N/A; Sinceramente les quiero dar gracias a todas las personas que me han apoyado con sus comentarios tanto positivos como constructivos; Espero que les guste mi fanfic por que les estoy poniendo un gran esfuerzo para acomodarlo a sus gustos, ¿Les gustó el capítulo anterior?, ¿O hubo algo que les desagradó?, Déjenmelo saber por medio de los comentarios, siempre los leeré y responderé a sus dudas y tomaré de buena forma cada uno de ellos. Disfrútenlo!

PD; Los personajes no me pertenecen, les dio vida Akira Toriyama, la historia si es mía


-Cuéntanos querida, ¿Cómo han estado las cosas por allá?- Dijo con entusiasmo e interés la señora Brief por milésima vez desde que se fueron, esperando a través de la pantalla la respuesta de su hija, no sabía como Bulma se encargaría de aquella casa a solas, con 101 extraterrestres bajo el mismo techo para ser exactos, y no era que desconfiara de su hija, porque sabía que se las podría arreglar sola y buscar solución a cualquier problema sin involucrar a nadie, además, Piccoro estaría con ella, así que en definitiva quedaba a salvo en muy buenas manos. Bulma frunció un poco el labio ladeando un poco la cabeza

- Bien mamá, no tienes porqué preocuparte- Dijo con fastidio respondiendo sin ánimos la tan repetida pregunta de su madre, se sentía agobiada de las constantes vídeo llamadas, pero sabía que era por preocupación. Hasta ella estaría preocupada si algún familiar se tendría que quedar por un largo tiempo junto a un mercenario del espacio. Una terrible tos seguido de una maldiciones se escucharon en el cuarto de Yamsha, que había sido tomado sin permiso por aquel hombre que sacaba de quicio a Bulma

-Oh, Bulma eso no se oye para nada bien- Dijo el doctor Brief mientras encendía un cigarrillo lejos de su esposa. Bulma chasqueó su lengua, gracias a el orgullo y la terquedad de Vegeta, había agarrado una atroz fiebre, y ahora una tos- Deberías ir a ver, no vaya a ser que necesite tu ayuda- Dijo el Señor Brief sin medir sus palabras, parecía que estaba hablando de Goku, pero él era todo lo opuesto a él para su desgracia

-Papá, creo que no sabes de quien hablas- Dijo Bulma mientras fruncía aún más el ceño al volver a oír la repetida tos, hizo caso omiso mientras seguía reprochando las palabras de su padre- Vegeta es, distinto. Su orgullo no dejará que lo cuide, ¡Es muy terco el cabeza dura!- Dijo tratando de darle una explicación a sus padres tratando de quitarles la idea de que Vegeta era un hombre bueno e incomparable, según su madre Vegeta por ser un príncipe era todo un caballero respetuoso, pero no era más que un egoísta y egocéntrico extraterrestre. Cortó la vídeo llamada suspirando, su padre tenía razón, podría ser que Vegeta la necesitara

Tocó la puerta de su habitación, pero no recibió respuesta. Entró encontrando todo vacío, siguió su camino hacia el baño mientras tocaba la puerta, pero igual que la vez anterior no recibió respuesta, solo una brusca tos dándole a entender que Vegeta se encontraba allí adentro, así que sin pensarlo dos veces se adentró en aquella habitación sin importarle los insultos y amenazas que iba a recibir del príncipe

-No te dije que... Pasaras- Dijo entrecortada mente, aquella maldita tos ni siquiera lo dejaba hablar bien, Bulma se acercó hacia él con paso dudoso, él la miró con recelo mientras se apartaba lo más que podía de ella

-Por favor, solo déjame- Dijo sin terminar la frase y posar su delicada mano en aquella frente tan marcada, él suspiró derrotado, ¿Porqué siempre tenía que acceder a la mayoría de sus caprichos y cuidados?, No sabía cómo responder aquella pregunta, parecía que ella le había hecho una brujería para hacer que caiga en sus "encantos" fácilmente, y odiaba eso. Ella lo miró fijamente a sus ojos por un efímero segundo, no pudo contener el contacto visual, sentía que sus ojos tan oscuros la atravesaban silenciosamente. Él dio una media sonrisa al sentir su incomodidad, pero extrañado al no sentir su miedo

-Vegeta, no puedes entrenar en este estado- Dijo con voz baja y preocupada, él la miró alzando una ceja mientras se apoyaba en la pared para hacer su típica postura

-¿Quién me lo impide?- Dijo con voz seca y desafiante, harto de que Bulma y su madre les dijera que hacer. Era un ser libre que hacía lo que se le antojaba cuando se le antojara, no siguió las órdenes de Freezer y menos seguiría las órdenes de una humana más débil que él. Bulma lo miró atónita, ¿Enserio va a entrenar en aquel estado tan terrible?, Eso sí que no lo podía permitir, le guste o no tiene que acceder a sus cuidados

-¡Vegeta por Dios, estás ardiendo de fiebre!- Dijo en un chillido en un intento en vano de convencerlo, pero él seguía ahí en aquella misma postura mirándola con fastidio. Se fue hacia su habitación mientras buscaba el cajón con los medicamentos, tenía que poner una nueva regla; Si quería volver a entrenar tendría que estar sano, y tomar los medicamentos. Al ver lo que traía en manos, rodó los ojos con fastidio mientras se apresuraba a quitárselo pero sin lograrlo- Vegeta, si bebes esto te prometo que te dejaré entrenar, pero por favor, ¡Sólo hazlo!- Dijo con ojos y voz suplicante, él negó paulatinamente mientras salía volando por la ventana dejándola sola y resignada en la habitación de su difunto novio

...

-Vegeta- Su madre entró a su habitación sin tocar, solamente ella podía hacer eso, claro además de su padre. Miró a su hijo con ternura y amor maternal mientras se sentaba en su cama y posaba su mano en su frente- Hijo, estas hirviendo. Debes tomar los medicamentos- Le decía al pequeño de tan solo tres años que la miraba con ojos asustados, aquellas medicinas sabían horribles, pero sabía que si las tomaba se sanaría y su madre estaría feliz

-Está bien, tráela- Dijo en un suave y casi inaudible susurro, su madre lo miraba con entusiasmo y alegría en su rostro mientras buscaba aquel pequeño frasco y se lo daba de beber

-Iugh, sabe horrible- Dijo mientras hacía una mueca de asco con su cara, estaba a punto de llorar, odiaba con todas sus fuerzas aquellas asquerosas medicinas. Su madre lo consoló en sus brazos mientras le repetía que no llorara, pero el pequeño seguía quejándose del horrible sabor que quedó impregnado en su paladar

-Hijo, si dejas de llorar vamos por un helado de chocolate, ¿Sí?- Al pequeño le brillaron sus grandes ojos azabaches mientras asentía eufóricamente, adoraba los helados al igual que el chocolate. Su madre conocía perfectamente a su pequeño, y un helado siempre lograba calmar su miedo. Pero lo que no sabía era que lo que más adoraba de ir por un helado, era pasar un tiempo de calidad con su madre

...

