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Día 5.
Desafortunadamente el día de vuelta a casa no era otro más que ese mismo; se podría decir que apenas habían comenzado a disfrutar de esas vacaciones, cuando éstas ya habían terminado. El sol entraba dolorosamente por la ventana y teniendo en cuenta que ninguno de los dos había podido descansar por completo dos noches seguidas… despertarse esa mañana había sido todo un reto para ambos. Había mucha diferencia entre el día anterior y ese. Las suaves caricias matutinas, los cálidos besos e incluso un par de palabras de cariño se dieron en el transcurso del tiempo en el que tuvieron que alistar su equipaje una vez más y en el que se dieron un tiempo para ducharse juntos.
Como había sido en los primeros días, habían bajado al restaurante por un último desayuno en el hotel. Osomatsu se veía más abierto a sus demostraciones de cariño en público, cosa que el menor no parecía tan dispuesto a hacer y mucho menos si el otro se dedicaba a recordarle continuamente que ese detalle no parecía haberle importado la noche anterior en aquella piscina, a lo cual terminaba sin poder responderle, desviando su mirada, completamente sonrojado y con una expresión avergonzada…no podía rebatir ante eso.
Lo único que pudieron hacer antes de tomar el taxi que los llevara de vuelta al aeropuerto, fue dar una caminata por una parte de la costa, como si fuera una despedida a los bellos paisajes y al cálido clima que les había regalado Hawaii. Entre más cerca de casa se encontraban, más volvían a la realidad que ahí les esperaba… debían volver a hacer ese tipo de encuentros clandestinos y volver a conformarse con esos "roces accidentales" que solían tener.
Desafortunadamente la mañana pasó veloz y pronto se encontraron de vuelta en el aeropuerto, dispuestos a tomar el vuelo que los llevaría de regreso a Japón. Aunque antes de abordar el avión, Osomatsu tomó la mano del menor, obligándole a mirarle… aunque confundido en un inicio por el repentino movimiento, sin embargo él había sido el que había hablado primero.
-Desearía que pudiéramos quedarnos más tiempo aquí- Un leve sonrojo se había instalado en sus mejillas; había sido bastante abierto con aquel pensamiento egoísta que se había instalado en su mente en ese momento
-Quizá podríamos…-
-Sabes que eso no es posible. Debemos volver- Tomó un segundo de silencio, no estaba llegando a lo que había querido decir desde un principio, así que decidió apresurar su comentario antes de volver a desviar el tema -Ha sido un ben viaje y yo… bueno… quería agradecerte por traerme contigo-
-No seas tan formal Choropajerovski- Se burló, mientras que se escuchaba en el fondo, la voz que les indicaba que debían abordar el avión. Era hora de marcharse de Hawaii.
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Japón. Casa Matsuno.
Todomatsu azotó el periódico del día sobre la mesa del comedor. Había sido una costumbre desde que eran pequeños, recoger el periódico que se dejaba en la puerta de su casa para que cualquiera pudiera leerlo a la hora del desayuno… aunque ese alguien siempre era su padre; a ninguno de sus hermanos, incluyéndose el mismo se veía realmente interesado por las noticias, sólo de vez en cuando quizá Choromatsu o Karamatsu.
-¡Sigo sin poder creer que nos hicieran esto! ¡Agh! ¡Estoy tan molesto!-
Karamatsu había tenido que tomar casi todos los roles que sus dos hermanos habían abandonado y prácticamente en un par de horas después de que los otros se hubieran ido se había convertido en la sirvienta de los demás. Jyushimatsi e Ichimatsu eran los que habían tomado mejor aquella noticia, aunque no por eso disminuía su molestia por haber sido dejados de lado ante la posibilidad de un viaje como lo era el de Hawaii.
Sin embargo, uno de esos cuatro hermanos conocía el trasfondo en todo ese viaje. Hace un par de semanas había encontrado a Osomatsu y Choromatsu compartir un beso bastante apasionado al llegar a casa, la cual se encontraba vacía de no ser por ellos. Ninguno de los dos lo habían visto, sin embargo había decidido mantener el secreto.
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Ninguno de los dos sabía de qué manera iban a poder enfrentar a sus hermanos molestos; habían pasado todo el trayecto en el avión discutiendo sobre la manera en la que podrían ser capaces de librar aquella batalla… pero parecía bastante corto el tiempo al menos hasta que se encontraron parados en la entrada, observando hacia el interior, sin tener el valor de poner un pie en esa casa.
Y aun no estaban listos, cuando Jyushimatsu se había asomado sin querer y había gritado un "¡ah! Osomatsu nii-san, Choromatsu nii-san, ¡volvieron!". Karamatsu y Todomatsu habían salido corriendo a su encuentro antes de que escaparan para que les dieran la debida explicación o mejor dicho, para reclamarles por su falta de tacto al irse sin siquiera pensar en ellos.
Los sentaron en la misma mesa del comedor, en la que accidentalmente el mayor de todo había desviado su mirada hacia el periódico, en donde se anunciaba la desaparición de un maletín repleto de dinero y la fotografía del supuesto ladrón… seguramente de la persona que lo había dejado en aquel callejón antes de que él lo encontrara. Tosió un poco, e intentó ocultar el periódico mientras acosaban a Choromatsu con preguntas a la par de que él se escabullía hacia la salida.
Leyó con más detenimiento el encabezado "Juro que lo dejé ahí" era el nombre del articulo… al parecer habían logrado encontrar al ladrón, pero no habían localizado el botín. Los pasos de alguien lo sacaron de su lectura y al levantar la vista se encontró con Ichimatsu, quien lo veía fijamente.
-¿Tú no te vas a unir a la ronda de preguntas?- Le dijo con una sonrisa, mientras doblaba el periódico y lo colocaba bajo su brazo.
-No- Dijo simplemente -yo se la verdad- Esto tomó por sorpresa al mayor, quien no sabía a ciencia cierta si se refería a lo suyo con Choromatsu, o bien, a lo del dinero.
-¿Entonces que es lo que quieres preguntarme?-
-Únicamente quería decirte que no tienen por qué ocultarlo-
-Ja…jaja- Bueno, aunque sea ahora sabía a qué se refería -intenta hacerle ver eso a él- Dijo señalando al de verde.
-Solo quería decir eso, en realidad me tiene sin cuidado lo que decidan-
Le había vuelto a dejar solo, sabía que con esas palabras le había dicho a su manera, que él los aceptaba y que no deberían temer ni abstenerse por el rechazo de los demás…
Con esos pensamientos y esa decisión en su cabeza se acercó hasta quedar de pie detrás de Choromatsu… sin ninguna advertencia, se agachó hasta quedar a su lado, tomándolo por el mentón y besándolo sorpresivamente frente al resto de sus hermanos.
-Espero que eso lo explique mejor- Sonrió el mayor con un guiño, alejándose de aquella escena, dejando a todos congelados y a un Choromatsu ruborizado.
Sabía que eso le traería a su pareja aún más preguntas de parte de los otros y quizá a él mismo le traería un mes sin sexo, o más… pero ahora todo iba a cambiar y estaba dispuesto a enfrentar esos cambios al lado de la persona que más amaba en ese mundo, sin seguirse ocultando jamás.
FIN.
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