Capítulo 11

Aclaraciones: Inuyasha y sus personajes, son propiedad de Rumiko Takahashi.

Capítulo 11

Sesshomaru y Hakudoshi, se sostuvieron la mirada desafiante por un par de segundos. El ambarino sentía en su interior una enorme molestia, que no alcanzaba del todo a explicar.

Los periodistas seguían abalanzándose sobre la pareja que se mantenía inmóvil en medio del salón. Pidiéndole a la morena que levantara la cabeza y revelara su identidad y la insistencia sólo aumentó al momento en que el albino les anunció que era su novia.

En un rápido movimiento, Sesshomaru se despojó de su saco y apartando con algo de brusquedad a la masa de reposteros, llegó hasta los jóvenes y se lo tendió a Hakudoshi, quien lo tomó en silencio, cubriéndole la cabeza y el rostro a Rin, que aún permanecía apoyada sobre su hombro. Sesshomaru le indicó con un movimiento de cabeza que se marcharan de allí y el aludido asintió, abriéndose paso, entre la gente. En medio del alboroto, el broche de la joven fue a parar al piso, siendo pisoteado por algunas personas y rompiéndose en dos.

Sesshomaru se quedó de pie unos segundos, hasta que todas las demás personas abandonaron el lugar y pudo ver el tan conocido broche, roto en el piso. Se agachó sin titubear y lo tomó con una mano, para luego guardarlo en su bolsillo. Bankotsu camino hacia el ambarino, con la sorpresa y la confusión pintada en su rostro. Colocó una mano sobre el hombro de este y lo miró a la cara.

— ¿Ella es Ryu? — Inquirió vacilante.

— Así es — Respondió con frialdad su acompaña.

Miroku llegó corriendo hacia ellos totalmente confundido, por lo ocurrido hacía escasos instantes.

— Oigan ¿qué fue todo eso? — Sujetó a Bankotsu por uno de sus brazos — Dime que hacía la novia de Hakudoshi aquí — Interrogó a Sesshomaru, mientras Kikyo se acercaba a ellos por la espalda — ¿Ustedes la conocían? — Volvió a preguntar. Miró a ambos jóvenes, pero estos se negaban a hablar —¿qué es esto? — Frunció el ceño — Oigan chicos debemos continuar con el estreno — Le dio una palmada en el hombro a Bankotsu y se abrió paso entre los dos jóvenes. El moreno salió casi corriendo tras el mayor y dejo a solas al ambarino y a Kikyo.

—¿Qué planeaba hacer Ryu? — Susurró la actriz, fingiendo inocencia.
Sesshomaru levantó la mirada para fulminarla

—¿ Quién te dijo que era ella? —Inquirió molesto.

La morena lo miró asustada al darse cuenta del desliz que acababa de cometer. —¿Qué? — Miró a ambos lados nerviosa — Eh...yo...

— Hablaremos luego — La cortó el joven marchándose, para darle alcance a sus amigos.

— Y ¿ahora q le diré ? — Musitó al verse a solas — ¿Qué inventaré ? Esto quizás sea el fin de esa chica ¿Por qué aparecieron todos los chico? — Gritó frustrada.


Hakudoshi y Rin con su cabeza aún cubierta por el saco de Sesshomaru, caminaban a toda prisa por los burlar a los reporteros y refugiarse en los vestidores. Cuatro hombres encargados de la seguridad, los acompañaban para abrirles paso entre la multitud, que exigía ver el rostro femenino.
Lograron llegar a la entrada y los guardaespaldas se colocaron frente a la puerta, evitando así el ingreso de los reporteros, quienes no dejaban de gritar el nombre del albino, pidiendo respuestas.

Al estar por fin en la seguridad de los vestidores, Hakudoshi soltó a Rin y se alejó de ella, pero esta no se descubrió el rostro. El joven esperaba paciente por una explicación, que tras un par de segundos de silencio se decidió a dar.

— Discúlpame — Soltó en casi un susurro — Yo no soy el hombre que creías que era — El albino permaneció en silencio, aumentando los nervios de la chica — Sé que debes estar muy molesto conmigo, Hakudoshi, ni siquiera tengo el valor de ofrecerte una disculpa a los ojos.

El aludido levantó suavemente el saco de la cabeza femenina y Rin agachó la mirada, luego lo miró tímidamente y volvió a apartar el rostro sonrojado por la vergüenza.
— No sé que decir, todo pasó tan rápido que yo no podría decir absolutamente nada ahora. Yo no estaba preparado para esto — La morena lo miró aún más apenada — ¿Debería estar enfadado? — La observó fingiendo molestia — Parecerá extraño que te diga que no lo estoy — Ahora la cara de Rin fue de sorpresa, acto que le causó gracia a Hakudoshi, obligándolo a carraspear para ocultar su sonrisa — Ryu, ¿tú eres una chica? — La aludida volvió a agachar la cabeza — Wao no puedo creerlo — Mintió .

— De seguro estás impactado —Hizo un puchero.

— Quiero que levantes la cabeza — Exigió — Quiero confirmarlo — Ella obedeció, aunque algo vacilante — En efecto, sí lo eres y muy bonita — Agregó con tono dulce — No entiendo como no lo noté antes — Fingió demencia — Ryu siempre creí que eras tonto y no era cierto.

Ella volvió a mirarlo con timidez — Tú siempre fuiste gentil conmigo, siento haberte mentido, yo lo lamento mucho.

— Ya dirás tus razones, pero en cualquier caso ya no no quiero tener que volver a ver con ese chico — Expresó con seriedad — Nada de hermanos, será una relación — Sonrió.

Rin lo miró sin comprender, pensaba pedirle una explicación, pero los gritos y golpes que le daba Bankotsu a la puerta, la interrumpieron.
Bankotsu entró corriendo, seguido por un malhumorado sesshomaru quien cerró de inmediato la puerta, pues aún se podían escuchar los gritos de los periodistas a pocos metros de ellos.
Los dos albinos se miraron por unos segundos antes de reunirse con Bankotsu, que miraba fijamente a Rin mientras esta le rehuía la mirada.

— Como pueden ver Ryu es chica — Sesshomaru rompió el silencio — Yo lo sabía desde antes, me disculpo por no decirles — Miró a ambos chicos — Si esta situación no la aceptan por favor hablen ahora, yo solucionaré esto, me encargaré de no involucrarlos — Aseguró.

— Yo ya lo estoy — Respondió Hakudoshi.
El ambarino asintió en modo de agradecimiento — Bankotsu, ¿y tú? — Miró al moreno que permanecía observando fijamente a Rin.

— Ryu, ¿tú sí eres una chica?, Eres una chica — Aseguró levantando la voz.

— Lo siento Bankotsu — Pronunció al borde del llanto.

— Ryu tú ...nunca me di cuenta — Se acercó a ella con la expresión contrariada, colocó ambas manos en los hombros femeninos, haciéndola sobresaltar. Se sintió demasiado intimidada por la cercanía del moreno, pero nunca se esperó lo que hizo a continuación. Esbozó una tierna sonrisa y le dio un pequeño beso en la frente, ante la mirada incrédula de sus dos amigos — Ryu, ahora lo entiendo todo — Amplió su sonrisa — Todo es un sueño — Pretendía lanzarse a abrazar a Rin, pero Sesshomaru y Hakudoshi se lo impidieron, tomándolo cada uno por un brazo, mientras el moreno no dejaba de repetir que todo era un sueño.

Entonces los dos están de acuerdo — Cortó la fría voz de Sesshomaru — Hay que resolverlo — Ryu...Ryu — Volvió a llamar a la chica que parecía perdida en sus pensamientos — Olvidalo — Dijo intentando ocultar su molestia — Él no sirve para nada — Escupió con desdén al ver que Bankotsu seguía como loco repitiendo lo del sueño — Hakudoshi, llama a Inuyasha y tambien a Kagome.


Kikyo se paseaba nerviosa de un lado para otro, pensando cómo saldría de esa situación — ¿Se enteraría Sesshomaru de que yo la hice hacer esto?, Si se entera de que yo la hice hacer esto... —Se mordió el dedo índice — Ryu tú deberías salir arruinada no yo — Chilló furiosa —Yo no quiero perderlo.


