Capítulo 23: Palabras de esperanza.

Aclaraciones y explicaciones. (Cuando lleguen al final del capítulo, entenderán por que decidí poner este apartado aquí; esta vez).

Las encías interproximales, son los finos tejidos carnosos que mantienen a los dientes milimétricamente separados entre sí.

Los gañidos, son los característicos ruidos que hace un perro cuando siente intenso dolor.


Arlo: Sí, pero el que un villano tenga un pasado oscuro y trágico; ya es un cliché o tabú, algo que todo villano o antagonista tiene, pero el solo tener un pasado así; no es suficiente para crear a un buen villano, tiene que haber más factores, su personalidad, sus acciones, sus motivaciones, que estas sean comprensibles o al menos lógicas, si en cierta manera podemos darle algo de razón y empatizar con dichas motivaciones; eso es un punto extra, cómo el personaje se desenvuelve, desarrolla y evoluciona en su obra, y muchas otras más. Ok mira, yo respeto tus creencias y las de los demás, pero no las comparto, a mí me igual si dos personas lo hacen fuera del matrimonio, si para ellos es un pecado o no, si le gusta alguien de su mismo género, si es de distinta nacionalidad, religión, raza o lo que sea, mientras no se hagan daño entre ellos o a alguien más, y sus relaciones con sus seres queridos sean lo más sanas y felices que sea posible, por mí ok, es lo mismo que en tu caso, solo es mi punto de vista y la manera con la que yo veo las cosas. Eso es gracias a que hace tiempo vi el anime Fullmetal Alchemist y a que estoy leyendo Juego de Tronos, así que agradézcanle a George R.R Martin y a Hiromu Arakawa (la creadora del manga original de Fullmetal Alchemist) por haberme inspirado y haberme mostrado, que no todo tiene que girar siempre entorno al protagonista o protagonistas y el villano o antagonista. Gracias por recomendarme a ese cantante, pero desgraciadamente; yo soy mucho más de soundtracks o bandas sonoras que de canciones, las únicas que escucharía sin parar serían algunas de Queen por qué cuando que vi Bohemiahn Rapsody me enamoré de su música y sus canciones, pero; aun así, muy rara vez o casi nunca decido escucharlas, ya que hay bandas sonoras de videojuegos que sin importar las veces que las escuche; terminan poniéndome la carne de gallina. Muchas gracias por todos tus buenos deseos, a pesar de que ahora sabemos que este año hasta ahora, ha sido todo menos agradable; esperemos que; por favor, no pasé a mayores, y que cada quién de lo mejor de sí para contribuir a superar está maldita pandemia del ca**** y que los gobiernos aprendan y tomen consciencia de esto, para poder controlar o luchar mejor, contra alguna otra que pueda llegar a surgir en el futuro, aquí está finalmente el nuevo capítulo, que lo disfrutes.

Seilornyan: Muchas gracias Seilornyan, créeme cuando te digo que mantenerse constantemente inspirado; no es tarea fácil, de hecho, en el tiempo que estuve trabajando en este nuevo capítulo, hubo muchas veces en las que me atasque o mi rendimiento bajo por decirlo de alguna manera; pero como siempre lo logre, me tarde incluso más de lo habitual pero aquí está, además, se va haciendo más complicado debido a que el peso narrativo y emocional; y la complejidad van aumentando cada vez más, estoy seguro de que no habrá objeción cuando digo que desde que Jameson y Harold tuvieron protagonismo; la obra ha alcanzado su punto más álgido, pero es justo por eso por lo que con más razón, quiero seguir continuando este fic, creo que se ha convertido en el mejor que he hecho hasta ahora. Mil gracias por tus buenos deseos, ojalá que estés bien y lo sigas estando, aquí está el nuevo capítulo, que lo disfrutes.

LoneWolf2000: ¡Genial!, muy bien por ti y ese lector tuyo. Yo tampoco me considero Brony, la serie me acabó gustando, pero no me considero un fan de ella; más que nada por qué está lejos de ser la mejor caricatura de la historia, no es cómo Avatar, la leyenda de Aang o Steven Universe, que tienen historias fascinantes, personajes profundos y mundos interesantes. Muchas gracias por tus halagos y tu opinión. Ah, y... será mejor que te agarres bien a tu asiento en este capítulo, solo te diré; por si antes no lo tenías del todo claro, que varias veces he demostrado que soy cómo George R.R Martin, a mí no me tiempla el pulso y no dudo, a la hora de matar a un personaje, se trate de quién se trate.

Los33: Sí...lo siento, pero no comparto lo que dices, lo entiendo; pero no lo comparto, no tengo nada en contra de las creencias de las demás ni que esa sea la manera con la cual quieran encontrar la mayor felicidad posible, pero para mí; creer 100% en Dios, dedicar tu vida a él y todo eso que dijiste, no me dará todo en la vida, he aprendido que una persona tiene que luchar, amar, esforzarse y sufrir para encontrar la felicidad, y eso uno tiene que hacerlo él o ella mismo, siempre podrá contar la ayuda de sus amigos y seres queridos, pero uno mismo debe encontrar su propio camino e irse forjando conforme crece y pasan los años, no te ofendas por favor, no estoy atacando tu religión ni tus creencias, solo estoy dando mi punto de vista. Y tranquilo no pienso abusar del Lemon y sí; soy inseguro en eso; pero no es mi culpa, así he sido desde pequeño, cuando se trata de ese tema siempre me muestro tímido o me incomoda, esa es la razón por la cual casi nunca disfruto los chistes o bromas en doble sentido o subidos de tono. No tengo mucho más que decir está vez, en su mayoría sería corroborar o respaldar lo que ya pensaste y opinaste del capítulo, así que: Aquí tienes finalmente el nuevo capítulo, que lo disfrutes y te entretenga.


Las paredes; blancas como la nieve de la habitación de hospital, rodeaban a Rose, no hay más que la camilla sobre la que se halla recostada y a la que está confinada con unas esposas. Está hospitalizada en calidad de detenida. Han pasado dos días y dos noches desde que fue detenida y arrestada. Las heridas del disparo que recibió, ya le fueron atendidas y tras una operación quirúrgica, los médicos le devolvieron los dedos que perdió; mediante sutura.

Con la mano izquierda envuelta en vendajes, y con una bandeja de comida que apenas ha tocado a su derecha, miró el vació y monótono cielorraso pintado de blanco de la habitación, aquello era lo único que podía hacer últimamente, aparte de comer, dormir, ver la televisión y satisfacer sus necesidades fisiológicas, pero no le importaba. Tal era su desánimo, que no poseía la concentración suficiente para mirar la televisión, apenas lograba conciliar el sueño independientemente si fuera de día o de noche; y, cuando mucho; se comía la mitad de las comidas que las enfermeras y enfermeros le traían. No trababa una conversación con nadie, a veces le dirigía la palabra a algún enfermero o enfermera, pero aquello ocurría muy rara vez; y cuando lo hacía no eran más que puras banalidades, de hecho; un par de veces, les pareció que no eran más que desvaríos por parte de ella.

Tras mirar el techo por un minuto o dos, bajo la mirada y procedió a girar su cabeza hacia su izquierda, posando sus ojos sobre un gran y largo rectángulo negro de vidrio polarizado que se haya suspendido a un metro y medio del suelo, una ventana a prueba de balas y de una sola vista, detrás la cual; está segura, hay al menos una persona que la está mirando y vigilando.

Tras arrestarla y llevarla al hospital, Hall, Linda y sus compañeros policías; les informaron a los médicos sobre su intento suicidio, era su deber y lo más ético, tras saber esto, los médicos decidieron mantenerla en observación en una habitación vacía en la que no hubiera nada que pudiera usar en caso de que intentará atentar contra su propia vida otra vez, y Hall le ordenó a Jason que se quedará haciendo guardia en la puerta de su habitación, para detenerla en caso de que intentará escapar o para apoyar y ayudar a los médicos y al equipo de seguridad del hospital en caso de que intentará suicidarse otra vez.

Miró hacia aquella ventana por unos segundos, y entonces; apartó su mirada de la misma, mirando a otro lado; sumergida en sus pensamientos. Desde que adquirió finalmente conciencia de sus crueles y tóxicos actos; aquella inmensa culpa y arrepentimiento no la han abandonado. A pesar de ya no son tan grandes e intensas como en ese entonces, siguen flagelándola internamente sin descanso. Muy en lo profundo de su desorientado y abrumado ser; agradecía que la mantuvieran en esa habitación, ya que ha tenido mucho tiempo para pensar y no lo ha desperdiciado en los más mínimo, con profundo dolor, finalmente lo aceptó, que ella y solo ella; ha convertido la vida de Gidget en un infierno y que le ha hecho el mayor daño de todos a su amado esposo.

Ha hecho consciencia del daño y el alcance de sus acciones, veía con total claridad; hasta qué punto la ha llevado esa absurda obsesión suya por querer convertir a Gidget en algo que ella no es; a la fuerza, y ha aceptado finalmente, el hecho de que; sin importar lo que haga, nunca jamás, podrá tener un hijo, jamás podrá sentir los movimientos y pataditas de un feto en su interior, ni experimentar en carne propia; el dolor, la euforia y la dicha de dar a luz a un hermoso bebé. El solo recordarlo, hizo que lágrimas de infinita tristeza; brotarán de sus ojos. Pero; todo ese dolor también la motivaba enormemente, tras reflexionar y aceptar todo esto, se ha fijado un claro objetivo: enmendar sus errores. No solo con Gidget y Jack, también con aquel terrier que apartó de Gidget; aquel que su pomerana ama tanto. Sabe perfectamente que será lo más difícil que haya hecho en la vida, algo casi imposible de lograr, pero está más que dispuesta a hacer lo que sea para lograr dicha proeza.

La puerta de la habitación se abrió en ese momento, llamando su atención, vio al oficial encargado de vigilarla; Jason, entrar en la habitación con la mirada puesta sobre ella, un instante después, la figura de Jack emergió detrás de la puerta de madera blanca y poso su mirada sobre ella. Al percatarse de esto, Rose incorporó rápidamente la mitad superior de su cuerpo, sentándose sobre la cama, mirando a Jack con ojos sorprendidos y un rostro afligido.

"Gracias, déjenos solos por favor". -Dijo Jack, mirando directamente a Jason.

El oficial asintió con la cabeza, tomó la visera de su gorra con una mano, la bajó en un poco en un ademán cortés; y salió, volviendo a montar guardia en el pasillo.

Cuando la puerta se cerró, su mirada y la de él se entrecruzaron, ella siguió mirándolo algo sorprendida y afligida, él por su lado; le dedicó una mirada severa y gélida, irradiando resentimiento por todos los poros de su cuerpo. Se quedo de pie delante de la puerta, sin decir palabra alguna. Un silencio absoluto e incómodo, lleno de tensión, se cernió sobre ambos por lo que pareció ser una eternidad, el cual comenzó a hacerse insoportable para Rose, y se le quedo mirando con desasosiego, con gotas de sudor haciendo acto de presencia sobre su frente y el corazón palpitándole cada vez más.

Lo que más anhelaba ahora era ponerle fin a aquel silencio, pero se negó; no porque no pudiera hacerlo o se sintiera incapaz, está decidida a que Jack sea el primero en tomar la palabra, son tantas las cosas que tiene que discutir con él, por las cuales disculparse y rogar por su perdón, si tiene que resistir aquello; lo hará, además, no está en posición de pedirle nada y sabe que se tiene más que merecido, todas esas sensaciones que están emanando de él.

"...Ni pienses que voy a sentir pena, lástima o compasión por ti, Rose". - Le dijo finalmente, tras varios segundos más de silencio, diciéndoselo de manera contundente, con firmeza y gelidez. -" Tú y solo tú te has buscado todo esto".

Rose quiso responderle, pero en lugar de eso; desvío la mirada apenada, para luego clavarla sobre el suelo con completa tristeza y dolor. Sin saber responder a eso.

Jack cerro los parpados y los puños, y dejó escapar un suspiro contenido por la nariz; todo en un afán por mantenerse tranquilo y bajo control, el solo verla lo ponía tenso, le aceleraba el pulso, y le producía —como nunca en su vida—anhelos por ponerle las manos encima por primera vez y hacerle pagar por mano propia mientras le decía y restregaba en su cara; todo lo siente y piensa de ella. Afortunadamente, aquellos esfuerzos suyos por aminorar su ira rindieron frutos, alegrándolo, sabe que debe mantener su mente lo más fría y despejada posible, lo único que conseguiría si llegaba a atacarla, sería que lo sacaran a rastras de la habitación, algo no quiere y no se puede permitir, vino a visitarla por una sola razón: obtener información.

Rose es la única y más lógica sospechosa de la desaparición de Gidget, obviamente; ella ya le ha contado su versión de los hechos a la policía, ellos tomaron a consideración su declaración, pero; por los testimonios de testigos que han recolectado hasta el momento de los crímenes que está acusada, les es cada vez más difícil creerle y su extrema decisión de quitarse la vida, no ayudaba nada, incluso algunos comenzaron a teorizar, que intentó suicidarse para que no pudieran sonsacarle nada. Y esto justo lo que Jack busca. Él; casi automáticamente, marcó a Rose como la única responsable, una deliberación que no es de extrañar; es el testigo más imprescindible, presenció de primera mano toda su crueldad y todo el daño que le hizo, que sea la causante de su desaparición; no es una posibilidad remota ni algo tan descabellado. Y está más que decidido a que le diga donde se encuentra.

Abrió los parpados, sin que aquella severidad y gelidez abandonarán su mirada. Posó su mirada sobre su Rose y se le acercó, deteniéndose delante de ella; al pie de la camilla.

"...Rose, escucha, entiendo por qué le hiciste todas esas cosas a Gidget". -Dijo, tras apretar los puños y demás músculos de su cuerpo, temblando como si fuese a explotar, soltando y liberándose de todo eso inmediatamente después, soltando un pequeño suspiro liberador mientras destensaba los músculos. -" Es por qué no podemos tener hijos, ¿verdad?". -Dijo, diciéndoselo de una manera y con una voz más suave, conservando aquella mirada con la que entró en la habitación.

Todo lo que dijo, hizo que Rose lo mirara impactada y que estrujará la sabana con sus manos —las cuales tiene sobre su regazo —.

"...Sí". -Admitió con suma tristeza, bajando la cabeza y aflojando ligeramente; la fuerza con la que está estrujando la sabana.

"Sé...que fue el momento más doloroso de nuestras vidas, pero; por favor, recapacita Rose, no puedes forzar a Gidget a ser algo que jamás podrá ser". -Dijo, busca conmoverla; aunque sea un poco, para poder ser capaz de alcanzar y hallar alguna fibra sensible, que luego usará para hacerla hablar.

"Lo sé". -Contestó ella, llena de arrepentimiento y con una voz ahogada, mirando la sabana.

Aquello tomó a Jack completamente por sorpresa, esperaba que negará la realidad, que guardaría silencio malhumorada, que se escudará detrás de gritos, insultos y o palabras hirientes, todo, menos eso.

"Soy...una miseria, soy terrible...como esposa, como dueña...sé que, s-sería...una madre horrible...sigo sin creer, todo el daño que les he hecho". -Dijo, sin atreverse y sintiéndose completamente incapaz; de mirarlo a los ojos, rompiendo en llanto, con sus lágrimas cayendo sobre la sabana.

Jack se le quedo mirando impactado, pero aquello duró poco, recordó en ese instante; el talento y la habilidad que ella posee para la manipulación, el día en el que finalmente le pidió a la policía tomar cartas en el asunto; se dio cuenta de la astucia que tiene para ello, otro rasgo desagradable de esa otra cara —horrible y rastrera—que posee. Con la mente refrescada, teniendo esto muy en mente, procedió a seguirle la corriente; a darle gusto sin dejarse engañar ni engatusar.

"¿De verdad?, ¿lo...lo dices enserio?". -Preguntó, fingiendo incredulidad y conmoción, ocultando sus verdaderas intenciones a la perfección.

"... ¡Sí!". -Exclamo débilmente, con un ahogado y desinflado chillido, cargado de tristeza, culpa y remordimiento. -" No tienes idea... ¡de lo mucho que lo siento, Jack!". -Dijo, exclamando lo último; destrozada, con la voz completamente rota y cerrando los ojos, haciendo que las lágrimas que inundaban sus ojos; se reventarán en diminutas gotas que sus pestañas salpicaron por toda su cara. -" ¡Lo siento!, ¡lo siento; lo siento! ...¡lo siento!". -Sollozó, levantando la cabeza y volteando a verlo un momento; abriendo los ojos, para luego bajar la cabeza con los ojos fuertemente cerrados, con su voz quebrándose en un lamento de lo más desgarrador y conmovedor.

