Hola, hola, Luna de Acero reportándose. Y aquí está el final, final. Espero de corazón que les guste este extra, demoré en subirlo más de la cuenta porque quise agregarle un par de cositas, y finalmente dije, bien, al fin lo tengo como quería! Gracias a todos los que me recomendaron y disfrutaron de esta historia, especialmente a los que se hicieron un tiempito para comentar. Va con especial cariño para Odaxochilt96, tu sabes porqué y si no lo sabes lo sabrás al leerlo ;) porque creíste en mí, gracias! Los espero para el extra de Mister Kitten y luego, por supuesto el nuevo fic. Cuento con ustedes mis hermosos, besitos multicolores. Luna.-

Disclaimer: Los personajes son de Isayama Hajime, ¡maldición!

Advertencia: Lemon, nothing more.

Te pertenezco, hoy y siempre

Eren estacionó su mercedes frente a la residencia. El verano era agobiante, pero últimamente estaba perdiendo su bonito bronceado, porque se pasaba de reunión directiva en reunión de finanzas o reunión con los inversionistas. En menos de dos años había desarrollado una notable habilidad para los negocios.

Su madre estaba de forma permanente en las oficinas, cuidando desde adentro las inversiones, mientras que Eren se encargaba de las visitas, conseguir nuevos contactos e investigar el mercado, Juntos hacían un equipo impresionante, Eren nunca había tenido la oportunidad de ver a su madre en acción, ahora se daba cuenta que era una mujer increíblemente hábil.

Los primeros seis meses los acompañó Levi, había armado un nuevo departamento contable, detectaron fugas importantes en empleados infieles que, aprovechando la ausencia de Erwin habían decidido sacarle provecho. Levi sugirió rebautizar la empresa para darle una nueva imagen y despegarla de la anterior que venía decayendo y mucho. Contrataron a empleados jóvenes y con nuevas ideas para el área de marketing y renovaron muchas cosas. Ahora en el último año se habían empezado a ver los frutos de toda esa reestructuración.

Eren descendió y entró al lugar. Había varios niñitos pequeños al fondo del patio jugando, apenas lo vieron se fueron corriendo a encontrarlo.

-: ¡Eren, Eren, vino Eren! – gritaban todos muy entusiasmados, con sus caritas sonrientes y las manos llenas de granitos de arena.

-: ¡Eren, viniste! – dijo uno de los niños mientras levantaba los brazos para que lo alzara, el joven sonrió complacido y lo levantó en sus brazos.

-: ¿Cómo estás Shiri? ¿Te has estado portando bien?

-: ¡Sí, sí, papá Levi me dio una estrella, mira! – dijo señalando su frente, una niñita de pelo claro tiró del pantalón de Eren.

-: ¡Shiri, comparte un poco! ¡Eren yo tengo dos estrellas, mira, mira!

Todos los niños hablaban al mismo tiempo y a Eren se le formó una gota en la cabeza, mientras trataba de ver como hacía para complacerlos. Pronto dos de las maestras vinieron en su auxilio.

-: Niños, tranquilícense, no se alboroten, sean respetuosos con el señor Jaeger. Buenos días, Eren.

-: Buenos días Sasha, Ymir, ¿qué tal las cosas? – dijo el joven amablemente.

-: Los niños han estado esperando su visita con ansias, señor – respondió Ymir que era la más estricta de las dos – Vamos niños, se acabó el recreo es hora de volver al salón.

-: ¡Oooohhh! – dijeron todos decepcionados.

-: Vamos niños, hagan caso, si se portan bien les daré lo que traigo en el maletero del auto – comentó guiñándoles un ojo, los niños ya sabían, Eren siempre les traía alguna sorpresa bonita.

-: Papá Levi va a estar muy feliz de ver al señor Eren, ¿verdad? – dijo el niño entre sus brazos.

-: Eso espero, Shiri, anda, ve al salón – dijo dándole un besito en el cachete redondito y dejándolo en el suelo – A la salida les daré su premio.

Todos se fueron contentos ondeando sus manitos hacia el adulto.

