¡Hola! Como dije en el primer capitulo, este fic será corto, muy probablemente el siguiente sea el último capitulo.
Capítulo cuatro
Luka sabia que se arrepentiría de la decisión que acababa de tomar, esta podía desencadenar tantas consecuencias, incluso podría arruinar todos sus años de trabajo. Sin embargo, si quería el apoyo de Meiko tendría que secuestrar al príncipe o en su defecto, a la princesa, aunque fuese una pésima idea.
Aquella noche fue demasiado larga para Luka, pero solo faltaban tres semanas para la boda y no se les había ocurrido un mejor plan para impedir la ceremonia. Dado lo delicado de la misión, ella envió a sus mejores hombres, los cuales iban a realizar una incursión dentro del palacio bajo las indicaciones de SeeU. El plan en teoría era sencillo, primero ingresarían al castillo durante el día, haciéndose pasar por empleados una vez caída la noche se esconderían en la cocina, siguiente emplearían los pasillos secretos entre las habitaciones reales, sorprenderían al príncipe mientras dormía y le darían un golpe que lograría noquearlo, de forma que se lo llevarían por los mismos pasadizos y saldrían por una de las vías de escape ante emergencias del castillo. No obstante, si el acceso al príncipe no era posible, se harían con la princesa de Velt en su lugar, según, lo importante era impedir aquella boda.
Luka caminaba de un lugar a otro en su pequeña oficina, siendo acompañada por un Gakupo medio dormido y una Lily más pendiente de su libro que de ella. El mundo se detuvo cuando Bruno, Oliver y Leon ingresaron a su oficina con una persona a cuestas que no tenia la fisonomía de un hombre sino de una chica delgada y pequeña.
—No sé porque creo que me arrepentiré de esto—expresó aterrada, se acercó a la rehén y le retiró la bolsa de tela que cubría su vista, quedándose anonadada cuando se encontró con la chica extranjera que le había estado ayudando —¿Miku?—y allí cayó en la cuenta de algo—espera, ¡¿eres la princesa?!
Hasta ese día, Luka no había relacionado a la noble extranjera que le había ofrecido su ayuda y consejo con la princesa de Velt y prometida del príncipe… aunque ahora algunas cosas tenían sentido. Ella tenia tantas preguntas que hacerle, ¿por qué le ayudaba si sería la reina? ¿Por qué no le dijo quien era? ¿Por qué no había vuelto? Pero Luka no pudo hacer ninguna, ya que en ese instante Meiko ingresó al lugar.
—¿Dónde está Kaito? —Exigió entre preocupada y esperanzada, pero al notar a Miku, quien parecía esperar que le explicaran que pasaba, su expresión pasó a una enojada—. Luka, me dijiste que enviarías a los mejores hombres de tu ejercito, pero, ¡al parecer son tan estúpidos que no diferencian a una mujer de un hombre! Yo sabía que no podríamos confiar en SeeU—ella suspiró decepcionada—, viendo este error, ¿sigues confiando tu vida a esa idiota?
Luka reaccionó al escuchar aquello y se dispuso a responderle a Meiko, no sin antes de solicitarle a sus hombres que salieran de la habitación y agradeciendo su trabajo, ella arreglaría las cosas con la Marquesa—. Meiko, te dije claramente que no podías venir aquí… —siseo ella— además, estaba claro que si el plan para secuestrar a Kaito fallaba, raptaríamos en su lugar a la princesa —al hablar apretaba los dientes— ¡pensé que lo importante era frenar la boda!
Ambas se miraron en silencio, pensando en mil y un argumento a su favor, pero Miku se les adelantó al decir:—Yo sabía que estabas enamorada de él, pero no pensé que serías tan extrema para secuestrarlo.
—¿Quién te dio permiso para hablar? —Meiko no se esforzó en disimular su odio a la chica.
—¿Por qué no podría? —Preguntó ella alzando los hombros.
