N/A: Para empezar, quiero decirles que estos personajes no me pertenecen en lo absoluto, son obra del maestro Akira Toriyama, algunos personajes si son de mi obra. Este fanfic lo tenía en una anterior cuenta (Sara0909, no esperen más historias de allí), pero debido a problemas en el e-mail no pude ingresar más, así que pienso seguir todos los otros fanfics en esta cuenta. Se aceptan todo tipo de críticas, opiniones o reviews, no sean crueles, es mi primer fanfic, espero que les guste y me ayuden con los comentarios. PD; Le haré algunas mejoras al fic;)

-O-O-O-O-O-

Maldición, este estúpido planeta se está desmoronando, y estos brutos aún así dejan solo a una dama tan frágil como yo, ¿Acaso no tienen cerebro?, ¡Ay!, por kami, que haré ahora,tengo una larga vida por delante como para morir en un lugar así, no hay peor día que este. Pero todo esto es mi culpa, yo y mis malditas ganas de venir a ayudar, si no, estuviera en la tierra feliz con la chillona de mi madre, deleitándome de uno de sus platillos

-¡Bulma, Bulma!- ¡Es Gohan!, Abro la nave rápidamente por el panel de control. Siento un alivio y una emoción muy grande al verlo vivo, sano y salvo. No podría soportar a la histérica de Milk si le dijera que a su hijo le pasó algo. ¡Oh, no!, ¿Dónde está Goku?, No quiero ni pensar que una de las causas de que el planeta esté en estas condiciones, es gracias a el. Quiero escuchar unas palabras consoladoras de Gohan, que me diga que su padre pronto vendrá, pero, al contrario de mis expectativas, solo recibo la mirada seria de el joven y el ceño fruncido, al parecer lo que va a decir pronto no es muy bueno. Mi intuición me lo dice

-Despega la nave- Su voz sonó algo intimidante, me hace algo de gracia ya que Gohan no es un chico serio, al contrario, se podría decir que esta es una de sus bromas para aliviar el tenso ambiente, así que no me muevo, y solo le contesto con una pequeña sonrisa, esperando a que el hiciera lo mismo, pero nada. Sigue ahí con semblante serio, y veo que todo esta tomando un rumbo inesperado, ¿Qué sucede con Goku?

-¿Tu padre no vendrá?- El solo negó lentamente y bajo la mirada. Nos quedamos así un momento que parecía infinito, solo se escuchaban las explosiones provenientes del planeta que hacía que la nave se sacudiera violentamente, haciendo perder mi equilibrio y haciéndome caer al instante, dejando derrumbar un pequeño libro de álbum que lleve para no sentirme tan sola en este planeta. Si era cierto que estaría con dos amigos muy especiales para mí, pero ellos estarían con otros asuntos, y yo no pretendía quedarme sola en la nave, aburrida, sin hacer absolutamente nada. De repente, la cara de Gohan se horrorizó, y de un momento a otro, liberó parte de su ki para empezar a volar, pero antes, extendí lo más rápido posible mi mano y lo detuve al alcanzar una tela proveniente de su traje

-¿A dónde pretendes ir?, El planeta se derrumbará, debemos irnos

-Es mi padre- Dijo, para luego fugarse de mi alcance, no hice más nada, solo lo vi desaparecer en el infierno de lava que se estaba formando en ese planeta. Suspiré resignada y unas cuantas lágrimas de estrés empezaron a salir, no podía irme y dejar que el hijo de mi mejor amigo muriera aquí, tampoco quería quedarme y morir sola en esta nave. Moví las manos en el suelo mientras hacía figuras imaginables para no pensar en la catástrofe que se estaba formando allí afuera, de pronto algo se topó con mi mano, era el libro de álbum, y, sin más que hacer, lo abrí para tener un buen momento en medio del desastre. Me dolió ver una foto en la que aparece Yamsha con un helado en la mano que se estaba derritiendo, y en su hombro estaba Tama, lamiendo su camisa de los restos de helado que se encontraba ahí. Todo parecía ser tan perfecto antes, sin preocupaciones, sin viajes extraños a planetas extraños, con gente extraña. Sin tristezas. Todo era paz

-Yamsha...-Suspiró para seguir viendo el álbum


No puede ser, nunca había sentido un ki tan inmenso como este, ¡Maldición!, En estos momentos agradezco al padre de Bulma por construirme la máquina de gravedad.

-Eres patético, Goku. Me das lástima- Dijo el emperador del mal, en un intento en vano de ofender a Goku

-Te daré una buena definición de patético. Un villano como tú peleando para ser vencido- Dijo el Saiyayin mientras lanzaba un ataque de ki, para luego golpearse violentamente con la lagartija. Patadas, puñetazos, ataques, todos fueron esquivados por Goku

Se concentró un momento, ese no podía ser el ki de... Vegeta, Maldita sea, ¿Qué hace aquí?, Lo miré pude captar a donde se dirigía. Polunga, ¡Oh, no! Su deseo de vida eterna

-¡Vegeta!- Gritó fuertemente, haciendo que el moreno parara en seco, pero al ver que se dirigía hacia Polunga, siguió rápidamente su camino, no iba a permitir que Kakarotto arruinara su deseo

-Tienen tres deseos, apresúrense- Una voz grave retumbaba por todo el planeta que pronto acabaría

-¡Papá!- Gohan se dirigía hacia Goku, al ver que necesitaba ayuda. Su ira aumentó en demasía, ¿Qué hacía Gohan allí?, Le dejó muy claro que se fuera con Bulma de este planeta

-¡Te dije que te fueras!- Gritó. Nunca había visto a su padre en este estado. Siempre pensó que era el hombre noble de cabellos alborotados y sonrisa ingenua. Pero esta era la cara de la otra moneda. No le importaría lo que diga su padre. Necesitaba ayuda, y el estaba ahí para eso

-Te vine a ayudar, papá- Expulsó todo su ki preparándose para la pelea

-Te dije que te fueras- Esta vez gritó aún más fuerte. No le agradaba del todo gritarle a su único hijo, pero era necesario. Lo que menos quería era ver explotar al planeta junto con su hijo y su mejor amiga. Gohan solamente obedeció a su padre, no tenía nada más que decir, ya veía que estaba de sobra, además, dejó sola a Bulma, y seguro acabaría el planeta con sus escándalos si algo la asustaba. Al ver que su hijo emprendía el vuelo, se dispuso a pedir el deseo que tenía en mente

-¡Dende, deseo que todos los habitantes del planeta namek, excepto Freezer y yo, regresen con vida hacia la tierra!- Dende asintió con la cabeza y se apresuró a pedir el deseo, ya que venía un furioso Vegeta hacia el

-Avishta Goku monocanco, Freezer Butla antu Piccolo dablirobe Polunga- El dragón iluminó sus ojos, para luego hacer desaparecer a Vegeta y a Dende, junto con todos los demás habitantes

-Su deseo ha sido concedido, todas las personas habitantes de este planeta exceptuando al que llaman Goku y Freezer han sido transportados a la tierra con vida- ¡Genial!, Ahora podré liberar todas mis fuerzas


¡Maldición!, ¿Qué hace aquí?, Otra vez regresó al planeta débil, Estúpido Kakarotto, piensa que por salvarnos de Freezer le perdonaría la vida tan fácilmente. Ja, pobre insecto. Se ha ganado mi ira, ¡NADIE LE QUITA LA VENGANZA AL PRÍNCIPE DE LOS SAIYAYINES!, Y menos una insignificante basura como lo es él. Yo soy quien tiene que derrotar a la marica lagartija. Tengo que ser yo el que vengue a toda mi gente y a mi planeta, ¿Acaso piensa que yo soy tan iluso como para creer que fue un simple meteoro?, Pues no. Mi venganza contra él ha sido planeada durante vario tiempo. Le daré la muerte más lenta y dolorosa, pedirá compasión y piedad, llorará del dolor y lo veré desangrarse bajo mis manos, pagará por la muerte de toda mi raza, y NADIE impedirá que le dé una muerte tan horrible que ni el mismo diablo sería capaz de dársela