Eren ingresó por la puerta principal y visitó administración para ver cómo iban con la distribución de recursos del mes. Todo marchaba según lo planificado. Luego pasó por la sala de profesores, la enfermería y finalmente fue hasta el despacho del director. Levi estaba detrás de varias pilas de papeles, con sus anteojos, muy concentrado y tipeando en su notebook mientras revisaba otros tantos documentos.

-: Hola, mi amor – dijo Eren con una sonrisa fantástica, pero Levi levantó el dedo índice de su mano derecha unos segundos, lo que quería decir: "no me interrumpas, estoy ocupado, espera". Eren se acercó y quedó de pie frente al escritorio un momento. Su celular vibró y sonrió al ver el mensaje, aprovechó de contestar.

-: Y listo – dijo Levi al cabo de unos minutos, se sacó los anteojos y fue a recibirlo con un corto beso en los labios – Te hacía trabajando, pero qué bueno que pudiste pasar, quería mostrarte unas carpetas que llegaron, ya sé, ya sé lo que vas a decir – se adelantó mientras el castaño se quedaba con la boca a medio abrir – Sólo míralas ¿ok?, son solo tres, aunque ya me conoces, pero simplemente lee los perfiles, te lo suplico. Además tengo muy buenas noticias.

-: ¿Ah, sí?

-: Sí, he contactado con Noveltix y Frasenhard, las empresas que auspicia Trinity (así se llamaba ahora la empresa que regenteaban Eren y su madre), y he hablado con ellos, al parecer accedieron gustosos para dar una donación, siempre y cuando los incluyamos en los créditos. ¿Qué te parece?

-: ¿Una donación?

-: Ven – le dijo Levi volviendo a la computadora y abriendo los emails.

-: ¡Guauuu! – Dijo el joven abriendo grande sus ojos - ¡Esto es increíble! ¿Cómo lo hiciste, Levi?

-: Oh, yo también soy bueno negociando, y eso no es todo, la congregación de las Camelias ha decidido venir a colaborar con pintura para la renovación del salón de estudios y la biblioteca, así también la Fundación Manos Libres se contactó con nosotros, van a hacer un festival dentro de poco y quieren que el 50% de los beneficios sean para el albergue. Estuve haciendo más foco en la promoción del lugar en las redes sociales y ha dado excelentes resultados. Así que ahora, por favor, reconsidera estos postulantes.

-: Levi – dijo Eren tomándolo en sus brazos - ¿Acaso alguna vez puedo decirte que no, eh? Tú siempre sabes cómo convencerme.

-: Ya te lo dije, cachorro, soy bueno negociando – Luego se fundieron en un sentido beso - ¿Cuándo viajas de nuevo?

-: En dos meses, a Asia, pero será solo por unos días, estaba pensando que sería lindo si pudieras acompañarme. No lo sé, cuatro días, ¿te parece bien?

-: Debería chequear la agenda, ya sabes que viene el aniversario del albergue y sinceramente no quisiera perdérmelo.

-: Yo tampoco, el viaje está programado para después.

-: Oh, bien, supongo que podría ver de hacer algo.

-: ¿Tomaste tu mediación?

-: Sí, lo hice – Eren lo miró con seriedad – Te estoy diciendo la verdad – suspiró cansado, algunas ojeras se perfilaban en la blanca piel.

-: Ey, mi amor, también debes descansar y relajarte un poco, recuerda lo que dijo la doctora, yo sé que eres un gran trabajador, pero no te obsesiones – acto seguido lo besó en la frente – Ahora tengo que descargar algunas cajas del auto, cosas que les traje a los niños, ¿me das una mano?

-: Sí, claro.

Caminaron por los pasillos del albergue de niños "No soltaré tu mano". La fundación había sido creada casi un año atrás, por Eren y Levi. Un sueño de ambos. Ahora ya contaban con 63 residentes permanentes con edades de entre los 3 y los 16 años, y residentes ambulatorios más de 25. El lugar contaba con excelentes profesionales de la salud, educación, nutrición, asistencia pedagógica y psicológica, para la contención y la reeducación de los niños. No sólo se les brindaba instrucción, alimentos, vestimenta y cariño, también contaban con un sistema que les brindaba cursos y herramientas para la inserción laboral, incluso con pasantías para la empresa Trinity y otras interesadas en ayudar. Levi mantenía un estricto sistema de coordinación para que todas las áreas colaboraran de forma permanente, a la vez que se daba el tiempo para hablar con todos los residentes y seguir muy de cerca sus evoluciones.