—Porque eres una rehén… no te creas especial o que te rendiremos pleitesía aquí… además, ¿de dónde sacas que estoy enamorada?
—Oh vamos, es obvio que estas enamorada de Kaito —Meiko hizo una mueca al escuchar a Miku decir el nombre del príncipe, sin darse cuenta que a Miku realmente no le interesaba el joven, solo le llamaba así por costumbre—, y que no querías esta boda, pero te diré algo—le hizo señas de que se acercara—yo tampoco la quiero—susurró divertida—, lo que no esperé es que fueses parte de esta revolución, o al menos tan influyente—habló en su tono usual, pero se echó a reía al ver la expresión de Meiko.
—¿Qué sabes tu de nada?
—Más de lo que piensas… incluso soy más útil que tu en todo esto.
—Por favor, no me hagas reír, ¿tú? No eres más que una princesita mimada, ¿qué sabes tu de sufrimiento, de hambre o de tan siquiera impotencia al ver sufrir a tu pueblo? ¡No sabes nada!
—Ya basta ustedes dos—intervino Luka—, ambas son esenciales.
—¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Qué puede aportar ella?
—Meiko, yo también dudé en su momento de Miku—Meiko se sorprendió de la confianza con la que Luka se refería a Miku—, pero ella ha demostrado ser muy inteligente y capaz… muchas de nuestras ultimas acciones han sido sugeridas por ella.
La castaña estaba como pez fuera del agua—¿Y yo por qué no estaba enterada de eso?
—No lo vi relevante, además tu rol es muy diferente al de ella.
—¡Aún así!
—Creo que mejor pensamos en nuestra situación actual… no sé hasta que punto esto es buena idea… aún es madrugada, quizás podamos devolver a Miku al castillo.
—¡No puedes hacer eso Luka, no tendremos otra oportunidad de entrar en el palacio y no hay tiempo de impedir la boda!
—Me pregunto—comenzó Miku—, si ella no está enamorada de Kaito, ¿por qué insiste en detener la boda?
—¡Cállate enana!
Luka se precionaba el puente de la nariz, no sabía que era peor, secuestrar a una princesa de otro país, o los celos sin fundamento de Meiko que la llevaron a hacer lo primero.
—No quiero problemas con Velt… en parte accedí a esto porque pensé que el secuestro del hijo del rey podría ayudar a ampliar la desconfianza del pueblo en Zeito, pero la princesa de otro reino…
—Tranquila, si quieres le mando una misiva a mi padre—propuso Miku.
—¿Y que él le informe al rey de Mizuiro? No gracias.
—Puedo hacer que él nos apoye.
—No, de hecho, esto es un asunto exclusivo de Mizuiro, Velt, e incluso Tales no deben intervenir.
—¿Por qué no? —Miku realmente parecía desconcertada—¿No que la rubia es de allí?
—Pero no provengo de una familia noble y no tengo contacto alguno con sus gobernantes—repuso ella sin señales de ira, rencor o siquiera importarle el hecho.
—Miku—Luka retomó el tema llamando la atención de la princesa—, informarle a otro reino que tiene medios, dinero y todo un ejercito, que tu país está divido es una invitación a que te invada… no planeo entregarle Mizuiro a otro país, no seremos una colonia.
Miku comprendiendo el punto, decidió dejar ese tema, mas no estaba dispuesta a volver al castillo—. Aun así, Meiko tiene razón —la aludida la miró asombrada, como no esperando esas palabras—, ya estoy aquí… aunque pude venir por mis propios medios y habrías evitado poner en peligro a tus hombres—. La marquesa miró enojada a Luka, Miku tenía razón en eso, lo que hace la falta de comunicación, pensó ella—. Como sea, pienso que puedo ser útil en muchos sentidos, al menos más que estando en el castillo y que mi secuestro realmente puede desestabilizar al país.