Koga miraba distraído su cámara, cuando escuchó el alboroto de los demás periodistas que se volvían a abalanzar sobre la novia de Hakudoshi. Inuyasha junto a los guardaespaldas se abrían paso, para poder llevar hasta la salida a la chica nuevamente cubierta por el saco.

— No podemos revelar quien es la novia de Hakudoshi, por favor vuelvan a la premier del video — Pidió Inuyasha.

Miroku se les acercó contrariado por toda lo que estaba ocurriendo — ¿Ella es la novia de Hakudoshi? — Preguntó al ambarino.

— Sí señor, los chicos están en los vestidores, usted continúe con el vídeo y yo lo resolveré — Aseguró.

— Bien — El presidente, se dirigió hacia los vestidores, alejándose rápidamente de Inuyasha.

Kagome que se hacía pasar por Rin, se quitó el saco de la cabeza, pues ya no podía respirar, pero en un rápido movimiento, Inuyasha se lo volvió a colocar, sonriendo triunfante al haber burlado a la prensa.


Rin ya vestida como Ryu se reunió con sus compañeros en los vestidores.

— Ryu, nosotros estamos de tu lado — Aseguró seriamente Sesshomaru — Dijiste que viniste aquí hoy porque no querías lastimarnos, ni dañarnos — Ella asintió — Si en serio es verdad sigue fingiendo ser Ryu, aunque digas q no quieres hacerlo y que deseas olvidar todo. Nos responsabilizaremos de esto, pero responsabilizate igual.

— Sesshomaru…

— Ha llegado el momento de hacerlo — La interrumpió Hakudoshi — Ryu — La ánimo.

— Hakudoshi... — Sus ojos se nublaron, se sentía conmovida por el apoyo de los jóvenes.

— Mi existencia depende de ti — Sonrió Bankotsu.

— Bankotsu… gracias por tus palabras y lo siento mucho . De ahora en adelante nadie volverá a verme — Aseguró.

— Hakudoshi — Miroku entró como un tornado, tropezando con el albino — Lo siento, lo discutire contigo en otra ocasión — Advirtió — Ryu andando, llamaremos a los reporteros y los impresionaras — Le dio una palmada en la espalda a la joven — Vámonos — La condujo fuera de los vestidores.

— Ryu — Casi gritó Bankotsu, yéndose tras ellos.

Sesshomaru y Hakudoshi se dedicaron una dura mirada. El ambarino no pudo evitar recordar al albino abrazando a Rin y diciendo que era su novia, cosa que le molestaba sin poder evitarlo.

Hakudoshi le sonrió — Que bueno que no pasó nada — Le tocó el hombro y salió.

El Taisho al verse a solas contempló nuevamente el broche roto, que guardaba en el bolsillo — Se arruinó — Frunció los labios.


Afuera de los vestidores, los periodistas se quejaban por no haber podido entrevistar a Hakudoshi, ni a su misteriosa novia. Koga cerca de ellos mirando fijamente la fotografía de la pareja que había logrado tomar con su camara. —¿Por qué Hakudoshi invitaría a su novia? ¿Por qué la quería aquí? — Se preguntó en voz alta — ¿Por qué cubrió su rostro así? — Su gesto pasó a uno pensativo — ¿ Qué pasa? Sesshomaru buscaba a alguien — Recordó el momento en que vio al ambarino buscando a una persona y por la prisa con la que lo hacía, se notaba que era importante — Apareció de la nada una chica nueva. Sesshomaru buscaba a alguien — Sonrió malicioso — Podrían estar conectados estos hechos — Sacó del bolsillo de su saco la fotografía del ambarino y la supuesta Kikyo y la comparó con la del albino y su novia — La chica que está escondiendo Hakudoshi y la chica que está escondiendo Sesshomaru, de algún modo se relacionan — Aseguró triunfante.

Justo en ese momento salían los cuatro jóvenes en compañía de Miroku y los guardaespaldas, para evitar que la prensa se les lanzara encima. Koga los contempló a unos metros de distancia.

— Hay un buen secreto oculto y voy a descubrir la verdad —Esbozó una media sonrisa.

— Daremos una entrevista sobre el incidente más tarde — Prometió Miroku — ¿Disfrutaron de la premiere, Por favor escriban buenos artículos de nosotros ¿si? Gracias.


Los jóvenes salían del hotel para dirigirse a la casa. Bankotsu parecía haber recuperado su habitual jovialidad, luego de digerir la noticia sobre la identidad de Rin.
— Oigan chicos creo que hoy ha sido un día muy divertido o ¿no? — Se giró hacia Hakudoshi — Debemos organizar una fiesta para celebrar — Canturreó — Ryu — Gritó emocionado, intentando abrazar a la morena, pero el se lo impidió tomándo del brazo.

— Ya, ya — Le dio un par de palmadas en la espalda.

— Antes de hacerla hay un obstáculo que salvar — Interrumpió Sesshomaru, ganándose las miradas interrogantes de sus tres acompañantes.

— ¿Cuál sería? — Inquirió Bankotsu.

El Taisho sólo señaló con un gesto de cabeza a Kikyo, que venía caminando hacia ellos.

— Sesshomaru — Al verla Rin desvió la mirada.

— Este es, es un obstáculo inmenso — El ambarino frunció el ceño — Y falso — Agregó.

— Perdón no sabía lo que ocurría — Fingió la chica — En verdad Sesshomaru — Compuso una expresión de pena y tristeza.

— No finjas — La cortó con voz fría — Sabía que eras la causante.

— ¿En serio? — Volvió a su expresión de falsa amabilidad — ¿Ya lo dedujiste? — Le envió una mirada asesina a Rin — ¿Ellos sabían? — Ahora su mirada viajó hasta Hakudoshi y Bankotsu, pero ellos ni se inmutaron — Ja es increible, ¿todos están tan bien con este asunto? — Cambió su voz y semblante a uno molesto — ¿Solo porque su nombre sea A. , se creen unos angelitos?, Ryu, ¿eres tan torpe que no pudiste resolver esto? — La aludida agachó la cabeza — Sesshomaru, aún así no te desharás de mí — Amenazó — Cuando acordamos todo esto te dejé muy claro que lo terminaría yo.

— Se supone que dirías que tú no sabías nada — Rebatió él — Tú fuiste quien rompió el supuesto acuerdo.

— Correcto — Sonrió con cinismo — Aunque yo rompiera el trato, si pretendes conservar mi silencio tendrás que continuar con lo que tenemos. Deberás continuar fingiendo que eres mi novio y Ryu deberá seguir pretendiendo que es hombre y ustedes — Refiriéndose a Hakudoshi y Bankotsu — Continuarán siendo A. — Sentenció triunfante.

Sesshomaru esbozó una media sonrisa burlona — Y tú pretenderás seguir siendo gentil.

— Lo soy — Sonrió ella y se acarició el cabello con delicadeza — Amor, me marcho ¿eh? — Le dijo en tono dulce al ambarino — Bueno que tengan linda noche — Bankotsu la asesinó con la mirada, mientras se alejaba de ellos.

— Sesshomaru, ¿estuviste engañandonos con lo de Kikyo para proteger el secreto que había entre ustedes? — Lo interrogó el moreno.

— Lo que ella acaba de comentar es muy cierto — Respondió con tono serio.

— Sesshomaru yo quiero… — intervino Rin apenada.

— Seguramente volverás a disculparte — La interrumpió él — Ahorratelo porque no quiero oírlo. Ahora se lo dirás a Bankotsu y Hakudoshi — Se marchó sin decir más.

— Eso sí que no lo esperaba — Comentó el albino aún sin salir de su asombro.


La tía de Rin fue hasta el hotel en donde se hospedaba la madre de Sesshomaru, con la intención de reunirse con ella — Por favor ¿si?, una vez más — Pedía al asistente de la cantante — Solo quisiera ver a Irasue una vez más, hablaremos sobre los derechos de autor de la canción, sólo una ocasión más. Yo tengo que conversar de eso. Solo una vez ¿si?

El hombre suspiró algo mareado por tanta insistencia — Sí así será — Concedió al fin.

— Gracias, gracias — Pronunció con voz emocionada — Lo logré.