-...Las hojas se encendieron, es una buena señal- Dijo Bulma mientras los namekianos la rodeaban sorprendidas, pero de repente, una oleada de aire apagó el fuego de las hojas, su última esperanza. Las hojas decían que Goku no volvería, pero algo dentro de ella le decía que su mejor amigo estaría bien y que llegaría con su típica sonrisa

-¡PAPÁ- Gohan gritó al vacío, liberándose de una pequeña parte de la impotencia que sentía al saber que su padre estaba en peligro y le ponía de mal humor saber que no podía hacer nada. Debió ser más insistente, quizá ahora estaría peleando junto a su padre con el emperador del mal. Gritó sabiendo que su padre no lo escucharía, pero aún así valía la pena intentarlo

Ya habían pasado algunos minutos, se enteraron que no podrían resucitar a sus amigos, ya que tenían que aparecer en el mismo lugar en el que murieron, y el planeta namek, ya era escombros galácticos. No sabían que hacer, la desesperación los inundaba a cada uno por distintas razones. Sus amigos eran el motivo principal de desesperación, pero ninguno tenía ni la más mínima idea de como resucitarlos, solo había una persona que sabía que podrían hacer

- Dejen de lloriquear y utilicen la cabeza- Habló el cabello de flama mientras veía los rostros pensativos y preocupados de todos los presentes- Pidan que transporte sus almas hacia la tierra para luego resucitarlos, solo quemarán un deseo extra

-¡Tiene razón!, ¿Cómo no pensé en esto?, Gracias Vegeta- Gritó la pelo azul emocionada, para luego darle una mirada de agradecimiento a Vegeta quien la esquivó disimulada y rápidamente

-Te preocupa mi papá- El mocoso hijo de Kakarotto le estaba extendiendo la mano, con una sonrisa irritante, el solo lo miró con una ceja levantada, para luego darle un golpe en el brazo esquivándolo

-No seas ridículo, es lo menos que me preocupa, solo quiero derrotarlo- Dijo con mirada oscura

-Discúlpenos señorita, ya que vamos a quedarnos en este planeta, pues, nos gustaría saber en que lugar viviremos- Dijo tímidamente un namekusein

-Pues, por todo lo que han hecho por nosotros con lo más mínimo que le podemos pagar sería alojándolos en mi casa, es muy grande y estarán muy cómodos allí. Además, hay muchos humanos escandalosos que se aterrorizaran al verlos- Dijo Bulma mientras Piccoro le enviaba una mirada de agradecimiento, era un peso que se quitaba de encima

-Tu también puedes venir a mi casa pequeño, soy muy buena cocinera, supongo que tu apetito es igual al de Goku. A menos que tenas cambio para el motel. Eso sí, aunque me encuentres muy atractiva no te daré el derecho de seducirme- Dijo Bulma mirando fijamente a los ojos a el Príncipe que la miraba horrorizado. ¿M- me dijo pequeño?, Era una mujer muy atrevida y vulgar, pero no tenía más opción que quedarse en la casa de la terrícola


Ya se encontraba manejando su aeronave. Al fin había terminado el viaje, ya todas las locuras y el peligro que los asechaban los dejaban atrás, junto a ese planeta que ya debió de haber explotado. Están libre y lejos de Freezer, sabía que su amigo Goku acabaría con el en un dos por tres y no lo dejaría escapar tan fácilmente, no era tan tonto como para dejar que huya, ¿O sí?. Este viaje le recordó los momentos que pasaba con aquel extraño niño que en poco tiempo se convirtió en su mejor amigo y compañero de los mejores juegos y aventuras hasta ahora, un extraño niño que no sabía que era una mujer, recordó los buenos tiempos en el que emprendían arriesgados viajes para buscar las estrellas del dragón, recordó la vez que conoció a aquel chico ladrón del desierto que le temía a las chicas, el que ahora es todo un casanova y su presente novio. ¡Ay no! su novio está muerto, se sintió loa peor novia del mundo, no se había acordado de él desde hacía muchas horas, desde que emprendieron el viaje a casa, pero se sintió peor cuando vio por el espejo al asesino que mató a su amado. ¿Qué persona invitaría a un asesino a dormir en su casa?, Solamente ella, y no sabía el por que pero algo le impulsó a invitarlo, ¿En qué pensaba en ese momento?, Definitivamente estaba tan loca como una cabra. Recordó sus buenos momentos juntos y de su inexpresivo rostro brotó una cristalina lágrima humedeciendo sus mejillas que ardían como el fuego, producto del dolor y de la culpa que sentía en esos momentos

Cerca de ella se encontraba un pequeño namekiano, se podría decir que el menor de todo ese extraño grupo, observaba con fascinación y curiosidad la pequeña y cristalina gota de agua que salió de sus ojos, estaba observando a la pelo azul desde hacía ya un buen rato. Lágrimas. Gohan ya le había contado algunas cosas sobre los humanos. Dice que las lágrimas son producto de muchas emociones. Rabia, estrés, felicidad, tristeza, desesperación, no eran buenas señales. Por supuesto que, no sabía para nada que significaban esas cosas, apenas hablaba a la perfección el idioma terrícola. Poco ha convivido con los humanos, se puede decir que no es experto en sentimientos y mucho menos era el indicado para darle ánimos a la chica que se encontraba de perfil frente a él. ¿Cómo ayudarla si ni siquiera ha notado su presencia? Solo miraba al frente, al parecer estaba viendo algo muy interesante. Se asomó en la ventana para ver que era lo que tanto observaba la científica, pero solo logró divisar pequeños árboles y casitas diminutas debajo de él, se distrajo un poco con el paisaje. ¡Era maravilloso ver todo esto!, Dejó de ver la ventana un poco sorprendido al escuchar un finito sollozo. Se fue hacia Bulma, seguía botando agua y su mirada estaba un poco rara, no era normal en ella. No supo el por qué, pero acercó su mano hacia su mejilla y secó la salada lágrima, ella solo lo miró sorprendida con una sonrisa fingida

-No- Dijo en un pequeño y poco audible susurro, pero Bulma lo pudo escuchar- Te puedes secar- Dijo él, implorándole que no llorara más, ella solo sonrió ante el comentario mientras se secaba la siguiente lágrima, le pareció graciosa la inocencia de un niño. Sin importar la raza... O planeta, los niños eran las criaturas más inocentes que existen. Ella no contesto. Solo le sonrió. Pero él, sabía que debía preguntarle sobre su estado. No estaba bien dejar que la persona que los ayudó a encontrar un hogar lloré sin recibir ánimos

-¿Está bien, señorita?- Se sintió un poco torpe, es cierto, no estaba bien. Pero que más da, lo hecho, hecho está. Esperó pacientemente la respuesta mirándola con una leve sonrisa indicándole confianza

-Tristeza, solamente- ¡Bingo!, Una de las cosas que le había dicho Gohan, pero, ¿Era algo bueno?, No se podía responder. Decidió preguntarle, pensándolo dos veces antes de cometer el mismo error que tuvo hace unos segundos

-¿Tristeza?, ¿Qué clase de agua, o planta es eso?- La únicas dos cosas en as que pensaba un namekiano: Tener agua para alimentarse y plantas para el cultivo y distracción. Tristemente no era nada de eso