—Yo creo que ella tiene razón—apunto Lily.
—¿Por qué no mejor sigues leyendo tu libro? —Luka respondió exasperada—No, me niego, ya tenemos suficiente.
—¿Entonces como planeas evitar ese matrimonio? —consultó Gakupo, hablando por primera vez durante esa reunión improvisada.
—Realmente no entiendo porque debo hacerlo.
—Porque requieres mi ayuda— Meiko apuntó muy acertadamente.
—Pero es tu problema, no el mio—Luka comenzaba a cansarse del tema.
—Claro que lo es, te dejé en claro que solo ayudaría a tu loca idea si no le hacías nada a Kaito.
—¿Hace un instante no decías que era por el pueblo?
—También, pero ten en cuenta que si te escuché fue por la estima que siempre te tuve y que si me uní fue porque podría protegerlo.
Miku no comprendió ese ultimo comentario… ¿de donde podría alguien como Luka conocer a una marquesa?
—¿Por qué no en lugar de discutir, no decidimos que hacer? —Lily intervino prudente.
—¿Realmente hay algo que discutir? —Miku consultó precavida—, creo que es más conveniente fingir el secuestro y continuar con los planes previstos, además, realmente no me quiero casar.
—¿Acaso no te importa tu familia? ¿Lo preocupados que estarán por ti? —Luka se encontraba desconcertada.
—El bien mayor prevalece sobre el individual—recito ella. Luka estaba segura Miku tendría más razones, así como las verdaderas para unirse a su contienda, pero se dio cuenta que no era el momento de discutirlo, ella se apretó el puente de la nariz nuevamente, resopló y dijo entre dientes:—No sé porque creo que me arrepentiré de esto.
—No lo harás—Miku le sonrió y ella sintió su aire irse—, incluso puede que sea lo mejor que hayas hecho.
—Lo dudo tanto.
La reunión improvisada finalizó, no sin antes Luka reprender a Meiko nuevamente por su imprudencia, ir a la base justo el día del secuestro había sido muy precipitado e irreflexivo. Meiko regresó al palacio. Lily y Gakupo se dispusieron simplemente a irse a dormir, era ya muy tarde y al día siguiente tenían compromisos ineludibles.
Miku fue llevada por Luka a una de las habitaciones del cuartel en lugar de una celda como la castaña lo había sugerido, quien antes de dejarla irse a descansar le preguntó nuevamente si ella no tenía más razones para querer ser parte de todo aquello, incluso hacer pensar a su familia que estaba en peligro. Al recibir la negativa de Miku, Luka le quedó mirando, sin creerle del todo aún, le dio las buenas noches y se dirigió a su habitación a unas cuantas puertas de la de Miku, donde por mas que intentó, no pudo conciliar el sueño, se sentía dentro de una pesadilla muy vivida.
El siguiente día al secuestro, la vida en el palacio transcurría normalmente, nadie se percató de la ausencia de la princesa en el desayuno, aludiendo a que los nobles suelen dormir más de la cuenta en ocasiones. Pero llegado el almuerzo nadie había tenido contacto con Miku, por lo que su hermana fue en su busca a su dormitorio, encontrándolo vació y con signos de lucha.
Gumi solicitó inmediatamente la presencia de un guardia, llegó en su auxilio el más cercano a la habitación, este al ver el estado del cuarto de la princesa de Velt solicitó la presencia del comandante de su guardia, quien a su vez ordenó como medida preventiva que buscaran a Miku. Llegada la hora de la cena y sin signos de Miku dentro del castillo, el General Daito se hizo a cargo de su desaparición.
—Padre—Diato se dirigió al rey por su relación sanguínea y no por su titulo—, el secuestro de la princesa de Velt solo puede deberse a los Silver Wolves.
—Pero si están rezagados.
