Tercer capítulo de esta historia, ¿Como le va en el entrenamiento a Mairin? y ¿como se lo están tomando el resto de personajes?
En compensación con la posible tardanza(? Este es más largo que el anterior 3
Espero les guste!
Declamier: Los personajes aquí presentes no me pertenecen, de ser así, la serie habría traído ya de vuelta a Iris.
Pokémon XY&Z: Part of me
3° Capítulo: Promesa.
— Sí comes tan rápido te vas a atorar.
El regaño matutino de Steven se había vuelto rutina para el almuerzo, el profesor Sycamore reía después de eso y ella se disculpaba.
A pesar de todo lo que había pasado en las últimas semanas, Mairin aparentaba ser la misma chica. Lo que no era tan cierto, solo frente a esos dos ella trataba de actuar normal, no quería preocuparlos más, después de todo ellos no tenían culpa alguna de nada.
Steven seguía preguntándole sobre si estaba bien entrenado de esa manera, ella le restaba importancia. El profesor se la pasaba en su oficina temporal para investigar el estado de Chespy y la cura que buscaba Alain.
Su rutina constaba de dos cosas importantes, después del desayuno se la pasaba en el cuarto de Chespy; contándole algunas cosas sobre su día, su entrenamiento y sobre los pokémon que conoció en ese invernadero. Después de almuerzo y hasta la cena estaba en el domo de las instalaciones tratando de hablar con ese Altaria. El tiempo restante volvía a la habitación de Chespy hasta muy entrada la noche.
— Suerte en tu entrenamiento.
— Gracias profesor.
Y con eso salió corriendo del comedor hacia el domo.
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— Buenos días Mairin.
Una de las científicas que estudiaba a esos pokémon se había vuelto muy amiga de la joven, solía pedirle ayuda sobre los comportamientos de Altaria y ella era la única que parecía prestarle atención.
— Buenos días
Los pokémon se acercaron a la joven entrenadora para saludarla y Mairin preguntaba sobre la ubicación de Altaria.
— Esa niña tiene una facilidad para hacer amistad con los pokémon —Susurró la científica observándola charlar con ellos.
La mayoría rehusaba el contacto directo con cualquier adulto de ahí, pero se comportaban diferentes con ella. No le dio más vueltas al asunto pues Mairin se había marchado en busca del pokémon volador.
Un estruendo se escuchó a lo lejos, los pokémon corrieron huyendo de la explosión, la científica enfocó su mirada y para su sorpresa Mairin se encontraba en esa dirección.
Un Flaaffy corrió hacia ahí antes de que ella reaccionara, buscó una de sus pokéball en su bolsillo para defender a Mairin. Era seguro, el Altaria estaba de malas de nuevo.
— Mairin, ¿estás bien? —Gritó cuando ya estaba en el lugar, mientras que Flaaffy olía el aire para encontrar a la entrenadora.
— Tranquila, no quiero hacerte daño.
La voz de Mairin se oía lejana y calmada. La científica fue despacio hasta encontrar a la entrenadora.
Mairin estaba acorralada entre un muro y troncos de árboles que no la dejarían esquivar cualquier ataque directo, menos a manos de ese Altaria que parecía muy cabreado.
— Mairin, yo te…
— Por favor quédese lejos, Altaria está más enojada que de costumbre, es peligroso.
La mujer frunció el ceño, ¿una niña le pedía que se alejara porque era peligroso? Iba a dar un paso pero el gruñido del Altaria la paralizó.
Flaaffy en cambio no hiso caso alguno, corrió para darle un golpe con su cola que estaba brillando pero Altaria lo alejó de inmediato con un Garra dragón que lanzó al pobre pokémon eléctrico hasta un tronco de árbol.
Altaria estaba furiosa y Mairin estaba en claro peligro. Sin embargo, sí cualquiera se acercaba la situación se pondría peor.
— Mairin…
— Quédese ahí, por favor.
El tono de la entrenadora sonaba un poco autoritario, y se mostraba decidida a calmar al Altaria sin importar qué.
Obstinada pensó la mujer.
— Altaria, sólo quiero ser tu amiga —Sonrió extendiendo los brazos y dando pasos despacio mirando al pokémon a los ojos.
Un gruñido por parte del Altaria hiso que dejara de avanzar, aunque mantuvo su sonrisa intacta solo espero a que las facciones del pokémon se suavizaran, dio otro paso doblando un poco las rodillas para no intimidar al pokémon con su poca altura.
— Seamos amigas Altaria.
El pokémon relajo sus facciones y su postura, acercó su cabeza hasta Mairin dudando si hacerlo o lanzar un ataque, poco a poco olfateó a la joven buscando algún indicio de peligro en ella. Pero no olía ni si quiera miedo, más bien sentía una calidez reconfortante emanando de ella, un incómodo sentimiento de tranquilidad.
Un fugaz recuerdo vino a la mente del pokémon y el pequeño brillo de sus ojos desapareció, su cuerpo comenzó a brillar, su postura se volvió rígida, la mujer pensó lo peor:
— Está usando brillo mágico… ¡Mairin aléjate de ahí!
