Antes de empezar quiero que sepan que esto es un "Borrón y cuenta nueva" Decidí volver a hacer el Fic, y dejar atrás el de mi antigua cuenta (PrelawBirch), de Cero. Mejorándolo y haciéndolo más atrayente. Les prometo que esta vez sí lo continuare, y más importante aún, lo terminare cueste lo que me cueste.

Si, también sé que en el lore de Riot Azir y Sivir comparten sangre… pero digamos que aquí en el fic no, jeje.

Los personajes no me pertenecen. Son propiedad de RIOT Games.

Bueno, Sin más ni menos… Disfruten lo que les tengo. :D


Nunca me había sentido tan fría… tan indefensa o impotente, una sensación realmente extraña para mí. Soy una caza recompensas después de todo… esto no debería ser nada, entonces ¿Por qué me siento de esta forma?

Bueno, ya nada importa… lo hecho está más que hecho. Fui traicionada por una de mis clientes, una noxiana para colmo. Debí suponer que algo así sucedería tarde o temprano, y miren donde estoy ahora… desangrándome en el suelo de la tumba que estos días busque con tanto afán; a merced de la oscuridad y el frio. Estaba sin aliento, era cuestión tiempo para lo peor…

¿Saben que es lo irónico de todo esto? Si ya Shurima era un desierto azotado por grandes calamidades y desgracias, gracias a mí no sería un mejor lugar… Por mi culpa esa desagradable noxiana libero dos bestias aterradoras y poderosas que no dudarían en destruir todo a su paso. Ya no podía hacer nada más que lamentarme de ello, además probablemente ya no estaría en este mundo para presenciar tal destrucción.

Mientras seguía con esos pensamientos empecé a sentir algo extraño… ¿Acaso me estaba elevando? Así era, si me estaba moviendo; pero no por mi propia cuenta. Al parecer algo o alguien me levantaba de donde yo me encontraba. Pude distinguir que era una persona al pasar de unos minutos, igual estaba muy agotada para abrir mis ojos y ver de quien se trataba… ya había perdido demasiada sangre, era seguro que moriría…

-Así que estos son mis últimos momentos de vida.- Pensé

-Es irónico que lo único que me esté preocupando sea el oro…-

Que lamentable, solo tenía ese metal presente al momento de morir en mente… Todos esos años de sacrificios para conseguir el metal desperdiciados. Fácilmente pude vivir una mejor vida, pero la malgaste consiguiendo reliquias y fortunas… ¡me doy asco!

Mi tormento era que nadie me extrañaría. Pase mi vida segada por lo material que nunca entable una relación aparte de aquella que hay entre empleado y empleador, además nadie va a extrañar una casa recompensas después de todo…

Otra extraña sensación… ¿Acaso estoy mojándome? ¡Cómo es esto posible! Mi herida… ¡Se está cerrando! ¿Qué está pasando? Todo el agotamiento se está yendo, es como si la vida estuviera regresando… En ese momento abrí mis ojos lentamente.

-¿Qué acaba de pasar…?- Me pregunté. No esperaba recibir una respuesta, pero si logre escuchar una.

-Es la gracia y piedad de la gran Shurima…- Dijo una suave pero a la vez firme voz.


-¿Que está sucediendo…?- Me pregunté. Estaba muy entumecido… me dolía absolutamente todo. Era como la sensación que sientes cuando no te mueves por mucho tiempo, que tu cuerpo se siente pesado; si, así me sentía…

-Tuve que quedarme dormido seguramente- No era de extrañar, nunca me tomo nada en serio. Entonces recordé algo…

-Esperen… ¡Xerath!- Ese maldito me traiciono… ¡Como pude caer en tal engaño!... Me manipulo para sus planes y ahora… esperen… ¿Dónde estoy? Esto se siente duro… ¡Que! ¡Estoy en un sarcófago! ¿¡Cómo demonios llegue aquí!? Ok Azir, calma. Todo esto tiene que tener una explicación racional ¿No?