El asistente la condujo hasta la habitación de la artista, ambos ingresaron y Kaguya no cabía de la emoción.
— Gracias eres un chico muy gentil — Rió
— Señora, señora — La llamó el hombre sin obtener respuesta.

— ¿Dónde está ? — Cuestionó la mayor — Ay Dios, esto es un desastre — Se impresionó al ver la mesa de centro en donde se encontraban varias botellas de licor y copas vacías esparcidas. Entre ellas estaba una fotografía que tomó enseguida —¿Que pasó ? Quién podría ser? — Ahogó una exclamación de sorpresa al ver de cerca la foto— Son mi hermano y sus dos gemelos — Su sorpresa sólo aumentó — No sabía que tenía una fotografía.

— No toque sus cosas sin permiso — Le reclamó el asistente.

— ¿Qué? No toqué nada, sólo estaba viendo — Colocó la foto de vuelta en su lugar — Tengo que ir al baño. Oiga ¿dónde está el sanitario? — Abrió la primera puerta que encontró — Oh aquí está, en verdad me estoy haciendo pipi, ya no aguanto — Se giró al cerrar la puerta y el miedo la invadió al ver a Irasue dentro de la bañera — Señora Irasue, disculpe — Hizo el ademán de salir, pero se detuvo al ver que la mujer no se movía — Señora Irasue — Caminó un par de pasos hacia ella — Señora — Profirió un grito de terror al ver que la mujer estaba inconsciente — Irasue, Irasue señora — Lanzó al piso su bolso producto del miedo — Ayudenme, ayudenme — No paraba de gritar.

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Un rato después la mujer estaba acostada en su cama, aún inconsciente con un suero conectado a su brazo .
— Sí, salvé a la mayor diva de Corea — Se jactaba Kaguya — Hubiese muerto si no fuese por mí — Le presumía a la enfermera que colocaba el suero — Para esta hora estaría muerta.

— Tenga — El asistente le entregó un sobre con dinero.

— Ah, sí — Sonrió y se apresuró a revisarlo.

— Gracias por ayudarnos con la señora Irasue, por favor no diga nada sobre este incidente.

— Seguro, yo no diré nada — Prometió — Oiga señor yo soy en verdad fanática de ella — Rió — Que se recupere la señora, adiós señor — Pensaba marcharse, pero se detuvo y dio la vuelta, tenía una duda que la estaba carcomiendo — Oiga señor ¿alguna vez ella ha tenido alguna cirugía? — Preguntó curiosa.

— Claro que no, ya marchese — Respondió mordaz.

— ¿Como dijo? — Ladeó la cabeza — Claro — Al estar fuera de la habitación, comentó en voz baja — Yo vi la cicatriz en su vientre, pero ¿tuvo una cesárea? Pero ella no estuvo casada — Se cubrió la boca con la mano, para ahogar un grito de horror.


En la casa de los A. , Bankotsu había reunido a Rin y Sesshomaru en la habitación del ambarino — Una chica y un chico no compartirán el cuarto. Ryu aunque no pienses que Sesshomaru es hombre — El aludido enarcó una ceja — Tú no puedes quedarte aquí, yo moveré tus maletas — La morena se rascó la nuca incómoda — Ryu, sacaremos tus pertenencias de aquí — El moreno tomó la pesada maleta y comenzó a caminar fuera de la habitación.

Rin tomó su futón y se detuvo frente al Taisho — Sesshomaru te agradezco todo lo que haz hecho por mì — Le hizo una corta reverencia.

— ¿Tú crees que no me volverás a agradecer nada se ahora en adelante? — Inquirió con frialdad.

— No quisiera que hicieras más por mì, no me sentiría nada bien. Yo sacaré mis cosas de tu habitación — Contempló por encima del hombro del ambarino el peluche que este había hecho para ella. Él la imitó, mirándolo por el rabillo del ojo y esperando a que la chica se lo llevara. Rin tenía enormes ganas de hacerlo, pero su vergüenza la superó, así que agachó la cabeza y salió de la estancia.

El joven chistó molesto — ¿Qué tal?, ni siquiera se molestó en llevarse esto — Tomó el peluche — Parece que no tiene sentido de lealtad porque ya no necesita tenerlo — Metió la mano en su bolsillo y sacó el broche — Creo que ya no lo va a necesitar, entonces no entiendo porqué lo traje no sé porqué lo traje — Se cuestionó molesto, para luego lanzarlo con desdén al bote de basura .

Mientras Rin se lamentaba en su antigua habitación — ¿Con qué derecho traería al conejo de su cuarto?, Perdí el broche — Hizo un puchero — Sesshomaru, muchas gracias por todo — Compuso una expresión de tristeza para luego apretarse la nariz con el índice.

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No hay comida para organizar la fiesta — Se quejó Bankotsu al revisar en la cocina.

— Muero de hambre — Hakudoshi se tocó el estómago — ¿Vamos a comer algo?

— Vamos a la tienda de dulces — Propuso el moreno emocionado — Ahora con Ryu seguro querrá muchos dulces.

— Sí compremos muchos dulces con Ryu — Lo secundó Hakudoshi.

— Ryu es una conflictiva eterna — Los interrumpió Sesshomaru — No tienen idea de los problemas que causa si la sacan, dejenla en casa sería mejor — Se cruzó de brazos.

— Oye ¿Por qué no te quedas tú en casa? Nos aseguraremos que se comporte — Prometió el albino.

— Ryu vamos a salir — Gritó emocionado Bankotsu corriendo en dirección de la habitación de la morena.
Sesshomaru sólo frunció el ceño ante lo ocurrido.


Bankotsu, Ryu y Hakudoshi, empujaban el carrito en el supermercado, mientras Sesshomaru varios pasos detrás de ellos fruncía los labios molesto.

— Nunca había estado a esta hora un supermercado — Confesó la chica emocionada.

— ¿Ah no? Es la mejor hora porque no hay tanta gente — Le respondió Bankotsu.
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— ¿Te parece rica? — Hakudoshi le mostró una manzana a Ryu.

— Cierto, pero esta se ve más roja y huele rico — Lo contradijo ella, mostrándole la fruta para que este pudiese olerla.

— Cierto — Concedido — Pero esta huele igual — Ahora fue el turno de Rin para oler.
— Sólo que yo no sé escoger manzanas con el olfato — Se quejó.

Sesshomaru, que estaba observando la escena chistó — ¿Por qué no obtienes la nariz de un conejo-puerco? ¿Se te olvido Ryu? — Masculló

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El Taisho observaba a Ryu y Bankotsu mientras jugaba con una verdura

— Con estos vegetales hago jugo todas las mañanas — Le contó el moreno a la joven, mostrándole un par de pimientos — A ti te haré jugo, haremos jugos las mañanas — Canturreó.

— Te haré jugo todas las mañanas — Prometió ella.

— Suena increíble la idea — Se emocionó más.

— Te haré muchos jugos con la licuadora y de vegetales.

— Estaré viendo un conejo todas las mañanas — Volvió a mascullar el ambarino, sosteniendo una zanahoria y fulminado a la chica con la mirada.

— Ryu me agradas mucho — Bankotsu pretendía volver a abrazar a Rin, pero Sesshomaru lo agarró con fuerza para impedírselo y luego cerró la cremallera de su abrigo hasta cubrirle el rostro.

— Ya que Bankotsu se crió en Inglaterra, le gusta mucho abrazar — Le contó Sesshomaru — Ryu nunca se acostumbrara a la idea de abrazar.

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Nuestro primer comercial fue con esta cosa ¿recuerdan? — Bankotsu tomó una paleta y se la mostró a sus amigos — ¿No se les antoja?

— Bankotsu, ya basta — Le advirtió Sesshomaru.

— Deja eso ahí — Lo secundó Hakudoshi.

El joven hizo un mohín — ¿No sabes la gran historia? — Le preguntó a Rin. Ella negó con la cabeza — Una mordidita — Simuló morder el dulce — Y te duelen los dientes — Hizo un gesto de dolor — y otra cosa, Sesshomaru tenía un carámbano en el cabello y el hombre de nieve era Hakudoshi — Contó sonriente.

Rin se sorprendió — Yo quiero ver el comercial — Pidió.