Jack vio cómo encorvó su espalda, llorando con la mitad superior de su torso; contorsionado por encima de su regazo, sobre el cual tiene las manos; fuertemente cerradas en un par de puños, procedió a rodear la camilla, colocarse a su derecha y tomarla del brazo con delicadeza y compasión.

Dicho acto hizo que los sollozos de Rose cesarán de inmediato, y volteo a verlo; sin que las lágrimas dejarán de brotar de sus ojos azules ni de deslizarse por sus mejillas.

"Rose...e-escucha, aún estás a tiempo". -Dijo, mirándola con unos ojos que aparentaban convincentemente; lástima y tristeza. -" Nunca es demasiado tarde para arrepentirse, para querer arreglar las cosas y hacer lo correcto. Puedes comenzar ahora".

"Pero ¿cómo?". -Preguntó Rose, sin dejar de llorar. -" ...¿Cómo voy a hacerlo?, Ni siquiera sé... cómo perdonarme a mí misma por lo que les hice. Soy un monstruo. ...Hiciste bien en acudir a la policía y denunciarme, Gidget y tú...se merecen a alguien...mejor que yo". -Dijo, con la mayor tristeza, amargura y sinceridad de su vida, mirando nuevamente la sabana; cabizbaja.

"...No digas eso, Rose". -Dijo tras una breve pausa, poniendo una rodilla en el suelo y tomándola amorosa y gentilmente de la mano. Haciendo que Rose volteará para comprobarlo; y efectivamente, así era, tras lo cual, levantó la cabeza para verlo a los ojos. -" Escucha, ...seré honesto contigo". -Dijo, bajando la mirada; entristecido, por un momento. -" Me sigue doliendo todo lo que nos has hecho, estoy molesto y enojado contigo, y no me extrañaría que Gidget también lo estuviera, últimamente has convertido nuestras vidas; en un calvario".

Esto hizo que Rose, girará y bajará la cabeza, con la mirada puesta nuevamente sobre su regazo. Todas y cada una de las palabras de su esposo; le están rajando y calando profundamente el corazón, lo que más le dolía es que todo aquello: Es la pura verdad.

"Pero ahora...". -Continuó Jack, levantando la mano de Rose, la cual tomó con ambas manos; a la altura de su barbilla. -" Me alegra". -Dijo, tras algunos segundos de afligido silencio, dibujando una sonrisa falsa y a la vez genuina. Haciendo que Rose; desconcertada, se volteará a verlo, percatándose de los ojos vidriosos de su esposo. -" Me alegra que al fin te hayas dado cuenta de eso. Solo basta verte; para saberlo". -Dijo, borrando aquella sonrisa. Rose desechó su desconcierto, y le se quedó mirando; abatida, con el espíritu hecho añicos. -" Por lo que me has dicho, no me cabe la menor duda; de que todo esto también se ha convertido en un calvario para ti". - Se puso de pie mientras lo decía, para luego sentarse sobre la cama; a su lado, manteniendo su mano derecha sobre la de ella. -"...Rose; Cielo, será difícil, muy difícil, pero si a partir de ahora te comprometes a hacer los cosas bien, a hacer hasta lo imposible para lograrlo, estoy seguro, que tarde o temprano llegará el día en que Gidget y yo; te perdonáremos de todo corazón".

"... ¿En.…en serio lo crees?". -Preguntó ella no muy convencida, tras un breve silencio tenso; al borde de salirle nuevamente las lágrimas.

"Por supuesto que sí". -Contesto Jack, con un leve tono de optimismo en su voz, girando ligeramente su torso hacia ella; y acomodando su coxis en la camilla. -" Antes no le exijáis ni le pedías nada a Gidget, no la tratabas cómo a una bebé, cómo si tratará de...una hija". -Dijo, nostálgico, diciendo —dolido— la última frase; al rememorar aquello. Rose abrió los ojos, su memoria se refrescó, Jack se refería a antes de World Trade Center, del perro del qué se enamoró Gigdet, de Magnus, acontecimientos sobre los cuales no vertió su culpa, es más; está agradecida, de no haber sido así; jamás habría logrado salir de su locura. -" ¿No quieres volver a eso?, ¿a esos días en los que tú, yo y Gidget éramos felices?".

"¿Es posible?". -Pregunto, dudosa e insegura, mirándolo a los ojos.

"Sí. Puedes comenzar ya; ahora, solo tienes que decirme algo". -Dijo Jack, ocultando su impaciencia; está hartó de darle vueltas al asunto.

"¿Qué cosa?". -Preguntó Rose, algo insegura; pero ligeramente esperanzada.

Jack se puso de pie, y se giró e inclino hacia ella; afianzando su mano y la de ella, de manera indescriptible, como si su matrimonio y su amor dependieran de la respuesta que ella le dé.

"...Rose, ¿Dónde está Gidget?".

Desmoralizada y con sus brotes de esperanza pulverizados, procedió a decirle la dura y triste verdad.

"No lo sé".

"¿Qué?". -Preguntó Jack, tras unos instantes de asombro e incredulidad. Aquello acabo finalmente con su serenidad y resistencia. ¡Es increíble!, no solo sigue negándose a decirle donde está, también está intentando manipularlo; muy patéticamente. -" TÚ-…Rose; detente, no vas a engañarme está vez, deja de mentir, ahora dime: ¿Dónde, está?". -Le dijo pausadamente, con un tono hostil; estando punto de estallar.

"Lo-Lo juró. Jack, n-n-no lo sé". -Contestó, aterrada, tanto que comenzó instintivamente a retroceder, mirándolo sin siquiera parpadear.

Jack comenzó a apretar fuertemente su mano; con una actitud asesina.

"¡Ah!; ¡Jack!, ¡Ah!; ¡por favor, para!". -Le gritó y suplicó, el dolor era tanto; que la hizo encorvarse.

"¡Señor DeWitt; deténgase!, ¡suéltela!; ¡ahora!". -Intervino una voz, que surgió de las paredes de la habitación; de unos altavoces ocultos.

Jack la soltó molesto y malhumorado, se enderezó y retrocedió un par de pasos.

"¡¿Qué cree que está haciendo?!". -Reprochó aquella voz a Jack, haciendo que este dirigiera su mirada a la negra ventana polarizada de la habitación.

En ese momento, Rose reconoció aquella voz. Es la voz del oficial que intentó convencerla de que no se suicidará; esto hizo que mirara a la ventana también. Tras lo cual regresó su mirada a Jack, moviendo la mano que le lastimó para aminorar el dolor; mientras la sujetaba con su otra mano. Segundos después, Rose abrió los ojos del asombro y el impacto, ató los cabos; finalmente entendía y veía claramente todo, Jack cree que es quién está detrás de la desaparición de Gidget, y se aprovechó de su dolor, tristeza y arrepentimiento para que confesará un crimen que no cometió.

El inconmensurable dolor que sintió le cortó el aliento. Se le quedó mirando en completo silencio, sin palabras. No lo podía creer. No le entraba en la cabeza, que Jack se rebajará tanto, le importaba una mi***a los motivos que tuvo para ello, uso el tiempo que lleva ahí para prepararse y esperar de todo cuando volviera a hablar con él; pero nunca algo como esto. Él vio el estado en el que se encuentra, que no puede estar más arrepentida por sus actos, y a pesar de eso; al hijo de la gran p*** le dio completamente igual. Sabe que se tiene bien merecido su odio, cada grito, cada insulto y cada reproche que le lanzará, pero esto...no, todos tenemos nuestros límites, incluso aunque nos hallemos y sintamos desechos.

Su cara decía más que mil palabras, lo decía todo. Jack podía ver su decepción, la traición, el dolor y la tristeza de su esposa, también que ha averiguado sus verdaderas intenciones.

"Rose, ¿Dónde, está, Gidget?". -Volvió a preguntarle; pausadamente, hirviendo de la ira, sin importarle como se está sintiendo.

Sabe que ya no tiene caso seguir actuando, por lo que decidió ir directamente al grano. Tras eso, se quedó esperando una respuesta; la cual nunca llegó. Rose simplemente se le quedo mirando; enmudecida, completamente abrumada. Eso fue todo. Jack supo inmediatamente; para su gran frustración e indignación, que no logrará sacarle nada.

"No puedo creerlo. Dices que estás arrepentida, qué lo sientes, qué quieres que Gidget y yo volvamos a ser felices; aún sin ti, ¿y así es cómo lo demuestras?, ¿intentando manipularle y negándote a decirme dónde está? ¿No tienes siquiera una pizca de decencia y humanidad dentro de ti?... No tienes idea; de lo mucho que me repugnas Rose, si pudiera; créame que con gusto daría mi vida, para verte morir bañada de sangre, vomito y porquería". -Le dijo, vertiendo todo su resentimiento y odio sobre ella; de manera contenida. Diciéndole todo lo que piensa sin rodeos, es lo único que puede hacer ahora y no piensa contenerse. Está harto, está la última vez que interactuará con ella por voluntad propia.

"Muy bien señor DeWitt, es suficiente". -La voz de Hall resonó nuevamente en la habitación.

Pero Jack ni siquiera lo escuchó; literalmente.

"Tú eres la razón de que la vida de Gidget ¡SEA UNA MIERDA!". -Estalló Jack, tomando la bandeja que tiene a un lado y estrellándola contra la pared que Rose a tiene a sus espaldas.

Haciendo que ella pegará un grito de terror, y que agachará y se cubriera la cabeza con las manos por instinto; mientras la comida, el agua y los pequeños pedazos de cristal y porcelana, le llovían encima.

"¡Señor DeWitt!". -Exclamo Hall por los altavoces, con furia y autoridad; exigiéndole que paré.

"¡Te haré escarmentar, maldita p***a!". -Le dijo en toda la cara, tomando a Rose de la solapa de la bata de hospital y jalándola hacia él.

Sin más preámbulos, le lanzo un escupitajo al ojo y mientras ella gritaba del disgusto y el miedo; la golpeó fuertemente en la mejilla con el puño izquierdo. La puerta de la habitación se abrió casi de golpe, Jason entró y salió disparado hacia él, Jack logro conectarle un par de golpes más antes de que Jason llegará hasta él y lo tomará de los brazos; envolviendo sus axilas y juntando las manos detrás de su nuca en un candado de sometimiento.

"¡Te odio!, ¡maldita perra!". -Exclamo Jack, luchando ferviente y frenéticamente para librarse del agarre de Jason, mientras tiraba de él y retrocedía dificultosamente; intentando alejarlo.

Rose, cubriéndose el esternón y parte de su enrojecido y congestionado rostro con las manos y los antebrazos; se le quedo mirando con el cuerpo agarrotado y temblando del miedo, ha dejado de ser él, ahora es un bestia; una verdadera fiera, que lo único que quiere es herirla y matarla.

Jack logro soltarse del agarre de Jason; haciendo que el corazón de Rose diera un vuelco y que la sangre se le helará, tras liberarse; Jack salió disparado y se lanzó hacia como un tigre a una gacela, con el corazón palpitándole, Rose reaccionó rápido; movió su costado derecho hacia la izquierda, y tomando propulsión de ello, lanzó su cuerpo por encima del barandal de la camilla logrando evitar el ataque de Jack, quién cayó sobre la camilla, la esposa la jaló de vuelta hacia la camilla, su cuerpo latigueó y aterrizó pesada y dolorosamente sobre su trasero en el suelo. Tras percatarse de que se le escabulló, Jack; fuera de sí, clavo su mirada sobre la mano que tiene esposada y envuelta en vendajes, inmediatamente se fue a por esta, la tomó con ambas y empezó a estrujársela sin misericordia con sus dedos, Rose; gritando, intentó ponerse de pie para buscar la manera de liberarse, pero no pudo; el dolor era demasiado.

Mientras Jason daba lo mejor de sí para alejarla de ella, Hall y el médico que se hallaba con él en la sala de observación contigua; entraron corriendo a la habitación, llegaron hasta donde Jason y comenzaron a auxiliarlo para apartarlo de Rose. Jack aumentó la fuerza de su estrujamiento un par de veces e hizo que Rose pegará dos gritos de sufrimiento puro, al ver esto; Al desenfundó su porra y lo golpeó fuertemente las muñecas varias veces con el extremo hasta que finalmente la soltó, para gran alivio de la desdichada mujer. Al; tras enfundar rápidamente la porra, tomándolo de un brazo y Jason del otro, lo levantaron forzosamente de la camilla y lo pusieron de espaldas contra la pared, el médico; les pidió que resistieran y lo mantuvieran ahí, tras lo cual procedió a sacar y llenar una jeringa con un fuerte tranquilizante.

Contener a Jack no les era en lo absoluto; fácil, el sujeto había adquirió una fuerza increíble y la energía y frenetismo de sus movimientos eran algo nunca antes visto para Hall, aun así; lograron mantenerlo bajo control tanto como pudieron, con mucho esfuerzo y empeño, el médico; tras golpetear la jeringa con la uña de su dedo índice, les pidió que lo mantuvieran lo más inmóvil posible y se acercó, al ver la aguja cerca del bíceps de su brazo derecho, Jack; tras abrir los ojos, pisó uno de los pies de Hall con todas sus fuerzas, haciendo que lo soltará mientras gritaba, rápidamente tomó al médico de la solapa y con un jalón y un movimiento de su cabeza; estrelló sus frentes entre sí con gran fuerza, ignorando el dolor, movió la cabeza de igual manera; en dirección contraria, golpeando a Jason en el rostro, el golpe redujo la fuerza de su agarre, Jack; aprovechando su aturdimiento, levantó la pierna derecha hacia el médico violentamente, golpeándolo en la mano; lanzando la jeringa lejos.

Su pierna siguió y lo golpeo en el mentón con el empeine, el médico; desorientado, se tambaleo hacia atrás, sus pantorrillas dieron con el borde de la camilla, se giró hacia su izquierda semiconsciente y cayó al suelo de rodillas; aturdido. Tras recuperarse un poco, Hall; sacado de sus casillas, miró a Jack con el ceño fruncido, eso era todo, fue suficiente, vio cómo se giró hacia Jason, poniéndolo contra la pared con su antebrazo presionando sobre su tráquea mientras desenfundaba nuevamente su porra, con un movimiento aumentó la presión y la fuerza sobre su cuello, sacándole el aire de los pulmones e inmediatamente después, lo golpeó fuertemente en la nuca con el extremo de su arma, quitándoselo de encima.

Mientras Jason tosía y luchaba por recuperar el aliento, Hall; con el brazo doblado, lanzó violentamente su codo derecho contra Jack, golpeándolo en la cara, le propinó un rodillazo en el estómago que lo hizo encorvarse de dolor, pasó su porra a su otra mano con un corto lanzamiento y lo golpeo en la espalda con ella, dejándolo arrodillado en el suelo, Jack se llevó una mano al abdomen, adolorido y Hall se colocó justo a su derecha, dedicándole una mirada severa y llena de autoridad que Jack sintió, en ese momento, Jack arremetió velozmente contra su espinilla usando sus nudillos, produciéndole un fuerte y agudo calambre de dolor que Al no fue capaz de ignorar.

Tras eso, Jack intentó ponerse de pie, pero Jason; ahora recuperado, lo golpeo en la espalda baja con su porra, e hizo que la encorvara adolorido, aun así, se forzó a ponerse de pie con la mano en la espalda, Hall se le acercó renqueando y comenzó a golpearlo erráticamente; junto con su compañero, con sus porras. Jack quería defenderse, pero era imposible; el dolor y los golpes le llovían desde todas direcciones y no le daban el menor respiro, apenas si puede cubrirse con los brazos, tras ser golpeado varias veces más en la espalda; un golpe especialmente doloroso arremetió contra uno de sus muslos, gritó y colocó una mano sobre su muslo mientras se flexionaba acalambrado del dolor; casi con la rodilla en tierra, Hall lo tomó de la camisa por el hombro, lo obligó a enderezarse, lo azotó un par de veces más en la espalda con su arma, y; hallándose detrás de él, estiró un brazo por encima de su hombro, lo tomó del lado izquierdo de su cara y rápidamente estrelló el otro lado de su rostro contra la pared.