Maldecía internamente todo lo que pasó en su pasado, maldecía a Bulma por ser tan agobiante y traerle tantos recuerdos de su infancia, maldecía a Freezer por quitarle lo que más amaba, porque aunque lo negara rotundamente, sabía perfectamente que a la única persona que ha amado hasta ahora, ha sido a su madre. Siguió volando sin importarle que algunas personas de la ciudad señalaran el cielo viendo asombrados a aquel hombre. Se fue a la misma cascada del día anterior mientras que la tos volvía a hacerlo suyo, se recostó en las rocas mientras suspiraba calmando un poco aquella flema

Tal vez no era tan malo tomar aquellas medicinas

Se levantó de un salto desechando aquella idea, hizo un leve estiramiento y calentamiento para empezar lo que sería un agotador y fuerte entrenamiento para volverse indestructible. Empezó con un entrenamiento mental mientras que una inexplicable gota de sangre salía de su labio inferior derecho cayendo sobre su cuello. Dejó fastidiado su entrenamiento, podía decir que era la única vez en toda su vida que no le provocaba entrena, debía de ser por aquella maldita tos y fiebre, suspiró derrotado mientras se volvía a recostar sobre las rocas y cerraba sus ojos conciliando poco a poco el sueño


Iba de un lado a otro buscando sus herramientas sin parar, con ayuda de todos los home-bots que le eran posible. Movía sus manos habilidosamente sin quitarle la vista a aquel scouter, en el pasado tuvo la idea de arreglar aquel pequeño aparato verde que traía entre sus manos, para su desgracia y mala suerte no entendía el idioma saiyajin, tenía que cambiarlo a su idioma natal si quería encontrar a Vegeta y cuidarlo. Chasqueó con su lengua al ver que le faltaba una pequeña pieza, salió de su laboratorio mientras recorría el pasillo, algo dentro de ella le decía que entrara la habitación de Vegeta, y así lo hizo, esperanzada de verlo en aquella gran cama, pero solamente encontró la ventana abierta dejando que el frío se apoderara de aquella habitación. Abrió sin pensarlo dos veces el gran armario encontrándose con algunos trajes y botas de guerrero, pasó sus manos sobre aquella elástica y resistente materia, muy adelantada para ser de la tierra. Metió la mano en un pequeño bolsillo del traje mientras sacaba un chip plateado, la pieza necesaria para terminar su problema con el scouter

Salió corriendo a toda prisa mientras celebraba victoriosa, ¡Al fin sabría dónde está!, habían pasado un par de horas desde que se fue y algo le preocupaba un poco, introdujo aquel pequeño chip en el rastreador mientras cambiaba sin pensarlo dos veces el idioma. Lo encendió, sintiendo una gran energía lejos de la Corporación Cápsula y de la ciudad. Tomó consigo una cápsula de nave mientras salía hacia el jardín pulsando un botón dejando salir una muy avanzada nave con el logo de CC. Se adentró nuevamente a la cocina mientras programaba a varios home-bots a preparar deliciosos platillos para Vegeta, estaba segura de que el muy terco no había desayunado nada. Entró nuevamente a la nave mientras pensaba en una excusa creíble de porque fue a buscarlo, llevaba consigo aquel cajón de medicamentos, podría ser una buena razón para ir a verlo. Despegó lentamente mientras dejaba atrás aquella ciudad con tantos ruidos, mientras se adentraba en la hermosa naturaleza, el olor a pasto mojado la embriagaba dándole sensación de tranquilidad, mientras más se alejaba de la ciudad, más se acercaba a aquel fuerte ki

La lluvia era tan intensa que no la dejaba divisar aquellos grandes y frondosos árboles, ¡Maldito invierno!, Su vista se cerró completamente, solo podía ver las gotas de agua que se deslizaban en frente de ella, el ki de Vegeta se acercaba cada vez más, pero tenía que descender aquella nave y esperar que acabara la fuerte tormenta, respiró hondamente mientras tomaba una decisión; Si paraba Vegeta podría irse de allí

Ni la tormenta detendrá a la Gran Bulma Brief

Pensó decididamente mientras avanzaba en medio de aquel granizo, poco a poco la tormenta se fue intensificando. Ya no había vuelta atrás y menos cuando estaba a menos de un kilómetro para encontrarse con aquel asesino. Sintió cómo su nave se tambaleaba bruscamente, cerró fuertemente sus ojos mientras trataba de mover el volante hacia otro lado, logrando esquivar a duras penas aquella gran cantidad de árboles, pero aún no estaba a salvo. La nave no respondía sus llamados, las cosas caían encima de ella, el clima y todo allí estaba en su contra, ¡Este era su fin!. La nave descendía lentamente mientras su corazón se aceleraba cada vez más. Cerró más fuerte sus ojos esperando el gran impacto que acabaría con su vida. La nave descendió hasta las penumbras de una laguna, poco a poco su oxígeno se iba desvaneciendo, tomó una gran calada de aire mientras el agua la tapaba completamente, trató de abrir la puerta de la nave pero para su desgracia estaba atascada. Soltó el aire que llevaba comprimido mientras esperaba la hora de su muerte, solo escuchaba la ruidosa cascada caer sobre aquella laguna. Se dejó llevar mientras su corazón latía a toda fuerza, poco a poco fue perdiendo la consciencia y último que pudo ver, fue cómo un estruendoso y fuerte golpe abría la puerta


Chasqueó la lengua fastidiado al ver cómo se acercaba aquella nave, caía lentamente sobre el río mientras se hundía. Lo miró sin preocupación, sabía que ella podía salir de allí fácilmente, sabía nadar, ¿No?, Además, no pretendía salvarla. Cerró sus ojos mientras esperaba la furiosa y escandalosa llegada de la terrícola a arruinar su atmósfera de tranquilidad. Luego de unos minutos no pasaba nada, no llegaba nadie. Frunció el ceño confundido mientras se levantaba sin ánimos, sintió su ki tan débil, a punto de morir. Se sumergió sin pensarlo dos veces en aquella fría laguna mientras lograba divisar en lo más hondo aquella nave descompuesta. Nadó más rápido al ver que su ki descendía lentamente. No le preocupaba si la terrícola moría, pero si eso llegaba a pasar, no le podría construir aquella nave que lograra ayudarlo en la destrucción de su raza y planeta, cómo había dicho antes muchas veces; por ahora no le convenía su muerte. Le dio un fuerte golpe a la puerta mientras lograba abrirla, la observó un segundo efímero a los ojos, antes de que se cerraran dejándola inconsciente, rodó los ojos mientras nadaba hacia ella y la tomaba de la mano para llevarla a la superficie. La recostó lentamente sobre una roca dentro de la cascada, pero aún así ella seguía sin abrir los ojos, con su pulso muy débil. Sus labios estaban tornados de un suave color morado debido al frío, sus mejillas ya no tenían su característico color, estaba pálida. Sintió un poco de duda, pensando que había muerto. Posó la mano en su pecho para sentir sus látidos débiles y lentos de su corazón, sonrojándose un poco al rozar sus pechos, su piel estaba congelada, al igual que la de él

Liberó su ki entrando en calor. Luego de unos minutos hizo una fuerte presión en el pecho de Bulma mientras ella dejaba salir aquella agua que no la dejaba respirar, recuperó la consciencia viendo aquella tonificada espalda. Se sorprendió un poco, había pensado que iba a morir. Se levantó temblando mientras se acercaba hacia él para darle las gracias

-Vegeta...-Dijo en un susurro, él seguía estático sin decir nada. Ella posó su mano sobre su caliente cuerpo mientras la dejaba allí por unos segundos, se sentía agradable la temperatura de su cuerpo. Se movió bruscamente mientras se alejaba de ella, aquel tacto frío hizo sentir como si una energía caliente se pasaba hacia su cuerpo. Ella se sintió decepcionada, ¿Porqué la había salvado si iba a seguir siendo un ingrato?

-No entiendo por que me salvaste- Dijo ella en un susurro, el se volvió hacia ella algo asombrado, ¿Quería morir?