— Te lo enseñaré llegando a a la casa.

— Amigos busquemos los productos de los comerciales — Propuso animado, ante la molestia de sus dos compañeros.
— Estos son los fideos picantes del antiguo comercial. Mezclalo, mezclalo mezclalo y ya — Comenzó a bailar y hacer ademanes con las manos y brazos.

— No era así — Hakudoshi tomó el paquete — Iba así o así ¿no? — Hizo el ademán de revolver.

— Bankotsu lo mezcló como era — Respondió Sesshomaru — Y lo mezclabamos de arriba abajo.

Los tres tomaron un sobre y comenzaron a hacer el baile del comercial, ante la sonrisa divertida de Rin.

— Oigan no tenemos que estar haciendo esto aquí — Cortó el ambarino yéndose.

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En otro pasillo tomaron chocolates — Chocolate Angel, derrite tus labios nena — Pronunció Bankotsu con voz sensual y lanzó un beso.

— Que cursi — Se molestó Sesshomaru, devolviendo el chocolate a su lugar.

— Es una tontería — Concedió el albino.

— Lo de los fideos era mejor — Se quejó el moreno.

— Oigan a mi me gusto mucho — Los animó Rin, mostrando los pulgares.

En otro pasillo Bankotsu paseaba a Rin en el carrito y estaba gritaba como niña pequeña. Hakudoshi sonreía detrás de ellos y Sesshomaru fruncía el ceño.

El moreno le lanzaba artículos a la joven y ella aún en el carrito los atrapaba — Strike uno — Gritó al poder atraparlo.
El siguiente en lanzar fue Sesshomaru y Rin casi no lo puede atrapar, pues empleo demasiada siguiente fue Hakudoshi y luego Bankotsu lanzó a Rin con todo y carrito hasta el albino y este se lo pasó a Sesshomaru que lo detuvo con el pie y le lanzó un pesado bulto de papel.

— Mira Ryu, también hicimos un comercial de cervezas — Le contó Bankotsu.

— Recordar estos comerciales me hacen sentir viejo — Se quejó Hakudoshi.

— De los comerciales de paletas que hacíamos de niños, hasta los de cervezas de adultos — Agregó Sesshomaru.

— Tranquilos, si me pidieran que hiciera otro comercial de paletas, lo haría — Aseguró Bankotsu — Hace frío, hace frío — Imitó la voz de un niño, ante la mirada molesta de sus amigos — Vamos Ryu, hagamoslo juntos.

— Hace frío — Lo imitó ella con timidez.

— Eres adorable — Gritó, intentando abrazarla, pero Hakudoshi y Sesshomaru movieron dl carrito.


— Sigamos bebiendo — Propuso Inuyasha a Kagome y Miroku.

El presidente suspiró — Creí que todavía eran unos jovencitos y ahora ya tienen novia. Ellos fueron ídolos desde pequeños — Sonrió nostálgico — Ahora son adultos.

— Pero es raro que los puedan durar tanto, ¿no lo cree señor? — Inquirió el manager — Algunos podrían decir que excedieron su vida como ídolos y ahora tenemos a Ryu en escena, nos quedan algunos años — Rió.

— Sí, aunque yo tengo la sensación de que me esconden algo los chicos — Confesó con pena.

—¿Qué? — Inuyasha y Kagome, compartieron una mirada nerviosa.

— Sí, ya crecieron, ya guardan secretos — Se puso de pie —Diculpenme la naturaleza llama — Inuyasha ladeó la cabeza sin comprender — Tengo que ir al baño — Roló los ojos.

— Y ¿qué pasará de ahora en adelante? — Interrogó la azabache.

— ¿Qué no es obvio? Dentro de muy poco Ryu cambiará posiciones con su hermana.

— Y ¿después qué pasará con ella?

¿Regresara a su vieja vida?

El ambarino suspiró — Eso era lo que yo creía hasta el día de hoy Kagome, pero las cosas cambiaron, ella cambió mucho. Ahora no sé que vaya a hacer.

— ¿A qué te refieres? — Preguntó confundida.

El hombre tomó un trago y suspiro — Ella se ha enamorado.


Y ¿Hakudoshi y Bankotsu dónde están? — Interrogó Rin a Sesshomaru al verlo solo, cerca de las cajas del supermercado.

— Fueron por cerveza — Ella asintió y el ambarino clavó sus ojos en la etiqueta que la joven tenía en su cabeza — Ryu, ¿qué tienes pegado en el cabello? Se te ve bien puesto — Se mofó.

— ¿Qué, tengo algo? — Se lo quitó con cuidado para observarlo — ¿quién me pegaría esto? 3000 wons, mi broche también valia esto — Pronunció con un deje de tristeza.

— Te dije muchas veces que no pagué 3000 sino 100000 — Replicó él.

— Sesshomaru yo...yo lo perdí — Confesó apenada — Yo lo extravié.

— Lo perdiste de nuevo ¿no?, Bueno al menos sabes que lo extraviaste — Fingió desinterés.

— Oye ¿tú viste mi broche? ¿Notaste donde lo extravié? — Lo miró esperanzada.
— Noté que estaba todo roto en el piso del salón de conferencias de la premiere.

Ella ahogó un respingo — ¿Lo viste? ¿Ahora que hago?

— ¿Ahora que harás? — Entrecerró los ojos — Ya está en la basura porque estaba todo roto.

— Oye yo quisiera… — Pasó un señor llevando varios carritos y Rin se vio obligada a apartarse chocando con Hakudoshi en el proceso.

— Cuidado ¿estás bien? — La interrogó preocupado.

— Sí estoy bien — Respondió ella algo aturdida.

— Ten cuidado — La sujetó suavemente por la cintura, ante la mirada molesta del Taisho.

Hakudoshi se dio cuenta de que algo sucedía, al ver la expresión triste de Rin y la molesta de Sesshomaru. La morena se soltó lentamente de su agarre, volviendo el ambiente aún más tenso.

— Oigan traje mas cerveza — Por fortuna, llegó el moreno para romperlo.

— Andando — Ordenó la fría voz de Sesshomaru y los dos chicos lo siguieron, dejando a Rin un poco atrás.

— Es un error — Susurró ella al borde del llanto — Es muy valioso para mí.


— No he podido dormir en varios dias — Se quejó Sesshomaru —¿Será insomnio? Comenzó desde que Ryu se salió de mí cuarto — Tomó una botella de agua del refrigerador — Por qué me daría insomnio? — Cerró la puerta y tuvo que ahogar una maldición, al ver que ahí estaba la tía de Rin — ¿ Qué hace aquí? ¿Cuando llego aqui? — Interrogó a la mayor.

—¿Qué? — Bostezó somnolienta — Es que llegué hace unos segundos, llegué en silencio. Ya que todos descansan — Explicó.

— Vaya a dormir — Ordenó con voz fastidiada.

— ¿Ryu está descansando? — Volvió a bostezar.

— ¿Él no se ido a su habitación? — Inquirió confundido.

— Ryu jamás se mudó a mi habitación — Negó con la cabeza — ¿No estaba durmiendo en la tuya? — Bostezó por tercera vez.

— ¿Dónde podría estar a esta hora? — Se preguntó el ambarino.


— Se lo agradezco mucho, tengo que encontrar algo que es muy importante para mí — Rin le hizo una marcada reverencia al guardia de seguridad que le había hecho el favor de abrir el salón de conferencias para poder buscar su broche.
— Rápido, buscalo y encuentralo y no vayas a decirle a nadie que yo te dejé entrar — Advirtió él con el ceño fruncido.

— Muchas gracias, le prometo que lo haré rápido.
La joven comenzó la búsqueda, fila por fila de asientos, con la esperanza de encontrarlo.


— ¿Dónde puede estar? — Sesshomaru frunció el ceño — ¿A dónde fue a esta hora? Ella...no puede ser, ¿se iría a esta hora a buscar el broche? — Recordó cuando le contó que el broche estaba en la basura y la mueca de tristeza que la joven compuso — No pude escuchar lo que dijo, tal vez me diría sus intenciones — Frunció los labios. Otro recuerdo vino a su mente, el de aquella noche en el pueblo natal de la morena — ¿Así que está bien que me guste esa estrella? — Recordó que le había dicho — No, no puede ser, a ella le gusta Hakudoshi. No, no creo que haya ido a buscarlo — Intentó convencerse.