-Pues veras- Dende no le pidió explicaciones, pero el brillo de confusión y de curiosidad aumentaba cada vez más en su rostro y en sus ojitos exigiéndole una explicación a Bulma- Cuando sucede un suceso desfavorable, como la muerte, la soledad, baja autoestima y sientes un terrible dolor en el pecho, es como si te estuvieran partiendo algo, ¿Lo has sentido?- El pequeño negó con la cabeza lentamente, ¡Vaya!, una envidiable vida. Sin tristezas, temores, desesperación, muertes, novios.- Bueno, eso es más o menos la tristeza- Analizó lo que dijo, nunca fue muy bueno dando explicaciones y menos a un extraterrestre que no sabía sobre los sentimientos humanos. Que irónico, la científica más famosa e inteligente del mundo no sabía a que responder ante la pregunta más simple que le han hecho en su vida. Le costaba trabajo creer que en Namek no existiera un sentimiento tan común pero al mismo tiempo tan desagradable. Vaya, cada día me sorprendo más. Un momento, ¿Soledad?, ¿Ella sentía eso? , No ella no se sentía sola, a pesar de que el amor de su vida ha fallecido, no se sintió sola, pensó que estaba mal sentirse... ¿Feliz?, sí, era algo así, a pesar de estar bajo circunstancias tan dolorosas como estas. Sabía que estaba mal lo que estaba sintiendo, pero algo le decía que se relajara, que su novio estaba bien, además, tenía que recordar las veces que su novio le fue infiel que fueron muchas, y las veces que lo sorprendió coqueteando o estando con otra chica que fueron muchas también, era una especie de batalla entre el bien y el mal, su ángel y su demonio, y al parecer, su demonio estaba ganando la guerra. Frunció el ceño y soltó el volante para pasarse las manos rápida y repetidas veces por su cabello en señal de frustración, pero luego se arrepintió al sentir que la nave perdía la coordinación y lentamente se desviaba y descendía, tomó rápidamente el volante evitando una catástrofe y volteó un poco la cabeza, viendo el terror en los ojos de los namekianos que se miraban confundidos intercambiando palabras en su lengua. Mientras observaba, se cruzó sin querer con los ojos azabaches del príncipe, que en ningún momento había abierto los ojos desde que se montó en la nave hasta ahora. Vaya, si que es raro. Se dijo a si misma mientras retomaba el volante siguiendo su camino. Lamentablemente, le fascinaban las cosas raras


Maldita mujer extraña, se dijo para sus adentros, luego de las fuertes turbulencias y oleadas que tuvo la nave, abrió los ojos para ver que sucedía en ese manicomio, y sin quererlo se encontró con los ojos azules de ella que lo observaban fijamente con cierta curiosidad y un extraño brillo, cerró los ojos nuevamente para evitar el momento visual tan incómodo que se estaba formando, además, no quería repetir el encuentro desagradable con una persona tan loca y escandalosa como lo era ella. Ningún ser inferior a él tiene el honor de hacer contacto visual con el príncipe saiyayin, pero luego arreglarían las cosas. No soportaba la convivencia con humanos, no soportaba convivir con algún ser de cualquier galaxia y mucho menos con ella, pero tuvo que aceptar su oferta solo porque no contaba con el dinero para sobrevivir, y tampoco se rebajaría a un nivel de esta trabajando para un maldito terrícola, desde pequeño aprendió a estar solo. La sombra era su única compañía desde siempre, y se sentía bien, te hacía más fácil las cosas a la hora de matar,no te apegabas a nadie. No sabía cuanto tiempo duraría la humana con vida, podría acabar con ella de un solo golpe cuando le pegara la gana y cuando le molestara. Empezó a imaginar cosas terribles para cualquier persona sensible, humana y normal, pero el no tenía sentimientos y era un saiyayin de raza pura con un orgullo elevado. Muertes lentas y dolorosas. Masacres por doquier. Su mente no tenía lugar para otra cosa que no fuera dolor, sufrimiento, súplicas. Le gustaba sentir la sensación de la sangre de sus enemigos escurriéndose y llenando sus brazos, oler el miedo que les producía con un paso pequeño que daba, saborear la dulce venganza y deleitarse con cada momento de dolor que tenía sobre sus víctimas, escuchar sus huesos crujir lentamente debajo de él al pisarlos y lanzarles ataques, escuchar sus dientes y cuerpo temblar de miedo, escuchar sus patéticas e inútiles súplicas, que solo hacían que salieran una risas de él, Compasión, piedad, eran palabras que no servían para nada, solo aumentaban la diversión y el tiempo de sufrimiento para ellos

Empezó a reírse lentamente con un sonido macabro, aparecían alucinaciones de cada víctima con muerte dolorosa que ha pasado por sus manos, eso le causaba mayor placer que el sexo que tenía con las prostitutas de cada planeta. La mejor parte de ir a los bares y de estar con las mujeres que les daba Freezer como premio, era cuando torturaba a las mujeres y las mataba. Eran las muertes más dolorosas, no eran dignas de acostarse con el príncipe de la raza más poderosa del mundo, solo era unas sucias que tenían sexo con cualquier bicho que se les apareciera par ahí. De repente, la suave carcajada empezó a ponerse intensa y más macabra al recordar la cara de sus enemigos, una cara de horror y miedo al ver sus extremidades despegarse de su cuerpo o al ver sus órganos en una mano de guante blanco que los estrujaba lentamente hasta acabar con ellos. Los namekianos lo miraron sin decir nada, solo esperaban ser torturados e incluso matados por el psicópata que se encontraba con ellos. La pelo azul miraba preocupada por el espejo, no sabía que pasaría ahora, Gohan y Piccoro solo esperaban una respuesta de ataque proveniente de él. No era fácil estar con uno tan de los mayores asesinos de la galaxia en un lugar tan cerrado como era este, algunos, por miedo y por amor a su propia vida, se alejaron de él a una distancia considerable, demostrándoles el miedo que sentían en este momento. Miedo. De repente su mente viajó en el tiempo, llevándolo a lugares oscuros que no quería visitar, recordándole que ese era el mismo miedo que sentía al pararse en frente de Freezer cuando una misión era un fracaso o las cosas no salieron acorde a lo que quería, pero no era solo miedo, era una rabia, enojo, impotencia, todo junto. El gozaba golpeándolo hasta dejarlo inconsciente y hasta casi muerto lo peor era que él, no podía hacer nada para defenderse, sabía que el lagarto marica ese contaba con cualquier ejército que esté a su antojo, desde los más débiles hasta los más fuertes que existían en el universo, así sí podrían acabar con el fácilmente, así que era mejor no arriesgarse. Recuperó su semblante serio, dándoles una mirada de odio que botaba fuego a cualquier Namek que lo estuviera viendo, todos en la nave apartaron la mirada de él, exceptuando a una sola persona, la única chica valiente de hablarle directamente y hacer contacto visual con él sin salir espantada


El viaje hacia su casa se alargó más de lo normal debido a fallas que presentaba la nave. Más de lo normal para Bulma y el pelo negro, que de vez en cuando intercambiaban miradas, las de ella venían con una sonrisa tímida, pero las de él solamente inspiraban odio y maldad pura. Al parecer esto era eterno, los minutos se pusieron de acuerdo para pasar lo más lentamente posible. Dio un largo suspiro y decidió voltear la cabeza para ver si todos estaban bien, o por lo menos vivos, ya que no se escuchaba ningún ruido Vegeta había desaparecido del alcance de la vista de ella. Vio una escena espantosa, en una esquina estaban todos los namekianos, su padre y Milk, y más allá estaban Gohan, Piccoro, Vegeta y Dende, el último estaba siendo apretado por el cuello en manos de Vegeta mientras que Gohan y Piccoro intentaban quitárselo. Puso la nave en piloto automático y salió corriendo a detener la catástrofe que se iba a formar allí

-¡Vegeta!, Maldición déjalo- Gritó lo más duro que pudo haciendo que los namek y Vegeta se sobresaltaran al tener un oído tan fino. Vegeta lo soltó, igual, no iba a matarlo, solo quería disfrutar de alguna víctima asustada

-Escucha humana, más te vale no volver a interrumpirme. O la pagarás- Su voz baja asustó a Bulma, que sintió haber visto a la misma muerte delante de ella. Sus ojos tan oscuros y profundos estaban hirviendo, no dijo más y se dirigió al mismo lugar en el que estaba y ella regresó a pilotar la nave. Media hora más tarde, todavía reinaba el silencio y los namekianos solo miraban asustados hacia la esquina en la que se encontraba él, pero esta vez estaban todos bien, alzó un poco la cabeza, gracias a que un namekiano le estaba tapando parte de la vista, pudo ver que era Vegeta, esta vez soltó un suspiro de alivio al ver que nadie estaba siendo herido o matado por el, se encontraba en la misma postura que tenía al montarse en la nave, tenía algunas cosas alrededor de él que flotaban o se rompían, no era la primera vez que veía algo así, sus amigos le habían enseñado y había espiado a su novio de vez en cuando concentrando su ki o tenía una batalla imaginaria en su mente. Claro que, jamás llegarían al nivel de Vegeta. Todo estaba en extrema calma, esto la alteraba un poco. Desde bebé estuvo acostumbrada a los ruidos, a las personas hablando o cantando, fue criada en un ambiente muy ruidoso, su madre cantaba y cocinaba y el sonido de las máquinas, las herramientas de su padre al elaborar un nuevo invento, simplemente los robots que servían en su hogar. Si que estaban locos, pero más que todo su madre, Ja, no podía ni ver a un chico guapo porque en seguida le pide una cita. No se imagina la reacción que tendrá al ver a Vegeta, porque, aunque le cueste admitirlo, es un joven muy atractivo para la vista femenina

