Contaba con 25 años cuando lo conocí.
Desde casi entrada la pubertad habia descubierto que mi interés nunca serían las mujeres.
Siempre que trataba de buscar pareja, por lo general intentaba que fueran más jóvenes que yo, por lo menos en uno o dos años.
Pero no creí llegar a pensar, que un niño de 15 años podía hacerme sentir todas las cosas que él logro y sigue logrando en mí.
10 años de diferencia que me hacían querer hacer dos cosas: sobreprotegerlo y pervertirlo en extremo.
Aunque fuese ilegal… amaba tener a ese pequeño debajo o encima de mí pidiéndome más.
Y la sangre hervía mas por mis venas, al saber que esa hermosura era mía, y que solo yo podía hacer con él, todas las cosas que venían a mi mente las veces que yo quería y sin recibir queja alguna.
…
1-Presentación. Deducciones.
-Buenos días, Me llamo Tobio Kageyama. – salude al entrar al gimnasio. Al cual me habían llamado para hacer un relevamiento de seguridad.
Por lo menos habia 10 jóvenes usando la cancha de vóley.
Uno de ellos de contextura física moderada, de cabellos negros y voz fuerte se acercó a mí. Parecía atractivo pero no era mi tipo.
-Soy Daichi Sawamura- dijo a modo de saludo- ¿en qué puedo ayudarle?
Note que llevaba el mismo uniforme que los demás, puesto entonces que no era una autoridad del lugar, sino más bien un estudiante.
-¿Se encuentra el entrenador o profesor a cargo?
-Me temo que aún no han llegado.
-Ah… soy el inspector de Seguridad e Higiene- dije tendiéndole mi mano- el subdirector me pidió que verificara el gimnasio para poder crear las salidas de emergencias y la cantidad de extintores de incendio.
El joven Sawamura asentía mientras hablaba… pero temo que no alcanzo a entender las pocas cosas que dije.
Me sentí un poco irritado, hubiese sido mejor si al menos estaría allí algún adulto responsable.
Otro joven se acercó a nosotros.
Tenía un cuerpo un poco más chico que Sawamura y casi la misma estatura.
-Hola soy Sugawara Koushi-
-Kageyama Tobio-
-¿Necesita que lo ayudemos en su tarea?
Su amable voz y sonrisa me atrajeron al instante.
Tenía cabello platinado y una relajación propia de cualquier adolescente.
Me gusto lo que veía…pero fui lo suficiente inteligente para saber que era una persona prohibida, aparte que seguramente no habia llegado a los 18. La intensidad con que los ojos de Sawamura me miraban era muy fuerte.
Entendí enseguida que significaba aquello.
Trate de sonreír y parecer calmado. Pero de alguna forma la mirada de Sawamura me hizo sentir cohibido.
Aunque Sugawara era atractivo y de las personas que a mí me gustaban, no estaba disponible, por los motivos mencionados.
-Suga… vuelve al juego- ordeno el primer joven. – te están esperando.
-Gomen Daichi, adiós.
Asentí sin apartar la mirada de Sawamura.
-Le tienen respeto ¿no?
-Soy el capitán…deberían tenerlo.
Asentí nuevamente.
-Bueno… como dijo Sugawara, me gustaría que alguien pueda enseñarme todo el gimnasio, los baños, y la sala del club.
-¿Solo del club de vóley?
-Si por ahora es eso lo que se me pidió.
El capitán asintió.
-¡Hinata!-
El grito resonó en todo el gimnasio.
Del grupo de jóvenes que habia allí, salió entre ellos uno de muy baja estatura y muy mmm ¿Cómo decirlo? ¿Extrovertido? O ¿molesto? … tenía una energía que me irritaba.
Tenía puesto también el uniforme escolar del club, pero dudaba que con su estatura pudiese jugar. Seguramente era un ayudante.
En menos de un segundo estuvo a mi lado.
En efecto era bastante bajo y tenía una energía desbordante.
-¿nani? ¿nani?-
¿Podía ser posible que su voz también me irritase?
