¿Qué le ves?

Marinette iba decidida y entro a la habitación de su hermana mayor porque desde hace un tiempo se hacía una pregunta y por más que le daba vueltas al asunto no la podía responder, así que mejor decidió preguntarle directamente a ella

-No te entiendo Bridgette

-¿Qué no entiende Mari?

-¿Qué le ves?

-No comprendo

-¿Qué le ves a Félix?

La pregunta de su hermana la tomo desprevenida, pero bueno no era raro que ella se lo preguntara después de todo Félix ya había ido a su casa, por un proyecto de historia, pero ya había ido y su hermana menor ya lo conocía y sabía que a ella le encantaba.

-¿Por qué me lo preguntas Marinette?

-Pues sabes de él desde que tenías 12 por sus portadas en las revistas, lo conociste a los 14 cuando entraste al instituto y ya de eso pasaron 2 años y todavía me pregunto qué…

Dejo de prestarle atención a su hermanita y se concentró en la cuestión anterior, si se lo hubiesen preguntado cuando tenía 14 ella sin chistar contestaría; su pelo es hermoso, sus ojos alucinantes, le encantaba su altura y sobre todo su forma de vestir tal elegante.

Con el pasar de los años se dio cuenta que Félix era más que una cara bonita y un cuerpo espectacular.

Tenía lo que lo hacía ser Félix, cada vez que se enojaba fruncía el ceño y cerraba los puños, después de todo quería disimular su enojo, cuando estaba triste sus ojos brillaban de una forma melancólica y apretaba los labios, cuando estaba feliz ponía una sonrisa de medio lado. Además de su espectacular manera de rechazarla de diferentes formas…

-Bridgette…Bridgette…Bridgette…BRIDGETTE

-Marinette no me grites – contesto la nombrada por haberla sacado de sus pensamientos

-Perdón, es que por un momento te desconectaste y no me prestaste atención – dijo poniendo una carita de tristeza

-Te digo algo hermanita, cuando crezcas y te enamores, tu solita te vas a responder

-Ya no estoy chiquita

-Marinette tienes 12 años además eres mi hermana favorita

-Soy tu única hermana

-Por eso

Una risa sonó en la puerta de la habitación de Bridgette, su madre Sabine había escuchado toda la conversación de sus hijas, bueno, por lo menos desde que Marinette empezó a gritar.

-Mamá – dijeron ambas con tono de reproche

-La cena está lista mis amores

Después de esto las dos bajaron a toda velocidad compitiendo por quien se iba a sentar al lado de su papá, lo que por su puesto gano Bridgette (ser la mayor tenía sus ventajas).

La plática quedo ahí, sin una respuesta concreta a Marinette pero bueno después de todo solo era una interrogante de una niña de 12 años, nada de más importancia.

4 años después

-Marinette

-¿Qué paso Brid?

-¿Qué le ves a Adrien? – pregunto burlona la nombrada

Como si fuera una película Marinette recordó esa noche cuando ella era pequeña y le hizo una esa misma pregunta a su hermana mayor.

-Cuando crezcas y te enamores tu solita te vas a responder

Una carcajada salió de Bridgette uniéndosele al poco tiempo Marinette, su hermanita era astuta después de todo era una Dupain-Cheng.