Decidió calmar un poco el ambiente tenso, no podía tener un minuto de silencio porque se empezaba a sentir incómoda. Así que, como nadie iba a romper el hielo, ella misma lo haría

-Oigan chicos, seguro que se divertirán en mi casa, es muy grande, la más grande de japón en realidad, ¡Es el castillo del planeta!- Abrió los brazos dramáticamente para exagerar lo que decía. Obtuvo la atención de todos, menos de cierto príncipe, lo cual, en el fondo, la hizo poner un poco enojada. El príncipe sí escuchó lo que había dicho Bulma, con esos gritos que daba hasta lo alienígenas debieron escucharla. Analizó bien lo que había dicho "Castillo del planeta", abrió los ojos sorprendidos para luego fruncir el ceño. Ahora todo tenía explicación, las naves, los rastreadores ¡Tenía todo lo que quería porque ella es la... Princesa de este planeta!, si dice vivir en un castillo, debe de ser una princesa- Además hay un gran jardín con diversos animales, desde los más pequeños hasta los más grandes, una gran piscina, todos entrarán fácilmente allí, además mi padre es muy buena persona y se hará buen amigo de ustedes y les construirá todas las cosas que necesiten para que estén más cómodos, solo se los tienen que pedir, ¡Ah!, y mi madre, ella prepara los mejores platillos y bebidas que puede existir en el planeta, se les hará agua la boca cuando huelan lo delicioso que cocina. Pastiche, pizza, sushi, todo es tan divino. Y, además, conocerán a muchas mujer hermosas, pero no más que yo, dijo para voltease y picarle un ojo a la persona que cayera. Y esa persona fue Vegeta, casualidades de la vida. El solo bajó la mirada y volvió a cerrar los ojos haciendo caso omiso a lo que acababa de presenciar, ningún presente ahí, a excepción de dos extraterrestres, sabía a que se refería la humana, Piccolo, al ver la cara de confusión y algunos de terror, decidió acercarse hacia Bulma para explicarle todo, ella se encontraba con el ceño levemente fruncido al igual que sus labios, en cierta parte le molestaba que la trataran como loca, aunque la realidad era que ella era eso y más

-Bulma- Se acercó con toda la lentitud y sutileza que pudo para lograr bajarle los humos, no sabía como se debía tratar a una mujer y menos a una que se creía el ser divino de la tierra, miró a Gohan y éste solo se encogió de hombros mientras Milk volteaba su cabeza regresándolo al mundo de los libros, al otro extremo, estaba el padre de ésta, tomando nota sobre el saiyayin, no sabía muy bien porque, todos estaban locos. Ella al escuchar su nombre se sobresaltó un poco y miró extrañada al namek, no era común ver a Piccolo con ese semblante, no había notado su existencia, ¡Vaya, sí que era un ser sigiloso!. No lo escuchó hablar en ningún momento, tenía algo en común con el príncipe, se le vino a su cabeza la imagen de Vegeta compartiendo con el namek, Ja, eso jamás, el namek prosiguió con su charla- Bueno, verás, en nuestro planeta no necesitamos mujeres, tampoco necesitamos comida, para ser sinceros, no tenemos todas esas comodidades de la tierra, así que esos servicios que nos ofreces puedes ahorrártelos, no es necesario

Asimiló todo lo que él le dijo, y sin más, lo indagó de preguntas- ¿No tienen mujeres?, ¿Cómo es su método de reproducción?, ¿Son seres... Homosexuales?- Piccolo abrió sus ojos grandemente, parecía que sus ojos iban a salirse de él, nunca pensó en eso, aunque para ser sinceros tiene algo de lógica, un planeta con puros "Hombres", de algún modo tendría que reproducirse entre ellos, solo tosió incómodamente y respiró para mantener la paciencia

-No, Bulma. Somos seres asexuales, no necesitamos a una mujer para nuestra reproducción, somos distintos a los seres de la tierra, no practicamos el... Sexo, como en este planeta- Dijo lo último con un deje de asco, no le veía caso a ese acto

-Sin mujer ni comida, ¿Eh?- Se preguntó más que todo para sí misma, no podía creer que en ese planeta tan extraño no existieran dos cosas tan indispensables, que infierno sería estar allí, pensó frunciendo aún más el ceño

-Así que no tienen género- Ella solo siguió con su camino, pero algo dentro de ella, su lado bromista, no pudo contenerse y, de vez en cuando, era bueno una broma para aliviar el ambiente y sacar un par de risas- Tu no eres mujer- Dijo ella con mirada pícara, él la miró con obviedad- Pero tampoco eres hombre- Francamente no sabía a donde quería llegar con esto, así que el ser verde no le prestó ni la mínima atención, pero luego, la sorpresa de su vida tocó su puerta y se buró en su cara- Bueno, ya que no tienes género, te tendré que asignar uno, Señora piccorita- Se rió a todo pulmón, el sólo sentía como el color púrpura se apoderaba violentamente de sus mejillas y de sus orejas y se volteó refunfuñando hacia otro lugar, no quería lastimar a nadie, pero las ganas de ir a golpear a la terrícola y enseñarle a respetar le estaban ganando, y no sabía por que, pero se contuvo. Lo último que vio antes de empezar su meditación en un lugar alejado, fue la media y leve sonrisa de Vegeta con una ceja perfectamente alzada, había escuchado todo, todos lo habían escuchado, y eso hizo que el rostro de Piccoro simplemente se sonrojara más


Hizo que su nave aterrizara lo más suave y sutil que pudo, y aunque lo hizo de la manera más lenta, los namekianos entraron de nuevo en pánico, siendo calmados por Piccoro, Abrió la puerta y los namekianos esperaron a que el "príncipe" saliera primero, pasó en frente de ellos con un aire de superioridad y una sonrisa ladeada de orgullo. Bulma al mirar los actos del principito se enfureció de sobremanera, ni en este planeta ni en ningún otro su título de príncipe valía, no era nadie para controlar a las personas a su antojo, no podía ser así, así que intervino sin importar lo que le iba a suceder, salió corriendo a toda velocidad y trancó el paso del príncipe abriendo sus brazos y piernas formando una X con su cuerpo, mientras le daba una pícara sonrisa, haciendo que Vegeta frunciera aún más su ceño

-Apártate de mi camino- Y la empujó sin cuidado alguno, haciendo que se fuera de espalda y se golpeara la cabeza. No pensó que lastimaría a una mujer, se supone que él es un "caballero" y ella le está ofreciendo hospedaje

-Primero, a mi me hablas bonito Vegeta, no tienes que tratar así a una dama tan bella como yo, se supone que eres un príncipe- Dijo con cierto tono irónico, que no pasó desapercibido por él quien apretó los puños con furia, ¿Se estaba burlando?. Los namekianos los miraron sorprendidos, la chica era muy valiente, nadie le había dado ordenes a Vegeta

-¡Maldita, no te vuelvas a burlar de mí!, ¿¡Quién te crees tu para gritarle al príncipe de la raza más fuerte del universo!?- Gritó haciendo que los presentes se taparan los oídos, ese grito afecto en demasía a sus sensibles oídos, así que se bajaron de la nave sin importarles la pelea, si se quedaban allí sus oídos pagarían el precio

-¿¡Quién te crees tú para gritarle a Bulma Brief, heredera de la corporación cápsula, y la mujer más bella y deseada de éste planeta!?- Gritó levantando el mentón y poniendo sus manos en la cadera. Iba a seguir con su discusión, le agradaba tener una "relación" con ese ser maligno, aunque fuesen solamente discusiones y quejas, pero para su desgracia su madre llegó corriendo hacia ellos en el momento inoportuno interrumpiendo su pelea

- ¡Bulmita, querida!, ¿Quién es esta ricura que te acompaña?- Dijo con su habitual tono alegre y chillón, rodó los ojos y vio a su padre que agachó sus hombros dándole a entender que su madre nunca cambiaría

