Estoy muy cansado, no sé cuántas horas llevo corriendo en cuatro patas pero al parecer un par ya que los primeros rayos de luz comienzan a aclarar este bosque profundo. Pero el temor de que me alcanzaran y la imagen de estar dentro de ese caparazón con agujas de acupuntura el resto de mi vida solo me impulsaron a aumentar la velocidad. Tenía miedo si, estaba lleno de odio y de rencor. ¿Para qué mierda sobreviví si al final me iban a traicionar todos los que me ayudaron alguna vez? ¿Era porque no había pagado aun? ¿Se supone que sobreviví de aquel Panda tonto solo para que me dieran la espalda nuevamente? Todo lo que conseguí desde aquel día en que creí que iba a morir se esfumo hace unas horas. Estoy en las mismas que hace tres años. Solo. Sin un lugar a donde ir y sé que mi única alternativa es huir. Porque si me encontraban o me acercaba al Valle de la Paz me llevarían a prisión nuevamente o peor. Igual ya no tenía nada en aquel lugar al que solía llamar hogar, ni siquiera mi propio padre me querría de vuelta ahí y claro. Hice mucho daño y tenía intenciones de matarlo. Todo por un rollo vacio.

Rápidamente me deshice de esos pensamientos, solo lograban atormentarme y evitaban que pensara claro. Mis extremidades ya se estaban cansando, había forzado demasiado a mi cuerpo para poder huir. Me sentía mareado, mis piernas no me obedecían mas, mi corazón estaba demasiado acelerado y se me iba la respiración. Había olvidado que esa puta me había dado algo de alcohol y creo que alguna droga porque no era normal eso. Yo puedo correr por días y ahora estaba haciendo efecto. No pude moverme más y caí boca abajo en medio de unos arbustos. Exhausto, me quedo inmóvil por unos segundos, como si fuera parte de este bosque, espere a que mi corazón tuviera el mismo ritmo antes de reincorporarme. Mi respiración aun no volvía a la normalidad.

No sabía a dónde ir ahora, ni que me esperaba, lo que sabía era que en este momento lo que más hubiera querido era que ese Panda hubiera hecho bien la Llave Dactical Wuxi para que yo no siguiera con esto. ¿Qué caso tenía seguir viviendo si no tenía nada?

¿Debía que seguir pagando por no saber contener mi ira cuando Oogway me negó el rollo? Sabía que tenía parte de la culpa por eso, pero también la tiene Shifu, el me lleno de ilusiones, siempre me dijo que yo era el Guerrero Dragón de la leyenda, que era mi destino. Me impulso a entrenar incansablemente para lograr ese objetivo que de por sí ya era mío. O al menos eso me hizo creer.

En vano estaba arrepentirme, el daño ya estaba hecho y sé que todos están mejor creyendo que estoy muerto. Hasta Shifu debe estar mejor ahora.

No es justo, el tiene la culpa que yo quedara así. Solo, sin lugar al que ir, huyendo de algunos viajeros que logran reconocerme.

Rápidamente me levante, para caminar un poco el lugar donde me hallaba. Lleno de vegetación, arboles enormes y con los troncos realmente gruesos. Un lugar simplemente precioso y al parecer no muy habitado. Camine un poco hasta que encontré una cabaña, algo descuidada de madera, pensé en que tal vez alguien vivía aquí, pero no. En ese lugar no vivía nadie. Podía quedarme aquí el tiempo que haga falta, hasta aclarar todos estos pensamientos, este era un buen lugar para meditar.

Pasaron varios días y me acostumbre a la soledad, a alimentarme del bosque y una que otras vez, ayudar a algún viajero que se perdía y necesitaba refugio. Tranquilo, apacible. Era muy agradable pero me sentía muy solo. Me burle de lo que pensé. Pase veinte años en prisión y recién comenzaba a sentir la soledad. Bah. Debió ser porque ya me había acostumbrado a estar rodeado de gente nuevamente. La sensación de significar para alguien, de cariño y las tardes que paraba en aquel recinto con varios bribones que se hacían llamar mis amigos. Y las noches de pasión junto a la promesa de aquella mujer que prometió quedarse conmigo y me traiciono.

Volví a sentarme en posición de loto y me dispuse a continuar meditando, así lo hice. Hasta que otro pensamiento se apodero de todo mi ser. Oogway solía decir que todo sucede por una razón.

-¿Por qué sigo aquí Maestro y no morí aquel día?, ¿Es que debo continuar saldando los errores que cometí, o vivo para otro motivo?-.

Murmure en voz baja, obviamente sin obtener respuesta sin embargo no pude evitar igual enojarme al no obtenerla. Ya iba a oscurecer y al parecer iba a llover fuertemente. Me percate de ello cuando sentí de momento a otro la llovizna comenzando a caer sobre mí. Las gotas de lluvia dificultaban mi visión. Si mi destino era morir ese día y seguía aquí me daba igual, solo espero que los que pasan por este lugar no conozcan el nombre de Tai Lung.

Dos figuras se veían lejos de mi vista, imagine que eran viajeros pero por alguna razón me dio recelo ir directamente hacia ellos, comencé a caminar a paso lento, casi cauteloso, como si por primera vez en años tenía la necesidad. Al parecer no me habían visto ya que continuaron caminando sin aligerar el paso, por supuesto, la ligera llovizna se había convertido rápidamente en lluvia tormentosa acompañada de vientos y frio.

Me refugie en un árbol, su gran tamaño y sus enormes ramas y hojas me protegían fácilmente de la lluvia, escuche el sonido de sus pasos al caminar, pasaban al frente de este árbol. No me vieron solo continuaron su camino. Me quede inmóvil, mis ojos se abrieron como platos al ver sus siluetas. Era imposible ¿O tal vez no?

Estaba imaginando que veía a Shifu caminando al lado de la Maestra Tigresa. Frote mis ojos con mis manos, pero seguían ahí, no era una alucinación. ¿Pero qué demonios hacían aquí? Me di cuenta que no estaban con los otros furiosos, ni con el panda. ¿Alguien les había informado que yo me hallaba aquí? Imposible, podía ser en el Pueblo donde antes me hallaba, pero en este lugar no había nadie que me delatara, ningún viajero que me vio menciono algo sobre haber estado en el Valle de la Paz o haberme reconocido.

Todo sucede por alguna razón

Esas palabras hicieron que todo mi cuerpo se ponga tenso. Parecían no tener idea de donde estaban, si venían a buscarme no estarían tan tranquilos, supuse. Estaban parados al parecer poniéndose de acuerdo en qué camino tomar. Veía al Panda rojo señalar hacia la izquierda charlando con ella, Tigresa solo asentía abrazándose a sí misma. Estaban desorientados y se notaban ya agotados A unos metros de mí estaban ellos, a espaldas de mí sin saber quese encontraban en mi territorio. ¿Qué debía hacer? Seguro solo buscan como salir y no haya forma en que me vuelva a topar con ellos. ¿O tal vez?

No, debía hablar con él. Aun si me mandaba a prisión de por vida nuevamente. Quería estar en paz conmigo mismo.

Impulsivamente corrí veloz hacia ellos, se encontraban de espaldas a mi lo cual hizo más fácil mi emboscada y antes de que puedan reaccionar. La maestra Tigresa voltio rápidamente con los ojos abiertos en shock, no creyendo lo que ve y Shifu se encontraba bajo efecto de mi Bloqueo Chi

Yo también me congele en ese momento, había sido impulsivo y no tenía ni idea de por qué. La maestra rápidamente se reincorporo, se puso en posición de ataque y corrió hacia mí con la intención de atacarme.