Holaaa! Bienvenidos a "El cambio de mi vida"!
Esta historia ya la había subido hace un tiempo, pero aquí está de nuevo con las ortografías corregidas, cambios de estilos y algunos detalles más. No he cambiado nada de la historia salvo el final del último capítulo que lo he pasado al final del epílogo para que tuviera sentido y no se quedaran dudas en el aire.
Muchas gracias a MonniMG, quien se ha encargado de releer la historia y corregir los fallitos.
Y nada más! Espero que os guste!
El cambio de mi vida
Capítulo 1
Seifer Almasy entraba por la puerta principal de su antiguo hogar, el Jardín de Balamb.
Ya habían pasado meses desde la guerra contra Artemisa, y él y sus amigos, Viento y Trueno, emprendieron un viaje para alejarse de todos. Principalmente, era porque Seifer no quería provocar más problemas. Al acabar con la bruja, admitió todos sus crímenes y se odió por ellos. Le había manipulado como una marioneta. Había hecho daño a mucha gente, casi destruye el Jardín que tanto lo cuidó, peleó con su mayor rival en una batalla de vida a muerte, nada comparado con las estúpidas riñas que tenían cuando no eran más que cadetes. Y lo peor de todo... Se había destruido a sí mismo.
Mientras entraba en el Jardín, aparentemente sin preocupación, todas las miradas de los estudiantes estaban puestas en él. Nadie hablaba o le gritaba, simplemente le miraban con sorpresa y dudas.
Se dirigió al ascensor y pulsó el tercer botón. Sus dos amigos estaban fuera del Jardín por petición de Seifer, quería resolver el asunto por sí mismo. Ya llevaban semanas pensando que sus vidas de aventureros no podían durar más tiempo. Habían visitados todos los pueblos, ciudades, montañas, lagos, tumbas secretas de reyes desconocidos, ruinas desérticas... En fin, prácticamente todo el mundo. Pero algo faltaba. No estaban completos, necesitaban algo más. Al poco tiempo, viendo un reportaje de los Jardines en un bar de la ciudad de Deling, se dieron cuenta de la causa de ese vacío. Echaban de menos su antiguo hogar.
Llegando a la tercera planta, sus nervios flotaron, pero los ocultó. Lo que menos quería, era demostrar debilidad.
Xu estaba en las mesas de afuera arreglando papeles y organizarlos en perfectas pilas por toda la entrada. Ella levantó la vista y se sorprendió de ver frente a ella a quien menos se esperaba. A quien por meses, no había dado señal de vida.
-Seifer...- Tenía los ojos desorbitados. -¿Qué estás haciendo aquí?
Seifer ni siquiera se preocupó en responderle, tenía planes mejores que hacer. Sin decir nada y con total confianza, abrió la puerta que lo separaba de la oficina del comandante.
-¡Espera! ¡No puedes entrar sin permiso!
Pero era tarde, él ya estaba dentro, frente al gran escritorio, lleno de papeles igual que la mesa de la secretaria, con un hombre firmando y perdiéndose entre ellos. Squall Leonhart. Levantó la vista de los papeles cuando acabó con el que tenía en sus manos y haberlo dejado en su pila correspondiente. Sin emociones, sin alterarse ni un pelo, se quedó mirando al antiguo caballero de la bruja.
-Lo siento mucho, comandante.- Dijo Xu tímidamente ante su falta de autoridad. -No me ha escuchado.
-Está bien. Puedes retirarte.- Cortante y directo. Tal y como Seifer lo recordaba.
-Leonhart.- Comenzó el rubio mientras se sentaba cómodamente en la silla delante de su escritorio.
-Almasy.- Respondió cogiendo otro papel e intentar seguir con su pesada y aburrida tarea de superior. -¿Qué haces por aquí?
-Quiero volver.
-...
No apartó la vista de los papeles, pero sí dejó de escribir. ¿Volver?
-¿Sabes qué estás pidiendo?- Levantó la vista para mirarlo fijamente. -Sabes que todos te conocen por tus actos. Te fuiste hace meses, ¿y ahora quieres volver?-
-Te has vuelto muy hablador.- Se burló de él. -Sé perfectamente lo que hice. Por eso, quiero volver.
-No me digas que quieres pagar tus crímenes.
-Exacto. No me mires como un blandengue, pero sabes que no era yo.
-Sí, pero si te hubieras quedado, habrías zanjado el asunto mejor que ahora. Han pasado muchos meses.
