Un ratito:

Amor a primera vista
Parte Tres

"Tu pupila se proyectó en mi pupila y el iris del amor se fraguó con tu sonrisa"

"Maria Diaz"

— ¿Pero quien esta...?

— Buenas noches alteza.

Cuando la joven escucho una segunda vos femenina dio un brinco y para la suerte de la pareja esta se dio la vuelta.

— Bu-enas noches comandante Impa, realmente no esperaba encontrarla en esta velada ¿Que a caso no llegaría mañana? — Pregunto con nerviosismo. Frente a ella estaba Impa, la tan querida comandante de las tropas hyruleanas una Sheikah que servia a la familia real antes de que el príncipe Link llegara a este mundo.

— Volví antes de lo esperado.– Hizo referencia de su largo viaje a Kakariko – Pero creo que la que debiera hacer las preguntas soy yo ¿Que hacia aquí alteza? este lugar es privado solo para el uso del joven Link y solo el y el que tenga permiso del príncipe puede entrar.

— Bueno yo... me perdí, y estaba buscando la salida — Mintió. En realidad solo quería buscar a el príncipe y verificar que no estuviera con esa "aldeana sucia". Eso seria lo único que le podría faltar, que su añorado príncipe se terminara escabullendo con una pueblerina sin modales de clase baja.

— Pues con mucho gusto yo puedo escoltarla al salón. Sigame por favor — Le ofreció sabiendo sus verdaderas intenciones, así que refunfuñando a lo bajo Diara decidió seguir a la sheikah, no sin antes darle un ultimo visto a el muro misterioso, para después seguir con su camino.

Mientras tanto los jóvenes rubios al no sentir la presencia de las féminas, se dieron la grata libertad de soltar un profundo respiro, liberando así toda la tensión que tenían retenida en sus cuerpos, y tomando un nuevo aire con el cual aclimatarse un poco de la resiente situación.

Con lentitud, a sabiendas de que estaban solos, Zelda decidió soltarse del agarre del joven príncipe, le dio una ultima mirada sintiendo un mar de emociones al verlo directo a los ojos, unos ojos hermosos de un azul marino apocados por la duda y confusión de las que pudieran ser sus siguientes acciones. Llenándolo de desconcierto y tristeza, la joven rubia se dio media vuelta dándole la espalda a el aristócrata para después emprender camino.

La confusión e impotencia no pudo evitar embriagarlo, seguramente la joven se sintió incomoda y resentida, pensando que había jugado con sus sentimientos. Ningún príncipe de la nada le dice semejantes palabras a una pueblerina que acababa de conocer esa misma noche, aunque no sea algo imposible sin duda no era algo común. Era bien sabido por todos que para llegar a tener aunque sea un cosquilleo por alguien deberías pasar mucho mas tiempo con esa persona, conocerla mas a ciencia cierta. Pero, había algo en esa dama, algo tan diferente a cualquier otra que lo cautivo con una sola encantadora y tímida sonrisa. Tenia esa luz interna que nadie mas poseía en aquel lugar, una única cualidad que a vista de muchos era una boba e infantil cosa, que carecía de importancia : Tenia la cualidad de ser verdadera, y no una mascara mas del montón con sonrisas y sentimientos falsos, toda ella era tan verdadera que era difícil distinguir si estaba soñando despierto mientras seguía sentado en el trono viendo ir y venir a los nobles. Pero no, ella era única y verdadera, y ahora, la única persona a la cual le hubiera gustado conocer mas que así mismo estaba parada frente a el extendiéndole la mano ofreciéndole un guante blanco...

Esperen ¿estaba frente a el ofreciéndole un guante?

— Eres muy descuidado, dejaste caer tu guante cuando nos escondimos, si aquella princesa de cuento lo hubiera visto, ni siquiera Impa hubiera podido salvarnos — La joven no se había ido, estaba frente a él con una sonrisa invitándolo a tomar la prenda que por descuido había dejado caer.

Por inercia voltio a ver su mano la cual para su sorpresa estaba descubierta, ni siquiera se había dado cuenta de cuando se le cayo. Con energías un poco mas renovadas tomo la prenda y volvió a ponérsela para después volver a sondearle a la joven.