Rin siguió con su búsqueda incansable arrodillada en el piso entre cada fila de asientos — No está ¿será que alguien lo recogió? — Se preguntó angustiada.

Sesshomaru decidió ir, aunque se repetía una y otra vez que la chica no estaba ahí — Sólo tengo que comprobar que no está aquí y ya luego podré dormir tranquilo — ¿Dónde puede estar? — Caminó hasta quedar frente a las puertas de la sala de conferencias y tiró de una de ella con fuerza, entró y miró a todos lados buscando a Rin. Recorrió el lugar lentamente y se detuvo a escasos pasos de morena, que estaba escondida entre un montículo de sillas plegables, cubriendo su boca para no ser descubierta por el recién llegado.

— El guardia me dijo que nadie podía verme aquí — Recordó.

Sesshomaru chistó — Ya intuía que no podía estar aquí — Miró con desprecio el broche y lo dejó caer al piso, para luego marcharse.

La morena suspiró aliviada y salió de su escondite, pero en su prisa tiró varias sillas, ocasionando un fuerte ruido que hizo detener los pasos del ambarino y girarse, para volver a entrar a la sala. Rin corrió a esconderse tras una de las puertas y creía que sería descubierta, pero el sonido del celular de Sesshomaru la salvó.

— Irasue — Leyó el joven en la pantalla. Dudo unos segundos pero al fin se decidió por salir y contestar.
Ahora si la morena pudo respirar tranquila.
— ¿Por qué me llamas a esta hora? — Interrogó molesto.

— Hola, la señora Irasue está muy enferma y está preguntando por ti — escuchó la voz del asistente de su madre.
Colgó la llamada y aún sin saber muy bien el porqué se dirigió a verla.

Rin vio el broche en el piso creyendo que por fin lo había encontrado, era tanto su miedo a q la descubrieran que no se dio cuenta de que era Sesshomaru quien había entrado a la sala. Corrió a recogerlo sintiendo que el alma le volvía al cuerpo — Lo encontré, lo encontré, no había visto en el pasillo — Lo miró aliviada, pero la invadió la tristeza al ver que estaba roto.


Irasue estaba acostada en su cama y Sesshomaru sentado en una silla cerca de ella.

— Y ¿qué? ¿Cuál es el punto de vivir más? — Inquirió fatigada — Estoy muy aburrida — Confesó.

— ¿Necesitas memorias porque tu vida es muy aburrida? — Cuestionó el menor.

— ¿Si yo hago eso me ayudarás a recuperar las memorias solo para vivir otros días? — Espero ansiosa su respuesta.

— ¿Si digo que no, volverás a llamarme como lo hiciste hoy?

— Creo que empeoro cada vez más — Aceptó con pesar — No vendrías ni aunque lo hiciera? — Lo miró fijamente.

— Aunque yo rehusara a venir no tengo elección más que ayudarte ahora — Respondió con indiferencia — Acepto trabajar en la canción.

Ella se sentó el la cama emocionada — Creo que siempre lo harías porque eres el hijo que tengo — Sus ojos se llenaron de lágrimas.

— Ninguna madre le diría a su hijo que la apoyara en eso — Rebatió sin variar su semblante.

— Cuando esté completa la canción, te diré toda la verdad como era en realidad — Sollozó.


Rin intentaba pegar el broche — Espero que funcione esto — Suspiró con pesadez — Sesshomaru es experto en todo esto — Apretó el pequeño objeto entre sus dedos — Tranquila, si descubre que tengo el broche de vuelta, creerá que hice algo extraño — Hizo un puchero —Tal vez creerá que lo amo — Compuso una mueca de tristeza — Creo que ya se pegó — Soltó el broche, pero sus dedos índice y pulgar de ambas manos quedaron pegados — ¿Qué? ¿Se me pego?, Se me pegaron los dedos — Se asustó, tratando de separarlos. Guardo el broche en el bolsillo de su abrigo e intentó actuar natural a ver llegar al Taisho — Sesshomaru, — Se esforzó por aparentar tranquilidad.

— ¿Qué haces aquí? — Cuestionó él.

— ¿Dónde estabas tú a esta hora de la moche? — Intentó desviar el tema.

— ¿Dónde estabas tú? Estuve buscándote — Interrogó molesto.

Ella lo miró rogando porque sus nervios no la traicionaran — Yo estaba aquí en casa ¿Por qué?

— ¿Estabas en la casa? — La escrutó con semblante desconfiado — ¿Dónde? — Frunció el ceño.

— Yo... creo que yo... todo el tiempo estuve trabajando, no fui a ninguna parte — Intentó sonar convincente.

El taisho frunció los labios — ¿En serio? Creí que... que tienes en las manos? — Desvió su atención hacia las extremidades superiores de la chica.

— Aaahhh yo rompí algo que era muy valioso para mí — Explicó nerviosa.

— ¿Qué? — Cuestionó él.

— Aahh — Titubeó un segundo — Pues una taza, una taza que era muy valiosa para mí, yo… es que me pegué los dedos — Susurró lo último y le mostró las manos al ambarino — Tranquilo, yo lo resuelvo, ya te puedes ir a dormir.

Pero Sesshomaru no le hizo caso, sabía de sobra lo torpe que podía llegar a ser Rin, así que busco un recipiente y ordenó a la joven que lo llenara con agua y jabón y que luego sumergiera las manos en el.

— ¿Pusiste suficiente jabón? — Golpeó suavemente el recipiente con un pincel para llamar la atención de la morena que parecía ausente.

— Sí — Respondió enseguida. Odiaba causarle molestias, pero ahí estaba una vez más siendo salvada por él.

Tomó las manos de Rin y usando el pincel comenzó a despegarlas lentamente causándole cosquillas a la chica, que la hacían reír y moverse sin control.

— Me haces cosquillas — Acusó entre carcajadas, pero se calló al instante, al ver que Sesshomaru la asesinaba con la mirada — No puedo creer que se pegara tan fuerte, no puedo entender como ocurrió — Se excusó.

— ¿Olvidaste de quién eran los dedos? — Cuestionó sin detener su labor.

— Lo lamento — Continuó riendo y moviéndose involuntariamente.

— Me pregunto porqué se te pegaron los dedos, si fuesen tus labios no podrías hablar tanto.

— Lo siento — Se volvió a disculpar, cada vez más apenada — Sesshomaru te volví a causar problemas — Expresó con pesar.

— Ya me acostumbré a eso, en lugar de pensar en cualquier otra cosa, quiero concentrarme en tus dedos para que no me moleste tanto esto — Masculló

— ¿Te pasó algo que te molestó? — Preguntó con timidez.

— Alguien llamó para que hiciera algo que no quiero hacer y acepté hacer lo que me pidió — Su voz sonó tan vacía que la morena se preocupó.

Rin recordó aquella conversación entre Sesshomaru e Irasue, que escuchó por accidente y que tanto daño le había causado al ambarino. Sus ojos se llenaron de lágrimas al pensar en lo mucho que debía dolerle todo eso.

— Es curioso, cada que empieza a dolerme la cabeza por su culpa, apareces y me tranquilizas, como ocurrió el día de hoy — Confesó dejándola pasmada — Y me tranquilizo — Apartó los ojos de las manos femeninas, para posarlos en el rostro.

— Estoy muy contenta de que mis dedos te hayan hecho sentir feliz — Bromeó — Si lo hubiese sabido, hubiera colocado pegamento en mis diez dedos — Le dijo con sinceridad, haciendo que esbozara una pequena, pero sincera sonrisa que le comenzó a acelerar el corazón, pero es que no podía evitarlo, Sesshomaru se veía tan hermoso cuando sonreía y realmente era un lujo poder apreciar una sonrisa sincera de su parte.

— Ya quedó — Anunció ampliando un poco su sonrisa.
Rin no tuvo más remedio que presionar su nariz, pues sentía que su corazón se le saldría del pecho, cosa que le desagradó al Taisho.

— ¿Por qué siempre pones nariz de puerco? — Preguntó molesto, fulminandola con la mirada .