Jack; aturdido, comenzó a tambalearse, tras acercársele; Jason aprovechó, lo tomó fuertemente del antebrazo derecho, lo jaló hacia él, y lo golpeo en el costado derecho su vientre con su puño izquierdo, tras lo cual, atrapó su cabeza, cuello y brazo derecho; envolviendo sus brazos sobre su hombro izquierdo en una llave, y procedió a derribarlo, girando hacia a su izquierda, chocando su cadera contra la de él; para desestabilizarlo, lanzándolo al suelo. Hall se le abalanzó y le clavó una rodilla sobre la espalda, haciéndolo gritar y Jason hizo lo mismo sobre su brazo; justo al lado de su codo, lo tomó del antebrazo con ambas manos y ejerció un poco de presión; tirando hacia sí mismo, sometiendo a Jack quién dejó escapar varios quejidos de dolor.

"¡Ya fue suficiente; Sr. DeWitt!, ¡ríndase!, si se resiste; le rompo el brazo". -Dijo Jason, molesto, enojado; y con autoridad.

Jack no tuvo más alternativa que obedecer, y miró hacia el suelo con amarga resignación. 20 minutos más tarde, acabo siendo esposado por un par de policías que llegaron por una solicitud de apoyo de Hall, quiénes procedieron a llevárselo de la habitación, con la orden de Al de que si se resistía o intentaba algo; usarán el teaser sin pensárselo.

Volteo y miró por encima de su hombro mientras era escoltado fuera la habitación, y logro darle un último vistazo a Rose, tras cruzar el umbral de la puerta; le hicieron doblar a la derecha y caminar por el pasillo hacia los ascensores. No podía sentirse más indignado, aquellos a los les ofreció su cooperación y colaboración; pidiendo a cambio solamente que le trajeran a su querida mascota de vuelta, lo están guiando hacia una celda, donde se quedara hasta nuevo aviso, vestigios de adrenalina de la intensa ira y odio que se apodero de él minutos antes; corrían aún por sus arterias, pero ha recobrado el juicio suficiente para mantenerse bajo control.

Los policías lo hicieron detenerse delante de un elevador y uno de ellos lo llamó apretando el botón, Jack comenzó a reflexionar mientras lo esperaban, a pesar de que aún cree firmemente que Rose intentó manipularlo allá atrás; tenía la vaga sensación—muy en sus adentros— de que un parte de él, no lo considera así. Aparentó de manera espectacular antes, pero lo cierto es; qué desde que escuchó todas las cosas que Rose le dijo, una extraña sensación de duda o inquietud había germinado en lo más profundo de sus entrañas, tanto era así; que se lo cuestionó por unos segundos, ¿habrá sido verdad todo aquello que le dijo? ¿o solo una farsa, puro teatro?

El tablero les anunció la llegada del ascensor con un ding, las puertas se abrieron, no había nadie adentro, y los policías y él entraron.

Alfonzo dejó a Jack bajo la vigilancia de su compañero por un par de segundos, presionó el botón de la planta baja del hospital y volvió a enfocarse en el hombre que están escoltando mientras las puertas se cerraban, sintió como el ascensor comenzó a ascender para acudir al llamado en algún piso más arriba, mientras eso ocurría, César y sus amigos; le vinieron a la cabeza repentinamente, recordó lo qué ocurrió, como el grupo y su amistad, acabaron fragmentados.

Se enteró de ello en una llamada casual que hizo al departamento de César, quería acordar un hora y fecha para la siguiente reunión con ellos a la cual iría junto con Al y Linda; para discutir alguna idea con la cual poder dar con Magnus. Cuando llamó, fue Jonathan quién lo atendió al otro lado de la línea; y fue gracias a él, que acabo enterándose de lo sucedido, tras eso le preguntó cómo se hallaba César y si había alguna posibilidad de que le pasase el teléfono, ya no para fijar una nueva reunión; sino para conversar con él y hacer el esfuerzo para levantarle un poco el ánimo, Jonathan fue honesto y directo. Tras enterarse —para su gran desánimo— que aquello era imposible por el momento, procedió a agradecerle a Jonathan por haber atendido y ayudado a aclarar sus dudas, después se despidió deseándole suerte y colgó, todo con cierto abatimiento que no se molestó en ocultar.

Puso al tanto a Hall y Linda con volvió a reencontrárselos en la comisaría; ninguno se atrevió a dar ningún comentario, algo de lástima y decaimiento apareció sobre sus caras tras intercambiar una mirada entre ambos; y guardaron silencio, silencio que Hall rompió tras varios segundos, restándole importancia el asunto como si nada hubiese pasado y ordenándoles que volviesen a trabajar; tras compartirles algunas palabras, buscando convencerlos de lo pasajera que es la vida y que hay más crímenes que atender. Pero Alonzo y Linda sabían que eso no era del todo cierto, está mala noticia no les trajo más que decepción, César y sus amigos eran lo único que tenían para dar con Magnus, ahora acaban de volver a ese laberinto sin salida, no tienen nada que les permita encontrarlo.

Rememoró esto con tristeza, mientras el elevador cerraba sus puertas dos pisos más arriba, luego de que varias personas entraran; a las cuales no les prestó atención. Desde que se enteró de esto, no podía quitarse el sentimiento de aflicción de la espalda.

Poco después de les notificará de esto, su jefe; Brian, en una sala de reuniones en la cual se hallaba presentes todos los oficiales de policía de la comisaría, comunicó a todo el mundo que el caso del ataque a World Trade Center, se hallaba oficialmente cerrado; desde ese momento. Las dudas y las preguntas no tardaron en caer sobre él, y explicó que; dado que la policía de Nueva York no ha reportado avances de ningún tipo al respecto, y que debido a la magnitud y a las repercusiones que ha tenido el ataque, este acabo convirtiéndose en algo que atenta contra seguridad nacional, por lo que; por orden del presidente de los Estados Unidos, el caso ha sido relegado al FBI. En otras palabras, la policía de Nueva York ha sido sacada prácticamente; del caso.

Esto fue; como si lo hubiesen abofeteado con un salmón, desde entonces, él y sus compañeros han sido relegados a casos más pequeños cómo el que actualmente le atañe. La sensación de derrota fue enorme, al igual que la impotencia que le embargaba, nunca se había sentido tan inútil e insignificante, sabe que incluso cuando contaban con César y sus amigos; no hacían más que toparse con callejones sin salida, pero peor era nada, contaban con lo que sabían de Magnus y con que pueden comunicarse con distintas especies de animales, algo que les permitía recopilar datos e información que podría llegar a serles útil. Ahora no tienen nada. Nada en lo absoluto. Ni siquiera una pista que les dé algún punto de partida.

Está profundamente decepcionado de sí mismo, no por qué es incapaz de hacer algo al respecto, ni por qué conforme más tiempo pasa; Magnus puede estarse acreditando más y más víctimas, sino por qué ya no ve manera de lograr el cometido que se fijó en un principio: Hacer justicia por la muerte de la pequeña Tina.

De no haber sido por él, la carpeta del caso de Tina habría sido quemada, por el mismo Brian o por algún otro subordinado. Finalmente entendía mejor que nunca cuan complicada es la verdad sobre la justicia. No es automática, no siempre se hace en nombre de la virtud, para respaldarla, o para que esta sea su recompensa, cada persona debe crear su propia justicia y eso no es fácil. Tiene todas las de perder ahora. Esto le ocasiona un hondo pesar; y no para de cuestionarse si lo logrará, si cumplirá con su cometido, la promesa que le hizo.

Tanto es así, que más de una vez le ha asaltado el pensamiento; de darse por vencido, de hacer lo que su jefe le pidió en un principio, botar todo el asunto al fuego y dejar que las llamas lo consuman. Hay veces en las que simplemente quiere olvidar, pasar página. Por más que lo piensa; no entiende por qué no puede, ¿Qué hay en lo más profundo de su ser? ¿Qué es aquello que no le permite deslindarse?, ¿Un sentimiento?, ¿Un pensamiento?, ¿Instinto?, ¿Un trauma reprimido?...

Nunca se ha detenido a pensarlo, lo conflictúa, asusta y hace sentir tan mal; que prefiere no pensar mucho en ello. Es lo único que le ha permitido seguir adelante ahora que todo se ha venido abajo, pero desde entonces; siente que su vida tiene menos sentido.

Regreso a la realidad justo cuando las puertas del ascensor se abrieron en la planta baja, espabiló al instante; y él y su compañero abandonaron el cubo del elevador junto con Jack. Ahora se hallaban en medio de un pasillo algo concurrido, se giraron y encaminaron hacia la derecha, al salón principal, en el camino; Alonzo vio varias camillas, estas se hallaban lo más pegadas a los muros para obstruir lo menos posible el paso de la gente que tuviera que transitar por ahí, ninguna de aquellas camillas se hallaba vacía, los heridos pertenecían a un mismo grupo, Alonzo lo supo al solo verlos: Víctimas del atentado en World Trade Center, las más graves; aún están recuperándose de sus heridas o luchando para sobrevivir hasta con el último de sus suspiros.

Un par de veces vio a familias o familiares, llorando la reciente muerte de un ser querido, a un médico/a o enfermero/a cubrir a alguien que; por las últimas expresiones de su cara, murió agonizando, sufriendo. Algo que agravo su aflicción, decepción e impotencia, esas personas y las que fallecieron jamás obtendrán justicia, pensó mientras se alejaba de ahí cabizbajo; con una mirada lamentación. Atravesaron el salón, yendo hacia las puertas delanteras, las abrieron, atravesaron el umbral y fueron dejando el hospital cada vez más atrás.

Halla volteo hacia Rose; tras haber terminado de hablar y de explicarle lo sucedido al médico que ha estado atendiéndola desde que ingreso y al director del hospital. Está siendo atendida por una enfermera, quién está viendo y revisando las puntadas de sus dedos. No tardó en dedicarle una mirada culposa y lastimosa, de haber sabido que las cosas terminarían así; no habría involucrado a Jack. Es su culpa, él la puso en peligro al dejarla sola en la misma habitación con él, pudo haberla matado; incluso, ella no se merece algo como eso; pensó, hasta donde sabe, no tiene la autoría de la desaparición de Gidget en ningún sentido ni aspecto, y aunque si fuera; —desde su perspectiva—seguiría sin merecer la muerte, incluso si se tratará de una psicópata homicida sin la que el mundo estaría mejor.

Su trabajo es asegurarse de que la ley se cumpla; no hacerla o permitir la "justicia" por mano propia. Se giró con tristeza en sus ojos y se le acercó.

"¿Cómo está?". -Preguntó a la enfermera.

"Tuvo suerte, aparte de los golpes que recibió, no se le abrió ninguna puntada; ni se rompió nada. Le he dado un analgésico para minimizar el dolor de sus heridas y unté algo de pomada antirreumática en sus moretones para reducir la hinchazón, está en shock, pero fuera de eso; estará bien". -Fue la respuesta que recibió.

Él dibujó una pequeña sonrisa falsa.

"¿Podría dejarnos solos?, necesito hablar con ella". -Pidió.

"Claro. De hecho; yo ya me iba, solo permítame volver a ponerle los vendajes".

Hall le contestó asintiendo con la cabeza. Cuando hubo terminado; y se retiró, Hall posó su mirada sobre Rose, tras varios segundos de silencio, de cerrar los ojos momentáneamente y suspirar apesadumbrado; le dijo:

"...Lo siento, señora DeWitt. Le juró, que no era mi intención hacer que...todo esto pasará". -Con la mirada baja, avergonzado y con las manos juntadas a la altura de su ingle; en un gesto culposo.

Tras unos segundos, levantó la mirada y se le quedo viendo. Rose volteo a verlo, sus ojos se hallaban vacíos y fríos; cómo los de un muerto, su rostro era una máscara petrificada que no dejaba traslucir nada. Se le quedo mirando en silencio, traumatizada. Tan sobrecogida por lo que ocurrió; que es incapaz de sentir algo más.

Hall permaneció ahí de pie, mirándola; tan cayado cómo una tumba, en espera de una respuesta. La cual jamás llegó. Tras un par de minutos —que se sintieron interminables— volvió finalmente en sí. Movió las piernas para mecerse; con la mirada en el suelo, para liberar de un poco del peso que siente sobre sus hombros; por lo tensa e incómoda de la situación. Tras hacerlo; se giró moviendo su pierna izquierda y clavo su mirada sobre el director del hospital y sobre el médico de quién es paciente Rose, estos intercambiaron unas últimas palabras con la enfermera que le revisó las puntadas y un compañero suyo; y luego de eso, se giraron y encaminaron hacia la puerta; desapareciendo rápidamente de su vista.

La sombra de aflicción y pesar de Hall se hizo más oscura luego de eso. Antes de que se acercará a Rose para hablarle, habló con ellos y le dijeron algo; que solo alimentaría y engrandecería la desdicha de la mujer. Su ha recuperado bastante bien, y ahora; luego de la que enfermera comprobara el estado de sus puntadas y la regeneración de los tejidos de sus dedos, no tienen la menor duda: Van a darla de alta hoy. En otras palabras, está lista para aguardar todo el proceso de su juicio; en una celda.

Hall se sentía realmente mal por ella, su marido la atacó, quiso matarla; ¿y ahora esto? Tanta era la empatía y lástima que le tenía, que sentía el fuerte deseo de apiadarse de ella, de ser benevolente e indulgente, algo contra lo cual se vio forzado a resistirse, fue un trago de lo más amargo, debe mantenerse neutral y respaldar la ley sin importar las causas ni las circunstancias, ese es su trabajo; como el de todo policía.

Además; de él no depende. No puede quitarle las esposas, decirle que no ha pasado nada y que puede irse. Lo más que podría hacer; seria ayudarla a escapar, pero eso lo volvería cómplice y un fugitivo al igual que ella. No va a botar toda su vida y su carrera a la basura, por una mujer a la que apenas conoce.

"Señora DeWitt". -Dijo, girándose a ella. Haciendo que lo mirará. -" Lo lamento mucho; pero, su médico me ha informado que sus heridas están prácticamente sanadas. La darán de alta hoy, y.…tendremos que escoltarla a la comisaria o a la jefatura de policía, y ahí permanecerá, dentro de una celda, hasta que su juicio acabe".

Permaneció ahí de pie luego de eso, mirándola en silencio, no en espera de una respuesta; sino por mera cortesía, para verse lo más respetuoso y comprensible que fuera posible.

"Aproveche y relájese, vendre..". -Intentó decir; luego de varios segundos de silencio, pero se calló al instante al ver que se levantó. La inexpresividad e indiferencia con lo que lo hizo, ocasionaron que Hall bajará las cejas; extrañado y desconcertado.

"...Vámonos". -Le dijo desalmadamente. Aturdida o en shock, como si fuese un cascarón vacío.

"¿Qué?, ¿A dónde, Señora?". -Preguntó, extrañándose más.

"...A mí celda".

"¡¿Qué?!, no; oiga, no tiene que irse ahora mismo Señora DeWitt, podemos-".

"No. No quiero, me voy; ahora". -Dijo pausadamente, con voz átona; tal y como lo ha hecho desde que se reincorporo. Y pasó por su lado, dirigiéndose a la puerta; con un andar fúnebre.

"...¡Alto!, ¡no se vaya, o-!".

"¿O qué?, ¿me detendrá?, ¿me esposará a la camilla?". -Le dijo, deteniéndose en seco, la cabeza girada hacia la derecha y mirándolo por encima del hombro; con el rabillo del ojo. -" Ya no tengo que nada por qué estar aquí, usted mismo lo dijo, ¿entonces que caso tiene?". -Dijo. Con voz apagada, triste y vacía. Giró su cabeza, poso su mirada en el umbral, y reanudo su sombría marcha; con el rostro ensombrecido, emanando una poderosa y depresiva vibra.

Aquella aura, mermó los ánimos y el humor de: Hall; la enfermera que la revisó y los del compañero de trabajo de esta. Permaneciendo donde están, inmóviles; estáticos, sin hacer más que ver; como salía lentamente del cuarto, con una expresión de incredulidad y preocupación —quizás hasta de lástima— en sus rostros. su depresión era tan palpable y contagiosa; que les fue imposible no sentirse mal por ella.

Desanimado y completamente derrotado, Hall procedió a alcanzarla. Cuando lo hizo; comenzó a escoltarla, caminando a su lado; a su ritmo. Llegaron hasta las puertas del elevador, lo abordaron y después; llegaron al lobby, donde Rose pidió que le devolvieran las pocas pertenencias que llevaba cuando la arrestaron. Tras eso, fue al baño acompañada de una enfermera; ahí se cambiará de ropa y devolverá la bata de paciente entregándosela a la enfermera.