-Hola mamá, también estoy feliz de verte, te extrañe mucho- Le dijo sarcásticamente, esperando a que su madre saliera volando a abrazarla, pero fue todo lo contrario

-Querida, éste hombre es más guapo que tu saludo y tus caprichos, pequeña- Soltó mientras admiraba los bien marcados músculos de Vegeta, que ya estaba harto de recibir las miradas y caricias de la rubia y el parloteo de la pelo azul, se soltó bruscamente de la rubia y se largó de ese lugar tan extraño, definitivamente en esa casa estaban más locos que la humana

-¡Oh, querido no seas tímido, regresa!- Exclamó tristemente la rubia, pero él solo la ignoró, y siguió su camino a un lugar lejos y apartado de esos bichos raros

-¿Tímido?- La chica miró a su madre con incredulidad- Mamá, es un mercenario del espacio, un asesino serial que disfruta haciendo sufrir a las demás personas. No creo que la palabra tímido vaya con Vegeta- Le dijo alzando los brazos con desespero, su madre la sacaba de quicio y no sabía como explicarle lo peligroso que era Vegeta para todos ellos

-Querida, deberías estar con ese jovencito tan guapo- Dijo mientras suspiraba y llevaba sus manos hacia su pecho haciéndose ideas ficticias sobre una posible relación entre aquello dos- No te fijes en su pasado querida, las personas cambian. No creo que... - Paró su charla para poner su mano en su mentón, como si estuviera pensando algo de suma importancia. Bulma y el señor Brief se miraron sorprendidos, pocas veces su madre demostraba ese gesto de preocupación, y cuando lo hacía, era algo serio que valía la pena

-¿Pasa algo querida?- El señor Brief temía que algo malo estuviera pasando, y para tranquilizarse tomó a su gata Tama y la posó en sus hombros

-Oh- Dijo con gran tristeza- Olvide lo que tenía que preguntar- Dijo para luego recuperar su habitual ánimo alegre mientras relataba historias sobre como iba a ser el futuro al lado de ese joven tan apuesto haciendo que Bulma se golpeara su frente, le estresaba que sus padres fueran siempre tan despreocupados y relajados con todo

-Querida, deberías dejar a Yamsha a un lado y empezar a conquistar a el joven, si no lo haces, no dejaré que desperdicies esa oportunidad y la tomaré yo

-NO- Chilló la científica harta de que su madre no parar de hablar de Vegeta como si fuera alguna maravilla del universo- Para que sepas, Yamsha es mucho más apuesto qué él- Les dio la espalda bastante molesta, no tenían que comparar a su novio con aquel ser malvado

-Hija, ¿Quiénes son tus amigos?- Su padre le dio una zancada a su cigarrillo mientras se dirigía hacia los namek

-Son unos namekusein, provienen del planeta Namek. El lugar poco a poco iba siendo destruido por la pelea entre Freezer y Goku y éstas personas se iban a quedar sin un planeta en el que vivir, ellos hicieron mucho por nosotros, nos ofrecieron su esferas del dragón y gracias a ellos nosotros tenemos las nuestras, y como mínimo de agradecimiento dejé que se hospedaran en nuestra casa. Espero que no los asusten con extraños inventos- Dijo mientras hacía hincapié en las últimas palabras y miraba a su padre- Y tampoco quiero que los agobien e invadan su espacio personal- Le lanzó una indirecta a su madre, pero ella parecía estar en las nubes

-¡Oh no!, El muy apuesto Goku, ¿Estará bien?- Los ojos de su retoño le decían de más, así que barajó rápidamente el tema- Bueno, cualquier amigo de mi hija será bienvenido en nuestra casa, sea namekalosin o no

-Mamá, es namekusein- Su madre la miraba fijamente, con sus hermosos ojos zafiros que siempre se mantenían cerrado, toda su familia la miró atenta, era extraño que su madre estuviera más seria de lo normal en este día. Pegó un chillido fuerte haciendo que todos los nameks se taparan los oídos, al parecer los gritos parecían parte de aquella familia

-¡Querida ya lo recuerdo!- La emoción la invadió nuevamente volviendo a cerrar los ojos

-¿Qué cosa?- Preguntó el hombre Brief con intriga

-Los que les tenía que preguntar

-¿Ah sí?, ¿Y qué es?- Su hija les siguió con interés

-¿Cómo se llama el joven apuesto que vino con ustedes?, Su frente lo hace ver como todo un caballero- Demasiado bueno para ser verdad, sabían que su madre iba a salir con estas cosas, no tenía remedio

-Vegeta, mamá

-Hasta su nombre suena fuerte y varonil- Un brillo salió de sus ojos para luego dirigirse hacia los nameks- ¿Queridos, quieren algo para comer?, Respondan, no sean tímidos, me encanta cocinar, prepararé una infinidad de deliciosos platillos para ustedes, ¡No me tardo!- Todos se miraron entre sí confundidos intercambiando palabras en su idioma, pero fue Dende quien tomó la palabra y se dirigió hacia Bunny

-Pues, verá...- No terminó de hablar, pues Bunny había abandonado el patio canturreando y saltando de la emoción, ilusionada con poder cocinarle a más de 100 hombrecillos verdes

-¿Papá, porqué no les muestras el resto de la casa a los namekusein?

-Por supuesto querida, buena idea. Les enseñaré mis inventos, algunos me podrán ayudar a comprobar si son de buena calidad y sobre su estado

-¡Oh, papá!, No son tus ratas de laboratorio- Dio una leve carcajada contagiando a su padre quien le mandó una mirada tranquilizadora para luego guiar a los nameks en grupo hacia su laboratorio para presumir sus inventos

Vio a su padre alejarse hacia su laboratorio y siguió su camino, se dirigió a su habitación para darse un caliente baño, lo necesitaba, necesitaba relajarse y poner en orden algunos pensamientos y ver como se escapaba de aquel lío que comenzó cuando invitó a aquel asesino. Fue un día muy estresante para todos, pero especialmente para ella, llenó la tina y vació en ella un exquisito gel de flores, se sumergió en él y cerró sus ojos tranquilizándose, pensó en su amado Yamsha, ¿Cómo reaccionaría, o peor aún cómo se sentiría al ver que su novia invitó a hospedarse en su casa a el hombre que lo mató?, Seguro que para nada bien, sería un total fracaso. De repente el estrés quitó la paz de su corazón. Le aterraba la idea de que se formara una pelea entre ellos y que su novio pagara las consecuencias

Vegeta

Ese nombre retumbó en su cabeza como un eco mientras una descarga eléctrica pasaba por su cuerpo estremeciéndola

Despierta Bulma, no seas estúpida, el mató a tu novio, lo haría sin pensarlo dos veces contigo. Su subconsciente le advirtió avisándole sobre aquel peligro que era el acercarse a él, pero una voz muy dentro de ella le susurraba suavemente al oído que se acercara aún más a ese chico de mirada perdida, que luchaba contra un oscuro pasado, aquel hombre que, aunque no quisiera admitirlo le parecía guapo, pero sus ojos demostraban el mismísimo infierno, algo dentro de ella le decía que lo ayudara a entender el sentido de la vida y le destapara los ojos a la realidad, que no todos los seres vivos quieren dañarlo o quitarle su título de príncipe

Abrió sus ojos y frunció el ceño, las malditas voces que llevaba adentro la iban volviendo loca, y si eso quería, pues lo estaba haciendo muy bien, salió de una tina y se envolvió en una toalla, salió al balcón de su habitación y respiró el aire natural, en sus ardientes ojos reflejaba el intenso atardecer, miró un árbol que estaba ubicado a su lado, una pareja de pájaros cantaban tiernamente se le llenaron los ojos de lágrimas, todo le recordaba a su difunto novio, miró una vez más hacia el sol que que despedía del día para darle paso a la noche, mientras sentía una fuerte brisa a su lado, ella aferró la toalla a su cuerpo mientras giraba su cabeza para ver a cierto saiya posado en el árbol con una manzana en su mano, estaba contemplando el hermoso atardecer, lo observó determinadamente por un instante, el sintió su presencia y giró su cabeza para encontrarse con la penetrante mirada de ella, que se volvía más brillante con aquella puesta de sol, el atardecer la volvía más, ¿Hermosa?, Sí, quizá, sus ojos se volvieron a encontrar, sintieron que el mundo dejaba de girar a su alrededor y la incomodidad llegaba nuevamente a ellos, pero luego de un buen rato ella cortó el contacto visual para adentrarse en su alcoba y vestirse