-Repítelo- Dijo con voz grave y seca, ella lo miró desafiante pero aún así temblando, no solo de frío, también de furia

-¡Maldita sea, no entiendo porque me salvaste!- Dijo en un grito, él se volteo hacia ella mientras se acercaba, dejando menos de un metro entre ambos. Pero ella ya no sentía miedo, sentía simplemente decepción

-No te creas tan importante- Dijo en voz baja mientras la miraba con odio y repudio. Ella se dio la vuelta mientras trataba de caminar con equilibrio, se había percatado de que no traía consigo su scouter, estaba decidida a ir por él. Respiró hondo mientras volvía a entrar hacia aquella fría laguna y nadaba hasta llegar a su nave. Vegeta miraba confundido todo aquello, ¿Enserio quería acabar con su vida?, su ki estaba más estable, pero aún así quería ver hasta dónde podía llegar. Sintió un ki a sus espaldas acompañado de una penetrante y furiosa mirada

-Vaya, miren quien apareció- Dijo en tono irónico y con burla a Piccoro que lo miraba con odio

-Pude sentir su débil ki, ¿Qué le hiciste?- Dijo con algo de preocupación, sabía perfectamente que Bulma era una parte indispensable para el clan Z. Sin ella el famoso rastreador, las naves y los múltiples inventos que los ayudan en demasía no existirían, se podría decir que Bulma es el segundo miembro más importante, a parte de Goku por supuesto. Sintió su ki debajo del agua, miró aquella cristalina laguna con reflejos borrosos debido a las gotas de lluvia que caían sobre ella


Bulma entró con facilidad en su dañada nave mientras tomaba lo único que le importaba en estos momentos; el cajón de medicinas y el scouter. Lo escondió bien para evitar el interrogatorio mientras se volvía nuevamente hacia la superficie, sin contar con lo que le esperaba


-No te preocupes- Dijo con voz socarrona y sonrisa maligna en su rostro- Aún no la he matado- Dijo mirándolo con desafío en tono de voz bajo, pero gracias a su desarrollado y sensible oído pudo oír a la perfección mirando fulminantemente a Vegeta que lo miraba divertido

-No te atrevas a tocarla- Dijo él de brazos cruzados y con ojos cerrados, mostrando tranquilidad, aunque por dentro sentía preocupación por aquella chica, sin ella literalmente estaban perdidos

-No me desafíes, maldito imbécil- Escupió con repudio sus palabras. Ambos callaron al ver que Bulma se aproximaba hacia ellos. Salió de la superficie poniendo el cajón cerca de las botas de Vegeta. Se quedó boquiabierta al ver a Piccoro, pero salió inmediatamente al sentir la helada laguna abrazando su cuerpo. Piccoro la ayudó a salir mientras levantaba su ceja exigiéndole una explicación, ella tomó aire buscando una excusa

-Tenía que buscar los medicamentos para Vegeta- Vegeta la miró con el ceño fruncido y Piccoro bufó con ironía y fastidio. Esa mujer era imposible de hacerla entender, ¿Cuántas veces tendría que advertirle?, Estaba harto de que Bulma pusiera en riesgo su vida cada vez sólo por ser amable y servicial con un mercenario que le tiene un infinito odio

-Qué acción más estúpida, humana- Dijo dándole la espalda molesto, Vegeta desvió la mirada hacia otro lado mientras Bulma miraba confundida la actitud de ambos, pero sin decir palabra alguna- ¿Arriesgas tu vida sólo para que éste maldito esté bien?- Gritó sin precaución haciendo que Bulma se tapara los oídos, él le reprochaba sus actos mientras ella simplemente lo miraba cabizbaja- Te he dicho mil veces que tengas cuidado, él es un maldito que merece todas las miserias que ha tenido en su vida, ¿Qué no entiendes?- Dijo Piccoro ignorando que Vegeta estaba allí presente, mirándolo ofendido y molesto con cada palabra e insulto que soltaba dirigida hacia él- Estabas a punto de morir, ¡Sentí tu ki!, Y este miserable no hace nada- Dijo señalando exageradamente a Vegeta, Bulma cayó un instante para luego fruncir suavemente su ceño

-Te equivocas- Dijo negando rotundamente con su cabeza, Piccoro le exigió una explicación con la mirada, una explicación que ella estaba dispuesta a darle- Parece imposible, pero él me salvó- Balbuceó enviándole una mirada de agradecimiento a Vegeta, Piccoro se golpeó la frente mientras negaba, ¿Aún así se atrevía lo defendía?

-¡Vamos, mira cómo estás y este maldito insolente no hace nada!, No seas estúpida, humana- Dijo harto de tanto parloteo, Bulma apretó sus puños molesta de recibir tantos regaños de Piccoro. El no era su padre para decirle lo que estaba bien o lo que estaba mal, además ella hacía lo que quisiera con su vida. Y ella quería ayudar a aquel hombre tan solitario- ¡Por kami-sama Bulma, estás a punto de congelarte y ESTE MALDITO NO HACE NADA!- Dijo gritando más fuerte, de un momento se tranquilizó mientras dirigía su mirada hacia Vegeta y luego hacia ella, notando una clara diferencia- A ver, ¿Dices que él te salvó?- Preguntó con confusión sin creerle en lo absoluto, ella lo encaró con la mirada mientras asentía lentamente con su cabeza- ¿Porqué el no está mojado?- Dijo cerrando sus ojos analizando bien la situación, ninguno de los dos respondió. Bulma porque en realidad no sabía cómo había entrado en calor tan rápido, y Vegeta porque no pretendía dar explicaciones a nadie, y mucho menos a un insecto de clase baja que lo humilla y lo insulta de aquella manera. Piccoro al no recibir respuesta se dispuso a largarse de ese lugar, pero se acercó lo suficiente hacia Bulma mientras le susurraba a su oído;- No digas que no te advertí- Dejándolos solos, solamente se escuchaban las gotas que caían de la lluvia y el roce de los dientes de Bulma debido a su temblor

Ninguno dijo nada, Vegeta solamente ignoraba a Bulma, pero ella se acercó a su espalda mientras le extendía débilmente el frasco de la medicina. Esta vez, él lo aceptó sin chistar ni oponerse, no tenía caso. Bulma miró con gratitud cómo se tomaba su medicina, soltando una leve risa al ver la mueca de asco que hizo al terminar. Se adentró más a la cueva mientras se acurrucaba en una esquina temblando del frío, Vegeta volvió su mirada hacia ella para luego volver a su típica postura

-No me digas que te piensas quedar- Le dijo directamente que se fuera, ella solamente se encogió de hombros mientras se abrazaba aún más sus piernas

-No puedo irme en este estado- Él volteó hacia ella, viendo que ni siquiera podía sostenerse de pie gracias a lo congelado que estaba su cuerpo. Pensó en una manera de sacarla de allí, sin tener que matarla. Se fue acercando poco a poco hacia ella, con paso dudoso de lo que iba a hacer, pero el ki de ella disminuía cada vez más, el frío la iba convirtiendo poco a poco en un hielo, él era el único fuego que podía calmarla. La levantó bruscamente, ella solamente sonrió con sus ojos cerrados al sentir que su brazo derecho iba entrando poco a poco en calor, sus piernas desfallecieron delante de él, haciéndola caer torpemente. Él la miró resignado, ¿Ahora que haría?, se la llevó a regañadientes a la esquina más oscura, para evitar que alguien lo vea en esa faceta. La acurrucó en su regazo mientras pasaba sus brazos alrededor de ella con repudio y fastidio, liberó su ki mientras la acurrucaba más en su cuerpo, transmitiéndole energía, haciéndola entrar en calor. La miró con el ceño fruncido, mientras tocaba suavemente su mejilla, dándole calor. Poco a poco fue recuperando el calor, el frío se fue desvaneciendo