Eren admiraba el amor y la dedicación que ese pequeño hombre le ponía a todo. Y se alegraba cada vez que se producían avances, algunas historias eran increíblemente tristes y Levi estaba sanando parte de su vida brindado esa ayuda y ese apoyo a los pequeños que no podían defenderse por sí mismos.

Cuando salieron al patio Levi se quedó estupefacto. En un costado un enorme cartel lleno de corazones "Levi te amaré toda la vida", sostenido por dos guardaespaldas altos, el camino regado con pétalos de rosas, una grupo de mariachis a un costado que empezaron a tocar "Eres" de la banda Café Tacuba, Carla al otro costado filmando todo y Eren que sonriente lo miraba con el corazón latiendo apresurado.

-: Lamento si desafino, pero te juro que he practicado mucho – Eren se alejó unos pasos y comenzó a cantar con una muy melodiosa voz.

Eres
Lo que más quiero en este mundo eso eres
Mi pensamiento más profundo también eres
Tan solo dime lo que es
Que aquí me tienes

Pronto empezaron a agolparse todos contra los ventanales, mientras abrían los vidrios para escuchar, detrás de Levi levantaban sus pulgares hacia Eren y le hacían señas de que estaban preparados.

Eres
Cuando despierto lo primero eso eres
Lo que a mi día le hace falta si no vienes
Lo único preciosa que en mi mente habita hoy
Que más puedo decirte
Tal vez puedo mentirte sin razón
Pero lo que hoy siento
Es que sin ti estoy muerto pues eres
Lo que más quiero en este mundo eso eres

Levi estaba mudo. Mientras entraba una fila de gente trayendo ramos de globos en forma de corazones rojos y lunas plateadas. Carla ya había empezado a lagrimear y Eren se acercaba muy lento hacia el pelinegro.

Eres,
el tiempo que comparto eso eres,
lo que la gente promete cuando se quiere,
mi salvación, mi esperanza y mi fe.
Soy,
el que quererte quiere como novia soy,
el que te llevaría el sustento día a día, día, día,
el que por ti daría la vida ese soy.

Jamás, ni en sus sueños más locos, podría haberse imaginado que algo como eso podría pasarle a él. Después de todas las cosas malas vividas, aún había momentos en que le costaba creer que alguien pudiera amarlo de esa manera. Solía pensar que él no se merecía ese amor, que no era de las afortunadas personas a las que esas cosas bonitas le pasaban. Y ahora estaba frente al hombre que estaba cumpliendo con su palabra. Cuando Eren le había dicho que lo amaría por siempre, pensó que era lindo, mientras durara, que pronto se cansaría de él y todos sus traumas, pero el joven había cumplido con creces. Y ahora estaba ante una sorpresa inesperada y encantadora.

Aquí estoy a tu lado,
y espero aquí sentado hasta el final,
no te has imaginado,
lo que por ti he esperado pues eres...
...lo que yo amo en este mundo eso eres...
Cada minuto en lo que pienso eso eres...
Lo que más cuido en este mundo eso eres...

Luego de terminar la canción, Eren se paró frente a Levi, lo tomó con suavidad de los hombros, el pelinegro no reaccionaba, estaba con los ojos grandes y duro como una tabla. Lo giró con suavidad para que mirara a sus espaldas y finalmente les hizo señas a los adultos.

Había una fila de niños dentro del edificio que cuando vieron a Eren levantar la mano empezaron a subir unas letras muy bonitas (pintadas por ellos mismos) para formar palabras que formaban frases.

"Levi, gracias por elegirme, no imagino vivir sin ti. ¿Aceptarías…"

Y luego bajaron los carteles para subir otros nuevos:

"Casarte conmigo y dejarme hacerte feliz?"

Los niños reían a carcajadas y empezaron a gritar, mientras los adultos los animaban:

-: ¡Dí que sí papá Levi, dí que sí!