—¡No padre! —Se exaltó el general—. Te lo advertí muchas veces, ellos no han sido acabados ni se han rendido por un poco, solo han mermado sus acciones, para preparar un ataque… debes escuchar lo que dicen nuestros espías padre.
—Patrañas sin fundamentos.
—Entonces, ¿quién secuestro a la princesa?
—No creo que haya tal secuestro, lo mas probable es que haya huido a sus compromisos. Seguramente no quiera contraer matrimonio, yo sabía que no podía confiar en alguien tan blando como Kei, menos en su descendencia.
Daito miró a su padre preocupado, su exceso de confianza y tendencia a asumir las cosas serían la razón de su muerte. El general decidió que discutir con su padre sería inútil y decidió tomar las medidas por sus propias manos, él restaría a la futura esposa de su hermano mayor, cuéstele lo que le cueste. Todo su honor e incluso, legado de su familia dependía de traerla de vuelta
Al salir del despacho de su padre, se encontró con una casi al borde del llanto a Gumi, seguida de dos rubios, el muchacho, él no recordaba su nombre, se veía culpable, como si toda la situación fuese por un descuido suyo, la joven se veía más tranquila, aunque en lugar de preocupada, parecía enojada.
—¿Sabe algo de Miku, dónde esta o por qué se ha ido?
El vaciló—No, pero le aseguro que haré todo lo que está en mis manos para que regrese sana y salva al palacio—y tras esa promesa, continuó con su camino. Él no era bueno consolando a las personas, pero sí con las armas y estrategias militares.
Aquella noche la cena fue muy silenciosa. Kaito estaba preocupado por Miku, pero confiaba e su hermano y ejercito. Meiko se veía inquietantemente tranquila. Gumi se negaba a probar bocado dado lo preocupada que estaba, no sabía cómo le informaría a su padre de los últimos acontecimientos que envolvían a su hija menor. Len se culpaba profundamente de los hechos, era su responsabilidad velar por la seguridad de las princesas. Rin se veía pensativa, ella se intuía que la desaparición de Miku no era tan preocupante como parecía y quizás cierta pelirrosa tendría que ver. El rey actuaba como usualmente lo hacía, sin dar muestras de interesarle el tema. Daito se ausentó en la cena, aludiendo que su prioridad era encontrar a la princesa.
Los días pasaron y pronto los nobles notaron la ausencia de Miku, la noticia se esparció rápidamente por el reino y pronto todos los plebeyos estaban enterados del secuestro de la próxima reina y más importante aún, estaban al tanto de la indiferencia del rey.
Miku había sido más útil de lo que Luka había pensado, se la pasaba los días analizando los documentos, desde los más delicados hasta los más irrelevantes, dando su opinión, tachándolos o mencionando alguna utilidad extra de alguno… en definitiva, ella había sido criada para gobernar desde el punto de vista social, estratégico, militar y económico.
En ese momento, Miku analizaba la lista de miembros, su rol e incluso señaló a posibles espías. Ella se sorprendió de la cantidad de nobles que daban ya sea dinero, alimento, armas, armaduras o incuso solo información. Dándose cuenta que los que estaban con Luka en su mayoría no eran tan participes de los eventos reales y que los nombres en la lista de enemigos por lo general eran familias con comportamientos altivos, egocéntricos y para su concepto, holgazanes.
Entre los nombres buscó la casa de Yuuma, notando que no se encontraba, esto la llevó a consultarle a Luka—¿Por qué la casa Megurine no se encuentra en ninguna de las listas? ¿No aporta nada, pero tampoco parece una enemiga?
Luka inmediatamente detuvo toda acción, se giró lentamente hacia Miku y abrió la boca en varias oportunidades, pero jamás emitió sonido alguno. Al final pudo de ella salió solo una consulta y una explicación muy vaga— ¿A que viene tu pregunta? Hay muchas casas que no se encuentra en alguna lista, Mizuiro tiene muchas familias nobles.