Mientras aguardaba, montando guardia cerca; Hall comenzó a pensar en las víctimas del atentado que vio en el pasillo cuando la escoltó hasta el lobby, y recordó con cólera; el día en el que Brian les dijo que el caso de Magnus pasaría a manos del FBI. Él y Linda sabían que no era realmente culpa de él, esas órdenes provenían de personas que están más arriba, pero no pudieron evitar sentirse asqueados y enojados hacia su jefe, si no hubiera ignorado aquel mensaje escrito con sangre en esa serpiente que le entregaron; o si al menos no se hubiera desechó de ella, les hubiera servido de evidencia y les habría dado algo más de tiempo para tratar de resolver el caso.

De vez en cuando, se mortifica un poco por lo sucedido entre César y sus amigos, pero está dando lo mejor de sí para no anclarse a ello, a no dejar que lo afecte tanto, pero Alonzo; es otra historia. Sabe que él realmente lo intenta, se esfuerza por ser fuerte, lo disimula bastante bien y es convincente, pero Hall sabe que está en medio de un mar de dudas.

Desde que César y sus amigos se separaron, se le han escapado un par de frases; en las que expresó implícitamente, su duda y descontento. Pero fueron sus acciones; las que terminaron de convencerlo. Lo ha visto malhumorado en varias ocasiones, como si no parara de refunfuñar en sus pensamientos y cuando le ordenan hacer algo; su lenguaje corporal es atropellado y precipitado, parece hacerlo a regañadientes.

Está frustrado y molesto consigo mismo, como si le faltará algo, Hall ha estado ahí, por eso lo sabe. Fue en su empleo anterior, no sentía satisfacción, ni autosuperación, en otras palabras, detestaba aquel empleo, laboraba por necesidad y obligación; más que por gusto. Eso cambio, cuando logro entrar en la academia de policía y se graduó.

¿Qué es lo que le hace falta a Alonzo?, pensó, ¿La frustración y la impotencia estarán siendo demasiadas para él?, ¿será que... ya no quiere ser policía? La voz deprimida y apagada de Rose lo sacó de sus pensamientos, se ha cambiado de ropa y está lista para irse. Hall no dijo nada, simplemente asintió con la cabeza, ella comenzó a caminar hacia la puerta; con un andar un poco más fluido y resuelto, mientras la escoltaba; siguiéndola de cerca. Preguntándose como será y como terminará el juicio contra ella; toda una novedad. De todos los casos que ha seguido y atendido, jamás ha mostrado tanto interés ni expectativa por ver como resultarán las cosas; como lo está haciendo ahora.

¿Por qué?; ¿a qué se debe?, pensó. ¿Será su empatía hacía ella?, ¿pena, debido a su estado tan delicado?, ¿o habrá algo más de por medio? ¿Se tratará de algo más íntimo?, ¿algo personal; quizás?

Dejó de pensar de ello, cuando él y Rose salieron; dejando las puertas del hospital atrás. Decidió no pensar más en ello; por el momento, al fin y al cabo, no hay ninguna prisa, podrá reflexionar sobre eso después.

Dos horas antes.

"¡Vamos!, ¡caminen!". -Le demandó un dingo con autoritarismo, tras darle un fuerte "manotazo" en el trasero a Max; con las almohadillas de una de sus patas delanteras.

Esto lo mandó de hocico contra el suelo, estaba adolorido; pero no tardo en reincorporarse y dedicarle una rápida mirada a Gidget; quién está mirándolo preocupada.

"¡Ya oyeron!, ¡caminen!". -Vociferó una zarigüeya, mostrándoles los colmillos; con el cuerpo en tensión, preparada para abalanzárseles en cualquier momento.

Max se contuvo, ocultó su ira e indignación, y procedió a obedecerlos de mala gana, Gidget siguió su ejemplo inmediatamente.

"¡Más rápido!". -Ordenó la zarigüeya, tacleando a Gidget; empujándola con brusquedad.

El dingo también lo forzó a avanzar más rápido; con un ademán amenazante. Aguantó nuevamente estos abusos y maltratos, no tenía de otra, ahora lo sabe, la indignación y la ira ya se le han pasado y tiene la mente lo suficientemente despejada; para pensar y hacer bien las cosas. Debe mantener sus emociones bajo control, si se deja llevar por estas y dice lo que realmente piensa; acabarán matándolo, y seguramente; a Gidget también.

Avanzaron por un lúgubre pasillo cuadrado, con paredes de concreto y pobremente iluminado; en dirección a; quién sabe dónde, el dingo y la zarigüeya nunca se los dijeron y cuando intentó preguntarles, estos lo hicieron callar con violencia. No dejaba de mirar a Gidget de reojo, ahora que ha vuelto a sus cabales; sabe lo estúpido e injusto que fue con ella, justo como le había dicho ayer: No había otra opción, era aceptar o morir. La culpa y el remordimiento lo han estado carcomiendo desde que el dingo y la zarigueya; bruscamente los despertaron y sacaron de esas horribles jaulas, y no paraba de lamentar, el que lo sacaran y pusieran en otra jaula; justo cómo se los pidió.

El pasillo se fue encorvando ligeramente hacia la izquierda, llegaron al ángulo de una esquina; por la cual torcieron, dando a un pequeño tramo más de aquel túnel con forma de pasillo, al final del cual; lograron ver una maltrecha puerta enrejada, hecha de aquel horrible alambre de púas herrumbroso y más de allá de esta, un suelo de concreto; mortecinamente iluminado por una luz blanquecina. Mientras atravesaban dicho tramo, lograron escuchar murmullos débiles, se detuvieron delante de la puerta enrejada, los murmullos se convirtieron en centenares de susurros; llenos de intriga y emoción, el dingo se acercó a la reja y; sentándose en el suelo, comenzó a rasgar las fibras; tensamente trenzadas en barrotes de la puerta, con las garras de sus patas delanteras.

Pronto, escuchó cómo alguien o algo rasgo metál; al otro lado de la puerta, cómo si le respondieran con una especie de código parecido al Morse, se puso de pie luego de eso y retrocedió unos cuantos pasos, deteniéndose al lado de Max, mirando; absorto, el suelo al otro lado de la puerta. ...Aguardaron, en medio de un silencio absoluto y expectante. Max intentó resistirlo; tensó e incómodo, y lo logro...por unos segundos, al final; acabó haciéndosele completamente insoportable, y; buscando liberar tensión, se decidió a intentarlo.

"Gidget,-¡AH!". -Intentó decir, mirándola, pero el dingo arremetió rápida y dolorosamente contra su nuca; con un fuerte ``manotazo´´.

"¡Cállate imbécil!". -Le vociferó en toda la cara, con completo autoritarismo; hecho una furia.

Max obedeció con toda la amargura del mundo; con la mirada baja, y sin tener de otra, se limitó a esperar aquello por lo que están aguardando. Desde donde estaba no podía ver más que una pequeña fracción del suelo y el alambrado de púas. Mientras esperaban, escuchó un par de veces más; que volvían a rasgar un metal y al poco tiempo; una respuesta, al igual que con el dingo. Poco después, surgió un profundo aullido; y el alambre trenzado en barrotes, comenzó a desplazarse hacia arriba, el chirrido que las púas produjeron al rasgar el concreto; fue de lo más molesto y desagradable. Max cerró fuertemente los ojos; aturdido, cuando el chirrido termino, el dingo lo tomo del pescuezo con los dientes, mando a volar a Gidget hacia el frente con una patada e hizo que él se le uniera; arrojándolo.

Tras caer sobre el duro suelo, el chirrido nuevamente se produjo, haciéndolos gritar del dolor, mientras se cubrían las orejas con las patas y cerraban fuertemente los ojos, aquel horrible sonido cesó tan rápido como comenzó, Max comenzó a reincorporarse; algo aturdido aún, escuchando un verdadero alboroto, y abrió los ojos; ya de pie.

Está en un amplio salón o habitación, a su alrededor; se alzaban 4 enormes paredes, de color gris oscuro, volteó hacia la que tiene a su derecha y miró hasta arriba, miden diez metros de alto; cuando menos, desplazó su mirada hacia el entretecho y, justo ahí, mirando desde el margen de un enorme boquete, se hallaban congregados centenares de animales. El alboroto provenía de allí, no paraban de brincar en sus sitios ni vitorear; extasiados, tras mirar rápidamente a algunos, alguien quién se hallaba en primera fila; captó la atención de Max: Magnus. Se halla sentado sobre sus ancas, cruzando miradas con él; con una actitud fría, severa y cruel. A Max le costó mucho despegar su mirada de él, cuando lo logro, ahí; justo a su lado, vio a su hija, Melissa, mirando hacia donde están ellos, con un rostro afligido y preocupado.

Por encima del griterío de los animales, Max escuchó varios murmullos que lo hicieron bajar la cabeza, miró a su alrededor y se percató de que; alrededor de aquel lugar, hay tres decenas de animales de todo tipo, intercambiando palabras y miradas entre sí. Entre ellos, hubo uno en específico; que llamó su atención, una pequeña lince cachorra, con el pelaje lleno de mugre y suciedad, no dejaba de mover la cabeza lado a lado ni de mirar de soslayo a su alrededor, Max pudo ver el miedo y la incomprensibilidad en su mirada, no entendía nada. No era la única, todos a su alrededor están igual de desconcertados, inquietos, y preocupados, concentró su mirada en la pequeña cachorra, el miedo dibujado sobre su adorable carita; bastó para que germinará una profunda lástima hacia ella, dentro de él.

Detrás de los demás hay más rastrillos cómo por el que entraron él y Gidget, son ocho en total —incluyendo el que tiene detrás y a su derecha—. Gidget; tras reincorporarse, miró a su alrededor con un rostro lóbrego, ni Max, ni ella; ni nadie, sabían que pasaba o qué pasará, pero el lugar; iluminado con aquellos focos casi al nivel del suelo, les ocasionaba un muy mal presentimiento. Unos cuantos golpes fuertes hizo callar a todos, miraron hacia arriba, un pangolín, hizo un movimiento y golpeó nuevamente, un bote de basura de aluminio lleno de abolladuras con un tubo de hierro; que está sujetando con su cola, como si fuese un gong o una campana.

"Escuchen pen****s, aquí veremos quiénes de ustedes son lo más hábiles y fuertes". -Dijo, luego de que consiguiera toda su atención. -" Miren a su izquierda, ahora a la derecha, grábense bien los rostros de todos los que están ahí con ustedes, por qué uno de sus rostros se encargará de matarlos". - Esto tomo a todos desprevenidos y le clavaron sus miradas inmediatamente; atemorizados y angustiados. -" Solo uno sobrevivirá, el o la mejor. Lucharán hasta la muerte. Quién sobreviva; recibirá entrenamiento para explotar todo su potencial y convertirlo en un elemento valioso para nuestra causa. Y ni se les ocurra negarse".

En ese momento, una joven lince Lynx; bastante parecida a la cachorra, dejó escapar un corto pero fuerte: ¡Ouch!, haciendo que todos lo miraran, levantó su pata delantera izquierda y al verla; inmediatamente la agitó violentamente, Max presenció cómo una mancha pálida y amarillenta salió arrojada de su pata y cayó al suelo, forzó la vista entrecerrando los ojos, y vio que se trataba de una pequeña araña, qué salió disparada tan pronto cayó al suelo, un parpadeo; desapareció tras lo completa negrura de la entrada más cercana.

La lince bajó la pata tras verla por un par de segundos, decidió no prestarle importancia. Volteo a ver a la pequeña cachorra, quién la miraba con especial preocupación y angustia; y le dedicó una pequeña sonrisa, cálida y tranquilizadora, pero no tardó en abrir los ojos preocupada, todos vieron cómo se puso de pie; agobiada, trato de avanzar con una mirada de temor, llena de dudas e inseguridad, las patas le temblaban cómo gelatina, logro dar un par de pasos antes de desplomarse al suelo.

"¡Hannah!". -Exclamo la cachorra con angustia; y corrió hacia ella, sin dudar.

Un panda rojo trató de atraparla para impedírselo, pero fracasó en el intento. Max vio que Hannah movió los labios, diciéndole seguramente unas palabras a la cachorra que él no pudo oír, se hallaba tan débil; que pareció susurrarlas. Tres hilos de espesa telaraña, salieron disparados súbitamente de la oscuridad, atravesaron los espacios de la pared enrejada del rastrillo detrás de Hannah; el extremo de estas cayó y se adhirió al lomo de la lince, alguien o algo tiro con gran fuerza de estas, arrastrándola por el suelo como si fuera una muñeca de trapo y la estrelló violentamente contra los "barrotes".

A pesar de su debilidad; Hannah dejó escapar un estremecedor grito de dolor, las púas del alambrado le atravesaron las carnes de su lomo, esto solo motivo a la cachorra a correr más deprisa; mientras los demás miraban atónitos, Hannah reunió fuerzas e intentó separarse del alambre, pero solo consiguió que volviera a gritar con más fuerza, se hallaba demasiado clavada por las púas. Justo después, un verdadero enjambre de arañas; emergió desde la negrura detrás de ella, comenzaron a subírsele encima, había arañas tan grandes como una mano, esto produjo un escalofrío en la cachorra e hizo que se detuviera en seco.

Los arácnidos no tardaron en hundir sus mandíbulas sobre Hannah, sus gritos de terror y dolor hicieron espabilar a la cachorra, ella volvió a gritar su nombre y antes de que pudiera salir corriendo hacia ella otra vez; un manturón envolvió su cola alrededor de su vientre y espalda, la jaló hacia atrás y rápidamente le cayó encima.

"¡¿Qué haces?!, ¡déjame!; ¡quítate de encima!". -Le exigió, dando lo mejor de sí para intentar reincorporarse.

"¡No!". -Escuchó Max otro grito, que provino de arriba; miró hacia allá, había sido Melissa. -" ¡No, alto!, ¡deténganse!, ¡Papá, diles que paren!". -Dijo, girándose hacia padre, sentándose en el suelo; y tomándolo de su pata izquierda con ambas patas. Magnus volteo, pero solamente se le quedo viendo con un rostro pétreo e inexpresivo.

"¡No!". -Le contestó el manturón a la cachorra.

"¡Debo ir con ella!, ¡tengo que salvarla!". -Exclamó, con voz quebrada; angustiada y desesperada.

Entonces, escucharon unos ruidos extraños que captaron su atención, Max miró hacia arriba y vio arañas enormes, inmensas; las más grandes que jamás ha visto y que salían de aquel boquete que tienen sobre sus cabezas. Caminaban por las paredes o descendían lentamente hacia el suelo con telarañas...en dirección a Lyana. Al bajar la mirada, vio el terror en la mirada de la cachorra. se quedó ahí, inmóvil, solo pudo observar cómo esas aterradoras cosas con ocho patas; llegaban hasta ella.

"¡No, por favor!, ¡detenlos Papá!, ¡Papá!; ¡Papá!, ¡por favor!". -Suplicó Melissa, mientras agitaba frenéticamente la pata de su padre, quién solo se le quedo viendo con una mirada estoica.

Los estertores de Hannah se volvieron realmente espantosos y desgarradores, Max vio que la cachorra se hallaba estupefacta, miraba fijamente a Lyana; podía ver su lucha interna en su mirada, el brillo de anhelo en sus ojos, el deseo de hacer algo para ayudarla; pero también, su inmensa duda.

"¡Lyanaaaa...!". -Gritó Hannah. La desesperación, súplica, dolor y tristeza con la que lo dijo, conmovieron profundamente a Max...le destrozó el corazón. Fue lo último que grito, cerró lentamente los ojos y su cabeza cayó plácidamente al suelo.

Eso fue todo, Lyanna no pudo contenerse más y con todo el dolor e impotencia de su ser; rompió a llorar, acurrucándose debajo del manturón. Nadie hizo más que mirar; pasmados y horrorizados, cómo las arañas devoraban el cuerpo de Lyana, Max logro apartar la mirada y luchando contra el morbo, miró por encima de su hombro; con el rabillo del ojo, hacia arriba.

Los espectadores también miraban, con completa frialdad y paciencia, Melissa era la única excepción, se hallaba afianzada a la pata izquierda de su padre, con la cara hundida en ella; cubriéndose los ojos y espirando de manera brusca y entre cortada, al borde del llanto. Tras varios minutos, las arañas comenzaron a alejarse rápidamente, Lyana quedó reducida a un horror de huesos casi descarnados, con algunos tendones, músculos y rastros de pelaje. La lengua le había sido cercenada, se hallaba depositada cerca de su hocico, al lado de esta; se halla la mandíbula inferior, que le rompieron y separaron del cráneo, su cola era solo vertebras, lo peor de todo; era su mirada. La lóbrega imagen de ese ojo izquierdo, inmóvil, vacío y frío; quedó grabada por siempre en la memoria de Max.