Eren le susurró al oído:

-: No puedo imaginarme despertar y no tenerte a mi lado, lamento tanto ponerte tanta presión, sé que te gustan las cosas más discretas, pero… Necesitaba ser cursi, ya sabes como soy.

Lo volvió a girar y se arrodilló, mientras Levi sentía que se le humedecían los ojos.

-: Cásate conmigo Levi, y hazme el hombre más afortunado y feliz de este mundo.

Eren sacó una pequeña cajita blanca y la abrió para mostrar un precioso anillo de oro blanco con una piedra tallada de forma rectangular de color azul, probablemente un zafiro.

Levi no reaccionaba y Eren tragó duro al ver que no sucedía nada.

-: ¿Levi?

El pelinegro salió corriendo para un costado de la escuela perdiéndose por allí.

Todos se quedaron con la boca abierta, sin poder dar crédito a lo que veían sus ojos.

-: Tran-tranquilos – dijo Eren poniéndose de pie – No se preocupen, no se muevan, iré a buscarlo.

Eren salió también corriendo, guardando la caja en su bolsillo y preguntándose si no lo habría apabullado, tal vez aún no estaba preparado para ese compromiso. Le dolía el pecho. Lo encontró vomitando en un costado del jardín, apoyado contra un árbol. Se acercó con cautela.

-: ¿Levi?

-: Cof, Cof, no te acerques… ¡arrgh!... cof, cof… da-dame, cof, un minuto…

Eren entró por el patio de atrás al albergue y fue hasta la cocina para buscar un vaso grande de agua y una toalla y llevárselas.

Para entonces Levi estaba de cuclillas y temblando un poco, la frente perlada de sudor frío.

-: ¿Estás bien?

-: Sí… - el pelinegro temblaba y estaba algo pálido, bebió un varios sorbos de agua y se mojó la cara con el resto para secarse con la toalla, suspiró y se puso de pie.

-: Mi amor, yo… todo esto es mi culpa, realmente lo lamento, de verdad lo hago, pérdoname…

-: Calla – le dijo el otro mientras tomaba bocanadas de aire para recuperarse – No estoy enojado, deja de pedir disculpas, mocoso insolente… Yo soy el que tiene que pedirlas… es que… me tomaste desprevenido… eso es todo… maldición, Eren… - el joven ya no sabía ni qué pensar, sus ojos se llenaron de lágrimas - ¿Vas a llorar?

-: Lo siento, me precipité y, y-

-: ¡Qué cierres la boca! – Dijo ya molesto el ojiazul – Ya te dije que no estoy molesto, rayos. ¿Cómo te lo explico? Fueron… fueron demasiados sentimientos y yo solo… yo solo… - cálidas lágrimas empezaron a rodas por el rostro de Levi - ¡Tu madre estaba filmando, maldita sea! ¿Cómo iba a llorar frente a la cámara? Waaa… - De repente ya no podía contenerse, las lágrimas salían sin parar - ¡Y todos mirando, snif, waaaa! ¡No quiero que me vean llorar! ¡Maldito! – se agarró con fuerza de la camisa de Eren y enterró su rostro mientras los espasmos sedaban uno detrás de otro, Eren lo abrazó con fuerza.

-: Tranquilo, mi amor, no debes darme una respuesta hoy, sólo quiero verte bien, realmente pensé que te alegraría, no quería ponerte en este estado.

-: ¡Estoy feliz, maldita sea! – Le gritó el pelinegro con reproche, mientras lloraba de una manera vergonzosa – Waaaa, snif, snif, waaa – se tapó el rostro con la toalla, y Eren dudaba que alguien en ese estado pudiera estar feliz. Pero se quedó abrazándolo y refregando su espalda hasta que se calmó, que fue como quince minutos después – Si le cuentas a alguien que me viste en este estado, voy a despellejarte vivo, mocoso idiota – lo amenazó recuperando la compostura – Ahora ve con los demás, ya te alcanzo.

Eren le sonrió y le obedeció, cuando volvió, todos estaban consolando a Carla que lloraba a mares, mientras tenían caras tristes.

-: ¡Hijo, hijo, ven que te consuelo! – Dijo la mujer estirando sus brazos – No te preocupes, corazón, olvídate de ese enano malhumorado, conseguiremos una mujer que me de miles de nietos.