Estaba a punto de mencionar algo cuando sus palabras murieron en sus labios siendo callado por la dama.

— Debo admitir que esas palabras tuyas me dejaron muy sorprendida, pero no por eso debes creer que puedo corresponderte así como así, debes entender que yo no soy como aquellas jóvenes que se morirían en tu presencia.

Link rió un poco — Tu no eres como ellas, créeme tu eres especial.

Ella sonrió con timidez – Y... ahora ¿que podemos hacer alteza?

Ladeo un poco la cabeza – ¿Hacer que?

Zelda rió un poco ante la inocencia del joven – Bueno... es de noche, todos los nobles están concentrados en sus mundos, el festival de la ciudadela a penas si ha empezado así que... ¿por que no...? – Pero mejor cayo, esa no era una buena idea, no, era una pésima idea ¿como le pediría semejante cosa a el mismísimo príncipe de Hyrule? ¡Que osadía!

– Me estas proponiendo... ¿que nos escapemos del castillo?

– Bueno... no es exactamente lo que quería decir– Replico titubeando – Bueno en realidad si... ¡digo no! lo que quería explicar es que... es que... ya mejor... me... callo.

Link no pudo evitar soltar una sonora carcajada, pero callo al recibir la mirada llena de reproche de la pueblerina.

Una sonrisa traviesa adorno el rostro del muchacho, y ladeando la cabeza de manera tierna le dijo a la joven:

– No seria mala idea irnos por un momento.

– Espere ¿Esta aceptando?

En respuesta el le dio una encantadora sonrisa y asintio afirmativamente.

Link sin previo aviso tomo la mano de la joven y emprendieron carrera. Comenzarón a correr sigilosamente por los jardines del castillo, hasta llegar a una especie de laberinto (Como el que cruza Link en OOT) este estaba custodiado por guardias que vigilaban cada rincón. Por un momento, al ver tanta seguridad, Zelda le comento a el joven príncipe que lo mejor era volver a el salón, sin embargo este le hizo saber que conocía estos jardines a la perfección y que el evitar y burlar a los guardias era mas fácil de lo que parecía.

Observando con atención y esperando el momento correcto, se escondieron detrás de un muro cubierto de ramas y hojas. Cuando el primer guardia dio la vuelta hacia la izquierda y el otro cuidaba la derecha, el príncipe jalo el brazo de la muchacha y corrieron sin ser vistos, para poder llegar hacia el siguiente muro. La estrategia fue repetida un par de veces hasta que pudieron salir a la reja principal, sin embargo al estar cuidada por un par de guardias, Link la guió a un lugar secreto donde aseguro podrían salir sin problemas.

Llegaron a uno de los jardines que se encontraba del otro lado del castillo, Link la guió hasta un muro donde había muchos arbustos, busco entre ellos y descubrió un agujero suficientemente grande como para que una persona pudiera pasar por el sin algún problema.

La joven pueblerina vio con asombro el hueco y después al muchacho así sucesivamente por un par de veces con los ojo y boca entre abierta.

– ¿Soprendia?

— Mucho

— Yo también lo estuve cuando era niño y lo encontré, por suerte yo soy el único que lo sabe y no un ladrón — Sonrió complacido, después voltio a ver a la muchacha — A menos de que tu seas una ladrona.

Ambos traspasaron por debajo de la gran muralla, primero él y luego ella, recibiendo ayuda del joven para levantarse. Una ves fuera los jóvenes entre juegos y risas, avanzaron hacia la ciudadela directo hacia el folclórico festival. Antes de llegar hacia el bullicio de gente, Zelda le había comentado a Link que sus ropajes no eran los mas adecuados para el ambiente, al traer puestas tantas joyas y cosas elegantes y delicadas llamaría la atención haciendo que los descubrieran, trayendo consigo consecuencias graves.

