CAPÍTULO 4 BUEN DÍA.

Magnus yacía tendido en la cama, con la cabeza en el regazo de Alec.

La canción que sonaba en el fondo cambió y él hizo un comentario sobre la nueva y se rio, su voz de cristal haciendo eco en la sala logrando que se sintiera más brillante.

Alec sonrió suavemente, mirando hacia abajo a Magnus, mientras el brujo volvia su atención hacia su teléfono trabajando en algo. Alec se acercó y pasó sus dedos por el cabello suave de Magnus, que cerró los ojos de gato suspirando contento.

'¿Cómo alguien tan hermoso puede ser mío?' El Nephilim se preguntó no por primera ni por última vez, mientras miraba la cara de su amante hipnotizado.

Su movimiento se detuvo a la mitad y Magnus volvió su mirada hacia él, con sus magníficos ojos verdes-dorados cuestionándolo.

El cazador de sombras se limitó a mirarlo, encantado una vez más, mientras Magnus se acercó a su cara y la acuno con su mano libre, Alec se apoyó al contacto de su amante, sintiendo que su corazón se derretía.

"¿Qué pasa?" Magnus preguntó, en voz baja y dulce, llena de preocupación, ya que se dio cuenta de la expresión del chico.

"Nada..." Él respondió: "Me estaba preguntando..."

"¿Te preguntabas?" Magnus de repente parecía alarmado. "¿Te preguntabas sobre qué?"

'Él es tan adorable…' pensó Alec, pero ocultó su sonrisa para ponerlo ansioso

"Me preguntaba..." se detuvo, sosteniendo la cara del brujo en sus manos, acariciando con aire ausente el pomulo con su pulgar; "Qué grandes obras buenas hice en mi vida pasada. Debo haber sido un gran héroe. O tal vez voy a curar el cáncer en el futuro..."

"¿Qué?" Magnus parecía confundido.

"Es la única manera de explicarlo." El cazador de sombras replicó sombríamente.

"¿Explicar qué?"

Alec finalmente sonrió con esa sonrisa luminosa que reservaba sólo para su amado, y Magnus sintió que se le paraba el corazón. 'Él es tan absolutamente perfecto…'

Mirando profundamente a los bellos ojos felinos verde-oro del brujo, el niño susurró.

"Explicar por qué merezco alguien tan absolutamente perfecto." Sin saberlo, expresó el pensamiento anterior del brujo. "Debo haber hecho algo muy bueno y esta es mi justa recompensa." Él asintió con la cabeza, mirándolo satisfecho y continuó. "Sí. Tiene que ser eso. Tiene sentido si pienso en ello así, ¿verdad?" Otra sonrisa brillante.

Magnus se limitó a mirarlo con incredulidad.

"¿Queee?" Alec preguntó cuándo su amante no dijo nada, pero siguió mirándolo.

"¡Tu... Tu estúpido Nephilim!" Magnus se descongelo jalándolo a sus brazos y lo abrazó con fuerza. "Estúpido, estúpido..." Después de un minuto lo dejó ir, revolviendo el pelo del niño y recostándose en su regazo de nuevo. "Mi vida, matas demonios para proteger la vida de los humanos, se podría pensar que eso cuenta como una hazaña... Y también..." le sonrió amorosamente, y ahora era el turno de Alec de sentir los latidos de su corazón vacilantes. "Si alguien hizo algo grandioso y está siendo recompensado por ello, por supuesto que debo haber sido yo, ahora, ACARICIA mi pelo." Él 'ordenó' cerrando los ojos con una sonrisa suave en sus labios.

"Bueno." Alec se limitó a decir incapaz de reprimir su propia sonrisa, mientras se inclinaba para besar su frente.


Nota del autor: si no me equivoco (y por favor perdónenme si lo estoy) una persona se supone que reencarna en ambos, pasado y futuro (Por eso la linea sobre curar el cáncer en el futuro)