— Es para conservarme saludable — Le rehuyó la mirada.

— ¿Estás escondiendo algo? — Se acercó un poco a su rostro, poniéndola aún más nerviosa y sonrojandola.

— No te escondo nada — Se sobresaltó.

— Ya quedó, después de hablar contigo, ya me dio sueño — Sabía que le escondía algo, pero no insistiría en ese momento — Me voy a descansar — Tomó su saco y se marchó.

Al verse a solas sacó el broche de su bolsillo — Siempre disimulo mi amor por ti Sesshomaru — Susurró con tristeza y lo apretó entre sus manos.


Frente a la disquera un numeroso grupo de fanáticas se habían reunido para llorar por la reciente noticia sobre el albino.

— Primero Sesshomaru y ahora Hakudoshi — Sollozaba Ayame — Pero debemos estar felices por él — Felicidades — Comenzaron a corear entre llantos.

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Hakudoshi, quiero pedirte disculpas por todo lo ocurrido, te he metido en problemas — Agachó la cabeza.

— Es cierto, ahora todos me están cuestionando a mi supuesta novia — Concedió él.

— Debe ser difícil — Dijo con pesar posando la mirada en el piso.

— Estoy bien, pero para quien me agrada es más duro — Miró fijamente su rostro sonrojado por la vergüenza.

— Por favor dile que lo siento mucho — Pidió al borde del llanto.
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— Oye Hakudoshi no actúa muy diferente ahora que sabe lo de Ryu — Le comentó Inuyasha a Sesshomaru.

— No tengo idea — Respondió cortante

El manager detuvo el avance del joven sujetándolo por los hombros y escondiéndolo tras un muro, al ver a Rin y a Hakudoshi conversando en uno de los pasillos de la disquera.

— ¿Qué te pasa? — Preguntó furioso el ambarino — No espies su conversación.

— Sshhh debemos oírla — Rebatió.

— Sesshomaru pensaba marcharse, pero lo volvió a detener — Oye — Siseó.

— Sé que tienes una chica que te agrada, lo siento mucho, siento haberla molestado — Hizo una reverencia a modo de disculpa.
— Tendré que aclarar todo con ella y voy a hacer que entienda, ¿no te parece lo correcto? — Le sonrió a la morena.

— Por supuesto que sí — Respondió convencida.

— Ryu, ¿podría pedirte que me acompañes cuando hable con ella?

— Sesshomaru e Inuyasha miraron en dirección de los jóvenes al escuchar la petición del albino.

— Sí, claro que sí, es lo menos que puedo hacer — Aceptó sin vacilar — Después de lo que ocurrió.

— Entonces organizaré una reunión de nosotros tres y ¿si me acompañarás? — Volvió a preguntar.

— Sí y será un placer — Sonrió aliviada por poder ayudar al albino, quien sonrió en respuesta.

— Sesshomaru, me siento muy mal por ella — Le confesó Inuyasha al estar a solas en el estudio con el Taisho — Ahora tiene que ir con la novia a decirle que le gusta. "No soy nada para él, la única chica que le gusta eres tú y él te ha sido fiel a ti" — Dramatizó el albino, a punto de llorar.

— No debería ir con él — Concedió Sesshomaru, sin despegar la vista de unos papeles — Apuesto a que lo dijo para tranquilizarlo, no se atrevería a hacer algo por el estilo, no lo permite su corazón — Razonó.

— Es cierto, no podría ir con Hakudoshi y ella — Suspiró — Esa linda chica ama a Hakudoshi y se lo guardará, va a herir su corazón si decide ir allá.


Rin tomaba el desayuno junto a su tía, mientras esta se disculpaba, pues tenía que marcharse.
— No es conveniente que me quede aquí contigo, yo tengo mi propio negocio que mantener, así que no es muy conveniente que me quede a tu lado — Se excusó amablemente.

— Oh ¿si?, Pero eso es bueno tía, por favor quédese en casa de su amiga cómodamente — Sonrió.

— Está bien, me voy — Se puso de pie — Ryu, ¿por casualidad conoces a la cantante Irasue? — Preguntó disimulando su interés.

— La he visto un par de veces, ¿por qué? — Ladeó la cabeza.

— ¿Cuando fue? ¿Con Rin? — Cuestionó sobresaltada.

— No, fue en la estación de televisión — La morena la miró extrañada.

— Oh cielos, ya veo — Suspiró aliviada — Bueno ella fue a la agencia que te representa ¿verdad?, entonces no podemos estar juntos — Murmuró — Bueno Ryu me voy.

— Tía — Se puso de pie — Por favor cuidese — Pidió amablemente.

— Sí, cuida de tu salud también — Se alejó unos metros de la morena — Tengo que arreglar lo de los derechos de autor pronto sin que se entere Ryu — Susurró — El bebe que Irasue tuvo secretamente, sería genial si fuer a Ryu — Miró a su sobrina por encima del hombro — Podríamos ser ricos.


Irasue leía un informe que le había traído su asistente — Ryu, el hermano mayor está ahora en Estados Unidos, pero no podemos localizarlo y Rin creció en un convento y lo dejó no hace mucho tiempo — Explicó el hombre.

— ¿Uno de ellos está en Estados Unidos y la otra en un convento? Busca a la chica en Corea primero — Ordenó.


En las prácticas del grupo Sesshomaru miraba con molestia muy bien disimulada la cercanía entre Hakudoshi y Rin al mostrarle cómo tocar el piano.
— Ella está fingiendo estar bien con él — Masculló — Debe estar herida — Negó con la cabeza.

— Ryu, vamos a pasear con Ginta — Propuso el moreno — Te enseñaré mi lugar secreto — Sonrió.

— Sí — Respondió emocionada.

— Parece que hay sol afuera, podríamos jugar bádminton entre los tres — Intervino Hakudoshi.

— ¿Iremos los tres? — Preguntó Bankotsu no muy convencido.

— Ryu ¿no te gustaría?— La miró el albino, esperando expectante su respuesta.
— Yo voy a donde ustedes quieran — Respondió sonriente.

— Mentirosa, ella caba su propia tumba — Volvió a mascullar el ambarino — Ryu deja de intentar quedar bien con todos, aprendete las canciones del sexto disco — Ordenó — Yo quiero que te memorices las letras hoy, te vas a quedar.

— Yo me aprendí las letras de las canciones así que no voy a quedarme encerrada por más tiempo — Rebatió haciendo un puchero.

— ¿Estoy ofreciéndote ayuda y la rechazas? — Enarcó una ceja.

— Sí y con mucha razón, yo voy a ir a jugar badminton con mis amigos — Infló las mejillas.

— Bien Ryu, vamos a divertirnos un rato — Se emocionó Bankotsu — ¿Tú no quieres jugar? — Le preguntó a Sesshomaru quien solo frunció el ceño.


Los cuatro jóvenes fueron a un parque rodeado de vegetación.

— Es muy tranquilo aquí — Observó la morena.

— Hay puros ancianos aquí, así que no hay problema — Le explicó Hakudoshi — Todos son tranquilos.

— Ni siquiera pasa el viento — Volvió a comentar ella.

— Yo les ganaré — Gritó emocionado Bankotsu.

— Oigan yo haré equipo con Ryu en el juego — Anunció el albino — ¿Te parece Ryu? — Le sonrió.

— Yo soy pésima en esto, pero si no te importa — Sonrió en respuesta.

— Tu tranquila — Le dio una palmada en la espalda.

— Sí, me gustaría hacer equipo contigo — Se convenció.

— No le interesa herir su corazón entonces — Susurró Sesshomaru — Continúas estando con él, maldito conejo-puerco — Escupió con desdén. Llegó frente a la joven que estaba sentada junto al albino y la señaló con la raqueta — Ryu muevete, Hakudoshi conmigo.

La morena miró inquieta al albino — Pero no es justo — Replicó este — Porque ganaremos.

— Entonces podré estar con Ryu contra Sesshomaru y Hakudoshi — Rió Bankotsu — Estaría bien, me gustaría hacer equipo con Ryu.

Sesshomaru esbozó una media sonrisa — Hay que ganar esto ya — Exigió a Hakudoshi.

