Capítulo 10 - Mi sentir por ti

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Kyouya se encontraba revisando algunos documentos cuando la voz de su asistente sonó por el intercomunicador.

-Presidente Ootori, el señor Suou ha venido a verle.

-Hazlo pasar.- respondió.

Instantes después, la puerta de la oficina se abrió, dejando ver a Tamaki. El rubio cerró el portal tras de sí y dio un par de pasos al interior. El heredero Ootori se levantó de su asiento.

-¡Cuanto tiempo!- saludó el joven Suou.

-Lamento mucho lo de tu madre. Anda, siéntate.

Tamaki tomó asiento enfrente de su amigo.

-¿Puedo ofrecerte algo?- inquirió Kyouya.

-Un bourbon, quizá.

El heredero Ootori enarcó una ceja.

-¿No es muy temprano para beber?

El rubio encogió los hombros.

-Estoy trabajando en ello. Pierde cuidado.

Kyouya negó con suavidad y luego presionó uno de los botones del intercomunicador.

-Naoki, haga el favor de traer dos tazas de té.

El joven Suou hizo un dramático gesto de fastidio.

-¿Y qué te trae aquí hoy?

-Vine a arreglar algunos asuntos y sentí deseos de verte.

-¿Cuando volverás a Francia?

-En realidad...no sé si quiero regresar. No hay nada que me retenga allá ahora, ¿sabes? Y el instituto Ouran está un tanto olvidado. Considero que es momento de encargarme de él.

-¿Podrás hacerlo en tu condición actual?

-¡Vamos, mamá! Papá no es un alcohólico.

La asistente de Kyouya llegó con una bandeja. En cuanto la colocó sobre el escritorio, hizo una reverencia y se marchó.

-¿Y tú que dices, señor presidente? ¿Disfrutando las mieles de la gloria? Lo que hubiera dado por ver la cara de Akito.

-No es...tan bueno como esperaba.- respondió el heredero Ootori, sonriendo con amargura.

-Al menos debe ser un alivio que tu padre no te arregle más de aquellas fastidiosas citas. Y todo gracias a tu hijo.

Kyouya no pudo evitar una mirada adolorida. Hacía casi un par de semanas que no había podido ver a su hijo...ni a Haruhi. Ella simplemente se negaba a cualquier tipo de contacto.

-Gracias por recordármelo.

-No ha sido mi intención que reaccionaras de esa forma. Apenas tengo una idea de lo que ha ocurrido. He hablado con Haruhi.

El semblante del heredero Ootori se endureció.

-Francamente, no puedo culparla. Mira que hay que ser muy imbécil para decirle lo que le has dicho.

-¿Te lo contó?

-No ha sido como si hubiesemos tenido un cotilleo, pero sí, me hablo de tu épica propuesta de matrimonio.

-¿Y puedo saber por qué ha tenido precisamente contigo esa conversación?

Tamaki hizo un exagerado gesto de desentendimiento.

-La conozco lo suficiente para saber que se ha encontrado mal. Le he pedido que hable conmigo.

-No pierdes una oportunidad, ¿eh? Me causa admiración esa labia tuya.

-Un don natural.- Tamaki mostró una amplia sonrísa. -Como sea, puede que no sea una causa perdida, después de todo.

-Actuaste como todo un canalla ¿y ahora el malo soy yo?

-De cierto modo, hay algo en lo que yo puedo escudarme. ¿Pero tú? ¿Cuál es tu excusa?

Tu maldita sombra.

-Escucha, Tamaki. Sabes que te aprecio y en nombre de la amistad que tenemos, voy a pedirte que no te entrometas en este asunto.

-¿Ya no puede un amigo dar un buen consejo?

-No si lo que ese amigo quiere es quedarse con la mujer en cuestión.

-Y no sabes lo que daría por poder "quedármela" pero desgraciadamente no quiere saber de mí, no al menos en ese aspecto.

-¿Y puedes reprochárselo? Al menos no he sido tan miserable como para serle infiel.