En ese momento empecé a recordar lo sucedido… Xerath… Cuando el trato de conseguir su ascensión, Shurima y la mayoría de sus habitantes quedaron cristalizados por la arena.

-Entonces es por eso… Quede petrificado por todo el caos que Xerath creo. Seguramente los sobrevivientes me quisieron dar un entierro digno y heme aquí… ¡Maldición! Todo esto es mi culpa… - Me dije. No pude evitar llorar un poco. Solo pensar que gracias a mi todo eso sucedió… era imposible no sentirse mal.

Decidí parar de pensar en todo lo ocurrido y concentrarme en mi situación. Estaba vivo otra vez ¿no? Talvez, si conseguía mi forma ascendida, podría devolver todo a como estaba. Solo había un pequeño problema… ¿Cómo la conseguiría? Solo se ocupaba un acto de compasión pura para conseguirla naturalmente o con el… ¡El disco solar! Si lograba salir de aquí sería muy fácil conseguir la forma ascendida mediante este.

Este instrumento consistia en un gran plato de oro que atrae la luz solar para luego liberarla en forma de rayo. De esta forma el rayo de luz solar, mediante un elevado ritual, es capaz de convertir al que lo recibe en un ser con poderes divinos y apariencia mítica, la gran forma ascendida… Ahora solo tengo que salir de este sarcófago…

Apoye mi espalda en la parte trasera del sarcófago, y con mis piernas empecé a empujar la tapa de este. Al principio no cedía, pero después de un tiempo de forcejear este se abrió.

-¡Al fin aire puro!- Grite a todo pulmón cuando logre salir. Justo como imaginaba todo estaba en ruinas… ¿Cuánto tiempo habrá pasado? Todo estaba extremamente deteriorado. Definitivamente los tiempos de gloria de Shurima ya eran cosa del pasado.

Mientras miraba en que se había convertido todo lo que un día amé, note algo extraño. El sarcófago en el que estuve se encontraba repleto de sangre.

-¿Cómo llego toda esta sangre aquí?- Me pregunte. Era algo simple y sencillamente ilógico.

Decidí seguir el rastro de sangre. Este venia de las escaleras; o bueno, lo que quedaba de ellas.

-Me tuvieron que dejar en el sótano del palacio. Es el único lugar parecido a este supongo- Pensé mientras seguía el rastro.

-Valla… Esto es demasiada sangre… debo llegar rápido al lugar de su proveniencia. Seguramente alguien está en graves problemas.-

Me apresure en subir, y el rastro me llevo donde una mujer… desangrándose….

-¡Tengo que ayudarla!- Me dije. Tome su pulso para asegurarme que estuviera viva, y gracias a los dioses lo estaba. Ella tenía lo que parecía ser una herida de espada en el costado de su abdomen y algunas raspaduras en las piernas.

- Pobre… seguramente se arrastró hasta desmayarse… además es hermosa… ¡No es tiempo para pensar en eso! ¡Dedo de hacer algo!- Lo único que podía sanar a alguien tan mal herido era el Oasis del Amanecer, pero no sabía si después de todo este tiempo sus aguas aun estarían intactas…

La alcé para llevarla donde se suponía que estaba el manantial. Mientras caminaba, me puse a contemplar su hermoso rostro. Transmitía seguridad y firmeza aun estando así… En ese momento logre ver en la lejanía la entrada del oasis. Este todavía era lo que recordaba, también lo único que quedaba intacto en todo el lugar… Sus aguas eran famosas ya que eran capaz de curar cualquier herida, exactamente lo que necesitaba en este momento.

Cuando llegue al lugar prepare todo para la ceremonia de sanado. Simplemente tenía que colocarla en el agua y alzar una antigua plegaria hacia los dioses. Así el agua sanaría todas sus heridas.

