Hola, bueno, jeje, soy nuevo en esta parte de los fanfics, pero bueno algunos me conocen ya. Bien, este fanfic está hecho con historias no relacionadas entre sí, son una serie de One Shots, bueno tal vez algunos tengan relación. Espero que les agrade.
-Te amo Rito. -
Es difícil de explicar, bueno, sería más sencillo de hacerlo si fuese otra persona. Bueno, cuando llegué a la Tierra hace tiempo, mi objetivo era liberar el Darkness, pero lo conocí a él. Ese humano de cabello castaño anaranjado que no se inmuto ante mí cuando me presente. Su objetivo era matarle, yo deseaba que te matará para liberarla.
Serás mi esclavo de ahora en adelante y me llamarás maestra. – eso se lo dije a él quien no se enojó u ofendió, sino que nada más se puso nervioso y río ante esa idea. Siempre rodeado de chicas, comencé a verlo siempre y más que nada tenía deseos de jugar con él.
Sería Mea con quien conviviste, pasaste mucho tiempo y cuando puse mi plan en marcha. Fracasé, pero desee otra guerra nuevamente y me enfrente a quien tanto respeto te tenía. Cuidabas de sus hijas, las princesas con quien vivías.
No voy a dejar que alguien como tú sigas viviendo. – expresó él mientras caminaba hacia mí. Tu rápidamente corriste junto a aquella princesa pervertida.
¡Némesis! – gritaste fuertemente y te arrodillaste mientras yo sentía que mi cuerpo se desvanecía.
No es correcto, no puedo dejar que termines así. Toma mi cuerpo. – ¿por qué? Gid y Momo miraban confundidos, yo reía, pero dentro de mi o lo que quedaba de mi cuerpo, sentía ganas de llorar.
"Fue otro fracaso"- expresó uno de los científicos que me creo.
"Sólo es un arma, no tiene por qué sentir." – expresó otra persona.
"Tú no eres un arma, tal vez seas así porque jamás habías tenido un amigo." – tú fuiste el primero en ser mi amigo pese a que Mea me consideraba su amiga.
Vivo dentro de ti y no quiero irme. – expresé mientras me salía de tu cuerpo. – Rito. – hablé en voz baja, era de noche y noté que no estaba la princesa Lala ni Momo cerca de ti.
Idiota. – no sabía por qué, pero sólo quería dormir contigo. Me recuesto en tu pecho para prevenir que desaparezca y te tomo de la mano. Dormías a gusto, conocía tus sueños, pero está vez quería ver mi propio sueño. – Te quiero Rito. – expresé cuando mi cuerpo se relajó y el sueño me invadía.
De repente con un brazo me rodeaste como si me protegieras.
Némesis. – pronunciaste y después yo decidí dormir para tratar de soñar, tal vez contigo siendo y-yo tu esposa.