-No, mi amigo, pero has hecho algo aún peor. Imagina que has encontrado una criatura muy herida y decidiste cuidar de ella. Cuando se ha recuperado, la hieres de nuevo con tus propias manos antes de abandonarla. ¿No es eso cruel?

-¿A ti que más te da? Me quitaste del camino. Ella es libre.

-¿Que lo he hecho yo? ¿Qué especie de idiota eres? ¿No logras darte cuenta?

-¿Qué es eso de lo que debería enterarme? Me rechazó. Punto.

-Has llegado aún más lejos que yo, tremendo estúpido. Te ha dado lo que no me dio a mí: un hijo.

-Eso no significa nada.

-¿Por quien la has tomado, bastardo? ¡No es una mujerzuela! ¿Acaso crees que se acostaría con cualquiera? Confió en tí para ser el padre de su hijo. ¿Y adivina? Tuvo la mala suerte de enamorarse de un idiota como tú.

-Ella no está enamorada de mí.

-¿Se lo preguntaste alguna vez?

No. Jamás le formuló esa pregunta. Sin embargo, las últimas ocasiones en las que habían tenido sexo ella lo miraba de un modo...diferente. Aquellos brillantes ojos le transmitían algo que provocaba una extraña sensación en su pecho. ¿Era amor?

-Suponiendo que te creo, ¿cual fue el motivo de su rechazo a mi propuesta? Si es que me ama.

-¡Mierda, Kyouya! ¿Y el estúpido era yo? Trata de comprenderla un poco.

-Lo único que comprendo es el hecho de que no te supera.

-¿Lo dices por el viaje a Francia? ¡Era el funeral de mi madre y ella le amaba! No es como si hubiese corrido a ofrecerme su consuelo. Pero no voy a negar que me hizo fuerte verla ahí. ¿Dudas de su amor por algo tan insignificante? Reacciona, Ootori. No puedo verla más como la he visto anoche. No la hagas sufrir. No repitas mi error.

Kyouya hundió su rostro entre las manos. No podía. No estaba preparado para exponerse de ese modo que le hacía sentir tan indefenso. No podría soportar que ella le rechazara.

-Te envidio tanto, ¿sabes? Cuando me casé con Haruhi, soñaba con el día en que me dijera que tendríamos un hijo. Verla a ella con mi semilla en su vientre. Tener una familia como la que no pude tener de niño.

-¿Entonces por qué has venido?

-Porque sé que también la amas. Lo deduje luego de aquella charla. La amas, Kyouya.

Tamaki se levantó de su asiento. Comenzó a caminar hacia la salida con tranquilidad.

-Te he creído inteligente todo este tiempo. Es momento de que lo demuestres.- le dijo a su amigo antes de desaparecer tras la puerta.

*0*0*

Haruhi suspiró con pesadez luego de haber leído el documento entre sus manos. Dejó el papel sobre su escritorio y se puso de pie. Caminó hasta el pequeño corral en el que Tadashi dormía. El bebé abrazaba aquel perro de peluche como si la vida se le fuera en ello. Era así desde que había dejado de ver a su padre. Aquel idiota. ¿Por qué no podía solo sacarlo de su mente y de su corazón?

Ella acariciaba el suave cabello de su hijo hasta que la voz de Arisa por el intercomunicador le interrumpió.

-Ha...Haruhi...el señor Ootori está aquí.

La joven negó suavemente. Quería poder evitarlo como fuera pero no sería posible hacerlo en todas partes. Se acercó al aparato y presionó un botón.

-Déjalo pasar. ¿Podrías por favor, venir por Tadashi?

En cuestión de segundos, Arisa llegó a la oficina. Entró con rapidez y sostuvo al niño delicadamente. Se marchó tan rápido como pudo. Entonces Kyouya permanecía junto a la puerta. Le dio a su hijo una caricia antes de que se lo llevaran. Después avanzó al interior de la estancia y cerró la puerta. Haruhi tomó asiento frente a su escritorio.