-: ¡Mamá, por favor! – la reprendió Eren con los ojos desorbitados – Todo está bien, deja de decir tonterías, es solo que… que… fue demasiado para Levi, ya viene, por favor toquen algo – le pidió a los mariachis que de inmediato empezaron a blandir sus instrumentos. Eren levantó sus pulgares hacia los residentes, profesores, médicos y cocineros y esperó pacientemente.

Al fin, luego de varios minutos de tortuosa espera bajo el sol sofocante, apareció Levi, con su semblante tranquilo de siempre, caminó muy seguro hasta Eren y Carla ya estaba filmando de nuevo.

-: Levi, por si no escuchaste lo que-

-: Sí… - se apresuró a decir y luego dejó a todos enamorados con una suave sonrisa que se pintó en sus labios – Sí, Eren, acepto que estemos juntos lo que nos queda de vida.

Esta vez fue el joven quien sacando la caja, comenzó a dejar salir sus lágrimas de emoción, le colocó el anillo en el pequeño y blanco dedo, lo besó en la frente y lo abrazó con ganas. Entonces todos comenzaron a aplaudir y los mariachis a tocar alegres baladas. Soltaron los globos y todos salieron a festejar afuera, mientras empezaban a llegar bocadillos y gaseosas. De adentro sacaron bancos y sillas para organizar la fiesta y una enorme torta que tenían reservada, Oda, una de las pasteleras de la zona, se había encargado de decorarla hermosamente con rosas de variados tamaños, las letra se enlazaban sobre la superficie y debajo un "Por siempre juntos".

-: Mocoso impaciente – le dijo el más bajo mirándolo reprobadoramente – Yo ya había empezado los preparativos para confesarme, me ganaste de mano.

-: Es que ya no quería esperar más… - Lo abrazó por detrás y Levi apoyó su cabeza sobre su pecho, mientras los niños formaban rondas y comían las golosinas que había sobre la mesa – Tenemos una hermosa y gran familia, ¿verdad?

-: La más hermosa que se puede pedir... – aceptó el oji azul mientras suspiraba con sentimiento.

-: El mes que viene cumplimos tres años, así que creí… bueno, yo saqué un turno en el registro civil.

-: Está bien, por mí puede ser mañana, da igual, a partir de ahora no te vas a librar de mí…

-: Qué maravillosa condena… ¡Estoy tan feliz! – dijo apoyando su rostro en el cuello del más bajo.

-: Yo también… - el más bajo miró hacia el cielo, "gracias mamá, donde sea que estés, sé que esto tiene que ver contigo también…".

-0-

La celebración fue sencilla, Eren estaba vestido de blanco y Levi de impecable negro, ambos con trajes confeccionados a la medida. El pelinegro estaba peinado pulcramente hacia atrás con su blanco rostro despejado, un suave rubor adornando sus mejillas. Eren estaba radiante, con el pelo más corto que de costumbre y una sonrisa que no se podía disimular.

Estaba vez habían contratado a un camarógrafo profesional. Así que Carla estaba en primera fila, Armin y Annie oficiaron de testigos, frente a un reducido grupo de allegados. La jueza se presentó y todo el acto fue sencillo y emotivo. Casi todos acabaron en lágrimas. Esta vez se selló el acto con un significativo beso entre Levi y Eren…

-0-

La luna de miel fue en China, estuvieron cuatro días en una gran travesía para conocer los lugares más emblemáticos, entre ellos la hermosa muralla China, donde Eren perdió a Levi de vista, tuvo que buscar a los oficiales de custodia, hasta que tres horas más tarde dio con él.

Ya en el hotel y después de un baño, Eren seguía abrazando a su, ahora, esposo.

-: Ya Eren, afloja, que no voy a desaparecer – se quejó el pelinegro.

-: ¡Estaba tan asustado! No puedo olvidarlo, simplemente me giré a sacar unas fotos y luego, luego, ya no estabas, no… - Unas lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

-:Ey, no es para tanto, oye, sólo quise ir un poco más arriba, había demasiada gente, pero no pensé que te asustarías tanto. Vamos, Eren no soy un niño, no voy a perderme.