"Eso les pasará a quienes se nieguen". -Escuchó la voz del pangolín, por encima del llanto de Hannah.

Todos voltearon a verlo, en medio de un pesado silencio fúnebre.

"Pueden hacer lo que les plazca, pero deben matar a todos los que tienen a su alrededor, si no tiene las agallas para matarlos y los noquean; las arañas se encargarán personalmente de ellos o de ustedes. Ellas también pueden hacer lo que les dé la gana, pueden proporcionarles apoyo, o traicionarlos y devorarlos". -Esto puso aún más nerviosos y asustados a los animales que están forzando a luchar a muerte. -" Pueden aliarse en equipos entre ustedes para apoyarse, pero al final solo quedará uno, si no lo deciden entre ustedes mismos, lo haremos nosotros. Qué ni se les ocurra tratar de atraer y engañar a las arañas para intentar matarlas; ah; y, yo pegaría un ojo a las puertas que hay a su alrededor si fuera ustedes". -Tan pronto dijo esto, algunos animales; sugestionados por aquellas palabras, miraron detrás de ellos con pánico y miedo. -" Detrás de ellas hay guardias, si intentan algo contra las arañas; ellos tendrán permitido intervenir o unirse al combate, si se acercan demasiado a los rastrillos; será que mejor que recen o reaccionen rápido si no quiere perder una pata o su vida de mi***a". -Explicó. -" Listo, no más bla bla bla. ¡Comiencen!". -Gritó, golpeando nuevamente aquel bote de basura; como un gong.

Max abrió los ojos y miró rápidamente a su alrededor; sobre saltado, todos los animales hicieron exactamente la mismo, la mayoría intercambiaba palabras entre ellos, aquellas voces y palabras se encimaban tanto que no podía entender nada de lo que decían, pero no le dio importancia. Giró la cabeza hacia su derecha y se encontró con los bellos ojos azules de Gidget, en ese momento; recordó lo que pensaba decirle antes, cuando se estaban por entrar a ese lugar.

Música: Dante`s Inferno soundtrack – Babalon Ors.

"Gidget-".

"¡Cuidado!". -Exclamó preocupada y rápidamente se le lanzó; tacleándolo.

La brisa del movimiento de un zarpazo; pasó por encima de sus cabezas, cayeron al suelo, una vez ahí, Gidget levantó la cabeza y miró rápidamente por encima de su hombro, regresó su mirada hacia el frente y algo tan o más rápido que el viento; la golpeo en el rostro, lanzándola lejos.

"¡Gidget!". -Dijo Max con preocupación, intentando reincorporarse; pero antes de que pudiera, unos puntiagudos y poderosos colmillos se clavaron en su hombro izquierdo.

Gritó y cerro fuertemente los ojos, mientras intentaba alejar aquel hocico de su hombro; empujándolo con su pata derecha, el animal aumentó la presión y fuerza de su mordida; y lo hizo gritar más fuerte, su instinto de supervivencia y sus instintos animales hicieron reaccionar a Max, y con violento frenesí le plantó varias mordidas veloces y pequeñas—pero cargadas de gran fuerza— en el puente del hocico. El animal aquel intentó resistir y aumentó el poder de su mordida, pero rápidamente cedió y se apartó, Max se puso de pie y se giró hacia él o ella; apoyando su peso en su pata derecha y sus patas traseras.

Un mandril fue quién lo mordió, mientras lo miraba atentamente; Max finalmente se dio cuenta del pandemonio a su alrededor, escuchaba vitereos, protestas, exigencias, amenazas, gruñidos, chillidos, quejidos, castañeos de dientes, rugidos, siseos, etc, aquello se había transformado literalmente en un circo. Hecho una rápida ojeada hacia su derecha, alcanzó a ver que los animales se hallaban ya enfrascados en un frenético e intenso combate de todos contra todos, regresó su mirada al mandril, vio con sobresalto que se precipitaba hacia él, tuvo sola una milésima de segundo; pero logro evitarlo, moviéndose a la derecha.

El mandril lo encontró rápidamente con la mirada y giró sobre su flanco izquierdo, las garras del mandril rosaron peligrosamente una de sus orejas, esquivó por poco los arañazos descendentes que le lanzó; agachando su cuerpo, le frunció el ceño queriendo gruñirle y se le lanzó, tacleándolo/a, tirándolo/a al suelo de espaldas. Ya encima; arremetió contra su pecho usando sus dientes, el o la mandril dejó escapar un chillido y rasguño su espalda con sus garras, Max intentó resistir; pero el dolor fue muy fuerte, fueron cinco zarpazos, alejó su hocico de él o ella en el tercero y gritó un par de veces, tras lo cual, el o la mandril lo tomó con sus manos y lo estrelló contra el suelo a su derecha, e invirtió posiciones.

Abrió su mano izquierda, pero cuando estaba a punto de arañarle el rostro; un glotón llegó repentinamente desde su derecha y la tacleo, Max no salió endeble, una de sus patas lo piso fuertemente en vientre. Se reincorporó con dificultad, aquella pisada lo sofoco, lograba mantenerse de pie; sintiéndose débil, las patas le temblaban, y se esforzaba por recobrar el aliento lo más rápido posible, todo está ocurriendo tan rápido- Ni siquiera pudo terminar de pensar eso, el ruido de unas pisadas; acercándose rápidamente, lo hicieron voltear hacia la izquierda y vio a 4 yendo directamente a por él.

Seguía faltándole el aliento, pero se las arregló. Costándole mucho moverse; logro esquivar y evadir muchos de los golpes y ataques que llovieron sobre él, lograron acertarle algunos que; por suerte, no pasaron por encima o cerca de alguna parte que pudiera comprometerlo mucho más, como un ojo o una zona blanda del cuerpo. Logro recuperar un poco de aliento en el proceso, saltó por encima de un coatí que intentó embestirlo, esquivo la mordida de un ocelote haciéndose hacia un lado; y esquivó el ataque aéreo en picada de una cigüeña, tomando impulso corriendo para después barrerse por el suelo.

Se puso de pie rápidamente y volvió a concentrarse en ellos, ellos no tardaron en localizarlo; pero varios animales cargaron contra ellos, antes de que ellos pudieran hacerlo nuevamente contra él. Max tuvo un segundo de respiro, en el que solamente pudo dejar escapar un pequeño suspiro de alivio; para después volver a entablar combate con otro animal que no tardó en acercársele.

Gidget fue lanzada violentamente y chocó dolorosamente contra una pared, se deslizo contra esta hasta llegar al suelo, una vez ahí; inmediatamente se puso de pie e hizo un corto salto de longitud, esquivando a un armadillo que fue catapultado hacia ella con gran fuerza con la ayuda de otro animal. Gidget rodó sobre su espalda tan pronto sus patas tocaron el suelo y se puso de pie de un salto, volteo hacia la derecha, un enorme rottweiler le lanzo una mordida que ella esquivó sin ningún problema, saltando hacia atrás, el rottweiler intentó arremeter contra ella otra vez, pero cuando giro la cabeza; su mentón recibió una fuerte patada que ella le conectó con su pata trasera izquierda, tuvo que dar un gran salto para alcanzarlo por la diferencia de tamaños. Aquel golpe lo dejó aturdido y desorientado, Gidget intentó sacar provecho de ello; pero un ave la atacó desde arriba y se lo impidió, logro percatarse de su ataque sorpresa y lo esquivó en el último segundo, enfocó su atención en el cisne, pero antes de que pudieran enfrascarse con él o ella; el rottweiler, se le lanzó y la embistió tras gruñirle y ladrarle encolerizado.

La pomerana voló y cayó metro y medio más lejos, el cisne le asestó un aletazo y varios picotazos al rottweiler antes de que pudiera ir por ella, haciendo que el enorme can la olvidará por el momento y se enfocará en el cisne. Gidget se levantó, tuvo unos pocos segundos de paz y tranquilidad en medio de aquel caos; en los que no hizo más que mirar alrededor, recobrando el aliento y con su dolor menguando cada vez más. Un nuevo adversario apareció súbitamente y la volvió a sumir en la batalla. Las arañas bajaron del entretecho andando por los muros o desciendo con sus telarañas y se unieron a la diversión, haciendo justo lo que el pangolín dijo que harían, hubo algunos que recobraron el conocimiento, lo último que vieron; fue a esos arácnidos y lo último que hicieron, fue pegar un grito de terror que duró poco.

Música: Dante´s inferno soundtrack – Donasdogama Micma.

Los animales comenzaron a caer muertos; la batalla se hallaba en su punto más álgido, se volvió un frenesí, chocaban entre sí, se movían y atacaban de todas las maneras que se podían imaginar, Magnus no pudo contener más su emoción y entusiasmo, aquello era arte puro, un deleite para sus ojos, una sonrisa de exaltación se dibujó sobre sus labios y comenzó a menear la cola. Él no era el único que se sentía así. El público congregado a su alrededor, comenzó a lanzar palos de escoba, tubos, botellas, guijarros, rocas, cualquier cosa con la cual pudieran llegar a herir a alguien; o que pudieran proporcionarles para hacer aún más interesante el combate.

Muchos de los combatientes que quedaban; hicieron exactamente lo que ellos querían, rápidamente se acercaron al objeto que cayó más cerca, se armaron con el cómo pudieron, y las blandieron contra los que están luchando. Max y Gidget seguían vivos; pero no ilesos, Max está bastante magullado, goteaba un poco de sangre, tenía cortes, heridas y moretones en varias partes de su cuerpo, Gidget por su lado; no se hallaba tan mal, había recibido varios golpes desde que todo esto comenzó y tenía alguno que otro moretón, pero nada más.

Desde que la batalla se intensificó, ambos intentaron reunirse varias veces, les era muy difícil localizarse entre tanto movimiento y caos.

"...Por favor papá". -Rogó Melissa, con voz ahogada y derramando lágrimas, fuertemente abrazada a la pata de su padre; y ocultando su rostro entre el espeso pelaje de la misma.

Negándose a ver, no podía; y no quiere hacerlo, es demasiada crueldad, también le gustaría taparse los oídos para no escuchar, los estruendos de los choques del metal, ni los gritos, pero no puede cubrirse la cara, los ojos, abrazarlo y rogar; al mismo tiempo.

- "...Por favor...haz que paren...".

Magnus no dijo nada, simplemente la miró por un segundo; sin alterar en lo más mínimo la expresión de su rostro, y regreso su mirada al fondo de aquella fosa.

Música: Dante´s inferno soundtrack – Dante, Casarma Treloch (repetidamente sí les necesario, también pueden detenerla y reanudarla cuando les parezca conveniente; debido o dependiendo del momento).

Gidget esquivó el balanceo de una cadena, comenzaba a agotarse, ya no podía noquear a sus adversarios con la misma facilidad que antes, y cada vez le era más y más difícil; contenerlos. Varias piedras caían a su alrededor, una botella se precipitó y se destrozó a sus pies, retrocedió asustada, evitando el golpe de un palo grueso, el extremo del palo tocó el suelo y se partió; disparando astillas, oyó tintineó de la cadena, retrocedió con un pequeño salto; el último anillo de acero arremetió contra su hombro derecho como un látigo, haciéndola gritar un momento, rodó sobre su espalda con una pata encima del hombro lastimado, esquivando la cadena. Se puso de pie, los dos animales se lanzaron contra ella, Gidget retrocedió, se topó con una pared y comenzó tantear rápidamente a su alrededor, sintió un objeto, se lo llevó velozmente a la boca y lo tomó con sus dientes, era un tubo de metal reluciente; tan delgado y puntiagudo como una vara, de un salto; apoyo las almohadillas de sus patas contra la pared que tiene detrás y se impulsó hacia adelante, blandiendo el tubo.

Sintió las vibraciones del tubo entre sus encías cuando los golpeo en el rostro, se giró a verlos al aterrizar, los dejó fuera de combate, comenzó a mirar rápidamente a su alrededor; buscando a Max.

Max bloqueo el par de zarpazos del glotón, el horrible sabor y el pestilente hedor del palo de escoba impregnaban su paladar y sus focas nasales, su dolor y agotamiento que están comenzando a ser demasiado grandes, retrocedió torpemente, el glotón hizo un horrible gorjeo, y le mostró los colmillos; se lanzó hacia él con gruesos hilos de baba colgando de sus fauces, Max se forzó a moverse, se hizo un lado con gran torpeza, evitó su arremetida por un pelo de distancia, el glotón se giró hacia él en un tris; y le conectó un zarpazo, Max gritó con fuerza, el costado izquierdo le punzaba y ardía, apretó los dientes con fuerza para resistir el dolor, volteó; luchando contra la tensión en su cuerpo.

Reaccionó casi por instinto; haciendo un movimiento ascendente con el palo tan pronto vio la garra del glotón yendo nuevamente hacia él, el palo se partió en dos, la mitad a la que Max se aferró se convirtió en una estaca puntiaguda, el glotón balanceo su otra garra hacia él, Max balanceo rápidamente el extremo puntiagudo con un movimiento diagonal, el golpe lanzó la muñeca del glotón contra el suelo y le dejó una rajada en la palma que no tardó en teñirse de rojo. El glotón salió disparado contra él como una bala, enfurecido; fuera de sí, Max fue golpeado por una oleada de terror, inmediatamente después; varias salpicaduras diminutas cayeron sobre su cara, helándole la sangre, vio el rostro sofocado y adolorido del glotón, y el extremo puntiagudo del palo; hundido en su pecho.

Su espalda no tardó en sentir el duro suelo, el glotón cayó sobre él; el palo penetró aún más en sus entrañas, una punzada de dolor le hizo arquear la espalda y dejó escapar un grito que rápidamente se ahogó bajo la sangre que brotó y escupió de su boca, empapando las orejas de Max y la corona de su cabeza, Max se quedó mirando paralizado, atónito, el glotón jadeo; ahogándose en su sangre, la vida y sus fuerzas comenzaron a alejarse velozmente de él, poco a poco; dejó de resistirse, antes de que él y Max se dieran cuenta; dejó caer la cabeza y cerró los ojos. La gravedad y su peso lo empujaron hacia abajo, el extremo puntiagudo del palo atravesó su espalda, se deslizó y quedó flácidamente tendido sobre Max.

Max forzosamente volvió en sí, lo está aplastando, intentó quitárselo de encima varias veces con esfuerzo; sin éxito, comenzó a asfixiarse, se sentía cada vez más débil pero no se rindió, usó casi todas las energías que le quedaban; pero logro quitárselo de encima y depositarlo justo a su lado. Jadeaba e inhalaba con fuerza para recobrar el aliento, sentía que el corazón apenas le latía. A su alrededor, el combate iba perdiendo ritmo e intensidad, más y más combatientes caían muertos ante sus adversarios, pero el público sobre sus cabezas seguía lanzando ovaciones y objetos; aún quieren más.

Max recuperó algo de aliento y volteo a ver al glotón, seguía sin creer lo que veía, está; muerto, y todo es culpa suya. No lo hizo con toda la intención, pero da igual, él; es el responsable de su muerte. El hecho de que está en una arena, luchando a muerte por su propia vida; le daba igual, todos contra los que peleó sin que nadie más se involucrará; terminó noqueándolos o logro escabullirse y perderlos entre tanto alboroto, el pangolín fue muy claro, sabe que no hay manera de salvarlos, más tarde los lloraría o sentiría pena y lástima por ellos, pero desde que todo comenzó; se prometió a sí mismo; que no mataría.

No puede ser Pensó, con incredulidad y perplejidad, mirando el cuerpo inerte y sin vida del glotón. Yo...yo lo... Todo a su alrededor pareció dejar de tener sentido, se le quedó mirando en shock, no escuchaba nada; solo un horrible y agudo zumbido que no se molestó en ignorar o contrarrestar. El aire le parecía tan caliente como el del desierto o tan gélido como en el Ártico, no podía respirar, incluso se olvidó por completo de lo agotado que se hallaba, no puede mover un músculo, ni apartar la mirada del cadáver.

Gidget balanceo el tubo con un movimiento descendente en diagonal, su arma; reluciente como la plata, chocó violentamente contra el metal ennegrecido de su adversario, hubo una breve pelea de fuerza, su contrincante salió vencedor, la empujó hacia atrás, despegó sus patas del suelo y afectó su postura, alzo rápidamente su arma y la balanceo hacia ella, Gidget retrocedió; pegando un pequeño salto, evitó el golpe de refilón, asumió postura de combate con la mirada en él, el pastor belga le mostró los colmillos y le gruño en un tono muy bajo, comenzaron a moverse en círculo, a medirse; mirándose sin siquiera parpadear.