-Pudiste haberme dicho que aquello del matrimonio era idea de tu familia.

No había reproche en su voz. Tampoco rabia. Sólo podía sentirse una profunda tristeza.

-A eso has venido, ¿no? A ponerme sobre aviso de los planes de tu padre. Descuida, con gusto permitiré que hagan esa prueba de ADN a Tadashi. No creo que Yoshio Ootori tenga idea de con quien quiere enfrentarse en un pleito legal.

-Quédate tranquila. No voy a permitir ninguna injusticia. Haré que se de por bien servido si reconozco al niño. Sin matrimonios.

-No estoy segura de querer que mi hijo lleve tu apellido. No quiero nada más que lo vincule a ti o a tu familia. Suficiente tiene con compartir tu sangre.

-He de suponer entonces que soy un mal para mi propio hijo.

-¿Puedes ofrecerle algo bueno acaso? Lejos del dinero o del estatus social.

-Lo amo, Haruhi. Amo a Tadashi.

Ella sintió una punzada en el pecho.

-Vaya sorpresa que usted pueda conocer ese concepto, Presidente Ootori. Más aún que afirme que puede sentir algo así.

-Creí haberte dejado claras muchas cosas.

-Sí, me quedó claro que eres un desconsiderado, egoista y miserable. No necesito saber más.

-No es lo que crees. Quisiera que me dieras la oportunidad de explicarte.

-¿Explicarme qué? Confié en tí. Fuiste aún más canalla que Tamaki. Te aprovechaste de mí y de tu hijo.

-Mi propuesta fue sincera, Haruhi. Quiero casarme contigo, de verdad lo quiero.

-Para hacer feliz a tu padre y quedar bien con tu círculo. Me das lástima.

-Eso no es verdad. No me atreví a pedirtelo antes porque estabas demasiado renuente. Pero si hubiese dependido de mí, serías mi esposa aún antes de haberme acostado contigo. Es más, puede que ni siquiera te hubieses casado con Tamaki.

-¿De qué hablas?

-Hablo de lo que siento por ti. De lo que he sentido siempre.

-Sí que me has sorprendido aun más, Kyouya Ootori. También eres un excelente actor.

-¿Por qué no quieres creerme?

-Porque no me has dado motivos para hacerlo.

-¿Crees que ha sido falso todo esto? ¿Nuestro tiempo juntos? ¿Cuando hemos hecho el amor? ¿Lo que grita mi cuerpo cuando te tengo cerca? ¡Maldita sea! ¿No te das cuenta que te amo?

Entonces los ojos de Haruhi se abrieron por completo. Sin embargo, apenas unos segundos después, sus ojos se llenaron de lágrimas.

-¡Por favor! Si en algun momento me has considerado...te pido que no me mientas así.

-No podría mentirte a ti. Te amo.

Haruhi cayó presa de un incontenible llanto. Él se acercó con la intención de consolarla.

-¡No, Kyouya! Si me tocas...-

El heredero Ootori ignoró sus palabras y la abrazó. Cada una de sus extremidades aferrándola a su cuerpo. El rostro femenino justo a su izquierda para que pudiera escuchar los latidos de su corazón. Ella todavía se resistía.

-Has sido la única mujer por la que he sentido esto. Quiero que me creas. Sé que de haberlo dicho antes, era probable que me rechazaras. Y yo quería tanto tener a nuestro hijo. No solo para cumplir ese vehemente deseo tuyo, sino también porque creo que no hay nada que forme un lazo tan fuerte como lo hace un hijo. Quería estar unido a ti por siempre. Que me dejarás estar a tu lado para seguir adorándote.

Fue luego de esa confesión que Haruhi le correspondió.

-Kyouya...-

-¿Me amas?

-Te amo...y me duele demasiado.

El heredero Ootori se separó un poco de ella. Tomó las mejillas de la joven y limpió sus lágrimas.

