Capítulo 1: Regresa la leyenda ¡Super Pretty Cure Cosmos!

Las Puertas del Destino eran un lugar curioso cuanto menos. Para empezar, no se encontraba realmente en ningún sitio, sino que a cada segundo cambiaba de localización, siendo imposible encontrarlo a no ser que su guardián quisiese. El lugar estaba dividido en miles de corredores con cientos de puertas en cada uno y un palacio dónde vivía el guardián con su familia. Aunque en esos momentos tan solo estaba ocupado por un niño pequeño que trabajaba como guardián en lugar de su hermano mayor, Shai Laques Knight Moira III. Obviamente nadie le llamaba por su nombre completo a excepción de su hermano mayor cuando se enfadaba con él. A pesar de parecer un poco solitario, Shai adoraba su vida en las Puertas del Destino. Además si se sentía solo siempre podía ir a visitar a su hermano y sus amigas. Como todos los días, Shai se paseó por los pasillos comprobando que los destinos estuviesen en orden y curioseando alguno que otro. Lo cierto es que algunas veces echaba de menos a Nortia en sus paseos. Fue entonces cuando su oído detectó un crujido. Nadie sabía exactamente como de grandes eran las Puertas del Destino pero si se sabía que el guardián tenía una gran afinidad con esta y podía escuchar todos los sonidos. El chico se transportó rápidamente al origen del ruido e identificó la zona de inmediato. Recordó un día cuando todavía era muy pequeño, asustado tras la protección de su hermano mientras este sellaba un terrible mal detrás de una gran puerta. En aquellos momentos, la misma puerta temblaba con violencia mientras grietas se formaban por todos lados.

- ¿Pero cómo? – se preguntó Shai extrañado sacando una llave de su bolsillo. - ¡Puerta, séllate!

Sin embargo, la puerta no le obedeció y estalló en mil pedazos, soltando una profunda oscuridad. Esta empujó a Shai contra una puerta y fue extendiéndose por los pasillos. Aterrado, el chico oyó una risa cantarina y se giró para ver trece figuras saliendo de la puerta.

La alarma sonó de forma estridente despertando a Sylvia de un salto. La chica se giró bruscamente cayendo de forma sonora de su cama. Con el pelo revuelto, apagó la alarma todavía con legañas en los ojos. Tras haberse aseado, abrió su armario y eligió unos vaqueros largos con una pequeña rotura en el muslo izquierdo y una luna dibujada al final de la pernera derecha. Se colocó una camiseta de color negro con mangas cortas y sobre esta una chaqueta corta sin mangas que le llegaba por las costillas, también de color negro pero con bordes rosas. En sus pies se puso unos botines negros. Escondió el uniforme debajo de la cama y se observó en el espejo. Su pelo estaba igual que siempre y se sonrió a si misma mientras salía de la habitación.

- ¿Qué haces vestida así? – le preguntó Martha. - ¿Dónde está tu uniforme?

- No sé, todavía no lo he recibido. – mintió sentándose a comer una tostada.

- Yo que tú no me entretendría mucho. – le avisó la mujer. – Llegas tarde.

- ¡Maldita sea! – Sylvia se apresuró a la salida al ver la hora. – He debido de atrasar la alarma sin darme cuenta.

La chica salió corriendo de la casa con su cartera al hombro mientras Martha se reía. Era cierto que Sylvia había cambiado mucho, pero algunas de sus costumbres siempre permanecerían allí. La chica corrió por las calles cruzando el parque y saludando a Eric quien le deseo un buen primer día de curso. Sylvia pensó entonces que ese sería el último año que pasaría en el instituto MacGregor y empezó a sentirse un poco triste. Sus pensamientos fueron interrumpidos por un maullido. Sin saber muy bien porque, Sylvia se paró en seco y se giró hacia atrás para ver una gata blanca. La gata tenía cada ojo de distinto color, uno blanco y otro grisáceo oscuro. En su cuello había un extraño collar dorado hecho de perlas. Ambas se quedaron mirando un buen rato, y Sylvia sintió como si el animal estuviese estudiándola. Sin previo aviso, la gata corrió en mitad de la calle. Sylvia vio entonces el coche acercarse y sin tiempo para pensar, se abalanzó hacia adelante. Cogiendo a la gata antes de ser arrollada, dio una voltereta hacia adelante evitando ser atropellada. El coche pasó justo detrás de ella mientras suspiraba de alivio.