Dieron unos pasos más, el pastor belga se movió hacia ella; tan rápido como una bala, lanzó una veloz y sorpresiva estocada, apenas logró evitarla, pasó extremadamente cerca de su ojo, el pastor giró bruscamente la cabeza, golpeándola con fuerza en el rostro, Gidget cerró instintivamente los ojos y gritó, la cara le palpitaba terriblemente por el dolor, el pastor arrastró el extremo de su tubería sobre el suelo y la balanceo hacia ella, Gidget entre abrió un ojo, tuvo un solo segundo o menos; pero logro bloquear el ataque, sus armas se estrellaron estrepitosamente, el tubo salió de entre sus dientes con fuerza, lastimándole los dientes y las encías interproximales.

Abrió los ojos, su oponente dirigió nuevamente su arma nuevamente contra ella; golpeándola en su costado derecho, Gidget quedó a medio metro de distancia, cayó sobre su otro costado, antes de pudiera comenzar a reincorporarse; el pastor belga se le acercó rápidamente, con un movimiento de su cabeza; hizo girar la tubería entre sus dientes, moviendo el extremo a su otro flanco, alzó la tubería; sacando provecho de lo que hizo para aumentar la fuerza y velocidad de su golpe, y la dejó caer, Gidget rodó rápidamente sobre su espalda, moviéndose a la derecha, la tubería impactó el suelo, inmediatamente procedió a atacarlo con el ceño fruncido, apoyo su peso en sus patas traseras e hirió el lado izquierdo de su cara con sus garras y sus dientes, el pastor dejó escapar varios gañidos, movió su cabeza de derecha a izquierda, quitándosela de encima.

El costado izquierdo de Gidget cayó nuevamente contra el suelo, ignoró el dolor, aprovechando el impulso y la velocidad del empuje; rodó sobre su espalda, terminó sobre sus cuatros patas; de pie, se dirigió nuevamente a su adversario, él se le venía acercando velozmente con tubo en boca, desvió rápidamente la mirada hacia ambos lados, con el rabillo del ojo; vio su reluciente arma, en el suelo, a su derecha, a pocos metros de distancia. Regresó su atención al pastor belga, este balanceó su cabeza a un lado y hacia atrás; alzó la tubería y la dirigió contra ella, Gidget realizó un pequeño salto hacia la izquierda, el pastor detuvo su arma en medio movimiento, se tragó su finta, rápida y bruscamente giró la cabeza a la derecha, Gidget alcanzó a cubrirse el rostro, sus almohadillas recibieron todo el impacto, comenzó a gritar y a retorcerse en el suelo.

El pastor no tardó en localizarla, se le acercó corriendo, Gidget se forzó a ponerse de pie al escuchar sus pasos, el pastor llegó hasta ella, y blandió su tubería con un amplio movimiento oblicuo que partió desde el suelo, Gidget se aventó hacia el frente, la tubería rozó su cola y golpeo el suelo, terminó pecho tierra, el pastor levantó y bajo rápidamente su tubería; ejecutando un movimiento curvo, Gidget rodó hacia adelante; metiendo la cabeza entre sus patas delanteras, la tubería golpeo violentamente el suelo, ella cayó de pie, el intenso dolor en sus patas delanteras taladró sus huesos, pero aun así; comenzó a trotar difícilmente y con torpeza, hacia su arma lo más rápido posible.

El pastor estaba más que harto de aquella tubería a pesar de lo útil que le era, apenas sentía la quijada, el estar cambiando constantemente todo su peso de un lado a otro; comenzaba a hacer que la cabeza dieran vueltas, volteo, la vio dirigiéndose hacia el delgado tubo que ha estado usando, la tubería también lo entorpecía un poco, no le permite correr tan rápido como puede, rápidamente decidió, botó la tubería y salió disparado tras ella. Gidget estaba a un solo un metro de su arma, escuchó cuan rápido se le está acercando, rápidamente se detuvo, se dio media vuelta con un salto, vio sus colmillos yendo hacia ella; se hizo a un lado tan rápido como pudo, el dolor caló aún más en sus huesos, su adversario le lanzó cuatro mordidas más; tan o más rápidas que la sorpresiva estocada con la que la puso en jaque antes.

Forzando aún más su cuerpo; logro esquivarlas todas, inclinándose hacia atrás, agachándose, haciéndose a un lado con un rápido movimiento y; por último, deslizándose debajo de su mentón. Se puso de pie, intentó correr hacia su arma, el pastor logro verla con el rabillo del ojo, giró sobre su lado izquierdo e hizo un barrido con una de sus patas traseras, pateó y barrió las patas de Gidget con violencia; haciéndola caer contra el concreto de manera dolorosa, las piernas le palpitaban, no podía reincorporarse, por lo que comenzó a arrastrarse, pero entonces, algo pequeño pero muy pesado; cayó sobre su espalda, pegó un alarido y se escuchó el tronido de algunas de sus vertebras y tendones. Era tanta la presión y el dolor, qué comenzó a soltar lágrimas, no podía moverse.

Aquella potente vociferación; retumbó y rebotó por las paredes del sitio, llegando a oídos de Max, pocos segundos después; volvió en sí. Abrió los ojos sorprendido y preocupado; al reconocer la voz, ¡Gidget! Pensó, aterrado, sin pensárselo dos veces; tomó aquella estacada embadurnada de sangre con los dientes, y empezó a tirar de ella, la extrajo tan rápido como pudo, inmediatamente giró la cabeza y miró a su alrededor, no tardó en encontrarla; percatándose de la situación en la que está.

¡No!, ¡para; por favor!, Rogó y sollozó en su mente, tampoco podía hablar, era demasiado. ¡Detente; por favor! ...¡mátame!, ¡mátame; te lo suplico!, ¡no puedo más...! Suplicó a gritos, desesperada.

Max frunció el ceño y corrió hacia ellos, pero se detuvo en seco al avanzar solo unos metros; al mirar a su izquierda. Vio a la pequeña Lyanna, a unos cuantos metros, con la pared a sus espaldas, agarrotada y encogida; mirando aterrada, a tres animales que tiene delante, están peleando muy cerca de ella, tiene la pata trasera derecha suspendida encima del suelo, la sangre corría y goteaba de esa pata y no era la única herida, había más en todo su cuerpo —sobre todo a costados de su torso—.

La pata del pastor se hundió sobre Gidget sin piedad, ella cerró fuertemente los ojos y se retorció; sollozando dentro de su cabeza. Uno de los dos animales que está mirando Lyanna; un lince ibérico uno o dos años mayor, rápidamente ganó ventaja sobre su adversario, lo arrinconó y abrumó de manera implacable con ataque incesantes, lo derribó, inmovilizó y terminó con todo de un zarpazo; que rajó la tráquea de su oponente. Un fuerte gritó de Gidget estremeció el corazón de Max, giró rápidamente el cuello, el pastor pasó sus afiladas garras por encima de los omoplatos de Gidget tres veces, aquellas garras no tardaron en prensarse sobre sus hombros y un segundo después, cerró su mandíbula sobre su hombro derecho, volvió a gritar; esta vez a todo pulmón.

La adrenalina que Max sentía; era demasiada, un irresistible arrebato surgió en su interior y se apoderó de él, debía hacer algo; lo que fuera. El animal vencedor volteo a ver a Lyanna, la pequeña se estremeció y el pelaje se le erizó; intentó alejarse rápido, el lince la alcanzó, lanzó un zarpazo a su pata delantera derecha; dejándole un feo rasguño que la hizo gritar y caer al suelo, y antes de que pudiera levantarse; puso su cara contra el suelo, pisándole la nuca. "¿Alguna vez; te han fo****o, chiquilla?". -Susurró el lince; con depravación, muy cerca de la oreja derecha de Lyanna. Lamió su mejilla derecha con deleite.

Lyanna emitió pequeños chillidos, sollozantes y llenos de desesperación, con lágrimas en los ojos, el lince recargó todo su peso sobre ella; poniéndose de pie, y la jaló hacia él; tomándola de la cabeza y un hombro, su desesperación y su adorable aspecto lo excitaron. Lyanna intentó impedirlo; usando sus garras y su peso como lastre, pero no fue suficiente, el lince actuó rápido; encajó sus garras sobre la carne de sus costillas, ella gritó y comenzó a rasgar el suelo con angustia y terror, queriendo alejarse de él a como diera lugar, pero su atacante se aferró a ella con vehemencia, la jalaba de regreso cada vez; haciendo sus heridas más largas y profundas. Llegó un punto en el que el dolor se volvió demasiado fuerte para ella, el agotamiento le llegó de golpe, dejó de retorcer y luchar; y comenzó a jadear faltándole el aliento.

El lince se le recostó encima. Max miró hacia Gidget, el pastor desenterró sus garras de ella, se afianzó a su hombro con sus colmillos; haciéndola gritar y comenzó a levantarla del suelo. El corazón le latía más rápido que nunca, jamás se había sentido tan estresado, tan angustiado, no puede ayudarlas a las dos, tiene que elegir, y tiene que hacerlo rápido.

Lyanna comenzó a chillar y llorar aterrorizada, mientras el lince se acomodaba detrás de ella, diciendo cosas incomprensibles, ahogada en su desesperación y con un tono de voz hiper agudo, con un solo movimiento, lo hizo gritar con horror, y él gemió, era desagradable, horrible, y cada vez se hacía peor, entonces; una enorme oleada de dolor la golpeo, profirió un desgarrador y ensordecedor grito, el dolor era tanto; que acalambró todos los músculos de la mitad inferior de su cuerpo.

El lince pegó un gran y repentino grito de dolor, volteo a ver su anca derecha, ahí estaba Max; mirándolo con furia y odio, con su estaca profundamente clavada sobre su anca derecha.

El pastor zangoloteo a Gidget entre sus dientes, haciéndola gritar, pero una botella que arrojaron desde arriba, fue a parar contra él, varios fragmentos de cristal se clavaron horriblemente en su rostro, haciendo que gritará cómo un enajenado. Max volteo preocupado; para comprobar, ya en el suelo, Gidget levantó la barbilla y miró arriba; hacia su arma, apretando fuerte los dientes; giró su cuerpo con dificultad y esfuerzo, quedando nuevamente pecho tierra y comenzó a arrastrarse lenta y pesadamente.

El lince dobló su pata trasera derecha hacia adelante; quejándose, y rápidamente le asestó una pata de mula que lo tiró al suelo; el lince grito fuerte por el daño que se hizo al hacerlo, gruñendo del dolor, encorvó la espalda, cerró los ojos, movió su cuerpo hacia atrás y gritó nuevamente, Lyanna también gritó, se hallaba tan adolorida y exhausta; que no podía moverse, se quedó ahí; recostada boca abajo en el suelo, cómo un juguete roto. En cuanto tomó aquel palo con su zarpa derecha, algo pequeño y muy veloz lo golpeó con fuerza justo arriba de la ceja; desorientándolo, Max se lanzó hacia él, con el cuello filoso y destrozado de una botella; entre los dientes, el lince volteo a verlo; pero no pudo reaccionar a tiempo, Max clavó aquel pedazo de botella profundamente sobre su cuello.

El lince se quedó en shock, con los ojos muy abiertos, la respiración se le cortó abruptamente y un espeso y pequeño chorro de sangre; comenzó a brotar de su yugular, tiñendo el hocico y las mejillas de Max, quién cerró los parpados tan pronto lo sintió para que no llegará sus ojos, el lince comenzó a borbotar sangre, el debilitamiento lo golpeó con fuerza, intentó recolocar sus patas para mantenerse de pie, su cuerpo cedió, se ladeo hacia la derecha y cayó al suelo, sobre la estaca, haciendo que se hundiera aún más en su anca, su gritó y sus quejidos de dolor se ahogaron en su sangre y comenzó a moverse y retorcerse débilmente, Max alejó su hocico, dejando el pedazo de botella alojado en él, respiraba pesada y agitadamente.

Pasaron un par de segundos, la expresión cambio de una de enfado y desprecio, a una de sorpresa; y después, a incredulidad y horror. Lo ha hecho de nuevo, ha matado. Se le quedó mirando atónito, el glotón sí podría tener al menos; cierta justificación, ya que su vida corría peligro, pero esta vez no, no había necesidad de matarlo, podría haberlo noqueado, inmovilizado o herirlo hasta que ya no pudiera moverse, pero en vez de eso; lo mató, y lo hizo sin siquiera pensarlo. No...no, yo lo...he hecho otra vez, n-n-no e-e-enti-ti-tiendo, ¿p-p-por qué?, ¿p-p-por qué lo-lo-lo hice? Pensó. ¡No lo comprendo!, Exclamó. No tiene la menor idea, ¿por qué está excediéndose así?, ¿será que algo que se halla escondido en lo más recóndito de sus adentros, lo esté impulsando y motivando a hacerlo sin que él se dé cuenta?

Contempló con pesar, cómo el lince dejó poco a poco de moverse y cerró los ojos; para jamás volver a abrirlos otra vez.

Mientras balanceaba su cabeza de lado a lado para intentar quitarse los trozos de cristal de encima; el pastor fue recobrando la compostura, poco a poco; su cabeza fue deteniéndose, el rostro le palpitaba y ardía, pero con todo y eso, volvió a lanzarse hacia Gidget sin pensárselo, la sangre le dificultaba ver y no podía limpiársela por los cristales, pero no necesita la vista, recuerda muy bien donde está, Gidget se detuvo cerca de su arma, con dificultad y esfuerzo; estiró una de sus patas hacia ella, mientras escuchaba a el pastor acercándose, en el último segundo; logro tomarla, se le llevó a los dientes, la tomó y con el otro extremo emergiendo más allá del lado izquierdo de su boca; se giró con algo de dificultad, sobre su flanco izquierdo, interceptándolo y golpeándolo en la punta de la nariz.

El pastor quedó tendido en el suelo, Gidget se tomó su tiempo para levantarse, se le acercó trabajosamente, rengueando, y movió su tubo, golpeándolo fuertemente en el lomo, haciéndolo gritar con fuerza, inmediatamente se puso de pie y se movió, evitando un nuevo ataque de Gidget en el último segundo, ella trotó hacia él y golpeó sus patas delanteras con un movimiento de barrido de su arma, pasó el extremo sobresaliente del tubo a la otra comisura de boca; girándolo entre sus dientes y lo golpeo en el mentón con un rápido movimiento oblicuo ascendente, todo en tan solo medio segundo, antes de que él cayera al suelo. El impacto lo empujo e hizo girar en el aire por una milésima de segundo, su espalda alta se estrelló con dureza en el suelo, volviendo a quedar tendido.

Max bajó las orejas y desvió la mirada, sintiendo un enorme vacío en el estómago, se giró hacia la derecha y al mirar a su lado; vio que Lyanna comenzaba a reincorporarse con gran dificultad, apenas si podía mantenerse de pie, líneas de sangre se deslizaban hasta sus muslos, abrió los ojos; preocupado y horrorizado. No la conocía, pero era la única cachorra en todo lugar, al principio era por qué creía que alguien tan joven y tierna como ella no merece morir en un lugar como ese, pero fue la desgarradora reacción que tuvo; al ver morir a su hermana, la que hizo que Max se apiadará y compadeciera de ella; con todo su ser. Actuó tarde, muy tarde, si se hubiera decidido antes...

"Oye...". -Le habló, aproximándosele cautelosa y lentamente.

Lyanna se crispó aterrorizada, inmediatamente posó sus ojos sobre él con gran intensidad, los abrió tanto; que por momento pareció que iban a salírsele de sus órbitas.

"¡NO!; ¡NO!, ¡máteme!". -Suplicó desesperadamente a todo pulmón, recostándose velozmente sobre su vientre y su pecho; agitando las patas, juntadas en un ademán de ruego.

Max quedó perplejo al oír eso. "¡Por favor; se lo suplico!, ¡máteme!...ya no quiero... ¡ya no quiero vivir!, ¡ni sufrir más!, usted puede ponerle fin a todo esto, hacer que sea rápido; ¡por favor señor!...se lo ruego...".

Se le quedo mirando incrédulo, sin poderse creer lo que le acaba de pedir.