Al terminar, ella ya había sanado completamente. Empecé a notar pequeños y suaves movimientos en sus ojos. Ella los abrió, y quejándose, dijo con voz suave:

-¿Qué es esto…?- Dijo mientras se frotaba la frente.

-Es la gracia y piedad de la gran Shurima de la gran Shurima- Respondí con la sonrisa más cálida que le pude ofrecer.


-Entonces sigo viva- Fue lo primero que me dije al despertar. No estaba muy segura de lo que había sucedido o él porque del lugar donde estaba, pero lo que si sabía era que tenía otra oportunidad para rehacer mi vida. Ya había malgastado mi tiempo por solo conseguir oro… realmente no quería seguir con lo mismo, pero… ¿Ahora qué? No tengo ningún lugar donde regresar o un motivo por el cual seguir, realmente mi vida ya no tenía sentido.

En ese momento recordé la voz que escuche al despertar. Voltee rápidamente para ver de dónde venía, y con lo que me tope… era cosa de otro mundo…

Había un hombre flotando en lo alto de la habitación. Este era moreno, de ojos color miel y vestía como antes lo solía hacer la realeza de Shurima. Él estaba rodeado por arena y un resplandor sin igual.

Fue cuestión de segundos que el resplandor me segara completamente. Yo no encontraba que hacer, me hallaba en una situación realmente extraña…

Pasaron los minutos y la luz que emanaba del hombre desapareció. El comenzó a bajar desde donde estaba flotando, pero ya no se parecía en nada a como lo había visto antes. Ahora era algo similar a un ave con anatomía de humano. Sus prendas se habían convertido en una armadura dorada, bastante detallada y con bandas de tela colgando de sus brazos.

-¿Qué demonios le sucedió a este hombre?- Me pregunte. Lo único que podía explicar lo sucedido era que este hombre hubiera obtenido una ascensión… pero era imposible, cosas como esa eran solo un cuento para niños.

-Hey, ¿Te encuentras bien?- Me pregunto el extraño hombre… o lo que él fuera en realidad. No quería responderle debido a todo lo que había sucedido. Mi mente aún estaba nublada…

-Mira, puedo parecer un ave con mi nueva forma, pero no te voy a empezar a picotear o algo por el estilo- Me dijo sonriendo y un tanto burlón. ¿Acaso él había tratado de hacer una broma?

-Si…- decidí responderle aunque estuviera atemorizada -¿Y tú quién eres…?- le pregunte. Realmente quería saber quién era, y más importante, que había presenciado.

-Soy Azir, el emperador de esta nación- Me respondió sonriendo y con aires de grandeza.

-Ja… estas tierras no han tenido un emperador desde el derrocamiento de…- Me detuve y recordé el nombre que había dicho…-Pero… eso es imposible…- Dije asombrada, Definitivamente esto no estaba pasando –Según las leyendas… tu deberías estar muerto… ¡Desapareciste hace más de tres mil años!- Cuando dije esto la sonrisa de Azir desapareció y lo que la sustituyo fue una expresión de tristeza ¿Acaso había dicho algo que lo hiciera sentir mal?

-Perfecto, lo que me faltaba… no me quieren hablar por ser un fósil de tres mil años…- Dijo con mirada al suelo cayendo de rodillas… valla teatro que estaba haciendo… -Ni la persona que salve quiere hablarme…- Termino de hablar. Eso me hizo sentir mal. Después de todo había sido el quien salvo mi vida y se lo pagaba con desconfianza…

Decidí otorgarle un poco de confianza a Azir, quien aún se encontraba de rodillas, y le dije:

-Hey, que seas una extraña ave gigante no significa que no te hablen. Es el hecho que te acabo de conocer… y no de una manera muy normal… ¿Entiendes?- Le dije riendo suavemente. Era divertido y a la vez curioso ver a alguien de su tamaño en el suelo haciendo tal payasada. Al parecer lo que le dije le simpatizo, y una sonrisa surgió de él. –Y… gracias por salvarme la vida- Dije apenada mientras me tocaba lo que ahora era una cicatriz en el costado de mi abdomen.

