Bueno, ésta historia será un two-shot entre Félix y Bridgette, espero les guste tengo rato pensando en ello. Como sea, empecemos!

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Two-shot.

Dulce Castigo – Félix.

La compañía Agreste era de las compañías de moda más importantes de Paris, su presidente Gabriel Agreste era un hombre directo y de frío pensamiento en los negocios, y su hijo, Félix Agreste era muy parecido a él. Habían pasado años desde que derrotaron a Hawk Moth, su padre, y éste, aunque no se notara mucho, intentaba ser el padre que debió ser para con su hijo y un abuelo modelo. Exacto, Félix Agreste se había casado, aunque nadie sabía qué le vio su esposa al frío rubio de ojos azules. Era muy apuesto, y las féminas deseaban pasar un rato con él, pero apenas le conocían entendían que no tendrían oportunidad con aquel témpano de hielo.

Ambos hombres salieron de la oficina principal después de una junta, ya tenían los modelos para la siguiente sesión y sólo faltaba definir qué vestuario usaría cada uno. Natalie se acercó a ambos hombres para entregar una carpeta al señor Agreste.

-Señor, la cena con los inversionistas de Italia se movió para las 8:30 como usted ordenó y sus trajes están listos.

-Muy bien Natalie.-le respondió el señor Agreste y Natalie mira a Félix para suspirar, no quería decirle pero era parte de su trabajo.

-Disculpe señor.-se puso a lado de Félix que miró a la asistente de su padre, en público le decía señor pero en privado le llamaba por su nombre.

-¿Pasa algo?

-Sí…su esposa vino.-Félix se detuvo y frunció el ceño.-Ella está…

-Ya sé dónde está.-respondió molesto y respiró hondo.

-Padre voy con mi esposa.-empezó a caminar alejándose de su padre y Gabriel sonrió de lado.

-Creo que iré solo a la cena. Natalie encárgate por si Félix decide faltar.

-Entendido señor.

Félix caminó a paso firme y rápido hacia la zona del taller, allí los diseñadores de la línea Agreste trabajan para poder presentar sus diseños a Gabriel y ver si eran aprobados, los diseñadores que trabajaban en ese momento al ver a Félix sintieron un escalofrío y decidieron adelantar la hora del café. Entró en una de las habitaciones del taller y allí, hincada, su esposa le daba los últimos toques a una falda color negro con un tejido floral precioso, él caminó en silencio, ella le daba la espalda y aún no se había dado cuenta de su presencia.

-¿Te atreves a venir a trabajar aun cuando te dije que no?-la chica se congeló y hasta su mechón de cabello se tensó. Al voltear Bridgette sonríe nerviosa a Félix.

-Ho-hola cariño.-Félix parecía en verdad enfadado.-L-Lo siento, es que no podía dejar esto incompleto y…tu papá se mostró interesado en el diseño y quise terminarlo y…-Félix toma a Bridgette de los brazos y la levanta.

-No puedes hacer trabajos tan pesados, recuerda lo que dijo la doctora.

-Lo siento…-Bridgette ya no era la misma chica, los años habían pasado en ella igual, sus facciones se volvieron un poco más finas y más hermosa, su cabello suelto lo había cortado y ahora apenas sobrepasaba sus hombros y lo más importante, era ese abultado vientre de seis meses. Félix suspiró y se hincó para poner pegar su rostro al vientre.

-Ayúdame con tu madre, es una mujer muy terca princesa.

-¡No soy terca! Y creo que la doctora exagera, quisiera una segunda opinión.

-No.-dijo tan directo como siempre, ya que la segunda opción era masculino y no iba a dejar que alguien más viera a su esposa.

-Pero Félix…-hizo un puchero y Félix se levanta para ver a su esposa.

-No. Y es mi última palabra. Mi padre terminará la falda, ya tiene el boceto en su oficina.-se dirige hacia un montón de telas en el suelo y allí sonríe al ver al pequeño rubio de dos años de edad jugando con Plagg y Tikki.

-¡Papi!-era un pequeño muy alegre y los ojos definitivamente eran de su madre, Félix lo cargó y miró de mala forma a los kwamis.

-Les pedí que no la dejaran venir.

-Lo siento, pero Brid insistió.-dijo Tikki y Plagg lanzó un bufido.

-A mí me soborno con queso.

-Vamos a casa.-dijo Félix yendo con Bridgette y llevando a su hijo.- ¿Se portó bien Phillip?

-Es un angelito.-el pequeño bostezó para ternura de su madre y se acurrucó en su padre chupando su pulgar. Los kwamis se ocultaron en el bolso de Bridgette y salieron del taller, la gente olvidaba que Félix Agreste tenía un lado sensible y lo recordaban cada vez que lo veían con su esposa e hijo. Salieron donde el auto ya les esperaba y subieron para ir directo a casa.

-Mientras tengas permiso de maternidad no puedes volver. Piensa primero en la bebe.

-Pero Félix…-el rubio se acercó a su esposa y susurró a su oído.

-Dada tu actitud voy a tener que castigarte entonces.-Bridgette se sonroja, su cara ahora parecía un tomate.

-T-T-Tú vas a…

-Vamos a dejar a Phillip con tus padres, estarán muy contentos de cuidarlo unas horas.

-Ah, p-pero…

-My lady, este gato va a enseñarle que no debe desobedecer. Así que prepárese porque le castigare por largo rato hasta que no pueda caminar.

Bridgette se estremeció al sonido de su voz y al ver esa amplia sonrisa felina supo que hablaba en serio.

-Eres un gatito pervertido.-se quejó viéndole a los ojos.

-Y tú la mujer purrfecta.-le beso en los labios.- Mi mujer.-entrelazó su mano con la de ella que mostraba el anillo.

Félix no lo diría en voz alta pero le encantaba castigar a Bridgette, y ella, bueno, era una masoquista que buscaba que su gato la castigara. Y después de que naciera su preciosa hija, buscaría otra excusa para castigarla de nuevo, después de todo ellos deseaban tener tres hijos…tal vez cuatro, pero a fin de cuentas una gran familia.

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Y….que tal? Espero les haya gustado, la segunda parte será próximamente, y un poquito picante…tal vez…ah! Como sea dejen sus reviews, sus comentarios, no acepto tomatazos sólo pizzas. Gustazo! Y hasta la próxima!