- ¿Se puede saber en que piensas? – le dijo a la gata. – Debes tener más cuidado o acabaras saliendo herida.

La gata tan solo le respondió con un maullido y un lametazo en la nariz antes de salir corriendo. Antes de desaparecer en una esquina, le dedicó una última mirada a Sylvia. La chica se quedó pensando un rato hasta que oyó la campana del instituto y salió corriendo.

Mientras tanto, Clara entraba en la clase sentándose junto a su amiga Isa. Se arregló su coleta y se alisó la falda de tablas con el estampado de cuadros azules oscuros y amarillos. En la parte de arriba llevaba la camisa blanca con una cinta al cuello de color naranja, y una chaqueta azul oscura con bordes amarillos. La profesora Sheila entró en la clase y todas las alumnas se sentaron en sus mesas. Clara se fijó en el sitio libre que había frente a ella y suspiró.

- Buenos días chicas y bienvenidas a vuestro nuevo curso. – sonrió la profesora. – Me alegra decir que este año también seré la encargada de esta clase y espero que juntas trabajemos juntas para…

- ¡No llego tarde! – la puerta se abrió de golpea para mostrar a un Sylvia sin aliento.

- Sí, si llegas tarde señorita Black. – sonrió Sheila. – Pero lo dejaré pasar por esta vez… por cierto ¿dónde está tu uniforme?

- No lo he recibido. – contestó encogiéndose de hombros.

- Mentirosa. – le susurró Clara por detrás en forma de burla. – No tienes ningún remedio.

- Muy bien cómo iba diciendo, espero que trabajemos juntas para dar lo mejor este año. – Sheila se puso muy seria sacando unos papeles. – Como la mayoría ya sabréis, después de este curso tendréis que elegir la rama en la que queréis estudiar. El instituto MacGregor tiene una amplia oferta en ciencias y deporte. – explicó mientras pasaba las hojas. – Sé que esta es una decisión difícil, pero os aconsejo que la toméis lo antes posible.

Las clases pasaron más rápidas de lo habitual ya que casi todas eran una presentación a la asignatura, y recordar a las alumnas una y otra vez sobre la decisión que tenía que tomar antes de acabar el curso.

- Si oigo una sola vez más lo importante que es que tomemos esta decisión te juro que me tiro por la ventana. – se quejó Sylvia en el descanso.

- Pero es que es una decisión muy importante. – sonrió Clara. – Y en el fondo todo el mundo tiene dudas, incluso yo.

- ¿En serio? – Sylvia levantó la cabeza. – Creía que tenías seguro la rama de ciencias de la tecnología.

- La tecnología es una rama muy amplia Sylvia, técnicamente puedo elegir las ramas de Salud o Técnicas. Si elijo Salud podría fabricar instrumentos para ayudar a operar lo que es más útil. En Técnicas tendría más libertad en los inventos pero llevarían mucho más tiempo.

- Entiendo.

- Al menos tú sabes por dónde ir. – las chicas se giraron para ver a Emma suspirando. – Yo no tengo ni idea de que rama elegir.

- Yo tengo bastante claro que Técnicas es lo mío. – sonrió Isa.

- En ese caso parece que no coincidiré con ninguna de vosotras perdedoras el año que viene. – bromeó Clarisse. – Yo cogeré la rama de Ciencias Sociales ¿y tú Sylvia? ¿Alguna oportunidad de verte el año que viene en mi clase?

- Todavía no lo he decidido. – contestó la chica. – Pero no sabía que el MacGregor ofrecía Ciencias Sociales.

- No lo hace. – contestó Clarisse. – Me cambiaré al Instituto Público Dipper.