La entrenadora retrocedió un par de pasos hasta caer sentada frente al pokémon, inmovilizada ante el miedo ¿Recibiría a quema ropa ese ataque? ¿Por qué no se movía su cuerpo?
— ¡Mairin! ¡Corre!
— ¡Flaaa!
El brillo que emanaba Altaria cegó completamente a Mairin que estaba a tan solo un par de metros del pokémon, cubrió su rostro con su ante brazo y no pudo pensar en nadie más. El grito de la científica amiga suya fue lo último que escuchó antes de que se detonara el ataque del Altaria.
Todo se volvió negro. Y ya no sentía nada, otra vez…
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— ¿Estás preocupada por esa niña?
La grave y autoritaria voz de Lyssandre la estremeció, contrajo todos sus músculos antes de poder responder ante su jefe, lo único que pudo hacer fue asentir.
— ¿Por qué? Ella es una extraña.
— Sigue siendo una niña, señor.
Grave error, la respuesta precipitada de la científica hiso que el enorme hombre se levantara de su asiento colocando ambas manos sobre su escritorio haciendo gala de su altura. Ella retrocedió y bajo la mirada al suelo.
— Te cambiaré de sección.
La mujer levantó el rostro confusa, pero él ya no la miraba.
— Será bueno alejarte de Mairin.
— P-pero…
— Puedes retirarte.
— Si…
Trato de salir de esa oficina lo más rápido y calmada posible, al cerrar la puerta no pudo evitar morderse el labio. Sentía su corazón latir muy fuerte contra su pecho, por un momento pensó que él la echaría de aquí, por ahora se había salvado.
— Un consejo— La suave voz de Malva la sorprendió— No te metas en este asunto.
— Pero… —Se tragó lo que quería decir, ella era parte de la élite no solo de Kalos sino de esta compañía.
— Mairin está a mi cuidado. Aléjate de ella.
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No podía descifrar que era lo que tenía delante, se sentía pesado, asfixiante y por sobre todo la hacía sentir un vació a su alrededor. Cuando logró distinguir una silueta frente a ella, estiró ambos brazos para alcanzarla, pero se detuvo al verla mejor.
"¿Chespy?"
Era pequeña, y destacaba un brillo verdoso a su alrededor, no podía ser otro más que su querida Chespy, su primera amiga con la que inició este viaje de ser entrenadora, pero ella ahora…
"¿Chespy, a dónde vas?"
La silueta borrosa de su pokémon se alejaba de sus manos, ¿realmente era Chespy? ¿Por qué no se acercaba a ella?
"E-Estas molesta ¿Es eso?, si es así déjame explicarte… yo…"
El brillo se volvía más intenso y ella no podía seguir corriendo detrás de su pokémon, ¿seguía siéndolo? Algo entre tanta oscuridad le hiso resbalar y caer de rodillas, el golpe le hiso temblar las piernas, como si fuera a caer por un precipicio o un barranco.
"Chespy…"
Cerró los ojos y se abrazó a sí misma, sentía un intenso frío a su alrededor, y poco a poco ese mismo iba envolviéndola y casi se reía en su oído. Se burlaba de ella de la manera más cruel, dejando que su cuerpo se enfriara sin darle tiempo a levantarse o huir de ese lugar.
Ni si quiera estaba segura de que significaba todo esto, solo sabía que su querida amiga se alejaba de ella y había caído en coma por su descuido, que era una molestia para su compañero de viaje, un retraso para su objetivo y que debían seguir sus caminos por separado.
Era lo mejor ¿Cierto?
"Alain…"
Susurró apenas mordiendo su labio inferior ¿Por qué no se sentía de esa manera?, comenzó a temblar y dejó que su cuerpo se recostara sobre el frío e inerte suelo.
"No volveré a ser una molestia, lo prometo"
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El pitido constante de la maquina le aseguraba que ella estaba bien, pero el que no despertara y aquellas vendas en su cabeza no lo dejaban tranquilo. Las enfermeras la habían atendido de inmediato luego de aquella explosión, por suerte el ataque no le dio directo, se desvió hacia un punto detrás de ella y fueron los trozos de árboles los que le causaron más daño.
Aun así, nada de esto hubiese pasado si ella no fuese sometida a aquel entrenamiento, no le cabía en la cabeza que ella se ofreciera a eso. Por la razón que fuese, no calzaba con la imagen que poseía de la entrenadora.
Pero, dentro de toda la situación, había una posibilidad de que la influencia de Alain fuese más fuerte en ella de lo que creyó en un principio. La idea de ser más fuerte a costa de todo venía de él, ¿era eso? ¿su pensamiento se traspasó hacia Mairin, dando como resultado esto?
No lo aprobaba, aun así, apoyaba a Mairin cada día, no quería que ella entrenara por razones equivocadas ni mucho menos quería que siguiera encerrada en esa habitación esperando a que Chespy despertara. No le hacía bien, pero esto tampoco era una solución…
Steven no puede evitar pensar en que, si Alain estuviera aquí, ella no estaría de esta manera.