-Hinata, él es Kageyama Tobio. Necesita conocer las instalaciones que pertenecen al club de vóley. ¿Podrías enseñárselos?
-Ossu…
Me sonrió alegremente.
Tenía una cabellera rebelde color naranja y unos ojos grandes como el color de su pelo...
Definitivamente no era mi tipo.
Deseche pensamientos incensarios de mi cabeza. Venia por trabajo, no a buscar pareja.
A parte… no me veía saliendo de nuevo con un jugador de vóley…
Yo también habia sido jugador, en mis tiempos tenía la posición de armador en una escuela cercana llamada Aoba Johsai. Salí por un tiempo con un senpai de allí y nada de lo que pudimos lograr habían terminado bien.
Y volviendo a la realidad, tenía allí, a este chico mirándome desde abajo.
-Hola me llamo Hinata Shouyou señor.
¿Señor? Solo tenía 25.
-Kageyama- susurre.
-¿Solo Kageyama?
Habia algo que me irritaba y no sabía bien que, no podía ser solo su energía desbordante.
Suspire, buscando paciencia.
-Kageyama Tobio.
-¿Puedo llamarte Tobio-san?
-Kageyama sería mejor.
-¿Kageyama-san?
-¿Te parece que me muestres el edificio?
Asintió de forma inmediata.
Saque mi celular y un cuadernillo mientras él me guiaba.
…
Me enseño la sala de su club que quedaba a pocos metros de allí.
La sala era bastante reducida para todos los estudiantes que la compartían.
Tome notas de los objetos que habia allí.
Saque algunas fotos del lugar para poder trabajar luego en mi casa.
Estaba ensimismado contando los casilleros y mirando la calidad del techo y paredes cuando escuche su voz.
-¿Para qué necesita todo eso?
-Para sacar la carga de fuego. – dije rápidamente sin querer perder la concentración. No quería olvidar nada para poder hacer los cálculos correctamente.
-¿carga de fuego?
-aja…-
-¿Qué es eso?-
-Es para saber qué tipo de extintor de fuego se necesita.
-¿y cómo logras eso?
Se suponía que solo me debía mostrar las instalaciones, no quería convertirme en su profesor ambulante.
Está bien… estaba un poco más irritado de lo normal… y no sabía porque.
-Hinata ¿no? – dije mirándolo. Asintió con rapidez- ¿Qué tal si vuelves a la práctica? Yo te iré a buscar en bien termine aquí.
-¿en serio? –
-si ve… yo luego volveré al gimnasio y me muestras el resto.
Grito un Ossu exagerado y salió de allí corriendo.
Y aunque me hubo dejado solo, no lograba calmar mi pulso.
Seguí mirando el lugar, tratando de concentrarme lo más que podía en mi trabajo y no pensar en ese jovencito.
Luego de una lucha interna logre poner mi cabeza en frio.
Observe que la sala del club aparte de ser muy chica para los estudiantes, su salida conducía a un largo y angosto pasillo hasta unas escaleras. Y aunque se encontraban en la parte de afuera, en un acto de emergencia aquel pasillo era muy problemático y las escaleras estaban en mal estado. Más allá de eso, la cantidad de casilleros y madera dentro de la sala y la falta de espacio, en caso de incendio, era muy riesgosa.
Concluí que se debía poner un extintor de al menos 10kg y otra salida alternativa más directa al patio escolar.
Logre descifrar esto a duras penas…. Lamentablemente seguía pensando en ese niño.
Me dirigí con calma nuevamente al gimnasio y podía escuchar los gritos que venían de allí.
Aparentemente estaban jugando un partido.
Entre en él y vi que los jóvenes se habían repartido en dos grupos.
No veía al niño por ningún lado.
Bueno con su estatura, era seguro que no podía jugar.
Y mientras lo buscaba con la mirada, escuche su nombre.
-¡HINATA!-
La voz provenía del chico de pelo platinado.
Entonces sin siquiera anunciarse, entre todos ellos, surgió él, con un salto que jamás habia visto en mis años de club.