- Ahora que me doy cuenta, - pensó Clara. – la gran parte de la clase se dividirá en las distintas ramas y mucha gente se cambiará de instituto. Será muy raro no tener la misma clase de siempre.

- Es el último curso al fin de al cabo. – suspiró Emma. – Debemos disfrutarlo mientras podamos.

Clara asintió observando su papel distraída. Para ella las clases siempre habían sido un lugar donde se estudiaba y nada más. Jamás habría pensado que llegase el día cuando echaría de menos a sus compañeras. Salió de la clase en silencio detrás atrás a sus amigas que charlaban de forma animada sobre su futuro. Aquel era un momento extraño para ella. Siempre segura de su propio camino, Clara se encontraba ahora completamente perdida. No solo tenía que elegir su camino sino que además debía de hacerlo a sabiendas de que sus amigas no la seguirían. Siempre podría elegir Técnicas para poder ir con Isa, pero no le parecía justo decidir su futuro de esa forma.

- Te lo dije. – dijo una voz a su lado. – Estará preocupándose innecesariamente.

- ¡Keyla, Elyon! – sonrió Clara al verlas. - ¿Qué tal la nueva clase?

- Muy bien. – sonrió la rubia. – Tenemos un nuevo tutor de clase que es muy simpático.

- Es ese profesor de literatura que tanto le gusta a Sylvia. – sonrió Keyla. – Lo cierto es que es bastante mono.

- Creo que a Sylvia solo le gusta ese profesor porque ambos se pueden tirar horas y horas hablando de libros, igual que Bibiana. – sonrió Clara.

- Por cierto, antes nos hemos cruzado con ella y le gustaría que fuésemos esta tarde a merendar con ella. – dijo Elyon muy emocionada. – Creo que en el fondo solo quiere una excusa para preguntarle a Doggy sobre Marla.

- Seguramente. – rio Keyla. – Sabes que en el fondo son como hermanas, además a Doggy le encanta tener esos segundos de gloria.

- ¿Alguien está hablando de cierto chucho pulgoso? – Sylvia apareció entre ellas.

- ¿Dónde está tu uniforme? – se extrañó Keyla.

- No lo he recibido. – se encogió de hombros.

- Creía que habías dicho que este año ibas a tratar de seguir las normas de la escuela. – suspiró Elyon-

- Dije que trataría de hacerlo y créeme, lo estoy intentando mucho.

Las chicas se echaron a reír mientras sonaba la campana que anunciaba el fin del descanso. Entrando a clase, Clara le comentó el plan a Sylvia de reunirse con Bibiana y la chica acepto. Antes de que entrase el siguiente profesor, Sylvia la miró fijamente y le pregunto si le ocurría algo. Cuando Clara respondió que estaba bien, Sylvia asintió levemente pero enseguida se giró de nuevo insistiendo que si necesitaba cualquier cosa, estaba allí para ella. La chica no pudo evitar sonreír ante la insistencia de su amiga.

Cuando el timbre sonó por fin para dar la salida, esperaron a que Sylvia hablase un momento con una chica y se dirigieron hacia la rama masculina para reunirse con Jack. Sylvia no les dijo quién era la chica ni que quería quitándole importancia. Vlady y Allen le acompañaban por detrás mientras el chico se quejaba sin parar. Vlady la saludó con una sonrisa y Clara no pudo evitar sonrojarse un poco. El chico se marchó con Elyon hacia el orfanato ya que ahora ambos vivían allí mientras Allen decía que los acompañaría un rato. Sylvia soltó cierto comentario sobre la casa de Allen estando justo en la dirección contraria, pero les siguió de todas formas. No sin antes haber golpeado a Jack en el estómago por decirle preciosa. Clara y Jack comenzaron a andar juntos hacia casa mientras el chico le explicaba que tal había sido su día. Jack había estado muy nervioso ya que iba a ser la primera vez que Vlady asistiese a un instituto, pero al parecer su amigo se había portado bastante bien. El chico notó a su hermana algo distraída. Inmediatamente pensó en alguna forma de ayudarla pero no se le ocurría muy bien el qué. Clara siempre le estaba ayudando con consejos pero lo cierto es que eso a él no se le daba muy bien.