Por lo tanto él, decidió desprenderse de sus hombreras así como sus guantes, brazaletes y de la tiara que portaba sobre su cabeza y demostraba su titulo de príncipe, se las entrego a la chica y esta las escondió en una lejana maseta. AL final, solo portaba una camisa blanca de tela suave y sus pantalones negros y botas largas.

Juntos comenzaron a mezclarse entre las personas que disfrutaban del festival, siendo guiado por ella visitaron varios puestos de juegos y desafíos. Uno en particular llamo la atención del muchacho y este expreso su curiosidad a la joven.

— Tiro con arco— Respondió con una gran sonrisa — das en el blanco a tres de las dianas y ganas un premio.

Sin duda no era algo desconocido para el príncipe, de echo, el arco era de las armas que el mejor manejaba después de la espada queda claro. Durante toda su vida había tenido maestros que le enseñaron el arte de la arqueria, y con el paso de los años este se había vuelto parte esencial en su entrenamiento.

Ambos decidieron jugar. Una ves Link tubo el arco y flecha en sus manos y recibió la señal de el viejo hombre dueño del lugar, preparo el arco y apunto hacia la primera diana. Se concentro y centro toda su atención en el punto rojo. Tenso un poco mas y después soltó la cuerda. la flecha corto el aire y limpiamente se clavo en el objetivo.

Una ves atinando, rápidamente tiro las siguientes dos flechas dando limpiamente en ambos blancos. El hombre se asombro ante la rapidez y elegancia del joven y la facilidad con la que había ganado el juego.

—Felicidades — Le había dicho el hombre con una sonrisa un poco torcida y nerviosa — Has dado en los tres blancos, puedes escoger el regalo que gustes.

El muchacho examino todas las estanterías de regalos siendo estos, desde una simple pulsera hasta grandes y frondosos peluches. Al final, se decidió por el el regalo mas grande que tenia, siendo este un lobo de peluche negro y blanco de ojos azules.

Al recibirlo, Zelda había expresado su duda del por que había escogido semejante premio, mientras con la mirada observaba a lindo lobo de aproximadamente un metro. Como respuesta, recibió el regalo mas una tímida sonrisa del joven, expresando que solo lo había echo por ella.

Abrazo a el gran peluche y ella timidamente le devolvió el gesto con una sonrisa.


...

— Jamas había visto algo así — Comento Link viendo a todas las personas que festejaban con alegría. Ahora se encontraban sentados en una de las muchas mesas que había en uno de los puestos de comida. Habían decidido comer un poco después de recorrer mas de los puestos de juegos y de que la chica demostrara sus grandes habilidades para la puntería y tiro con arco.

Link miraba con curiosidad a todas aquellas personas. ojala se le hubiera ocurrido antes fugarse de el castillo en días de festivales. Las personas convivían unas con las otras reflejando en sus rostros nada mas que sonrisas verdaderas llenas de regocijo, sin duda algo que jamas había visto en el castillo.

— Aquí es demasiado común —Contesto la joven mientras comía uno de los postres que se habían preparado y miraba fijamente la expresión del joven — Las personas se cuidan unas a otras y se divierten sin importar que las conozcan o no. Todos siempre son muy amables y respetuosos.

— Me gustaria que en el castillo fuera igual— Murmuro Link con cierto pesar en su mirada mientras su vista se centraba ahora en un par de tiernos niños que corrían hacia el centro de la ciudadela donde darían comienzo a los alegres bailes.

Zelda siguió sus ojos hasta la escena. Una rápida y fugaz idea cruzo por su mente, y de inmediato tomo la mano de el joven y lo guió hasta las personas que se reunían en el centro, no sin antes encargarle su regalo a la dueña del lugar, una mujer ya mayor, quien conocía y tenia en alta estima a la joven.

— ¿A donde vamos?

— Usted ya me has mostrado sus bailes y danzas, es hora de que yo le muestre las costumbres que se practican entre los ciudadanos.

El joven mostró su inseguridad pero ella lo tranquilizo diciéndole que solo se dejara llevar por el ritmo de la canción y que la siguiera en sus pasos.