Se elevó de tan forma, que parecía un pájaro tomando vuelo.
Se elevó más allá de los bloqueadores y remato libre y con potencia.
Una vez que sus pies tocaron el suelo, su cara estaba brillante, sus ojos tenían vida propia.
-¿Viste eso Suga senpai?
Dijo mientras abrazaba al armador.
-Muy bien hecho Hinata- y Sugawara revolvió con ¿cariño? Su cabellera.
Busque con la mirada al capitán del equipo, para ver que reacción tendría, pero no era la misma que tuvo frente a mí. Sino más bien, también lo miraba con cariño.
-¿Te ayudo en algo?
Un joven, tal vez más grande que yo, de cabellos rubios estaba junto a mí.
-¿he? Ohh si… lo siento, quede mirando esa jugada.
-Hinata siempre sorprende la primera vez con su salto. En fin… ¿Qué podemos hacer por ti?
-Este… soy el inspector de Seguridad. No sé si el subdirector hablo de mí.
-Ah sí. Kageyama ¿no?
-Si Hinata casualmente me enseño la sala del club. Me faltaría ver a fondo el gimnasio y los baños.
-Los baños se encuentran en aquella puerta- dijo señalando una puerta lateral al escenario que se encontraba allí. . Y allá- dijo señalando una puerta más lejana- está el deposito, donde se guardan los artículos de limpieza y el material que se usa. Puedes ir y verlos.
Bueno al parecer ya no tendría la compañía del pequeño a mi lado, por lo que tenía que ver por mí solo.
-¿le importa si me quedo aquí tomando fotografías del lugar? Disculpe no se su nombre.
-Keishin… Ukai Keishin, el entrenador. Si no hay problema.
Asentí sacando mi celular.
Tome varias fotos del gimnasio.
En mi cuaderno trate de recrear en un plano aquel lugar, para luego poder trabajar mejor.
Me dirigí a los baños y note que todo estaba en buenas condiciones, aunque tal vez la luz era muy tenue.
Luego me dirigí al depósito.
Allí habia muchas cosas para anotar. Pero lo importante es que todo estaba ordenado.
Me encontraba allí, anotando todo, cuando una vez más escuche su voz.
-¿Cómo va todo Kageyama-san?
-Excelente- susurre.
Y de nuevo sentí esa irritación inexplicable.
-¿necesita ayuda?
-No-
Asintió normalmente sin notar el tono de mi voz.
Hinata se quedó un rato allí acomodando el material usado en la práctica, guardándolo cuidadosamente.
-Debes estar cansado ¿no?
-Para nada… si fuera por mí pasaría todo el día aquí. Pero el capitán dice que ya es hora de retirarse.
-¿Te gusta mucho el juego?
-Si señor me encanta. Este año llegaremos a las nacionales y ganaremos.
Su mirada penetro la mía. Era tan profunda y sincera que me dio un poco de miedo.
-¿Qué edad tienes?
-15 años señor y ¿usted?
-25…
-ohh para los 25 quiero ser jugador de la selección nacional de Japón.
Lance una risa ante tal declaración.
-¿Por qué se ríe?
-Es… un poco difícil llegar a la selección de Japón.
-Yo lo hare…yo seré bloqueador central de la selección de Japón.
Una vez más su mirada tan profunda penetro mi ser.
-Hinata… ¿terminaste?-La voz del capitán estaba encima nuestro.
-Ossu Sawa-Senpai. Adiós Kageyama-san.
-Adiós…
Sawamura se quedó en el umbral de la puerta observándome.
-¿Ya termino de tomar notas?
-He… sisi. Con esto me alcanza- dije señalando el cuaderno.
-Bien… porque ya debemos irnos.
-Está bien…
Y aunque haya dicho esas palabras, ninguno de los dos se movió de su lugar.
-Kageyama, ¿Qué edad dijo que tenía?
-25 ¿Por?
-Por nada. Hinata solo tiene 15…
-¿y?-
Sawamura era demasiado astuto.
Ante mi pregunta el joven capitán, ladeo la cabeza, giro sobre sus talones y salió de allí.
