en el rostro y parte de su cuerpo, que recién reparo que el chico solo llevaba unas pequeñas bermudas y una polera holgada.

-Que molestia cargarlo.

Sin embargo se acerco a paso lento a su Eve. Lo miro desde arriba-cuando llego a su lado- y vio lo pequeño e indefenso que era en esa posición fetal. No quiso mirar mas allá del rostro del chico, suficiente con la mirada rápida a las piernas de este que dio.

Aun tenía un tenue sonrojo, aunque probablemente ahora seria por la calor del verano. Y la tranquila y suave respiración acompasada que salía de sus labios.

Kuro hizo una ligera mueca, se rasco la nuca y, tras soltar un suspiro, se digno a tomar a su Eve. Pasando las manos debajo de las piernas y la espalda del castaño, lo cargo rumbo al cuarto. El pequeño humano emitió un pequeño e inaudible gemido al ser cargado. El Servamp lo miro. Ahora se veía totalmente tranquilo. Contrario a como había estado todo el día. Porque si, Kuro sabía que algo raro andaba en la cabeza de su Eve, no era del todo normal tener la mirada puesta del chico hacia su persona todo el santo día.

Claro que no se esperaba que Mahiru tuviera curiosidad con respecto al tema de los celos de los gatos. ¿Cómo o quien le habrá metido eso en la cabeza?

Él simplemente no quería pensar en eso. Es más, tampoco quería pensar el porqué llevaba todo ese rato detenido en el marco de la puerta y con la mirada puesta en los labios de Shirota, y mucho menos el preguntarse a qué sabrían.

-Eres un verdadero dolor en el culo.

Y finalmente entro al cuarto golpeando accidentalmente la cabeza del Eve contra el marco de la puerta, importándole bien poco.

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-.

FIN

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Me había quedado con unas pequeñísimas ganas de hacerle una conti.

Gracias a los reviews por animarme a hacerlo c;

Espero que hayan disfrutado.

ByeBye~

*°*CuteDoll*°*