En ese momento, un par de arañas goliat cayeron encima del contrincante de Gidget, ella pegó un respingo y retrocedió, él; apanicado y aterrizado, intentó levantarse y quitárselas de encima, las arañas se afianzaron a él con sus patas y hundieron sus colmillos; en su anca derecha y en un costado de su cuello, el cuerpo se le tensó, gritó y volvió a caer al suelo, media docena de las arañas que paralizaron a Hannah; le llovieron desde el techo y comenzaron a inyectarle el veneno de sus colmillos, al recibir seis más de la dosis; la parálisis fue casi instantánea.

En ese momento; sin dejar de escuchar sus gritos, Gidget se percató del océano de arácnidos detrás de él, se le acercaban quietamente, a paso fúnebre, Gidget tuvo un mal presentimiento, parecía un mal augurio; aquello la llenó de zozobra, comenzó a retroceder en reserva; cojeando, sin despegar sus ojos de ese enjambre, el más gigantesco que jamás ha visto, cuando se hallaban cerca del pastor; movió sus ojos y los posó sobre Gidget, se hallaban lagrimosos, y desbordaban y transmitían un miedo inconmensurable, Gidget bajo la mirada por casualidad y se percató; para su gran asombro, que una de las patas del pastor comenzó a moverse con extrema rigidez y dificultad, la levantó temblorosamente y con su fuerza de voluntad; usando todo su esfuerzo, logro abrirla y estirarla muy ligeramente, de manera apenas perceptible, hacia ella, rogando por su ayuda; mientras sus lágrimas de terror y angustia se deslizaban por mejillas.

El impacto que este simple gesto tuvo sobre Gidget; fue mayúsculo, lo miró con pena, pesar y tristeza, pero antes de que pudiera hacer algo, las arañas llegaron hasta él y comenzaron a darse un festín con su cuerpo, haciendo que Gidget abriera los ojos con horror, la angustia la envolvió cómo un manto, y avanzó un paso; muy tentada a ayudarlo, pero inmediatamente se retractó; no tenía caso. Se quedó observando, completamente paralizada, escuchando los gritos del perro, qué rápidamente se hicieron estridentes, luego se convirtieron en desgarradores gañidos y al final, chillidos hiper agudos que la hicieron estremecerse.

Gidget apartó la mirada, tremendamente afectada, se giró; dándose media vuelta, echó una rápida mirada a su alrededor, no había nadie, solo cuerpos sin vida tendidos por doquier, entonces divisó a Max, su alegría duró solo un segundo, se apanicó al verlo de pie y delante de aquella lince cachorra, quién está recostada sobre el suelo y suplicando seguramente por su vida.

"¡Max, no!". -Le gritó, creyendo ciegamente en lo que veía; esperando poder hacerlo recapacitar o detenerlo.

Él y Lyanna la escucharon, giraron la cabeza hacia la derecha y ahí la vieron, Max se hallaba tan abrumado por todo lo que ha pasado; que no sintió alivio ni alegría cuando la vio, de ser posible; desearía poder sentir eso en ese momento, está dispuesto; incluso, a dar una pata, con tal y pueda sentir algo que lo aliente o animé un poco.

"¡Max!; ¡corre, detrás de ti!". -Gritó Gidget, tras echar una rápida mirada hacia su izquierda.

Max miró por encima de su hombro, y vio al ejército de arácnidos; acercándose lenta y lúgubremente, su instinto de supervivencia; lo hizo reaccionar de golpe, volteo, posó su mirada sobre Lyanna; e intentó acercársele, pero cuando se movió; ella también lo hizo, cinco o siete veces más rápido, arrastrándose por el suelo como un insecto hasta la pared que tiene a su derecha, contra la que pegó su trasero, temblando violentamente del miedo.

"Por favor créeme; solo quiero ayudarte, ven conmigo". -Le dijo, intentando convencerla. Ella permaneció ahí, mirándolo sin pestañear y sin dejar de temblar. Max miró rápidamente hacia atrás, no tiene mucho tiempo, regreso su mirada a ella. -" Escucha; no tenemos tiempo, si te quedas aquí te devorarán ¿eso es lo que quieres? ¿tener una muerte horrible y dolorosa?".

Lyanna bajó la mirada, debutativa, por momento; Max albergó esperanzas de que recapacitará, pero aquello desapareció casi tan rápido como llegó, Lyanna no hizo ni dijo nada; simplemente levantó la vista y volvió a posarla sobre él. ¡Fue suficiente!, ¡no puede dejarla ahí! ¡Bien!; ¡entonces la obligaré a la fuerza!, Pensó, exasperado, harto de tanto rodeo y drama.

Se le acercó; muy molesto y enojado, al verlo; la mente de Lyanna se nubló, comenzó a rasgar desesperadamente el suelo, intentando retroceder sin éxito por la pared, salió disparada hacia su izquierda en el último segundo; pero Max fue más rápido, la tomó de su pata trasera herida, haciéndola gritar, la jaló hacia él y la obligó a encararlo.

"¡Muévete; Por un p**o infierno!". -Exclamo en su cara, tomándola y levantándola del suelo para que no pudiera correr, llevándola a un paroxismo de terror; que la hizo sollozar nuevamente.

Gidget volteo a verlo en el acto, patidifusa, aquello fue de lo más enervante, nunca la había escuchado tan enojado, ni siquiera cuando sus celos hacia Harrison lo volvieron irracional, su voz se engrosó tanto...que fue cómo si el mismísimo diablo se hubiera apoderado de él. Se le quedó mirando, asustada, preocupada, fue cómo en aquel día; dentro de la jaula...ya no parecía él, sino alguien más. Max... ¿por qué?... ¿qué...te está pasando? Pensó; con gran tristeza, sintiéndose más impotente e inútil que nunca. Anhelando saber, comprender que es lo que está sucediendo.

Y ella no fue la única en darse cuenta de ello. Cuando tuvo ese estallido, los espectadores que tienen sobre sus cabezas; se mostraron especial interesados, tanto fue así, que se inclinaron un poco hacia adelante, para escuchar y mirar más de cerca, abriendo bien los ojos. Magnus era el más curioso, se le quedó mirando con gran atención, conteniendo su efervescente entusiasmo a duras penas. Jamás había visto tanta intensidad cómo la que Max desprendió, y eso era solo una pequeña parte; la punta del iceberg, sabía por sus seleccionadores; que él y la pomerana que lo acompaña prometían, ¡pero no tenía idea de que tanto!, hacía mucho tiempo que no veía un vestigio de tanto potencial cómo el que tenía delante de sus ojos, el único que mostró una chispa igual o parecida, fue aquel cuyo nombre ni siquiera se atreve decir dentro de su mente, el único peligro real para él y su grupo...Snowball.

"¡AH!". -El estridente y repentino grito de dolor de Lyanna, tras ser golpeada por Max en la mejilla; lo sacó tanto a él cómo a Gidget de sus pensamientos y volvieron a clavar sus miradas sobre la escena.

"¡QUÉ TE MUEVAS!". -Le grito él, lanzándola y estrellándola contra el suelo; a sus ``pies´´.

Lyanna simplemente se quedó mirando hacia adelante, pérdida en su tristeza y sintiendose vacía, derramando lágrimas, deseando que él desistiera y desapareciera; que la dejará finalmente morir. Max le gruño con furia y frustración, mostrándole los colmillos y entonces; en un solo movimiento, atrapó la punta de su oreja derecha entre los mismos, lastimándola, cosa que le dio igual, angustiando aún más a Gidget, y haciéndola volver en sí.

"Sí". -Murmuro Magnus, con una voz entusiasmada y expectante; temblando de la emoción.

Melissa apartó la cabeza de su pata al escuchar esto, haciendo que volteará a verla, ella lo miró, frunció el ceño, y temblando de la ira; lo dedicó una fulminante mirada, llena de desprecio. Aquello, hizo que Magnus abriera los ojos; confundido y desconcertado, y antes de que pudiera decir o hacer algo, ella se alejó, puso de pie, giró sobre sus patas y salió disparada.

"¡Melissa!". -Dijo, intentó tomarla con una de sus patas; pero no obtuvo éxito. La vio colarse y desaparecer entre las patas de los allí reunidos. -" ¡Quítense!". -Ordenó en un tono autoritario, furioso; mientras se les acercaba y comenzó a empujarlos o hacerlos a un lado por la fuerza, sin importarle que ellos se están moviendo para abrirle camino.

"¡No!; ¡Max, detente!; ¡por favor!". -Le pidió, con el tubo entre sus dientes; dando un paso hacia donde él está, percatándose de que jamás lograría llegar a tiempo para detenerlo, aún si pudiera correr.

Las orejas Max lograron oír eso, pero él no. ... ¡al diablo! Pensó. Perforó la carne de su oreja; y de tirón, le arrancó una quinta parte.

"¡No!". -Gritó Gidget, con el horror, la preocupación, la angustia y la incredulidad a flor de piel, soltando su arma, mientras los alaridos de Lyanna retumbaban por todo el lugar.

Fueron horribles, estremecedores, los bellos de las patas de las arañas se erizaron y comenzaron a retorcerse del dolor, Max aprovechó; la tomó del pellejo del cuello y la lanzó hacia donde Gidget.

"¡Melissa!". -Gritó Magnus, avanzando entre la multitud a empujones; malhumorado y enojado, no con ella; con ellos, la están obstruyeron demasiado el paso. -" ¡Melissa!, ¡hija, espera!".

Melissa avanzó rápidamente entre las decenas de patas, ignorándolo por completo, su cabeza emergió al otro lado poco después; atrapada en el estrecho espacio que había entre dos animales, con esfuerzo; logro deslizar el resto de su cuerpo hacia afuera.

Abrió los ojos y volteo cuando escuchó a Magnus, llamándola una vez más; lo escuchó muy cerca, vio que algunos animales se movían o los hacían moverse; y un segundo después, vio el rostro de su padre entre dos o tres cabezas, inmediatamente salió corriendo y comenzó a alejarse.

"¡Melissa!". -La llamó nuevamente, saliendo de entre la multitud uno o dos segundos después de saliera corriendo, con varios de los animales que tiene a sus espaldas; en el suelo, tras haberlos apartado de su camino.

De un instante para otro, vio como la figura de su hija desapareció; fundiéndose junto con las sombras de un corredor con forma de bóveda. Podría llegar alcanzarla si corría tras ella a toda prisa, pero por alguna razón; decidió no hacerlo, algo dentro de él le decía que no lo hiciera; que la dejará, al menos por el momento, bajó un poco la cabeza y clavó su mirada en el suelo; el cual se quedó mirando con ligero remordimiento.

No lo entiende, ¿por qué Melissa huiría de él de esa manera? Creía que finalmente había vuelto a conectar con ella, la gran mayoría del día de ayer y hoy en la mañana; la vio tan feliz cómo en sus primeros meses de vida. Será que; a pesar de eso, aún después de demostrarle que sigue amándola, que sigue preocupándose por su vida y su bienestar; ¿sigue teniéndole rencor?, ¿aún lo ve cómo un monstruo?, ¿cómo una bestia sin corazón?, ¿...será que ella no lo ama?... es más, alguna vez lo amó...

No recuerda una sola vez, en lo que le haya dicho o le haya demostrado que lo ama, ni siquiera cuando era bebé, su madre siempre fue quién la atendía y tranquilizaba cuando lloraba, cuando tenía una de sus rabietas; él nunca le dedicaba el tiempo y la atención que necesitaba, ni una sola vez la limpió, lamió o besó, …pensándolo bien...no le extraña que jamás le haya dicho que lo quiere, que no lo amé, ha sido todo para ella, un extraño, un protector, un abusador, un monstruo...pero jamás ha sido su padre...ni siquiera el padre que al menos se merece.

Lyanna cayó a ¨los pies de Gidget¨, Max se dirigió hacia allá tan rápido como pudo; renqueando, arrastrando una pierna, el aturdimiento o ensordecimiento que sufrieron las arañas le dieron un par de segundos que aprovechó, tras recuperarse; las arañas reanudaron su lúgubre y fúnebre marcha, Lyanna levantó la cabeza; llorando del dolor, intentando cubrirse la oreja que le hirió con una pata, el tacto solo empeoró el dolor y la hizo gritar fuertemente por un momento, haciendo que Gidget pegará un respingo. Se le quedó mirando, no podía creer lo que Max acaba de hacerle, no tenía excusa, no importaba cuán enojado y molesto se hallará, aquello no tuvo justificación alguna, ella lo sabe, lo hizo por pura satisfacción y placer; no había más, era el colmo.

"¡MAX!". -Le gritó, enfurecida. Lyanna giró la cabeza hacia un lado, miró hacia atrás y al verlo; se arrastró rápidamente por el suelo y se ocultó detrás de Gidget, muerta del miedo. -" ¡¿Qué diablos te pasa?!, ¡¿cómo te atreves a-?!".

"¡CÁLLATE!".

La expresión de furia de Gigdet, se convirtió en una de auténtico temor, incluso se encogió un poco y agachó las orejas, su ira era mucho mayor a la de ella, y aún más aterradora, ni Rose le ocasionó tanto miedo, cómo el que él le produjo cuando la mando a callar.

Música: Dante´s inferno soundtrack – Above Acheron.

Los extremos de dos gruesos hilos de telaraña, fueron disparados hacia ellos; se adhirieron a sus armas y de un tirón; las arañas los despojaron de estas, el medio palo puntiagudo y la brillante vara plateada de Gidget desaparecieron entre sus patas cuando avanzaron por encima de ellas, Gidget y Max adoptaron postura defensiva y comenzaron a retroceder lentamente junto con Lyanna, en un intento de resistir y sobrevivir; la mayor cantidad de tiempo posible.

Aquel océano de arácnidos se extendía a su alrededor; comprimiéndose cada vez más cerca y reduciendo el poco espacio de distancia que hay entre ellos a cada paso, quedaron arrinconados rápidamente, muy cerca de la pared y de uno de los de rastrillos, no hay nada que puedan hacer, aún si estuvieran en óptimas o mejores condiciones, ellas los superan en número y por muchísimo, si atacaban o lograban asesinar a una; por más pequeña que fuera, lo único que seguramente lograrían; sería despertar la furia y el deseo de sangre de las restantes, se les abalanzarían encima; los despedazarían y devorarían sin titubear. Al pensar en ello, Max comenzó a intercalar la mirada entre el suelo y las que tiene enfrente; para cerciorarse de no pisar por accidente a alguna araña diminuta, si llegaba a hacerlo, provocaría exactamente lo mismo: Una garantizada y horrible muerte.

El espantoso chirriar de las púas del rastrillo que tienen detrás de ellos con el concreto; hizo que se agacharán y retorcieran ante lo insoportable y doloroso que era, tuvieron que soportarlo algunos segundos hasta que finalmente; el ruido cesó, Max alzó un poco su cuerpo y miró detrás de él, el rastrillo se hallaba completamente levantado, de la negra entrada con forma cuadrada que tiene debajo; Max escuchó todo clase de ruidos de origen animal, al poco tiempo; divisó siluetas tan negras como la noche, que se acercaban cada más, con el mismo andar lento y lóbrego de las arañas, aquellas no tardaron en revelarse, se trataba de una media docena de animales de diferente tipo, los cuerpos de algunos apenas y cabían en aquel corredor del que vinieron.

Se quedaron apostados en la entrada de ese portal, con la mirada puesta en él, Gidget o Lyanna, Max miró hacia su derecha; a las arañas y luego hacia el otro lado, a los animales aglomerados bajo del umbral de aquella entrada, si antes creía que estaba acorralado; ahora sí no tiene la menor duda, giró la cabeza hacia el frente y miró el suelo; bajando ligeramente la cabeza con resignación, es todo, se acabó, no hay manera de que puedan salir de eso con vida.

Todas las arañas se detuvieron a un metro de distancia de ellos sincronizadamente, atrapándolos en un pequeño espacio en medio del cual; se hallaban los tres, Gidget alzó una ceja; desconcertada, y Max, al escuchar que el ruido de sus patas al caminar cesó, las miró con el rabillo del ojo, asombrándolo; y desconcertándolo tanto como a Gidget, aquello no duró mucho, tanto las arañas cómo los animales se quedaron ahí; inmóviles, sin hacer ni decir nada; nada en lo absoluto, conforme los segundos pasaban; el ambiente del lugar fue haciéndose cada vez más pesado, el silencio sepulcral se volvió tensó, y los nervios de Max y Gidget se crispaban más y más. Hallándose expectantes, cómo temiendo y a la vez esperando; un ataque repentino por parte de alguno de ellos. Fue agobiante de verdad, los segundos pasaban y ninguno de ellos movía un músculo, aquello los exaltaba tanto; que comenzaron a desear mentalmente, que si lo van a hacer; ¡que lo hagan de una buena vez!