-: No, no lo entiendes – dijo el castaño con dolor – Te perdí una vez… me prometí, jamás… jamás…

El más bajo se giró para poder abrazarlo, sí, entendía, esa sensación de pérdida, lo podía entender mejor que nadie.

-: Lo siento, ¿de acuerdo? No lo hice a propósito – Secó sus lágrimas con los puños de su remera y luego lo besó tratando de transmitirle todos sus sentimientos – Eren… Eren… - lo llamó con necesidad – Hagamos el amor, Eren…

El joven lo miró y las lágrimas se detuvieron.

-: ¿Lo ves? Tengo el método perfecto para hacerte dejar de llorar – luego se empezó a desvestir con lentitud mientras el ojiverde lo miraba embobado. Tomó la mano del joven y besó donde estaba el delgado anillo grabado con rosas, luego lamió sugestivamente su dedo y lo miró con deseo - ¿Será que mi esposo hará algo más interesante que sólo llorar?

-: Ni lo dudes… - Dijo Eren abrazándolo posesivamente y apoderándose de sus labios – Levi, eres tan lindo, tan hermoso – lo aplastó contra la cama, mientras besaba cada porción de piel a su alcance.

-: Oh, no, esta vez es mi turno de disfrutarte – le dijo el más bajo mientras lo empujaba para subirse encima. Esta vez quería consentir a Eren, después de todos los esfuerzos, la paciencia y su amor, lo mínimo que podía hacer era consentirlo.

Se tomó su tiempo para quitarle la ropa y besar su pecho, podía sentir los fuertes latidos justo donde estaba posando sus labios ahora, era casi como besar su corazón. Pensar que gracias a ese joven ahora tenías miles de motivos para vivir, cientos de ganas de continuar en este mundo. Suspiró sobre la piel caliente y dispuesta, para seguir descendiendo por ese torso que marcaba el camino hacia el placer. Entre sus brazos lo olvidaba todo, podía llorar horas después de las terapias, pero apenas Eren lo abrazaba, apenas sentía el perfume de su cuerpo se volvía el ser más fuerte sobre la tierra. Gracias a él.

Sólo con ese cuerpo podía volver a sentir deseo, sólo a él le permitía todo. Dejó delicados besos por la v corta que formaban los músculos de Eren antes de su entrepierna, esa zona que consideraba una de las más sexies de su hermoso esposo. Aún no se lo podía creer, a veces pasaba largos minutos de su día mirando sus anillos, el de compromiso, que Eren eligió porque el zafiro le recordaba a sus preciosos ojos azules, y la dorada que le recordaba que ahora tendría siempre un hogar al cual volver, un hogar que era el mejor que había tenido en toda su vida.

Tomó el falo de Eren entre sus manos y comenzó a lamerlo lascivamente. Jamás sentiría asco con él, solo ganas de más. Lo puso en su boca succionando con cuidado y removiendo su lengua, últimamente se había vuelto un experto en arrancarle suspiros a su pareja.

-: ¡Oh, Levi! – gimió Eren mientras enterraba sus dedos en sus oscuras hebras – Tu boca está… aaahh… taaann caliente… aaaahhh…

Se sentía bien, verlo delirar de placer, devolverle de alguna pequeña forma todo lo que había hecho por él, que le había perdonado todo. Su vida le pertenecía sin dudas, su cuerpo, su alma, todo. Continuó con su labor sin detenerse, tocando todos esos lugares que sabía que volvían loco a su cachorro, pero no podía esperar mucho más, necesitaba conectarse a él, necesitaba sentirlo parte de su propia carne.

Tomó el lubricante y comenzó a prepararse adecuadamente, pensar que antes el solo besarlo le producía náuseas, ahora no podía despegarse de él, le era tan necesario como el aire mismo. Los pocos días que Eren viajaba por negocios se volvían casi insoportables, pero le brindaría todo su apoyo, aguantaría lo que fuera por ese muchacho, viera como lo viera, siempre se sentía en deuda con el más joven.

Se sentó sobre el estómago de Eren, que lo miraba con los verdes ojos encendidos de pasión, era casi como si las llamas de sus pupilas le consumieran su propia piel. El más alto recorrió el lechoso pecho con lentitud para apretar sus rosados pezones, mientras el más bajo se refregaba frenético.