- Estoy bien. – le interrumpió la chica. – Me alegra que os preocupéis por mí, pero tan solo estoy un poco pensativa. Lo prometo.

Jack la miró un tanto asombrado pero le sonrió comprendiendo lo que su hermana quería decir. Fue entonces cuando ambos se pararon observando a alguien que tapaba su camino. Frente a ellos había una gata blanca con los ojos de distinto color, uno blanco y otro gris oscuro. Clara se quedó mirando la gata fijamente hasta que esta se giró y se marchó corriendo, desapareciendo en unos setos. Jack le preguntó si pasaba algo pero Clara le dijo que no era nada. Había sentido algo extraño en aquella gata, como si la estuviese mirando directamente a los ojos y supiese quien era.

Al cabo de unas horas, Clara salió de su casa vestida con su nuevo atuendo. Se trataba de una camisa blanca con el cuello naranja sobre la cual llevaba un pichi naranja con botones blancos. En sus pies llevaba unas merceditas blancas. No tardó mucho en llegar a la plaza del jardín donde sus amigas la esperaban sentadas alrededor de la fuente. El puesto de helados de Eric estaba siendo reformado así que no podían ir allí. Sylvia vestía lo mismo que aquella mañana. Elyon llevaba un vestido verde con una cinta en la cintura que se anudaba atrás con un lazo, y cuya falda estaba formada por dos capas con bordes amarillos. Bibiana llevaba unos pantalones de talle alto marrones junto con un top lila sin mangas, sobre el que llevaba una chaqueta del mismo color. Keyla también estaba allí con una camiseta azul clara que llevaba un pequeño lazo en el frente y una falda vaquera con unos pequeños volantes blancos al final. Se sentó con ellas uniéndose a la conversación mientras escuchaba como Doggy informaba de que Marla seguía estudiando en el castillo y había avanzado bastante. Apenas habían pasado unos meses desde su última aventura en las Puertas del Destino y Clara todavía se sentía un tanto extraña de no tener que transformarse cada dos por tres para pelear contra un Rexlum. Y aunque en cierto modo lo echaba de menos, lo cierto es que le empezaba a gustar esa rutina tranquila ahora que no había enemigos a la vista.

- Y entonces veo una gata blanca con ojos de distinto color mirándome justo a los ojos. – explicó Bibiana. – Me pegué un buen susto y por poco se me caen los libros que estaba llevando.

- ¿Una gata blanca dices? – se extrañó Elyon. – Yo también vi una en el jardín del orfanato el otro día. Tenía un ojo de color blanco y otro grisáceo oscuro.

- ¿Vosotras también? Esa gata esta por todos lados. – se quejó Sylvia. – Hoy también me la he cruzado.

- Qué extraño. – pensó Clara. – Jack y yo la hemos visto de camino a casa ¿creéis que significa algo?

- Con algo te refieres a… - Clara asintió ante la pregunta de Elyon.

- Vaya ahora que por fin teníamos algo de tranquilidad. – Sylvia suspiró.

- Quizás tan solo sea casualidad. – el tono de Bibiana indicaba que ni siquiera ella lo creía.

- Pero eso es imposible dodi. – pensó Doggy. – Acabasteis con Reflecta, no debería haber más peligros dodi.

- ¿Y qué me dices de Nortia? – preguntó Keyla. – Tampoco pensamos que aparecería y mira lo que ocurrió.

- Creo que nos estamos olvidando de algo. – dijo entonces Clara. – Sabéis, he estado un poco preocupada cuando he empezado a pensar en todo lo que se acerca. Todavía no sé qué rama voy a escoger ni que ocurrirá en un futuro pero… - la chica sonrió a sus amigas. – Ahora estoy segura de que no me importa nada de eso. Siempre y cuando os tenga a mi lado, podré con todo. Incluso si en el futuro no estamos en el mismo colegio o incluso país, eso no importa. Nuestros corazones siempre estarán unidos.