-Perdóname por hacerte daño. Dame otra oportunidad.

-No podría soportar otra decepción, Kyouya. No otra.

-Te necesito conmigo. A ti y a nuestro hijo. Quédate a mi lado.

Poco a poco, él se había ido acercando a los labios femeninos. Ella aún rehuía. Entonces la besó. Un beso cálido y pausado que acabo con aquella barrera. Haruhi correspondió a aquella caricia.

-Te pertenezco, Haruhi. Me tendrás como tú lo quieras. No importa si no es siendo tu marido.

Ella le colocó un par de dedos sobre los labios para hacerlo callar. Luego volvió a unir sus labios a los de él.

*0*0*

-Creo que la corbata está torcida otra vez. Permíteme arreglarla.

Tamaki se colocó frente a su mejor amigo y comenzó a corregir aquel detalle. Kyouya se llevó la mano al rostro en señal de exasperación.

-¡Mierda, Tamaki! ¡Quítale las manos de encima! ¡Yo lo hago!- soltó Hikaru. El joven Suou hizo un puchero de desagrado.

-¿Por qué crees que lo harías mejor que yo?

-Porque yo diseñé este traje. Por eso. ¡Listo! Ya quedó.

-Gracias.- dijo el heredero Ootori.

-Sí, como sea. Más vale que la cuides y la hagas feliz.- expresó el mayor de los gemelos.

Kyouya asintió, sonriendo con suficiencia. Luego regresó a su sitio junto al altar. Un suave tirón en su pantalón le hizo desviar la mirada hacia abajo.

-Papá, esto me da comezón.- dijo el pequeño Tadashi, tratando de desajustar su corbata. Kyouya se puso de rodillas y le ayudó a desanudarla un poco. -¿Cuando podré quitármela?

-Cuando la boda se termine.

-¿Cuando será eso?

-Cuando...-

-Cuando tu mami y tu papi se den un enorme beso.- respondió Kaoru con una sonrísa socarrona.

Tadashi sonrió y aplaudió con alegría. Estaba en esa tierna edad en la que a los niños les hace felices ver a sus padres ser cariñosos. Los labios de Kyouya se curvaron ligeramente.

-¿Y luego comeremos pastel?

-Sí, habrá una rebanada grande para ti.

-¡Hurra!

Entonces anunciaron la llegada de la novia. El heredero Ootori se enderezó y sacudió su traje. Vio a Haruhi entrar vestida de blanco mientras la marcha nupcial se escuchaba. Era realmente hermosa. Debía ser un sueño estar ahí.

Después de su reconciliación no habían vuelto a mencionar la boda. En cambio, Kyouya compró una casa y le propuso a Haruhi que se fueran a vivir juntos. Ellos y su hijo. Aquello no fue nada agradable para los padres de él. No podían concebir aquella atrocidad, sin embargo, quizá debido a la pérdida de energía que viene con la edad, un día habían dejado de insistir. Así fue por cerca de dos años, hasta que una noche, mientras hacían el amor, el heredero Ootori se armó de valor y le pidió matrimonio de nuevo. Haruhi le respondió que sí en medio de su orgasmo. Y ahí estaban, uniendo sus vidas del único modo en que les hacía falta.

Mori era el encargado de llevar a la joven hasta el altar. Caminaban pausadamente. La sonrísa en ella era radiante. Tadashi le envió un par de besos desde su sitio. Haruhi los recibió con la mano y le devolvió el gesto a su hijo. Cuando llegaron a donde estaba Kyouya, Takashi sonrió con serenidad antes de entregársela. Él la recibio con entera humildad. Consciente de lo afortunado que era de tener a esa mujer como compañera.

Pronunciaron sus votos el uno al otro. Se juraron acompañarse la vida entera. Luego unieron sus labios sellando aquel sagrado pacto que acababan de hacer. Los presentes estallaron en felicitaciones. Tadashi se acercó a sus padres cuando el beso terminó. Kyouya lo tomó en sus brazos mientras el festejo continuaba.