Miku frunció el ceño—. Eso no es así, visité todas—, antes de que Luka dijera algo, ella se adelantó a explicarle—. Tengo muy buena memoria, dada mi posición, desde niña se me instruyó en que siempre debía recordar el linaje de alguien si este ya se me había sido presentado. El rey se aseguró que conociera a todos y cada una de las familias nobles, su descendencia e incluso, algo de su historia. Y en estos documentos solo se ausenta una familia y una muy importante, poderosa y con muchas tierras además.
—Es una larga historia—Fue la corta respuesta de la chica. Siguiente afirmó que tenía algo importante que hacer y salió de la habitación.
Luka no hallaba como explicarle a esa joven la verdad… incluso, ¿por qué le importaba? No es que esa chica le pusiera de los nervios y le hiciera desear hacer cosas que jamás habían pasado por su mente hacerle a una mujer… o un hombre. No, ella no podía estar interesada en esa chica, ella se juró jamás se enamoraría, menos de una noble, oh no, eso jamás. Ella llevaría al triunfo a su gente, luego conocería un joven sin legado, apellido distinguido o tierras en su haber, se casaría, tendría hijos y viviría feliz en alguna granja en medio de la nada sabiendo que todo en su país marchaba bien.
Pocas personas sabían el verdadero origen de Luka, que no era una campesina venida de abajo que había visitado Tales como había hecho creer, sino la heredera de muchas tierras, una noble, una duquesa nada menos.
Luka había crecido entre la riqueza, el poder y la cercanía de su familia con el rey. En su infancia era buena amiga del príncipe, además de los hijos herederos de títulos como Meiko o Miki. Pero ella odiaba todo, como eran tratadas las otras personas que no eran como ella, como no podía ser amiga de alguien "bajo" como lo llamaba su madre a sus empleados, como en su adolescencia sus lindas amistades se convirtieron en vertederos de palabras sediciosas, las fiestas llenas de falsos halagos y comentarios a las espaldas, burlas veladas y promiscuidad disfrazada de santurronería.
Al morir su padre y su madre a causa de una enfermedad desconocida para los médicos en ese momento, ella debía heredar todo al ser la siguiente en la línea, pero en lugar de tomar su lugar, dejando todo sobre los hombros de su pequeño hermano, quién aún no comprendía el peso de su posición. Huyó a Velt, donde pasó algunos años trabajando en el campo. Pero con ganas de aprender más, decidió visitar Tales, donde descubrió una forma de gobierno diferente y novedosa, que no dudó querer implantar en Mizuiro.
Allí, viviendo de trabajos menores conoció a Lily, una chica a quien se le acusó injustamente de un rob y asesinato. No sabiendo que hacer y Luka queriendo regresar a su país, huyeron juntas hasta Mizuiro, donde luego de años de trabajo, uso de sus conexiones con los nobles que todavía consideraba sus amigos y ganándose con su discurso a los ciudadanos, fue labrando su destino, hasta el día de hoy, donde era líder de toda una revolución.
—¿Pasa algo Luka? —En su ensimismamiento Luka no notó que Lily se le acercó.
—Estoy… —ella pensó en muchas excusas, pero al final se decidió por decirle la verdad a su amiga—confundida.
—¿A cerca de…?
—¿Crees que es correcto que Miku este aquí?
—Bueno, dada la situación, por lo pronto, sí.
—¿Qué opinas de ella?
—Es una chica muy inteligente, audaz y fuerte.
—Sí… y muy hermosa—susurró ella.
—¿Qué dijiste? —Lily solicitó repitiera.
—Nada—Luka se hizo la desentendida y pasó a consultar—¿Crees que deba decirle la verdad sobre mi?
Esto impresionó a la rubia—¿Por qué estas considerando decirle la verdad sobre tu origen?
—Ella estaba analizando cada casa, lo que hacen o no hacen… y notó que no está una.