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Durante el juego era muy agresivo con Rin, no dejaba de atacarla y de golpearla con la pelota, una y otra vez la lanzaba al suelo. Estaba muy enojado y esa era la forma en que podía sacar la ira acumulada por toda la situación con la morena.

Bankotsu cansado de ver esto decidió intervenir — Sesshomaru esto es un juego no son las olimpiadas — Le reclamó — ¿Entiendes ?

— Yo ya casi gano — Fue toda su respuesta.

La morena lo fulminó con la mirada al levantarse una vez más luego de los golpes q le proporcionaba la pelota lanzada por el ambarino.

— Ryu ahí va — Anunció Hakudoshi, quien a diferencia de su amigo lanzó con suavidad permitiendo que Rin respondiera exitosamente. Repitieron la acción un par de veces, ante la mirada de aprobación de Bankotsu.

— ¿Ves? Lo haciendo bien, si no tiras tan fuerte — Le echó en cara al ambarino, quien solo fruncía los labios al ver a la 'feliz pareja' jugando muy entretenidos. Chistó molesto y decidió intervenir con brusquedad, golpeando una vez más a Rin y enviándola al suelo.

— No entiendo porqué no contestas mis tiros en ninguna ocasión ¿acaso no tienes fuerza? O no tienes talento en los deportes¿ — Casi gritó — Parece que gané ¿no? — Preguntó con soberbia.

— Yo podría ganar si hiciéramos otra cosa — Desafío ella desde el suelo — Hay algo en lo q soy muy buena — Aseguró haciendo un mohín

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Los tres chicos observaban como Rin se balanceaba en una de las barras del parque, sujetada solo por los brazos, mientras sus piernas iban y venían.

— Oye Ryu tú eres la número uno — Reconoció Bankotsu — Apuesto a que nadie te gana.

Ella rió — Quizás no soy buena en todo, pero soy buena para estar colgada en una barra. Cuando era niña podía ganarle a todos los chicos que querían resistir más — Contó orgullosa.

— Creo que ya lo dejaste claro, baja de ahí ya, te lastimaras — Pidió Hakudoshi en tono preocupado.

— Yo resistiré más para demostrarlo — Miró desafiante a Sesshomaru. Toda aquella prueba de su resistencia, era para demostrarle que no era tan débil como él le había ducho.

— Quiere enseñarle algo e impresionarlo más, que conmovedor conejo-puerco — Se mofó creyendo que Rin lo hacía por Hakudoshi, sin siquiera imaginar que todo aquello era por él — Oye está bien, ganaste — Aceptó en voz alta — ¿Estas feliz ahora? Ya está claro — Sólo deseaba terminar rápido con ese espectáculo que lo asqueaba.

— Les dije que me quedaré colgada aquí y tú no me detendrás ahora — Respondió mordaz — Yo voy a demostrarte que puedo hacerlo mucho mejor que tú — Murmuró lo último.

— Wao — Se impresionó Bankotsu — Ryu está ignorando el mandato de Sesshomaru — Rió — ¿Debería bajarla en persona? — Corrió hasta colocarse frente a ella — Hace frío — Imitó el comercial de la paleta seguido por el de los fideos y por último el chocolate, pero Rin solo reía.

— No tiene caso que lo intentes, no me bajaré de aquí — Replicó con terquedad — Yo les dejé claro a todos que soy muy buena en esto.

— Ambos fallaron en bajarte de ahí, entonces me tocará hacerlo — Esta vez fue Hakudoshi quien se acercó a ella — Es mi oportunidad ahora.

— Hakudoshi no importa lo que hagas no me bajaré — Pero la morena no esperaba lo que el joven haría a continuación. En un rápido movimiento se acercó a ella y le besó la frente, dejándola de piedra y haciendo que cayera al instante ante la mirada atónita de sus dos amigos.

— Oye eso fue muy injusto — Reclamó Bankotsu.

— Nunca definimos eso — Se excusó con tranquilidad — Perdiste y yo soy el ganador — Le tendió la mano a Rin para que se levantara.

— Hakudoshi en verdad me sorprendiste — Desvió la mirada incómoda — No quiero que hagas esas bromas conmigo — Pidió sonrojada, aun no se recuperaba del todo de la impresión.

— Eso era en serio, fue una apuesta — La miró serio — Soy alguien competitivo — Aclaró.

— Oye asustas a Ryu — La defendió el moreno — Ryu — Soltó al perro del árbol en que lo tenía amarrado — Lleva a Ginta a caminar — Pidió amablemente.
La joven asintió en silencio y tomó la correa rehuyendo la mirada del albino.

— ¿La sorprendí tanto asi? — Se preguntó en voz baja — Y esto apenas inicia — Sonrió.

— Casi le da un infarto con todo esto — Masculló el ambarino.


Kagome y Kikyo se reunieron para tomar un café. La actriz fingía como siempre para sacarle información a la Higurashi.

— No puedo evitar preocuparme — Dijo con fingida tristeza — Es una chica.

— ¿Por qué ? — Inquirió la azabache, esperando atenta su respuesta.

— Ryu es una chica y está muy cerca de Sesshomaru, por eso no me gusta — Confesó.

— Pero ¿te mortifica eso? ¿Crees que él se enamore de Ryu? — Negó con la cabeza — Apuesto a que no lo haría — Intentó tranquilizarla.

— Las personas creen que todos me quieren, pero lo cierto es que soy solo una mujer como todas y siento celos, cuando eso pasa — Miró fijamente a Kagome — Soy una mujer muy ordinaria, eso es lo que me ocurre dentro y no puedo evitar sentirme así.

— Eres algo emocional — La azabache suspiró — Sólo que no tiene caso serlo.

— Ryu tal vez no querrá abandonarlos aún cuando vuelva a ser quien era — Frunció los labios — Está en un gran lugar con chicos que son ídolos ¿por qué querría volver a la vida que tenía? — Su expresión se volvió angustiada.

— Kikyo, yo no debería comentar esto con nadie ni Sesshomaru sabe este secreto — Miró a todos lados nerviosa.

— ¿Cuál secreto? — Apremió.

— Ya que estás preocupada te diré la verdad, Ryu creció en un gran convento — La actriz se sorprendió mucho por la noticia — Creció en un orfanato con monjas alrededor de ella por eso quería convertirse en monja cuando fuese grande y ella temporalmente debió sacrificar su sueño por su hermano.

— ¿Entonces regresará al convento donde la han criado? — Preguntó emocionada.

— Es el único lugar que la recibirá — Aseguró con cierta pena — Seguro que regresará — No digas que te lo mencioné — Casi suplicó.

— No lo haré — Sonrió — Creo que Sesshomaru y los muchachos si se aprenderían mucho, apuesto a que se asustarán — Rió maliciosa.


Sesshomaru tocaba el piano en el estudio de la casa, estaba haciendo los arreglos para la canción de su madre, pero la escena en el parque no dejaba de rondar su mente — ¿por qué me preocupa lo que haga esa chica ehh? — Chistó molesto justo cuando la mencionada entraba al estudio. Este solo la miró por el rabillo del ojo.

La chica llegó a su lado y colocó un vaso sobre el piano.
— Bankotsu quiso que te trajera jugo, es jugo de lima fresca es tu favorito — Comentó animada.

El taisho bufó — Lima, la razón por la que tragué tanto jugo, fue por salvarte a ti — Rebatió.

— Y ¿ahora por qué me culpas por esa razón? — Se sintió triste — Sesshomaru eso no me parece justo.

— Ryu — La encaró — Antes no mencionas nada, yo siempre tenía la razón — Le recordó.

Ella hizo un puchero — Lo siento mucho, ya no volveré a decir nada, aunque piense que es muy injusto.

— Quiero que expliques lo de antes — Exigió, sentía su cabeza hecha un lió y necesitaba respuestas. — Te caíste con ese beso y dejaste de resistirte — Apretó la mandíbula.

— Ah es que él me sorprendió con ese beso — Se excusó sonrojada.

— Ya sé, fue obvia la razón en tu cara, no sólo fue obvio eso — Alzó la voz — Quieres convivir con él más tiempo. Tú por él sientes algo agora — Aseguró.