Las chicas sonrieron ante las palabras de Clara animándose de inmediato. La tarde pasó de forma tranquila mientras charlaban cuando de repente el cielo empezó a oscurecerse. Las chicas se miraron extrañadas ya que apenas unos segundos hacía buen tiempo. Doggy de repente se levantó alterado con el lomo erizado y empezó a ladrar. Corriendo detrás de este, las chicas siguieron a Doggy hasta el instituto donde una gran nube negra se acumulaba. Sin pensarlo ni un segundo, las chicas sacaron los espejos de las fundas y se metieron en el instituto, dejando a Keyla atrás con Doggy. Justo en la plaza de la entrada se encontraba una mujer. Se trataba de una mujer de mediana estatura y tez morena. Sus ojos eran rojos y tenía el pelo castaño claro muy erizado, como si fuese un peinado afro. A los lados salían dos pequeños cuernos de carnero de color canela. Vestía un top sin mangas de color de color marrón claro con unos volantes que se abrían a los lados dejando ver su ombligo y una especie de medallón en el pecho. En los hombros llevaba una especie de capa corta de color blanco amarillento con acabado en una especie de material mullido de color blanco. Su falda estaba hecha del mismo material mullido de color blanco y tenía un corte inflado. En sus pies llevaba unas sandalias marrones con varios nudos que le subían por las piernas.

- Vaya, vaya. – sonrió con una actitud alegre. – Que alegría que estéis aquí Pretty Cure, así mi labor será más fácil. Cuando antes esté el trabajo hecho, más tiempo habrá para la diversión.

- ¿Quién eres tú? – preguntó Clara. - ¿Y cómo sabes quiénes somos?

- Vaya que descortés por mi parte. – la chica hizo una reverencia. – Me llamo Aries, soy miembro del primer escuadrón de la Constelación Perdida.

- Y allí va otro nombre estúpido. – comentó Sylvia.

- No seas tan mala Cure Moon. – rio la chica como si nada. – Lo cierto es que no tenemos por qué ser enemigas. Tan solo decidme donde está el Ofiuco y todo se terminará.

- ¿Ofiuco? ¿qué es eso? – se preguntó Elyon.

- Venga por favor, os prometo que os daré lo que queráis a cambio. – Aries puso ojitos. – Solo lo necesito un momentito para dárselo a mi señora y que destruya el universo.

- Estás loca si piensas que te vamos a permitir hacer eso. – dijo Bibiana mientras sacaba su espejo. – Chicas vamos allá ¡Pretty Cure, Power of the planets! ¡Change it! – las demás alzaron sus espejos a la misma vez pero no ocurrió nada.

- ¿Pero qué? – se sorprendió Sylvia.

- ¡Los espejos no funcionan! – se alteró Elyon.

- No puede ser… eso es…

- ¡Ah sí! Se me olvidó decíroslo pero mi señora ha cortado el poder que os mandaba el Castillo Celestial así que no podéis transformaros. – sonrió Aries. La mujer chasqueó los dedos y unas ramas de color carmesí salieron del suelo atrapando a las chicas. – Ahora, si me hacéis el favor de decirme donde está el Ofiuco, os soltaré.

Las cuatro la miraron con odio a Aries dejando muy claro que aunque supiesen la localización del Ofiuco jamás se la dirían. La mujer suspiró y chasqueó de nuevo los dedos haciendo que una rama arrastrase a Keyla y Doggy.

- Que conste que vosotras me habéis obligado a hacer esto. – dijo Aries – Decidme dónde está el Ofiuco, o vuestros amigos los pagaran. Y estoy segura de que eso es algo que no…

- ¡Cómo te atreves! – gritó entonces Clara sorprendiendo a todos. – Nosotras estábamos pasando una tarde estupenda. Nos estábamos riendo juntas, olvidando los dolores del pasado, y tú lo has estropeado. Tú te has atrevido a interrumpir esta paz que tanto nos ha costado conseguir pidiendo algo que ni siquiera sabemos que es. Has osado usar a nuestros amigos en nuestra contra. – la chica miró hacia adelante con furia. – Escúchame bien, no me importa si los espejos no funcionan, te las haré pagar. Confía en mi conocimiento.