Él miró hacia el horizonte evitando ver aquel hermoso rostro angelical que tenía a su merced. Pensó en Freezer, Zarbón, Doddoria, Las fuerzas Ginyu, todos se estarían riendo de él, pero a él simplemente no le importó. No se sentía incómodo estando así con ella, ¿Se sentía estúpido y furioso?, Sí, pero solamente eso. Sabía que en la solitaria oscuridad nadie podría verlo de esta manera, solamente la suave centella alumbraba aquel espacioso y amplio espacio. Cerró sus ojos esperando impacientemente a que ella entrara en completo calor, sin contar que cerca de allí, unos precavidos ojos negros observaban con total asombro aquella escena para luego dirigirse a CC


Sintió su cuerpo removerse, la miró fijamente viendo que aún no había despertado, siguió en aquella postura, habían pasado un poco más de una hora, y ella simplemente no despertaba, nadó en el mar de pensamientos, recordando todo lo que había pasado hasta ese momento, la furia lo dominó salvajemente, él solamente apretaba sin cuidado alguno el cuerpo de ella, no podía controlarse de ninguna manera, ella ya no existía para él, estaba perdido en el mundo del dolor y del sufrimiento

-Estás calentito- Dejó de apretar rápidamente aquel cuerpo tan delgado, frágil y ahora caliente, ella lo miró con una amplia sonrisa, él rodó los ojos mientras se levantaba, aún con ella en brazos- Gracias, Vegeta- Dijo tímidamente mientras se aferraba más hacia él, sintiendo aún más el intenso calor. Era una sensación exquisita, no quería bajarse de él, pero él pensaba lo contrario. Ahora si se sentía incómodo y molesto. Ella podía decir sobre estos actos, y él quedaría como un débil con sentimientos, pero obviamente él no era eso ni mucho menos. Ella solamente pensaba en guardar este gratificante momento, era un secreto entre ambos, un hermoso secreto para ella, un terrorífico recuerdo para él

Concentró su ki en sus pies, aún con ella en brazos, ella lo miró asombrada y con miedo a medida que subían lentamente- ¡Espera!- Dijo soltándose de su agarre mientras tomaba el cajón de medicinas, allí adentro estaba uno de los secretos más valiosos para ella, si él se entera se lo arrebataría de sus manos, y lo perdería para siempre, pasó su brazo libre alrededor del cuello de Vegeta esperando a que éste la cargara, pero él simplemente la miraba con la ceja alzada

-No soy una de tus naves, insecta- Dijo ante la mirada atónita de Bulma, sus cambios de humor la alteraban aún más, no dijo nada, solamente esperó que el volara para poner en marcha su descabellado plan, porque, aunque sonara estúpido, era lo único que podía transportarla nuevamente hacia su casa. Luego de unos minutos de silencio, él se dignó a elevarse lentamente, ella se aferró hacia su pierna. Él la miró anonado ante el comportamiento tan infantil de ella, se hizo el despistado, pero tenía un plan macabro, no iba a satisfacerla


-Señor Piccoro- Dijo Gohan en tono de voz preocupado, Piccoro paró enseguida su vuelo esperando la llegada de su pupilo, que no tardó mucho en alcanzarlo. Miró las hermosas montañas mientras dudaba sobre lo que iba a decir, ¿Cómo iban a reaccionar su maestro cuándo le diga aquello?, O peor, ¿Cómo iban a reaccionar ellos al saber que su secreto no estaba a salvo?, Piccoro lo miró preocupado pensando que algo le podía haber pasado a Gohan, él era para él cómo el huevo que nunca vomitó, su hijo

-Habla, Gohan- Dijo en tono serio, pero aún así protector y con preocupación, Gohan subió la mirada pensando si decirle o no. Tomó una gran calada de aire mientras se mentalizaba, sabía bien que su maestro perdía fácilmente la paciencia, así que sin dudarlo dos veces buscó las palabras correctas para decirle

-El señor Vegeta y Bulma son... Bueno, ya sabe, ¿Pareja?- Dijo llevándose la mano al mentón y viendo hacia la ajetreada ciudad analizando bien lo que había dicho pocos segundos atrás, Piccoro solamente abrió con sorpresa sus ojos mientras imaginaba que su pupilo debió de haber visto algo

-Gohan, ¿Qué viste?- Gohan lo miró haciendo una O con sus labios decidido a contarle lo que le había dicho

-Primero me tiene que prometer que no dirá nada- Dijo Gohan extendiendo su mano en señal de promesa, Piccoro la recibió mientras escuchaba con atención todo lo que decía su alumno, sorprendiéndose al imaginarse aquella faceta tan "melosa" de Vegeta. Gohan contó todo aquello con detalles, haciendo que Piccoro se hiciese ideas falsas


Disfrutaba sentir la fresca brisa de invierno rozando sus mejillas, a pesar de ir aferrada a la pierna de Vegeta, sabía que éste nunca le haría daño, lo pudo comprobar dos veces ese mismo día, cuándo fue salvada a punto de ahogarse, y cuando la hizo entrar en calor con su cuerpo. Pero aún así, no debía pasarse de lista, se confió en demasía cuando pasó el incidente de la muñeca. Pero podía ver en aquellos orbes oscuros y solitarios, que él realmente lo sentía, aunque no dijera absolutamente nada sobre el tema, supo que su manera de pedir disculpas fue sanando su muñeca. Vegeta de vez en cuando bajaba la mirada hacia su pierna, sonriendo levemente al ver aquella faceta tan infantil y divertida de ella. Odiaba admitirlo, pero dentro, muy dentro y profundo de él, en un lugar oscuro y olvidado, una pizca de agrado nacía por aquella terrícola, ella le había demostrado en tan poco tiempo que no es un ser tan insoportable; claro que a veces daba unos terribles berrinches y escándalos, pero excluyendo aquello, podía decir que le tenía un pequeño agrado

Frunció su ceño confundida al ver que debajo de ella se podía divisar a la perfección su gigante casa, pero él seguía su camino pasando de largo, sin siquiera dejarla allí. ¿Se pudo haber olvidado de ella?, No lo creía, estaba convencida de que lo hacía para asustarla, pero ella aún así mantuvo la calma, disfrutando su "viaje" en la pierna de un mercenario. No supo con exactitud cuanto tiempo duraron volando, el sol no se hacía presente así que no podía calcular la hora como una vez le enseñó su inteligente padre, pero debían ser más del mediodía, su estómago le estaba anunciando que era la hora del almuerzo

Vegeta descendió lentamente a un pequeño lugar en las montañas muy hermoso, rodeado de árboles y flores silvestre con pequeño animales. Dejó un espacio concreto para que Bulma pudiese bajar sin ningún inconveniente, ella bajó de un salto cayendo sobre la delicada y abundante hierba, Vegeta descendió sin problema alguno, aliviado de no tener más tiempo a Bulma guindada en su pierna. Ella observó el hermoso lugar, soltando un suave "Guau" que llegó claramente a los oídos del guerrero, ambos compartían la misma opinión; el lugar era muy hermoso. Duraron un tiempo contemplando el lugar, pero el estómago de Bulma volvía a avisarle que era hora de alimentarse

-¿Dónde estamos?- Dijo tratando de iniciar una conversación, no se quejaba, era un lugar muy pacífico, sólo se oían a algunos animales merodeando alrededor de ellos. Vegeta no le devolvió la mirada, bajó un poco los hombros mientras negaba paulatinamente con su cabeza, mientras seguía contemplando con admiración el paisaje. ¿Enserio no sabía dónde estaban?- Oye, ¿Tienes hambre?- Preguntó ella directamente, él asintió respondiendo aquella pregunta, suspiró mientras se dirigía hacia un riachuelo que pasaba por allí, sumergió sus desnudos pies en el agua tibia mientras cerraba sus ojos y aspiraba el olor de la naturaleza