Finalmente se levantó un poco para darle paso a su esposo. Su hombría se deslizó lenta y profundamente en su cuerpo, y ambos sintieron que el amor los desbordaba por completo. Levi tomó las riendas de la situación y con sus torneadas piernas se hizo cargo de volver loco a Eren. Sus voces se mezclaban, se quebraban y agonizaban en cada embestida. Sus cuerpos estaban hechos para amarse, para acompañarse y protegerse, para caminar a la par de día y fundirse en uno por las noches. Más que anillos, sus propias almas estaban entrelazadas, predestinadas desde centurias, porque Levi sólo estaba completo con Eren y viceversa.

Eren sentía su falo siendo devorado, llegando hasta ese punto donde lograba hacer que Levi consiguiera el éxtasis continuamente. Se aferró a las estrechas caderas y se movió con la fuerza y energía de un joven enamorado, más que sexo era una danza, un baile sensual y candente, un ritual que lograba colmarlos de gozo y felicidad plena. El ojiverde se incorporó un poco para poder abrazarlo, necesitaba sentirlo cerca, necesitaba tocarlo, besarlo y sentir el roce de su piel, blanco como la nieve, caliente como las brasas, con Levi tenía siempre esa ambigüedad que lo sorprendía tanto. Tan pequeño, pero tan fuerte, tan duro frente al mundo, pero tan frágil cuando estaban a solas, tan inexpresivo al trabajar, pero tan erótico cuando lo buscaba, no había ni una pestaña, ni una marca, ni una sola uña que él no amara de su marido. Estaba hecho a su medida, Dios lo había creado específicamente para él, no le cabían dudas, y estaría agradecido eternamente por ese regalo divino que ahora se movía deliciosamente sobre su regazo.

-: Te amo, Levi… te amo tanto…

-: Eren… gracias… gracias… aaaah… - fue lo que dijo antes de crisparse al sentir el exquisito placer elevándolo a la cima, Eren lo apretó unos segundos más y no pudo resistirse a derramarse dentro de él.

-: Dios… ah, ah… fue el mejor sexo de toda mi vida… - elogió Eren resoplando enardecido.

-: ¿No dijiste eso la última vez también? – comentó Levi sonriendo.

-: Es que… ah, ah, tengo la fortuna, ah, de tener un esposo que… fiiuuuu, ah, siempre se supera…

-: Maldito mocoso adulador… pero tienes razón, soy jodidamente genial en esto.

-: Engreído… - le reprendió juguetonamente Eren, mientras le apretaba las pomposas nalgas, cosa que Levi aborrecía.

-: ¿Quieres perder tus bolas, Jaeger?

-: Si las pierdo, ah, ah, ya no podré complacerte, esposo mío.

-: No te preocupes, mientras el mío funcione lo mismo nos divertiremos, ja, ja, ja.

-: Como sea… siempre que estés a mi lado, no me importa quién lo haga, siempre que seas tú…

-: Mmm… que malditamente cursi y bonito que eres, mocoso, me estoy ablandando a tu lado. Pero, no está tan mal… pana nada mal… - y volvió a besarlo con intensidad.

-0-

-: Lizbeth, vamos, ya levántate, le prometiste a tu abuela que irías con ella al viaje.

-: Ya voy, papá – dijo la niña remoloneando.

-: Ahora, mocosa, ya sabes que a la viej-digo a tu querida abuela no le gusta esperar. Te doy cinco minutos o traeré agua del refrigerador, sabes que no estoy bromeando.

De inmediato la niña se giró y se bajó de la cama con mala cara.

-: Tienes un rostro demasiado bonito como para arruinarlo frunciéndolo, anda, vamos anímate. Vas a ir a un bonito viaje, te van a consentir… Hey, no andes haciéndola gastar de vicio.

-: No lo hago papá, ya sabes que ella insiste.

-: Te conozco pequeño demonio, no te aproveches de tu encanto. Iré a calentarte la chocolatada, no demores, estará aquí en menos de media hora.