-De nada- Me dijo riendo mientras sonreía y se rascaba la parte de atrás de la cabeza. Realmente era alguien curioso… -Para que esta un rey si no es para ayudar a su pueblo… o bueno, lo que quede de él; jeje-

¿En serio? "JeJe" de alguna forma ese comentario había logrado hacerme reír. Azir tenía comportamientos de niño. ¿Cómo es que alguien como él había logrado ser rey? Entonces recordé que no me había presentado…

-Donde están mis modales… Me llamo Sivir, y literalmente te debo mi vida…- Le dije. Azir aún seguía de rodillas, y aunque esto me pareciera gracioso, le tenía que decir:

-Ahora… si no te molesta ¿Puedes ponerte de pie? En serio te estas humillando- Le dije riendo. También le di un pequeño empujón en el hombro. No uno violento, era uno de aquellos que les das a las personas en señal de molestarlos.

-Lo siento- fue lo que Azir respondió. Sus mejillas se habían sonrojado. Parecía que se había avergonzado, y eso se me hacía gracioso. Hace mucho no me sentía cómoda con una conversación, aunque esta fuera con un completo extraño. –Y bueno- Dijo poniéndose en pie. -¿Qué piensas hacer ahora que estas bien?-

Todas las buenas vibras de la conversación se fueron de un solo golpe, había sido esa pregunta… Empecé a recordar mi actual situación. Ahora la que callo de rodillas era yo… ¿Irónico, no? Había pasado a ser yo la del teatro.- No lo sé…- Por algún motivo había dicho eso con mi voz quebrándose y empezando a llorar… ¿¡Qué demonios hacia llorando al frente de un extraño!? –Toda mi vida… ¡TODA MI MALDITA VIDA!- ¿¡Porque estaba actuando así!? –Creí que el oro era lo más importante, que con él podía hacer todo… pero ahora… me doy cuenta que solo es metal… ese metal nunca me lleno y ahora… no tengo nada… ni nadie… soy una idiota…- No aguante más y solté el llanto. Genial… Ahora la que se estaba humillando era yo. Que estará pensando el al verme así… Le debo de estar dando asco.

Lo que sucedió después me sorprendió. No espere que Azir se pusiera a mi altura y me abrazara… ¿Quién en este mundo abrazaría alguien como yo? Este era un abrazo cálido, lleno de compasión…Un abrazo reconfortante. –Mira Sivir, yo en lo personal se cómo te sientes. De hecho, todo eso también está en mi cabeza en este momento… Ósea, solo mírame… Soy un ave gigante que no sabe nada de este mundo y aun así aquí estoy después de tres mil y quien sabe cuántos años más sabiendo que ya ni normal soy.- Dijo mirándome con una sonrisa bastante tierna. No esperaba que tales palabras fueran a salir de alguien como él. Hace ya bastante tiempo alguien no me hacía sentir bien con solo sus palabras… se sentía genial… -Si lo que necesitas es un hogar ¿Porque no te quedas con migo? Además… tener un palacio solo para mi disfrute no es divertido- Me termino de decir mientras su sonrisa aumentaba.

-Que pala…- No pude terminar de decirlo cuando Azir levanto su báculo y todo sucedió. Las ruinas en las que estábamos comenzaron a reconstruirse rápidamente. La única forma de describir lo que sucedía era asumir que el tiempo estaba retrocediendo. Al pasar de unos segundos todo estaba reconstruido… Era realmente mágico.

-Este palacio- Dijo el risueño.

-Wooooh… sí que eres poderoso- Le dije mirando a mi alrededor. No podía creer que las ruinas terminaran como estaban. Entonces, en ese momento me percate de algo… -Eh… sé que el momento fue reconfortante y todo, pero… ¡PUEDES PARAR DE ABRAZARME!- Al terminar de decirle, o más bien gritarle eso, lo golpeé en la cabeza. No sabía que se había apoderado de mi… estaba actuando extraño.