Vegeta observó distante los actos de Bulma, recorriendo sin pudor alguno con su mirada su nívea piel, deteniéndose de vez en cuando en su cuello. Se acercó hacia ella, Bulma le dirigió la mirada al sentir sus ojos posados en ella, le sonrió coquetamente, él solamente apartó la mirada, esquivando aquellos hermosos orbes zafiros

-Espérame aquí- Le dijo sin más preámbulos mientras alzaba lentamente el vuelo, ella lo siguió con su mirada hasta perderle de vista, solamente aquellas dos palabras bastaron para darle explicaciones, era un gran avance que él comenzara una "conversación", sentía que no la iba a dejar sola en este lugar, además, si dura mucho tiempo podía sentir su ki con el scouter, ¿No?, al menos le consolaba saber que contaba con aquello y no estaba perdida del todo. Siguió contemplando el hermoso riachuelo, de vez en cuando algunos animales pasaban con sus respectivas parejas ocultándose de la lluvia, alzó su rostro mientras sentía las gotas de agua caer sobre ella, sus tibias lágrimas se mezclaban en el agua fría que caía, ella se levantó para ocultarse de la lluvia mientras recordaba a su novio


Colgó su teléfono por quinta vez mientras suspiraba preocupada, ¡Era la quita vez que llamaba a su hija¡, siempre pasaba lo mismo; esperar un rato para luego ser enviada a la contestadora y luego al buzón de mensajes, su esposo dejó a un lado su invento mientras establecía contacto visual con ella. Sus ojos azules cómo los de su hija se encontraban bien abiertos, su cabello largo caía suavemente sobre su espalda, su ceño bien fruncido, sus manos jugando con su teléfono nerviosamente, era extraño para cualquiera ver a Bunny tan preocupada y seria, a excepción del señor Brief, ella conocía la verdadera personalidad de Bunny, tan inteligente y perceptiva. ¿O acaso creían que un científico tan prestigioso e inteligente se casaría con una rubia sólo por su belleza?, La verdad era que su inteligencia lo sedujo, su personalidad despistada era para que ciertas personas se desenvolvieran con ella, y a veces hablaban de más, haciendo que ambos, o al menos ella escuchara cosas que nunca quiso oír, y solamente porque las personas pensaban que ella las tomaría a la ligera

...

El sol quemaba aquella gran ciudad, un día domingo perfecto para ir a la playa. La señora Brief dio esa idea para pasar un buen tiempo de calidad con su hermosa hija y su amado esposo, ambos gustosos aceptaron. Todo era tan bueno, ¡Al fin su familia estaría junta!, sin estar cada quien en su respectivo laboratorio, o en su caso en la cocina. Pero, todo lo bueno, tiene una parte mala, en su caso; era el novio de su hija. Sabía de sobras las infidelidades de aquel joven, y sabía que todas las veces su hija lo perdonaba, ni a ella ni a su padre le gustaban aquel joven, pero a regañadientes lo aceptaban por el bien de su hija

Veía sonriente a su esposo e hija, jugando como hacía varios años atrás, perseguían y se lanzaban la pelota mientras compartían risas y bromas. Se decidió meter un rato a el mar, detrás de ella venía su yerno, que pocos momentos atrás se encontraba a su lado observando a su novia y suegro. Soltó su cabello mientras se hundía en el mar, al parecer él hacía lo mismo que ella, se dio la vuelta decidida a alejarse un poco más de él, Yamsha la tomó por la cintura mientras la atraía un poco hacia ella, pero para su suerte o para la suerte de ambos no se notó gracias a el mar que dejaba todo borroso, su hija se acercaba hacia ellos junto a su padre, ajeno a todo lo que pasaba entre él, ya que su madre hacia movimientos sutiles para quitárselo de encima

-¿Quieren unos helados?- Dijo con entusiasmo su hija mientras se sumergía en el agua enviándole una mirada provocativa a su novio a medida que bajaba, pensando que su madre no se percataría, pero ella notó claramente la doble intención en aquella acción, Yamsha asintió, Bunny se acercó hacia su hija mientras se alejaba del agarre de su yerno

-Te acompaño hija, no creo que puedas con todo tu sola- Dijo cómo excusa, pero para su infinita desgracia, su esposo se ofreció y ella solamente asintió no muy convencida de quedarse nuevamente a solas con aquel tipo, vieron cómo lentamente se iban alejando nuevamente hacia la mini heladería

-A Bulma le queda muy bien aquel traje de baño ¿No?, le luce sus hermosas figuras- Dijo tratando de tocar un incómodo tema, Yamsha miró con lujuria el cuerpo marcado de Bulma, para luego pasar su misma mirada deseosa hacia Bunny, que se encontraba de perfil a él observando a sus dos amores, sintió cómo una tibia mano se posó por su cintura acercándolo hacia él, acercó su boca hacia ella peligrosamente cuando Bunny volteó a verlo, ella simplemente esquivó aquel terrible accidente, Yamsha no se movió, siguió su camino hasta acercarse lo más que pudo para poder susurrar algo

-Bulma es hermosa, pero usted, opaca a Bulma en todos los sentidos- Dijo con voz seductora, Bunny lo miró nuevamente mientras le daba una pequeña carcajada tonta, pero por dentro sentía que una furia le carcomía, quería matar con todas sus fuerzas a aquel hombre que se encontraba sujetándola por la cintura, su hija llegó viendo con una sonrisa a su novio y a su madre, Yamsha se fue con su novia, pero su descaro era tan grande, que de vez en cuando le hacía señas provocativas y le guiñaba el ojo, ella solamente le respondía con una sonrisa, haciéndose la inocente

...

Y, por supuesto su esposo se enteró de todo lo sucedido. Ha tratado de convencer a su hija de estar con cualquier hombre, así sea el cruel Vegeta, porqué sabía a la perfección que él podría ser de todo lo que su hija y sus amigos dijeran, pero para ella era un caballero; sabía que no le sería infiel a su hija. Pero Bulma seguía con sus ojos vendados a la realidad, seguía enamorada locamente de aquel tipo que la dañó tantas veces

-¿Porqué no intentas llamar a casa?- Dijo él pasando el teléfono del hotel a su esposa, para que marcara a su casa. Esperó pacientemente que contestaran, hasta que una voz grave y enojada le contestó

-No molesten-

-Piccoro espera, soy la mamá de Bulma- Dijo antes de que Piccoro cortara la llamada, escuchó la respiración a través del teléfono, había llamado la atención de aquel ser verde con aquella frase- ¿Bulma se encuentra?- Dijo ella con dudas, ¿Era buena idea preguntarle a un ex-villano por su hija?

-No-

Le respondió cortante y seco, ella frunció aún más el ceño, le parecía extraño que no estaba en su laboratorio o en su casa, no le gustaba salir por las agobias de la prensa- Ya veo, ¿Sabes si salió?- Preguntó por segunda vez, Piccoro chasqueó la lengua, solamente respondió aquel aparato para salvar su sensible oído y el de sus compañeros, ¿Porqué no lo había destruido?