- Así se habla Clara. – sonrió Sylvia – Porque nosotras siempre pelearemos.

- Parece que se nos ha olvidado que siempre debemos estar alerta.

- Vamos a proteger la sonrisa de todos.

- Porque nosotras somos… - dijeron a la vez. - ¡Pretty Cure Cosmos!

Una repentina luz salió de las cuatro chicas destruyendo las ramas y cegando momentáneamente a Aries. Keyla y Doggy cayeron al suelo observando a sus amigas rodeadas de luz. Los espejos se pusieron frente a ellas y cambiaron, desapareciendo el hueco de las estrellas. Cada dos mitades del espejo se unió formando una superficie plana con la silueta de una luna, un sol, dos estrellas y un planeta respectivamente, que al deslizarse dejaba ver un espejo. Las chicas se miraron entre todas y alzaron sus espejos para transformarse.

{Música: Beyond the blade IGNITE– Symphogear GX} watch?v=CTQliKKpC3I&index=25&list=PL62Po8Av4CH7kI2OShjDQMpUWE8VxtlqC

Una luz de múltiples colores las rodeó formando un túnel hacia arriba por el que las chicas empezaron a flotar. Sylvia se elevó siendo rodeada por destellos y reflejos plateados. Una especie de espejo se formó frente a ella y le devolvió el reflejo de la cara de Cure Moon. Sylvia saltó hacia el espejo, atravesándolo y saliendo por el otro lado cubierta de destellos plateados. Echando los brazos hacia atrás, estos ganaron unos guantes negros con una luna rosada en el canto de la mano y una línea curvada que se unía a una cinta que rodeaba la mitad del guante. Este acababa en unos pequeños volantes rosa claro. Tocó su pecho haciendo aparecer un espejo de luna llena con unos volantes rosa claro y con un lazo rosa debajo del que apareció un top negro. El cuello era de color rosa con la forma de una media luna mientras que tras el lazo el top se dividía por los lados con unos volantes de color rosa claro debajo. Las mangas llevaban volantes del mismo tipo. Chocó sus puños en sus caderas haciendo aparecer un cinturón rosa con una hebilla de media luna, bajo el que apareció la primera capa de la falda y la segunda, con bordes que recordaban a una media luna. Debajo de esto apareció una tercera capa de volantes rosa claro. A los lados se extendieron unas cintas rosas que llevaban el dibujo de una media luna rosa claro al final. Extendió sus pies dónde aparecieron unas botas negras con una luna rosa y unos volantes rosa claro cuyos bordes tenían forma de luna. Al final del abierto de la bota había una medalla en forma de luna rosácea. Moon chasqueó los dedos cerca de su pelo haciendo que se formasen dos pequeñas lunas a sus lados mientras su pelo cogía un color negro. Este se peinó con unas pequeñas trenzas rodeándole la cabeza que se juntaban con una cinta y con el espejo de transformación por detrás.