—Bueno, eso es algo que solo tu sabes si debas o no decir, pero no le veo problema, incluso así se entiendan más… ya sabes, con eso de los orígenes nobles… hasta pueden hablar sobre la forma correcta de agarrar un tenedor—Lily se le burló y ella la miró seria—. De acuerdo, lo siento, pero tenía que decirlo—luego de contener la risa continuó—. Mira Luka, tal vez debas hablar con ella, quizás sea una forma de unirte más a ella o lo que sea que desees hacer con ella.
—No sé de que hablas.
—No te hagas, la miras distinto.
—¡No hago tal cosa!
—Sigue negándote las cosas, pero nunca te había visto mirar a alguien como la miras a ella… y no lo digo por estos días, sino desde que cruzó la puerta de tu oficina… tu eres huraña, precavida, fría y distante, pero tus niveles de alerta se fueron al cielo con ella.
Luka ignoró todo lo dicho por Lily y decidió que simplemente no era el momento para explicarle a Miku quien era ella realmente.
El día de la boda llegó y esta no se llevó a cabo por la ausencia de uno de los implicados, Rin cansada de la situación y la incertidumbre se dirigió al cuartel de la revolución, solicitó una audiencia con la líder y no se sorprendió de encontrar a Miku en su despacho.
—¡Miku, estas bien! —Fue lo primero que le dijo—¿Estás loca? ¿Qué haces aquí? —le reprendió luego—. Gumi está desesperada, no come ni duerme y Len agobiado, el pobre se culpa de tu desaparición— Luka entendiendo que sobraba les dejó la oficina para que hablaran a solas.
—Lo siento Rin, pero hay cosas que son necesarias.
—Miku, sé que quieres meterte en la cama de esa mujer, pero esta no es la forma.
—¡Rin! —Gritó—. Eso no es así—y luego susurró, esperando que nadie fuera haya escuchado las palabras de su amiga.
—Miku, ¿dime que harás cuando logres acostarte con ella? Tu debías casarte hoy con el príncipe de Mizuiro, sin mencionar que toda esta cosa de la revolución es una locura… ¡vas a ser una reina por dios! No necesitas nada de esto para gobernar.
—No quiero nada de eso Rin, ni poder ni, dinero, ni siquiera algo tan pasajero como una noche de pasión… la quiero a ella, quiero pasar mi vida a su lado. Rin, creo que estoy enamorada.
—¡Es una locura! Es una chica, no es una noble, posiblemente acabe muerta por todo esto y sobre todo, ya tu tienes una vida decidida por tus padres.
—Exactamente Rin, no quiero más eso… no quiero más sirvientes haciendo todo por mi, no quiero más ordenes sobre que hacer, no quiero más legado que mantener… quiero ser libre, ser yo misma, que pueda ensuciar mi vestido o comer con las manos… amar a quien yo quiera y que esta persona sienta lo mismo que yo, y no solo me refiero a lo romántico, poder llamarte mi amiga sin que se me juzgue por dar demasiada confianza a la servidumbre.
Sin embargo, Rin no pareció comprender su punto, las palabras de Miku le parecieron una locura, como todo lo parece cuando es diferente o nuevo—. Lo siento Miku, una semana, tienes una semana para volver, sino, vendré con Gumi y Len por ti.
Miku suspiró derrotada, dejó ir a Rin, sabiendo que cumpliría con su palabra, esperando con temor la llegada de un nuevo día y tratando de disfrutar los que sabían serían sus últimos días de irónica libertad, porque encontrar la independencia y felicidad estando "secuestrada", era demasiado divertido de pensar.
Ese día transcurría con normalidad, luego de un mes Luka estaba demasiado acostumbrada a la presencia de Miku en su oficina, la chica realmente no interrumpía su trabajo más que para hacer una o dos preguntas. Para Luka, el aporte de Miku a su trabajo valía por cien hombres capacitados. Además, estaban a nada de ejecutar su jugada final y hacerse con el poder. Ella estaba segura que el rey no sabría que lo golpeo ni de donde vino el ataque y de que sin Miku quizás no habría llegado tan lejos.