-: Shhiiiiiiii – dijo la morena con el cepillo de dientes en la boca. Levi ya le había dejado la ropa debidamente doblada sobre la cama. Cuando bajó a la cocina Eren ya estaba sirviendo el café.

-: ¿Ya se levantó Liz?

-: Sí, por fin, tuve que amenazarla.

-: Ayer me dijo que quiere empezar a ir sola a la escuela.

-: Está demente, tiene apenas ocho.

-: Pero está a tres cuadras – dijo Eren apoyando a su hija.

-: ¡Es una niña, y los niños son inocentes! – dijo el pelinegro ofuscado, ya iba a empezar con su discurso de cuidar a los niños, Eren se lo conocía de memoria.

-: Está bien, está bien – dijo frenándolo – Tienes razón, mi amor, no discutiremos eso, seguirás llevándola. Por cierto, ¿viste mi camisa gris, esa de rayitas? No la encuentro.

-: Eh, ummm… ah… sí, esa camisa – Eren ya lo conocía, era fácil adivinar cuando Levi se mandaba alguna de las suyas – Bueno, verás, hubo un pequeño accidente, un error de cálculos, pero te compraré otra, la misma, lo prometo.

-: ¿Qué paso esta vez?

-: No digas esta vez como si siempre ocurriera, sólo que la plancha nueva, bueno, no sabía regularle bien el calor, pero ahora si sé…

-: No te preocupes, ven vamos a desayunar.

Lizbeth era una niña que ingresó al albergue hacía cuatro años, venía de una familia disfuncional, el padre en la cárcel por reincidencia en robos y su madre alcohólica que le pegaba con frecuencia. Desde que había ingresado se había vuelto la debilidad de Levi y había conquistado el corazón de Eren de inmediato. Entonces consideraron que tal vez era el momento apropiado para agrandar la familia. Carla se moría de amor por ella, y la había aceptado de inmediato, al fin cumplía su sueño de ser abuela. Los esposos recorrieron entonces el difícil arte de ser padres, enfermedades, escuela, clases de danza y natación, primeros dientes, todos los días era aprender algo nuevo, y nunca se sintieron más felices de hacerlo junto a ella.

-: Buenos días, papá Eren – dijo la chiquilla corriendo a sus brazos y sonriendo felizmente.

Los tres desayunaron entre risas y anécdotas de la escuela y sus amiguitos. Hasta que escucharon la consabida bocina del auto de Carla.

La niña recogió la mochila que le había preparado Levi cuidadosamente.

-: Y ten el celular a mano, atiende cuando te llamemos, te lavas los dientes antes de dormir, siempre te olvidas, si estás bajo el sol te pones el protector, lo puse en el bolsillo de afuera, no andes tocando perros ajenos como siempre haces es peligroso y además…

-: ¡Ya, papá Levi! Ya entendí, no seas tan sobreprotector, estaré bien, los llamaré a diario. Sólo nos vamos tres días. No te preocupes – la niña sonrió ampliamente.

-: Diviértete, cariño – le dijo Eren abrazándola.

La acompañaron hasta la puerta, Carla los saludó desde el auto. Se quedaron ahí hasta que el auto se perdió de vista.

-: Se nos fue – dijo el más bajo con la voz quebrada.

-: Sólo por tres días… Oye, ¿estás llorando?

-: No, ¿qué dices? Es sólo que estoy preocupado, nunca estuvo tanto tiempo lejos.

-: Ya, mi amor, relájate, además tengo grandes planes para nosotros. Aprovecharemos cada minuto a solas, eso te lo garantizo – dijo Eren abrazando a su lindo esposo por la espalda – Son nuestras vacaciones, hora de relajarse y disfrutar. Mmm… - dijo aspirando sobre el cuello de su pareja – Hueles delicioso.

-: Sólo me bañé con esas sales inglesas que compraste.

-: Delicioso.

-: Ya, vamos adentro, no tengo ganas de darle un espectáculo al barrio entero, maldito mocoso caliente…

-: Te encanta que sea así.

-: Cállate, Jaeger, y vamos adentro que vas a tener que consolarme bastante.

-: Con todo gusto.

Eran una familia, formada con retazos abandonados de otras… pero que juntos, formaban el entramado más perfecto…

By Luna de Acero… sonriendo a más no poder…