{Música: Outer Senshi Theme – Sailor Moon Crystal}

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Clara se elevó siendo rodeada por destellos y reflejos anaranjados. Una especie de espejo se formó frente a ella y le devolvió el reflejo de la cara de Cure Sun. Clara sonrió y juntó sus manos con su yo del espejo, rompiéndolo y apareciendo cubierta de destellos anaranjados. Echando los brazos hacia atrás, estos ganaron unos guantes blancos con un sol naranja en el canto de la mano y una línea curvada que se unía a una cinta que rodeaba la mitad del guante. Este acababa en unos pequeños volantes naranja claro. Tocó su pecho haciendo aparecer un espejo de un sol con unos volantes naranja claro y con un lazo naranja debajo del que apareció un top blanco. El cuello era de color naranja con el dibujo de unos rayos de sol mientras que tras el lazo el top se dividía por los lados con unos volantes de color naranja claro debajo. Las mangas llevaban volantes del mismo tipo. Deslizó su mano por la cintura haciendo aparecer un cinturón naranja con un lazo pomposo con un pequeño sol en el centro a un lado, bajo el que apareció la primera capa de la falda. Esta era blanca y se abría por un lado con unos bordes anaranjados picudos como si fuesen rayos de sol. Debajo de esto apareció una segunda capa de volantes naranja claro. Extendió sus pies dónde aparecieron unos tacones blancos con los bordes picudos naranjas y un sol con volantes en el canto del pie. Sun guiñó un ojo haciendo que se formasen una cinta dorada en su pelo y unas pequeñas cintas naranja claro colgasen a los lados de su cara mientras su pelo se alargaba adquiriendo un color naranja.

{Música: Holy Quintet – Puella Magi Madoka Magica: Rebellion}

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Elyon se elevó siendo rodeada por destellos y reflejos dorados. Una especie de espejo se formó frente a ella y le devolvió el reflejo de la cara de Cure Star. Elyon se adelantó y abrazó el espejo, rodeándola y apareciendo cubierta de destellos dorados. Echando los brazos hacia atrás, estos ganaron unos guantes amarillos con una estrella grisácea en el canto de la mano y una línea curvada que se unía a una cinta que rodeaba la mitad del guante. Este acababa en unos pequeños volantes gris claro. Tocó su pecho haciendo aparecer un espejo de una estrella con unos volantes gris claro y con un lazo gris debajo del que apareció un top amarillo. El cuello era de color gris con el dibujo de unos picos de estrellas mientras que tras el lazo el top había unos botones de estrella con una cuerda gris. Este terminaba en unos volantes grises. Las mangas llevaban volantes del mismo tipo. Chocó sus manos sobre sus piernas haciendo aparecer una falda amarilla de pétalos con una cadena plateada con un espejo de estrella. Debajo de esto apareció una segunda capa de volantes gris claro. Extendió sus pies dónde aparecieron unas sandalias amarillas con una estrella gris en el canto del pie. Este se unía a la rodilla dónde había una cinta amarilla con una estrella gris por una serie de líneas con distintas estrellas. Star rio y adelantó la cabeza haciendo que su pelo se peinase en trenzas con un rubio brillante, dónde aparecieron unas siluetas doradas de estrellas que encima llevaban los espejos de transformación.

{Música: Genkai toppa G BEAT IGNITED – Symphogear GX}

watch?v=xH-eNgzNnYI&index=27&list=PL62Po8Av4CH7kI2OShjDQMpUWE8VxtlqC

Bibiana se elevó siendo rodeada por destellos y reflejos azulados. Una especie de espejo se formó frente a ella y le devolvió el reflejo de la cara de Cure Planet. Bibiana extendió el brazo tocando el espejo, este avanzó cubriéndola y apareciendo cubierta de destellos azulados. Echando los brazos hacia atrás, estos ganaron unos guantes lilas con un planeta azul en el canto de la mano y una línea curvada que se unía a una cinta que rodeaba la mitad del guante. Este acababa en unos pequeños volantes azul claro. Tocó su pecho haciendo aparecer un espejo de un planeta con unos volantes azul claro y con un lazo azul debajo del que apareció un top lila. El cuello era de color azul con dos círculos imitando un planeta y un círculo de asteroides mientras que tras el lazo el top había unos botones de planetas con una cuerda azul. Este terminaba en unos volantes azules. Las mangas llevaban volantes del mismo tipo. Movió su mano sobre sus piernas haciendo aparecer una falda lila con unos bordes circulares azulados que acababan además en un pico azulado. Debajo de esto apareció una segunda capa de volantes azul claro. Extendió sus pies dónde aparecieron unos botines lilas con unas líneas azules y una tela en el cuello del botín en el que llevaba un planeta azul rodeado de una cinta azul. Planet miró hacia delante y movió su coleta, que se hizo más grande y adquirió un color lila brillante, mientras aparecía un coletero de perlas con el espejo de transformación y un círculo azulado que flotaba al final de su coleta, formando el símbolo del infinito.