—¿Por qué se hacen llamar Silver Wolves? —escuchó una de las tantas preguntas de Miku, esta realmente la desconcertó, pero igual respondió.
—No nos llamamos así, de hecho, no tenemos nombre como tal—la joven frunció el ceño ante su respuesta, quizás esperaba un símbolo profundo detrás de ese nombre tan presuntuoso.
—Entonces, ¿Por qué en el palacio se referían así a ustedes?
—La verdad no lo sé.
La conversación habría seguido, pero una muy pálida Haku ingresó a su despacho.
—Luka, creo que estamos en problemas.
—¿Qué ocurre Haku?
—La asistente de Miku que siempre traía los informes está en la puerta… acompañada de un soldado y otra chica—. Luka abrió los ojos en asombro y volteó a mirar a Miku, quien se encontraba sin color en su rostro—. ¿Qué hago?
Luka meditó un instante, para luego dar su dictamen—déjalos pasar.
Mientras esperaban a que llegaran hasta allí, Miku se paseaba por toda la habitación, preguntándose que hacer para impedir lo inevitable.
La puerta se abrió y Luka se puso de pie más por nervios que respeto, sin embargo nadie dijo nada y un borrón verde abordó a Miku, seguida de dos rubios, uno que ella conocía muy bien y la miraba decepcionada y otro que nunca había visto, pero la veía con desaprobación.
—Oh dios Miku, estaba tan preocupada por ti—la nombrada no dijo nada, solo miraba aterrada a su hermana mayor—¿Qué clase de cosas pasan por tu mente para meterte en un lugar así? ¿Y más aún, ¡no avisarnos!? Padre está aterrado por ti, ni se diga Mikuo, Aoki y Sonika—. Miku intentó hablar, pero nada salía de sus labios—. Como sea, no importa que te llevó a tomar tan tonta decisión, hoy mismo partimos a Velt.
—¿Qué? —sus cuerdas vocales al fin encontraron como general sonido alguno.
—No permaneceremos un minuto más en Mizuiro, menos con eso que explicó Rin de una guerra inminente… padre te quiere en casa, segura y donde no te meterás en problemas.
—No voy a ningún lado.
—¿Has enloquecido?
—No, solo… soy un adulto Gumi, puedo decidir por mi misma.
Su hermana la miró severamente—, eres una chiquilla aún, no me vengas con esas.
—Soy una niña para lo que les conviene, muy bien que me querían casar con un príncipe, ¿para eso si soy una mujer?
Gumi quedó impresionada por la ímpetu de su hermana, pero no dio su brazo a torcer—. Tienes un deber con tu familia Miku, con tu país y tu padre, con nuestro Dios y nuestro legado, no dejaré que lo arruines por tus ínfulas de revoltosa. ¡Nos vamos ahora quieras o no!
—No, no voy a ningún lado, además, no estoy jugando Gumi, este país en realidad necesita un cambio.
—Crees que me importa lo que pase en Mizuiro.
—Pues a mi si, iba a ser su reina.
—¿Ahora quién es la que usa los argumentos que le conviene a su favor?
Luka, quien hasta ahora se había mantenido al margen de la discusión de las dos hermanas, al igual que los Kagamine, aunque el espacio que ellos daban era más por sus posiciones que otra cosa; decidió dar su concepto.
—Miku, ella tiene razón, esta no es tu guerra y es normal que ella esté preocupada por tu bienestar.
Miku la miró desconcertada, hasta traicionada, Gumi le dio una mirada con desdén—Usted no es quien para opinar sobre nuestros asuntos, no es más que una plebeya con aires de superioridad y sed de poder.