Todas las parejas se reunieron en el centro. Las parejas quedaron de frente pero sin tomarse de las manos como era de costumbre, mostrando así que seria una danza movida. Los violines que conformaban la orquesta comenzaron a sonar, seguida de las gaitas y demás instrumentos. Los hombres tanto como mujeres comenzaron a aplaudir de manera sincronizada mientras ponían ambas manos a la derecha de su cabeza, después de un par de aplausos todos tomaron a su pareja y entrelazaron sus brazos mientras comenzaban a dar vueltas a sentidos contrarios para después cambiar de sentido, aplaudían tres veces y repetían una ves mas.

Link seguía a como podía los pasos de la joven, al principio con torpeza, sin embargo después al sentirse mas cómodo y tomando el ritmo sonrió y bailo con mas libertad.

Después de esto todos cambiaron de pareja con las personas de la derecha. Zelda fue a parar con un hombre joven y Link con la hija de este, que no tenia mas de quince anos.

Repitieron los mismos pasos y después las mujeres comenzaron a dar vueltas en su eje mientras los hombres se inclinaban ante ellas. Estas les dieron sus manos y ellos las besaron para después seguir dando vueltas y aplausos.

Las parejas volvieron a rolarse, Link se despidió de la jovencita y recibió a una mujer rubia y de ojos verdes.

Sin embargo para la curiosidad y "Suerte" de Zelda, esta recibió a un niño guapetón y bien vestido de aproximadamente nueve años quien apenas le llegaba a la mitad del cuerpo. Sus mechones negros saltaban mientras bailaba y sonreía coquetamente a la rubia. Todo un galan.

El príncipe no pudo evitar una pequeña risa al ver que la joven tenia que agacharse para poder tomar el brazo del infante y cuando ellos dieron vuela a su pareja la rubia tubo patéticamente que ponerse de cuclillas para que el niño pudiera pasar su brazo sobre su cabeza. Pero a pesar de eso Zelda reía completamente enternecida y felliz con su acompañante haciendo que el pelinegro se riera y sonrojara.

Las parejas volvieron a como empezaron, Link recibió con una sonrisa a Zelda mientras le daba una vuelta.

— Ese galán debería darme consejos — rió él viendo la cara de reproche que le dirija la muchacha.

— Muy lindo debo decir, pero creo que... los rubios de ojos azules me atraen mas, majestad.

Antes de que pudiera decir algo mas, las parejas de dividieron por géneros, las mujeres se alinearon en la izquierda y los hombres frente a ellas.

Ambas lineas se acercaban unas a las otras y después se alejaban.

Los hombres se inclinaron ante ellas haciendo reverencias, y ellas comenzaron a danzar mientras zapateaban y daban vueltas con gracia, recibiendo así varios alagos de los demás hombres que no se encontraban bailando. Luego, tomando de sus vestidos imitaron a los hombres haciendo reverencias, y estos comenzaron a zapatear y a dar pequeños gritos.

Las demás personas miraban contestas y sonrientes a todas las parejas mientras aplaudían al ritmo de la canción ademas de que daban gritos y vitoreos cuando algún genero hacia un buen paso.

Al final todas las parejas se reunieron mientras daban vueltas y brincos. La canción termino con un ultimo acorde haciendo que todas las parejas quedaran pegadas viéndose a los ojos.

— Le dije que podía hacerlo.

— Gracias Zelda.

— Oh vamos, solo siguió mis pasos no fue para tanto.

— No, no es solo por eso, quiero darte las gracias de que al fin pude salir de mi prision, gracias por al fin mostrarme lo que es la realidad y el verdadero mundo, por mostrarme de que no siempre las personas van a ser malas y falsas. Una ves mas puedo confiar en las personas y eso es gracias a ti, por que pude aprender en una noche lo que nunca aprendí hacer en años, y eso, solo te lo debo a ti.

— Oh, alteza usted... no tiene que...

— Claro que si, siempre estaré agradecido por mostrarme la vida fuera del palacio.

Los violines volvieron a sonar pero ahora en una canción mas armoniosa y lenta. Ahora si Link volvió a tomar a Zelda y comenzaron a bailar.