Más tarde, durante la fiesta. El heredero Ootori y su esposa permanecían en el centro de la pista de baile. No danzaban en realidad, ella no tenía tal gracia para hacerlo, solo se mecían suavemente al tiempo que se mantenían abrazados, con sus rostros muy cerca. Sus amigos habían tenido a bien entretener a Tadashi para que ambos pudieran tener aquel momento de intimidad. Los antiguos miembros del club de anfitriones, así como Umi, Arisa y Chiharu con su hija en brazos, habían creado un ambiente agradable y divertido. Haruhi desvió su mirada hacia ellos. No había podido evitar mirar como Hikaru posaba su mano sobre la espalda baja de Arisa, de un modo posesivo. Sin duda su asistente tendría algo que contarle para cuando regresara de la luna de miel. Sonrió.

Al notar ese gesto, Kyouya dirigió la vista hacia el punto que su compañera miraba. Al ver aquel alegre escándalo, sonrió con cierto esceptisismo.

-¿Estás realmente segura de que aquellos locos cuidarán bien de nuestro hijo durante la luna de miel?

-Lo harán. Además, creo que puedo confíar en que las chicas evitarán que se salgan de control.

Él le besó uno de sus hombros desnudos. Haruhi sonrió con algo de nerviosismo.

-¿Sabes? Hay...hay algo de lo que quisiera hablarte. Iba a hacerlo durante el viaje...pero creo que no podré contenerme más.

-¿Qué ocurre?

-Yo...no he tenido mi periodo, Kyouya.

-¿Estás..?

-Vamos a tener otro bebé. La prueba resultó positiva. Cinco semanas.

Kyouya sonrió satisfecho.

-Fue la noche en que regresé de viaje, ¿cierto? Cuando te propuse matrimonio.

-Sí.

Entonces se besaron de manera urgente, apasionada. Los ojos de Haruhi brillaban, conteniendo algunas lágrimas. Kyouya la miraba con absoluta devoción cuando sus labios se separaron.

-¿Deberíamos decírselo a Tadashi ahora?- inquirió ella.

-Después. Ahora sólo puedo pensar en llevarte a un lugar apartado y hacerte mía.

Entonces, guiándola de la mano, Kyouya la llevó lejos del bullicio para poder amarla como era debido.

FIN

¡Y ya está! Espero que hayan disfrutado de esta historia. Como siempre, fue un gusto compartirla con todos ustedes. Agradezco a quienes se hayan tomado el tiempo para leerme, a quienes estuvieron pendientes del avance de este fic y lo agregaron a favoritos.

Mis agradecimientos especiales a:

sariahendrick: Muchas gracias por leerme desde el inicio. Fue un gusto que disfrutaras esto. Tu primer comentario sí que me causo mucha risa. Gracias por eso.

mutemuia: Amiga, ¿qué te puedo decir? He amado tus comentarios. Tus impresiones siempre tan personales y algunas veces con bastante humor. Los disfruté bastante. Ojalá tengamos oportunidad de leernos más adelante. Un abrazo enorme y muchas gracias.

cristianrey1980: Muchas gracias por apoyarme a pesar de tus ocupaciones. Ha sido maravilloso contar con tu apoyo.

okita kagura: Me resultaron bastante divertidos tu comentarios. Gracias por apoyar mis historias y con gusto me pondré en contacto contigo para responder a tu invitación. Te lo agradezco en verdad.

Sofitkm: Gracias por leerme y apoyarme, y por tus valiosas palabras.

yurica: Gracias por comentar y leerme. Saludos.

Cheshire 2313: Gracias por apoyar una más de mis historias. Te envío un gran saludo.

hikao: Gracias por seguirme y apoyarme tan constantemente. Me hace sentir de maravilla que te guste lo que hago. Saludos.

Tsuki: Gracias por tu maravilloso comentario y por tomarte el tiempo de leerme. Saludos.

Gracias totales.

Nos leemos pronto...