— Sesshomaru ya te dije que te confundes con todo eso — Se molestó cansada de las acusaciones del Taisho.

— Ya no lo esconderás como lo hacías, muy pronto Hakudoshi lo notará y tendrás que ofrecerle disculpa ¿no? Eso no me parece justo innecesariamente estas estresándolo — La acusó con frialdad

La morena suspiró agobiada — ¿Que te guste alguien es un problema tan grande? Yo no pido nada a cambio y hago lo que puedo para que no se note — Su corazón comenzaba a doler horrores con cada palabra dicha por el Taisho.

— ¿Crees que es correcto hacerlo ahora? — Inquirió ya sin poder ocultar su molestia — De ser Hakudoshi te dejaría de hablar y me molestaría — Rin, no pudo contener más las lágrimas ante las duras palabras del ambarino — ¿Qué? ¿Por qué...? — La miró sorprendido.

— Ya no soporto — Se secó las lágrimas de un manotazo — Ya nadie va a atraparme, yo lo esconderé mejor — Aseguró entre sollozos.

— De nuevo sería algo molesto, pero tú…¿quieres ayudar? —Volvió a su habitual tono serio.

— Ya no empieces con eso — Gritó molesta — Ya no quiero que hagas nada más por mí, no te metas en esto, pretende que no sabes nada al respecto — Se fue corriendo con el corazón destrozado, sentía que ya no podía permanecer cerca del ambarino por un minuto más, ahora tenía que estar a solas y así poder calmarse.

— De acuerdo, quisiera ver cuanto mas resistirás, no podrás soportarlo Ryu — Gritó dejando salir toda su rabia producto de los celos, sin siquiera imaginar que él era el dueño del corazón de Rin.


En la soledad de su habitación la morena pesaba en voz alta, intentando aclarar sus sentimientos — Querida hermana, dijo que mis sentimientos lo ponían nervioso, ahora no sé que hacer —Apretó suavemente el broche — Seré fuerte, no lastimaré a la estrella que me cuida — Lo guardó en un pequeña caja.


Hakudoshi, reservó un salón en un restaurante costoso, quería que todo fuese perfecto cuando le confesara su amor a la morena.
— Por favor no quiero que nadie entre aquí por el momento y prepare todo lo que le pedí — Le solicitó al encargado del lugar.
— Sí, lo haremos completamente privado — Respondió el hombre amablemente.

El albino sonrió y se acercó a un gran espejo que había al lado — Oye cuando te veas al espejo — Le dijo a su reflejo, imaginando que era Rin — Podrás conocer finalmente a la chica, sólo espero que no te impacte tanto — Volvió a sonreír.


— ¿A dónde dijiste que ibas? — Preguntó anonadado Inuyasha.

— Tengo una cita con Hakudoshi hoy — Le respondió tranquilamente Rin — Conoceré a una persona y aclararé todas las confusiones con respecto a esa persona.

Inuyasha la por un brazo sorprendiendola — Hermana ¿en verdad lo acompañarás? — Cmpuso un gesto de tristeza.

— Claro — Sonrió nerviosa — Si es lo único que puedo hacer por él, lo haré ¿algún problema? — Se soltó del agarre,marchándose ante la impotencia del mánager.


— ¿Qué hago para detenerla? — Se lamentó el ambarino al verla partir — Sollozó — Yo fui quien la involucró en esto — Se golpeó el pecho con el puño — ¿Cómo la detengo? ¿Cómo detengo su amor? — Sollozó con más fuerza — Todo esto a sido mi error, un gran error.

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Ha Inuyasha no le quedó más remedio que ir en busca de Sesshomaru, sabía que era el único que podía detener a Rin.
— Sesshomaru ocurrió algo…

— No puedo ahora — Respondió con frialdad — Ryu tiene derecho a hacer todo lo que le plazca.

— Pero es una emergencia no puedo dejarla sola — Replicó.

— Ella me dijo que ya no incidiera en sus problemas, no me entrometeré en nunguna otra situación que pase — Zanjó el tema.

— Ryu se fue con Hakudoshi.

El ambarino bufó — Insistió en que no sentía nada, ¿finalmente lo confesará?

— Pienso que sí lo hará — Comentó cabizbajo.

— ¿Qué? — Frunció el ceño.

— Hakudoshi le pidió que lo acompañara a explicar la situación.

— ¿Con quién?¿Ella se reunirá con su novia?

— Así es, dijo que haría lo que fuera y que iba a ayudarlo en eso. Dijo que haría lo que él necesitara — Sollozó.

— ¿Qué le pasa está loca? — Gruñó.

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— Sí, voy saliendo para allá — Sonrió — Hakudoshi solo espera unos minutos.

— Apresurate, te esperaré aquí — Sonrió en respuesta colgando la llamada.

La morena abrió la puerta del taxi y estaba a punto de subirse cuando Sesshomaru la detuvo abruptamente, cerró la puerta del auto y la llevó jalada en la dirección contraria.

— Aaaah ¿que haces? — Intentó zafarse — Tengo que irme ahora Sesshomaru, ¿por qué te metes en esto? — Intentaba inútilmente liberarse y el ambarino seguía sin responderle — Tengo que irme ahora, ¿qué haces? — La condujo al interor de la disquera cegado por la rabia y la soltó con brusquedad — ¿Por qué me trajiste aquí? ¿Por qué me detienes? — Intentó marcharse, pero él volvió a tomarla por el brazo.

— ¿Que razón tienes de ir allá? Oye eres torpe y te saco de conflictos constantes, no sirves para hacer nada e involucras a todos los que te ven, ¿no tienes la menor dignidad? — Gritó al límite de au paciencia. — El verte me molesta, eres patética al seguir con todo esto.

Rin sollozó — Eso ya lo sé así que ya no quiero que te metas conmigo — Exigió.

— Tengo que hacerlo, cuando haces toda esta tontería…

— ¿Qué te importa lo que yo haga o los problemas que yo pase? — Se exaltó — Por qué tienes que detenerme si jamás te a importado lo que pase en mi vida?

— Lo hago porque me molesta que quedes en ridículo, no se porqué me molesta tanto si no me importas nada — Vociferó.

— Entonces ¿qué te molesta tanto? Tú sólo sigue ignorándome como siempre, tú puedes no voltear a verme e ignorarme — Rompió en llanto.

— Es que no puedo evitar verte.

— Tú no puedes ver las cosas con claridad — Lo contradijo — Porque eres el chico popular y además eres muy inteligente, no ves a nadie que pase enfrente de tu vida, tú no puedes ver las cosas claramente porque no tienes idea de lo que me pasa — El Taisho quedó pasmado — ¿Por qué me haces esto? Estoy soportando mucho, dejame en la oscuridad, no me molestes.

Sesshomaru harto de tantos gritos y en un arrebato muy impropio en él, la besó.


Agradecimiento especiales a: Aleliz, aby2125, Nalla, gcfavela, Tenshi Souzou-tek, Cath Meo, Odett, Lilis Taisho, Alambrita, Gues, Rin Maria Taish,

Hola mis queridas lectoras, sé que no hay excusa que valga por este horroroso retraso en la actualización, ya ha pasado un año y muero de vergüenza. Quienes han leído mis historias anteriores, saben que siempre he sido muy puntal en actualizar, sin embargo con esta y otra historia, no ha podido ser así. Este año que casi termina, a sido muy difícil para mí, la muerte de un familiar muy querido, que mi pc se arruinara, altibajos en mi salud, me han mantenido lejos de los fanfics. Hace un par de semanas publiqué un par de capítulos de otra historia que ya tenía hechos, pero no he sido capaz de continuarla.

Me esforcé mucho para terminar este capi antes de finalizar el año, es mi forma de pedir disculpas y agradecer su paciencia y apoyo hacia esta historia y mi persona.

Feliz navidad y feliz año nuevo, son las mejores.

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En cuanto al capi, perdón si está algo simple y sí, se salió muuucho de la personalidad de Sessh y también de Inu, pero recuerden que es una adaptación y la historia lo amerita.

Prometo publicar lo antes posible, aunque no creo que sea dentro de 8 días como acostumbraba a hacer.

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Espero poder leer su opinión a través de sus comentarios, hasta el próximo capítulo.

Besitos