Ella lo tomo por el cuello y él por la cintura, ambos cerraron sus ojos y se quedaron ahí en plena pista de baile abrazados y acurrucados. Zelda sentía como se adormilaba ante el suave paso del joven, mientras este le acariciaba tiernamente los cabellos.

— ¿Los hacemos volver al castillo? — A lo lejos, dos sombras observaban atentamente a el par de muchachos. El par de ojos verdes buscaron a los carmesí, los cuales estaban cerrados. Vio como la otra mujer aspiraba aire llenando sus pulmones mientras sonreía, por ultimo volvió a ver a la pareja que no quería ni soltarse.

— No Tara, hay que dejarlos disfrutar del momento, ademas dudo que alguna de nosotras pueda separarlos.

La mujer rió. Vio enternecida la escena mientras no paraba de sonreír sintiéndose muy feliz por la joven.

— "Si tu madre estuviera aquí, hubiera gritado de la emoción, y si mi hermano lo hubiera estado seguramente sentiría ganas de golpear a cualquiera que se atreviera a tocar a su pequeña, pero se, que donde quiera que estén ellos se sienten feliz por ti, mi princesa" Suspiro.

— Impa, ¿recuerdas cuando tu y yo nos conocimos cuando eramos niñas en este mismo festival?

Ante el recuerdo, la Sheikah rió — Lo recuerdo muy bien, por cabezota te caíste con el ponche y ambas nos mojamos todas.

Ella también rió con algo de vergüenza — Siempre le agradeceré a ese ponche, por que sin el, no hubiera conocido a la que se volvería mi hermana de por vida.

Las mujeres volvieron a reírse y comenzaron a recordar esos momentos de atañó, donde juntas decidieron trabajar e el palacio y de cuantas aventuras habían vivido juntas.

Mientras tanto. El momento mas esperado del festival llego. El cielo comenzó a iluminarse con hermosas luces con diferentes formas y colores. Los fuegos artificiales llegaban a lo mas alto del cielo y explotaban liberando los diversos destellos que alumbraban a toda la ciudadela.

Link y Zelda detuvieron su baile para admirar el acontecimiento, Link la acurruco en su pecho y le beso la cabeza, mientras con grandes sonrisas miraban el espectáculo.

Link al fin se sintió libre, libre de tantas mascaras, libre de tantas sonrisas falsas, de tantos murmullos donde decían cosas a sus espaldas. Al fin sintió un peso menos de encima, podía voltear a cualquier lado sabiendo que nadie lo tendría en la mira viendo a que hora cometía el mínimo error para echárselo en cara. Era libre de bailar por su propia cuenta con la muchacha que quisiera.

Al día siguiente seguro tendría muchos problemas. Muchos. Pero eso ¿Que importaba? Nada valía mas que esa noche, una noche que siempre recordaría, la noche donde descubrió que en un ratito puedes aprender a querer a alguien, y agradecerle eternamente que te halla mostrado el verdadero mundo.

Y a pesar de que, el festival ya se había terminado y casi todas las personas se habían ido ellos siguieron ahí, acurrucados y mirando al cielo, por que aunque se quedaran solos se tendrían uno al otro, y eso, era lo mas importante.

"'¿Qué es amor?', me preguntaba una niña. Contesté: 'verte una vez y pensar haberte visto otra vez'"
- Antonio Machado

FIN

Hola!
Bueno se supone que, este capitulo debía publicarse hace UUUUUUUUUUU pero no había podido. Esta historia la tengo escrita desde Uuuuuuuuuuuu Pero necesitaba revisarla y esas cosas.

Bueno ese FIN en realidad no es muy FIN. Eh pensado en hacer una secuela, y de echo llevo avanzada en ella. Sin embargo, pienso que la decisión esta en sus manos, si alguno me pide que la publique con gusto lo haré, pues deje demasiadas incógnitas al aire, como sobre la hermana de Zelda o el supuesto trabajo que Zelda podría tener en el castillo.

En fin. No fue un proyecto muy grande, pero espero y les haya gustado aunque sea un poco. :) Adiós!

ATTE
SHEIKA 360...