Entonces, una voz puso fin a ese silencio.

"Quedan ustedes". -Dijo el pangolín que dictó las ¨reglas¨ y dio inicio al combate, Max, Gidget y Lyanna posaron sus miradas sobre él. -" Solo uno puede quedar uno, se los dije". -Miró a un animal que se hallaba a su lado con el rabillo del ojo, dedicándole una mirada intimidante y llena de seriedad.

Este le pasó un cuchillo para carne de treinta centímetros y que carece de madera o plástico en su mango, él lo tomó con su cola y tras mirarlo por momento; lo arrojó con fuerza hacia ellos, Gidget y Max se hicieron rápidamente a un lado, Lyanna también lo hizo, pero a último momento; lo logro por un pelo.

"Decidan quién de ustedes será el que viva, si no lo hacen, lo decidirán ellos". -Dijo de manera contundente y con una voz tan intimidante como su mirada, señalando al incontable número de arañas que están ahí con ellos. -" O alguno de ellos". -Señalo a los animales que tienen a sus espaldas. -" Comiencen".

Lyanna puso su mirada sobre el cuchillo, su reluciente superficie la atraía como un imán, podría ir hacia él y usarlo para terminar con todo ella misma, pero...no quiere hacerlo. Si de verdad quiere morir ¿Por qué no simplemente se quedó quieta mientras ese cuchillo se dirigía a ella? No tenía ningún sentido, antes estaba más que decidida a no hacer nada; a dejar que la matarán, ¿por qué todo ha cambiado tan repentinamente?, lo que le acaban de hacer y lo de su hermana; le sigue doliendo tanto cómo antes; aún está triste, deprimida, aterrada, pero por algún motivo; algo dentro de ella le está impidiendo que se mueva, que se acerque a ese cuchillo que la tiene hipnotizada, es cómo si ahora quisiera vivir; más que nunca, ¡y eso la enfurecía!, ¡la enfurecía como nunca!

… ¡¿Por qué?! Pensó, su cuerpo temblaba de manera incontrolable; debido a su inconmensurable terror y furia. ¡¿Qué ca****s me pasa?!, ¡Hannah ya no está!, ¡me hicieron daño!, ¡nadie vino a ayudarme cuando más lo necesitaba!...¡no le importó a nadie!... ¿Por qué?... ¿por qué quiero seguir viviendo? Pensó, con la voz dentro de su cabeza ahogada y reducida a un susurro, hallándose nuevamente, al borde de las lágrimas.

Solo entonces, pudo apartar la mirada del cuchillo, miró hacia la derecha, las arañas y Gidget apenas tuvieron un segundo de su atención, pero cuando sus ojos se posaron sobre Max; fue sumergida dentro de un trance casi tan inmersivo cómo el anterior, el solo verlo; la desconectó y aisló completamente del mundo, de la realidad, en ese preciso instante; sintió que dejó de ser ella misma.

...Fue él. La causa de que quiere seguir viviendo, es él, y no; no es por qué ahora lo considere su salvador, un héroe al debe de seguir ciegamente y por el cuál debe estar dispuesta a dar la vida para protegerlo, quiere vivir...para poder matarlo. ...Por qué lo odia, lo odia ¡con cada parte de su ser!, de no haber sido por él, ella habría muerto en paz y estaría con su hermana y el resto de su familia, la forzó a seguir viviendo en una vida en la que ya no le queda nada y para rematar, ahora; gracias a él, ya no se atreve a quitarse la vida ella misma; ni a permitir que alguien más se la arrebate. ¡Todo esto es su culpa!, ¡jamás se lo perdonará!, ¡lo matará! ¡acabará con él; cueste lo que le cueste!, ¡no descansará hasta verlo muerto!, ¡se asegurará de que sufra tanto cómo ella!

...Y puede empezar justo ahora. Colocó su mirada; la más asesina y desbordante de rabia y odio de su vida, sobre su Gidget, y recordando la preocupación que el mostró por ella al comienzo de esta matanza; tomo el cuchillo que arrojaron y hundió su filo contra el cúbito de su pata delantera izquierda, tan rápido como un rayo, Gidget pegó el mayor grito de dolor de su vida, haciendo que Max girará la cabeza, pero antes de que él o ella pudieran hacer algo; Lyanna empujó el cuchillo contra su hueso usando su pata derecha, partiéndole el hueso en dos, inmediatamente después; su radio fue incapaz de soportar todo el peso de su cuerpo, a Max se le cortó el aliento tan pronto escuchó el chasquido de sus huesos, los gritos de Gidget se ahogaron bajó su llanto, se transformaron en sollozos y cayó al suelo desplomada, con los ensangrentados extremos de sus huesos fracturados, emergiendo espantosamente entre sus tendones y músculos.

Aquello espeluznó a Max, se quedó mirando; con el corazón palpitando fuertemente dentro de su pecho, lágrimas de miedo y absoluta tristeza salieron de sus ojos al oír los gritos de agonía que Gidget, y estuvo a punto de sufrir un paro cardíaco cuando; poco después, presenció cómo se desmayó a causa del dolor.

"¡No!, ¡Gidget!". -Exclamó con profundo agobio, temiendo enormemente que ya no pueda volver a despertar.

Antes de que pudiera siquiera mover un músculo; Lyanna sacó sus garras e intentó lanzarse hacia él, pero...

"¡Alto!". -Escucharon gritar a alguien arriba.

Una milésima de segundo después, Lyanna se encontraba inmovilizada; de cara contra el suelo, había sido sometida por un coyote que salió disparado de la entrada obstruida que tiene a sus espaldas.

Tanto Max, cómo él y el resto de los presentes; miraron hacia arriba, ahí, erguido en una postura firme e imponente; se hallaba Magnus, las luces del subterráneo producían contraluz sobre su figura. Miró hacia el pequeño espacio en el que están atrapados Max, Lyanna y Gidget. Los segundos pasaron, el silencio era absoluto, el mundo parecía haberse detenido.

"...Es suficiente, déjenlos". -Proclamo finalmente, haciendo que todos sus esbirros abrieran los ojos. -" Tienen mucho potencial, nos serán útiles".

Los suyos quedaron pasmados; impactados, aquello era inaudito, jamás había ordenado el fin de una pelea, aun cuando este podía olerse y verse a kilómetros que estaba cerca; en ese lugar, tal y cómo el pangolín dejó claro, de ahí siempre salía solo un individuo con vida, y está vez; ¡ha dejado vivir a los tres!, ¿por qué?, él acaba de darles una respuesta, pero; aun así, no cuadraba para nada.

"El combate acabo". -Dijo, mirando a los que tiene a su izquierda; pero dirigiéndose a todos.

"¡No me importa!". -Escuchó el grito de una voz aguda.

Él y los esbirros que tiene a su alrededor; miraron dentro de la fosa, fue Lyanna.

"No...me importa". -Gruño lentamente, irradiando odio y desprecio, con la mirada clavada en Max. -" Yo lo mataré. Voy, a matarte...".

Su colérica y gélida mirada; cortaba a Max cómo un cuchillo, tanto fue así; que le resultó imposible no sentirse intimidado, la manera con la que lo dijo; lo produjo un pánico cerval, supo entonces que no era una promesa vacía, lo dijo enserio...quiero matarlo, lo anhela con todas sus fuerzas. El rostro de Max se llenó de pánico y terror, y retrocedió un par de pasos.

"No te pregunté qué es lo que quieres, mocosa". -Contestó Magnus con firmeza. -" Dije lo que pasará, ¡tú! Ve y ayúdalo". -Dijo, señalando al coyote que la está sometiendo por un momento. Inmediatamente, un dragón de cómodo se acercó y se puso a un lado del coyote-" Sáquenla de aquí. ... ¿Qué están esperando, todos?, dije que se acabó; andando, ¿qué; acaso están sordos?".

Luego de eso, todos comenzaron a darse la vuelta y a alejarse, haciendo que Max se alarmará enormemente, su corazón saltó tan bruscamente dentro de él; que pareció que estuvo a punto de salírsele del pecho.

"¡!No; esperen!, ¡¿q-qué hay de Gidget?!". -Exclamo, girándose y mirando hacia arriba, a Magnus.

Casi nadie se hubiera detenido a verlo; si Magnus no lo hubiera hecho, sabía que se lo estaba preguntando a él, sintió el peso de miles de miradas sobre él, Magnus se le quedo mirando por encima de su hombro izquierdo, con el rabillo del ojo.

"¡Ella también tiene potencial!, ¡usted lo sabe, la vio pelear!". -Le dijo.

Se hallaba tan enfrascado en ello, que de un momento para otro; se olvidó completamente de Lyanna y del terror que le produjo. Aquello la hizo hervir de la rabia, frunció el ceño cómo nunca y le mostró los colmillos mientras era sacada a rastras del lugar, ¡¿Cómo pudo siquiera atreverse a ignorarla así?!, será que a pesar del miedo que le produjo, ¡¿no la está tomando realmente enserio?!, ¡el muy hijo de p***a! Clavó la mirada en él, pero su visión no tardo en obstruirse completamente por las oscuras figuras de los animales que se hallaban aglomerados bajo el portal que tiene detrás, quiénes se hicieron un lado para abrirle camino a sus compañeros que la están sacando de ahí. La próxima vez que lo vea, se asegurará de que no vuelva a olvidarla.

"...". -Max se quedó en silencio, sin quitar su mirada de Magnus, en espera de alguna respuesta por parte de él, pero dicha respuesta jamás llegó, solo hubo un prolongado silencio que se sintió eterno y se volvió insoportable, tanto fue así; que Max no pudo soportarlo más y prosiguió. -" No la dejé morir ¡por favor! ¡Yo la amó!, me corté y la daré una de mis patas si así lo quiere, mataré a quién quiera, haré cualquier cosa que me diga; ella y yo formaremos el mejor dúo jamás haya visto, seremos los mejores y más leales miembros de su ejército, y nos consagraremos a proteger y vigilar a su hija por el resto de nuestras vidas ¡pero por favor; sálvela!".

Magnus no pudo evitar abrir los ojos con asombro cuando escuchó eso lo último, lo referente a Melissa, ¿acaso se dio cuenta —de alguna manera— que está haciendo todo esto por ella?, ¡imposible!, ¿cómo lo averiguó? Nadie pudo habérselo dicho, él es el único que lo sabe, ¿habrá venido acompañado de alguien del cual se separó?, y si es así ¿aquel individuo será algún tipo de espía o agente encubierto?

Max jamás se dio cuenta de que Gidget había despertado, y está sufriendo; cómo nunca en su vida, no solo por la pata destrozada, si no por qué lo escuchó. ``Me corté una pierna y te la daré´´, ``Mataré a quién quieras. Haré cualquier cosa que quieras ¡pero sálvala! ´´. Él jamás había hablado así y ni usado tipo de frases, era de lo más triste, eran sus dos lados; aquel que siempre conoció y el que comenzó a conocer desde que llegaron a ahí. Ahora lo sabe...Max está cambiando...se está transformando en alguien nuevo...un monstruo.

La ira invadió a Magnus, lo más crucial ahora era asegurarse de que nadie entre los suyos comenzará a sospechar que la razón por la que estoy siendo todo esto; es una mentira. Ahora no importaba cómo lo sabía, o si siquiera no sabía nada y solamente lo dijo para convencerlo; va a darle el peor de los castigos ejemplares. Su rostro volvió a tornarse severo e inexpresivo, pero emitía ese enfado que está corriendo por sus venas, no dijo nada, simplemente miró hacia un lado, abrió los ojos, sacudió la cabeza; malhumorado y comenzó a alejarse junto con los que tiene a su alrededor.

"¡No!, ¡por favor!". -Exclamó Max; rogando con todas sus fuerzas. Miró hacia el frente, las arañas comenzaron a alejarse y dispersarse. -" ¡No!, ¡no se vayan!". -Volteo, los animales que tiene a sus espaldas; se dieron media vuelta y se están yendo. -" ¡Por favor, no se vayan!". -Les suplico, completamente desesperado. Ellos, hicieron caso omiso. -" No, … ¡no!, ¡por favor!...". -En poco tiempo, quedo completamente solo; abandonado.

Música: {Dark Souls 2} Credits Theme: Longing.

Escuchó un débil quejido a sus espaldas, haciéndolo voltear y percatarse de que despertó.

"Gidget". -Se giró hacia ella y se le acercó apremiante. Ya de pie; delante suyo, no pudo evitar mirar, el solo ver los puntiagudos extremos de sus huesos; le producía escalofríos. -"...Gidget". -Dijo, incrédulo y faltándole el aliento.

Ella; completamente exhausta, movió la mirada con debilidad y lo miró con el rabillo de los ojos.

"Max...". -Dijo, su voz apenas era superior a un susurro. -" Me alegra, que seas tú, con quién pueda hablar, al final".

"¡No; no hables así!, no morirás ¿me oyes?; ¡no morirás! -¿huh?".

Se interrumpió al sentir el peso y el tacto de la pata sana de Gidget; sobre su pata delantera izquierda.

"Max, desde que llegamos a este lugar, lo que más miedo me ha dado, es ver cómo has ido cambiando". -Max abrió los ojos al oír eso, de repente entendió; Lyanna lo odia por qué no lo salvó, la condenó, y convirtió en lo que es ahora. -" Ahora entendió, que lo que yo creí que era felicidad antes de conocerte; era solo una ilusión, una mentira, siempre me sentí vigilada. Cuando finalmente me decidí a estar a tu lado, pagué el precio, pero comencé a luchar contra aquello que me observaba y oprimía, sin importarme el dolor y el daño que sufriera, por qué quería...convertirme en algo que fuera verdadero para ti".

"Gid...". -Max se hallaba pasmado, conmovido, al borde de las lágrimas. No podía creer lo que escuchaba; aquellas palabras eran invaluables, una navaja que le atravesaba el pecho y le perforaban el corazón.

"Max, te amo. A pesar de que discutimos, de que me gritaste y aterraste, simplemente...no puedo odiarte". -Gidget dijo aquello con debilidad y alegría, presionando suavemente su pata sobre la de él, dibujando una pequeña sonrisa sobre su cara y con ojos lagrimosos. - "Sé qué en el fondo sigues siendo el tú que siempre conocí, por lo que... siempre te amaré. ". -Habló con total honestidad, entrecerrando los ojos, sus parpados se sentían tan pesados...

"¡No, Gidget!, ¡no mueras!". -Exclamó alarmado Max; al ver eso, girando su pata debajo de la de ella y colocando la otra encima; con suavidad y firmeza.

Ya no pudo más, las lágrimas comenzaron a brotar espesamente de sus ojos, deslizarse por sus mejillas y caer sobre el rostro de la pomerana que ama.

"Si renazco, estoy segura, que volveré a enamorarme de ti Max...Eso, debe de ser obra del destino ¿no crees?". -Le dijo, con voz ahogada, débil, feliz y triste.

"¡No; no mueras!, ¡No mueras!, ¡NO MUERAS!...".

"Así que está bien ¿No, Max?". -Le dijo, luchando por mantener los ojos abiertos. Max se le quedo mirando a los ojos, sin poder dejar de llorar, los labios, parpados y cejas le temblaban, sintiéndose devastado, impotente. -" Pues seguiré enamorándome de ti...una y otra vez...desearía, haber tenido más tiempo, para...pasarlo juntos...Maxie...". -Su voz se debilitó y desvaneció mientras cerraba lentamente los ojos, su pata dejó de temblar; de moverse, y se sumió en una eterna quietud.

"¡Gidget!, ¡Gidget!...". -Exclamo Max, tras abrir los ojos como platos; con un nudo en la garganta y la voz quebrada en mil pedazos, tomándola de los hombros y acercando su rostro al de ella.

Ella permaneció inmóvil, con una expresión llena de plenitud y paz; en su rostro. En sus últimos momentos, se fue teniendo fe, esperando que él nunca olvidará esas últimas palabras, que fueran el ancla o el lastre que impidiera que se convirtiera en un monstruo, eso fue lo último que podía hacer...lo único...

Max respiró agitada y angustiadamente, mostrando los dientes...se fue, ya no hay nada que pueda hacer. Cerró los ojos, se llevó una pata al pecho, sintiendo que le arrancaban el corazón, que lo trituraban, que lo masticaban y lo volvían a poner en su sitio...Entonces, con toda la tristeza, la impotencia y el dolor del mundo, levantó la cabeza; y profirió un poderosísimo grito que retumbó en todo el lugar y más allá.

...