Bueno, en sí, ya sabía la edad del pequeño, y tampoco es que me atrajese.
Sabía a qué se refería él… pero era irreal. Yo…era una persona decente dentro de todo. Y ese niño solo me generaba irritación nada más.
Aunque con la pasión que hablaba sobre el voleibol, hizo mella en mí. Pero nada más.
Aun así, sentía mi rostro tensionado. Trate de serenarlo antes de salir de allí.
Salude al entrenador Ukai y al resto de los jóvenes, antes de irme a mi casa para poder trabajar en paz, con el material que ahora tenía.
….
Llegue a mi casa un poco tarde, habia perdido tiempo en la biblioteca, que también ofrecía el servicio de catastro, lo que se refiere a planos de edificios, por lo que me habia quedado buscando algunos planos actualizados del edificio y un poco más de información sobre las normativas y leyes más vigentes, es decir las más nuevas, sobre el tema de las salidas de emergencia.
Una vez instalado en mi casa, desparrame sobre la mesa, todas las cosas que habia obtenido.
Debía empezar a confeccionar un plan de emergencia.
Tenía la ilusión de primero poder recrear un simulacro.
Decidí que debía hablar con el subdirector para este tema. Así que hasta que no tuviera el visto bueno no lo iba a planificar.
Quise dedicarme de lleno a sacar los cálculos correspondientes para seguir mi trabajo… pero no podía.
El pequeño venía a mí una y otra vez.
Saque mi móvil para ver las fotos del gimnasio y también estaba allí, en casi todas las imágenes,
Hice zoom en varias de ellas para encontrarme con una persona distinta a la que me habia hablado en la sala. Una persona concentrada y con aspecto maduro, sin dejar de tener las facetas de un niño que aún no habia alcanzado la adolescencia en todo su esplendor.
Recordé la mirada fría y penetrante con la que me expreso, con suma seguridad que él, sería un ganador y jugador de la selección.
A pesar de que aún era muy joven, me sentí sorprendido y atraído con la sinceridad y pasión con la cual hablaba.
Tal vez, viéndolo de cierta forma, no era tan irritable, solo alguien muy pasional. Todo lo contrario a mí.
….
Eran pasadas la media noche, cuando por fin habia sacado los cálculos correspondientes para el tema de los extintores.
No pude trabajar bien y me era difícil concentrarme.
Tome una ducha rápida y me acosté lo más veloz que pude. No me habia dado cuenta lo exhausto y cansado que estaba.
Y ahí, acostado, volví a recordar a Hinata… me quede pensando que tal vez la lucha interna que habia en mí, es porque … tal vez… muy remotamente tenía algo que me gustaba, algo que llamaba mi atención… y chocaba cuando pensaba en su edad.
Más allá de todo eso… a mi cuerpo no le importaba en absoluto lo que mi cerebro calculaba…
Hacía mucho tiempo no me ocurría, pero la única forma de poder conciliar el sueño aquella noche…fue masturbándome y pensando en ese niño.
No quería aceptarlo, pero me di cuenta que quería follarmelo mas de la cuenta.
De solo imaginarme que podía poseer y pervertir, esa inocencia que tenía, me entraban enfermas ganas de ir a buscarlo en ese preciso instante y traerlo a mi cama.
Pero eso… estaba muy lejos de ocurrir… debía controlarme… no era un juego…
10 años nos separaban. Y en esos 10 años existía la línea de lo legal.
….
Bueno… esto es algo diferente de lo que siempre escribo.
Pretendo aquí…satisfacer la mentalidad de una fujoshi…que es, como todos sabemos, más pervertida que lo normal XD… así que tal vez use palabras un tanto fuertes y haya escenas de sexo cortas pero satisfactorias, si me gusta cómo voy, habrá lemon en casi todos los capítulos, que serán pocos… odiaría perderme en la trama.
Siempre se aceptan críticas constructivas que me orienten, así que si vienen a insultar ahorrensen el tiempo.
¡Que viva el Yaoi!