"¿Por qué no dices nada?"

Pregunto Bridgette, luego de un rato en que el silencio pasó a pasar de sorpresivo a incómodo. Sentada ahí en la banca con Félix, ella intentaba comprender la situación, pero no se le ocurría ninguna razón coherente de porque Félix la tomo del brazo y la llevo a un parque sentándose en una banca. Además para agregar no le dirigía la mirada.

Ante eso realmente no sabía qué hacer, no quería irse, pero tampoco quería quedarse. El ambiente era tan tenso que solo junto sus piernas y apoyando sus manos sobre sus rodillas trato de calmar los nervios de su corazón.

"¿Por qué no dices lo que piensas?"

Le pregunto con la intención de que digiera algo, lo que sea, al menos un monosílabo, pero otra vez fue silencio. Bridgette solo se dedicó a suspirar. Entonces luego de unos segundos lo volvió a intentar esbozando una sonrisa.

"¿Por qué no hablas?"

—Si quiero hablar, hablare —Le contesto fríamente Félix posando la mirada en los azules ojos estupefactos de Bridgette— La gente me dice que hable más y sea más expresivo pero ¿Por qué? —Le cuestiono como si ella tuviera las respuestas— ¿Para decirte que pienso en ti desde que me levanto? ¿Por qué a veces no puedo pensar bien y me distraigo cuando no estas a mi lado?...

Bridgette escuchaba esa confesión atónita, sin creer si oía bien o su mente se lo estaba imaginando por todo el silencio que reinaba en esa banca. Solo se le quedo mirando con los ojos bien dilatados y la cara enrojecida furiosamente. Y más se coloreo cuando sorpresivamente y sin ningún aviso previo, Félix se acercó velozmente a su rostro, buscando sus labios y la besó.

Al separarse Félix, está la mirada incrédula, mientras su labio inferior temblaba. Quería pronunciar su nombre o algo, pero las palabras no salían.

"¿Por qué no dices nada?"

Le pregunto Félix dibujándose una sonrisa ladeada y ella se encontraba sin reaccionar. Estaba petrificada por el reciente suceso. El silencio duro un rato y Félix aprovecho para realizar la siguiente pregunta:

"¿Por qué no dices lo que piensas?"

¿Decir lo que pensaba?

Se preguntó Bridgette en su mente, realmente no sabía que pensar, si anteriormente se encontraba confundida e intentaba encontrar una razón. Ahora no sentía que podía encontrarla. Lo que Félix acababa de decir y hacer, solo lo veía posible en sus sueños. No le parecía real, y mientras Bridgette tenía ese pensamiento. Félix saco una rosa roja, que apareció enfrente de los ojos desorbitados de la aludida.

—Ten Mi Lady —Pronuncio siendo las misma palabras de Chat Noir como su misma sonrisa. Y ella al percatarse de esa acción, empezó a atar cabos sueltos y Félix realizo otra pregunta, ya realizando todas las que había hecho Bridgette hace un rato.

"¿Por qué no hablas?"

Ella no escucho eso, estaba ocupada repitiendo una y otra vez en su mente que Chat Noir era Félix por más increíble que parezca, pero ni eso podía pronunciar.

— ¿Acaso te comió la lengua el gato? —Le pregunto alzando una ceja y ella solo se dedicaba a mirarlo con la boca semiabierta y un sonrojo cubriendole todo su rostro, sin poder articular palabra alguna y ya estaba creyendo que nunca más podía hablar.

Porque lo que acabo de suceder la había dejado sin palabras.