Disclaimer: Ansatsu Kyoushitsu no me pertenece.
2
El travieso demonio
―Okuda-san, realmente tienes talento, pero no deberías hacer cosas tan peligrosas o el edificio podría explotar ―le sorprendió la voz de Karma cuando intentaba apagar el fuego químico. Manami se sobresaltó, pues se creía sola en el edificio.
―¡Lo siento! Me equivoqué en una de las medidas, pero no es tan peligroso si se lo controla ―explicó y siguió con su tarea.
―Por supuesto que el fuego por sí solo no es peligroso, a menos que seas una pirómana, entonces mi vida correrá peligro ―bromeó el pelirrojo alcanzándole un trapo a su compañera.
Manami suspiró nerviosa y aceptó la ayuda mientras que Karma se encargaba de alejar todos los instrumentos de la zona. Al cabo de unos minutos todo estuvo controlado por lo que el pelirrojo tomó sus cosas y con un "te espero afuera" se marchó del salón, dejando a su compañera ordenando sus cosas.
―Gracias por esperarme, Karma-kun ―susurró tímidamente Manami y le sonrió. El pelirrojo se encogió de hombros.
―Es lo de menos, si te dejo sola no sé qué podría pasar ―dijo si más.
A la chica se le arrebolaron las mejillas al oír aquello y Karma se mordió la lengua.
―Por supuesto que hablo por las personas comunes y corrientes. Pobre del que se te acerque si le tiras encima algún ácido raro ―comentó cuando salían del edificio y Manami casi se trastabilla al escucharlo.
Sin más, ambos caminaron en silencio, y de a ratos haciendo algún comentario casual o una pequeña charla, haciendo ameno el recorrido.
―¿Por dónde vives? ―preguntó Karma.
―¿Eh? No es necesario que me acompañes, de verdad ―repuso.
―Insisto, además me queda de paso a la estación ―volvió a decir.
Manami suspiró derrotada, no tenía la suficiente fuerza de voluntad como para negársele. Tampoco quería.
―Derecho, a dos manzanas.
Karma le sonrió con suficiencia.
―Okey~.
No pararon de caminar hasta llegar al porche de la vivienda de Manami en donde ella frenó abruptamente.
―E-Es aquí… ―anunció tímidamente.
―¡Llegamos a salvo! ―exclamó riendo y acordándose de lo que había dicho antes.
Manami sonrió ante eso.
Sorpresivamente Karma posó una mano sobre su cabeza y le revolvió levemente los cabellos lo que le causó un enorme sonrojo. Luego, él se le quedó viendo.
―Bien, nos vemos mañana, brujita ―río de nuevo, cortando el contacto visual.
―Eh… ¡Sí! ―asintió eufóricamente viendo cómo la figura del pelirrojo desaparecía.
Karma, por su parte, sólo podía mantener una mano, la misma con la que acarició a Manami, pegada a su pecho, y respiró profundo.
¡Lo prometido es deuda, Shade! Espero que te haya gustado. Lo hice con todo mi esfuerzo y dedicación para mi responsable y paciente madre(?) x3
Y todos los que leyeron este pequeño two-shot, también espero que les guste.
Sin más, nos leemos~
Atte:
Jeffy Iha