-Hey, tranquila. Golpearme se puede considerar maltrato animal- Dijo mientras me soltaba, se levantaba y empezaba a reír.

-Ja. Ja. Ja.- Le respondí con evidente fastidio. Menudo chiste de mierda había dicho… Aunque para ser sinceros… viniendo de él realmente me hacía gracia.

-Bueno Sivir, así que… ¿Te quedaras con migo? Créeme que aquí tienes todas las comodidades que ocupas.- Me dijo con seriedad…bueno, o eso quería intentar él.

La oportunidad de empezar una vida nueva estaba frente a mí, y para ser sincera… quería aprovecharla. El hecho de tener un lugar donde vivir no era lo que me motivaba… era el hecho de que al fin tendría un amigo si tomaba este camino… Mi decisión estaba hecha.

-Lo hare Azir… lo hare- Le dije mientras reía gracias al intento de seriedad en el rostro de Azir. -Además, no voy a dejar pasar la oportunidad de tenerte como amigo.- Ahora la que devolvía aquella cálida sonrisa era yo. Realmente estaba feliz después de tanto tiempo.

-¡HOOO SI!... disculpa, me emocione mucho…jeje- Dijo Azir mientras se daba cuenta de su reacción. Verlo sonrojarse y ponerse a gritar me hizo explotar en risa. Azir hasta el momento era un saco lleno de sorpresas. –Al parecer cierta ave está feliz por su nueva compañía- Le dije agarrándome el estómago por la risa.

-Siendo sincero, si, lo estoy. Es de verdad me hace feliz tener compañía después de tanto tiempo- Se notaba la felicidad y satisfacción de Azir al decir eso.

-Ok, si de verdad quieres que me quede tengo que traer mis pertenecías aquí al palacio- le dije mientras le sonreía por su anterior comentario.

-Bueno, ¿Y a donde tienes que ir?- Me pregunto.

-A Piltover- Respondí.

-¿Piltover? ¿Y eso que es?- Me volvió a preguntar. Había intriga en su rostro. Era obvio que no iba a conocer Piltover si mágicamente había aparecido de entre los muertos ese mismo día.

-Piltover es la ciudad más avanzada de todo valoran, y también donde está mi guarida… ¿Para qué tanto oro si no era para darme uno que otro lujo?- Respondí.

-Ok… entiendo. ¿¡Y que esperamos entonces!?- Dijo eufórico y contento mientras se encaminaba a la salida.

-¿Qué haces?- Le pregunte mientras me levantaba de donde estaba.

-¿Pues qué más? Acompañarte a esa ciudad. Además, la idea de conocer el lugar más avanzado de valoran me llama bastante la atención.- Respondió. Azir estaba dispuesto a acompañarme y no le iba a decir que no.

-Si eso quieres, ven, sígueme- Le respondí intercambiando sonrisas. Este tipo me estaba agradando mucho… Al fin… después de todo ese tiempo… tenía un amigo.

Finalmente partimos a mi guarida en Piltover. Desconocía las razones, pero se me hacía que la compañía de Azir la iba a disfrutar. Me sentía protegida, sentía que tenía algo a tener en cuenta y por lo cual seguir… sentía que al fin había abandonado la oscuridad que me siguió por tanto tiempo por una luz que me acompañaría… y esa luz era Azir, el emperador de las arenas.


Fin del capítulo #1, Oscuridad y Luz.


Bueno, eso fue todo por hoy =).

Espero que la remasterización de este Fic les valla a gustar y a los que es la primera vez leyendo… igualmente.

Siéntanse libres de dejar un review y a hacer lo que quieran. Si tienen ideas también siéntanse libres de decirlas ya sea por un PM o una review.

Sin más ni menos me despido. Les deseo un buen día o noche. Nos leemos luego en el próximo Cap. de "Juntos por Shurima"