Sintió emociones revueltas en su interior. Pero ella trataba en lo más posible convencerse de que amaba a Yamsha. A pesar de que las cosas entre ellos dos se han vuelto extrañas, el sexo ya no era el mismo y en los besos ya no se sentía la misma pasión


Concentró su ki y salió lo más rápido posible hacia la casa de esos terrícolas lunáticos, sintió el diminuto ki de la lunática menor asomado en el balcón, se podría confundir con el de un insecto, soltó un soplido de fastidio, lo que le faltaba. Lo peor de todo el caso, es que tendría que convivir con ella en la estadía en la tierra

Pasó rápidamente alrededor de ella, esperando que no notara su presencia, pero el abrumador viento que desató lo delató. Se sentó en una de las ramas de un árbol que se encontraba justamente a su lado, contemplaba el atardecer. Le recordaba al cielo rojo de Vejitasei, el planeta azul tenía muchas cosas hermosas y algunas muy parecidas a las de su planeta natal, sin duda le darían un buen precio al venderlo. Pudo sentir la penetrante mirada de Bulma, y sin querer, se encontró con los curiosos ojos de ella. Los miró fijamente unos segundos sin parpadear, transmitiéndole ese temor. Necesitaba saber que la intimidaba. Necesitaba saber que él era el príncipe de esa casa y que los habitantes cumplirían sus órdenes sin chistar, si es que querían seguir vivos. Solo se encontró con unos ojos que al parecer estaban ¿Tristes?, sinceramente, tristeza no era la reacción que quería dar, sus ojos le mentían. Inhaló fuertemente para oler el miedo en el aire, pero no, ella solo desprendía una maldita tristeza. Ella rompió la barrera visual que los unía y la perdió de vista

Y ahí fue cuando recordó

Si, le aliviaba saber que no era él quien causaba esa emoción en ella, era el insecto inferior de la cicatriz. Al parecer había un lazo que los mantenía unidos, sintió rastros de su olor provenientes de la habitación de la humana. Ella estaba triste por su muerte. Bufó, no creía en los estúpidos sentimientos humanos, son unas pérdidas de tiempo, él nunca lloró la muerte de su padre, ni la destrucción de su planeta y extinción de su raza, pocas veces convivió con su madre, solo recordaba los gritos y súplicas de ella al enterarse que matarían a su hermano Tarble por no ser digno hijo del Rey de una raza poderosa. No sabía de su hermano Tarble en, ¿15 años, quizá?, el tenía sexo por diversión, y luego mataba a esas sucias mujeres indignas de él. Nunca desarrolló sentimientos buenos hacia alguien, y es el "ser más poderoso del universo", si hubiese sentido algo así, sería un infeliz como el idiota de Kakaroto

Se volvió a concentrar en el sol que se despedía dándole paso a el cielo oscuro, solo alumbrado por las estrellas debido a su falta de luna. Tan oscuro como su alma. Su estómago rugió y supo que llegó el caótico momento en el que conviviría con seres repugnantes, era el momento de darles a entender que era su nuevo líder, era el momento de hacer valer su título


Miro al espejo y frunzo el ceño, ¡Maldición!, esta no es la típica Bulma que todo el mundo conoce, tan hermosa y jovial. La falta de buen sueño, estrés y depresión me vinieron mal. Peino mi rebelde melena y retoco mi cara con algo de maquillaje. Me visto con algo casual, sin Yamsha, no tengo a nadie a quien sorprender. La imagen fugaz del príncipe me hizo sacudir la cabeza, ¡Oh vamos Bulma, no te ilusiones!. Me miro nuevamente y veo que estoy bien, más no perfecta

Bajo a la cocina, y puedo sentir como mi descalzo pie pisa algo suave y viscoso. Una bandeja con un par de pastelillo, mientras me limpio, puedo contemplar como toda la cocina y gran parte de la sala contaba con una gran cantidad de diversos platos que hacían agua la boca con los exquisitos olores que desprendía. No tenía que ser adivino para saber que mi madre había hecho esto para los "Vegetales"

Un sollozo me hace dirigir hacia la mesa, y ahí estaba mi madre llorando sin consuelo entre el montón de comida

- ¿Qué sucede?, ¿Dónde está papá?- Sentí un escalofrío estremecerme al imaginar que mi padre dijo algo indebido a cierto príncipe y este desatara su furia a él. No quería escuchar la respuesta, pero tenía que enfrentarme a ella

-¡Oh, mi querida niña!- Mi madre me dijo con voz quebrada, solamente me quedé en shock mientras lloraba silenciosamente abrazada de ella

- Lo sé cariño, a mi también me deprimió saber que los namekastros solo se alimentan de agua, ¿Ahora quién comerá éstas delicias?- Se preguntó a sí misma mientras señalaba todas las bandejas

- Mamá- Le pedía a Kami- sama, que me otorgara toda la paciencia que tenga, sin duda esta mujer estaba cada vez más loca- ¿Porqué lloras?

-¿Porqué más hija?, ¿No te entristece saber que ellos viven del agua?- Me dijo dejando de llorar por un momento, mientras me miraba con obviedad como si la respuesta fuera lo más normal y obvio del mundo


La cena en la casa te los Brief transcurría normalmente, hasta que cierto huésped se acercó a la cocina

Se armó de paciencia al ver a las dos escandalosas juntas y al viejo extraños con ellas

Esas terrícolas siempre con sus parloteos

-Oye, te informo que estás en MI casa, y hablo con mi madre cuando YO quiera- Dijo ella interrumpiendo la interesante charla que tenía con su madre, el solo la miró con una ceja perfectamente alzada Pero que... ¿Leyó mi mente?, Estaba cien por ciento seguro que no había hablado en voz alta, los presentes miraron extrañados a la terrícola, pero decidieron no reprocharle nada

-Oye, no hagas escenas de locuras en mi presencia- Dijo el saiya mientras bebía una cerveza

-¡Oh, hola joven Vegeta!- Dijo la mayor haciendo una torpe reverencia, tenía entendido que era el príncipe de una raza muy poderosa, y por lo que había visto en sus películas, a la realeza se les trataba de reverencia. Al saiya le dio algo de gracia la torpeza de la humana mayor, pero decidió ignorarla

Se sentó en la mesa enfrente de Bulma, al lado de él señor Brief, quien en ese raro lugar parecía el "más normal". Al parecer lo estaban esperando, eso le recordaba a los sirvientes del castillo

-¿Así que tú eres el príncipe de los saiyas?- Preguntó Bulma tratando de entablar una conversación bajo la mirada atenta de sus progenitores, y aunque sabía que él no le iba a responder no perdía nada con intentarlo

-Así es insecta, y deberías estar muy honrada de tener al príncipe de la raza más poderosa sentado en tu miserable mesa- Dijo sin apartar la mirada de su comida, al parecer la estaba inspeccionando

-Egocéntrico, príncipe de la nada- Dijo lo último en un murmuro pero llegó perfectamente a los oídos de Vegeta. Se sentía algo bien al recibir una respuesta, era un gran paso sacarle tema de conversación al príncipe

-¿Cómo se te ocurre hablarme así?, Humana insolente- Dijo gritando haciendo que la furia de Bulma aumentara

-Estás en MI casa príncipe de la nada- Dijo ahora la peliazul parándose de la mesa y golpeándola

-¡CÁLLATE!- Se paró de la mesa al igual que Bulma y pegó un golpe tan fuerte que hizo que algunos platos se rompieran

-¡OBLÍGAME!- Levantó el mentón y puso sus manos en la cadera, "Bésala" Un suave susurro y la sonrisa tonta de su madre hizo que ambos se sonrojaran, pero Bulma sintió toda su cara roja. Ambos se lanzaban miradas de odios y el mayor de ellos dos decía algunas palabras en su idioma natal

-Estas discusiones maritales me recuerdan a las de tu padre y yo, ¡Qué lindo es el amor!- Dijo Bunny mientras juntaba sus manos a la altura de su pecho y le daba una mirada de amor a su esposo quien se encontraba observando cada movimiento de Vegeta