-Si-

Bunny frunció aún más su ceño, pero mantuvo la calma esperanzada de que pronto volvería, ya extrañaba a su hija, ¡Y eso que habían hablado en la mañana!, Antes de que fuera a ver a Vegeta, golpeó su rostro esperando no escuchar el nombre del joven luego de ésta pregunta- ¿De por causalidad sabes con quien salió?- Dijo mientras jugaba con sus cabellos, escuchó la respiración alterada de Piccoro, duró unos segundos en completo silencio, para luego soltar la respuesta

-Está con Vegeta-


Vio la extrañes en sus ojos antes de irse, raramente se sentía cómodo junto a ella, ¡Era algo que estaba empezando a odiar!, Pensó en ella en el transcurso de su viaje, una voz dentro de él le preguntaba sin parar repetidas veces, ¿Enserio quieres matarla?, Se negaba con firmeza, ¡Claro que quería matarla!, Sólo que por ahora no le convenía, cuándo derrote a Kakarotto y a sus amigos, iría por ella, ella sería la última en ser destruida en toda la raza humana, quería hacerla sufrir, quería hacerla sentir insegura y temerosa, quería que se escondiera de él, quería encontrarla, quería matarla. Cerró sus puños fuertemente, aquella idea simplemente ya no le agradaba como antes

¿Dónde estaba su sed de venganza?, ¿Dónde había quedado aquel odio por la raza terrícola?, ¿Dónde se escondió aquel hombre cruel y mercenario?, ¿Dónde?, Seguían allí, todo estaba allí, nada había cambiado, su venganza seguía intacta y con más intensidad. Su odio cada vez más fuerte. Su mercenario más vivo que nunca. Todo seguía allí, excepto las ganas de asesinar a aquella científica, no podía luchar contra aquello, aquella fuerza invisible que hacía le hacía tomar cierto agrado hacia la terrícola

Lanzó un rayo mientras mataba a aquel jabalí, lo montó en sus hombros emprendiendo vuelo nuevamente hacia el lugar en el que estaba hace momentos atrás. Los rayos caían fuertemente encima de él, era lo único que alumbraba al oscuro cielo, los truenos era el único sonido, todo era tan tranquilo en el aire. Llegó al lugar dónde se encontraban antes, había una fuerte lluvia, miró a su alrededor pero no encontró a la peliazul, pensó que se estaba refugiando de la lluvia, era casi que imposible que saliera en su búsqueda o quisiera huir de él, se perdería muy fácilmente. Se concentró hasta que encontró el diminuto ki dentro de una pequeña cueva, sonrió de medio lado mientras se adentraba en ella. Podía ver el acurrucado cuerpo en un rincón de la pequeña cueva, hizo una bola de ki mientras la mantenía en su mano alumbrando en lugar. Se acercó hacia ella mientras pasaba su mano enguantada en aquellos sedosos cabellos, apartó un poco el flequillo de su rostro, frunció su ceño al verla dormir tan serenamente, suspiró mientras echaba el jabalí lejos de ella y con sumo cuidado para evitar despertarla, puso su mano encima del animal muerto mientras transmitía energía cocinándolo al instante

...

-Oye, ¿Tienes hambre?

...

La voz de ella y aquella frase retumbaba en su cabeza cuando estaba dispuesto a comerse aquel gran animal, sentía algo de, ¿Culpa, molestia? al no despertarla para que probara un bocado, apretó los dientes mientras maldecía. Se agachó hasta quedar a la misma altura que ella, concentró su fuerza, llevándola a un total de uno, no quería provocar nuevamente un incidente, la zarandeó con suma delicadeza y sin ninguna fuerza, ella abrió los ojos débilmente cerrándolos al instante cuando su mirada se posó en la luminosa esfera de energía. Abrió nuevamente los ojos para encontrarse con la penetrante mirada de Vegeta, se sentó observando nuevamente el lugar, estaba lloviendo, poco a poco iba recobrando la consciencia. Vegeta se levantó mientras asentía levemente, le dio la espalda mientras se dedicaba a devorar su comida. Ella se acercó con paso dudoso, sinceramente tenía un hambre atroz, y al parecer este bruto nunca iba a llevarla a su hogar. Vegeta le extendió la mano dándole un pequeño pedazo de carne, al menos para él. Ella lo tomó gustosa mientras lo comía con elegancia

-¿De dónde lo sacaste?- Preguntó con dudas mientras comía un trozo de aquello, no tenía mal sabor, de hecho sabía bastante bien, pero aún así la duda de saber de dónde lo encontró era mucha. Pensó que había asaltado una carnicería, soltando una suave sonrisa al imaginarse los rostros llenos de espanto y temor de las personas, pero por otro lado sabía que eso era casi imposible, Vegeta era muy rápido cuando volaba, pero aún así, la ciudad quedaba demasiado lejos y el regresó en menos de quince minutos

-Lo maté y cociné yo mismo- Dijo con aire de soberbia sin dirigirle la mirada, solamente veía la lluvia caer, ella miró algo asqueada aquel pedazo que tenía entre manos, Vegeta era un salvaje, un hombre que se acostumbró a comer de lo que sea, así que no sabía lo que estaba comiendo, ¡Ni siquiera sabía si estaba en buenas condiciones!, Vegeta se dio cuenta de la mirada confusa y con repudio de Bulma hacia su comida, entrecerró sus ojos mientras se acercaba hacia ella. Tomó con menos brusquedad su muñeca mientras acercaba aquel trozo de carne a sus labios

-¡Hey!, ¿Qué haces?- Preguntó molesta al ver que Vegeta le daba un mordisco a su comida, él seguía tomando su muñeca mientras le propinaba otra mordida a la comida de la científica que lo miraba molesta

-Sé que no te lo vas a comer- Habló cerca de su muñeca, mientras la veía debajo de sus pestañas. Sus labios rozaron sus delgados dedos, haciendo que ambos se sonrojaran al sentir aquel minúsculo y leve contacto, sintió cómo su cuerpo se estremecía, ¿Qué brujería le había puesto?, ella solamente se sonrojó aún más cuando Vegeta terminó de comerse su trozo y deslizó las yemas de sus dedos con delicadeza por aquel brazo, él terminaba de comer tranquilamente sin prestarle mucha atención a la última caricia que hubo entre ambos, pero ella, era un caso completamente distinto. Pasaron un par de minutos, y ella seguía pensando en el roce de sus labios con sus dedos, y en el roce de sus dedos con su brazo

La lluvia era mucho menos fuerte, ambos salieron de aquel pequeño y apretado lugar, ambos compartían una misma idea; les encantaría volver a venir. La imagen de su accidente le vino a su memoria cómo un relámpago en medio de la oscuridad, se acercó hacia él mientras se posaba a su lado, ambos veían el pequeño riachuelo, ella respiró hondamente mientras se volteaba hacia él,- Gracias- Dijo en un suave susurro esperando una respuesta un un gesto de su parte, Vegeta frunció el ceño confundido tratando de descifrar el porqué de aquel gracias, ella con sólo ver su ceño fruncido se dio cuenta de que no sabía porque le había dado las gracias,- Gracias por salvarme- Él miró a Bulma, ella le dio el perfil pero por alguna razón el continuó observándola detenidamente

-Te necesito- Sus palabras eran suaves, pero su tono de voz era gélido y amargo cómo siempre. Ella sonrió inconscientemente al escuchar aquellas palabras, se repetía mentalmente; "me necesita, me necesita, me necesita", Bulma pensó que la necesitaba a ella cómo persona, porque era la única que lo comprendía, o al menos eso trataba de hacer, en aquel mundo de extraños, en aquel planeta extraño. ¡Oh, pero qué equivocada estaba!, Él la necesitaba sólo para cumplir sus deseos de venganza. Ella pensó que ya estaba ganando un lugar en el corazón de aquel despiadado príncipe, pero su corazón estaba tan gélido que ni el calor más intenso podría quemarle. Estaba tan agrietado, a punto de hacerse añicos, Vegeta prácticamente no tenía corazón, tenía un agujero negro lleno de odio y maldad, y aún así, ella inocentemente se hacía las ilusiones de haberse ganado un puesto en aquel inexistente corazón sólo por aquellas dos palabras que salieron sin ser medidas por él. Vegeta subió un poco dejando un espacio concreto entre ambos, ella tomó su indispensable cajón de medicinas mientras se aferraba nuevamente en la pierna de Vegeta, le dio una sonrisa divertida, que extrañamente fue correspondida con una leve sonrisa ladeada, sentía que un huracán arrasaba dentro de ella, ¡Al fin estaba adentrándose en aquel corazón!, pero nuevamente se volvió a equivocar. Aquella sonrisa no fue si no una sonrisa de maldad, maldad pura y odio, ambos interpretaban diferentemente las cosas. Ella le veía el lado bueno a todas las cosas, se confundía con las señales que le enviaba aquel hombre, estaba segura de que eran señales de afecto, o al menos de agrado. Pero él, le enviaba miradas de fuego y sonrisas macabras que ella interpretaba de otra forma