A Miku le molestó tanto aquel comentario, su hermana era igual que los nobles de Mizuiro, demasiado metidos en su burbuja que no se daban cuenta que sus sirvientes también eran personas que merecían respeto y derechos, sin mencionar la actitud de los súbditos, acostumbraros a ser maltratados y pensar que eran menos. Pero ella no llegó refutar a su hermana, ya que Gumi le dio un ultimátum.
—Esto es simple Miku, o vienes con nosotros, o le diremos al rey, al príncipe y al general la posición de esta base y créeme, al anochecer no quedará nada.
Ante esas amenazas Miku no tuvo más que ceder, no sin antes pedirle a su hermana que le permitiera hablar a solas con Luka, Gumi se opuso, pero Miku insistió que quería despedirse adecuadamente de ella, argumentando que en realidad no había sido secuestrada, había llegado allí por sus propios medios y Luka jamás le haría algo estando a solas, menos sabiendo que Gumi tenía un plan B en caso de que no salieran de allí con vida en menos de una hora.
Una vez solas, envueltas en el silencio de la oficina de Luka, Miku se animó a hablar—¿Recuerdas que siempre me preguntabas si tenía alguna razón oculta para unirme? —Luka asintió—. Bueno, no quería que esto fuese así, pero te lo diré… —Miku la miró fijamente— me gustas.
Luka frunció el ceño, sin comprender las palabras de Miku, soltando un suave y casi inaudible "¿qué?". Miku se veía inquieta, movía sus manos con insistencia y se mordía el labio inferior.
—Lo sé, es raro y no espero que sientas lo mismo. Desde que te vi caminar por esa calle de la ciudad, solo quise pasar tiempo contigo, conocerte más, ser alguien cercano a ti, importarte aunque sea algo ¿sabes? —al ver la confusión y pregunta silenciosa en los ojos de Luka, ella le explicó como la vio en medio de una calle, la siguió y decidió unirse solo para acercarse a ella.
Luka parecía procesar todo, sin creer nada de lo que esa chica le decía, ¿una princesa interesada en ella? ¿cómo es que pasó exactamente? Y más importante aún, ¿cómo luego de esa confesión seguiría negando sus sentimientos por aquella noble?
—Yo… eh…— Luka no hallaba las palabras, porque no sabía qué decir, qué vía tomar, la de decirle a Miku que gustaba de ella de la misma forma o la de rechazarla amablemente y continuar su vida como si nunca se hubiesen topado.
—Tranquila, entiendo—Miku bajó la cabeza y Luka se dio cuenta que era la primera vez que hacía eso, ella siempre había mantenido su mentón firme y la espalda recta—hasta siempre Luka, fue un gusto ser parte de tu organización y deseo que tengas el triunfo—ella le dio una reverencia de deferencia, una como la primera vez que estuvo allí, se dirigió a la puerta y cuando había abierto esta, le dio una ultima mirada, una que le decía que no la molestaría más con su presencia.
Al quedarse sola, Luka se sentó lentamente en su silla—yo sabía que me arrepentiría de esto—, susurró, al ver a Miku irse de su oficina, de su rebelión, de su país, de su vida sin decirle que sentía lo mismo.
Notas aclaratoria: soy mala con el relleno, así que trato de narrar de forma ágil pero sin saltar detalles importantes. También trato que su enamoramiento no se vea tan de la nada, pero bueno, nada que hacer con eso xD... explicando el tiempo transcurrido, Miku llegó a Mizuiro, pasaron dos meses preparando la boda. Luego la secuestran y pasa tres semanas viviendo allí, luego va Rin el día en que la boda sería y le da una semana más, es decir, un mes en total desde que fue "secuestrada" y tres desde que llegó al país. Odio dar este tipo de notas porque implica que no se ha narrado adecuadamente xD pero sentía que era necesario aclarar el tiempo.
En fin, reitero, espero no se vea forzado su enamoramiento y pues, no sé, nos vemos en el último capítulo!