Empezaron con su cena. Bulma comía algo y Vegeta agarraba del mismo plato que ella, pensó que la estaba imitando así que agarró un trozo de pastel y se lo llevó a la boca, siendo imitada por el serio príncipe pero antes de comerlo lo alejó de ella, mientras que él hacía lo mismo, volvió a llevar el bocado a su boca pero nuevamente lo bajó, el hizo lo mismo. Repitió el proceso un par de veces hasta que no aguantó la risa y una vena salía sobre la frente de Vegeta

-¡Maldita humana, no juegues conmigo!- Dijo él apartando la mirada de ella

-¿Crees que te voy a envenenar?- Solo recibió un "hump" como respuesta. Luego de una larga charla dándole a entender que no quería envenenarla y recibiendo solamente monosílabas como respuesta, se dignó a empezar su comida, bajo la mirada atenta del saiya

¡Vaya, si que es un verdadero príncipe! Se dijo a sí misma mientras lo veía atentamente comer, era totalmente distinta a la manera de comer de Goku, el lo hacía con algo de sutileza y elegancia digna de la realeza, se ve que recibió buena educación, ¡Por supuesto!, Es un mimado príncipe

-¡Oh!, ¿Qué es esto?- La voz grave de Vegeta la sacó de su admiración, sonaba menos rudo que antes así que nada bueno se traía en manos, se preparó para cualquier cosa y le preguntó calmadamente

-¿A qué te refieres?

-Tienes un maldito timbre en tu frente- Dijo para luego dar una muy silenciosa carcajada viendo la cara de confusión de la terrícola para inmediatamente cambiarla a una de frustración y enojo al llevarse las manos a la frente y sentir una mínima espinilla que no se podía observar a simple vista, pero por alguna razón el mono la logró ver

-¿¡Cómo se te ocurre!?, Maldito mono lunático- Dijo tratando de calmarse, la verdad es que no estaba pasando por un buen momento y Vegeta no colaboraba en nada, solo empeoraba las cosas, le enojó ser el payaso de alguien más por un defecto tan mínimo como eso, pero esto no se iba a quedar así, le iba a restregar en su cara que nadie humilla a Bulma Brief y que ella puede tener la cara más perfecta del mundo

El saiya al ver la reacción que provocó en Bulma dio una carcajada maquiavélica que hizo que el terror se asomara en cara de la peliazul

Se levantó de la mesa menos molesta, con intenciones de ir a dormir y despertarse en un milenio, en estos meses han habido mucho estrés y ella siempre tenía que solucionar todo, al pasar justamente por el lado del mercenario, tropezó con un jarrón caído de la mesa gracias a su pequeña discusión cayendo justamente encima de Vegeta, quien la miró atónito

-Lo siento- Dijo ella tímidamente con un leve sonrojo en sus mejillas para luego intentar levantarse, pero inconscientemente Vegeta la tomó por la cintura evitándole el paso. La miró fijamente a los ojos con el ceño muy fruncido, estaba molesto, no sabía lo que le haría. Esperó a que la golpeara, se lo merecía por ser tan despistada, pero no pasó nada, solamente se veían. Ella pudo ver en sus ojos aquella soledad que tanto lo atormentaba, la saludaba tímidamente, algo dentro de ella se conmovió, se imaginó a un pequeño niño de cabellos de flama, siendo maltratado, asustado, con mucha hambre, en planetas desconocidos, poniendo su corta vida en peligro. Estas imágenes llegaron de repente, ahogó un gemido de desesperación y dolor, aquel hombre estaba herido. La vida había sido dura con él, ni siquiera Freezer merece esa clase de castigo, alargó suave y lentamente su mano hacia su cara, pero en un abrir y cerrar de ojos la detuvo

-Olvídalo- Dijo con una voz gélida frunciendo aún más su ceño mientras la apartaba bruscamente de él, no iba a permitir que esa humana lo distrajera de su entrenamiento. Pudo oler su dolor, pero no supo con exactitud la causa de eso, quizá fue por el imbécil de la cicatriz, necesitaba entrenar, sí, eso haría


-¿Ah sí?- Le preguntó Milk a su retoño mientras le devolvía al mundo de los números

-Sí, pero nos ayudó a escapar de Freezer- No le agradaba para nada la idea de que su hijo sea "amigo" de aquel tipo, era un rebelde sin remedio, le pareció descabellada la idea de que Bulma lo haya invitado a su casa, ¿Qué pasa por la cabeza de esa mujer?, Más le vale que no le haga daño, si no se las verá con Goku y también con ella. Bulma es su mejor amiga, es la única chica de esa pandilla y aunque no es un ejemplo a seguir es una buena persona, la ha apoyado en varios momentos y se hizo su inseparable cuando el malvado Piccolo se llevó a su pequeño a entrenar a quien sabe donde y su Goku estaba muerto, le agradece silenciosamente su apoyo, cariño y comprensión en ese momento de depresión

-... a veces se miraban por el espejo- Dijo Gohan sacando a Milk de sus pensamientos, ella alzó una ceja y luego frunció el ceño

Suspiró y le repitió a su madre lo que había dicho- Bulma y Vegeta se comportaban muy raros al igual que el señor Piccolo, no se si lo notaste pero a veces se miraban por el espejo- Milk sabía perfectamente y rezó para que no hiciera algo indebido y para que Goku se apresurara para evitar cualquier locura


Terminó de arreglar el desastre que habían provocado, se tardó más de lo habitual, Vegeta debía de ayudarla, el también destrozó cantidad de cosas pero sabía que eso era algo "Indigno" Para él. Pensó en el suceso que había ocurrido y se golpeó en la frente

-Pero que tonta- Se lanzó en su cama dando un largo suspiro cerrando sus ojos que poco a poco se hacía más pesados, el cansancio poco a poco tomaba el control de su cuerpo

¿Dónde estaba?, Nada de este lugar se le hacía familiar, su cabeza iba a estallar en algún momento, debe ser por el estrés. ¿Esto era un castillo?, La decoración siniestra le daba escalofríos, estaba en una habitación, encima de la puerta decía algo en un idioma desconocido para ella "Seata belta Vejiita", no sabía como llegó allí, pero quería salir rápidamente

Abrió lentamente la puerta de la habitación en la que estaba, pero la cerró rápidamente al escuchar la madera rechinando por algunas pisadas y unas carcajadas que hacían eco por el pasillo. Asomó un ojo por un agujero que tenía la puerta y aunque no se veía del todo bien pudo divisar dos figuras de gran tamaño, eran algo así como unos soldados, eran de apariencia desagradable, de altura alta y piel espinosa tenían una lanza en cada mano e iban hablando tranquilamente, esperó a que pasaran por el lugar y salió sigilosamente, tratando de encontrar un lugar oculto y planear algo para salir de allí

Observó detenidamente cada detalle del castillo, tenía un color rojo violento como la misma sangre, con una larga alfombra morada desgastada en el piso, pegado a la pared habían antorchas que daban algo de luz al lugar, en las paredes habían gran cantidad de cuadros tapados con una manta negra y en el suelo se podían divisar marcos de cuadros rotos, una foto rota le llamó la atención y se dirigió hacia ella para unir un trozo de abajo con el del centro dándole vida a un niño de no más de 3 años con una cara atemorizada pero a su vez disimulada con el ceño fruncido, no le vino la idea de quien era

Siguió su camino y se topó con dos sujetos, uno muy alto y verde, con cabello largo y una trenza despeinada que caía por su hombro, era muy apuesto, y otro gordo y de estatura baja con unas púas que alían de su cuerpo, no era para nada agraciado. Se quedó paralizada al ver como venían hacia ella, su cuerpo no le respondía, solo le quedaba esperar a que la mataran, pero al parecer ellos no la vieron, pasaron por su lado y siguieron su camino

-¿Qué crees que le harán esa vez a ese principito mimado?- Dijo el más apuesto con una fuerte carcajada de burla siendo seguido por su compañero. ¿Principito?