"¡El deslumbrar de la luna que disipa las sombras, Cure Moon!"

"¡El brillo del sol que combate el mal, Cure Sun!"

"¡La luz de las estrellas que destruye la oscuridad, Cure Star!"

"¡La rectitud de los planetas que predice el destino, Cure Planet!"

"¡Los cuatro pilares que controlan el equilibrio del Cosmos, Pretty Cure Cosmos!"

- No puede ser. – se sorprendió Aries - ¿Os habéis transformado? ¿Con vuestro propio poder? ¡Eso no es justo! ¡Yo quiero ese poder! ¡Lo quiero!

Dando un pisotón hizo que dos grandes ramas apareciesen en el suelo hacia ellas. Sun y Star se adelantaron desviando las ramas de una patada mientras Moon y Planet saltaban para agarrarlas. Star corrió tan rápido que por poco sobrepasa a Aries y le golpeo en los pies con una doble patada. La mujer cayó estrepitosamente dando vueltas. Cuando se levantó, apenas tuvo tiempo de esquivar la patada voladora de Sun. Invocó más ramas al ver que las otras habían sido destruidas pero Sun era capaz de adivinar los movimientos de estas mientras Star se acercaba de nuevo por la espalda para propinarle un fugar golpe a Aries. Esta retrocedió solo para encontrarse con Planet frente a frente. Esta empezó a golpearla con varios combos sin pararse ni un instante. Aries trataba de defenderse como podía pero se notaba que el combate cuerpo a cuerpo no era lo suyo. Esquivó un puñetazo de Planet y consiguió golpearle en el costado con una patada. Pero entonces Planet agarró su pierna y con un giró la lanzó por los aires. Alguien la cogió del brazo en el aire y la lanzó hacia el suelo. Consiguió estabilizarse justo a tiempo para aterrizar sin hacerse demasiado grande y miró hacia arriba. Moon se abalanzó contra ella usando la gravedad con el puño en alto. Aries alzó sus antebrazos para defenderse del ataque, pero tras un leve forcejeó, el golpe la mandó hacia atrás. Levantándose furiosa, invocó miles de ramas contra las Pretty Cure, pero estas enseguida las golpeaban haciéndolas desaparecer. Sonriendo, Aries dibujó su símbolo en el aire y este comenzó a cargarse de energía. Las chicas observaron esto y se reagruparon. Sin saber muy bien que hacer, se dieron la mano formando un círculo. Los espejos empezaron a brillar creando columnas de luz.

"Que nuestra unión restaure la perturbación del orden…" comenzaron a recitar todas mientras las columnas se echaban hacia arriba enlazándose.

"¡Pretty Cure…" las chicas levantaron las manos hacia arriba fundiendo las cuatro columnas en una. "… Cosmic Bond!" Bajaron las manos haciendo que la columna bajase como si fuese un mazo, chocando con el rayo de Aries.

La mujer comenzó a resistir el ataque hasta que oyó una voz llamándola.

- Parece ser que hoy tenéis suerte. – sonrió. – Nos vemos pronto Pretty Cure.

Aries desapareció dejando que el rayo se desvaneciese mientras todo volvía a la normalidad. Las chicas se destransformaron mientras Doggy y Keyla se acercaban.

- Eso ha sido increíble dodi. – exclamó el perro.

- ¿Pero de dónde ha salido ese poder? – se extrañó Sylvia.

- No es tan fuerte como el poder de las estrellas. – pensó Clara. – Pero si más fuerte que el del castillo.

- De todas maneras lo importante ahora es saber quiénes son los que nos han atacado. – dijo Bibiana.

- Y qué es lo que buscan. – siguió Keyla.

- Parece ser que tendremos que pelear de nuevo. – comento Elyon.

- Sí, pero mientras estemos juntas, - dijo Clara cogiendo de la mano a sus amigas. – podremos con todo.