Al fin había llegado a su añorado hogar, ambos siguieron en la misma dirección, caminaron un largo rato por todas las instalaciones de su gigantesca casa, recorrieron el largo e interminable pasillo, pero ninguno dijo una sola palabra. Abrieron al mismo tiempo la puerta de sus habitaciones, se adentraron en ella y antes de cerrarlas, sus ojos se encontraron por un efímero segundo. El bien y el mal, el blanco y el negro, el amor y el odio, azul y negro. Tan distintos pero a la vez tan parecidos, una combinación perfecta, sólo que ellos no lo sabían

Ella se acostó en su cama mientras ponía los mensajes de voz que su madre preocupadamente le había mandado


-Hijo, ¿Podrías pasarme los planos XT21?- Preguntó la peliazul mientras miraba con ternura a su hijo. Podía ver el reflejo triste e impotente en aquel vidrio roto de la ventana, sus puños apretados al igual que su mandíbula y su ceño bien fruncido. La copia exacta y perfecta de su padre, era innegable que era el hijo de Vegeta. Relajó su semblante mientras le enviaba una mirada compasiva a su madre, trabajaba día y noche por varios años para lograr la tan anhelada máquina del tiempo, pero hasta ahora su esfuerzo había sido en vano, no había podido ayudarla en nada, su trabajo hasta ahora ha sido velar por el bien de cada habitante de la tierra que se encontraba con vida, velar por derrotar a aquellos androides y sentir por fin lo que es vivir en un ambiente de paz. Día y noche rezaba para que el esfuerzo de su madre valiera la pena y le aseguraran un excelente futuro a cada persona, pero hasta a ahora todo ha sido una pérdida de tiempo

-XT21...-Susurró para sí mismo mientras buscaba en las desordenadas carpetas del laboratorio los planos, miró con triunfo aquellos planos mientras se lo entregaba a su madre. Ella se dio un leve masaje en la sien mientra se sentaba con cansancio, llevaba poco más de dos días sin dormir, ignoraba las advertencias de su hijo, pero ahora su cuerpo le exigía un buen descanso. Su hijo tomó asiento a su lado mientras le extendía un vaso con zumo de naranja, ella lo aceptó gustosa mientras observaba lo que quedaba de lo que en un pasado muy lejano fue una hermosa y lujosa mansión

-¿Cómo era Goku?- Preguntó con curiosidad Trunks, había oído hablar de él, pero su madre nunca le dio una charla acerca de aquel guerrero, pensó que tal vez se debía a que aún lo extrañaba o se le hacía difícil hablar de él, pero ahora que iba a viajar al pasado, necesitaba saber lo más que podía de aquellos hombres, que un día fueron defensores y salvaron más de una vez al mundo

-Goku...-Dijo ella en un suspiro mientras alzaba su mirada hacia los suaves rayos solares que poco a poco eran tapados por las nubes grises. Tenía tanto que contarle a su hijo sobre Goku y sus amigos, ya era hora de que sepa todo, tenía esperanzas en que su nuevo invento iba a funcionar, así que estaba más que decidida a contarle aquello a su hijo que desgraciadamente no tenía recuerdos lúcidos sobre su mejor amigo- Era un hombre muy noble, salvó muchas veces al mundo, siempre tenía su inocente sonrisa, recuerdo que un día llevó a un pequeño a Kame-house, ese era su hijo Gohan...- Trunks escuchaba con admiración asintiendo de vez en cuando, le importaba saber sobre todos aquellos guerreros que dieron sus vidas para salvar al mundo, pero siendo sincero, le interesaba más que todo conocer a su padre, ¿Cómo era?, ¿Porqué Gohan dijo que fue malvado?, ¿Acaso lo quiso?, ¿Amó y trató bien a su madre?, Ella nunca le contaba sobre aquello, siempre decía la misma frase cada vez que le preguntaba sobre su padre

Vegeta era distinto


Terminó de escuchar los mensajes de voz de su madre, sonrió divertida mientras se levantaba, ¡Su madre era un caso seriamente perdido!, marcó su número esperando que Bunny respondiera

-Bulma, ¡Querida, hola!- Escuchó al otro lado de la línea, se alivió al escuchar la voz de su madre, no pensó que diría esto; pero la extrañaba, desde que ambos se fueron la casa había estado en completo silencio y tranquilidad, los namekianos seguían afuera maravillándose con sus plantas y algunos pequeños inventos que le dejó su padre para la distracción. Habló unos largos minutos con ella mientras le preguntaba cómo estaba todo, estaba muy concentrada en la conversación. Algo raro en ella fue su tono de voz, no estaba tan alegre y extasiado cómo habitualmente era. Unos largos y monótonos silencios habían de vez en cuando, era raro que su madre dejara de contestar o hablara tan tímidamente, Bunny siempre hablaba hasta por los codos, así que sabía que algo mal estaba pasando, le alegraba saber que no duraría mucho sacando información, su madre era tan despistada que decía todo con información adicional y de más. Escuchó la sonrisa nerviosa de su madre al otro lado de la línea al comentarle sobre su extraño tono de voz- Hija- Bunny se las arrgló para hacer que su hija dejase de preguntar sobre su extraña actitud, cambió rápidamente el tema antes de que Bulma volviera a preguntar- Tu padre ganó nuevamente el premio a el mejor invento, además fue nombrado cómo el mejor científico de todo el muno, otra vez- Dijo en completo asombro y tono alegre, rezando internamente para que su hija dejara de preguntar sobre aquello, Bulma asintió fastidiada mientras soltaba una falsa expresión de alegría y asombro, aún así sabía que su madre no estaba de esa manera por el triunfo de su padre, desde que tenía memoria el Doctor Brief había sido denominado el mejor científico, siempre ganaba en todas aquellas convenciones, al igual que ella, y su madre nunca tomó una actitud extraña como en ese momento

-Mamá, ¿Hay algo que me quieras decir?- Fue directo al grano con aquella pregunta, nuevamente el silencio se apoderó de ambas, sólo escuchaba la respiración nerviosa de la rubia, ahora sabía que no tenía que haber preguntado, por que sí había pasado algo. Pero ya había lanzado la bomba, ahora sólo esperaba la respuesta. Puso su teléfono en altavoz mientras se dirigía hacia su baño, frenando en seco al escuchar la pregunta de su madre

-¿Qué hacías con Vegeta?- Su tono de voz se hizo un poco más serio, ¿Cómo sabía aquello?, ¿Quién le dijo?, Sonrió nerviosamente mientras ponía rostro de asombro, miró un momento la blanca pared esperando a que su mente idealizara una respuesta creíble, pero no se le ocurría nada, tenía pensado decirle parte de la verdad, omitiendo claro aquellos toques y roces, era pan comido confundir y engañar a su madre, o eso esperaba ella