-Hmp ese maldito mocoso merece que el Gran Freezer le de su merecido- Dijo Doddoria, no pudo escuchar más de la conversación, poco a poco se iban alejando más de ella saliendo de su vista, ella los quiso seguir, algo le decía que tenía que averiguar

Siguió detrás de ellos recorriendo el palacio y abrazándose a si misma, entró en una habitación, se escuchaban unos gritos escalofriantes y unos terribles golpes, la puerta estaba entre abierta, así que pudo ver bien lo que estaba pasando aunque para ser sincera, ella no tenía ganas de saberlo. Se encontró con la escena más terrible y cruel de su vida, era el mismo pequeño de mirada perdida que había visto en el cuadro solo que un poco más crecido, estaba bajo un tipo de lagartija blanca a la que ella pudo reconocer a la perfección, le propinaba fuertes golpes con una barra de metal larga con púas grandes y gruesas de hierro. Podía escuchar las quejas del crío, no le cabía en la cabeza tal maltrato quizo hacer algo

-¡Maldito Freezer!- Dijo tomando una lanza y lanzándosela a él, pero como ella, la lanza era invisible, todo lo que tocaba se volvía invisible. Le maldijo a todo pulmón y lanzaba golpes y puñetazos pero nada funcionaba, era como un fantasma, cerró los ojos en modo de desesperación, al abrirlos solo había oscuridad, solo escuchaba los gritos del niño, pero no podía hacer nada


La angustia, el miedo, el terror, la desesperación, el dolor, todas esas emociones tan caóticas provocaron que Bulma se despertara con sus manos temblando de impotencia y con sus ojos cristalinos, no pensó que un sueño la sacara de quicio. Cómo un rayo en medio de la oscuridad, la imagen del pequeño niño llegó nuevamente a su cabeza ¡Maldición!, Ese era Vegeta. Trató de normalizar su agitada respiración y su calmar su pulso

03:34 AM

Todavía estaba demasiado temprano, le quedaba mucho tiempo para dormir, aunque no sabía si lograría recuperar el sueo luego de esa terrible pesadilla. Estiró su mano y agarró un vaso de agua, algunas gotas salpicaron hacia su cama debido a que no pudo controlar su temblorosa mano. Trató de recuperar el sueño,pero le era imposible, su cabeza le atormentaba con esa pesadilla, ya se le habían esfumado las ganas de dormir

Se levantó de la cama y salió al balcón, necesitaba poner su alocada mente en orden y relajarse. Cerró los ojos con la cabeza alta pero los abrió de repente al ver como poco a poco las imágenes de la tortura aparecían por su mente, abrió los ojos para ver las estrellas que tanto le recordaban a su amor, este día iba más lento y largo para su gusto. Un sonido la puso alerta, una rama rompiéndose, ladeo su cabeza y se encontró con el saiya, ¿Qué tanto hacía en ese árbol?, Estaba cien por ciento segura de que su madre le había asignado una habitación en la cabaña Namek, junto a aquellos seres raros. Era muy tarde, no debería estar aquí, no puede ir y llegar a la hora que le pegue la gana estando con seres de oídos tan sensibles y asustados, pero luego le reclamaría

Esta vez el no se dio cuenta de que no estaba solo, estaba absorto en sus pensamientos, veía fijamente las estrellas mientras la nombraba mentalmente, se sabía todos sus nombres, tuvo muchas expediciones por la galaxia, se podría decir que todo el universo fue recorrido por él, cada aventura con historias diferentes, al igual que sus cicatrices todas contaban con historias, pero para su gusto muy divertidas

Bulma decidió ir a su cama, aunque no quería dormir, trataría de encontrar nuevamente el sueño

04:56 AM

Vaya, pasó mucho tiempo en el balcón, no sabía que pasaba con ella, decidió bajar para darse un gusto de madrugada

Escuchó un ruido en la nevera que hizo que se sobresaltara, Tama maldito gato, Fue en lo primero que pensó, pero para su mala suerte, no se trataba de la mascota de su padre, si no de su huésped favorito, intercambiaron unas miradas silenciosas para que luego el saiya se sentara en la mesa a devorar la montaña de comida que se había preparado

Ninguno de los dos abrió la boca para hablar, el silencio era una gran tortura para uno y una infinita calma para el otros, solo se miraban de vez en cuando e inmediatamente miraban para el lado contrario para disimular. Bulma, cansada del silencio, se dirigió a su nevera para irse a su habitación, el sueño iba volviendo poco a poco a ella, metió medio cuerpo en la nevera para buscar algo de beber, poniéndose en una posición algo comprometedora para Vegeta que estaba frente a ella moviéndose de vez en cuanto. Encontró un Zumo de naranja y lo tomó

Vegeta miraba fijamente la posición de Bulma, sonrojándose de vez en cuando cuando se movía o duraba mucho tiempo viéndola. Ella tenía un pijama de short y su trasero quedaba al aire cada vez que ella se metía más adentro de la nevera

Mujer vulgar Se dijo para sí mismo mientras seguía mirando fijamente aquella dirección, pensó que ella hacía esto para provocarlo, pero en realidad ella lo hacía inconscientemente. Ni siquiera el mismo príncipe de los saiyajins podía resistirse al cuerpo de Bulma, era innegable que tenía muy buen físico, demasiado bien

Pero aunque lo hacía inconscientemente, Bulma poco a poco se fue dando cuenta de la mirada hacia ella del príncipe, ella no era tonta, sabía que la estaba mirando, así que se volteó lo más rápido que su cuerpo le permitió, aguantando una carcajada al ver la mala disimulación del príncipe, Maldición el estúpido es muy rápido se dijo con media sonrisa al verlo leyendo fingidamente la parte trasera de un libro. El era muy astuto, pero ella es más astuta e inteligente así que no iba a dejar que se saliera con la suya y que negara que estaba viendo su esbelto cuerpo

-No sabes disimular, príncipe- Dijo tomando asiento en frente de él y el con tranquilidad apartó la mirada del libro actuando como que si nada hubiese pasado

-No se de que hablas, humana insolente- El la miró con seriedad, pero el suave rubor que tenía le delataba en su contra, dejando a Bulma con una sonrisa satisfecha

-¿Desde cuándo lees nuestro idioma?- Dijo con inocencia fingida

-Mierda, es muy astuta- Tenía que pensar rápidamente en una buena excusa, que sea creíble, pero su mente le traicionó y trató de calmarse para que la humana no note su nerviosismo en su voz, que irónico, el príncipe de la raza más fuerte de la galaxia no sabía que responder a una torpe humana y lo peor era que se sentía un poco intimidado- Hmp, eso no te interesa- Dijo haciendo que Bulma se sonriera a sí misma. Por dentro daba saltitos de alegría y se felicitaba a sí misma por ser tan irresistible a la vista masculina

Necesitaba disimular su sonrisa, así que tomo un largo sorbo al zumo, mientras su cara se ponía verde para luego ponerse pálida. Vegeta la miró extrañado, no respondía a los gestos que le hacía con la mano para despertarla, así que se acercó un poco más su cara hacia su cara, ella miró el frasco y leyó claramente en la etiqueta "Zumo de zanahoria con papaya, sin azúcar", ¡Maldita sea!, Sea había equivocado, lo escupió rápidamente en la cara de Vegeta. Este se limpió la cara con un pañuelo de cocina mientras la miraba con cara de pocos amigos, y ella salió corriendo despavorida hacia su cuarto, ¿Qué le pasa a esta loca?, De esta no se salva, ¡Me la vas a pagar Maldita Bulma!, Se dijo a sí mismo, se sabía perfectamente su nombre, pero para él era una maldita mujer y humana insolente,se levantó y salió corriendo detrás de Bulma

Mierda, mierda, mierda, ¿Ahora que va a pasarme?, No se iba a relajar sabiendo que había hecho enojar al príncipe mercenario de los saiyas, abrió con una mano muy temblorosa la puerta, miró hacia atrás mientras entraba, asegurándose de que no iba persiguiéndola, algo se atravesó en su camino y la hizo caer de espaldas hacia el suelo, pensó muy mal, el juego apenas empezaba

Continuará


N/A: Bueno, he aquí el primer capítulo de "Te enseñaré a amar", espero que le haya gustado, dejen sus comentarios, les agradezco su apoyo, díganme, ¿Quieren que siga?, Cualquier comentario es válido, hasta la próxima mi gentee...