-Eso es cierto.- Dijo una tercera voz, saliendo de una puerta a la derecha. Era el director Cid Kramer, tan regordete y alegre como siempre. -Pero creo que todos merecen una oportunidad. Sin embargo, muchos querrán saber si eres de confianza, así que tendrás que pasar un par de pruebas. Como superar el examen de SeeD.
-Lo haré.
Una semana más tarde, el examen daba comienzo en la ciudad de Dollet y Seifer era asignado al grupo D, donde esta vez, no era el jefe y todos le miraban con miedo y duda. El examen era idéntico al último que había hecho, pero esta vez ni torres de transmisión, ni Biggs y Wedge de por medio, ni su actitud arrogante saltándose todas las reglas. Simplemente se encargó de seguir órdenes y acabar con los enemigos. Pero no todo fue tranquilo. El equipo C, había empezado a pelear entre ellos porque no se ponían de acuerdo a dónde dirigirse. Con ello solo consiguieron separarse y perderse por el pueblo.
Cuando acabó el examen, la instructora Trepe, informó a los demás grupo de la desaparición de dos cadetes.
-Vamos a escoger a un miembro de cada equipo para buscar a los dos cadetes.- Dijo Quistis. -Tendréis que traerlos sanos y salvos. Luke Strike, Marina Wulf, Seifer Almasy,...
Su oportunidad. Si conseguía completar esa misión extra, conseguiría el título de SeeD y sería un paso más para su nueva vida.
Con las instrucciones dadas, los miembros nombrados se dirigieron cada uno en una dirección distinta. Seifer llegó a un lugar que recordaba perfectamente, la plaza. Un lugar donde había sido tan tonto. Si tan solo se hubiera quedado allí y no dirigirse a la torre... No habría pasado nada de lo que pasó.
Es cierto, que gracias a que vieron los planes de los soldados, el Jardín se puso alerta antes los hechos próximos. Pero también es cierto, que si no hubiera sido tan idiota, quizás sería SeeD hace mucho tiempo y habría luchado contra la bruja, en vez de con ella.
La plaza estaba desierta, ni siquiera el perro de la otra vez estaba. No se veía nada en la montaña de fondo. En aquel lugar había una chaqueta de un cadete en el suelo. Se acercó a ella y la recogió. Estaba caliente, así que hace poco que fue dejada allí. Entonces fue cuando vio a uno de los cadetes correr hacia él.
-¡Ayúdalo, por favor!- Gritó desesperado cuando llegó a su lado jadeando.
-¿Qué ocurre?
-Nick... Nick está... ¡Le está atacando!
Sin esperar mas, Seifer se dirigió rápidamente por donde salió su compañero. Unos segundos después, delante de sus ojos se encontraba el otro miembro perdido. Estaba inconsciente entre los tentáculos de un Molbol apestoso, impregnado de algún líquido verde. Sin pensarlo ni un segundo, desenfundó a Hyperion y cortó la extremidad de la criatura haciendo que soltara al pobre cadete. El monstruo olvidó a su antigua presa y se centró en su nuevo oponente. Pero su vida no fue duradera. Seifer acabó con él con su Torbellino Final. Habilidad, un golpe certero, fuerza y su experiencia en combates, hicieron que acabar con un simple Molbol fuera como aplastar con la mano un mosquito que te molesta cuando duermes.
Se acercó al hombre inconsciente y le lanzó un hechizo de curación. Nick despertó al instante angustiado y gritando de pánico.
-Cálmate, estás a salvo.- Le tranquilizó Seifer cogiéndolo por los hombros.
-Oh... ¡Gracias, tío! ¡Te debo una!- Dijo abrazándolo como si fuera su amigo de toda la vida.
-Sí, sí. Quita.- Dijo alejándolo de él. -Volvamos, tu amigo ya estará con los demás.
La misión había salido perfecta, si no fuera por la estúpida pelea del grupo C, la cual ocasionó que retrasaran su llegada al Jardín.
Cuatro años más tarde, estaba ahí, sentado en una mesa, a la izquierda del escritorio de Squall Leonhart, con su título de SeeD y como su mano derecha. Todos en el Jardín respetaron la decisión del director y del comandante al aceptarlo de vuelta. Con el paso del tiempo y las exitosas misiones de las cuales se encargó después de él llegar, consiguieron que el alumnado y parte del mundo confiara de nuevo en Seifer Almasy.