-¿Qué hacías con Vegeta?--¿Qué hacías con Vegeta?--¿Qué hacías con Vegeta?-

Aquella frase de tan sólo tres palabras retumbó en sus oídos, ¿Cómo sabía que estaba con ella?, ¿Acaso era una bruja también?, Miró con determinación a la terrícola, esperando a que dijera otra cosa, sin tocar el tema. Sonrió divertido al ver la cara de confusión y asombro de Bulma, sabía que estaba perdida, no sabía que responderle a la rubia. Se elevó un poco más para ver mejor la escena, siguió en su escondite escuchando y viendo todo mejor. Sintió el suspiro derrotado de la terrícola, sabía que iba a hacer, o mejor dicho, sabía que iba a decir. Antes de que articulara una palabra, voló rápidamente hacia ella mientras tomaba el teléfono con sus manos y lo hacía añicos. No se iba a arriesgar a que descubrieran aquellos actos tan miserables y débiles que cometió hace poco más de unas horas, Bulma miró a Vegeta con agradecimiento, ¡Primera vez en su vida que estaba feliz por la llegada repentina de Vegeta!, por ahora tenía un problema menos. Vegeta la miró con rostro de advertencia, ese era SU secreto, no tenía que divulgarlo con sus escandalosos padres, ella le dio una sonrisa tranquilizadora mientras guiñaba su ojo, él frunció el ceño mientras salía de aquella habitación, dejándola nuevamente sola

Se adentró a su baño mientras miraba la hora: 04:33 PM, se tenía que dar prisa, había acordado a ir a cenar a casa de Milk a las 05:00 PM, Le quedaba menos de una hora. Se dio un baño rápido mientras buscaba que ponerse en su armario, un pantalón de jean bien ajustado, sandalias casuales doradas y una camisa blanca con líneas en dorado

Se subió en su nave, revisando nuevamente el clima, nublado nuevamente. Decidió irse en su automóvil, no quería pasar nuevamente por aquel terrible accidente, estaba segura que ésta vez no contaría con la misma suerte de ser salvada por Vegeta. Luego de un largo tiempo en auto, al fin se podía divisar aquella pequeña casa ubicada en la colina. Se adentró en ella siendo recibida por el saludo y la sonrisa tan noble de Milk

-¡Milk!, Tenía tanto tiempo sin venir a cenar- Dijo sonriendo mientras se acercaba para abrazar a Milk, la pelinegra le recibió el saludo mientras la invitaba a pasar. La acogedora y pequeña casa siempre la hacían sentirse bien, alejada de la ciudad, era un hermoso lugar para vivir en familia. No habían ruidos de autos, ni de fábricas, sólo el sonido tranquilo del viento y la naturaleza

-¿Quieres un café?- Le preguntó amablemente la morena

-Sí, por favor- Dijo Bulma con una sonrisa. La esposa de Goku se adentró en la cocina mientras le traía la pequeña taza a su amiga, ambas se dirigieron a el living, mientras le daban pequeños sorbos a su café, sin hablar por ahora de ningún tema

-Y, ¿Qué te trae por aquí?- Preguntó extrañada la más joven, casi siempre eran ellos los que iban a casa de Bulma, sea para una lujosa y duradera fiesta, o una pequeña y sencilla reunión. Bulma dejó la taza en la pequeña mesa baja de vidrio decidida a responder la pregunta de Milk

-Milk, ¿Cómo entiendes a los saiyas?- Preguntó cómo respuesta, Milk dejó su taza en la misma mesa mientras posaba su dedo índice en su mentón y miraba al techo, era la primera vez que alguien le hacía aquella pregunta. Bulma sabía que no había nadie mejor que Milk para responderle sus preguntas sobre los saiyas, ella vive con un saiyajin de raza pura y un niño híbrido, así que tenía que tener experiencia con ello

-Pues, comida, la clave para todo es comida. A veces hay que sobornarlos con comida- Dijo encogiéndose de hombros, Bulma frunció el ceño, eso no le decía mucho. Milk ladeó la cabeza, ¿Desde cuándo tenía interés en ese tema?, abrió nuevamente la boca para seguir con su charla de la comida y los saiyas- Si te dan parte de su comida, ¡Ja!, Te tienes que sentir especial, es casi un desafía que un saiya comparta su comida- Dijo con experiencia, tratando de aliviar el ambiente, esperó que aquello le causara gracia a Bulma, pero ella sólo siguió con su mirada completamente perdida, estaba muy extraña a decir verdad-¿Qué sucede, Bulma- Preguntó la pelinegra mientras la veía, ella volvió en sí mientras reía nerviosamente. Cambió rápidamente el tema, luego de una larga charla fueron rápidamente a la cocina para hacer la cena, pronto llegaría Gohan, y ese era igual de insoportable que Goku cuando tenía hambre

-Hola mamá- Dijo agotado debido a el entrenamiento que tuvo minutos atrás con su maestro, sus ojos se abrieron de par en par cuando vio de espaldas a Bulma, agradeció internamente que ambas mujeres estaban distraídas en la cocina charlando, tomó asiento esperando la comida mientras calmaba su mente de los cortos recuerdos de lo que había pasado momentos atrás con aquellos dos

Ambas mujeres se sentaron en la mesa, Milk al lado de Gohan y Bulma enfrente de él, Bulma lo saludó afectuosamente, él sólo se limitó a darle una pequeña sonrisa nerviosa. Frunció el ceño, todo el mundo estaba raro ese día. La cena transcurrió normal, Gohan evitaba las miradas de Bulma, mientras que ella y Milk hablaban animosamente ajenas a todo pensamiento que transcurría en la alocada cabeza del joven

-Gracias por la cena Milk, ¡Estuvo deliciosa!- Dijo Bulma mientras se despedía de ambos, Milk asintió agradecía mientras le daba un pequeño abrazo. Ladeo su mano e señal de despedida mientras se montaba en su auto para dirigirse a su casa. Dejó atrás el pequeño bosque para alumbrar la ciudad, igual de ajetreada que siempre. Llegó a su casa, mientras se adentraba directamente hacia su habitación. No se cruzó con nadie en su camino, para su buena suerte. Estaba agotada, se cambió su ropa casual a un pijama mientras se acostaba en su cama

Vegeta le extendió la mano dándole un pequeño pedazo de carne- Te necesito -Si te dan parte de su comida, ¡Ja!, Te tienes que sentir especial, es casi un desafía que un saiya comparta su comida

Cerró sus ojos mientras recordaba cada palabra de aquellas frases, saboreando y analizando cada momento que pasó de aquel interminable y ajetreado día. Sólo esperaba que el día de mañana fuera mejor

-Te necesito- Susurro recordando aquellas dos palabras que él había dicho, sonrió mientras suspiraba y cerraba sus ojos, para caer presa del sueño

Escuchó con atención aquellas dos palabras, golpeándose mentalmente por haberlas dicho. Cerró la ventana del balcón al ver que la terrícola ya había caído en los brazos del sueño, se fue de allí, pensando en todas las estupideces que había hecho ese día, sin duda alguna salvarla fue una de ellas

Continuara

N/A; Uff, jaja. Bueno, ya estamos en el cuarto capítulo, como dije antes perdón por no actualizar tan seguido, me hubiese gustado pasarme día y noche escribiendo para ustedes de verdad. Peero, al parecer mi universidad está celosa, no me deja tranquila con la computadora xD, siempre me llama!

Le doy gracias a toodos, de verdad por sus hermosos reviews, han sido un gran apoyo para mí

annabelgonzalez92; Graaaacias por tus reviews, por ser una seguidora fiel y por leer todos mis capítulos, un beso linda!

ella123456; Gracias también por tus reviews. Sinceramente tu comentario (de la muñeca de bulma y eso), me ayudó mucho en el tercer capítulo, me inspiré en él cuando Vegeta cura la muñeca de Bulma. Jajajaja, graacias por seguir mi historia

Nos leemos luego amigos!